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La Historia cultural: En castellano la palabra cultura está definida del modo siguiente: "Resultado o efecto de

cultivar los conocimientos humanos y de afinarse por medio del ejercicio las facultades intelectuales del hombre
y la mujer". En este sentido la existencia de la cultura nacional venezolana está estrechamente vinculada a la
herencia española y al ámbito hispanoamericano. Las características nacionales, de identidad con el pueblo
venezolano, están dadas por la consustanciación con las tierras que forman su ámbito y por las creaciones
generacionales de la región venezolana. La cultura venezolana se hace en lengua castellana, sobre un pueblo
mestizo, criollo, afianzado en un territorio, con clara conciencia de su nacionalidad jurídica y de su tradición.
La historia cultural contemporánea no puede ser otra cosa sino una continuidad de la cultura formada en el siglo
XVI, afianzada en los siglos XVII y XVIII, acondicionada en el siglo XIX (1830-1936), cuando se forma la
república sobre el ideal de la democracia y la libertad.
Cuando el Estado Venezolano formula el IV Plan de la Nación (1970-1974), para establecer las bases
modernas del desarrollo, engloba en un solo concepto "el desarrollo social y cultural". Enmarca el criterio oficial
de cultura con estas palabras: "El análisis del criterio de cultura en sus contenidos concretos implica la ciencia y
la tecnología, el arte, los valores, símbolos, imágenes y elementos ideológicos, así como el sistema de vida de una
sociedad dada en su especificidad y concreación histórico-estructural". Al formularse el V Plan de la Nación
(1976-1980) se separa el Sector Educativo del Sector Cultural. La cultura estaría compuesta por la ciencia, la
tecnología, la técnica, la literatura, las artes, el folklore, esto es, por las disciplinas de la inteligencia. Pero
apartados del lenguaje burocrático que utiliza el Estado para cumplir sus funciones específicas, podríamos decir
que en los setenta años de nuestra historia contemporánea la cultura se ha afianzado, enriquecido y ampliado en
todos los campos que la integran.
Pertenece Venezuela a la tradición cultural hispanoamericana. En consecuencia, su cultura de inteligencia,
para no darle nombre tradicional de "cultura superior", corresponde principalmente a las letras y las artes, tanto
fuera (en su mayor proporción) como dentro del sistema educativo. En Revolución, los escritores (novelistas,
cuentistas, historiadores, ensayistas, poetas, periodistas) forman la vanguardia de esa inteligencia, juntamente con
los pintores, ya que las artes plásticas tienen gran desarrollo en este tiempo, y por supuesto la música en todos los
niveles.

Siglo XVI.
Hacia 1523 una ciudad castellana en el oriente de Venezuela, con el nombre de Nueva Cádiz florece en la isla
de Cubagua a base de la enorme extracción de perlas de sus aguas y luego con el comercio esclavista de indios
de toda la costa firme cercana.
Esta efímera ciudad es, sin embargo, la más sólida de cuantas se construyen en ese siglo en Venezuela, pues está
toda ella hecha de calicanto, tejas y piedra, por la riqueza que genera la explotación perlífera. Dura poco como
establecimiento poblado castellano, hasta 1542, en que se la abandona en favor de la cercana Isla de Margarita,
por la extinción final de los ostrales de sus aguas, y calamidades naturales como un posible temblor y un seguido
huracán en esos años. No obstante su influencia como ente irradiador de presencia castellana en el territorio y de
base para expediciones al interior del mismo fue notable.

