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HORA SANTA MISIONERA OCTUBRE 2018

INTRODUCCIÓN
GUÍA: Hemos sido reunidos por Jesús esta tarde para escuchar su voz, para descubrir su
llamado y atraídos por Él ser enviados a la misión: llevar el Evangelio a todos. Iniciemos esta
tarde de encuentro rindiendo adoración a Aquél que en su designio de amor ha querido
quedarse entre nosotros en la forma del Pan. Pongámonos de rodillas y dispongamos el
corazón para recibir a Jesús Eucaristía.

(Exposición del Santísimo Sacramento – Estación Mayor)

ACTO DE AMOR DE SAN FRANCISCO JAVIER


TODOS: ¡Oh Dios mío! Yo te amo; y no te amo porque me salves, o porque castigas con fuego
eterno a los que no te aman. Tú, Tú, Jesús mío, has abrasado todo mi ser en la Cruz; sufriste
los clavos, la lanza, las ignominias, innumerables dolores, sudores, angustias, y la muerte: y
esto, por mí y por mí pecador. ¿Por qué, pues, no te he de amar, oh Jesús amantísimo? No
porque me lleves al cielo, o porque me condenes al infierno, ni por esperanza de algún
premio; sino así como tú me amaste, así te amo y te amaré: sólo porque eres mi Rey y sólo
porque eres mi Dios. Amén.

AGRADECIMIENTO
GUÍA: Jesús, que nos has compartido la misión que recibiste del Padre y para lograrlo nos
has llenado de infinitos dones a través del Espíritu Santo, queremos agradecerte por estar
con nosotros.

C1: Gracias, Jesús, porque a través de la Iglesia hemos conocido el camino y la verdad que
conducen al sentido de la existencia en esta tierra.
C2: Gracias, Jesús, por ofrecernos la libertad a través de tu muerte y resurrección que nos
lleva al sentido pleno y verdadero de la vida.
C1: Gracias, Jesús, porque en la cruz aprendemos la lógica divina del ofrecimiento de
nosotros mismos como anuncio del Evangelio para la vida del mundo.
C2: Gracias, Jesús, por la fe que fundamenta nuestros anhelos y nos da la fuerza para
realizarlos con amor.
C1: Gracias, Jesús, porque nos has elegido para compartir tu misión de anunciar a todos el
Evangelio.
C2: Gracias, Jesús, por todas las realidades y personas que nos han permitido encontrarte
vivo dentro de la Iglesia.
C1: Gracias, Jesús, por los sacramentos que nos permiten crecer en la gracia de la fe que
nos sumerge en una corriente de multitud de generaciones de testigos tuyos.
C2: Gracias, Jesús, por el testimonio de los santos, quienes nos descubren los amplios
horizontes de Dios y nos invitan a preguntarnos «¿Qué haría Cristo en mi lugar?».

(Canto)

PETICIÓN DE PERDÓN
GUÍA: Dios mío, gracias por quedarte con nosotros, por estar ahí todos los días de nuestra
vida. Ahora queremos pedirte perdón por nuestra frialdad, por no corresponder a tanto
amor, al no cumplir tu mandato de evangelización con más generosidad y convicción.

R./ Perdónanos, Señor.

1. Perdón, Señor, porque no siempre comprometemos el don de nuestra vida al


proyecto de tu Reino, llevándonos a tener miles de contactos sin llegar nunca
inmersos en una verdadera comunión de vida.
2. Perdón, Señor, por vivir aislados y encerrarnos en nosotros mismos sin compartir
con alegría el don de la fe.
3. Perdón, Señor, por todas las veces que hemos puesto límites al amor, viviendo con
el corazón cerrado a los más necesitados.
4. Perdón, Señor, porque con corazón egoísta hemos creído que no tenemos nada por
compartir a los demás.
5. Perdón, Señor, por las veces que rechazando tu amor hemos creado pobreza
material y espiritual y discriminado a nuestros hermanos.
6. Perdón, Señor, por no saber llevar tu evangelio y la presencia sacramental de tu
Iglesia a todos los ambientes humanos, culturales y religiosos.

