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DESCARTES
El discurso del método.
En este texto hace una reseña histórica de él mismo donde se entrevé que lo que el busca es la verdad, la
búsqueda de un modelo de conocimiento certero.
Se lo propone partiendo de algún enunciado que tenga una total certidumbre y solidez, sobre el cual se puedan
deducir otros conocimientos. O sea, partiendo de un modelo axiomático (certezas que conducen a otras
certezas)
Descartes tenía gusto por las matemáticas a causa de su certidumbre y evidencia de sus razones, porque
observaba que sus fundamentos eran firmes y sólidos.
En esta búsqueda se propone la estrategia de tener por falso todo lo que no es mas que verosímil y todo esto
mediante un solipsismo (búsqueda de certezas por la producción individual, introspectiva y basada en la razón
pura).
Esto de tener por falso lo que no es mas que verosímil es llamado la estrategia de la duda cartesiana.
El planteaba que la razón es la única cosa que nos hace hombres y nos distingue de las bestias.
En la búsqueda de certezas se encontró con que la lógica es buena para explicar a otro lo que uno sabe, pero no
para generar nuevos conocimientos, no para aprender.
… Y entonces se plantea desarrollar un nuevo método para su fin:
Método y sus 4 reglas:
1 – Regla de evidencia: No admitir jamás nada por verdadero que no sea evidente, y esta evidencia tiene que ser
clara y distintiva (preciso y no confuso).
2 – Regla de análisis: Dividir en tantas partes como sea posible (y necesario) el problema.
3 – Regla de síntesis: Partir de lo más simple a lo más complejo.
4 – Regla de revisión: Enumerar y evaluar para no omitir ninguna cuestión.
Luego, continuando sus reflexiones el filósofo se dedica a pensar la idea de Dios de esta manera:
La idea de la perfección no se puede derivar de uno mismo, porque no hay menos repugnancia a la razón de que
lo más perfecto sea consecuencia y dependiente de lo imperfecto. Y tampoco es razonable que salga de la nada.
Por lo tanto queda que fue puesta en uno por una naturaleza más perfecta, que reuniese en si todas las
perfecciones, o sea del mismo Dios.
Y si uno fuera independiente de Dios, se podría tener todas las características que a uno le faltan, por lo tanto
ser perfecto, y por lo tanto ser Dios.
Dios no esta compuesto por la naturaleza inteligente y corporal porque toda composición indica dependencia, y
la dependencia es un defecto y dios es perfecto
Por otro lado si en el mundo hay cuerpos o inteligencias u otras naturalezas no enteramente perfectas, su ser
depende del poder de éste, de tal modo que no pueden subsistir sin él ni un solo momento.
“Yo podré esperar mucho si logro encontrar algo, por pequeño que sea, cierto e incuestionable”
Certeza 1: Yo soy, yo existo. Verdad cierta e incuestionable, que es la mas firme y evidente de todas.
No se puede saber qué soy pero si que soy.
Ejemplo de la Res extensa (sustancia del mundo externo):
¿La cera sigue siendo cera cuando se cambian totalmente sus atributos por ejemplo al acercarla al fuego? ¿Por
qué? La cera se percibe con la mente y con no con los sentidos. Decimos que vemos la cera cuando esta
presente, no que a partir del color o de la figura juzgamos que lo está. Según atienda menos o más las cosas de
las cuales consta, es que puedo inspeccionar más clara y distintamente con la mente ese concepto.
Los cuerpos no son percibidos por los sentidos o por la facultad de imaginar sino por el entendimiento.
De Dios, que existe
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DAVID HUME
“Cuando analizamos nuestros pensamientos o ideas, por muy compuestas o sublimes que sean, encontramos
siempre que se resuelven en ideas tan simples como las copiadas de un sentimiento o un estado de ánimo
precedente” (como las copiadas de una impresión, en otras palabras)
Incluso aquellas que parecen las más alejadas de este origen se derivan de él.
Por ejemplo dice, que la idea de Dios en tanto que significa un ser infinitamente inteligente, sabio y bueno,
surge al reflexionar sobre las operaciones de nuestra propia mente y aumentar indefinidamente aquellas
cualidades de bondad y sabiduría.
“Toda idea que examinamos es copia de una impresión similar”.
La asociación de ideas es el principio de conexión que las une y que al presentarse ante la memoria o la
imaginación, unas ideas introducen a otras con un cierto grado de orden y regularidad.
Ley De La Contigüidad
Según esta ley de la asociación, aquellas ideas que se han vivido juntas tienden a aparecer juntas.
