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Moda

La moda para muchos puede ser sinónimo de frivolidad. Pero cuando nos
ponemos a pensar en su significado es interesante descubrir que tiene un valor
mucho más profundo.
Basta leer la definición de la Real Academia Española: uso, modo o costumbre
que está en boga durante algún tiempo, o en determinado país, con especialidad
en los trajes, telas y adornos, principalmente los recién introducidos.
La moda también puede ser vista como un sistema compuesto por signos que
permiten establecer una comunicación utilizando un lenguaje no verbal y la
construcción del discurso se realiza utilizando colores, tipos de telas y
accesorios. Es así como la construcción de la identidad se hace a partir de la
inserción de los sujetos en el contexto social, político, económico y estético.
Es decir, al ver una prenda uno puede comenzar a descifrarla y así saber,
comprender o, aunque sea, intuir como es o fue una determinada sociedad. La
ropa manifiesta sus costumbres, su crecimiento o las crisis económicas, la
arquitectura, el linaje o la clase social de quien la lleva, las tradiciones, la censura
o la libertad de la época.

La década de 1930 en Argentina y su influencia desde el exterior:

MODA FEMENINA

La llegada de los 30 afecto socialmente ya que muchos quedaron sin trabajo, y


los que tenían no ganaban lo suficiente. Con esa situación, estar a la moda pasó
a ser un lujo. Nadie tenía dinero para comprar zapatos y ropa nueva, al menos
no masivamente. La idea era preservar, el mayor tiempo posible, lo que había
en el armario. La industria de la moda debió adaptarse a los tiempos.
Para la mujer se impuso un estilo más femenino y liviano. La flapper de los años
20 quedó atrás. El largo de los vestidos y las faldas cayó hasta los tobillos. El
ingreso de la mujer a la fuerza de trabajo obligó a recurrir a la ropa más práctica.
Los años 30 fueron momentos de mucho glamour y así se reflejó en la moda de
pasarela y de la calle. Las mujeres lucían elegantes, marcando su silueta
femenina con trajes muy entallados.El color negro combinado con el blanco para
prendas de vestir también fueron un básico de temporada, quizás influenciados
por la depresión de los años 30 de EEUU que eliminó los excesos también en la
moda. Coco Chanel reconocida diseñadora europea marco tendencia en dicha
epoca por su estilo desenfadado y estilo elegante pero cómodo al mismo tiempo.
A finales de los 30 las mujeres comenzaron a usar pantalones, overoles y
turbantes para el trabajo.
La mujer argentina de clase alta encontró estas líneas demasiado atrevidas y se
volcó, preferentemente, a la moda que imponía la alta costura mostrada por
revistas como El hogar y Atlántida. Surgió el bicolor en trajes, el jersey de lana,
los botones surrealistas, los cuellos de zorros, los sacos sobre los hombros para
mostrar las blusas con moños y plegadas y los zapatos combinados. El nylon
hizo su aparición a partir del año 1937, pero recién en el año 1945 se fabricaron
en el país las medias París. En la cabeza, se usaban sombreros chicos, boinas,
capelinas de crin transparente y pelo ondulado y los tapados entallados poblaban
las calles argentinas.

Accesorios de la temporada que más se destacaron:

Los broches, pendientes y anillos, fueron la alternativa a las joyas preciosas que
sólo las clases altas podían permitirse. Los guantes también añadían un toque
esencial.
La moda dictaba que los sombreros se llevaran ligeramente ladeados, la boina
reemplazó al sombrero cloche, y aunque los casquetes también eran populares,
el turbante se convirtió en el complemento estrella del momento. El sombrero
más común de este periodo fue la de Fedora, se usaban a menudo con punta
hacia abajo sobre un ojo en un ángulo de libertino.

Calzado
En esta ocasión, analizando las sandalias que se llevaron en aquella época,ya
que su irrupción en la moda marco un punto de inflexión en la historia del calzado
del siglo XX.
Con la moda del bronceado que inicio Coco Chanel, se impuso un tipo de
atuendo específico para la playa y la piscina. Los baños de sol invitaban a
mostrarla piel, y los nuevos bañadores de los años 30 requerían de un calzado
cómodo, lo que supuso el apogeo de las sandalias. En este sentido destaco el
trabajo del creador Salvatore Ferragamo, quien consciente de la grave crisis
económica, se atrevió a emplear materiales baratos como la rafia o el corcho en
el diseño de sus zapatos y sandalias. Ferragamo introdujo la nueva moda de las
sandalias en América.
Pronto las sandalias pasaron de la playa al interior, y se convirtieron en el
complemento ideal para los trajes de fiesta. Las sandalias con tacon y tiras de
vivos colores que dejaban el talon y los dedos a la vista.