(Canto)

EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Mateo 28, 16-20
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en el que Jesús
los había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban.
Entonces, Jesús se acercó a ellos y les dijo: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la
tierra. Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he mandado; y
sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo".
Palabra del Señor.

(Silencio meditativo)
MEDITACIÓN1
La página evangélica que hemos escuchado, la que concluye con el Evangelio de Mateo, nos
presenta el momento de la despedida definitiva del Resucitado de sus discípulos. La escena
está ambientada en Galilea, el lugar donde Jesús les había llamado para seguirle y para
formar el primer núcleo de su nueva comunidad. Ahora esos discípulos han pasado a través
del “fuego” de la pasión y de la resurrección; al ver al Señor resucitado se postrarán delante,
pero algunos todavía tienen dudas. A esta comunidad con miedo, Jesús deja la gran tarea
de evangelizar al mundo; y concreta este encargo con la orden de enseñar y bautizar en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (cf v. 19).
Esta misión durará hasta el final de la historia y gozará cada día de la asistencia del Señor
resucitado, el cual asegura: «Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin
del mundo» (v. 20). Y su presencia lleva fortaleza ante las persecuciones, consuelo en las
tribulaciones, apoyo en las situaciones de dificultad que encuentran la misión y el anuncio
del Evangelio.
Este pasaje nos recuerda esta asistencia de Jesús y de su Espíritu que da confianza, da
seguridad a nuestro testimonio cristiano en el mundo. Nos desvela por qué existe la Iglesia:
la Iglesia existe para anunciar el Evangelio. ¡Solo para eso! Y también, la alegría de la Iglesia
es anunciar el Evangelio.
Hoy somos invitados a comprender mejor que Dios nos ha dado la gran dignidad y la
responsabilidad de anunciarlo al mundo, de hacerlo accesible a la humanidad. Esta es
nuestra dignidad, este es el honor más grande para cada uno de nosotros, ¡de todos los
bautizados!
Mientras dirigimos la mirada al cielo, donde Cristo ha ascendido y está sentado a la derecha
del Padre, reforcemos nuestros pasos en la tierra para proseguir con entusiasmo y valentía
nuestro camino, nuestra misión de testimoniar y vivir el Evangelio en todo ambiente. Somos
muy conscientes de que esta no depende en primer lugar de nuestras fuerzas, de
capacidades organizativas o recursos humanos. Solamente con la luz y la fuerza del Espíritu
Santo nosotros podemos cumplir eficazmente nuestra misión de hacer conocer y
experimentar cada vez más a los otros el amor y la ternura de Jesús.

(Canto: Canción de San Francisco Javier)

Transmitir la fe hasta los confines de la Tierra


El Papa Francisco en el Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2018 dice que
«Crecer en la gracia de la fe, que se nos transmite en los sacramentos de la Iglesia, nos
sumerge en una corriente de multitud de generaciones de testigos, donde la sabiduría del
que tiene experiencia se convierte en testimonio y aliento para quien se abre al futuro».
Por eso, habiendo escuchado la urgencia del mandato misionero, escucharemos el
testimonio de los Santos Patronos de las Misiones, quienes con su ardiente amor a Dios y a
las almas nos atraen a la contemplación y nos animan a responder al envío del Señor.

1 PAPA FRANCISCO, Regina Coeli, Plaza de San Pedro, Domingo 28 de mayo de 2017
Santa Teresita del Niño Jesús nos muestra la amplitud de nuestra respuesta cuando
impedida por su enfermedad no puede partir a la misión.

