Es uno de los referentes del entrenamiento de la fuerza, este parámetro trata de
controlar y respetar el tiempo óptimo para situar al músculo bajo una tensión que consiga un estímulo deseado según el objetivo. Para ello, Poliquin estableció el término Timer Under Tension (Tiempo bajo tensión), también conocido con las siglas TUT. El registro se lleva a cabo a través del tempo, utilizando dígitos que expresan en segundos la cadencia en cada repetición.
Tiempo bajo tensión (TUT)
El fundamento se basa en controlar el tiempo que las fibras musculares se
encuentran sometidas a una tensión constante durante el movimiento con cargas, causando las pretendidas microrroturas fibrilares que son la clave del crecimiento muscular. Según demuestran los estudios al respecto, es necesario un mínimo de 30 segundos bajo tensión para conseguir un estímulo mínimo y desencadenar así el mecanismo necesario para provocar la hipertrofia muscular. También es conocido que el tiempo al que el músculo debe estar sometido a una tensión elevada no debe ser superior a 60 segundos, ya que los mecanismos de inhibición actúan y desaparece la fuerza de contracción. Para un entrenamiento con orientación hacia el desarrollo de la fuerza funcional, la orientación de este parámetro deberá ser de una duración menor, entre los 5 y los 20 segundos. TIEMPO BAJO TENSIÓN DESCANSO ÓPTIMO OBJETIVO (SEG.) (SEG.) Fuerza relativa 0-20 180-300 Fuerza funcional 20-40 120-180 Hipertrofia (músculo) 40-60 90-120 Resistencia muscular 60+ 0-90 He aquí un ejemplo para ayudarnos a calcular nuestro tiempo bajo tensión para una serie determinada. Teniendo en mente que la porción excéntrica (en la que el músculo principal se alarga) debería ser realizada de manera más lenta, y la contracción debería realizarse de forma explosiva, para maximizar la fuerza y ganancia de músculo. Es importante tener en cuenta que para un entrenamiento donde se pretende aprovechar el criterio del TUT y conseguir el objetivo de mantener una tensión constante, no se debe bloquear la articulación o descansar el peso entre repeticiones, delegando la contracción que debería mantener el músculo principal hacia los estabilizadores pasivos como son las estructuras óseas, por ejemplo, hiperextender las rodillas al final de un squat, apoyar los discos sobre la superficie en la ejecución del peso muerto o relajarse al final de un remo o jalón, estas son situaciones que eliminan la tensión muscular mantenida que se busca.
Sabemos que a mayor tensión aplicada, mayor respuesta hipertrófica, sin
embargo, las cargas continuas a máxima intensidad también elevan el riesgo de sobreentrenamiento o incluso pueden llegar a una rotura muscular, por tanto, resulta crucial seleccionar la relación adecuada entre carga y tensión aplicada al músculo para obtener el máximo beneficio asumiendo el mínimo riesgo y poder continuar aplicando una frecuencia y continuidad al entrenamiento a medio y largo plazo.