actuar como tal; es decir, aceptando que cuando iniciamos cualquier tarea o proyecto podemos cometer errores. Las equivocaciones no disminuyen nuestra valía ni son un impedimento para seguir adelante; son simplemente una fuente de aprendizaje.
2. Aprendiendo a dejar ir los errores. En
muchas ocasiones nos torturamos con las equivocaciones que hemos cometido y estas nos transmiten miedo a errar otra vez, nos paralizan en el camino. Una vez que hemos aprendido de los errores cometidos, lo único que debe quedar es el aprendizaje; las equivocaciones pasan a ser pasado remoto.
3. Tomar los ideales como metas que guían en
el camino no como resultados rígidos que deben obtenerse a toda costa. Generalmente cuando iniciamos un proyecto tenemos en mente un proyecto anterior más o menos similar que nos sirve como guía pero no podemos esperar que nuestros resultados sean idénticos o que tengan igual impacto.
4. Siendo realistas. Las cosas no son perfectas
porque cada persona o grupo social tiene una idea de la perfección diversa; así, lo que para unos puede ser una obra cumbre, para otros puede ser mediocre o incluso pasar desapercibida.
5. Siendo gentiles con nosotros mismos y con
nuestra autocrítica. Generalmente las personas que buscan la perfección son sus más acérrimos críticos. Nunca están conformes con sus resultados y se recriminan constantemente por los errores o defectos que podrían haberse subsanado. Sin lugar a dudas toda obra es perfectible pero en el aquí y ahora, con nuestros conocimientos, capacidades y recursos hicimos lo mejor que pudimos. Eso debe bastar.
6. Aprendiendo a autoaceptarnos tal cual
somos. Somos especialistas en algo y desconocedores de muchas otras áreas. Tenemos ciertas destrezas mientras que en algunas actividades somos francamente pésimos. No podemos ser medianamente perfectos en todo, a veces ni siquiera en las cosas que verdaderamente cuentan, pero si ponemos todo nuestro empeño de seguro mejoraremos en esas áreas oscuras e importantes. Aprender a aceptar nuestras debilidades es el primer gran paso para crecer como personas y valorar más nuestros resultados.
7. Celebrando los logros, por muy pequeños que
sean, con un sentido de orgullo. Felicitarnos por una etapa cumplida nos da nuevas energías para continuar el camino, no importa si aún nos queda mucho por andar, es importante recordarse cuanto hemos avanzado.
Puede que éste no sea un camino directo para
eliminar la perfección, incluso puede ser que existan cientos de artículos mejores que brinden soluciones superiores para combatir la perfección pero me siento satisfecha con este granito de conocimiento que les he hecho llegar. Si puede ayudar al menos a una persona, me doy por satisfecha.