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PRÓLOGO
En este libro he puesto todos aquellos datos, artículos, opiniones, etc. que he ido
encontrando en libros, revistas, periódicos, etc. a los cuales en algunos casos he dado
pequeños retoques para completarlos o complementarlos. En algunos de estos escritos
he puesto el nombre del autor, en otros no, porque no me acuerdo y he perdido los
originales, ya que han sido muchos años de recopilación y he procurado no acumular
demasiados archivos. Vaya, pues, nuestro agradecimiento a todos los autores que han
colaborado en estos apuntes, citados o no. Estos escritos pueden servir al lector para
aumentar o complementar sus conocimientos psicológicos y parapsicológicos.

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ALCOHOLISMO
¿Puede un alcohólico vencer su vicio por sí solo?
Si pudiera ese sería el modo más seguro y eficaz de curarse. De vez en cuando
un alcohólico incipiente se para a pensar en su problema y se enfrenta con él de forma
realista. Comprende a dónde le llevará la bebida y deja de beber. Sin embargo la
mayoría de los alcohólicos necesitan ayuda para vencer su vicio porque nueve de cada
diez beben para evitar enfrentarse con la realidad, la única cosa que le permitirá superar
su problema.

ALUCINACIONES
La psiquiatría conoce el fenómeno de la alucinación como perturbación de los
sentimientos perceptivos, especialmente en las siguientes enfermedades: en casos de
hipertireosia, por ejemplo, en la enfermedad de Basedow, en delirios causados por la
fiebre, en intoxicaciones, en enfermedades cerebrales, por ejemplo en encefalitis, en
psicosis por intoxicación, en casos de esquizofrenia, etc. Se clasifican las alucinaciones
de acuerdo con los sentidos con los que está dotado el hombre, es decir: alucinaciones
auditivas, visiones, alucinaciones de sabor, alucinaciones de olfato y alucinaciones
perceptivas. A1 contrario de las ilusiones, que sólo representan una transformación falsa
de la percepción enfermiza, las alucinaciones son percepciones no excitadas por el
exterior. Con respecto a su contenido, las clasifica Bleuler en: alucinaciones teológicas,
sexuales y quinestéticas, hay además alucinaciones de reflejos estimulantes relajantes y
de desahogo. Ahora bien, las pruebas espontáneamente surgidas nos han mostrado que
como consecuencia del ensalmo mágico, tanto en la parte activa como en la pasiva
aparece una reacción que se manifiesta en dotes de vidente o visionario; que los pactos
con el diablo, sobre todo los manipulados con sangre, producen una dolencia oculta en
la cual el paciente ve espíritus; se ha comprobado también que a las personas que toman
parte en sesiones espiritistas y consultan a menudo curanderos ocultistas, padecen
visiones de duendes, a veces repetidas. Las alucinaciones que se presentan en los dos
campos, el de la dolencia psíquica y el de la oculta, tienen un gran parecido; no
obstante, el especialista tiene alguna posibilidad de distinguirlos según las
características de los casos.

CARÁCTER APASIONADO

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A este carácter han pertenecido grandes hombres tanto en el campo de las artes,
como en el de la santidad: San Francisco Javier, Santa Teresa de Jesús, Santo Tomás de
Aquino, San Juan Bosco, San Agustín, Miguel Ángel, Molière, etc.
Entre sus características principales tenemos las siguientes: cuando se les pide
ayuda para colaborar, lo hacen con agrado y también llegado el caso saben desplegar su
simpatía, es decir se hacen simpáticos. Nunca están parados, siempre están haciendo
algo práctico. Son también austeros, se conforman con poco, y la sencillez es otra de sus
particularidades.
Ama el orden y se disgusta si todo está revuelto. Le gusta ser el centro de todos,
aunque trabaje para ellos, no obstante no le gusta trabajar en equipo.
La independencia y la libertad son predominantes en él.
Tras algún fracaso se aíslan y pueden llegar a extremos antisociales. Son
profundamente religiosos. Este es el carácter de los héroes y Apóstoles.
Como busca la perfección, también la quiere a su alrededor por lo que siempre
tiende a transformarlo todo para que sea perfecto, y se le dé a cada uno lo suyo y
desparezcan los prejuicios sociales. El ser social es otra faceta de este carácter.
Las cosas les gusta hacerlas por sí mismo, y cuando se le presentan obstáculos y
lo vencen, lucha y se entrena hasta que consigue vencerlos él.
Consigue todo cuanto se propone ya que tiene una gran voluntad.
Es generoso por antonomasia. También pues ser bastante nervioso.

CARÁCTER NERVIOSO
El nervioso es un carácter de una riqueza maravillosa. Un temperamento
nervioso es un temperamento rico, abundante, pletórico, lleno. Por eso al encontraros a
vuestro paso por la vida con un temperamento nervioso, lo primero que tenéis que tener
en cuenta es que os encontráis ante un mundo riquísimo. Repito la primera actitud.
Persuadíos que a vuestras manos ha llegado un filón de riquezas. Y es rico porque su
imaginación está llena de color, de originalidad, y de fantasía oriental rarísima. Y es rico
porque su inteligencia corre como el rayo por las veredas de la ciencia y salta ágilmente
por los difíciles caminos del saber. Y es rico porque tiende mucho al trato social, a la
comunicación, a la acción, a emprender empresas…Es pues, de un contenido pleno. No
destruyáis nada de lo que tiene. Encauzadlo. Y una vez que lo hayáis encauzado, él sólo
se irá serenando. Qué él se sienta en su puesto. Que haga cosas que le agraden. Para eso
lo primero que tenéis que hacer es estudiar sus gustos, sus alicientes, sus “me gustaría”,
y procurárselos a toda costa.

CLARIPATÍA
Otra forma de la hiperestesia es la claripatía. Se trata de una diagnosis de las
enfermedades, conseguida por procedimientos anormales. Ejemplo: cierto hombre de
una ciudad universitaria del este de Alemania, era conocido por la asombrosa seguridad
con que establecía la diagnosis de las enfermedades. Para ello no se servía de ninguna
ayuda médica como auscultación, análisis de orina o de evacuación, determinación del
cuadro sanguíneo, investigación con rayos X, determinación del cardiograma, etc.; sino
que simplemente colocaba su mano sobre la mano del enfermo, se concentraba y
pronunciaba la diagnosis. En todos los casos controlados coincidía con la de la

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Universidad clínica. Algunas veces los médicos intentaron engañarlo, para probarlo,
pero no consiguieron hacerle desdecirse de la diagnosis verdadera.

CLARIVIDENCIA
Entendemos por clarividencia la experiencia ultrasensible de cosas objetiva, de
las cuales ninguna persona tiene conocimiento, sin los sentidos conocidos. Así
caracteriza Tischner el don peculiar de percibir por clarividencia. En experiencias
espontáneas, puede ser ésta de tres clases: Conocimiento del pasado (retroscopía), del
presente (criptoscopia o telescopia) y del futuro (profecía, religiosa o pagana).
Cerca de 30 teorías sobre la clarividencia han sido formuladas como
aclaraciones racionales:
El truco.
Clarividencia técnica. Existe un aparato que sirve para buscar los huevos
fecundados de los pájaros, se llama embrioscopio, y permite además leer una escritura a
través de ocho hojas de papel. También es posible leer una carta encerrada en un sobre
humedeciendo éste con alcohol. Hay líquidos preparados que dejan una escritura
invisible, que sólo es posible leer humedeciendo la hoja con ciertos reactivos como
ácido cítrico, leche, agua o bien calentando el papel, con lo cual se hace visible la
escritura.
La doble interpretación posible de los oráculos. Los pronósticos para el futuro
de muchos clarividentes son conocidos por su doble significado. Por ejemplo, en los
oráculos de la pitonisa de Delfos, que resultaron ciertos por la diversa interpretación que
podía aplicárseles. Un ejemplo clásico lo hallamos en el pronóstico dado con motivo de
la campaña de Creso contra Ciro, cuyo oráculo fue: «Cuando hayas traspasado el
Helesponto, destruirás un gran ejército», con lo cual no se le dijo si el ejército sería el
persa o el suyo propio. Si ganaba se le daría una interpretación, y si perdía viceversa.
Este es el arte de muchos pronosticadores del futuro: emplean una fraseología que deje
abiertas todas las posibilidades.
Adivinaciones casuales. En el afán de ver milagros que padece la gente, un
acierto casual tiene más importancia que 100 equivocaciones. Mil profecías falsas y
engañosas no pasarán al público, sin embargo bastan dos o tres casos que resultan
casualmente ciertos, para que se propaguen por todo el país.
La intuición. Hay gentes que poseen una gran intuición lógica, unida a lo que
sicológicamente se llama visión profunda. Asimilan intuitivamente una situación y
pueden desde este punto de partida prever el fin por una «combinación de primera vista,
o imaginación relámpago de lo que puede ocurrir». Esta clase de don de clarividencia,
no es otra cosa que el resultado de un pensar lógico en el que las escalas intermedias del
proceso son saltadas genialmente.
Leer por los músculos. Una experiencia propia aclarará este fenómeno:
En una reunión de sociedad, un clarividente buscaba un reloj que había sido escondido.
Cogió a uno de los presentes por la mano y de esta forma el acompañante que conocía el
lugar le ayudó a buscar el reloj por medio del movimiento de sus músculos, que se
contraían involuntariamente al acercarse al lugar del escondite hasta que el adivino lo
encontró. Por regla general también el público en masa ayuda con las reacciones de los
ojos, la mímica, etcétera, de manera que el supuesto clarividente pueda llegar pronto al
fin de su tarea. No se trata en tales casos de clarividencia o telepatía, sino sencillamente
de saber leer en las reacciones de los demás.

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Clarividencia por transmisión telepática.
Aumento natural de la capacidad de captación de la vista.
La sinestesia. Los sentidos del hombre están más o menos acoplados unos a
otros en sus funciones; en una especie de simbiosis. Así es comprensible porque
evolucionan dos o más sentidos, cuando sólo uno de ellos ha sido tocado a causa de la
compenetración en que viven. En la sinestesia existe una cierta transformación de las
energías. Un estímulo visual directo, puede transformarse en un estímulo acústico
indirecto. Tenemos pues aquí el hecho de que los sentidos que han sido tocados
directamente pueden provocar un estímulo secundario en otros sentidos. Este es el
fundamento de que los clarividentes pueden oír hablar a las personas que intervienen en
sus visiones. Basándose en este principio sinestético podemos explicar el que las
alucinaciones visuales puedan ir acompañadas de alucinaciones acústicas y viceversa.
Cuando en el crepúsculo por la puerta fotobiológica de la ilusión se percibe la imagen
borrosa de un arbusto en la pradera, que parece un monstruo amenazador, por un reflejo
sinestético, el monstruo comienza a hablar y a rugir y ya tenemos completa una historia
de brujas, que en realidad no fue más que una experiencia subjetiva.
La teoría de la reversibilidad. Se trataría de «una percepción sensible que es
conducida retrospectivamente en forma de energía, desde el cerebro a la vista, y
transformada en fotoonda por la retina es de nuevo proyectada como una aparición
luminosa visible al exterior. Se trataría del proceso de percepción vuelto al revés. En el
proceso de percepción visual normal, el fotoestímulo es recogido por el nervio óptico y
conducido al cerebro donde se reproduce la imagen percibida. Invirtiendo este orden
sucedería lo siguiente: Un impulso subconsciente provoca en el centro visual del
cerebro un proceso de reproducción que es proyectado por vía inversa hacia el exterior y
captado nuevamente por vía óptica. De esta forma -se dice- el clarividente puede ver
cosas que no representan más que un producto subjetivo de su vida síquica.
La emanación de una energía psicofísica: Con esta teoría de la emanación es
posible explicar razonablemente muchos fenómenos de clarividencia y de telepatía,
basándose en una especie de comunicación por radio en la misma longitud de onda.
La clarividencia apriórica del individuo. El investigador americano Rhine cree
en la normalidad de los signos del psi-fenómeno y explica que el individuo tiene además
de su consciente normal, una especie de «ventana de visión interna» que experimenta de
cuando en cuando introducciones de percepción ultrasensible.
Clarividencia, como resultado de las circunstancias. En la juventud tenemos
algunos casos de clarividencia que son fruto de la educación. Las historias de diablos,
de brujas, de fantasmas, quedan tan grabadas en el alma impresionable y en la fantasía
ideal del niño, que como consecuencia surgen apariciones durante los sueños o incluso
estando despiertos.
La clarividencia como consecuencia de deficiencias patológicas. La falta de
cal en el agua potable fomenta las apariciones eidéticas. En consecuencia, dosis
regulares de calcio evitan la clarividencia.
Visiones traumáticas
Enfermedades cerebrales
Psicosis por intoxicación
Psicopatías en gestación y climaterio
Psicosis o locura en la esquizofrenia
Etc.

La teoría del resto ininvestigable

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La imposibilidad de llegar a una explicación racional que aclare todos los
aspectos misteriosos de los fenómenos parasicológicos ha llevado a muchos
investigadores que han sido lo suficientemente objetivos para reconocer su fracaso, a
declarar que después de todas las explicaciones físico-psicológicas, queda en muchos
casos un resto ininvestigable. Si quisiéramos usar una figura acerca de estos dos
terrenos, lo comprensible y lo incomprensible, podríamos compararlo a un gran puente
construido sobre dos columnas. El pilar del sector de aquí está apoyado sobre lo
racional, mientras que el otro desaparece en la inseguridad de la niebla del río. El pilar
de esta parte puede ser investigado y probado en su profundidad, potencia, capacidad de
soporte, etc.; sin embargo, nada podemos saber del otro. El sector de este lado está
abierto a la investigación científica y a la lógica humana, el otro sector está fuera de
nuestro alcance, cerrado al raciocinio. Muchos investigadores reconocen la existencia de
ese sector fuera del alcance del raciocinio humano y lo llaman en sus investigaciones el
“factor desconocido”…
Este “factor desconocido” es Dios su Palabra, y sus mensajes, sus
comunicaciones, sus visiones comunicadas a los hombres.

COEFICIENTE INTELECTUAL (CI)


El psicólogo estadounidense Ulric Neisser fue uno de los primeros en
manifestar, a principios de los años 1970, que la inteligencia académica tenía poco o
nada que ver con el éxito en la vida. Hasta entonces, se creía que la gente con un
elevado cociente intelectual (CI, o el resultado de dividir la edad cronológica entre la
edad mental multiplicado por 100), debidamente avalado por los tests, podría aplicar su
superior inteligencia para obtener el éxito en cualquier faceta de la vida. Y se citaba
para demostrarlo a Newton, con un CI de 190, a Galileo (185), a Goethe (210) y a otros
genios con un CI muy superior al normal de 100. Sin embargo, las preguntas de los
cuestionarios de inteligencia no tienen nada que ver con los problemas que a uno se le
pueden presentar en la vida.

* * *

Ante la crisis de los test como evaluadores de la inteligencia y la necesidad de


encontrar alguna medida natural que no esté contaminada por la cultura académica, en
los últimos años está cobrando especial auge una línea de investigación que utiliza
algunas técnicas psicobiológicas, como el electroencefalograma (EEG) de sueño y
vigilia, o el registro de los potenciales evocados (respuestas electroencefalográficas
desencadenadas por estímulos sensoriales), que están demostrando ser útiles para el
estudio de la inteligencia normal y de sus deficiencias. Aunque todavía no hay
conclusiones claras, se ha encontrado, por ejemplo, que la frecuencia y dispersión del
llamado ritmo alfa occipital en el EEG es mayor en los individuos más inteligentes, que
presentan además una disminución del llamado sueño REM y otras alteraciones del
EEG de sueño que los sujetos con retraso mental.

CONSCIENTE Y SUBCONSCIENTE

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Hay relación entre el subconsciente con el consciente externo, relación que a
veces se hace visible. Obligando al consciente externo a retirarse, el subconsciente
alcanza, no tan sólo efectos sensóricos sino también motóricos. Las prácticas ocultas
son el ciclotrón que acelera e intensifica la energía del subconsciente.
DEPRESIÓN
Es el decaimiento del ánimo o la voluntad. Es una disminución de la actividad
vital en parte o en la totalidad del organismo. Es un estado psíquico de abatimiento, y, a
veces, de postración, que suele acompañarse en el aspecto somático de astenia, es decir,
de una flaqueza más o menos acentuada.
Por lo tanto, la depresión es un estado psíquico en el que están disminuidas las
energías morales y físicas del individuo.
La depresión puede ser:
1. Ligera. Con ganas de llorar y de huir de la situación conflictiva.
2. Severa. Confusión sobre la identidad.
3. Total. Fracaso en todo lo que se emprende. Sentimiento de ser inútil y que la
vida no tiene sentido.
La depresión es provocada por varias causas como un estado melancólico,
enfermedades graves, desgracias, drogas, etc..., y la música rock.
El cantante Carlos Lean, ya convertido a Jesucristo, declaró que cuando cantaba
en el grupo The Teykers una canción de Jimi Hendrix, titulada Depresión maníaca,
experimentaba una sensación de angustia y depresión maligna, y sentía que se hundía en
un abismo tenebroso sin salida.
En la persona que escucha música rock se producen graves trastornos psíquicos,
tales como: trastornos de memoria, depresión, neurosis, pérdida de control. Inestabilidad
emocional, tendencia suicida y homicida y automutilación.
¿Puede una persona liberarse de la depresión?
Sí, si se trata de una forma benigna de la depresión. Una persona podría iniciar y
llevar adelante un programa de rehabilitación personal que le ayudará a romper el
círculo vicioso que le cierra todos los caminos para resolver su problema. Pero si es un
caso grave necesitará definitivamente la ayuda de un profesional. Esa será la única
forma en que podrá salir del atolladero porque, en un 90 por ciento de los casos, ni
siquiera se preocupará por remediar él mismo su situación.