El típico caso de una canción que nos recuerda a una persona es un ejemplo de esta ley. Es una ley muy
importante porque está a la base de la formación de las ideas complejas, particularmente de las de sustancia:
miramos a la calle y vemos un objeto, percibimos las ruedas, el volante, los asientos, las puertas, las ventanillas,
los faros, el maletero, abrimos el capó y percibimos el motor, ...; todas estas percepciones se dan unas junto a
otras, tanto en el sentido temporal, puesto que pueden percibirse unas tras otras si nuestra mirada recorre sin
interrupción dicho objeto, como en un sentido espacial, puesto que las sensaciones visuales de las ruedas
pueden formar un continuo con las sensaciones visuales de la puerta o de la carrocería. Si se repite esta
experiencia, se crea en nosotros una disposición a reproducir una de las ideas correspondientes a dicho objeto
cuando está presente la otra, y de este modo podemos formar la idea compleja “coche”. Nuestras expectativas
respecto de los aspectos o rasgos que nos van a ofrecer las cosas se basan en gran medida en esta ley: nos
causaría gran sorpresa mirar en el interior del coche que vemos en la calle y no encontrar un volante, puesto que
siempre hemos visto que en los coches hay volantes, experiencia ésta última que crea en nuestra mente el hábito
o disposición a considerar que ha de ser así en los casos futuros.
Ley De La Semejanza
Ley de la asociación según la cual nuestra mente tiende a reproducir ideas semejantes, como cuando un retrato
lleva de forma natural o espontánea a nuestra mente a pensar en el original.
Esta ley es importante en nuestro trato con las cosas pues consideramos que los objetos semejantes deben tener
las mismas propiedades y los mismos poderes causales.
Las cuestiones de hecho: Razonamientos que pertenecen al mundo de los hechos y de las cosas (el universo
empírico) y se fundan en la relación causa y efecto.
El conocimiento de las cuestiones de hecho nunca se alcanza por conocimientos a priori, es decir,
independientes de la experiencia.
En otras palabras, a las cuestiones de hecho solo las conocemos por nuestra experiencia y no por nuestra razón.
Los efectos son totalmente distintos e independientes a la causa y en consecuencia no puede ser descubierta la
causa en el efecto.
7. El problema de la causalidad.
El problema de la causalidad es que si hemos dicho que todos los argumentos acerca de la existencia se fundan
en la relación causa-efecto, que nuestro conocimiento de esa relación se deriva totalmente de la experiencia,
entonces todas nuestras conclusiones experimentales se darán a partir del supuesto de que el futuro será como
ha sido el pasado.
Intentar la demostración de este último supuesto por argumentos probables o argumentos que se refieren a lo
existente, evidentemente supondrá moverse dentro de un círculo y dar por supuesto aquello que se pone en
duda.
Es por esto que no podemos tener certeza de que esta relación siempre nos explique todo
COSTUMBRE:
Disposición que se crea en nuestra mente a partir de la experiencia reiterada de algo.
Según hume es, más que la propia razón, la guía de la vida humana y el fundamento de nuestras inferencias
causales y de nuestras expectativas respecto de los acontecimientos futuros.
HÁBITO:
La repetición de una acción crea en nosotros la disposición o facilidad para la realización posterior de dicha
acción.
Los hábitos se producen por la repetición de un acto, repetición que produce una disposición para renovar el
mismo acto.
CREENCIA:
Hume la define como toda idea acompañada por un fuerte, intenso o firme sentimiento de la verdad de dicha
idea.
Por ejemplo: “Julio César murió en la cama”.
Este sencillo ejemplo le llevó a considerar que tener una creencia no es lo mismo que concebir una idea, que la
creencia debe añadir algo a la mera concepción o comprensión de una idea: la creencia “es una idea concebida
de una manera peculiar”
9. El sujeto asociacionista.
La asociación es la disposición natural de la imaginación por la que nuestra mente tiende a relacionar varias
ideas. Como consecuencia de la asociación de ideas, la presencia en nuestra mente de una idea trae consigo la
aparición de otra u otras.
