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POLÍTICA SOCIAL E INCLUSIÓN SOCIAL

LUIS VILA LÓPEZ

La inclusión social es una exigencia dentro de una sociedad que quiera merecer ese nombre: es la
sociedad que ni excluye, ni margina, ni desfavorece, ni «des-privilegia», ni empobrece. O sea, que el que
es miembro de esa sociedad forma parte de ella y, por consiguiente, ni es excluido, ni marginado, ni
desfavorecido, ni carente de privilegios, ni pobre, ni mísero. Hasta aquí todo normal. Pero resulta que,
desde siempre, en toda sociedad humana aparece la «excesiva» desigualdad. Nos hemos acostumbrado
a que la organización política de la sociedad haga algo al respecto. Y llamamos Política Social a ese
ejercicio del gobierno de la polis que se preocupa de «hacer sociedad», es decir, garantizar que todos los
que están en ella sean realmente miembros de la misma, con una condición de miembro dotada de las
características consideradas «normales». Hoy no entendemos un gobierno que no tenga Política Social,
que no se ocupe de «hacer» y re-hacer (volver a hacer) sociedad, cada vez que ésta se fragmenta o diluye
en exceso. Toda Política Social está orientada hacia la inclusión y dispondrá de variados instrumentos
para lograrla. Se llama al conjunto de esos instrumentos «políticas de inclusión social». Pero, además,
se tendrá que llegar a un acuerdo sobre «cuánta inclusión social se quiere», así como si ésta debe
distribuirse igualitaria o equitativamente entre todos los actualmente excluidos que hay que incluir.
Una distribución igualitaria es de corte universalista, mientras que una distribución equitativa tiene en
cuenta la dimensión de proporcionalidad: no son todos iguales […].
Los que estaban peor situados en el abanico de la desigualdad social han sido centro de atención en
los últimos veinte años y han sido objeto de denominaciones diversas.
El término clásico es el de «pobres» e, incluso, de los «mejor situados que ellos» en la escala de
estratificación social para buscar alivio a esas situaciones. Política y, a la vez, socialmente se descubrió
que era mucha la población que estaba «fuera» y ése fue el detonante de una lucha contra la pobreza que
se pretendió más organizada y científica […].
También despunta una denominación que hoy nos resulta más familiar: al lado de la pobreza –los
que no tenían, los que estaban «privados de»- aparecieron los excluidos, que eran una forma de
inventariar los colectivos de gente que «estaban fuera» y que estaban mal, no necesariamente por
penurias financieras.
El último acto al que asistimos es la aparición continua, en todas las reivindicaciones sociales y en
muchas propuestas políticas, de los «includendos»: los que «hay que incluir. Es una presencia continua
que se formula como una preocupación por segmentos de población que deberían ser incluidos, pero
también como una especie de remedio moral ya que, al final y como consuelo para los intranquilos,
siempre habrá formas y niveles de inclusión para todos los gustos.
La inclusión se presenta como algo graduable, dentro de una escala que no llegará a modificar
excesivamente la desigualdad generada por una sociedad que decide ser universalmente protectora
(derechos y titularidades para todos los que vivan en ella) pero con niveles diferenciados de seguridad y
protección. En la historia de la acción social es un tema recurrente el del mérito, los que «merecen» ser
ayudados y los que prácticamente deben ser dejados a su suerte porque, simplemente, pagan des-
inversiones de su vida pasada.

ACTIVIDADES
1) Elabore una definición de “Inclusión social”.
2) ¿A qué se llama “Política social”?
3) ¿Qué son las “Políticas de inclusión social”? Ejemplifique teniendo en cuenta el texto “Las deudas
de la democracia”.
4) Confeccione un cuadro comparativo donde contraste las distintas categorías de “excluidos” que
menciona el autor.
5) Busque los significados de “equidad” e “igualdad”.

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