* * *

Tanto la medicina interna como la psiquiatría conoce muchas enfermedades en


las cuales se presenta la depresión, por ejemplo, en la hipertireosia (mixedema
idiopática), en algunos casos de ictericia, en casos de angioneurosis (arteriosclerosis), en
casos de enfermedades del corazón (asma cardiaca, taquicardia paroxismal,
miomalaciam cordis), en casos de enfermedades orgánicas del cerebro (parálisis). Surge
también la posibilidad de que las depresiones sean creadas por motivos psicológicos,
como por ejemplo, una depresión reactiva que surja de una situación de insatisfacción
en la vida; se dan también casos de reacciones psíquicas reactivas, por ejemplo, en la
pubertad, en las menstruaciones, en el embarazo, y también en el climaterio. Las
depresiones extremas son clasificadas siempre como locura.

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También las depresiones han sido observadas como consecuencia de toda clase
de operaciones ocultistas, exceptuando la telepatía espontánea, los sueños verdaderos,
los zahorís, especialmente aquellos que se limitan al terreno geofísico y en cierta clase
de clarividencia. Cuando se reconoce la presencia de depresiones, debe mirarse en
primer lugar encontrar el motivo clínico antes de entrar en el historial de prácticas
ocultistas en el individuo o en la familia.

EIDÉTICA
La eidética es una cualidad innata de algunas personas que tienen el don de ver
objetos como «postimágenes» (PI) o bien como «imágenes permanentes» (IP), esto es,
que continúan distinguiendo estos objetos como una aparición óptica externa después de
haber quitado los objetos de su vista, o de haber apagado la fuente de luz que los hacía
visibles. Esta forma eidética ocurre especialmente en la edad infantil, y normalmente
desaparece con la pubertad, sin embargo, hay casos en que esta facultad se conserva en
la edad adulta y hasta la vejez, como ha ocurrido a algunos artistas, en personas de alta
sensibilidad o que han sido influenciados por el medio ambiente o por la herencia en
favor de esta disposición. Por esto muchos fenómenos de clarividencia son explicables
basándose en la teoría de la eidética, siempre y cuando estos fenómenos traten de
visiones de cosas pasadas; más difícil es cuando se trata de visiones del futuro.
Schmeing opina que esta clase de personas poseen un don especial, una especie de
sensibilidad como la que tenemos normalmente en la punta de los dedos, algo así como
una vista teleológica profunda de las cosas. Basándose en este don pueden, fundándose
en la vista psíquica de un momento, desarrollar las consecuencias y ver el final del
desarrollo como una especie de previsión. El vidente del futuro -dice Schmeing- tiene
una forma de pensar lógica y altamente desarrollada, a la vez que un gran sentido de
compenetración. Con esta explicación de las visiones pasadas como base de las futuras,
Schmeing las considera todas como puramente subjetivas descartando toda idea
metafísica y metapsíquica, sin embargo, en cuanto a las visiones del futuro tiene que
reconocer que queda un resto inexplicable que no se adapta a su teoría.
Después de esta corta introducción, tratemos de encontrar el valor positivo en
la investigación de Schmeing. Digamos en primer lugar que la teología, nada tiene que
temer de la teoría eidética por lo que a las profecías bíblicas se refiere. Los críticos de
tendencia escéptica y anticristiana podrán pensar que les será más fácil demostrar por
ella que las profecías bíblicas y las visiones religiosas pueden ser llevadas a una
demostración racional; y que toda visión religiosa podrá quedar reducida a un proceso
vulgarmente calificado como locura. Sin embargo, estos ataques no tienen que
preocupar a la teología. Dios tiene el poder suficiente, y es además su método usar las
funciones espirituales, síquicas y orgánicas del hombre para revelar sus secretos a la
Humanidad. ¿Es que acaso el Creador de todas las cosas ha de verse privado de usar los
medios que El mismo ha creado? Este es el caso de los suelos proféticos. Dios se vale
de un fenómeno natural, bien conocido, para hablar especialmente a ciertas personas.
¿Por qué no tiene derecho a usar la eidética (si se confirma tal teoría) para comunicar
sus propósitos a los profetas? Lo que Schmeing ha hecho por su investigación ha sido
descubrir otro «modus revelanding» no encontrar un mentís a la revelación.
El trabajo de Schmeing tiene mucha más importancia visto desde el plano de la
cura de almas. Hay muchos que consideran que han tenido sueños proféticos y
visiones… En estos casos es un deber destruir todas estas ilusiones piadosas y conseguir

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que se conviertan en una fe racional en la Palabra de Dios. Schmeing nos presta con su
ciencia un sensato toque de alarma en esta lucha contra el fanatismo, contra la
sensibilidad religiosa y contra todo orgullo espiritual, cuando escribe: «Está claro que
un gran número de apariciones religiosas son explicables desde la base eidética o la
sinaetética». Bajo esta rúbrica caben ante todo una serie de apariciones de nuestros
tiempos modernos de María, de Cristo, de ángeles, de santos, etc., los cuales, aun al
ministro religioso de la propia confesión, que nada conoce de los procesos de la ley
eidética, ya le parecen ser más bien de tipo sugestivo y frutos de un proceso psíquico.
Naturalmente, tenemos que conceder que entre la plaga de visiones que
tenemos en los tiempos presentes, y entre la mucha paja, también tenemos de cuando en
cuando algún grano de trigo. El Creador no ha perdido el habla. Tenemos que contar con
la posibilidad de que un proceso de revelación auténtica es posible en el creyente.
A veces el fenómeno de la eidética está en conjunción con las prácticas de la
magia… y de las actividades ocultistas.
Hemos llegado al punto en el que debemos preguntarnos sí es correcto y
justificado llamar apariciones eidéticas a los fenómenos espiritistas o por el contrario
debemos colocar entre los fenómenos ocultos las apariciones eidéticas.
Sin embargo, si esta cuestión ha de ser juzgada desde el punto de vista del
vigía teológico, hemos de decir que no se trata de buscar la prioridad entre la
investigación psicológica y la parapsicológica, sino más bien se trata de buscar los
disturbios psíquicos de que adolecen estos pacientes y su medio de curación. Mirado el
problema desde este punto de vista, vemos que las dos clases de apariciones, las de los
eidéticos y las que son provocadas por prácticas ocultas, están en un mismo plano. Si es
que de todas maneras hemos de dar prioridad a una de las dos, veremos que las prácticas
ocultas son el origen y causa y lo que el psicólogo llama disposición eidética representa
el efecto secundario o resultado de tales prácticas.
Si la eidética es realmente un efecto secundario del ensalmo, como se
demuestra por medio de muchos ejemplos no podemos maravillarnos de que sea
hereditaria. Hemos visto que la consecuencia de las prácticas ocultas y particularmente
de lo que parece una simple superstición popular, que es el hechizo o conjuro, tiene una
influencia hereditaria hasta la cuarta generación. En este caso el «tertium comparatione»
de la herencia se transforma en medio de demostración de que la eidética y el ensalmo
mágico pertenecen a un mismo orden de cosas. Un argumento más para demostrar que
la eidética tiene carácter oculto, es la diferencia que hacen los psicólogos de la eidética
con las alucinaciones patológicas. Schmeing coloca las alucinaciones que se conocen
en la psiquiatría frente al don eidético y separa los dos fenómenos con las palabras:
«Como ya habremos notado, no se trata en la eidética de alucinaciones patológicas, pues
tanto en las apariciones eidéticas como en las visiones, se trata de personas que están
completamente sanas». Lo mismo dice de las alucinaciones que aparecen en la
esquizofrenia y llega a la conclusión de que el clarividente típico no es nunca un
esquizofrénico. Los clarividentes, no son personas que no pueden vivir en un mundo
normal o que estén fuera de la realidad, sino que incluso encontramos entre ellos
personas de gran inteligencia y que han llevado a cabo grandes empresas.
Naturalmente, es absurdo tratar de investigar las visiones de la Biblia bajo el
punto de vista eidético. Los profetas y los apóstoles no fueron eidéticos sino inspirados
por el Espíritu Santo. Y hay casos en que la teoría eidética resulta irónica. Por ejemplo,
la aparición de Cristo resucitado ante 500 discípulos no fue una alucinación de 500
eidéticos, sino un acontecimiento objetivo, pues nunca se ha dado un caso de hallarse
juntos tan gran número de personas dotadas de semejante don. Kurt E. Koch (Ocultismo
y cura de almas)

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ENFERMEDADES MENTALES (CURACIÓN)
¿Carece de “salvación” el enfermo mental?
No. Hasta hace poco, un enfermo de este tipo, y su familia, sentían que el mundo
se les caía encima cuando el diagnóstico del médico era “enfermedad mental”. En la
actualidad, por el contrario, gracias a la ciencia médica y a los avanzados métodos para
controlar las enfermedades mentales, un paciente puede tener la esperanza de llevar una
vida digna e incluso contribuir al progreso propio, al de su familia y al de la sociedad.

* * *

¿Puede el amor solucionar un problema psíquico? Si una persona padece algún


problema de tipo psíquico, no conseguirá más que empeorar la situaron si piensa que
enamorándose se solucionará su conflicto. El amor verdadero es un sentimiento sincero
por el cual una persona desea entregase a otra. Quien se aferra a la idea romántica de
que el amor podrá compensarle de todos sus fracasos y de su imposibilidad de encontrar
la felicidad, se encuentra más equivocado de lo que pueda imaginar.
Nadie que tenga algún desequilibrio psíquico hallará la solución, casándose. Si
un hombre, o una mujer, necesitan ayuda desde el punto de vista psíquico debe acudir a
un psiquiatra, no buscar la solución a su problema en el matrimonio. Claro, también
cuenta la clase de desequilibrio.
* * *

¿Desaparecen los problemas de tipo psíquico por sí solos con el paso de los
años? El daño infringido en la personalidad de un individuo por los problemas de tipo
psíquico que tienen su origen en su niñez, hace de todo punto imposible que una
persona pueda superarlos simplemente con el paso de los años. Sí, por ejemplo, un niño
se ve privado de amor y reacciona con resentimiento contra sus padres, de mayor
transferirá ese resentimiento y la angustia que éste le produce, a cualquier persona o
cualquier tipo de organización que ejerza autoridad sobre él.

* * *

El conocimiento de la causa de un desequilibrio mental es un factor importante


para el psiquiatra, ya que, sin él, no podría ayudar al paciente. Sin embargo, dicho
conocimiento por sí solo no basta para curar a un enfermo mental. El médico ha de
mostrarle cómo le va a ayudar y qué camino seguirá par su recuperación. Ocurre con
demasiada frecuencia que, al descubrir la causa de su problema, el enfermo no se siente
curado, y lo único que dicho descubrimiento le permite es dar nombre al mismo.

* * *

¿Podría funcionar una prisión sin un psiquiatra?

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No, si lo que se pretende es rehabilitar a los presos. De momento no importa qué
es lo que ha inducido a los reclusos a cometer el crimen por el que están cumpliendo
sentencia; lo primero que hay que descubrir es lo que significa para una persona haber
sido enviada a la cárcel. Es probable que viva consumida con el remordimiento de su
culpa, que se sienta rechazada por la sociedad y que se vea obligada además, a cambiar
de programa de vida.
Por estos tres aspectos, por no citar otros muchos, se necesita ayuda psiquiátrica
en las cárceles.

EPILEPSIA
La ciencia médica conoce muchas formas de ataques y de estados epilépticos:
epilepsia genuina, epilepsia psicogénica (histérica), convulsiones de arte epiléptico en
los casos de mixodema idiopática, convulsiones en el trauma del parto, en los casos de
tétanos, picnolepsia, en los de erochorea, en casos de convulsiones por la tos ferina,
estados convulsivos epipletoides en los casos de encefalitis epidémica estado de
inconsciencia sin convulsiones, convulsiones leves, y otros.
Entre los que padecen de ocultismo aparece también la rigidez cataleptiforme
de los clarividentes; y los ataques de ira y de destrucción en estado de consciencia lo
que llamamos cólera exagerada. Y también las apariciones de disociación producidas
artificialmente por los activistas del ocultismo.
En los disturbios psíquicos ocasionados por dolencias ocultas existen tales
semejanzas, con los disturbios de origen nervioso, mayormente en los casos de
depresiones e hipnosis que se impone a todo eclesiástico la obligación de consultar el
caso con un médico especialista, para que éste establezca un diagnóstico que aclare el
asunto, en el caso de que el mismo pastor o sacerdote católico no posea la práctica
necesaria para indagar en este terreno.

ESCRITURA AUTOMÁTICA.
Debe advertirse a las personas que entran en contacto con una ocupación de tales
atractivos, que se guarden de entregarse sin freno a la misma. Lo mejor si no se quiere
tener una experiencia amarga, es consultar con un especialista que os aconsejará acerca
del empleo de tales posibilidades, en una medida prudente, sin ceder a cada deseo o
necesidad, de lo contrario puede suceder que uno mismo no sea dueño del propio cuerpo
y tenga que ceder a impulsos extraños, convirtiéndose en esclavo. El escribir
automático, si se practica con personas enfermizas se puede observar en ellas una
disgregación de su personalidad. Una doble personalidad, al principio apenas
perceptible, se puede agrandar de tal forma por culpa de la escritura automática, que
conduce a la pérdida casi absoluta de la personalidad del individuo... En repetidas
ocasiones se ha constatado mórbidas influencias como consecuencia de esta práctica.

ESPIRITISMO

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Lo que suele atribuirse muchas veces a la acción y presencia de un fallecido es
en realidad tan sólo una exteriorización de fuerzas internas de la persona que realiza el
experimento.
Hay una relación muy estrecha entre los fenómenos sobrenaturales que
molestan a determinadas casas o familias y las prácticas ocultas, tales como vasos,
espiritistas, cartas, ouija, Verónica, etc.
En el fenómeno parasicológico de la influenciación oculta, se trata al fin y al
cabo de un fenómeno de disociación del YO en un grado muy débil; en el fenómeno de
la excursión del alma se trata de una disociación en un grado muy fuerte; en los
fenómenos de materialización practicados por los médiums se trata de un fenómeno de
doble proceso de disociación. El médium desdobla, de su propia alma o personalidad,
fuerzas psíquicas y con ellas se muestra entre los participantes de la sesión en cuyo
subconsciente se inicia un nuevo proceso de disociación en grado débil. La comparación
que estamos estableciendo entre los fenómenos ocultos y los de disociación no son
absurdos en ninguna manera. Ello lo demuestra la mediumidad, fenómeno innegable,
reconocido por todos los sicólogos, que se desarrolla a la par o después de la disociación
del consciente.
Entre los muchos fenómenos del desdoblamiento se encuentran los de la
parasicología, tales como la escritura automática, adivinar mediante la bola de cristal,
alucinaciones negativas, etc. Este paralelismo de fenómenos ocultos y de
desdoblamiento del YO muestra que el principio común en todas estas apariciones, es la
activación del subconsciente y su desarrollo a una existencia emancipada. En el
protocolo de fenómenos ocultistas, se encuentran los de telestesia, hipertesia auditiva,
telepatía, ver por la bola de cristal, la escritura automática, médiums espiritistas,
visiones de espíritus, alucinaciones y telequinesia. Entran también los grandes ruidos en
las casas y los golpes de atención en las sesiones mediúmicas.
En el acoplamiento de la disociación del consciente con la mediumidad vemos
la relación de los dos fenómenos hasta convertirse en uno el de la disociación. Sólo hay
entre los dos fenómenos una diferencia de principios, y es que en el de desdoblamiento
del YO o amnesia, no entra la voluntad del paciente, se produce la enfermedad sin su
participación voluntaria; mientras que en el de la mediumidad entra en parte activa la
voluntad del médium o por lo menos la de su sub-consciente.
En el terreno de las consecuencias psíquicas se nos muestra la conformidad de
las distintas maneras de desdoblamiento en vistas a las perturbaciones psíquicas y
propiedades del carácter. Los síntomas de destrucción u oposición al YO consciente son
un fenómeno frecuente en las dolencias ocultas. Encontramos además como
consecuencias características, tanto de los fenómenos de disociación como de los
parapsicológicos, los siguientes síntomas: pensamientos de suicidio, rabia, odio contra
las iglesias y la religión.
Es un hecho de gran importancia el que, tanto en las investigaciones de la
psicología, como en las de la parasicología aparece el fenómeno de la disociación, pero
se reconoce que el desdoblamiento psíquico no pertenece en ninguna manera al terreno
de la despersonalización psícótica de los afectados de locura.
Los resultados de los trabajos sobre el espiritismo de los distintos científicos
en sus trabajos son, en lo principal, de una semejanza asombrosa. Existen
manifestaciones parasíquíeas, parasicológicas y parafísieas. Y existen, después de haber
excluido las manipulaciones y engaños conscientes e inconscientes, apariciones que
tienen su origen única e indispensablemente en la mediumidad.
La objetividad del fenómeno de materialización se garantiza desde dos bases.
En primer lugar tenemos la prueba de una gran cantidad de fotógrafos que han sacado

