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APUNTE DE CÁTEDRA- TEORÍAS DEL ARTE 1 – PROFESORA: NERINA TOSI-

EL ARTE DESDE UNA VISIÓN CONTEMPORÁNEA

BIBLIOGRAFÍA: D. BELINCHE: “ARTE, POÉTICA Y EDUCACIÓN” CAP.1


C. FAJARDO FAJARDO: “El gusto estético en la sociedad posindustrial”
R. GAGLIARDI: “Culturas y estéticas contemporáneas”

¿QUÉ ES EL ARTE?
El arte es un producto exclusivamente humano. El arte es una manifestación de la cultura humana. Es decir, es
un fenómeno propio de las manos del hombre en su situación de ser social inmerso en el dinamismo de una
cultura.
Las diferencias que existen entre las diversas sociedades y los cambios que se producen a lo largo del tiempo
en cada sociedad en particular son los que explican las diferencias existentes entre las formas de expresión
estética respectivamente. El arte está atravesado por estos procesos y está condicionado por el gusto estético
de cada época y de cada cultura.
El concepto de arte ha cambiado a lo largo del tiempo y de la historia de las manifestaciones simbólicas
humanas y es por ello que para avanzar en contenido y conocimiento se cree sumamente necesario acordar
criterios de análisis con respecto a qué es el arte.
El primer criterio a acordar se refiere precisamente al concepto de Arte, un concepto que sobrevive, en
primer lugar, al dinamismo del espacio/tiempo y a sus representaciones simbólicas de la mano de una historia
puramente humana; y, en segundo lugar, a sus abordajes conceptuales desde cada paradigma de
pensamiento en la historia del hombre.
El segundo análisis que define una perspectiva de pensamiento sobre el objeto de estudio es la
contemporaneidad del arte. Desde esta perspectiva, el concepto de arte se vuelve actual, vigente, flexible,
territorial, circunscripto a los cambios vertiginosos de las sociedades actuales y tolerante a los modos de
representación que se suceden en la historia.
Pensar en las manifestaciones del arte contemporáneo implica analizar las dimensiones de espacio/tiempo
vivenciadas por el sujeto contemporáneo, analizar sus conductas impregnadas por la microcultura, y a su vez,
por la cultura global que desterritorializa al sujeto y lo vincula a nuevas configuraciones simbólicas. En estas
variables se configuran las formas que adquiere el arte hoy y las infinitas posibilidades de construcción de
mundos ficcionales posibles.
También vincular el análisis a los estudios de las conformaciones de gusto que ofrece la estética como
disciplina filosófica, nos permite aportes relevantes en las discusiones académicas actuales.
En síntesis, el Arte pensado desde su contemporaneidad, en una permanente reflexión de su estética, nos
obliga a reconocer los recursos poéticos que se manifiestan en las producciones actuales desde el punto de
vista del productor o como espectadores/consumidores en potencia.

El reconocimiento de los inagotables recursos poéticos subyacentes en la producción artística


contemporánea que trasciende territorialidades, épocas, estilos, manifestándose a partir de materialidades
que nos retrotraen sentidos y significados impregnando los objetos y espacios que nos rodean, dando forma y
contenido a los ambientes que habitamos, ese el punto de partida para la creación artística.

Lo expuesto anteriormente es, puesto en palabras sencillas, lo que Daniel Belinche nos explica en el Cap. 1 de
su libro “Arte, poética y educación”.
Si abstraemos un concepto concreto de arte contemporáneo a partir de esa lectura, ÉSTE QUEDA DEFINIDO
como “EL ARTE ES LA PRODUCCIÓN DE IMÁGENES FICCIONALES CON SENTIDO POÉTICO”. De este
gran concepto explicaremos a continuación éstos 4 subconceptos: producción, imágenes, ficciones y sentido
poético.
EL ARTE COMO PRODUCCIÓN
Desde el principio de los tiempos el hombre ha utilizado sus manos o herramientas para construir y dar forma
a su universo. Pero, ¿qué es aquello que diferencia a un objeto de una obra de arte?
Un objeto de uso cotidiano y una obra de arte pueden tener muchos puntos en común en el proceso de
realización, ya sea artesanal o industrial, ya que en ambos procesos existe una transformación de los
materiales con un fin específico pero también existen diferencias muy puntuales: LA FORMA, LA
MATERIALIDAD, EL TIEMPO, LA UTILIDAD O SENTIDO.

