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ROSARIO DEL ENFERMO

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos


líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Señor mío Jesucristo.


Dios y hombre verdadero, me pesa de todo corazón de
haber pecado, porque he merecido el infierno y perdido
el cielo, y sobre todo, porque te ofendí a tí, que eres
bondad infinita, a quien amo sobre todas las cosas.
Propongo firmemente, con tu gracia, enmendarme y
alejarme de las ocasiones de pecar, confesarme y
cumplir la penitencia. Confío me perdonarás por tu
infinita misericordia. Amén.

Abre Señor mis labios


Para alabar tu nombre, y el de tu Santa Madre.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos
de los siglos. Amén.
María, Madre de gracia, Madre de Misericordia.
En la vida y en la muerte, ampárame, gran Señora.

¡Oh Dios! Todopoderoso te ofrecemos este santo


rosario para pedirte e implorarte misericordia y perdón
por nuestros hermanos enfermos de esta parroquia y
de todos los pueblos y naciones, para que si es tu
voluntad, concedas la salud en cada uno de ellos y
bendigas y fortalezcas a las familias que los cuidan.

Los misterios que vamos a considerar son los Misterios


Dolorosos.
MISTERIOS DOLOROSOS
(martes y viernes)

Primer misterio:
La oración de Jesús en el huerto.

Jesús se adelantó un poco y cayó en tierra, suplicando


que si era posible no tuviera que pasar por aquella
hora.
Decía: “Abbá, o sea, Padre, para ti todo es posible;
aparta de mí esta copa. Pero no se haga lo que yo
quiero, sino lo que quieres tú”.
Volvió y los encontró dormidos. Y dijo a Pedro: “Simón,
¿duermes? ¿No pudiste estar despierto ni una hora?
Estén despiertos y oren, para que no caigan en
tentación; ya que el espíritu es animoso, pero la carne
es débil.”

Señor, es precisamente en la oración donde tú


encontraste fuerza para enfrentar con valor los
sufrimientos.
Concédenos el don de una profunda oración en
donde podamos encontrar fuerzas para llevar la mi
enfermedad con alegría y amor. Señor, te ofrecemos
este padre nuestro y diez avemarías para pedirte por la
salud y misericordia de nuestros hermanos enfermos:...

Segundo misterio:
La flagelación de Jesús, atado a la columna.

“Pilato, queriendo complacer a la multitud, soltó a


Barrabás; y después de hacer azotar a
Jesús, lo entregó para que fuera crucificado.
Señor, por medio de tus sufrimientos salvaste al
mundo. Con esto me enseñas el valor tan grande que
tiene el sufrimiento.
Te ofrecemos los sufrimientos de los enfermos,
del mundo entero, sobre todo por los que están
pasando por una prueba, para que encuentren nueva
fuerza y sigan anunciando tu evangelio con mayor
entusiasmo.
Dios todopoderoso te ofrecemos este padre
nuestro y diez avemarías por la salud y bendición de
nuestros hermanos enfermos: …

Tercer misterio:
La coronación de espinas del hijo de Dios.

Entonces los soldados le llevaron dentro del palacio, es


decir, al Pretorio, y convocaron a toda la cohorte
romana. Lo vistieron de púrpura, y después de tejer
una corona de espinas, se la pusieron; y comenzaron a
vitorearlo: ¡Salve, Rey de los judíos! Le golpeaban la
cabeza con una caña y le escupían, y poniéndose de
rodillas le hacían reverencias.

El orgullo es siempre la causa de muchos


pecados. Jesús, para pagar nuestros pecados de
orgullo, aceptó la humillación de ser coronado de
espinas.
Señor, concédenos la humildad y la paciencia
para aceptar las pruebas de la vida con amor en
reparación de mis pecados y los pecados de todo el
mundo.
Señor Jesús te ofrecemos, este padre nuestro y
diez avemarías por la salud y misericordia de nuestros
hermanos enfermos: ...
Cuarto misterio:
Jesús, camina al calvario con la cruz a cuestas.

Por eso me complazco en las debilidades, en insultos,


en privaciones, en persecuciones y en angustias por
amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy
fuerte.

No hay alegría sin pena; no hay vida sin cruz.