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clisés de tales materializaciones desde el momento de tomar existencia, como una
sustancia gaseosa disforme, que haciéndose sensible al tacto como tenue caucho, llega a
la completa materialización de imágenes humanas. El resultado de las investigaciones
microscópicas es todavía más demostrativo. El laboratorio químico de Schwalm, en
Munich, investigó los restos quedados después de acaecida la desmaterialización
obteniendo el resultado siguiente: Celldetrítus con distintas células de epitelio, algunas
con centro, otros sin él. Los experimentos llevados a cabo no dejan lugar a dudas de que
se trata de materia orgánica, viva en un principio, y no de productos inorgánicos como
textiles, papel, goma, etc., para escenificar artificialmente los fenómenos. Además de las
pruebas fotográficas y microscópicas hay las formas dejadas en moldes de parafina y la
constatación del peso de los aparecidos, datos todos de gran importancia para certificar
la objetividad de los fenómenos de materialización. Al hablar en este lugar de la
objetividad de tales fenómenos lo hacemos bajo el supuesto de que se trata de imágenes
objetivas de algún elemento disociado del médium, o sea, un desdoblamiento del ser
psíquico del médium producido a voluntad.
Rhine hizo el descubrimiento de que el espíritu humano alcanza mucho más de
lo que hasta aquel entonces se había supuesto. El espíritu tiene la facultad de penetrar en
la materia; de lo que surge la llamada psicoquinesia. Con ello Rhine descubrió,
empleando un camino distinto del que usaron los otros investigadores, la relación entre
el espíritu y la materia, siendo esto en la parasicología un principio fundamental de las
relaciones entre ésta y aquél. De esta forma es posible explicar muchas cosas oscuras e
incomprensibles de los fenómenos espiritistas y de las prácticas oculto-mágicas,
reduciéndolas a un principio o fenómeno de inmanencia.
Lo que diferencia a Rhine de los demás investigadores de la parasicología, es
la tesis de que pueden producirse mejor los fenómenos de telequinesis estando el sujeto
de prueba en plena e íntegra consciencia. Esto es algo nuevo en relación con el punto de
vista tradicional de que los fenómenos de desdoblamiento son siempre consecuencia de
la desintegración o disociación del consciente. Sin embargo, Rhine mismo confiesa que
su tesis sólo es cierta en los casos espontáneos y se ve incapaz de producirlos a
voluntad. Da que pensar la comparación que hace entre las energías que se ven
claramente en los experimentos y las que surgen en casos espontáneos. La enorme
diferencia, la poquísima energía que Rhine es capaz de poner en juego con sus
experimentos, comparado con la que se necesita para los casos espontáneos como por
ejemplo en los fenómenos de materialización, da que pensar al observador.
En Deuteronomio 18, 11-12, se observa claramente esta lucha: «Quien consulte a
los muertos es abominación para con Jehová». La historia de la pitonisa de Endor ha
sido comentada de diversas maneras (1 Sam. 28). Una cosa empero sabemos de esta
historia y es que al ir a ver a la pitonisa, Saúl fue a buscar su pena de muerte. El
preguntar a los muertos también fue condenado en el tiempo profético. Isaías dice (8,
19): «¿Consultará a los muertos por los vivos?» La misma falta que el preguntar a los
muertos era considerado el consultar a los dioses. El rey Ocozías (2. Rey. 1, 2f), estando
enfermo envió mensajeros al dios de Ecrón, para preguntar a Baal-Zebub. Con querer
preguntar al dios se procuró su pena de muerte, al igual que Saúl con la pitonisa de
Endor. (Kurt K. Koch – Ocultismo y cura de almas)

HIPNOTISMO

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La Beata Ana Catalina Emmerick, religiosa agustina, vidente estigmatizada
alemana muerta en 1834, habla así, por revelación divina, del hipnotismo: "...el sueño
hipnótico, y la visión de cosas remotas y futuras, por medio de este sueño, son engaños
diabólicos. La mayor parte del asunto del hipnotismo es puro engaño del demonio. Una
vez en trance los hipnotizados no ven más que falsedad y mentiras pues el diablo les
presenta imágenes dándoles a todas falsas apariencias. En el hipnotismo no se invoca al
diablo pero él acude por sí mismo. Cualquier persona que se entrega a esta práctica
toma de la naturaleza cosas que no pueden ser obtenidas, como el poder de sanar y de
santificar, sino en el seno de la Iglesia. Esta persona toma este poder de la naturaleza
que está llena de la influencia de Satanás en todo aquello que no está unido con
Jesucristo por la verdadera fe y la gracia santificante. Las personas hipnotizadas no ven
nada en su verdadero modo de ser en relación con Dios, ven las cosas separadas y
desunidas como a través de un agujero o una hendidura. Toda unión entre pecadores es
peligrosa: la penetración interior mediante el hipnotismo lo es mucho más; por el
hipnotismo es resucitada, en cierto modo, una de las facultades del hombre anterior a su
caída (facultad que no está totalmente muerta), pero es resucitada, en cierto modo, para
ser desarmada, y expuesta, interiormente, a los ataques de los diablos. Cuando en el
estado hipnótico los sentidos están muertos, y la luz interior recibe y da impresiones,
entonces aquello que hay de más santo en el hombre, la vigilancia interna, está expuesta
a las influencias perniciosas y a infecciones contagiosas del maligno espíritu, del cual el
alma en estado de vigilancia ordinaria no puede tener conciencia por medio de los
sentidos, sujetos, como ella, a las leyes del tiempo y del espacio. Yo veo en verdad que
un alma, toda pura y reconciliada con Dios, ni aún en este estado, en el cual los
principios de su vida íntima están expuestos, pude ser herida por el diablo. Pero veo
también que si antes ha consentido la menor tentación, Satanás hace libremente su juego
en el interior del alma, siempre de manera deslumbradora y con apariencia de santidad.
Las visiones se vuelven mentirosas, y si ella ve, por si acaso, algún medio de sanar el
cuerpo mortal compra este poder a caro precio, es decir al precio de una infección
secreta del alma inmortal. El hipnotizado está frecuentemente manchado por un
contacto mágico con las inclinaciones malas del hipnotizador. Hay una relación entre el
hipnotismo y el hombre con los tres reinos de las tinieblas. La esfera inferior, la más
tenebrosa, es la de la magia y del culto formal a Satanás. La segunda es la de la codicia
sensual y la superstición. La tercera comprende el ateísmo y la masonería. En el recinto
de la esfera inferior y en la del medio veo los estados hipnóticos como los medios
más potentes con los cuales el reino de las tinieblas atrae a los hombres. He visto dentro
de la esfera más tenebrosa ciertos estados y ciertas relaciones que en la vida ordinaria
no son considerados ilícitos y he visto a muchas personas hipnotizadas. Veo algo
abominable entre ellas y el hipnotizador: son como nubes negras de diversas formas que
van de unos a otros. No he visto jamás personas bajo la influencia del hipnotismo sin
que se haya mezclado al menos una impureza sexual muy sutil. Siempre veo que sus
visiones provienen de espíritus malignos que sirven de intermediarios. He visto a
personas de la región luminosa más elevada caer en la región tenebrosa por su
participación en los procedimientos hipnóticos que se aplican con apariencia de
tratamientos de enfermedades y ejercidos con pretexto de intereses científicos. Yo los vi
hipnotizar y seducir en sucesos engañadores y vi que sacaban a muchos del reino de la
luz y los llevaban al de las tinieblas. He visto que querían confundir estas curaciones,
de origen infernal y estos reflejos de las tinieblas, con las curaciones obradas con la luz
y con la clarividencia de personas favorecidas por Dios. He visto en este estado inferior
a muchos hombres distinguidos, que trabajan, sin saberlo, en esta esfera de la iglesia
infernal. La consulta mediante cartas son el simulacro del falso dios y este falso dios es

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el diablo. A veces éste se ve forzado a decir la verdad y entonces la clarividente lo
anuncia con ira. Los pases y movimientos circulares sobre un miembro enfermo son
absurdos y peligrosos porque tienden a peligrosas supersticiones.

LOCURA INDUCIDA
Mostremos en primer lugar un ejemplo que carece de complicaciones, la
locura contagiosa, y veamos de qué se trata. El enfermo psíquico de locura inducida
acepta sencillamente las ideas de locura de cualquiera de los enfermos que están cerca
de él. La terapéutica a seguir en este caso es sencillamente aislar al enfermo del
causante o causantes de su locura, esta separación conduce normalmente a una pronta
curación del contagiado. Un problema parecido es el que conocemos con el nombre de
transposición oculta. En la locura inducida, el que sana por medio del aislamiento no es
el enfermo sino el contagiado. En cambio, en los casos de transposición oculta el
enfermo psíquico puede sanar y el contagiado permanecer enfermo después de haber
practicado el aislamiento, hasta que no se lleva a cabo la debida cura espiritual por
personas piadosas y entendidas en la materia. Con ello por lo menos hemos sacado una
cosa en claro, y es que partiendo de distintos resultados podemos llegar a distintos
orígenes.

MAGIA
La magia, el conjuro mágico, consiste en invocar a Dios o al diablo para que
nos solucione obligatoriamente algún asunto: este conjuro entra dentro de las prácticas
ocultistas que se oponen frontalmente al primero y segundo mandamientos de la Ley de
Dios que prohíben tomar el nombre de Dios en vano (segundo mandamiento) o invocar
al diablo (primer mandamiento: “¡Amarás a Dios sobre todas las cosas!”) No es conjuro
la oración o invocación a Dios, la Virgen o los Santos, para que nos ayuden en
determinados casos, pero siempre confiando lo que pedimos a la voluntad de Dios, a lo
que Él disponga.
El que pretende practicar la magia blanca usando los tres nombres de la
Trinidad, es que quiere disponer de Dios a su antojo. No suplica, como en la práctica de
la oración, sino que exige, ordena; por ello no puede escapar al juicio contenido en las
palabras: «Porque Dios no tomará por inocente al que tomare su nombre en vano».
Existe un rito de magia blanca y otro de magia negra. El hechizo negro se
realiza invocando los tres nombres del diablo; la petición se dirige pues a las potencias
del Averno. El conjuro blanco se dirige a las tres personas de la Santísima Trinidad, con
lo que se pretende colocar las fuerzas divinas al servicio de los hombres. La fórmula del
hechizo se pronuncia casi siempre a media voz o incluso murmurándola.
La equivalencia entre el amuleto y el conjuro blanco o el negro, se muestra en
las reacciones psíquicas que son su consecuencia; la semejanza entre ambos procesos es
comprensible después de una simple reflexión de orden teológico. El hechicero que
quiere efectuar una curación con la ayuda de Dios o la del diablo se coloca ante estas

16
fuerzas trascendentes del Universo como alguien que quiere hacer uso de ellas
dominándolas.
Tanto parasicológicamente como para la cura de almas, hay que recordar lo
siguiente: mediante el conjuro mágico después de la curación orgánica sigue la dolencia
psíquica. El proceso del conjuro es casi siempre una transformación de lo orgánico a lo
psíquico: el diablo, por un favor que hace, pide cincuenta…
Por el lado patológico, se manifiestan en el curado por ensalmo síntomas que,
psiquiátricamente no corresponden enteramente al cuadro normal de dolencias
melancólicas, como son la apatía, la turbación de los sentidos, las depresiones, las
desganas de vivir, los pensamientos de suicidio, etc. En el plano religioso aparecen
síntomas como resistencia contra la Palabra de Dios y la oración, endurecimiento contra
el Espíritu Santo, momentos de posición anticristiana, que no son fáciles de clasificar
entre lo psíquico o lo psiquiátrico.
El ensalmo mágico produce pues como efecto primario, disturbios psíquicos, y
como efecto secundario el desarrollo de las capacidades mediales. Cuando las fuerzas
del subconsciente son soltadas y movilizadas, sobre todo cuando es provocado por legos
profanos de ciencias síquicas, aparte de malos resultados en el terreno religioso, se
producen complicaciones neuróticas que se extienden a varias generaciones. A menudo
se encuentra el caso de que en la cuarta generación hay síntomas sin que el afectado sea
consciente de la existencia de prácticas ocultas en la segunda o en la tercera generación;
sin embargo, permanece la herencia de la anterior, sin dejar huellas aparentes en las
intermedias.
Nos falta todavía examinar el hecho de la curación desde el punto de vista
médico. Tenemos noticia de una gran cantidad de curaciones, que fueron realizadas por
el ensalmo mágico. Pues bien, en todas aquellas en que he tenido ocasión de seguir el
caso, se ha tratado de curaciones aparentes. O bien reaparecía la enfermedad después de
una pausa, o como en otros casos sólo se trataba de una transposición o transformación
de la enfermedad orgánica en síquica. La dolencia orgánica, los dolores físicos son
transportados por el inconsciente al subconsciente y crean allí fuertes complejos que se
descargan en fuertes transformaciones del carácter. 'Todo lo que consiguió el ensalmo
mágico fue únicamente una transformación de los síntomas, una transposición de las
enfermedades físicas en disturbios síquicos. Esta remoción de síntomas se conoce
también en la psicoterapia como resultado de un tratamiento de sugestión.
Al llevar las dolencias orgánicas al terreno del subconsciente ocurre algo muy
parecido al proceso que se lleva a cabo al transferir impresiones no asimiladas del
consciente al subconsciente. En un caso se da una transposición ascendente y en el otro
descendente; en ambos casos se establece un trauma psíquico, con la sola diferencia que
se producen más complejos cargados de energía con la transposición de lo orgánico a lo
psíquico que por el camino descendente.
Un fenómeno constante y remarcable es el hecho de que existe un muro
contra la Palabra de Dios en todo lugar donde se practican las artes ocultas. Un pueblo
donde el hechicero había conjurado las tres cuartas partes de las cuadras ganaderas, era
una fortaleza contra la Iglesia, la Palabra de Dios y toda clase de organizaciones
religiosas.
Debemos a continuación dirigir algunas preguntas a la magia blanca y a la
magia negra. Primeramente nos interesa el modo de la magia. El proceso mágico
consiste primero en la señal (la llamada al diablo o a Dios), después en la fórmula, y
finalmente un acto simbólico, que sólo se lleva a cabo a veces. En la magia negra existe
por ejemplo el hechizo de supuesta transposición, de algún mal, por ejemplo: Se hierve
un trozo de carne de cerdo en la orina de un enfermo y se da a comer a un perro,

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pronunciando una fórmula mágica: el perro muere y el enfermo sana automáticamente.
En la magia blanca la transportación se realiza de la siguiente manera: Se cogen hojas
de nogal a las que se mezcla un versículo escrito de la Biblia y sin leerlo hay que
comerlas. Existe en la magia blanca un hechizo de fertilidad que consiste en colocar los
cabellos de una mujer entre dos trozos de pan y darlos a comer al animal que deba ser
fértil. Sin embargo lo esencial de la magia no es tanto las fórmulas de curación sino los
encantamientos y hechizos persecutorios de las personas a las que se odia; a la vez que
la defensa de tales ataques mágicos.
La magia blanca tiene el mismo carácter que la negra, sólo con la diferencia
que se cubre de un manto religioso y así engaña a muchos. Es un enmascaramiento de la
magia cuidadosamente preparado. El apóstol Pablo dice en cuanto a esto: “¿Y qué
concordia tiene Cristo con Belial?”(2 Cor. 6, 15). Se ha dicho ya que precisamente el
origen de la rebelión contra Dios es que el hombre trate de someter a Dios a sus propios
planes. En la cura de almas se ha demostrado que también en la magia blanca aparecen
perturbaciones psíquicas y que se da la coincidencia que son las mismas que causa la
magia negra.
La magia está en contra del Reino de Dios. La persona que actúa en la magia
está bajo el juicio divino.

MAGNETISMO, SUGESTIÓN
La ondulación magnética

El magnetismo es una influencia inherente a todos los cuerpos, pero se


desprende con intensidad particular del organismo humano. Como la de la electricidad,
su naturaleza nos es todavía desconocida, aunque su presencia se manifiesta por efectos
que exigen su hipótesis. Inspirándose en las teorías de la Física general, se admite que
este agente se halla constituido por ondas resultantes de la vibración de los átomos
constitutivos de los cuerpos. La experiencia ha demostrado que la amplitud y la
frecuencia de las ondas magnéticas varían según que se trate de un vegetal o de un
mineral, de un animal o de un ser humano. En este último, si su salud se encuentra
equilibrada, la ondulación magnética alcanza su máximo de intensidad.
Ese mismo agente magnético que radica alrededor de nosotros, se observa en
cualquier parte de la Naturaleza. Acompaña toda manifestación de la vida y del
movimiento. Se ha comprobado experimentalmente su presencia en las reacciones
químicas, en las manifestaciones del movimiento, del color, de la luz, del sonido, etc.
Los metales, las plantas y muy en particular los anímales, tienen una noción análoga a la
nuestra.
Con el vocablo “magnetismo” se estudian en Física los fenómenos debidos al
imán. Son estos últimos los que por analogía han dado su nombre a los que nosotros
estudiamos aquí. Además, el imán, independientemente de sus propiedades, por lo
general conocidas, ejerce poderosa influencia sobre el organismo humano;
paralelamente a su acción física desprende una acción fisiológica muy apreciable.
La ondulación magnética parece ser de intensidad proporcional a la energía
vibratoria del organismo, a la vitalidad del individuo. Se exterioriza, normalmente,
según un movimiento concéntrico de toda la superficie del cuerpo. En los ojos, los
extremos de los dedos, el encéfalo y el aliento esta exteriorización es particularmente
activa.

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Polarización

En la práctica sólo las personas de una receptividad excepcional o los enfermos


afectos por su estado a una receptividad análoga, perciben muy claramente la diferencia
del magnetismo positivo y del magnetismo negativo.
El lado derecho y la arista mediana anterior del cuerpo humano emiten
magnetismo positivo.
El lado izquierdo y la arista mediana posterior emiten magnetismo negativo.
La cima de la cabeza (vértice) y el perineo pueden ser considerados como líneas
neutras.

Proyección metódica del magnetismo

Magnetizar es proyectar sistemáticamente la ondulación magnética. Las acciones


ejercidas por esta proyección pueden refundirse en cuatro:
1) “Cargar” todo o parte del organismo del magnetizado en forma que acelere el
tono del movimiento con una proyección intensiva de los efluvios del magnetizador.
2) “Desprender” todo o parte de un organismo preliminarmente cargado.
3) “Fijar” en un punto, condensar en una reducida superficie la mayor energía
posible.
4) “Dispersar” la sobreeacrtividad, espontánea o provocada, de un punto
determinado.
Dirigiendo una dulce mirada sobre un punto dado del cuerpo (sin esfuerzo
alguno fascinador) se envía hacia ese punto la ondulación magnética exteriorizada por
los ojos. Como el ojo, el aliento proyecta activamente el agente magnético y de aquí el
uso que se hace en terapéutica. El desprendimiento digital, en algunos individuos, tiene
su efecto lo mismo en la superficie de la palma de la mano que en la punta de los dedos.
Esto se tiene en cuenta al imponer la mano, es decir, mintiéndola a varios centímetros
de la superficie a magnetizar o aplicándola sobre dicha superficie.