CUANDO EL ARTE ADQUIERE FORMA


La aplicación de variadas técnicas sobre los materiales posibilita la construcción de los objetos y así adquieren
forma. La técnica reúne habilidades que permiten realizar operaciones siguiendo un conjunto de normas.
(pag. 24) En el arte, esas habilidades adquieren altos niveles de sofisticación. La articulación de conductas
motrices complejas, la manipulación de herramientas-el pincel, la cámara, las llaves de una flauta o el mismo
cuerpo-, la extrema especialización que requiere el dominio de estas conductas bajo presión y la regulación
del estrés que provoca actuar en público, otorgaron al entrenamiento un valor tal que llegó a confundirse con
el lenguaje mismo del arte.
Volvamos a la forma. (pág. 44) En el lenguaje artístico contemporáneo, ésta excede la disposición de los
elementos en la totalidad, o que el boceto fijo de su estructura, a priori de la efectiva emergencia de la obra.
En las fases de composición, realización y recepción, esos elementos se agrupan en coordenadas activas y
una misma estructura admite varias formas.
El arte es portador de un mensaje críptico, oscuro, que debe ser decodificado. El artista es un hacedor, un
compositor de su interioridad.

LA MATERIALIDAD DEL ARTE


¿El arte es un vehículo que nos habla de algo, o su finalidad no es la de aproximar su significado a nuestro
entendimiento, (…) sino la de crear una percepción particular del objeto? ¿Una obra debe ser más que
significar? (pag.51)
El arte habla de algo que está constituido de ese algo, ¿qué es ese algo convertido en forma, en forma
pura?¿qué es aquello que se corporiza, cuáles son los contenidos del arte?¿ o los contenidos están en su
apariencia física, en su simple autorreferencia? Si aceptáramos la no humanicidad de la pura forma, ésta
quedaría mermada a su escasa estructura.
Se podría conjeturar que los contenidos del arte, son contenidos humanos. Han desvelado a filósofos y
letrados. Circulan en la gran literatura, en la música abstracta y también en telenovelas y panfletos, en la
construcción dramática, en el movimiento, que asume formatos y técnicas con mayor o menor fortuna y
recepción. Angustia, placer, pulsión, cuerpo, soledad, injusticia, afecto, vacío. Y además equilibrio y rupturas,
permanencia y cambio, escala, contrastes, extremos, matices, y nociones tan maceradas que se vuelven
intraducibles al lenguaje verbal, pero que por su abstracción no devienen menos humanas.
La formalización de los materiales no parte necesariamente de los “temas”, igualmente, si así fuera
estaríamos instalados en una esfera superior al mero acontecer y su relato.
La forma metafórica como proceso y resultado en la materialización de la obra de arte
La metáfora es a la vez proceso y resultado. (pag. 33) En su elaboración operan recursos comunes a las
disciplinas del arte, la literatura y el lenguaje ordinario. Todas se nutren de la misma argamasa, los materiales
acumulados socialmente.
El progreso en el arte se da en esos materiales. En ellos anida la metáfora: en el color, el sonido, en los
procedimientos básicos del arte, aún en el silencio o en el espacio vacío. En el arte actual, la obra es
inseparable de su material, su discurso es autorreflexivo y ambiguo, ya que produce refuerzos semánticos de los
significados primarios, o promueve alternativas a dichos significados.
El material que toma el compositor es preformado en la cultura. Ese material que el compositor selecciona
para su transformación necesita un contexto de referencia, un contexto que signifique ese material. Pero,
aclara Belinche, esa referencia se torna lejana, habita en el pasado, se vuelve cenizas mientras en el presente
emerge la corporeidad metafórica, que liberándose del lastre de la significación ofrece una poética de los
materiales.
“Es, esta cualidad poético/metafórica lo que le confiere al arte su lugar como ámbito privilegiado de la
experiencia estética.

LAS DIMENSIONES DE TIEMPO Y ESPACIO


Tiempo y espacio componen el rasgo diferencial, intervienen como requisito y dialogan mutuamente en
simultáneo con la forma. Son contenido fijo y móvil de las relaciones formales que presenta la obra.
La imagen artística sintetiza tiempos. En ellos, suele palparse la conexión con su contexto.

EL UNIVERSO DE LAS IMÁGENES

¿Qué espacios habitan las imágenes? ¿Qué tipos de imágenes conocemos? ¿Cómo y cuándo comienzan a ser
percibidas esas imágenes en el ser humano? ¿Cómo y cuándo comienzan a habitar la memoria? ¿qué función
cumple la imagen?
Estos interrogantes son clave para comprender el proceso de desarrollo de la imagen y sus estadios de
complejidad en el ser humano, como individuo y en el devenir histórico como proceso antropológico.

