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R e v i s t a e l e c t r ó n i c a d e l P r o g r a m a d e E s t u d i o s
U n i v e r s i t a r i o s C o m p a r a d o s
Resumen
Introducción
Conviene precisar de inicio lo que aquí entendemos por psicología política para tratar de
responder a las preguntas que nos hacemos en el resumen o, por lo menos, para
encontrarle los significados a la palabra intervención.
Más claro todavía, y en ese mismo sentido lo dice Hermann: “la psicología política
debe concebirse como el área de intersección de los procesos políticos y los psicológicos”
(Hermann, 1986, en Garzón, 2008, 12), área en la cual quedan contempladas incluso las
perspectivas psicologistas como la de Lasswel, que para muchos es el creador de la
psicología política, porque “proporcionó desde el psicoanálisis, una perspectiva
psicológica de la misma, estudiando el papel que la percepción, la motivación y la
personalidad: factores psicológicos partícipes en el comportamiento de líderes (…),
Así pues, teniendo un campo de estudio y un nivel de análisis propio: “la psicología
política –concluye Sabucedo- consiste en el estudio de las creencias, representaciones o
sentido común que los ciudadanos tienen sobre la política, y los comportamientos de
éstos que, ya por acción u omisión, traten de incidir o contribuyan al mantenimiento o
cambio de un determinado orden socio-político” (Sabucedo, 1996, 22).
comprender e intervenir en los problemas sociopolíticos de cada una de las épocas que
les tocó vivir, bajo un claro compromiso de tipo teórico-práctico.
No obstante, por fortuna no todo fue así; en el lado contrario del compromiso
ideológico político de los psicólogos, encontramos a lo largo de la historia, una cantidad
considerable de ellos que llevaron a cabo investigaciones y aplicaciones de sus
Sin embargo, más allá de esta visión por áreas, vale la pena, como dice Jiménez
(1986), examinar qué hacen los psicólogos políticos, qué explican, de qué temas discuten
y qué investigaciones publican, lo cual lleva a un catálogo de temas –extraídos de
Congresos, Revistas y Manuales- sobre los asuntos que trata la psicología política, a
saber:
Las intervenciones profesionales del psicólogo político |
Abraham Quiroz Palacios
F o r o d e e d u c a c i ó n s u p e r i o r
R e v i s t a e l e c t r ó n i c a d e l P r o g r a m a d e E s t u d i o s
U n i v e r s i t a r i o s C o m p a r a d o s
La psicohistoria y el holocausto
Estudio psicológico de las élites
Causas de la guerra
Salud y participación política
Aspectos psicológicos del paro
Psicología social del terrorismo
El concepto de eficacia política
Sobre la utilidad de la teoría de los rasgos en ciencia política
La televisión y el aprendizaje político
Barreras psicológicas en las negociaciones árabe-israelíes
La psicología del burócrata
La psicología política de Alejandro Magno
Aspectos psicológicos de la revolución Iraní
El fascismo contemporáneo
Teoría de la atribución y relaciones internacionales
Implicaciones psicológicas en el desarrollo infantil en la era nuclear” (Jiménez, 1986, 2).
Esto es sólo un botón que muestra cuán flexible y vasto es el campo de esta
disciplina, dicho de otra manera, de lo difícil de presentar un panorama articulado de su
producción; sin tomar en cuenta todavía lo que se hace en América Latina –incluido
México-, donde, de igual modo, campean la pluralidad de posturas y sobran los
compromisos políticos e ideológicos encontrados, pues es harto conocido que algunos
psicólogos políticos se desempeñan como intelectuales orgánicos del sistema,
defendiendo su estabilidad y su orden (el ejemplo más conocido -quizá por el contexto
político en el que se dio-, es el caso de quienes estuvieron al frente de la comisión
gubernamental en las negociaciones de San Andrés Larráinzar, Chiapas, en 1994, frente
al insurgente Ejército Zapatista de Liberación Nacional).
Los hay también que por pura convicción (y, por supuesto, un modesto salario
para subsistir), trabajan sirviendo a objetivos democráticos y usan técnicas persuasivas
(subrayamos esto) para modificar actitudes o convencer a la población de las virtudes y
elementos positivos que tienen los programas que sustentan los partidos, los grupos, los
propios candidatos democráticos, e incluso los gobiernos de este tipo; fomentando la
participación y organización ciudadanas a fin de facilitar la autogestión de los habitantes
de las colonias, barrios y comunidades. Pero, vale admitir críticamente que también estos
psicólogos hacen uso del marketing para tratar de fortalecer la percepción o la imagen
que los ciudadanos tienen sobre la fracción parlamentaria, los dirigentes, o, en el caso del
Distrito Federal, del jefe de gobierno y de los jefes delegacionales emanados de la
denominada izquierda electoral.
Una tercera categoría de psicólogos políticos está conformada por aquellos que
han venido desarrollando actividades de investigación y de docencia, generando un
conocimiento básico sobre temas que son clave para entender y modificar la realidad
política que vivimos en el país, tales como el acarreo político, el voto del miedo, la
manipulación informativa, la corrupción, la guerra de opinión, el conformismo, la sumisión
de los propios psicólogos políticos, posturas críticas y compromisos claros con las viejas y
nuevas demandas de los grupos subalternos de esta sociedad civil que tiene ya muchas
décadas luchando por cambiar al sistema político, por volverlo democrático, por fundar
una cultura de tolerancia y un mundo, como dijera el Sub Marcos “donde quepan todos los
mundos”, la diversidad pues.
Tema Autores
Violencia, poder y cultura Política Revueltas A., Araujo G.; Quiroz, P.. Ramos, L.