Acciones polares

Desde el punto de vista de la polaridad, dos maniobras inversas son posibles:


poner en contacto dos partes del cuerpo semejantemente polarizadas (dos regiones
positivas o dos negativas) y poner en contacto dos regiones opuestamente polarizadas
(una negativa y una positiva). Estas dos acciones tienen efectos contrarios. Así, el
contacto de polos del mismo nombre (por ejemplo vuestra mano derecha colocada a la
derecha o en medio de la frente del sujeto) repele, excita la actividad orgánica; y si la
receptividad del magnetizado lo permite, determina el sueño magnético. Inversamente,
la oposición de dos polos distintos. Supongamos vuestra mano izquierda colocada en
medio o a la derecha de la frente del sujeto) atrae, calma, paraliza (o suprime la
contractura) y despierta el sueño magnético.
Podemos resumir todo ello en dos leyes sucintas, de este modo formuladas:
Las oposiciones de polos del mismo nombre, repelen, contracturan, excitan y
duermen. Las oposiciones de polos de nombres diferentes atraen, calman, paralizan y
despiertan.
No se puede olvidar que las oposiciones de polos del mismo nombre tienen un
efecto análogo a la acción de cargar, descrita anteriormente, mientras que las

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oposiciones de polos de nombres contrarios tienen una acción análoga a la de
desprender.

Magnetismo terapéutico

Cuando dos cuerpos se hallan en presencia, el magnetismo del más


enérgicamente vibrante se impone al del otro, porque un equilibrio tiende a establecerse
entre los dos tonos de movimientos de ondulaciones respectivas. Así la salud puede
comunicarse.
Sí, por ejemplo, colocamos un consuntivo en el ambiente de un individuo cuya
salud está equilibrada, o todavía mejor, de un hiperesténico, este último parece
transmitir al enfermo, por ondulación, su propio movimiento vital. Si este contacto
radiovibratorio se repite y se prolonga suficientemente, una especie de regeneración se
opera en el magnetizado; tal es el principio fundamental del tratamiento de las
enfermedades por el magnetismo.
Sabiendo equilibrar el magnetismo proyectado según las reglas definidas en los
párrafos anteriores se logra infundir en el organismo la fuerza necesaria a las reacciones
que conducirán al estado normal. También se consigue sostener la vitalidad
desfalleciente, excitar tal o cual función cuya atonía es causa de un desarreglo
determinado, calmar los estados inflamatorios y regularizar sintéticamente el juego de
los órganos.
Cualquier persona, sobre todo en el estado vibratorio en que la coloca el deseo
de aliviar a un ser querido, puede magnetizar curativamente con éxito. Sólo los
perturbados y los asténicos son impropios a esta práctica; unos porque sus ondulaciones
se dispersan, los otros por miseria fisiológica.

Consciencia y subconsciencia

La actividad psíquica del ser humano consta de dos modalidades: una, objetiva,
voluntaria, ejerciéndose siempre con propósito deliberado; la otra, subjetiva,
automática. Se llama consciencia la primera de las dos modalidades, es decir el
discernimiento, el juicio, el razonamiento, con los cuales tenemos conciencia de
nosotros mismos, de los seres y de las cosas. La segunda funciona sin que nosotros
prestemos atención; es el subconsciente, en cuyo dominio hay que colocar los
sentimientos, las impresiones, la memoria, la asociación subjetiva de las ideas, la
imaginación, etc.
La subconsciencia registra pasivamente todas las impresiones que recibimos del
exterior o que nacen espontáneamente en nosotros. Nuestros pensamientos más fugaces,
nuestras percepciones más delicadas, se encuentran impresas y reunidos por analogía. El
subconsciente no solamente conserva la huella indeleble, sino que nos la rememora bajo
el efecto de pensamientos y de percepciones idénticos o conexos, y en sus misteriosas
profundidades se elaboran las incitaciones, las inclinaciones, los impulsos…

Acción de la sugestión sobre la conciencia y el subconsciente

Cuando una poderosa impresión, o la repetición de una percepción determinada


llegan a afectar al subconsciente, la actividad de la conciencia tiende a desaparecer más
o menos totalmente. A la inversa, cuando la atención, el juicio y el razonamiento cesan
de estar despiertos, las facultades del subconsciente, sobre todo la imaginación y la
impresionabilidad, se intensifican.

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La conciencia, entorpecida poco a poco bajo el triple efecto de la fatiga diaria,
del silencio y de la inmovilidad, deja muy pronto de obrar enteramente. En cambio el
subconsciente no se detiene nunca. En el transcurso de la velada advertimos más su
labor continua, que llega a ser manifiesta en cuanto nos quedamos dormidos.
Efectivamente, las impresiones sensoriales percibidas por los sentidos mientras
dormimos, las imágenes, ideas, emociones y sensaciones almacenadas durante los días,
los meses, los años precedentes, se reúnen, se asocian de un modo extraño: es el sueño o
pesadilla. Por absurdo que pueda ser el cuadro que desfila ante nuestros ojos, es
admitido sin discusión. Soñamos, por ejemplo, que nos movemos en los aires sin punto
de apoyo y aquello nos parece muy natural. Las cosas más inverosímiles tienen en
sueños una turbadora realidad. Es sólo al despertar cuando la conciencia, es decir, el
juicio y el razonamiento, recobran sus funciones y comprendemos las inverosimilitudes
de la pesadilla que acabamos de vivir. La hipnosis por sugestión difiere del sueño
natural en que es provocada por un tercero; en que la actividad del subconsciente en
lugar de ser anárquica puede ser dirigida por el operador y que el automatismo
permanece activo. Se sabe, además, que algunas personas, en su sueño natural, se
mueven, hablan, se agitan automáticamente, todo como un hipnotizado; es el
sonambulismo natural.

La sugestibilidad

Se denomina ordinariamente “sugestionable” toda persona incapaz de ofrecer a


la sugestión una resistencia consciente o inconsciente bastante enérgica para hacerla
ineficaz. Siendo la sugestibilidad en el sentido exacto de la palabra función del
subconsciente, se puede fraccionar en dos categorías desde el punto de vista de la
sugestión:
1) Quienes están privados de medios de resistencia a la acción en grado máximo.
2) La de todos los que ofrecen una resistencia más o menos grande y solo son
relativamente sugestionables.

Ensayo de síntesis

Nosotros cambiamos continuamente con los demás verdaderas corrientes


psíquicas de una modalidad de acuerdo con la naturaleza de los pensamientos emitidos,
y de una intensidad actuante proporcional a la precisión, a la energía y a la continuidad
de dicho pensamiento ¿Cómo tienen lugar las comunicaciones de pensamientos
observadas entre los modernos? Cuando un peligro amenaza a una persona, la impulsa,
en su excitación nerviosa, a pensar inconsciente o conscientemente en un pariente, en un
amigo, en un ser en relación de afinidad…
Todos esos hechos notables son las manifestaciones perceptibles de la acción
telepsíquica; son los que su relieve señala a la atención; nosotros no advertimos nada, a
menos de llevar mucho tiempo observándola, de la influencia contínua que ejercemos
unos sobre otros con los pensamientos emitidos.
Lo mismo que las ondas hertzianas, las del pensamiento son recibidas si están
animadas de energía emisora suficiente; son percibidas si encuentran una mentalidad
receptora, es decir, presentando con el psiquis emisor la debida afinidad. Se realiza
entonces la comunicación de pensamientos: y esas ondas se imponen, hasta en
desacuerdo con la naturaleza de las del sujeto al cual se les destina, si su intensidad, su
pureza, su continuidad son lo bastante poderosas para eso.

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En la experimentación corriente hay que tener en cuenta el factor “acción
telepsíquica”. En la vida, en los negocios, en la educación del pensamiento, es la base
de la llamada influencia personal.

Algunas ideas sintéticas

Bajo el efecto de un grave acontecimiento sobrevenido a uno de nuestros


semejantes, nuestro estado psíquico puede modificarse y reflejar- si así es permitido
llamarlo- más o menos claramente dicho acontecimiento. Accionado por la llegada de
vibraciones, procedentes de la persona en cuestión, nuestro organismo psíquico sufrirá
una resonancia cuya expresión, según nuestra mayor o menor aptitud clarividente, ha
de ser una sensación intuitiva, etc. Todo lo que nos interesa, sea en el pensamiento, sea
en las acciones de otro, puede seguramente ser percibido a distancia por nuestro
intelecto, si sabemos colocarnos en el estado de receptividad requerido, ese estado que
buscan los que se dedican a contemplar una bola de cristal…
Se puede admitir que el epifenómeno radiovibratorio que acompaña nuestras
emociones, nuestros sentimientos, nuestras reflexiones, nuestras voliciones, tiene
raramente la intensidad deseada para entrar, por decirlo así con violencia en el metal de
aquéllos en quienes pensamos e imponerse a ellos bajo la forma de una brusca
percepción. Por otra parte se encuentra también con dificultad, llegando a su destino, la
pasividad o la semejanza de todo, de movimiento necesario a una receptividad pasiva.
En lo que se refiere a la visión a distancia de cosas materiales ¿a qué ley
misteriosa obedece? Boirac, en presencia de la realidad del fenómeno, llega a la
hipótesis de las radiaciones, uniendo los seres y las cosas. Es casi lo mismo que nos
dicen los teósofos:
“Vivimos sin cesar- dice Leadbeater- bañados en un vasto mar, mezcla de aire y
de éter, penetrando éste en todas partes, como penetra toda materia física, y es, sobre
todo, por medio de vibraciones, en el mar inmenso de materia, como nos llegan del
exterior las impresiones. Eso lo sabemos todos, pero muchos quizás nunca se han dado
cuenta de que el número de vibraciones a las cuales somos capaces de responder es
decididamente infinitesimal”.
Entre las vibraciones en extremo rápidas a las que está sometido el éter, existe
una pequeña sección, una sección muy pequeña, a la cual la retina del ojo humano es
capaz de responder, y esas vibraciones particulares producen en nosotros la sensación
que llamamos luz. Dicho de otra forma, nosotros solamente somos capaces de ver los
objetos en los cuales esta especie particular de luz puede ser admitida o reflejada.

Introducción a la medicina psicomagnética

El magnetismo permite excitar el vigor de uno o de varios órganos caídos en


estado de atonía, moderar su modo de movimiento en el caso de sobrexcitación, de
inflamación; esterilizar los focos microbianos; regularizar el conjunto de las funciones;
oponer a la astenia, bajo todas sus formas, una activación celular intensa; operar, en
todos los casos, una poderosa revitalización. La sugestión, aplicada en el estado de
vigilia o de sueño provocado, tiene una acción muy profunda sobre todas las funciones,
sobre las perturbaciones motrices, sensoriales, nerviosas y psíquicas; por sí sola puede
realizar curas extraordinarias. La acción del pensamiento, movido por la voluntad puede
también llevar a cabo todo lo que el magnetismo y la sugestión sean capaces de obtener.

Acción reeducativa sobre el subconsciente

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Todos los automatismos defectuosos, movimientos involuntarios, hábitos,
deseos, perturbaciones emocionales, etc, pueden ser reeducados por sugestión.
Para conseguirlo es lo mejor retirarse a una habitación tranquila, silenciosa y
débilmente iluminada; adoptar una posición cómoda, orientando voluntariamente su
pensamiento hacia el estado que se intenta hacer desaparecer. Inversamente, la misma
práctica puede crear los impulsos beneficiosos. De esta forma el que tiene tendencia a
sustraerse ante una dificultad, a hablar inútilmente o sin consideración, a usar de
tóxicos, a ceder a las solicitaciones mórbidas, no sólo puede atenuar progresivamente y
luego hacer que desaparezcan los impulsos perjudiciales, sino que también conseguirá
que nazca una instintiva disposición al estado contrario.
Representarse a sí mismo, mentalmente, el momento en que se ha sufrido el
automatismo que se desea anular; repetirse mentalmente las desventajas y las
consecuencias que implica, y todo el beneficio resultante de su desaparición. Imaginarse
enseguida experimentando violentamente repugnancia por dicho estado, sintiendo el
deseo irresist5ible de afrontarlo, de dominarlo y de verse por anticipado cumpliendo los
actos de autodominio necesarios. Repetirse que la dificultad reside enteramente en un
error de juicio, que la satisfacción del impulso en cuestión se reduce, en suma, a muy
poca cosa; que este impulso establecido por un determinismo subconsciente, se atenúa
inconscientemente a efectos de la insistencia de vuestros pensamientos, y que la
repetición de esos pensamientos le harán gradualmente disminuir y luego desaparecer
con toda rapidez. Esta autosugestión, practicada todos los días de quince a veinte
minutos, ejerce una honda huella sobre el subconsciente y modifica positivamente el
carácter.
Al autosugestionarse, hay además que añadir la de experimentar la repugnancia,
una repulsión insuperable por lo que tienta. El subconsciente acepta todo lo que se le
afirma. En los comienzos, reacciona por la fuerza de las sugestiones ya implantadas
pero cede siempre.
Es conveniente imaginar y contemplar breves momentos la personalidad nueva
que se trata de crear, representándole pensando y obrando tal como lo hará una vez que
realice todos sus atributos aislados. Pensar en lo que se quiere ser, verse transformado,
determinarse a conseguirlo en el más breve plazo, es decir, hacer para eso los mayores
esfuerzos.

Equilibrio orgánico, nervioso y psíquico

El equilibrio orgánico, conduce a una sobreproducción y una acumulación de


fuerza nerviosa y eleva, paralelamente, el potencial cerebral y la vitalidad general del
organismo. El estado de salud llega a ser cada vez más resistente, porque el organismo
dispone de una reserva mediante la cual su consumo automático- las reacciones
fisiológicas- puede ejercerse casi siempre sin debilitar.
Sin alimentación racional y oxigenación suficiente de la sangre, no hay
desarrollo psíquico. Comer mucho es restringir el potencial general de la fuerza
orgánica exigiendo un concurso activo exagerado de la fuerza nerviosa en el aparato
digestivo, lo cual es provocar el desgaste de éste, llenar sus vísceras de toxinas y de
desechos, cuya insuficiente eliminación produce la diéresis artrítica, la arteriosclerosis y
todas las perturbaciones conexas. Usar corrientemente de alimentos tóxicos es
introducir en la sangre, y de paso en el cerebro, las toxinas que desorganizan y debilitan.
Contra tales excesos, un individuo nacido robusto puede resistir cierto tiempo, pero
como una gran parte de su energía vital es utilizada en esta defensa automática del

23
organismo, el equilibrio físico de dicho sujeto queda virtualmente roto; presenta puntos
débiles, llega a ser cada vez más accesible a los agentes patógenos, al contagio, y usa
sus órganos pidiéndoles un trabajo intensivo. El aspecto exterior es engañoso y para
ojos no advertidos, el tipo de hombre pletórico, de colores vivos y cuadrado de espalda,
es el del intoxicado florido, radiante de salud hasta el día en que su desgaste de muchos
años de actividad intensa se revele en uno de los órganos más fatigados: hígado, riñón,
arterias, etc. y cese de funcionar descubriendo una lesión y de hecho una enfermedad
crónica.
Desde el punto de vista psíquico, los intoxicados floridos carecen
completamente de equilibrio; son impulsivos, arrebatados, subjetivos. Su voluntad tiene
estallidos, se expresa en ocasiones brutalmente, pero no sabría sostenerse mucho
tiempo. Sus facultades intelectuales no tienen vigor y no pueden hacer sin fatiga un
esfuerzo prolongado.
En el caso inverso, es decir, el de los asténicos, de los clorótidos, la alimentación
racional reanima la vitalidad, y ayudada de la respiración profunda, conduce
rápidamente los subactivos a la condición normal. Sobrealimentar a un asténico o un
linfático, es matarlo sistemáticamente. El tono funcional de los subactivos tiene apenas
el vigor deseado para eliminar los desechos y toxinas resultantes de la nutrición normal.
Conviene, por tanto, ahorrar a los enfermos un fatigoso trabajo y un envenenamiento
evidente.
Los alimentos sanos, hipotónicos y cuidadosamente masticados, el aire puro, una
reacción moral confortante, esto es lo que necesitan los flacos, los débiles, las víctimas
de la irritante ley de transmisión hereditaria de las taras.
El adepto de la cultura psíquica debe poner seria atención en su estado físico,
aceptar como un hecho ineludible las imperfecciones nativas de su estado y realizar un
esfuerzo para detener las consecuencias y hacerlas poco a poco retroceder. La
observancia de la higiene general alimenticia y respiratoria es el camino seguro para
llegar al crecimiento del vigor fisco, y la acción combinada de la autosugestión y de la
determinación a modificar ventajosamente concede a todos los individuos capaces de un
poco de atención el predominio rápido de las intenciones deliberadas sobre los factores
del determinismo primitivo.
El autodominio, con el cual se cultiva el dominio de sí y la gestión racional de
las propias energías, da poco a poco la calma y la firmeza a los entristecidos, a los
sensibles, a los medrosos.
La observancia de todas esas indicaciones, hasta vacilante, tímida, floja, lleva
siempre a cierto resultado que realza la confianza en si mismo e incita a nuevos
esfuerzos. Muy pronto, al mismo tiempo que un noble orgullo, se afirma la conciencia
de la influencia personal voluntaria que se ejerce, y da a la vida toda otro aspecto,
mejor, gracias a los pensamientos nuevos.
Aquellos cuya salud está ya equilibrada, que se hallan provistos de órganos
sanos, vírgenes de toda herencia patológica, aumentarán rápidamente con nuestro
sistema la resistencia de su salud, inspirándose en las ideas de la cultura psíquica. No
tardarán en advertir que colocados en condiciones tales que en otro tiempo hubieran
caído enfermos, han resistido sin experimentar ni la más pequeña molestia.

