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Capitulo VII EL PROCESO PERCEPTIVO. EXPERIENCIA VITAL E IDENTIDAD SUBJETIVA 1, LA SENSIBILIDAD INTERNA La psicologia de las facultades, ha sido objeto de diversas criticas. De hecho, ni la psicologia cientifica ni la filos6fica de los siglos XIX y XX mantienen sus esquemas, sino que estudian mas bien las actividades vitales y su sobjetivos co- rrespondientes desde el de la integracién de las diversas funciones vitales. De todas formas, el contenido 0 los temas de la psicologia de las facultades se mantienen, como es légico, en las psicologias posteriores. La psicologia de las facultades es histéricamente la primera que se elabora en el Ambito de la psico- logia filos6fica, y es la que aqui se va a tomar como primer punto de referencia, para sefialar en funcién de ella las tesis y principios de otras psicologias. La creacion de la psicologia de las facultades se debe a Aristételes, y su de- sarrollo a la tradici6n aristotélica érabe, singularmente a Avicena y Averroes, y a la tradici6n aristotélica cristiana. En ambas se desarrolla esta psicologia para establecer la estructura operativa de los animales y del hombre, es decir, la di- ferenciacién de las facultades de la psique y la articulacién de unas con otras. EI criterio utilizado para ello es, el de la especificacién de las facultades por los actos y de los actos por los objetos, y, tiene dos aspectos, uno metodolégico y otro tedrico. Utilizandolos conjuntamente, la psicologia de las facultades pue- de tener utilidad para establecer la jerarquizacién de las especies animales en las diversas ramas de la escala zoolégica, por una parte, y, por otra, para estudiar, en conexién con la psicologfa fisiolégica, las posibles correlaciones entre funcio- nes psiquicas y dreas y circuitos neuronales. El procedimiento seguido para diferenciar y jerarquizar las facultades es en parte racional-deductivo, en cuanto que intenta fijar cudles serian las facultades exigidas para una vida animal completa, y en parte empirico-inductivo, en cuan- to que las caracteristicas de la vida animal —completa e incompleta— se obtie- nen de la observacién directa de los diversos animales. 187 El ultimo criterio discriminativo es reducir la mayor cantidad posible de actos al menor nimero posible de principios operativos, de manera que cuantos actos no puedan ser reducidos a un mismo principio determinarén la realidad de las distintas facultades. La vida de los animales superiores implica que se dé en ellos no solo la cap- tacién de la realidad presente, sino también la de lo ausente, porque como la ac- cién y el desplazamiento del animal tiene como punto de partida la percepcién de una realidad, el animal no podria realizar movimientos de busqueda, cuyo objeto es precisamente una realidad ausente. Por lo tanto, en los animales que realizan movimientos de basqueda, ademis de los exteroceptores (sentidos exter- nos), que captan lo presente cuando est presente, tiene que haber otro sentido que lo retenga y conserve, de manera que cuando no esté presente lo pueda re- presentar y, por tanto, iniciar su busqueda. Las realidades captadas por los exteroceptores y en relaci6n con los cuales el animal se mueve, le producen deleite o repulsin. Esto se da en todos los ani- males —en diverso grado segéin su dotaci6n o equipamiento sensitivo—, pero en los animales superiores en los que se dan comportamientos de busqueda y de huida, tiene que darse también la captacién de otros valores ademds de el agra- do y desagrado sensible, como son la utilidad, el peligro, etc., que no son va- liosos para un sentido u otro, sino para la vida animal en su integridad. Asi, por ejemplo, la oveja no huye del lobo porque le resulte repulsiva su figura y color, porque le resulte “estéticamente” desagradable, sino porque es una amenaza para su supervivencia, o sea, un enemigo para su especie o para su naturaleza. De modo similar, el péjaro no recoge ramas, pajas, etc., porque le produzca un placer a los sentidos, sino porque le son stiles para construir el nido. Ahora bien, como el peligro, la amenaza y la utilidad no son cualidades sensibles (ni primarias, ni secundarias, o sea, ni sensibles comunes ni propios) no pueden constituir el objeto de los actos de ningiin sentido externo, pero como son cap- tadas por el animal, tienen que serlo mediante actos que corran por cuenta de otra facultad. Asi pues, las cualidades sensibles son captadas por los sentidos externos y por el asi llamado sentido comun (en el que se unifican los sentidos externos), y son retenidos