Democracia Uribe, J. y Acosta, T., Mota, G.
Socialización política Cisneros P., Nateras O., Cárdenas, V.G
Guerra psicológica Quiroz, A., Rodríguez, C.
Mass media, Opinión Pública, Imagen González, N., Bautista, A., Mendoza, G., González
P., M.A.
Identidad y carácter nacionales Cappello H., Béjar, N., Juárez, J
R. S. sobre movimientos sociales Rodríguez, O., Sánders, B., etc.
Memoria colectiva Fernández, P., Mendoza, J
Psicología de la religión Tinoco, J.
Conflicto y negociación Guerrero, A., Del Valle, J., Acosta, T
Participación política González, M.A., Molina, J., Meza, H
Género y política Bustos, O., Conde, E.
Psicología de Masas Arciga, S., Fdez. P., Polanco, F.
Imaginario Social Manero, R., Mota,B.
Conducta electoral Manero, R., Glez. M., Quiroz, P.
Cuestiones Teóricas Delahanty,G., Fernández, Ch..y otros
Derechos humanos Vázquez, O., J.
Análisis del Discurso Lozada, M., Quiroz, P.
Corrupción Martínez, J.M.,
Liderazgos carismáticos Quiroz, P.,
Poder e intervención comunitaria Flores, J., M., y otros
Cuadro núm. 1, Elaboración propia con base en libros, revistas y congresos de psicología política.
Consideraciones finales
Si bien es cierto que en las últimas dos décadas nuestra América Latina ha vivido
experiencias democráticas extraordinarias que la han hecho avanzar por ese mismo
sendero donde los psicólogos políticos no han sido ajenos a ese proceso, dado que su
ocupación teórico-práctica -tal como se puede ver en el cuadro anterior-, casi indica un
boom de la psicología política, reflejado no sólo en la creciente ocupación y reclutamiento
de psicólogos políticos en los gobiernos establecidos, sino también en la convergencia
que aquellos tienen con la sociedad civil, con las Organizaciones No Gubernamentales y
con los partidos políticos de oposición a fin poder construir una sociedad más justa e
igualitaria, pese a todo el marcaje que tienen por parte del neoliberalismo globalizado;
debemos ser conscientes de que la psicología política no siempre ha trabajado ni los
mismos temas, ni los mismos problemas.
En la década de los ochenta, en cambio, Martín Baró decía que “la psicología
popular reclama una psicología política que tome en consideración el poder social”, esto
es, que es necesario examinar “la política de la psicología, es decir, el impacto de la
psicología en cuanto actividad científica y profesional tiene en cada sociedad; la
psicología de la política, el análisis e intervención psicológica en los procesos y
comportamientos políticos que tienen lugar en una sociedad” (1988: 82). Creo que todo
esto los psicólogos políticos en México y en América Latina de alguna manera lo estamos
cumpliendo, haciendo uso, exactamente como lo hacía el propio Baró, no sólo de los
saberes teóricos y técnicas que creó la psicología funcionalista, esto es, las escalas de
actitud, las encuestas de opinión, etc., sino también de los enfoques crítico-dialécticos.
Por último, habrá que retomar lo que García y D‟Adamo (1999) afirman, en el
sentido de que la psicología política es finalmente una psicología social aplicada, y se
hace necesario que en el marco de una transición definitiva hacia la democracia, y
“considerando (otros) posibles escenarios futuros” formulemos una agenda de trabajo de
investigación y de intervención donde vinculemos los fenómenos psicológicos con los
económicos, atendamos los procesos de transición y consolidación democrática, el tema
de la memoria social, los asuntos de la corrupción y la comunicación política, aparte de
los que ya hemos citado aquí y de los que, por supuesto, están en curso de investigación.
Referencias bibliográficas
- Dávila, J.M., et al, (1998), La psicología política contemporánea, en Revista Psicología política No. 17, pp.
21-43, España.
- Dorna, A., (2003), Crisis de la democracia y liderazgo carismático. Ediciones Coyoacán, México.
- Fernández, Ch., P., (1987), Consideraciones Teórico- metodológicas de la psicología social, en
Montero (1987), Psicología política latinoamericana, Ed. Panapo, Caracas, Venezuela.
- García B., V., y D‟Adamo O., J., (1999), “Propuesta para una agenda temática de la psicología política en
América Latina”, en Oblitas Guadalupe y Rodríguez Kauth, “Psicología Política”, Plaza y Valdés, México.
- Garzón, P.A., (2008), Teoría y Práctica de la psicología política, en Revista Información Psicológica
núm. 93, may-ago/2008, Colegio Oficial de Psicólogos de la Comunidad Valenciana.
- Iebra Aizpurúa R., (2002) “Psicología Política: principales contribuciones norteamericanas del siglo XX
(décadas 30-70)”, en Revista de Psicología Política de la Sociedad Brasileña de Psicología Política, Vol. 2,
No. 3, enero-junio del 2002, Sao Paulo, Brasil.
- Marcuse, H.,(1968), El fin de la utopía, Siglo XXI, México.
- Martín-Baró, I., (1990) “La psicología política latinoamericana”, en Pacheco y Jiménez, “Ignacio Martín-
Baró (1942-1989): Psicología de la liberación para América Latina, ITESO y Universidad de Guadalajara,
1990.
- Mota Botello Graciela, “Estado del arte: psicología política y psicología colectiva”, en Psicología Política,
Revista de la Sociedad Brasileña de Psicología Política, Jul/dic. Vol. 2, No. 4, Sao Paulo, Brasil, 2002.
- Sabucedo, C., J., M., (1996), Psicología Política, Síntesis Psicológica, Madrid, España.
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