El valor de la palabra “voluntad”

La palabra “voluntad” considerada como una calificación moral se aplica al que


obra siempre en el momento requerido según la directiva que se ha fijado, aunque le

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cueste un esfuerzo. Tener la voluntad es, por consiguiente, disponer al mismo tiempo de
la prosecución en las ideas y de la energía, en forma que se pueda obrar
infatigablemente, a pesar de todos los obstáculos, siguiendo el mismo objetivo.
La autogestión y la meditación permiten conservar un estado de alma e
intenciones constantes, recordándose todos los motivos que se tienen para obrar con
determinada orientación. Dichos motivos, así sostenidos sobre el platillo objetivo de la
voluntad, hacen que sean previamente contrabalanceados los elementos antagónicos.

El desarrollo magnéticopsíquico

Entregándose a la cultura psíquica, a la preparación prevista por la telepsíquica,


se aumenta de modo considerable la intensidad actuante del pensamiento y llega un
momento en que las voliciones expresadas mentalmente influyen en aquellos a quienes
se dirigen sin estar acompañadas de palabras.
Cuando pensamos en un tercero, nuestros pensamientos tienden a despertar en él
un estadio de alma análogo al nuestro. Generalicemos esta noción y comprenderemos
que la cualidad y la intensidad de los pensamientos que emitimos habitualmente nos
crean una especie de ambiente que afecta a nuestros semejantes de una manera
determinada. Así, dos personas a quienes animan con frecuencia pensamientos altruistas
y elevados experimentarían el uno por el otro una atracción simpática.
En principio, cada uno de nuestros pensamientos atrae pensamientos de igual
naturaleza; su tono de movimiento no los deja asimilar como no sea con mentalidades
capaces de vibrar al mismo tono de movimiento. Las gentes benévolas, altruistas, de
alma elevada, atraen en cierto modo a sus semejantes. Inversamente, los individuos
poco evolucionados que tratan de perjudicar a los otros se atraen dentro de su campo de
acción. (Es como si dijéramos: “Dios los cría y ellos se juntan”) Pero no basta para
triunfar y conseguir relativa felicidad el ser bueno, indulgente, caritativo, etc. No basta
para obtener de una persona los sentimientos de profunda afección el conservar con
respecto a ella un estado de alma semejante. Hace falta todavía ser dueño de sí mismo,
de manera que nuestros pensamientos, nuestros conceptos, sean suficientemente
intensos. De otra forma, se colocaría bajo la dependencia de mentalidades más potentes
y más egoístas. No olvidemos que si la identidad del tono de movimiento de dos
organismos psíquicos es indispensable para que los pensamientos emitidos por el uno
sean espontáneamente aceptados por el otro, una persona mucho más fuerte
mentalmente que otra puede imponerle los movimientos de su propia mentalidad.
Una persona buena será siempre simpática; tal es su “magnetismo personal” y
sin embargo, para que se imponga, para que obtenga el equivalente en calidad de lo que
da, es preciso que sea al menos tan intenso como el “magnetismo personal” de los que
pueden ser sus adversarios.
Se ha dicho que basta ser bueno y afable para ser pagado en la misma moneda.
Ser bueno y afable es ciertamente indispensable para eso, pero se ha de tener también
una voluntad firme y resuelta al mismo tiempo que el suficiente dominio personal.
Si fuese de otra forma, ¿cómo explicar la ingratitud, el amor rechazado, los
afectos ignorados, rechazados, la implacable explotación de los humildes, de los
mansos, de los sencillos? Pero las personas buenas sin estar dotadas de fuerza de
carácter representan desgraciadamente en un noventa por ciento el papel de lamentables
víctimas y son juguetes de los cínicos que explotan su bondad.

Exteriorización de la potencia personal

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El pensamiento obra hacia el exterior. Esta acción, que lleva al exterior de
nosotros mismos la expresión de nuestra voluntad, es un arma de dos filos que sirve a
los que se adueñan de ella para sus fines espúreos. Después de algunas comprobaciones
experimentales, creo que el lector concebirá una gran satisfacción de haber tomado
conciencia de ese poder personal con el que tenemos la certeza de que nuestros
conceptos, sólidamente construidos y obstinadamente sostenidos, cuentan a su servicio
con un vehículo que tiende a realizarlos. Como no importa el medio de acción, el poder
psíquico puede servir a lo arbitrario.
La experiencia demuestra que al emprender ciertos pensamientos se hacen
receptivos los pensamientos análogos. El conocimiento de la telepsiquia no puede en
consecuencia más que incitar el progreso moral; además, revela que no basta ser
moralmente irreprochable, complaciente, sentimentalmente bueno. Hay que tener
también el dominio de sí mismo, es decir, encontrarse capaz de resistir el ascendiente
posible de la acción psíquica de los violentos, de las mentalidades dotadas naturalmente
de un vigor superior al término medio, siendo estos últimos, por el hecho mismo de su
fuerza, inclinados en particular al despotismo.
Según los teósofos, el pensamiento obra exteriormente a nosotros, a través de la
distancia, sobre aquellos en quienes pensamos, y crea una atracción entre las
mentalidades cuyo tono de vibración es idéntico o presenta por lo menos algunas
identidades; igualmente, suponen que ejerce una acción sobre las causas seguidas, sobre
la trama de los acontecimientos. Todo sucede como si eso fuera exacto y pudiera
explicarse sencillamente por los efectos de la telepsiquia humana considerada
aisladamente. Esta consiste en atraer a sí las mentalidades compatibles con los
proyectos, los trabajos, los sentimientos, los deseos que se emiten, o bien crear las
circunstancias, evolucionar hacia el plan en el que nuestros conceptos pueden recibir
una realización.
En tal supuesto, la multiplicidad de nuestros estados de alma es la única causa de
que no realicemos ni obtengamos lo que hubiéramos deseado. Efectivamente, no basta
querer una cosa; es necesario también no desear al mismo tiempo otra antagónica, y
éste, sin embargo, es el defecto capital de la especie humana. Querer de una vez el
equilibrio fisiológico, el bienestar constante del estado de salud y los intensivos goces
sensuales; desear las luces del conocimiento y las satisfacciones pasionales; buscar
paralelamente una fortuna colosal y el desarrollo estético; pretender cumplir una obra
grandiosa y vivir un amor satinado; todo eso significa lo mismo que emitir dos
corrientes de fuerza que tienden a neutralizarse, pero el hombre, en su presunción
innata, aspira a un número considerable de bienes, de satisfacciones, de placeres
antagónicos los unos de los otros. La telepsiquia no es una varita mágica; se ejerce con
el tiempo y el esfuerzo. La concentración de toda la energía de que es capaz hacia un
solo objetivo es la llave del éxito. Mientras que un individuo naturalmente bien dotado,
en extremo inteligente, puede permanecer en la vida como un náufrago infeliz, si
disemina sus fuerzas, el más humilde que sepa y quiera aplicarse a un objeto único,
entregarse en cuerpo y alma a este objeto, puede esperar con la confianza más fundada
un triunfo seguro.
Los que posean brillantes facultades innatas se imaginan que todo se les debe
cuando tienen conciencia de la amplitud de su acción; manifestar furtivamente sus
facultades es una cosa; ejercerlas con continuidad, obstinación, persistencia, es otra
cosa, y esta otra es sólo la que interesa.
(Paul C. Jagot)

* * *

26
Desde el punto de vista histórico diremos que en 1771, el francés Abbé Lenoble
introdujo una nueva terapéutica en la Medicina, poniendo sobre las partes enfermas del
cuerpo magnetos de metal o bien friccionándolas con el mismo. Podríamos llamar a
Lenoble el fundador del magnetismo terapéutico. Mesmer dio un paso más presentando
la teoría del magnetismo animal. Las enseñanzas de Mesmer consistían en asegurar que
el individuo sano puede cargarse magnéticamente de los campos de fuerza magnética de
la tierra y luego transferir a un cuerpo enfermo esta influencia curativa. La magnetopía
se trata de una fuerza natural, totalmente lícita; pero depende de qué forma se emplea.
Fundamentalmente es posible emplear la magnetopatía sin peligro alguno para la vida
espiritual. Sin embargo por cada caso de empleo honrado de la magnetopatía, existen
diez de uso de ésta con mezcla de ocultismo. Por ello es necesario cerciorarse
exactamente de la clase de gente con la que nos las habemos; si no sabemos
positivamente que se trata de un magnetizador cristiano, entonces es mejor no usar la
magnetopatía.

MANCIA
Por mancia se entiende todo arte de predicción o adivinación del pasado, e1
presente o el futuro. Se diferencia de la clarividencia en que, las cosas que ve el
clarividente relativas al pasado o al futuro, son espontáneas, se le aparecen al vidente sin
preparación ni disposición síquica.
Las prácticas de brujería son las que más a menudo aparecen en el paganismo
antiguo. En el Antiguo Testamento encontramos muchos rasgos que nos lo indican. Por
ejemplo: Gén. 44, 5; Lev. 19, 31; Lev. 20, 6; 20, 27; Deut. 18, 10-12; 1. Crón. 10, 13;
Isaías 44, 26; Jer. 29, 8-9; Ez. 21, 26; Hoscas 4, 12; Miqueas 3, 6-7; Zacarías 10, 2. En
estas citas hallamos distintas formas de mancia como son: La adivinación por medio de
vasos, de varas, de agujas, predicción del destino, adivinación por el hígado y por los
sueños, predicción por el grito de los pájaros, fechas de desgracia. Asimismo aparece en
forma muy destacada la astrología (Deut. 17, 2-5; 2 Reyes 17, 16-17; Is. 47:9-14). En
las leyes del Pentateuco se prescribe la pena de muerte para los practicantes de cualquier
clase de mancia (Exudo 22, 17; Lev. 20, 6; 20, 27; Deut. 17, 5).

NEUROSIS
Es un trastorno psíquico que puede presentar una persona sin que existan
lesiones del sistema nervioso. Es un estado morboso debido a reacciones cualitativas del
individuo frente a una clase de situación definida, sea ésta un conflicto interno, un
trauma psíquico o algo similar.
La neurosis evidencia generalmente un intento patológico del paciente para
mantener un ajuste armonioso entre las exigencias que presentan separadamente el
instinto, la conciencia y la realidad.
La neurosis, como enfermedad de la organización de la personalidad, se presenta
en varias formas:
1. De Angustia. Manifiesta una angustia permanente, sobre todo de noche.
2. Fóbica. Concretando la angustia sobre personas, cosas, situaciones o actos.
Limita progresivamente la libertad de la persona.

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3. De órgano. Provoca sintomatología corporal: cefaleas, vértigos, taquicardias,
náuseas, vómitos, etc...
4. Obsesiva. Las ideas y la conducta neurótica dominan al paciente, que se da
cuenta de ello.
Clínicamente, la neurosis da lugar a obsesiones de limpieza, comprobación,
culpabilidad, etc...
Es un hecho médico comprobado por el historial clínico de muchos pacientes,
que la música rock produce neurosis de todo tipo.

OCULTISMO Y ENFERMEDADES PSÍQUICAS


La ola creciente de enfermedades síquicas se extiende en proporciones
aterradoras. Muchas gentes han sido afectadas pasivamente por influencias ocultas sin
su conocimiento, o bien había realizado experimentos voluntarios. En ambos casos los
síntomas eran parecidos. Parece que, efectivamente, los hombres pueden ver cumplidos
por este camino muchos de sus deseos, pero tienen que pagarlo caro con ulteriores
enfermedades psíquicas, en forma de melancolía, depresión, cansancio de la vida,
pensamientos de suicidio, blasfemias hipnóticas, accesos de cólera y perversiones
concupiscentes, etc. Hay una cierta relación entre las prácticas ocultas y las
enfermedades psíquicas.
La dolencia oculta tiene que ver con el dominio de Satanás y por tanto necesita
el mensaje original de Cristo; todo el mensaje en su primitiva pureza, para que el
esclavo de tal experiencia pueda alcanzar la libertad por medio del Redentor del mundo,
Aquel que echaba fuera los demonios y vino para vencer al diablo en todos los terrenos.
Son distintas en cuanto a peligros para la salud las prácticas del ocultismo.
Por las prácticas ocultas la persona se expone al peligro de perder el propio
dominio de sí. La práctica oculta quebranta los poderes del alma humana como un ser
libre, y representan un desgaste de energías, que destrozan la constitución síquica de la
persona.
La práctica durante algún tiempo de artes ocultas (espiritismo, ouija, cartas,
etc), crea, como consecuencia, una constitución síquica atacable, o sea, un terreno
abonado para muchas enfermedades psíquicas. En toda una serie de casos se ha
conseguido demostrar los efectos del ocultismo en la constitución psíquica, a través de
cuatro generaciones de la misma familia. Si se reúnen estos casos observados en ciertas
familias, a veces sin excepción alguna entre todos sus miembros y por varias
generaciones, la ley de probabilidad da un coeficiente muy alto a nuestra tesis, de que
las prácticas ocultas originan y desarrollan disturbios de carácter psíquico.
Los que practican de forma activa algún arte ocultista, ora como dirigentes de
sesiones espiritistas, ora como médiums, así como adivinos profesionales o como
simples asistentes acaban mal. La historia de los tales y de sus familias es de efectos tan
trágicos que es imposible hablar de casualidad. Hay casos de suicidio, de accidentes
mortales, de psicosis, de muertes terroríficas, etc.
En el terreno de la herencia se muestra en los individuos que practican el
ocultismo activo, una evidente relación hereditaria hasta la tercera y cuarta generación,
muy similar a los conocidos resultados del alcoholismo, la sífilis y la psicosis.
Es también curioso observar lo que sucede con los que han participado en
sesiones espiritistas, que incluso después de pasados algunos años y de haber cesado de

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asistir a las tales, todavía ven espíritus y fantasmas. Como lo dice Goethe en una de sus
frases del Aprendiz de brujo: «No puedo soltarme de los espíritus que llamé».
Lo que acabamos de decir acerca de los ocultistas activos, es aplicable a los
pasivos, o espectadores de tales fenómenos; aunque con menos intensidad.
a) Deformación del carácter. Personalidades duras y egoístas. Naturalezas
oscuras y poco sociables.
b) Pasiones acentuadas. Sexualidad anormal. Ataques de cólera. Manía de
pelear. Tendencia a la ira. Avaricia y cleptomanía.
c) Enfermedades síquicas. Pensamientos impuestos, melancolía. Ideas de
suicidio, miedo infundado.
d) Posesión demoníaca evidenciada por: Rasgos de manías suicidas. Tendencia
a actos de violencia y criminales. Posesión demoníaca demostrada.
f) Tendencias mentales de carácter moral. Animosidad contra Dios y Cristo.
Piedad simulada. Desgana hacia la Palabra de Dios y la oración. Pensamientos
blasfemos. Locura religiosa.
g) Fenómenos externos. Ruidos misteriosos, apariciones, etc.
e) Efectos en las moradas de los ocultistas.
Uno de los fenómenos más extraordinarios son las apariciones que suelen tener
lugar en las viviendas de los ocultistas; en vida de éstos y después de muertos. Mientras
los practicantes del ocultismo viven, es posible aplicar a tales fenómenos la teoría de
Bender, de una existencia separada procedente de las fuerzas síquicas del propio
practicante; pero cuando los mismos fenómenos persisten después de la muerte de éste,
ya no es aplicable tan atrevida hipótesis- psicológica.
El profesor Thielicke escribe en su libro «Preguntas del Cristianismo al mundo
moderno», pág. 199: «Si sabemos alguna cosa con seguridad, es la siguiente: que el
diablo no nos deja tarjeta de visita». El trabajar cubierto con un manto de luz entra en su
táctica de engaño. Jamás mostrará su verdadero rostro y cuanto menos obrará cubierto
con el disfraz de la anonimidad. Esto es lo que dice San Pablo en la segunda epístola a
los Corintios 11. 14: «Satanás se transforma en ángel de luz». Desde este punto de vista
se comprende que esta táctica de encubrimiento desbarata las opiniones; y las prácticas
ocultas difícilmente pueden ser reconocidas en toda su importancia.
Por otra parte puede haber también personas que practiquen el ocultismo sin
que ello produzca consecuencias inmediatas, ni en el terreno psíquico ni en el religioso:
a) Existe solamente un tanto por ciento muy reducido de pacientes de dolencia
oculta que sienten la necesidad de ayuda mediante la cura de almas. La mayoría de estos
enfermos nada saben del origen ocultista de sus perturbaciones psíquicas.
b) Hay personas que teniendo una constitución psíquica muy bien equilibrada,
su subconsciente se resiste al proceso de desdoblamiento, por lo menos así lo parece;
algunos lo disimulan. De todas formas tales personas que practican el ocultismo sin
aparente consecuencia, no escapan al juicio de Dios por su transgresión del primero y
segundo mandamiento.
c) Estos practicantes del ocultismo tienen la opinión de que sus
entretenimientos mágicos no les afectan en nada. Es para ellos simple curiosidad. Sin
embargo, muchos de los que practican artes ocultas fueron en otro tiempo asistentes
normales y asiduos a los cultos religiosos, y poco a poco vinieron a apartarse de la
religión. Durante su apartamiento no notarán por lo general consecuencias psíquicas,
pero si una persona en tales circunstancias es tocada en su conciencia y quiere ser un
cristiano de veras y no un miembro nominal, entonces es cuando se hará manifiesta la
dolencia oculta de la cual el mismo interesado no se había dado cuenta. Si esta
inclinación a Cristo no ha lugar, la dolencia oculta permanece latente pero el paciente

