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“Creo que a estas alturas deberían haber quedado totalmente claro que lo que
pretendíamos no era “reformar” el conductismo, sino sustituirlo”.1
Bruner realiza un análisis de lo que sucedió en ese momento, alegando que la razón
que llevo a la desviación del objetivo original de esta “Revolución Cognitiva” fue la
adopción temprana de la computación como metáfora dominante. Esto causo un
desplazamiento del centro de estudio de la psicología, desde el “significado” hacia la
“información”, en lugar de la construcción de significados se concentraron en la forma
en que los seres humanos procesan la información.
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Bruner, J. Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva. (2009) España: Alianza
editorial. (Pág.23)
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Bruner, J. Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva. (2009) España: Alianza
editorial. (Pág. 24)
logra reducir las posibilidades de elecciones alternativas. En relación a esta disposición,
la información solo se relaciona con el significado de forma similar a la de un
diccionario: accesión a la información almacenada persiguiendo un sistema de
codificaciones.
El lugar que ocupaban los estímulos y las respuestas, pasó a estar ocupado por la
entrada (input) y la salida (output).
“Los sistemas simbólicos que los individuos utilizaban al construir el significado eran
sistemas que estaban ya en su sitio, que estaba ya “allí”, profundamente arraigados en
el lenguaje y la cultura”.4
Según Bruner, la labor de los psicólogos radicaba en estudiar y analizar como los
individuos adquiría dichos sistemas, de qué forma los hacían suyos. Inclusive muchos
psicólogos (incluyéndose él mismo) se sentían atraídos hacia el estudio de la capacidad
innata y especifica del hombre para el lenguaje. Habiendo pocas excepciones (entre los
que se pueden destacar a Vygotsky) no se prestó particular atención al estudio del
lenguaje y su impacto que generaba sobre los seres humanos.
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Bruner, J. Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva. (2009) España: Alianza
editorial. (Pág. 25)
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Bruner, J. Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva. (2009) España: Alianza
editorial. (Pág.30)
De hecho, paso gran cantidad de tiempo, para que percibieran la significación de la
cultura para la adaptación y el funcionamiento del ser humano.
“No se trataba sólo del aumento del tamaño y potencia de nuestro cerebro, ni la
bipedestación y la liberación de las manos. Estos no eran más que pasos morfológicos
de la evolución que no habrían tenido demasiada importancia si no fuera por la
aparición simultanea de sistemas simbólicos compartidos, de formas tradicionales de
vivir y trabajar juntos; en una palabra, de la cultura humana”.5
Bruner hace especial énfasis en la psicología cultural, planteando demostrar que las
verdaderas causantes de la acción humana son la cultura y la búsqueda de significado
dentro de esta.
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Bruner, J. Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva. (2009) España: Alianza
editorial. (Pág. 30-31)
Vivir dentro de una cultura es vivir en un mundo de significaciones. De este modo
Geerdz discute las conceptualizaciones tradicionales del término cultura, quienes las
definen como “son las costumbres, tradiciones, maneras de vivir de una sociedad, que se
transmiten de generación en generación”.
A través de esta definición, Bruner, plantea que todas aquellas herramientas, “cosas”,
objetos, que la cultura de un lugar determinado desarrolla, siempre se hacen en pro de
mejorar el desempeño de lo que queremos lograr. Por ejemplo, nosotros utilizamos
lentes gracias a que vivimos en la cultura Occidental, y ella nos ha proporcionado tales
objetos para mejorar nuestra visión. Las herramientas pueden ser inmateriales, por
ejemplo, y relacionándolo con la profesión docente, el apoyo emocional brindado por un
docente a un alumno, incentivándolo hacia el estudio. También pueden ser materiales
(tangibles) como por ejemplo un texto o una imagen que faciliten la compresión de la
temática abordada dentro del aula.
“En su hondo y reflexivo libro The Predicament of Culture, James Cliford señala que las
culturas, si alguna vez fueron homogéneas, han dejado de serlo, y que el estudio de la
antropología se ha convertido forzosamente en un instrumento para manejar la
diversidad”7
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Bruner, J. Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva. (2009) España: Alianza
editorial. (Pág. 39)
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Bruner, J. Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva. (2009) España: Alianza
editorial. (Pág. 44)
Frente a esto, si el conocimiento depende de la perspectiva desde la cual se lo
analice, Bruner plantea las siguientes interrogantes: ¿Qué pasa con la cuestión del
valor, con la elección de la perspectiva que uno hace? ¿No es más que una cuestión de
preferencias? ¿Son los valores únicamente preferencias? En el caso de que no, ¿Cómo
hacemos para elegir entre distintos valores? En torno a esta cuestión existen dos puntos
de vistas, erróneos, para decidir cuáles serán nuestros valores: racionalista e
irracionalista. Los racionalistas defienden un punto de vista que deriva de la teoría
económica, cuyo ejemplo más característico es la teoría de la elección racional. De
acuerdo con estos, nuestros valores se manifiestan a través de nuestras elecciones,
situación por situación, guiados siempre por modelos racionales.