Segunda mitad del siglo XVI


La abdicación de Carlos V en 1556 trae consigo la pérdida definitiva de los derechos de comercio para los
alemanes.
En 1561 Venezuela ve la llegada de Lope de Aguirre y sus marañones provenientes del Perú. Este toma primero
la isla de Margarita en 1561. De allí parte hacia Borburata, donde desembarca y continúa su camino a través de
Valencia hacia Barquisimeto. En ese tiempo causa terror entre las poblaciones a las que llega con sus seguidores.
El 27 de octubre de 1561 llega a Barquisimeto, donde es asesinado por sus propios expedicionarios.
El siglo XVI ve el nacimiento posteriormente, de forma más o menos espasmódica y con muchas vicisitudes de
ciudades castellanas definitivas y estables, tales
como Coro (1527), Maracaibo (1578), Barquisimeto (1552), Mérida (1558), Trujillo (1558), El
Tocuyo (1545), Valencia (1553), Barinas (1597), Caracas (1568), Cumaná (1569), Carora, La Asunción y San
Tomé, en la Guayana.
Los piratas y contrabandistas, ante todo grupos británicos y franceses, pero también holandeses, azotan las zonas
costeras de Venezuela por más de dos siglos. Entre los ataques más importantes figuran los de John Hawkins y
Francis Drake. John Hawkins desembarca en dos ocasiones en el pueblo costero de Borburata y vende allí
esclavos que había apresado en Guinea.
A fines del siglo XVI ya el orden colonial está bien establecido y funcionan en debida forma las instituciones
coloniales castellanas, como el Cabildo, la Iglesia, la Real Hacienda y el régimen de encomienda indígena.
En 1576 el gobernador se establece en Caracas, por su buen clima y estar defendida de piratas por la serranía
costera que la separa del litoral, ciudad donde residirá, haciendo a ella en adelante la capital del país. En 1584 se
mudan a Caracas contadores de la Real Hacienda y para esa época ya reside allí el obispo.
El comercio del trigo florece, así como la ganadería, la minería de extracción aurífera y la curtimbre de los cueros
para la exportación. Se importan esclavos para las plantaciones y el servicio doméstico.

Siglo XVII; Ve el surgimiento del cacao (1615) como un gran producto de exportación, así como la caña de
azúcar, el tabaco, la sal y los cueros. El trigo decae hacia el consumo interno, por aumento poblacional.
Se ordena la fundación hacia 1618 de pueblos de doctrina para recoger a los indios y nacen así pueblos
como Turmero, Guarenas, Choroní, Petare, Baruta, La Victoria, Cagua, San Mateo, Santa Lucía, El
Valle, Antímano, etc., impulsados por orden real y localmente por acción del obispo y el gobernador, acatando
dicha orden.
Las ciudades costeras se fortifican ante el auge pirata. Se construyen fortalezas como la de Araya en el oriente
(1622-1646), Pampatar y Santa Rosa en Margarita, San Antonio en Cumaná o San Carlos de la Barra, en la entrada
del Lago de Maracaibo, del Estado Zulia. Maracaibo es asaltada por piratas en 1642, y luego repetidamente en
otras ocasiones, así como Gibraltar, en el propio lago, Trujillo, Cumaná y Margarita.
La Catedral del Obispado se muda en 1637 de Coro, en donde residía desde 1530, a Caracas y las misiones como
institución de varias órdenes como la de los franciscanos y jesuitas comienzan a ejercer su labor pobladora,
ordenadora y evangelizadora en todo el territorio, a partir de la segunda mitad del siglo XVII.
El así llamado terremoto de San Bernabé ocurrido en junio de 1641 destruye la mayor parte de las edificaciones
de Caracas y poblaciones cercanas. Enfermedades contagiosas tales como el cólera, el sarampión, la Peste Negra
y la gripe, atacan en varias ocasiones las poblaciones castellanas, produciendo estragos entre los indios, esclavos y
españoles. Una de las más graves ocurrida en 1657, que produce muchos fallecidos en Guarenas y otras ciudades.
Hacia 1780 se extingue por etapas la institución de la Encomienda de Indios.

Evolución política y económica a finales del siglo XVIII.


La fuerza militar hispana es bastante reducida para la población. Para 1777 hay en teoría unos 12000
militares para una población de unas 800 mil personas. Es así como en 1797 las tropas inglesas del
general Abercromby conquistan con facilidad las islas de Trinidad y Tobago: el gobernador José María Chacón
y Sánchez de Soto apenas había conseguido movilizar unos quinientos soldados mal armados en contra de una
armada con 59 buques y 6750 soldados de infantería. Varias tímidas intentonas de emancipación se producen,
una de ellas liderada por el ex esclavo José Leonardo Chirino en Coro, y otra por los criollos Manuel Gual y José
María España y el español Juan Bautista Picornell influenciados por las ideas de la Revolución francesa,
establecidos en La Guaira, denominada la Conspiración de Gual y España. Sus cabecillas son presos y algunos
ahorcados en la Plaza Mayor de Caracas en 1799.
Alexander von Humboldt informa que para el comienzo del siglo XIX Venezuela importaba productos
por más de 35 millones de francos de la época y que cuatro quintas partes de esta mercancía viene de Europa.
Dice que los cueros de Carora, las hamacas de Margarita y las mantas de algodón del Tocuyo son productos muy
poco importantes "incluso para el mercado interno".

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