y conservados por la imaginacién o fantasta, que es como un archivo de las cualidades sensibles captadas por los sentidos externos. Por otra parte, las cualidades no sensibles, se captan mediante actos valorati- vos 0 de estimacién, que corren por cuenta de la estimativa, y son retenidas y conservadas por la memoria, que es como un archivo de las valoraciones (utili- dad, amenaza, peligro, etc.) realizadas por la estimativa. De esta manera la es- timativa es el sentido intencional del futuro (busca o rehuye ahora lo que serd itil 0 nocivo después) y la memoria el sentido intencional del pasado (el pasado es pasado del viviente y no de la realidad exterior, o de ésta en cuanto que fué valorada o vivida por él). El conjunto “sentidos externos-sentido comiin-imaginacién”, es afectado por las cualidades sensibles del mismo modo en el caso del hombre que en el de los animales superiores. Por lo que se refiere al binomio estimativa-memoria, la di- ferencia entre el hombre y los animales superiores es en cambio muy notable: se trata de la diferencia entre la intimidad subjetiva de uno y de los otros, entre 188, la capacidad valorativa 0 capacidad de aprendizaje y de experiencia de uno y otros, y entre la capacidad de posesion de la vida ya vivida (pasado) de uno y otros. La valoraci6n y la experiencia animal tiene cardcter instintivo; se trata, como dijimos, de una “inteligencia inconsciente”, que tiene maximamente el cardcter de la intencionalidad directa (conocimiento de la realidad externa como fin de la propia actividad vital) y minimamente el cardcter de la intencionalidad refleja (conocimiento de los propios actos y de si mismo, capacidad de proponerse un numero indeterminado de fines y de utilizar la realidad externa como medio para esos fines). La valoraci6n y la experiencia humana tiene, por eso, el cardcter de una “in- teligencia practica reflexiva”, por lo cual, para diferenciarla de la animal, la tra- dicién aristotélica le llamé en vez de estimativa, cogitativa 0 raz6n particular. Estos términos fueron acufiados asi, con esa resonancia intelectiva (cogitatio, ra- tio), para poner de manifiesto la estrecha vinculacién de esa facultad de la sen- sibilidad interna con la inteligencia humana. La diferencia entre cogitativa e in- telecto viene marcada por la insistencia en que la primera es una facultad orga- nica y cerebralmente localizable. Por lo que se refiere a la memoria, la capacidad de posesién de la vida ya vi- vida (de la vida pasada), en los animales superiores se ejerce de modo espon- téneo y stibito, y en el hombre ademas se ejerce también en la forma de biis- queda reflexiva y deliberada del propio pasado. Para designar esta funcién es- pecifica de la memoria humana la tradicidn aristotélica emples el término remi- niscencia. De esta manera, la sensibilidad interna queda desglosada en cuatro facultades: sentido comin, imaginacién, estimativa o cogitativa y memoria’. Segin esta forma de considerar la sensibilidad interna, queda puesto de relie- ve el modo en que los grados de vida son grados de intimidad, y el modo en que los grados de intimidad son grados de integracién de los diversos sentidos del tiempo, es decir, grados de superacién del tiempo 0 modos de trascenderlo, que son modos de trascender o superar la distensi6n o dispersién inherente a la ma- terialidad, y que son modos de autoposeerse?. En los vivientes corpéreos, el mayor grado de plenitud vital implica mayor cantidad de érganos y facultades; ahora, al sefialar cudntas y cuales son las po- tencias requeridas para una vida animal perfecta (que se acerque lo mas posible a una vida espiritual minima), queda también puesto de relieve la progresién de menor a mayor complejidad de los organismos vivientes. De esta estructuracién de la sensibilidad interna en facultades, realizada por la psicologta filoséfica clésica, las psicologias filos6ficas y cientificas contempo- réneas conservan dos, la imaginacién y la memoria, cuyos estudios profundizan y desarrollan en diversas direcciones. El sentido comin y la estimativa 0 cogita- fiva en cuanto términos que designen facultades, empiezan a caer en desuso ya al comienzo de la filosoffa moderna (siglo XVII). 1, Cf, Sto. Tomas, Suma Teoldgica I parte, q. 78, a 4c. 2. Incidentalmente cabe sefialar que este tema es uno de los grandes lugares para realizar la con- frontacién entre las antropologias filos6ficas de Tomés de Aquino, Kant, Hegel, Nietzsche y Hei- degger, cuya filosofia del hombre es, a la vez, una filosofia del tiempo. 189

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