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LITERATURA Y FORMACIÓN DE LECTORES IFD Nº 5

PROFESORA: MARCELA SANTARELLI Año 2014


FICHA DE CÁTEDRA:

Los géneros de los cuentos: realista, maravilloso, fantástico o policial

En todo texto literario, el mundo ficcional narrado debe respetar las reglas que lo contienen, esto es, debe ser
coherente y parecerse a la verdad. Por eso decimos que tiene verosimilitud (vero: verdad- similitud: parecido)
El análisis de la organización de los argumentos, de los hechos narrados y de las características fundamentales
de los personajes, permite clasificar los cuentos en grupos que comparten rasgos más o menos semejantes. Se trata
de subgéneros que si bien difícilmente se expresen en forma pura, implican la preeminencia de determinados
rasgos que permiten decir que un relato tiene una trama realista, maravillosa, fantástica o policial. A su vez, esas
características como guías que le brindan al lector una comprensión previa, anticipada de la experiencia de lectura.
El relato realista considera que la realidad puede conocerse por medio de la razón. Este subgénero se consolida
con el surgimiento de las ciencias modernas que perciben al mundo como un todo explicable a través del discurso
científico e histórico. Además, el pacto de lectura se centra en la pauta de decir verdad. El tiempo narrativo
conserva la linealidad cronológica y los personajes tienen rasgos humanos que pueden ser similares a alguna
comunidad real del planeta.
La irrupción de lo irreal o lo sobrenatural, de lo desconocido para la razón humana, lo inexplicable
racionalmente, se aleja del relato realista y abre paso a otros tipos de cuentos.

El relato maravilloso y el relato fantástico


Cuando lo irreal o sobrenatural (personajes de otros mundos, otras dimensiones o imaginarios como duendes,
hadas o monstruos, lugares mágicos, saltos en el tiempo, objetos animados, animales racionales y parlantes) se
integra sin contradicciones al mundo narrado, se caracteriza al relato como maravilloso. Este tipo de trama
incorpora lo imaginario irreal a un mundo que lo acepta así, como su propio orden natural. En las fábulas, por
ejemplo, los animales hablan y ese orden no produce sorpresas y es aceptado por el lector. El cuento maravilloso
paradigmático es el cuento de hadas, de ogros y de fantasmas, en los que estos personajes conviven naturalmente
con los demás personajes.En estos relatos, lo sobrenatural es una vivencia colectiva.

Como contrapartida, el cuento fantástico es, en primer lugar, la ruptura de todo orden. Lo fantástico acontece
como experiencia individual y, en este sentido, la sospecha, la confusión y el terror por lo inesperado, por lo que
está fuera de la norma, es el elemento constitutivo del género.
En la trama fantástica surge una contradicción entre un orden concebido como normal o natural y algún hecho
que fisura ese orden, que rompe con él, que abre una grieta por donde se cuela lo otro posible. Los personajes
sufren la inestabilidad de su mundo o, al menos, la ambigüedad del mismo. En este sentido, los protagonistas se
presentan con identidades frágiles. Esa ambigüedad, inestabilidad y fragilidad se trasladan al lector.
Los relatos fantásticos jerarquizan en los argumentos el acecho de los clásicos personajes fantásticos como
vampiros, aparecidos y otros; las acciones que se prolongan después de la muerte, las metamorfosis sólo percibidas
por quienes las sufren, el doble, la transformación, la continuidad y los paralelismos con los sueños, la
simultaneidad en tiempos y espacios diferentes, detenidos o que no transcurren según la norma. En otros casos, la
simple insinuación de que hay algo más, solapado, detrás de los hechos que percibimos como la vida, es lo que
genera el extrañamiento del narrador, del personaje y del lector.
La característica de romper el orden establecido es lo que le permite al cuento fantástico interpelar a los
discursos oficiales de la ciencia, la historia y lo social, abrir la sospecha sobre qué es verdad en la cotidianeidad y
decir lo que otros discursos callan.

Cuento maravilloso Cuento fantástico

Irrumpe lo
inexplicable.
Todo es posible: Mundo cotidiano,
transformaciones, verosímil. Personajes con
desapariciones, rasgos humanos.
hadas, duendes, Lo extraño no tiene una
nada resulta explicación racional
extraño ni da
temor.

El relato policial, si bien ha transitado por múltiples variantes en la organización de los argumentos y
personajes, jerarquiza ciertos rasgos que son comunes a todos ellos y conforman las características del género.
Los términos básicos de esta jerarquía se ubican entre los polos misterio/enigma – develamiento/resolución. El
enigma puede surgir de una muerte, un hecho de sangre, de una desaparición de personas u objetos, que se instala
como problema. En la medida en que todos no saben, todo lo ignorado exige ser conocido. Otro elemento
característico es el plan, que puede presentarse en dos partes:
a) El plan que se intuye que se urdió para generar el hecho.
b) El plan necesario para develarlo.
Sobre esta estructura básica se dirimen distintos juegos: entre lo que se sabe y lo que no se sabe, entre lo que se
dice y lo que se silencia y entre métodos racionales para conocer el misterio y métodos intuitivos. En estos juegos
se tejen y destejen entramados de secretos, apariencias sospechosas o descubrimientos parciales.
Los personajes que adquieren jerarquía son: la víctima y/o quien se siente dignificado, el autor del hecho que
produce el misterio (el que genera el problema), personaje que puede transcurrir como una identidad incógnita y
trasladarse de un sospechoso a otro hasta el desenlace; y quien busca dilucidar el enigma. En esta última función
puede haber varios personajes entre los cuales uno tendrá mayor protagonismo.
Los rasgos básicos pueden resumirse en:
a) Enigma, problema o misterio.
b) Proceso de develamiento.
c) Víctima o dagnificado.
d) Autor del hecho - sospechoso.
e) Investigador, detective: quién devela y busca resolver el enigma.
Puede extenderse en argumentos clásicos, como el llamado Policial de enigma que pone en juego estos rasgos
en forma pura: crimen o delito – víctima – detective, y explora los distintos discursos de la lógica y la racionalidad
para resolver el misterio.
En el policial conocido como “negro” o social estos rasgos se desarrollan incorporando la violencia, la denuncia
de las instituciones oficiales del poder (policía, justicia, periodismo, etc.) y los discursos de éstas, complejizando la
trama.
Por sus características la trama policial puede articular e interpelar otros discursos, como el de las ciencias, el de
la historia y otros. Así, puede explorar en la psicología, en los fenómenos físicos, en el lenguaje o en los enigmas
de la historia.

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