Está comprobado científicamente que el ser humano en su desarrollo intrauterino es capaz de percibir
imágenes sensoriales, al escuchar los latidos del corazón de la madre incorpora las primeras nociones de
ritmo. A partir de los 6 meses de gestación escucha sonidos que provienen del interior del cuerpo materno y
avanzado su crecimiento responde con movimientos a estímulos externos. Antes de nacer el ser humano capta
las primeras imágenes de carácter sensorial y comienza a desarrollar habilidades que le permitirán adaptarse al
medio externo.
Una vez que nace, todo ser humano va desarrollando habilidades y capacidades que le permiten sobrevivir
fuera del vientre de su madre, respirar por sí mismo, alimentarse. El desarrollo del gusto, del olfato y el tacto
son vitales en este comienzo. Mediante el desarrollo de los sentidos el recién nacido aprehende nociones
fundamentales del medio externo, unido psíquicamente al cuerpo físico de la persona maternante. Su
desarrollo psíquico y emocional concibe como un “todo” su cuerpo físico con el cuerpo del maternante y los
objetos del entorno.
La vista es el sentido que demora en poner en foco los rostros familiares y la observación directa de los
objetos. La relación que el ser humano va estableciendo con los objetos del entorno es clave en el desarrollo
de su imaginario.
En su artículo “ Tiempo y poética de la repetición. De la liberación de la mano a la complejidad del horizonte”
D. Belinche sostiene que las habilidades de manipulación, aprehensión y desaprehensión de los objetos es el
inicio del universo de las imágenes “….Tal vez el arte, haya encontrado sus inicios en la acción de las
manos…El paso de la inteligencia sensorio-motriz a las operaciones formales estudiadas por Piaget comienza
con las manos. Se escribe con la mano. Por medio de la manipulación, se prepara la representación. (…) La
mano ha sido, en la historia lejana, y lo es todavía, el puente al intelecto y también a la distancia, propia del
arte que aporta a la arquitectura de imaginarios y de imágenes.
Sucede en cada uno de nosotros y sucedió en la historia de la humanidad en el proceso de hominización, el
hombre se aleja del animal en la medida que va construyendo su imaginario. También sabemos que el
hombre, como ser social, se agrupa y que este imaginario no solo es individual sino que luego es colectivo.
La capacidad de representación necesaria para el hombre como ser social supera la instancia sensorio-motriz
y eleva al hombre a una instancia más compleja, la creación de imágenes representacionales.
El universo de las imágenes representacionales se amplía junto al horizonte, comienza quizás a manifestarse
a través de los sonidos pero los registros que llegan hasta nuestros días y sobreviven más de 30.000 años.
Bisontes, caballos, ciervos, manos y misteriosos signos fueron pintados o grabados durante los milenios en
los que la cueva de Altamira estuvo habitada, entre hace 35.000 y 13.000 años antes del presente. Estas
representaciones se extienden por toda la cueva, a lo largo de más de 270 metros, aunque sean las famosas
pinturas policromas las más conocidas. Su conservación en las mejores condiciones constituye un reto
científico y de gestión del Patrimonio y es el objetivo prioritario y la razón de ser del Museo de Altamira(Esp.).

Regis Debray, en su tesis titulada “Vida y Muerte de la imagen” señala que la imagen representacional en el
principio de los tiempos está ligada a la experiencia directa del hombre con la muerte. Con el siguiente
párrafo inicia su primer capítulo sobre la génesis de las imágenes:
“El nacimiento de la imagen está unido desde el principio a la muerte. Pero si la imagen arcaica surge de las
tumbas, es como rechazo de la nada y para prolongar la vida. La plástica es un terror domesticado.(…).
Más adelante explica: …”Es una constante trivial que el arte nace funerario, y renace inmediatamente muerto,
bajo el aguijón de la muerte, los honores de la tumba relanzan de un sitio a otro la imaginación plástica, las
sepulturas de los grandes fueron nuestros primeros museos y los difuntos nuestros primeros coleccionistas,
pues esos tesoros, de armas y vajillas, vasos, diademas, cofrecillos de oro, bustos de mármol, muebles de
maderas preciosas, no se ofrecían a la mirada de los vivos. No eran amontonadas en el fondo de túmulos,
pirámides o fosas para que sirvieran de ornamento, sino para que prestaran servicio. En la mayoría de los
casos estaba prohibido el acceso a las criptas, tan pronto como se volvían a cerrar, a pesar de que en ellas se
acumulaban las materias más ricas. Nuestros depósitos de imágenes entre nosotros los modernos, se
expresan a la vista. Extraños ciclos de los hábitats de la memoria. De la misma manera que las sepulturas
fueron los museos de las civilizaciones sin museos, nuestros museos son tal vez las tumbas apropiadas a las
civilizaciones que ya no saben edificar tumbas ¿Acaso no tiene el fasto arquitectónico, el prestigio, la
protección vigilante, el aislamiento ritual en el espacio cívico? Pero en (América), Egipto, Micenas y Corinto,
las imágenes depositadas en lugar seguro debían ayudar a los difuntos a proseguir con sus actividades
normales, en tanto que nosotros debemos interrumpir las nuestras para visitar nuestros mausoleos.
Interrupción tardía de la absolutamente práctica de sobrevivir que hemos bautizado con el nombre de
estética.”