Bañistas en la década de 1930

Fuente: Archivo General de la Nación, Departamento Fotográfico, Buenos Aires

Otro gran cambio en la moda veraniega en la Argentina se dio en Mar del Plata
como lugar donde se comenzó a verse el traje de baño, era entero, tanto para
hombres como mujeres, y se hacía de un tejido muy grueso para que se
mantuviera ceñido al cuerpo al salir del agua. También en la década de 1930
comenzó a aparecer la salida de baño, complemento imprescindible en la playa.
Ya hacia fines de la década aparece el típico dos piezas que luego se
popularizaría entrando en la década de 1940.
Tratar de estar a la moda, tanto vistiendo en las casas de alta costura, como
contando con una modista, hizo que en la década de 1930 avanzara la industria
textil argentina lo cual también impulsó la producción de algodón.
Hacia fines de la década de 1930 hubo cambios notorios a nivel mundial que
incidieron en la economía nacional. La Segunda Guerra Mundial obligó a la
sustitución de importaciones y quedó en claro la dependencia que se tenía de
Europa.
Maquillajes y peinados
El ideal de belleza en esta época no exigía demasiado, la mujer debía ser
delgada, femenina, con aspecto atlético y cuidado. Lucir la piel morena era una
premisa. El maquillaje recargado que hacia furor la década pasada era
considerado vulgar, ahora era el momento de destacarse individualmente y para
esto se usaban productos considerados indispensables como el perfilador de
cejas, la vaselina para dar brillo a los parpados, sombras en colores dorado,
plateado, marrón, verde, azul y violeta; rímel, pestañas postizas, colorete y labial
carmín. En el año 1938, Max Factor lanza al mercado la base de maquillaje la
cual muchas mujeres consiguieron con esmero para lograr la apariencia de las
estrellas del cine.
La cabelleras rubias semilargas y onduladas y el moño chignon con ondas de
dedos era utilizado para peinados recogidos.

Poner foto

MODA MASCULINA
la moda masculina tuvo un estilo informal gracias a la actitud de celebracion de
la primer guerra mundial. Solían vestir de trajes para el trabajo, pero debido a las
limitaciones financieras, muchos hombres optaron por tener tan solo algunos
trajes versátiles en colores oscuros en lugar de diferentes trajes para la mañana
y la tarde. Las chaquetas de solapa cruzada anchas estaban de moda, así como
también los trajes de gasa de Londres. Los pantalones eran anchos en la parte
superior, pero estrechos a la altura de los tobillos.

La década de 1940

Durante la guerra, Argentina no miró hacia adentro sino que comenzó a imitar a
los Estados Unidos. Las mujeres llevaban grande hombreras y se asemejaban a
las amazonas con vestidos cortos adornados con flores: un estilo austero pero
femenino. La moda argentina de esos días era dramática y teatral y las mujeres
pasaron a ser chic con polleras rectas, tableadas, bolsillos aplicados, sacos de
corte sastre, sombreros excéntricos, blusas de crepe de china, canutillos y
azabache, pantalones pinzados con bocamanga, anteojos oscuros y zapatos con
plataforma. En 1947, con el New Look de Dior, los vestidos se volvieron más
suntuosos: faldas largas, enormes sombreros con plumas y telas muy ricas. Fue
Evita quien lo trajo y lo impuso en el país.

Eva y la moda: una mujer con sello propio


Es algo efímero, generalmente acusado de banalidad, pero alude a lo esencial:
el vestirse trasciende a la persona, la identifica, la refleja y la incluye en el mundo.
Eva Perón no fue ajena a esta realidad y su estilo –admirado y cuestionado por
igual- fue, es y seguirá siendo motivo de análisis y debate.
Eva, la actriz

Ya instalada en la gran ciudad, primero fue modelo. Por esas cosas de la vida,
Damas y damitas, El hogar y Para Ti, todas esas revistas que tanto le gustaban
de chica, ahora la tenían sonriendo en sus páginas como figura central. Así hasta
fines de la década del '30 cuando, apenas cumplidos los 18 años, como toda
dama del espectáculo que se precie de serlo, en esta etapa Eva fue glamour casi
al exceso: cuanto más cerca de las divas del séptimo arte, mejor.
Es el momento en que, despegando de a poco en esa vida que tanto había
soñado, comienza a vestirse en reconocidas casas de diseño nacional, siempre
respetando los cánones de la época y atendiendo a todos los detalles.
Pero, tal vez, el que sea el mejor legado de este período es su color de pelo:
“Ella es rubia desde que es actriz, ahí adopta este estilo que es muy
hollywoodense”, afirma el doctor Gabriel Miremont, curador del Museo Evita.
Eva, la política

Estos siete años de su vida fueron, definitivamente, los más importantes en todos
los aspectos. Vestirse –o “lookearse”, en palabras del siglo XXI- es un complejo
simbólico no azaroso que la Duarte entendió muy bien. “Era muy inteligente, muy
viva, al elegir lo que se ponía y cuándo se lo ponía. Eso era, para ella, sueño
hecho realidad, explica Miremont. Y agrega: “En estos siete años de vida pública
se propuso reflejar un modelo de país a través de la ropa: un país joven, pujante,
moderno, actual y con poder adquisitivo”.