Jesús, por amor a nosotros cargó la cruz y subió al
calvario.
Señor, enséñanos a llevar la cruz de nuestra
enfermedad con amor. Ayúdanos a no juzgar, sino
ayudar a superar los defectos de los que me rodean.
Solo así te estaré imitando.
Señor, te ofrecemos este padre nuestro y diez
avemarías para que tengas piedad y misericordia de
nuestros hermanos enfermos: …

Quinto misterio:
Crucifixión y muerte de nuestro señor Jesucristo.

Una cosa es cierta: si hemos muerto con él, también


viviremos con él. Si sufrimos pacientemente con él,
también reinaremos con él.

Jesús, clavado en la cruz me da la prueba más


grade del amor.
Señor, aceptamos nuestros dolores, sufrimientos
y enfermedades por la salvación del mundo entero.
¡Oh Dios! Te ofrecemos este padre nuestro y
diez avemarías para implorarte por la salud y
misericordia de nuestros hermanos enfermos: …
Al terminar los cinco misterios se dice:

¡Oh soberano Santuario, Sagrario del Verbo Eterno!


Libra, Virgen, del infierno, a los que rezan tu Rosario.
Emperatriz poderosa, de los mortales consuelo.
Ábrenos, Virgen, el cielo, con una muerte dichosa.

Padre nuestro, que estás en el cielo,


santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;


perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.

Dios te salve, María Santísima, Hija de Dios Padre,


Virgen purísima y castísima antes del parto: en tus
manos encomiendo mi fe, para que la ilumines. Llena
eres de Gracia, el Señor es… contigo. Bendita Tú eres
entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
Santa María,… Madre de Dios, ruega por nosotros los
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

Dios te salve María Santísima, Madre de Dios Hijo,


Virgen purísima y castísima en el parto: en tus manos
encomiendo mi esperanza para que la alientes. Llena
eres de Gracia, el Señor etc.... Santa María...
Dios te salve, María Santísima, esposa del Espíritu
Santo, Virgen purísima y castísima después del parto:
en tus manos encomiendo mi caridad, para que la
inflames. Llena eres de Gracia, etc.… Santa María...

Dios te salve, María, templo, trono y sagrario de la


Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa
original, Dios te salve.
Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y
esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los
desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y
llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora,
abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos, y después de este destierro
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh
clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega
por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos
dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor
Jesucristo. Amén.

Letanías de la Santísima Virgen

Señor, ten piedad de nosotros.


Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos,
Dios, Padre celestial que eres Dios, ten piedad de
nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo que eres Dios, ten
piedad de nosotros.
Espíritu Santo que eres Dios, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad
de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Jesucristo,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre intacta
Madre sin mancha,
Madre amable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de la Iglesia,
Virgen prudentísima,
Virgen venerable,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen misericordiosa,
Virgen Fiel,
Espejo de Justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso de honorable,
Rosa Mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina subida al cielo, en cuerpo y alma,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la paz.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten
piedad y misericordia de nosotros.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios,


no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras
necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los
peligros, oh Virgen gloriosa y bendita.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que
seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro
Señor Jesucristo.
Oh Dios, cuyo Unigénito Hijo, con su vida, muerte y
resurrección, nos alcanzó el premio de la vida eterna:
concédenos, a los que recordamos estos misterios del
Santo Rosario, imitar lo que contienen y alcanzar lo que
prometen. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Ofrecimiento del Santo Rosario

Por estos misterios santos de que hemos hecho


recuerdo, te pedimos ¡Oh María!, de la Fe santa el
aumento; la exaltación de la Iglesia; del Papa el mejor
acierto; de la Nación Mexicana, la unión y feliz
gobierno. Que él no cristiano conozca a Dios, y el que
se ha alejado reconozca sus errores. Que todos los
pecadores tengamos arrepentimiento. Que los
cristianos perseguidos puedan practicar su fe. Goce
puerto el navegante y de salud los enfermos. Que en el
Purgatorio logren las ánimas refrigerio. Y que este
santo sacrificio tenga efecto tan completo en toda la
cristiandad, que alcancemos por su medio, el ir a alabar
a Dios en tu compañía en el cielo. Amén.

Contigo vamos virgen pura y en tu poder vamos


confiados…

Amén.

Por la señal etc.…

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