FICCIONES
Desde el principio de los tiempos el arte es representación y construye nuevas realidades, realidades
ficcionales.
Desde que nacemos, nuestro desarrollo cognitivo y nuestras capacidades perceptivas permiten aprehender
conocimientos sobre el entorno que nos rodea, esas apreciaciones tienen que ver con las nociones de forma,
tiempo y espacio que tiene su anclaje en los aprendizajes sensorio-motrices y que se transforman en
configuraciones de gran complejidad por su carácter abstracto.
La dimensión temporal ocupa un rol protagónico en la construcción de una realidad ficcional.
¿Qué es el tiempo?
Belinche analiza: “El transcurrir temporal es continuo. Podemos reparar en él cuando en su interior se
producen cambios. El encadenamiento a esos cambios hace posible medirlo, discriminar dentro del continuo
una especie de frecuencia” (…) “El tiempo dura. Integrado a nuestra psiquis y, en paralelo, sumergiéndonos
en su duración y renovación constante. Esa duración no es homogénea, un punto que se extiende sin cambiar;
es el cambio, la heterogeneidad en su manifestación intrínseca.”
“La dificultosa y lenta subjetivación del tiempo constituyó un paso gigantesco a lo humano, la escritura, el
arte y su música. (pag. 54)
El arte construye ficciones al alejarse de la realidad verosímil. El arte es real, revela una realidad en tanto que
a la vez oculta. El espectador es partícipe activo de esa nueva realidad desentrañando sus enigmas.
“La verdad es esencial al arte. Desentrañar esa verdad demanda penetrar en los procesos compositivos, sin
fines aclaratorios”.
Las construcciones ficcionales –hoy, la delgada línea entre qué es arte y qué no lo es quizás recaiga en la
posibilidad cada vez más cotidiana de experimentarlas-implican un desdoblamiento temporal por encima del
tiempo cronológico que ofrecen al espectador una realidad inverosímil.

EL SENTIDO POÉTICO ES LO QUE DEFINE AL ARTE


El arte no solo presenta un modelo de ficción representativa sino que privilegia el componente poético
metafórico que le otorga base epistemológica. (pag. 27)
“El arte permite una liberación sensitiva, una suerte de emancipación de los sentidos cuya función es
irremplazable en cuanto privilegia la corporización de lo otro. Esta emancipación se fabrica en el plano de la
ficción, de la apariencia.
El tiempo fabrica sentido,y para derrotarlo hay que olvidarse de él, sumergirnos en una ficción en la que
somos parte de ese universo, y el tiempo natural (cronológico), el celular y la conciencia han sido aplazados.
Y ahí estamos en cuerpo y alma, apasionados, sin ocupar un lugar de espectador. (pag. 63)
El sentido, el significado más la emoción, la cultura, el cuerpo, se elabora dentro de una subjetivación que va
urdiendo expectativas que se suceden y resuelven para volver a abrirse y a negarse, es decir, la dialéctica.
La continuidad es inherente al sentido y el tiempo es su ausencia y condición. Así el sujeto crítico es criticado
por el sentido, es atravesado por éste, porque lo que es crítico no es el sujeto sino la vida, y el sujeto no es un
crítico opinante de la vida, no está la producción y al lado la reflexión, el teórico y el práctico, están dentro,
una de otra y una es por la otra y sin ese lazo de razón y emoción sólo hay frigidez instrumental.(pag.64)

El arte desempeña asimismo una función social como portador de valores simbólicos. En la búsqueda de
universos comunes, contribuye en la afirmación de la identidad individual y colectiva y visibiliza la
construcción de significados. Es potenciador de las imágenes por medio de las cuales desplegamos nuestra
vida, superando la idea de consuelo o paliativo humano.
Así se distingue del lenguaje. En primer lugar, por no poseer un código universal.
El arte no da certezas, no es tranquilizador, perturba, genera incertidumbre. Sus disciplinas, que difieren en
técnicas y soportes, se equiparan en forma y poética, y en la capacidad de crear esas presencias que (…)
ensanchan la subjetividad.

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