En cambio, para los seguidores del enfoque irracional, ven a la cultura como una
fuente de aprovisionamiento, una especie de tienda de autoservicio de valores, entre los
que cada uno elige, en función de sus impulsos o conflictos individuales.
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Bruner, J. Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva. (2009) España: Alianza
editorial. (Pág. 46)
Todas las culturas se sustentan sobre determinados valores, que generan a su vez
características de vida.
Pero, la idea estructurante de este gran capítulo, está relacionada con la narración, los
componentes que integran esta, sus características y su importancia para la psicología
popular.
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Bruner, J. Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva. (2009) España: Alianza
editorial. (Pág. 49)
Los nuevos significados adquiridos por los individuos, utilizan como mecanismo
fundamental la narración. Tenemos que comprender la narración para darle sentido a
estos.
El acto de comprender una narración tiene una función dual: tenemos que percibir la
trama que conforma la narración para poder atribuirles un sentido a los elementos que la
componen, los que deben de tener cierta relación con la trama. Pero, asimismo, la
configuración de la trama, debe darse a través de la secuencia de acontecimientos.
“Así, aunque una cultura debe contener un conjunto de normas, también debe
contener un conjunto de procedimientos de interpretación que permitan que las
desviaciones de esas normas cobren significado en función de patrones de creencias
establecidos. La psicología popular recurre a la narración y la interpretación narrativa
para lograr este tipo de significados”.11
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Bruner, J. Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva. (2009) España: Alianza
editorial. (Pág. 60)
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Bruner, J. Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva. (2009) España: Alianza
editorial. (Pág. 64)
Esto se encuentra estrechamente relacionado con el carácter corriente o habitual de
las narraciones, pero, ¿Qué entienden las personas por habitual o corriente? Se refieren
a conductas que están incorporadas en la cultura, que “todos realizan por igual”, son
determinadas situaciones en las que si preguntamos ¿Por qué realizan dicha acción?
Recibiremos como respuesta “todo el mundo lo hace” o “es lo que se supone que hay
que hacer”. Por lo cual, lo excepcional sería lo contrario a lo corriente, las conductas
que “no realiza todo el mundo” sino que una persona o un conjunto de personas
determinadas, y que no están adquiridas por la cultura en la que se realizan.
“Si alguien entra a la estafeta de correos, despliega una bandera americana y empieza a
agitarla, nuestro interlocutor, desde su psicología popular, en respuesta a la pregunta
que nuestra perplejidad nos hace formularle, nos dirá que probablemente hoy se
celebra alguna fiesta nacional y que se le había olvidado, que tal vez alguna sociedad
benéfica de Correos está realizando una cuestación , o puede que sencillamente diga
que el hombre de la bandera es algún chiflado nacionalista cuya imaginación se ha
debido de ver inflamada por algo que haya leído en la prensa sensacionalista
matutina”.12
Estas historias parecen haberse formulado para dar una explicación a esta conducta
excepcional que se ha generado. Esto constituye un claro ejemplo de lo que expresaba
con anterioridad, lo excepcional es todo aquello que, dentro de esa cultura, no
constituye un comportamiento corriente. Dentro de la explicación de dicha acción, se
percibe por un lado el estado intencional en el protagonista (una creencia o un deseo) o
un elemento canónico de la cultura del individuo (una fiesta nacional, una cuestación o
el nacionalismo radical).
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Bruner, J. Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva. (2009) España: Alianza
editorial. (Pág. 65-66)
existencia de una perturbación entre cualquiera de los cinco elementos mencionados
anteriormente.
Narrar una historia nos obliga a optar por una postura, nos fuerza a tomar partido,
nos hace adoptar por una postura moral aun cuando esta sea contraria a las posturas
morales.
Las historias son mejor recordadas cuando incluyen un tinte de subjetividad de quien
las cuenta. Bruner menciona tres razones, por las cuales se da lo anterior: la primera, es
sencillo identificarse con las historia subjetivas, entrar en ellas, sentirse pertenecientes.
La segunda hipótesis establece la distinción que puede darse por parte del individuo
entre el narrador y la historia narrada. Todas las historias son realzadas por quien las
cuenta, son cambiadas, matizadas, sirviendo, por lo tanto, como un instrumento para la
negociación social. La tercera premisa de Bruner hace alusión a que es más “fácil” vivir
con interpretaciones diferentes de una historia, que con premisas definitivas.
Por último, dentro de este capítulo, Bruner establece el papel que juega la psicología
popular en la narración, y es el de “organizador de las experiencias”. Centrándose en
dos cuestiones que giran en torno a dicha temática: la elaboración de marcos o la
esquematización, y la regulación afectiva. La elaboración de maros sirve como medio
para construir el mundo, caracterizar su curso, dividir los acontecimientos que se dan
dentro de él. La forma típica de hacerlo es la narrativa, debido a que las historias que no
son narradas se pierden en la memoria de la sociedad. La experiencia y la memoria del
mundo social, constituyen un papel de gran importancia no solo por las concepciones
internas y narradas por la psicología popular sino que son apoyadas por las instituciones
históricas, debido a que sirven para la elaboración del pasado de dicha cultura.