C1: «Tengo vocación de apóstol…


quisiera recorrer la tierra, predicar tu nombre
y plantar tu cruz gloriosa en suelo infiel.
Pero Amado mío, una sola misión no sería suficiente para mí.
Quisiera anunciar el Evangelio al mismo tiempo en las cinco partes del mundo,
y hasta en las islas más remotas…
Quisiera ser misionero no sólo durante algunos años,
sino haberlo sido desde la creación del mundo
y seguirlo siendo hasta la consumación de los siglos…»

GUÍA: Dice el Papa Francisco en su mensaje para el DOMUND 2018 «La propagación de la
fe por atracción exige corazones abiertos, dilatados por el amor. No se puede poner límites
al amor». Así también, Teresita descubrió que la clave de su misión se encontraba en la
llamada del Amor de Dios que le descubrió su vocación:

C2: «La caridad me dio la clave de mi vocación.


Comprendí que, si la Iglesia tenía un cuerpo,
compuesto de diferentes miembros,
no podía faltarle el más necesario,
el más noble de ellos.
Comprendí que la Iglesia tenía un Corazón,
y que ese corazón estaba ardiendo de amor».

GUÍA: Este amor desbordante de Dios a por sus hijos fue el que motivó a San Francisco
Javier para llevar el Evangelio a todo el mundo:

TODOS: «Para servirte, Dios mío,


no me mueve el terror de tu mano arrojando rayos,
ni el horror del fuego del infierno ardiendo eternamente:
Tú me mueves, Dios mío, por ti mismo:
Tú, Jesucristo, atravesado, me atraes,
la Cruz me obliga, y me enciende,
oh Jesús; la sangre que brota de tus llagas.
Si no existiese el fuego del infierno
y se quitase la esperanza de la gloria,
yo, sin embargo, oh Creador mío,
prendado de tus bondades,
admirando tu sublime divinidad, santa y próbida,
proseguiré en el amor ya comenzado.
A ti, Jesús, Hijo de Dios,
a ti, Hijo de la Virgen,
manso, fuerte, inocente,
que te dignaste morir por nosotros, que todo lo mereces,
te amaré sin recompensa».

(Canto)

ORACIÓN UNIVERSAL
En la confianza de sabernos amados por Dios, pidamos a Jesús que sostenga los esfuerzos
de la Iglesia por continuar su misión.

R. / Enciéndenos Señor, del fuego de tu amor.


1. Te pedimos, Jesús Eucaristía, que sigas atrayendo a más personas hacia ti, para que
sientan el llamado de anunciar tu Evangelio. R/
2. Señor, conserva en nosotros la juventud que nos ayude a sentirnos siempre
sorprendidos por tu encuentro y vivir con alegría la misión que nos encomiendas. R/
3. Inflama nuestro corazón de tu amor, para que crezca, se ilumine y se llene de vida
en ti. R/
4. Enséñanos, Jesús, a crear puentes inter-generacionales, donde la fe en ti y el amor
mutuo sean signo de unión profunda. R/
5. Conviértenos en personas de encuentro, testimonio y anuncio, que nos lleve a vivir
la caridad con todos los que están alejados de la fe. R/
6. Te pedimos que sigas llamando a hombres y mujeres, especialmente jóvenes, para
que, por amor al evangelio, se entreguen generosamente al servicio de sus
hermanos. R/
7. Danos siempre la alegría y el entusiasmo que nos permitan realizar la transmisión
de la fe en el contagio de amor. R/
8. Envíanos a las extremas periferias, a los confines de la tierra donde la humanidad
se encuentra necesitada de tu presencia. R/

(Se pueden añadir intenciones libres)

OFRECIMIENTO DE SAN FRANCISCO JAVIER


GUÍA: Agradecidos con Dios por mostrarnos su misericordia en la misión del Hijo de la que
participamos movidos por el Espíritu Santo, presentemos nuestra jornada como ofrenda
para su gloria:

TODOS: “Dios mío, te ofrezco todas las acciones que hoy realice por las intenciones del
Sagrado Corazón y para su gloria. Quiero santificar los latidos de mi corazón, mis
pensamientos y mis obras más sencillas uniéndolo todo a sus méritos infinitos, y reparar mis
faltas arrojándolas al horno ardiente de su amor misericordioso”.

(Bendición y reserva del Santísimo)

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