El estilo del año 1946, cuando Eva sube al poder junto con Perón, era el mismo
que se usaba durante la Segunda Guerra Mundial. “Las mujeres vestían
hombreras muy marcadas, peinados a "lo Pompadour" con "banana" encima de
la frente y rizos casi pegados al cuello; se imponían los sacos de corte masculino,
las faldas tubo hasta la rodilla, los sombreros muy simples y los zapatos de tacón
medio con boca de pez. En resumen, era un estilo muy despojado y carente de
elegancia debido a las limitaciones en las importaciones durante la Guerra”
Paula Naletoff, Henriette y Bernarda eran las tres casas más reconocidas de alta
costura de Buenos Aires. Para nada ajena a las tendencias, a ellas llegó Eva,
como reciente esposa del Presidente de la Nación. Atenta y cuidadosa, siempre
acompañaba sus equipos con sombreros de Casa Giulia y Rosé Descat y
agregaba detalles (plumas o flores) a los accesorios y las prendas.
Los zapatos eran un capítulo aparte: llegó a tener casi 200 pares. Clásicos o de
trabajo, si bien era extraño ver sus piecitos talle 36 debajo de los 11 centímetros
de taco, también usaba sandalias de yute con plataformas y mocasines. Los de
franceses de Peruggia y los nacionales de Casa Miguel, Mc Taylor y
Maggio&Rossetto fueron sus favoritos.
El viaje a Europa del ’47 cambió todo. “Eva volvió con un sentido de la moda
exacerbado, se alejó del estilo ‘overdressed’, se despojó de lo excesivo”. Es que
nada es casual y en febrero de ese mismo año Christian Dior había lanzado al
mundo su New Look inspirado en los vestidos del Siglo XIX. Aguirre Saravia
aporta los detalles: “Volvían las faldas muy largas y amplias con metros y metros
de tela, lo suntuoso y femenino, la "mujer-flor". Los escotes son en forma de
corazón o "espejo", los tacos altos y finos, los sombreros enormes o pequeños
(casquettes), los tapados forrados de seda muy largos, los peinados son altos o
las melenitas se llevan muy cortas.
Dior le devolvió a la mujer la feminidad perdida durante décadas y, justamente,
ahí estaba Eva como primera dama: fue el momento perfecto para su cambio”.
Un cambio que llevó al propio diseñador francés a afirmar que "He vestido a
reinas, princesas, estrellas de cine, pero la Reina más grande de todas fue Evita".
Evita representó mucho más que "a la mujer argentina”. “En realidad ella fue la
única, en el mundo, que impuso el rol actual de la mujer: femenina, bella,
arreglada, elegante, perfecta modelo para Dior, con carácter, más hábil que el
hombre en tantas cosas. Y esto, en un país machista como Argentina, es digno
de admirar”. Pero ella iba un paso más allá de una postura feminista y combativa
sin sentido: “Eva proponía, desde su vestuario, a una mujer complementaria pero
no opuesta al hombre o en lucha con él, como Coco Chanel. Entró al mundo
masculino desde lo femenino, no fue en contra, se sumó al hombre. Ante todo,
quería ser el orgullo de su marido”.

25/07/2012 - 21:01Clarin.com Entremujeres

bibliografia

http://www.lanacion.com.ar/1266774-la-moda-en-la-argentina-200-anos-con-el-
foco-en-las-tendencias
https://www.clarin.com/entremujeres/historia-moda-decadas-30-40-
50_0_H1KG53FDXl.html
EDITORIAL ATLÁNTIDA. (1933). “Almanaque Para Ti”. Buenos Aires.
ESCUDERO CHAUVEL, Lucrecia. (2001). “Lógicas en la representación de la moda”,
en La Moda. Representaciones e Identidad. Barcelona, DeSignis 1, Gedisa, pp. 103-120.

LIMA DE CARVALHO, Ana Paula. (2001). “A produção da moda no Brasil, no período


do pós-guerra aos anos 50: mudanças e permanências culturais”, en La Moda.
Representaciones e Identidad. Barcelona, DeSignis 1, Gedisa, pp. 129-142.
ZUPPA, Graciela (2004). “Práctica de sociabilidad en la construcción de la villa
balnearia. Mar del Plata y el acceso al siglo XX”, en Prácticas de Sociabilidad en un
escenario argentino. Mar del Plata 1870-1970 (ZUPPA, G. editora). Mar del Plata,
 file:///D:/Escritorio/8643_22383.pdf
 https://www.clarin.com/entremujeres/eva-peron-moda-estilo-
aniversario_0_HJaMq3Yv7g.html

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