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mismo no se da nunca cuenta de ella. Es éste el estado que el apóstol Pablo describe con
las palabras: «Dios los ha entregado a sentimientos perversos» o como dice el mismo
apóstol en otro lugar: «Cuyo entendimiento está entenebrecido, y son extranjeros a la
vida que viene de Dios». Así pues, si hay alguien que asegura que a él las prácticas
ocultas no le produjeron nunca ninguna perturbación, no hemos de creerlo mientras no
se haya puesto a sí mismo a prueba en la forma antedicha.
E1 argumento principal por el que se demuestra la diferencia entre los
disturbios psíquicos producidos por las dolencias ocultas y sus correspondientes
dolencias psiquiátricas, es el hecho de que los fenómenos ocultos son experimentados
por personas que normalmente están psíquicamente sanas y que a pesar de esto sufren
las consecuencias de los mismos. En la psiquiatría la despersonalización no es más que
la perturbación de la personalidad, una experiencia de alejamiento propio que se
manifiesta a menudo en enfermos mentales (esquizofrenia, melancolía) y en psicópatas
asténícos. En la parasicología hay para ello distintos términos correlativos como son:
participación síquica, disociación, fisura del consciente, etc. Se trata en la psiquiatría del
proceso de una enfermedad, en la parasicología la disociación no representa más que
una capacidad psíquica extraordinaria de un individuo sano. En la psiquiatría es el YO
enfermo el objeto del proceso; en la parasicología es el YO sano el sujeto de la
disociación o en casos espontáneos puede ser que sea objeto y sujeto a la vez.
Los distintos motivos que originan una perturbación psíquica motivan también
una diagnosis distinta y con ello una terapéutica especial según el caso. Aceptada esta
verdad médica es fácil presentar el contraste que existe entre las perturbaciones síquicas
de origen oculto y sus paralelas en la psiquiatría.
El enfermo psíquico de locura inducida acepta sencillamente las ideas de
locura de cualquiera de los enfermos que están cerca de él. La terapéutica a seguir en
este caso es sencillamente aislar al enfermo del causante o causantes de su locura, esta
separación conduce normalmente a una pronto curación del contagiado. En la locura
inducida, el que sana por medio del aislamiento no es el enfermo sino el contagiado. En
cambio, en los casos de transposición oculta el enfermo psíquico puede sanar y el
contagiado permanecer enfermo después de haber practicado el aislamiento, hasta que
no se lleva a cabo la debida cura espiritual por personas piadosas y entendidas en la
materia.
En la medicina hay una ley que es imposible alterar. Es el antiguo dicho: «Los
dioses han puesto la diagnosis antes de la terapéutica». Y no hay nadie que piense en
destruir esta tesis. Sin embargo, hay casos en las enfermedades psíquicas en los cuales
hay que conocer primero la terapéutica para poder sacar después la diagnosis. En los
casos de enfermedades síquicas la diagnosis es más difícil de establecer que en las
enfermedades orgánicas. En muchos casos de perturbaciones psíquicas está
completamente justificado el hacer algunas pruebas terapéuticas antes de entrar en una
diagnosis definitiva. Si, por ejemplo, sucede que un tratamiento de chocks eléctricos, o
por insulina, cardiazol, brufalgina, azomano, etc., conduce a la curación del paciente,
puede tenerse casi por seguro que no existe ninguna dolencia oculta, o no existe ninguna
trabazón demoníaca. Si, por el contrario, se da el caso de que en la cura de almas,
alguien después de rendir una confesión total y sin reservas, y aceptando con fe las
realidades de la salvación, experimenta una curación completa, entonces, lo más
probable es que se trataba de un caso de dolencia oculta. Por ello decíamos que del
resultado de la terapia aplicada se puede deducir la diagnosis u origen de la dolencia. A1
mismo tiempo se nos hace clara la diferencia que existe entre los dos terrenos.
Con este bosquejo práctico, sin entrar en detalles acerca de la semejanza,
diferencia y contraste entre los disturbios síquicos en el terreno del ocultismo y en el de

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la psiquiatría, no se ha dejado bien claro y separado el lugar de cada uno; pues es
necesario tener en cuenta que en la mayoría de los casos los problemas corren paralelos
o se sobreponen el uno al otro. Una terapia segura depende siempre por tanto de la
investigación practicada por dos especialistas el siquiatra y el pastor de almas y de la
decisión que conjuntamente tomen.
La persona que por causa de sus prácticas ocultas no decide su entrega a
Cristo, está bajo el juicio de Dios, cae en poder de lo ilusorio, del caos, está sujeto a las
fuerzas ocultas, ello quiere decir que por el contrario, el que acepta a Cristo como su
Señor, está en el séquito del vencedor, quien vino para destruir las obras del diablo (1. a
Juan 3:8).
La dolencia oculta, desde el punto de vista teológico, no es otra cosa que la
realidad de que el individuo que abandona a Dios, renuncia a sí mismo. El hombre que
deja a su Dios, queda también entregado o abandonado a su suerte, según Romanos 1,
28. El ocultísta que quiere desterrar a Dios se convierte a sí mismo en un desterrado. La
dolencia oculta es excomunión con Dios, alejamiento de Dios, y este alejamiento es la
desintegración, las tinieblas, el caos. La relación de causa a efecto entre las prácticas
mágicas y la dolencia oculta, no es posible verla plenamente con la inteligencia, sino
solamente por la fe. Esta relación tiene su base en la última correspondencia metafísica,
que sólo es posible comprender espiritualmente, entre el pecado y la enfermedad, y es
una prueba de que el hombre natural no percibe las cosas espirituales (1 Cor. 2:14).
(Kurt E. Koch – Ocultismo y cura de almas)

EL PASO
Los pesimistas andan a pasitos precipitados; también andan así los frívolos y los
intelectuales.
Un paso lento y corto indica un alma sencilla y serena.
Si es largo y lento significa una voluntad reflexiva, carácter calculador y algo
tenaz.
Los pasos largos y rápidos deben traducirse como manifestación de un carácter
resuelto y batallador.
Los emprendedores, los que confían en si propios, andan en línea recta, sentando
con fuerza el talón en el suelo.
Los astutos, los diplomáticos, marchan describiendo curvas sinuosas.
Los tristes arrastran los pies, también los peligrosos.
Los tímidos andan arrimados a las paredes.
No obstante, hay que decir que a veces fallan estos asertos.

PENSAMIENTOS HIPNÓTICOS, OBSESIONES Y


LOCURA
El fenómeno de los pensamientos hipnóticos y de las obsesiones se encuentra
también en la mixodema idiopátíca, en los casos de mielo-encefalitis, en intoxicaciones,
tumores, sicópatas hipnóticos (anancastas, en psicosis (esquizofrenia y locura
mánicodepresiva. Las imágenes impuestas son reconocidas por el enfermo como

31
situación incorrecta. En cambio las obsesiones son incorregibles mientras dura la
situación que las ha creado. Los pacientes de dolencias ocultas presentan otros
fenómenos o tendencias, además de los normales de signos psiquiátricos, como son:
temores obsesivos, exagerada escrupulosidad, impulsos a hacer votos y hasta a la
conversión, o a la confesión, según el ambiente religioso en que se encuentran, católico
o evangélico; pero se da el caso de que estas personas se encuentran bajo el impulso de
que quieren convertirse y tienen dudas, y les salen blasfemias sin querer. En el caso del
fenómeno de las blasfemias involuntarias, el Dr. Lechler deja abierta la posibilidad de
influencias satánicas en personas que blasfeman y están en situación síquica normal. En
personas atacadas por el ocultismo se encuentran a menudo obsesiones en gente que
practica el ocultismo o están influenciados por él, cuyo subconsciente ha sido
movilizado y activado de una forma especial.
Las obsesiones se forman cuando el subconsciente da tan fuertes impulsos al
consciente anímico que éste no puede asimilarlos. Da mucho que pensar el hecho que en
todos estos casos, en los cuales ha existido la blasfemia involuntaria o impuesta contra
Dios, ha habido como fondo una historia de ocultismo.

POSESIÓN DIABÓLICA
No hay que diagnosticar con demasiada rapidez la posesión diabólica. Siempre
hay que rehuir el recurso sobrenatural mientras sean posibles las aclaraciones
racionales. Existe el subconsciente humano y curiosos fenómenos a que puede dar lugar,
los cuales pueden a veces parecer posesión diabólica; pero que no siempre lo son.
Solamente allí donde la ciencia fracasa, se abren las puertas a la hipótesis de fuerzas
superiores ocultas.
¿Cuál es la causa de la opresión satánica a la que se denomina estar
endemoniado o poseído? Si preguntamos a gente que se supone afectada de tal modo,
nos encontramos que en el historial de estas personas existen señales de haber empleado
hechicerías, tales como las que se emplean en la magia negra: Hechizar o ser hechizado,
la adivinación, visitar al adivinador y a la echadora de cartas, al igual que la
participación en sesiones espiritistas. La magia negra se emplea más de lo que
creemos...
Si miramos las Escrituras, nos damos cuenta de que también la Biblia conoce
muy bien los hechizos, en los «Hechos de los Apóstoles», cap. 19, se nos habla de la
magia y de los libros de encantamiento. La magia negra tiene un aspecto especial dentro
de los otros pecados del ocultismo, y es que trata de tomar los servicios de Satanás en
beneficio propio. Es literalmente un pacto con el diablo. También acerca de esto nos
dice algo la Escritura en Isaías, 28:15-18. El hombre se entrega a las potencias satánicas
cuando por medio de los encantamientos y por la ayuda del diablo trata de conseguir
algo que Dios le había negado
Debemos decir aquí que la mera posesión de libros de magia cuando existe por
parte del poseedor cierta confianza en su virtud o protección, significa un pacto
indirecto con el diablo. Esta afirmación se ve abundantemente confirmada por la
experiencia. Hay, entre el pueblo, varios de estos libros. El más difundido, y por tanto el
más fácil de seguir en sus consecuencias, es el volumen que contiene los llamados VI y
VII libros de Moisés. En el capítulo 5° del VI libro se lee lo siguiente: «Lucifer,
promete al que posea este libro, que le ayudará y cumplirá sus mandatos; pero

32
solamente mientras lo tenga en su posesión». Muchos dirán que la relación que aquí se
nos anuncia entre el poseedor del libro y Lucifer es simple tontería, fruto de creencias
supersticiosas populares de otros tiempos; y no pocos llegarán a afirmar que la misma
creencia en el diablo es una insensatez, que en nuestro siglo provoca una sonrisa
compasiva. Sin embargo, la ciencia moderna, que tanto se apoya en la experiencia, no
puede negar por lo menos este hecho comprobado mil veces, que las casas y familias
que usan, o simplemente poseen, los libros VI y VII de Moisés, padecen enfermedades
psíquicas de las más diversas clases.
Lo más extraño es el hecho de que estas perturbaciones psíquicas ocurren,
tanto si la relación es directa y voluntaria, como indirecta, por parentesco con el
culpable. Lo único digno de notar es una diferencia de intensidad entre ambos casos.
La imagen exterior de un poseído, se caracteriza por una completa
transformación de la personalidad. El individuo que está poseído parece estar
completamente dominado por una individualidad que no es la suya. Los signos
característicos de este cambio de la primera a la segunda personalidad son: Un brusco
cambio en la expresión del rostro: de una expresión amistosa en una mueca horrible, la
voz cambia también, por ejemplo, de una voz de soprano en una mujer a una voz de
bajo en la misma persona, la aceptación de una nueva individualidad con una nueva
conciencia. Normalmente acompañan a estas tres metamorfosis síquicas fuertes
fenómenos motóricos. El que está poseído experimenta ataques de rabia, suelta los
miembros con gran violencia, los estira, tiene rabia destructora y se vuelve contra todos
los objetos que lo rodean. Un fenómeno que se ha observado muy a menudo es que
cuando el poseído es un niño o incluso una mujer de débil constitución se han
necesitado tres a cuatro hombres para mantenerlos quietos y con todo a veces no ha sido
suficiente. Desde el punto de vista religioso es importante señalar que los poseídos
pronuncian blasfemias contra la Santísima Trinidad y manifiestan claramente su
contrariedad ante las Sagradas Escrituras.
Oesterreich diferencia en la situación subjetiva del poseído la forma sonámbula
y la forma lúcida. La forma sonámbula se caracteriza por medio de la pérdida del
consciente primario en el estado de poseimiento. En el estado consciente al llegar al
momento del paroxismo, habla un segundo YO. El traspaso del consciente primario al
secundario sucede de repente y sin preaviso. El consciente primario calla por completo;
el don del recuerdo desaparece. En la Edad Media se llamaba a este segundo YO que
hablaba por boca de un poseído, un «demonio». En los siglos XVIII y XIX la creencia
en el diablo perdió cada día más fuerza y entonces era el «alma extraviada de algún
fallecido». La forma lúcida del poseído, se caracteriza en que el enfermo no pierde su
consciente. En medio del paroxismo el individuo puede contemplar su propio ataque sin
que pueda dominar este estado, que para él mismo es una cosa extraña que se apodera
de su cuerpo. Lo mismo ocurre en los actos motóricos forzados, que el atacado no puede
dominar, a pesar de darse cuenta de ellos.
Se diferencian dos formas de poseimiento: el que tiene lugar en cualquier
momento imprevisto y en cualquier circunstancia y el que se produce por medio de
prácticas mágicas o sugestivas, en el momento que interesa. Esta segunda forma la
encontramos en los hechiceros de todos los pueblos no cristianos y entre los médiums
espiritistas.
Existe una subdivisión de los estados de poseimiento recurriendo a los términos
empleados para ello en la psicología francesa. En ella se diferencia la posesión de la
obsesión. La obsesión es el primer término y representa cualquier forma de compulsión
incluyendo en ella la posesión. Con el término posesión se determina el sonambulismo

33
diabólico, esto es aquel estado en el que el alma del doliente experimenta un segundo
YO como demonio.
Pueden darse hipotéticos, falsos, casos de posesión diabólica: por sugestión,
“contagio”, alucinación, etc.
Si nos interesan las hipótesis sicológicas del poseimiento, no son menos
interesantes para nuestro estudio los supuestos medio de curación. Si se trata de un caso
de contagio, el siquiatra aconseja que se aísle al contagiado del contagiador; de esta
forma se garantiza una rápida y segura curación. En los casos de poseimiento por
autosugestión o por sugestión externa, ésta pierde normalmente su fuerza cuando se
procede a una explicación racional al paciente, y en el último caso empleando la alta
sugestión, o sea, a la fe de que se está poseído se oponga la fe de que no se está poseído,
y de esta forma quede anulada la primera obsesión. Oesterreich dice: «Si por estos
medios se consigue que desaparezca la “posesión”, se demuestra que era de naturaleza
sugestiva».
Los ocultistas y espiritistas convencidos y desgraciadamente también multitud
de cristianos, atribuyen con excesiva ligereza, cualquier fenómeno psíquico a espíritus
desencarnados o a los demonios; y esto en casos en que no sería necesario. Para
contrarrestar esta tendencia demasiado rápida a la trascendencia, ha de encontrarse la
razón del fenómeno de una forma neutral. Nombraremos tres argumentos que han de
preservar de pasar con demasiada rapidez a la deducción espiritista. En contra de esta
deducción espiritualista existe el hecho de que muchos investigadores se han dado
cuenta de que hay algunas medicinas y drogas que cambian las dotes psíquicas de
algunas personas, incluso médiums, por ejemplo, en algunos casos, la toma de calcio
produce en el individuo que padecía de la doble visión, el que ésta vaya desapareciendo
así que lo toma. Según ello la doble visión sería consecuencia de la falta de cal en el
cuerpo. La cafeína aumenta la capacidad de la mediumidad, mientras que el sodio
amitílico la disminuye. Pertenecen a esta clase de medicinas de efectos psíquicos
aquellos productos que en algunas naciones emplean para hacer confesar a los reos, y
que son aplicadas en forma de inyecciones. En tales casos nos damos cuenta de que se
trata de procesos psicológicos y en ninguna manera de casos de demonismo.
Otro argumento contra la precipitada fe en teorías espiritualistas, es el logro
terapéutico del neurólogo Prince con su paciente Miss Beauchamp. Durante la curación
pudieron ser reconocidas de cuatro a cinco formas de manifestaciones de su
personalidad en estado de disociación. En la Edad Media este caso hubiera sido
considerado como brujería y posesión, ya que se oía en la muchacha como si hablaran
tres o cuatro voces distintas. Después de un continuo estudio, Prince logró que los
distintos estados de consciencia se fundieran en uno sólo, logrando así la completa
curación.
Lo dicho puede ser resumido en una sola frase. En todo caso de ocultismo en
el que pueda hallarse una explicación fisiológica sicológica o de actuación del
subconsciente, no hay que correr a aplicarle la teoría de los espíritus. Tan solamente
cuando la ciencia tiene que confesar su impotencia llamándolo «resto desconocido»,
cabe la hipótesis demonista; que la ciencia, por su parte, no tiene derecho a apresurarse
a rechazar.
El posesionamiento, ¿es un proceso subjetivo o psicoorgánico o bien sufre las
influencias de centros trascendentes de acción? Oesterreich indica que los síntomas
típicos del posesionamiento son los mismos desde los tiempos del N. T., pasando por la
Edad Media, hasta nuestros tiempos. Escribe: «Los relatos de los autores del N. T.
llevan en sí el sello de la verdad, aun cuando se demostrara que los evangelios no son
auténticos, los detalles que nos relatan acerca de los poseídos concuerdan con la verdad:

34
no son imaginación de un fabulista». Surge aquí la pregunta de si esta constancia debe
atribuirse a la perseverancia de la naturaleza humana y de sus enfermedades que
permanecen las mismas a través de siglos o si hay otros motivos. No obstante, este
hecho que nos proporciona la historia religiosa es un factor digno de tener en cuenta en
nuestra búsqueda por la causa vera.
Otro punto de admiración es la inmunidad que se ha venido observando a
través de los tiempos, en cristianos verdaderos y convencidos, contra las infecciones de
posesIonamiento. Oesterreich, escribe referente a esto: «Teólogos famosos opinan que
el posesionamiento ha atacado en muy pocos casos a cristianos auténticos que han
procurado la perfección de su hombre interior». Oesterreich reconoce esta inmunidad de
los cristianos verdaderos contra los fenómenos de posesionamiento; pues dice: «En
casos difíciles de posesionamiento, uno desearía encontrar, aunque la búsqueda es en
vano, un hombre que tuviera la potencia de los discípulos de Cristo». Es una confesión
digna de tenerse en cuenta, contando que sale de la boca de un psicólogo. Si buscamos
pruebas que nos demuestren la inmunidad del cristiano, las encontraremos, y muchas,
en los países de misión. Hay una rara relación entre el atacado de esta supuesta
enfermedad nerviosa y el mensaje cristiano. Tenemos el hecho bien probado de que los
paganos poseídos, o los hechiceros cuando están en trance, sufren una reacción contra el
mensaje de Cristo, rechazándolo de forma terrorífica y tenemos por el otro lado que los
cristianos convencidos en las iglesias de los campos misioneros, no son atacados por las
epidemias de posesionamiento que padecen los pueblos primitivos. Warneck nos dice
haber observado en países paganos que la conversión a Cristo era el fin de la dolencia
demoníaca. Se da incluso el caso de «posesión» de un hechicero que fue librado del
espíritu que lo dominaba al convertirse. Oesterreich termina su relato con la confesión:
«Se ha certificado que en los pueblos primitivos, desaparecen los fenómenos del
posesionamiento, allá donde las misiones cristianas han echado raíces profundas».
Es extremadamente raro, que el posesionamiento se manifieste en aquellas
personas que han seguido el llamamiento del Evangelio y mantienen la comunión con
Dios. El posesionamiento es más bien un castigo que una prueba purificante.
Para la persona acostumbrada a pensar de forma racionalista, le es imposible
llevar la religión y la ciencia psiquiátrica a un denominador común. A pesar de que
Oesterreich intenta hacerlo con la alegación de que el Cristianismo, que posee una
cultura y una ética superior, ofrece una mayor defensa psíquica a los afectados por
semejante dolencia que la que ofrecen las religiones primitivas, pero esta solución de
cultura cristiana no sirve puesto que precisamente en la historia de la iglesia, y muy
especialmente en la Edad Media, se dieron muchos casos de posesión. Si el fenómeno
médico del posesionamiento y el fenómeno religioso de la inmunidad de los cristianos
han de ser llevados a un mismo denominador, sólo puede hacerse en un plano superior y
en otras dimensiones, las de un cristianismo auténtico y otro falso en el que el diablo
puede actuar libremente...
Tampoco podemos tratar de extender esta inmunidad a las dolencias psicóticas
que un cristiano está expuesto a sufrir como cualquier otro mortal. No estamos tratando
de perturbados mentales en el terreno de la psiquiatría, sino de la protección y defensa
que poseen los verdaderos cristianos contra la infección de posesionamiento. Y ésta es
la mejor prueba de que el conocido fenómeno del demonismo, no es una psicosis
normal, sino un problema completamente diferente. Aquí surge el presentimiento de una
trascendencia, de un modo bastante evidente.
El factor complementario y que no concuerda bien con la citada inmunidad de
los cristianos, es la resistencia de los poseídos contra Dios, la Biblia, Cristo y el Espíritu
Santo, esto es, contra todo aquello que tenga un contenido de fe cristiana. En todas las

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noticias que tenemos de este fenómeno precedente de la Iglesia primitiva, de la Edad
Media, o de los campos misioneros, notamos que hay un síntoma general y unánime, y
es la blasfemia contra la Santísima Trinidad de parte de los poseídos. El
posesionamiento diabólico no puede ser tratado entre las enfermedades psiquiátricas.
La resistencia del poseso es completamente distinta de la locura religiosa de los
psicóticos. La blasfemia y el odio contra Cristo son un fenómeno constante del
posesionamiento. La característica de blasfemia es tan fija y segura que lo distinguen de
toda otra psicosis y del proceso hipnótico de sustitución del consciente por el
inconsciente. El gran número de estos fenómenos, con idénticas características, nos
hacen sentir que existe una realidad desconocida más allá de todo término psicológico:
la posesión diabólica efectiva y real.
Las perturbaciones psíquicas de los poseídos son iguales a las perturbaciones
ocasionadas por las artes ocultas, pero de ninguna manera se parecen a las de los
esquizofrénicos, maníaco depresivo y psicópatas. Un argumento más para la
congruencia de las perturbaciones psíquicas de los posesionamientos y las producidas
por artes ocultas, es en ambos casos un gran aumento de la sexualidad.
El Dr. Lechler intenta definir tres relaciones bajo el título de «Demonismo y
perturbaciones del alma». En ellas diferencia:
a) La tentación demoníaca (común a todos los humanos).
b) La influencia demoníaca (bastante general, pero no total).
c) La posesión demoníaca absoluta y externa (con pérdida eventual de la
personalidad.
Para la posesión real dice: «El posesionamiento no es un mito bíblico antiguo,
ni un invento de los teólogos, es una terrible realidad» En total distingue siete señales de
posesión: la doble voz, la clarividencia, los paroxismos, exceso de fuerza física, rechazo
de las cosas divinas, los ataques durante el exorcismo y la curación después de la
expulsión demoníaca. Lechler acentúa que estos signos que del posesionamiento nos da
el N. T. coinciden exactamente con los casos que aparecen hoy. Ante todo Lechler
reconoce los ruidos de golpes sin causa física, y los fenómenos telequinéticos, como
signos demoníacos.
Por influencia demoníaca, el profesor Lechler comprende exteriorizaciones
anormales de la vida síquica no atribuibles a causas naturales. Como señales de la
referida influencia señala: Indiferencia y oposición a las cosas de Dios, incapacidad para
el reconocimiento de pecado, incapacidad para concentrarse a leer la Biblia y orar. Falta
permanente de paz, intranquilidad interior, estados de ansiedad, mal genio, placer en
disputar, blasfemias, depresiones mentales, intenciones de suicidio. A ello añade
distintas manías como la inmoralidad, la mentira, el robo, pasión por los
estupefacientes… Los signos de la influencia demoníaca aparecen también en los casos
de posesión; pero en la simple influencia demoníaca, que es la más general, faltan los
síntomas de clarividencia, hablar con una voz distinta a la propia del enfermo, y los
paroxismos con disociación de la personalidad.
En cuanto a las causas de la posesión real, y de la influencia demoníaca,
Lechler nos da la misma respuesta que hemos señalado tantas veces en este libro: «El
practicar artes ocultas, como la adivinación, la magia, el ensalmo, el espiritismo, el
fetichismo, etc.». Lechler añade que «no se debe, sin embargo, generalizar de un modo
absoluto, pues depende de circunstancias particulares de cada individuo, y de la gracia
de Dios, el que una persona sea o no dañada por tales prácticas».
La extraña oposición a Dios que existe en la psicosis procedente de artes
ocultas, o de la posesión diabólica, muestra una causa trascendente ultrapsíquica y no
una mera coincidencia. No se trata de que entre otras frases disparatadas pronuncie el

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enfermo alguna contra Dios, sino de una actitud constante y feroz, contraria a Dios y a
sus cosas. Es ésta una cuestión que la Medicina no puede explicar, por hallarse situada
en un terreno diferente. Este carácter transmédico de las perturbaciones psíquico-
religiosas echa luz a la coincidencia empírica que hemos notado sobre el carácter de las
artes mágicas. Nos damos cuenta de que a pesar de todos los intentos de desmitologizar
las enfermedades psíquicas a que se dedica generalmente la Medicina, así como también
la teología de Bultman, no se obtiene ninguna explicación de los fenómenos psíquicos.
Las artes ocultas abren un «status recipiendi» a fuerzas de otras dimensiones.
Con ello llegamos ya al fenómeno puramente religioso de la resistencia a las
cosas divinas por los afectados por artes ocultas y posesión demoníaca. Aquí nos
encontramos ante un problema esencialmente teológico. Naturalmente convendremos
con el psiquiatra que en la diagnosis de la llamada locura religiosa ve una serie de
estados psicóticos. Pero en muchos casos no se trata de locura religiosa de enfermos
mentales, sino de personas completamente normales que por haber practicado artes
ocultas ofrecen una tenaz resistencia a todo lo divino. El siquiatra Dr. Lechler distingue
netamente la esquizofrenia del fenómeno del posesionamiento, al igual que lo hacen los
sicólogos Schme'ing y Oesterreich.
El Dr. Lechler presenta este fenómeno con más claridad todavía que
Oesterreich, pues escribe: «Se observa en el enfermo poseído, de un modo muy
especial, una resistencia ante lo divino. Cuando el enfermo se pone en contacto con
personas que quieren hablarle de Dios o de cosas divinas, surgen violentas resistencias,
y esto es debido a que el demonio se niega a dejar su alojamiento. Se producen ataques
de ira, empieza a pegar a su alrededor, pronuncia blasfemias. Una persona posesa, aun
en momentos de calma o de aparente sensatez, no es posible llevarla a iglesias o cultos
de oración, pues le repugna la piedad, arroja la Biblia lejos de sí, rechaza la fe en Dios y
le enardece especialmente que le hablen del sacrificio expiatorio de Cristo. Cuando lo
invitan a sacar de sí todo lo que le produce inquietud se resiste decididamente, parece
como si estuviera retenido por una poderosa fuerza que le impide abrirse a los demás.
Logra raramente pronunciar el nombre de «Jesús» y muchas veces le resulta imposible».
El fenómeno de la resistencia es la reacción más frecuente en todos los que, sin
hallarse en la condición neurótica antes descrita, han tenido contactos o practicado artes
ocultas. Exceptuando la telepatía, los sueños reales, los zahorís y la clarividencia,
encontramos esta actitud en todos los que han practicado tales artes como efecto
secundario hasta la 2ª y 3ª generación. Una realidad que apoya el fondo metafísico de
la resistencia es la repentina aparición de ira en el mismo momento en que se está
orando por el enfermo, aun cuando se practique en otro lugar.
La resistencia contra todo lo divino es, también en el N. T., una señal de
posesión. Los poseídos, en presencia de Jesús, empezaban a gritar y resistían su
influencia (Mateo 8, 29; Marcos 1, 24; 5, 7; Lucas 4, 34; 8, 28; 9, 43). El fenómeno de
la resistencia muestra una característica permanente en todos los casos de posesión a
través de miles de años.
En la línea de resistencia aparece el paroxismo, una especie de ataque que
viene a ser el clímax en fenómenos de posesión. En el N. T., al igual que en la
experiencia, encontramos dos características peculiares: Un cambio de voz y una fuerza
extraordinaria (Marcos 5: 9. Lucas 4: 35, 8, 29; Hechos 19, 16), la cual se manifiesta en
los ataques durante los exorcismos con gritos y convulsiones (Marcos 1. 26; Lucas 4,
35; 4, 41; Actos 8, 7).
El Dr. Lechler escribe: «Cuando no se trata de influenciar a estos enfermos con
prácticas religiosas, no se le notan al poseído ningunos síntomas, casi siempre está
tranquilo y es amable». Normalmente se hace visible la dolencia oculta cuando se

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empieza a orar firmemente por el enfermo, o cuando surge en éste el deseo de seguir a
Cristo. Muchas veces no aparece sino ante la agonía de la muerte, ya en las puertas de la
eternidad. Este hecho, tan a menudo observado, es un elocuente testimonio en favor de
la hipótesis de un poder metafísico en aquellos casos de paroxismo que no pueden ser
clasificados como normales ataques nerviosos.
El Dr. Lechler, que como siquiatra aprecia esta diferencia y no se recata de
diagnosticar neurosis o posesión, según los síntomas, describe la división interna del
endemoniado diciendo: «El poseído está lleno de intranquilidad continua, a pesar de que
puede existir en él un profundo deseo de paz interior». Este estado de desintegridad
psíquica es también característico en los casos de endemoniados en el N. T. El
endemoniado gadareno, en el capítulo cinco del Evangelio según San Marcos, corrió al
principio a Jesús con el deseo de que le ayudara, pero después de haberlo hecho, y no
antes, surgió la resistencia.
El último síntoma que traeremos como prueba de posesión diabólica, es la
rápida curación después del exorcismo. Las perturbaciones psíquicas que son de esta
naturaleza resultan muy difíciles, o casi imposibles de curar, si hablamos desde el punto
médico y prescindimos totalmente de la acción espiritual. La terapéutica de tales
enfermos se extiende a menudo a meses e incluso a años. En cambio, en los casos de
dolencias ocultas, de posesión diabólica, cuando hay un tratamiento correcto mediante
la oración y el poder del Espíritu Santo, la curación es repentina y muy rápida.
Si tuviéramos que concentrar todos los síntomas de posesión diabólica en un
ejemplo novotestamentario, bastaría el del endemoniado Gadareno, pues los contiene
todos (San Marcos 5, 1-15):
V. 2 El posesionamiento, por un espíritu inmundo.
V. 3 Motorismo elevado. Nadie podía atarlo.
V. 4 El paroxismo. Rompía las cadenas y se golpeaba contra las piedras.
V. 6 La desintegridad psíquica. Luchaba entre el deseo de ayuda y el
temor.
V. 7 La resistencia. Su oposición contra Jesús, antes de ser librado.
V. 7 La hiperestesia. Reconoce la divinidad del Hijo de Dios y el poder de
Jesús.
V. 9 La variación física. Cambio de la voz en él.
V. 12 La transposición oculta, a los cerdos.
(Kurt E. Koch – Ocultismo y cura de almas)

PSICOANÁLISIS
“Debemos ahora advertir el gran peligro del psicoanálisis para un enfermo de
neurosis cristiano. Conozco académicos cristianos que nos pueden hablar por
experiencia propia de los peligros que un psicoanálisis encierra para la fe. Por ejemplo,
me contaba un psiquiatra cristiano joven, que después de las sesiones que tuvo con un
conocido psicoanalista, se veía obligado a luchar para continuar en su hábito de leer la
Biblia y orar contra los pensamientos que se levantaban en su alma. Desde entonces este
psiquiatra asume una posición fuertemente crítica frente al psicoanálisis. Es de
comprender el resultado cuando un psicoterapeuta de tendencias anticristianas se pone a
analizar la mente de un paciente cristiano. Por esto acentúa el teólogo católico Dr.
Marquardt: «Los creyentes enfermos están generalmente obligados a dirigirse a médicos
psicoterapeutas no cristianos. Ello representa un gran peligro para la situación religiosa

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del paciente...» Es digno de mención lo que dice un gran psicólogo cristiano evangélico,
el Dr. Paul Tournier: «La confesión cristiana produce los mismos resultados positivos
psíquicos, que el mejor de los tratamientos psicoanalíticos” (Kurt E Koch “Ocultismo y
cura de almas)

* * *

Sobre el psicoanálisis dice Paul Chanson: "Guardémonos bien de confundir al


psicoterapeuta digno de tal nombre con el monomaníaco del psicoanálisis. Actualmente
el psicoanálisis hace demasiado mal para que yo hable bien de él, y muy poco bien para
que yo no diga todo lo malo que de él pienso. Le reprocho sus peligros intrínsecos.
Puesto que, con razón o sin ella, creo que el "primum non nocere" debería ser la primera
regla de oro de todos los médicos. Uno de nuestros psicoanalistas más célebres, el
Doctor Jung en persona, observa "que no debe jugarse con el inconsciente; buscando un
pozo artesiano se puede caer sobre el volcán" (Psychologie de L'Inconscient). Insiste en
que el psicoanalista más experimentado no podría excluir esta hipótesis, y esto funda y
justifica el veto de los adversarios. En lo que me concierne, voy a precisar que yo no
niego, bien al contrario, la autenticidad del complejo, su frecuencia y su nocividad. Pero
creo, y sin dudar, que el verdadero medio para liberarse de él consiste en no preocuparse
a no ser para dejar de ocuparse de él, y radicalmente. En lugar de sobreexcitar un
inconsciente ya demasiado efervescente, hay que dejarlo morir naturalmente, lo cual
consiste en desinteresarse. Por el contrario, hay que desarrollar, fortificar y estimular
este yo consciente que en el acomplejado y reprimido solo vegeta. En concreto, se trata
de determinado sistema de altura psicofísica o de tal o cual método de reflexología
práctica. Los siguientes profesores de Universidad opinan también al respecto:
"Nunca he observado una franca mejoría. La cura de psicoanálisis es peligrosa,
larga, llena de peligros, tanto para el analizado como para el analista, debido a los
procedimientos del transfert" (Mensaje al Congreso de Ginecología, Biarritz, del
profesor Lhermitte).
"El psicoanálisis se limita a la terapéutica de los complejos, es un falso
separatismo. Sólo se puede conocer y curar el inferior en función del superior, puesto
que todas las dimensiones de la personalidad se hallan en la unidad del ser y ponen en
juego la totalidad del cerebro" (Revue des Questions Scientifiques, profesor
Chauchard).
"Por mi parte, desconfío del psicoanálisis como de la peste. Ciertamente, admiro
infinitamente los trabajos de Freud que su escuela ha deformado mucho. Pero la caza de
los complejos de un individuo, hombre o mujer, que en un principio presenta un
desequilibrio sexual, puede dar resultados deplorables, y yo he observado numerosos
casos" (Libres Thérapeutiques, Dr. Fouqué).
"La mayoría de los enfermos que hemos observado y que habían seguido un
tratamiento psicoanalítico más o menos prolongado, no habían sacado ningún beneficio
de ello" (Concours médical, Dr. Palazzoli).
"El psicoanálisis es un delirio de dos en el que no siempre el más loco es el
enfermo" (Frances-Soir, Profesor Vallery-Radot)...