Pero las narraciones no pueden ser reducidas a la trama o el dramatismo que estas
posean, sino que dependen en gran medida de las figuras literarias, como por ejemplo,
de las metáforas, la metonimia, la sinécdoque, la implicación. Sin estos elementos, las
narraciones pierden su poder para ampliar el horizonte de posibilidades.
Además, las narraciones deben ser concretas, deben referirse a una situación
particular.
Según Bruner, solo podremos comprender los principios que rigen la interpretación y
la elaboración de los significados, en la medida en que tomemos en cuenta y
entendamos el contexto que los rodea, el que atribuyen, al mismo tiempo, significados
específicos.
Debemos tener en cuenta, que los seres humanos, al interactuar, generan un sentido
de lo canónico, de lo adecuado y de lo ordinario, los cuales se constituyen en el “telón
de fondo” sobre el cual se puede crear el significado de lo inusual, de aquello que
presenta una desviación del estado “normal”, de lo excepcional en la cuestión humana.
“La única forma en que podríamos concebir una biología del significado seria por
referencia a algún tipo de sistema precursor que preparara al organismo prelingüístico
para entrar en tratos con el lenguaje, algún tipo de sistema protolingüístico. Entenderlo
así sería equivalente a invocar lo innato, a decir que tenemos una capacidad innata para
el lenguaje”. 14
El lenguaje, que no es otra cosa que signos interpretados, requiere, por lo tanto, de
ciertos procesos de adquisición que llevan determinado tiempo.
Bruner plantea tres ideas en relación a la forma en que el niño adquiere el lenguaje:
la primera, se refiere al hecho de que el niño para la adquisición del lenguaje, necesita
de gran ayuda y debe de interactuar demasiado con adultos. El lenguaje es adquirido a
través de la utilización del mismo y no como mero espectador. “Estar «expuesto» al
flujo del lenguaje no es tan importante como utilizarlo mientras se «hace» algo”.15
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Bruner, J. Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva. (2009) España: Alianza
editorial. (Pág. 83)
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Bruner, J. Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva. (2009) España: Alianza
editorial. (Pág. 83)
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Bruner, J. Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva. (2009) España: Alianza
editorial. (Pág. 84)
“Entre ellas habría que incluir, al menos, las de indicar, etiquetar, pedir y despistar”.16
Hay algunas habilidades que el niño ya posee desde antes de la adquisición del lenguaje
formal y que se incorporan al habla infantil una vez que esta se establece.
Bruner indica que las narraciones que se alejan del orden establecido por los cánones
sociales resultan las más interesantes para los niños, debido a que estas logran despertar
la imaginación y tienen el poder de producir narraciones en niños muy pequeños. Los
niños son expertos en hallar explicaciones a cosas que se salen de lo normal, inventando
relatos sobre ello.
Para Bruner, los niños aprenden haciendo, idea en la que concuerdo ampliamente
con el autor, debido a que todos nuestros alumnos, no pueden interiorizar conceptos,
ideas, dentro del aula, sino son participes de nuestra clase, y se comportan como meros
espectadores. Narrar eventos en el que los niños son protagonistas, agilizan el proceso
de aprendizaje del mismo, aprendiendo que lo que uno hace influye en la forma en que
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Bruner, J. Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva. (2009) España: Alianza
editorial. (Pág. 85)
uno cuenta lo que hace. A medida que va adquiriendo determinadas habilidades, el niño
aprende a utilizar otros instrumentos como por ejemplo el engaño, la adulación y demás
artimañas. Pero, asimismo, aprende gran cantidad de formas de interpretación,
desarrollando, gracias a esto, una empatía más fuerte. Y así poder ingresar dentro de la
cultura humana.
“Las historias hacen de la «realidad» una realidad atenuada. En mi opinión, los niños
están naturalmente predispuestos a comenzar sus carreras como narradores con ese
espíritu. Y nosotros los equipamos con modelos y procedimientos para que
perfeccionen esas habilidades. Sin ellas nunca seríamos capaces de sobreponernos a los
conflictos y contradicciones que genera la vida en sociedad, y nos convertiríamos en
incompetentes para vivir dentro de una cultura”.17
Si bien hay un cuarto capítulo titulado “La Autobiografía del Yo”, en el cual Bruner
se concentra en la definición de lo que conocemos como “el Yo”, dando un salto desde
el tema que venía tratando para hablarnos de las diferentes formas que se han utilizado a
lo largo de la historia para definir las características humana
Por lo tanto, para Bruner, el aprendizaje es un acto que tiene que tener un significado
y un sentido. Si el contenido que se está transmitiendo no tiene ni sentido ni significado
el niño no aprende.
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Bruner, J. Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva. (2009) España: Alianza
editorial. (Pág. 107)