EL ENTIERRO DE FREUD

En 1896, el austríaco Sigmund Freud acuñaba el término "Psicoanálisis", dando


nombre así a su conocida teoría. La misma ha sido utilizada desde entonces como

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caballo de batalla para atacar a la Iglesia Católica. Según sus defensores, muchos
comportamientos y creencias religiosas serían fruto de complejos radicados en el
subconsciente, represiones sexuales, etc. Cosa que es totalmente falsa, como lo están
demostrando las nuevas investigaciones psicológicas al respecto. La validez de esta
teoría psiquiátrica de Freud ha sido puesta en tela de juicio por la intelectualidad
americana. La Biblioteca del Congreso de Washington, que alberga la obra esencial de
los archivos de Sigmund Freud: 45.000 manuscritos, quería conmemorar el centenario
del término "psicoanálisis" que surgió por primera vez en 1895, consagrando al padre de
la teoría una gran exposición programada para el otoño. El guión de la muestra suscitó
una airada protesta. Tanto que el pasado Diciembre fue anulada alegando motivos
presupuestarios. Las críticas cambiaron de bando y, al final, se resolvió de forma
salomónica: se aplazaría.
La polémica comenzó cuando 42 intelectuales firmaron un manifiesto contra la
glorificación de Freud. Ponían en duda la competencia e imparcialidad de los
responsables de una Exposición que a finales de siglo todavía celebra a Freud y su valor
científico, ignorando críticas recientes. Entre los firmantes figuraban el popular escritor
y psiquiatra norteamericano Oliver Sacks, Gloria Steinheim y la nieta de Freud, Sophie
Freud, quién declaró que "las ideas de mi abuelo sobre la importancia de los impulsos
sexuales han quedado obsoletas"... Desde los años 70 un número de académicos, Henri
Elleaberger, Paul Roazen, Frank Cioffi, Frank J. 5ulloway, Peter J Swales, Thornton,
Morton Schatzman, Hans Israéls y Phyllis Grosskurt, han reiterado sus posturas en
contra de la figura de Freud y el psicoanálisis. Las publicaciones más recientes recogen
visiones que ponen en tela de juicio aspectos fundamentales de su obra. La polémica
que hace un par de años suscitaron los artículos de Frederick Crems se recogen en "The
memory Wars. Freud´s legacy in dispute" (1995). Crews acusa del efecto devastador
que la RMT (terapia de recuperación de ia memoria) asociada con la teoría de seducción
de Freud, ha ejercido en los países de habla inglesa. Estos terapeutas parten de que toda
neurosis es causa de un abuso sexual infantil que únicamente se puede tratar con la
recuperación del recuerdo traumático. El primero de los artículos demostraba evidencias
de cómo Freud había manipulado datos clínicos en un esfuerzo de consolidar una
especie de culto a su persona. El segundo artículo era un desafío a las propuestas
científicas y terapéuticas del aclamado RMT, demostrando los efectos sociales
perniciosos de una generación que había sido inducida a creer que su neurosis había
sido producto de un abuso sexual infantil olvidado"...
Los críticos de Sigmund Freud denuncian que la exposición primero anulada y
luego aplazada no era representativa de las investigaciones recientes, que han desafiado
no sólo las conclusiones de Freud sino su ética A medida que avanza la Ciencia y se
conoce más sobre el funcionamiento del cerebro, se hacen más obsoletas algunas de sus
teorías, como, por ejemplo, las del sueño. Varias publicaciones han censurado su calidad
de terapeuta y su ética ante los hallazgos de manipulación de datos clínicos. Se ha
observado un descenso del psicoanálisis en favor de campos más empíricos,
especialmente los de la Biología y Farmacología.

RASGOS FISONÓMICOS
Las cejas muy pegadas a los ojos parecen ser un signo de percepción. Las cejas
que se curvan hacia arriba en los extremos exteriores indican que un hombre es bueno
en teoría, pero no suele llevar las cosas a la práctica.

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Las cejas rectas, bien pobladas, son propias de personas de acción, a quienes les
gusta la lucha en la vida. Pero un hombre cuyas cejas se unen en el centro es, por lo
general, celoso, con un carácter violento.
Los ojos, según los morfólogos, son la clave del carácter de una persona.
Párpados pesados, demuestran una naturaleza pensativa, a veces introvertida,
mientras que los ojos profundos indican unas dotes de observación muy acusadas. Las
personas que tienen estos ojos suelen ser absorbentes y de una desafiante personalidad.
Los ojos saltones demuestran tolerancia hacia los demás, y una naturaleza
receptiva, aunque ligeramente tímida. Las personas que abren mucho los ojos son, por
lo general, extrovertidas, y se interesan por todo y por todos.
Los ojos caídos hacia abajo indican tendencia al sentimentalismo y a la
depresión, mientras que las personas con ojos en forma de almendra, ligeramente hacia
arriba en los bordes exteriores, tienden a ser dinámicos, felices y enamorados de la vida.
En el nivel medio también está la nariz. Las personas con anchas ventanas
nasales suelen ser emocionales e impacientes.
La nariz de puente estrecho revela limitada capacidad mental, pero si la nariz
sólo es estrecha en la punta demuestra intuición y buen gusto.
Por otro lado, si la nariz es ancha en la punta, su apego a las cosas materiales
será muy acusado. Una nariz de punta redonda indica una personalidad feliz y bien
equilibrada.
Los poseedores de nariz respingona suelen ser sentimentales y receptivos. Pero
si es demasiado vuelta hacia arriba, demuestra una inocencia que puede perjudicarle en
los negocios.
Las orejas también son muy significativas. Los morfólogos han dividido la oreja
en tres partes y, si la parte superior domina el resto, es más fuerte en teoría que en la
práctica.
Si la parte del centro es la dominante, le gusta la gente y la vida social. Si lo que
domina es el lóbulo, se preocupa de las cosas prácticas y tiene una gran confianza en si
mismo.
Si la oreja está inclinada hacia atrás, demuestra que tienen buenos sentimientos
mientras que una oreja puntiaguda suele pertenecer a hombres agresivos y ambicioso.
Las orejas bajas indican que la persona deja que sus instintos tomen las
decisiones más importantes.
Grandes orejas implican disposición a la adquisición de responsabilidad. Las
orejas curvadas suelen pertenecer a personas tranquilas.
Hay que tener cuidado con las personas de boca cuadrada. Por lo general, hablan
sin pensar y a menudo hacen daño a los que quieren. Las personas de labios llenos
encuentran muy difícil renunciar a los placeres que ofrece la vida.
Las bocas pequeñas suelen encontrarse en personas que no las usan demasiado.
Son tan discretos que llegan a la timidez.
Una persona con boca en forma de corazón, suele ser divertida, hasta el punto de
que no sabrá cuando dejar de ser frívola. Por lo general será irresponsable con el dinero.
Así, pues, si tiene las cejas juntas, ojos profundos, nariz respondona, orejas
inclinadas y boca cuadrada hay que compadecerlo…
Todo esto, por supuesto, tiene sus limitaciones y lo que hemos contado puede ser
relativo y encontrar personas que con las características reseñadas, sean lo contrario…
por lo que hay que ser prudentes y admitirlo sólo como generalidades, no con rigurosa
exactitud.

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LA RISA
El carácter de una persona puede conocerse según su modote reír.
La carcajada “ja, ja, ja”, es propia de corazones nobles. Demuestra una franca
disposición.
El “je, je, je” es propio de personas poco claras.
“Jí, ji, ji”, corresponde a personas disolutas, poco decididas.
“Jo, jo, jo”, corresponde a las fuertes y generosas, y ju, ju, ju, a los que ríen
hipócritamente y con falsedad.

SALUDOS
La “mano blanda” en el apretón de manos, significa que su dueño es tranquilo, a
quien gusta la vida fácil, cómoda. Si por el contrario alguien la aprieta con fuerza puede
ser un síntoma de inseguridad y de esa forma pretende demostrarse a sí mismo que tiene
confianza y seguridad.

SENTIMIENTOS DE CULPABILIDAD
¿Por qué es tan difícil eliminar el sentimiento de culpabilidad? Básicamente
existen dos razones fundamentales por las que a algunas personas les resulta
prácticamente imposible superar sus sentimientos de culpabilidad. La primera es que
dichos sentimientos con frecuencia se apoderan de nosotros de forma tan disfrazada,
que resulta difícil reconocer por qué causa los sentimos. La otra es que nadie puede
verse talmente libre de su culpa, porque no puede deshacer lo que ha hecho.
No obstante los cristianos tenemos un método infalible para eliminar los
sentimientos de culpabilidad: el sacramento de la penitencia. A quien se les absuelven
sus pecados, habiendo tenido arrepentimiento sincero de sus pecados y propósito de la
enmienda, su alma se “descarga” de todo sentimiento de culpa, ya que ha sido lavado
por la misericordia divina en Quien confía y en cuyas manos pone toda su vida.
Los no cristianos lo tienen más difícil…

* * *

Los conflictos no solucionados, o no asimilados, conducen sin remedio a una


disociación, integración o paralización de la vida síquica y orgánica, lo que lleva como
consecuencia el perder la libertad interna. Ante todo, el conflicto o complejo de
culpabilidad es el que ocasiona tales resultados.
Estando convencidos de las causas, se intenta, tanto en la psicoterapia como en
la cura de almas, reintegrar la desintegración. En el idioma del psicoterapeuta diríamos
soldar la fisura existente. La coraza en la que el «yo» está encerrado debe ser abierta.
Hay que sacar a luz los motivos causales y finales de la paralización y de la
desintegración. Lo que se intenta, tanto en la psicoterapia como en la cura de almas, es

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llevar al hombre al conocimiento de sí mismo buscando de esta forma realizar el
objetivo de «reunir las fuerzas disociadas del centro de la vida personal. El YO debe,
por este camino, recuperar el timón de su vida». La reintegración, la curación de la
enfermedad psíquica, se ha conseguido cuando el hombre se encuentra a sí mismo,
cuando «está reunido en sí mismo» (Thurneysen). Lo que pasa es que precisamente en
este efecto final es donde surge la discrepancia, entre el objetivo psicoterapéutico de
curación y el de la cura de almas.
La transformación psicoterapéutica no conduce a una completa curación de
muchos pacientes neuróticos, si no hay el factor perdón. Precisamente éste es el orden
que descubrimos en la mayoría de historias del Nuevo Testamento, y ello concierta
admirablemente con la ciencia moderna. Blumhardt nos cuenta, de su gran experiencia
psiquíatrica y en la cura de almas, que culpas ocultas han sido la causa de muchas
enfermedades, y que a menudo enfermedades crónicas han sido superadas por el
sentimiento de perdón de alguna culpa o pecado, de parte de Dios o de un prójimo
ofendido, según los casos.
Detrás de esta realidad espiritual hay una doble ley natural. En primer lugar
que la confesión tiene un efecto psicológico. La confesión de una culpa tiene siempre
como consecuencia inmediata la descarga y el relajamiento. Con la confesión se crea
una atmósfera limpia. «Mientras que el pecado queda secreto, se ensancha, y contagia.
Por ello es de gran importancia que sea manifestado». De la misma manera escribe
también Trillhaas,, aunque no se haga desde la atalaya sicológica sino desde la
teológica: «El pecado es sencillamente un secreto. Busca esconderse y desaparecer;
como podemos apreciarlo en Adán y en Eva después de la caída». «Únicamente el que
ha conocido este deseo de esconderse en el pecado, comprende la importancia que tiene
el hablar, el manifestar, el declarar el pecado en la confesión» Precisamente el hecho de
esconderse es un síntoma característico del poder del pecado en las tinieblas. Koeberle
escribe: «El tentador vive de lo secreto que existe entre nosotros y él. Mientras haya
cosas secretas en nuestra vida, sobre las cuales nadie deba saber nada, habrá también el
poder del enemigo sobre nosotros y sobre nuestras almas. Pero en el mismo instante en
que se descubra el pecado y lo traicionemos, pierde el poder de las tinieblas su dominio
y señorío sobre nosotros». Por ello la confesión representa el despido de este dominio,
la contraacción al reino de las tinieblas. Por ello es que Satanás procura impedir la
confesión. Y este acto de humillación es tan difícil, incluso al que busca ayuda para sus
problemas. Thurneysen escribe: «Parece, la culpa, como una atadura satánica, que se
mantiene sobre el hombre y lo retiene para que no puede acercarse a Dios y entregarse a
su gracia. Resumiendo, la confesión es una huida de la ciudad del diablo.

SUBCONSCIENTE
Hablando de la correspondencia psicoorgánica y en las aclaraciones sobre los
procesos subconscientes, que todas las personas cuyos subconscientes han sido
influenciados, sea en forma activa o en forma pasiva por el ocultismo, experimentan
desdoblamientos y apariciones por tal causa. Esta observación se acopla bastante bien a
la hipótesis del Dr. Bender, según la cual algunas personas que padecen enfermedad
psíquica, desdoblan energías síquicas que llevan una existencia separada y que pueden
ser causa de ruidos y apariciones fantasmales.
Casi todos los fenómenos de fantasmas, tienen como base y motivo prácticas
ocultas de alguno de los habitantes de los hogares donde se manifiestan. Por este motivo

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consideramos el fenómeno del trasgo en el mismo plano que los otros que tienen lugar
por medio de las prácticas de magia o brujería. En los casos de fenómenos de trasgo por
un período superior a la vida de una persona, hay que sospechar de centros de acción
trascendente, o sea, fuerzas más allá del humano control…

EL SUEÑO
En la valoración de los sueños, las opiniones en la ciencia médica se separan.
Muchos médicos y psicólogos no ven en los sueños nada más que la suma de imágenes
sueltas y trozos borrosos de acontecimientos ocurridos durante la vigilia. Sin embargo
bastantes psicoterapéuticos representantes de la psicología profunda ven en los sueños
valiosas llaves para la comprensión de los procesos subconscientes de la vida síquica.
Por restos del día se entienden aquellas impresiones, experiencias gravosas, conflictos
no solucionados, excitaciones o deseos no cumplidos, que de la vida diaria se llevan
consigo hasta la situación de sueño. Los «restos del día» son -según se cree en esta
escuela- el fundamento latente del contenido manifestado en los sueños.
Pero hay algo más que simples restos de los acontecimientos diarios, como nos
muestra el siguiente caso.
Una mujer suiza cuenta que durante una noche vio en sueños un gran incendio.
Pudo retener muchos detalles del lugar de los hechos. A la mañana siguiente, los
periódicos traían noticias gráficas del incendio que coincidían exactamente con las
observaciones hechas en el sueño real. El domicilio de la muchacha y el lugar del
incendio están separados por unos 200 kilómetros.

TELEPATÍA
Se denomina telepatía al fenómeno de «conocer sin la ayuda de los sentidos». Se
divide en emisión del pensamiento, lectura del pensamiento, telepatía mixta, en la que
se mezclan telepatía y visiones, y además telepatía tripartita, en la que el emisor, el
retransmisor y el receptor trabajan conjuntamente. Se conoce también la telepatía
psicométrica, en la cual una persona «dotada de facultades mediales» puede darnos
datos paranormales de alguien, con la ayuda de un objeto de la misma. En la telepatía
lo que el hombre ha logrado empleando complicados aparatos emisores y receptores,
movidos por poderosas plantas de energía eléctrica, y aún de una forma dificultosa, lo
logran dos personas bien compenetradas, sin dificultad. ¿No es suficientemente visible
que las energías que proceden del taller de Dios, superan grandemente a la técnica
humana? O yendo un paso más adelante: ¿Qué existe algo más que energía física en el
Universo de Dios?

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ÍNDICE ALFABÉTICO

ALCOHOLISMO ----------------------------------------- 3
ALUCINACIONES --------------------------------------- 3
CARÁCTER APASIONADO --------------------------------- 3
CARÁCTER NERVIOSO ----------------------------------- 4
CLARIPATÍA ------------------------------------------ 4
CLARIVIDENCIA --------------------------------------- 5
COEFICIENTE INTELECTUAL ----------------------------- 7
CONSCIENTE Y SUBCONSCIENTE -------------------------- 7
DEPRESIÓN ------------------------------------------- 8
EIDÉTICA -------------------------------------------- 9
ENFERMEDDES MENTALES (CURACIÓN) --------------------- 11
EPILEPSIA ------------------------------------------- 12
ESCRITURA AUTOMÁTICA -------------------------------- 12
ESPIRITISMO ----------------------------------------- 12
HIPNOTISMO ------------------------------------------ 12
LOCURA INDUCIDA ------------------------------------- 16
MAGIA ----------------------------------------------- 16
MAGNETISMO, SUGESTIÓN ------------------------------- 18
MANCIA ---------------------------------------------- 27
NEUROSIS -------------------------------------------- 27
OCULTIMOS Y ENFERMEDADES PSÍQUICAS ------------------ 28
EL PASO --------------------------------------------- 31
PENSAMIENTOS HIPNÓTICOS, OBSESIONES Y LOCURA -------- 31
POSESIÓN DIABÓLICA ---------------------------------- 32
PSICOANÁLISIS --------------------------------------- 38
RASGOS FISONÓMICOS ---------------------------------- 40
LA RISA --------------------------------------------- 41
SALUDOS --------------------------------------------- 42
SENTIMIENTOS DE CULPABILIDAD ------------------------ 42
SUBCONSCIENTE --------------------------------------- 43
SUEÑO ----------------------------------------------- 43
TELEPATÍA ------------------------------------------- 44

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