Las ideas o contenidos mentales se suceden unas a otras y se combinan unas con otras siguiendo un cierto orden
y regularidad: cuando en nuestra mente está presente una idea, y no hacemos uso del pensamiento voluntario
sino que dejamos que espontáneamente los distintos contenidos mentales fluyan uno tras otro, a esta idea le
sucederá otra con la que está vinculada o unida. Unas ideas atraen a otras, del mismo modo, sugiere Hume, que
en el mundo físico un cuerpo atrae a otro merced a la gravedad. Las leyes de la asociación describen estas
fuerzas por las cuales unas ideas tienden a evocar a otras. Dado que las fuerzas que unen unas ideas con otras
son, como dice Hume, "fuerzas suaves", la sucesión de una idea por otra no es una sucesión que se tenga que
dar de forma absolutamente necesaria, por lo que las leyes que describen dichas regularidades no son leyes
estrictas: nos dicen simplemente que si la idea "A" está vinculada con la idea "B", y en nuestra conciencia
aparece la idea "A", es muy probable que aparezca después la idea "B". Gracias a dichas conexiones naturales
formamos espontáneamente las ideas complejas a partir de las ideas simples; las leyes de la asociación
describen dichas conexiones y son consecuencia de la imaginación, no de la razón.
Hume presenta la ley de semejanza, la de contigüidad en el tiempo o en el espacio y la de la causa y efecto
como las más importantes leyes de la asociación de ideas.
¿Cómo debemos entender el yo y nuestra mente? Hume nos propone la siguiente metáfora: “la mente es una
especie de teatro en el que distintas percepciones se presentan en forma sucesiva; pasan, vuelven a pasar, se
desvanecen y mezclan en una variedad infinita de posturas y situaciones. No existe en ella con propiedad ni
simplicidad en un tiempo, ni identidad a lo largo de momentos diferentes, sea cual sea la inclinación natural que
nos lleve a imaginar esa simplicidad e identidad. La comparación del teatro no debe confundirnos: son
solamente las percepciones las que constituyen la mente, de modo que no tenemos ni la noción más remota del
lugar en que se representan esas escenas, ni tampoco de los materiales de que están compuestas.”
El problema con el que se encuentra esta teoría es el relativo a un dato de experiencia: nosotros sentimos que
somos uno y que somos los mismos a lo largo del tiempo (al menos en lo esencial). Ante esto Hume respondería
que no tenemos un fundamento racional para la creencia de la identidad personal, y que sólo la memoria, (que
nos muestra la sucesión de impresiones parecidas) nos garantiza la tesis de la continuidad de nuestra vida
psíquica. La memoria y la imaginación crean en nosotros la ilusión de un objeto continuo y persistente: nuestro
yo
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EMMANUEL KANT
Contenidos Básicos:
Límites y fundamentos de la razón.
La revolución copernicana
El conocimiento a priori y el conocimiento a posteriori.
Generalidad y universalidad del conocimiento.
Juicios analíticos, sintéticos y sintéticos a priori.
La causalidad y la sustancia.
Sensibilidad, entendimiento y razón.
Concepto de Filosofía Trascendental.
Nóumeno y fenómeno.
Postulados de la razón.
El yo empírico, el yo trascendental y el yo moral.
Sujeto regulador y sujeto moral.
Razón Pura
La razón pura es la razón no mezclada con elementos empíricos.
La más importante obra kantiana se llama "Crítica de la Razón Pura" porque en ella Kant intenta establecer los
límites del ejercicio de la razón que no toma su apoyo de la experiencia sino que se desenvuelve a partir de sí
misma. Kant consideró que es legítimo este uso de la razón cuando se limita al conocimiento de los objetos
empíricos (como ocurre en la Física de Newton o en matemáticas), objetos que se presentan en nuestra
experiencia perceptual –sea interna o externa-. Sin embargo cuando se usa la razón pura con la pretensión de
alcanzar objetos no físicos ni psíquicos sino trascendentes, la razón humana excede sus límites y da lugar a
contradicciones y absurdos.
La revolución copernicana
Conocimiento A Priori
El conocimiento independiente de la experiencia y que descansa en la propia facultad de conocimiento. Posee
verdadera universalidad y estricta necesidad.
El propio Kant señala en la Introducción a la “Crítica de la Razón Pura” que esta expresión es un tanto inexacta
pues a veces decimos que somos capaces de obtener a priori algunos conocimientos que, sin embargo, derivan
de fuentes empíricas. Estos conocimientos no los derivamos inmediatamente de la experiencia pero sí de alguna
regla universal que descansa, no obstante, en ella: si quitamos los cimientos de nuestra casa podremos saber a
priori, antes de que ocurra, que nuestra casa se va a caer. Pero esto no es enteramente a priori pues necesitamos
saber, por experiencia, que los cuerpos pesados se caen. En conclusión, entiende por conocimiento a priori el
que es absolutamente independiente de toda experiencia, no de esta o aquella experiencia.
La necesidad y la universalidad estricta son criterios seguros de conocimiento a priori y se hallan
inseparablemente ligados. Kant creyó que la matemática y la física pura (los principios de la física de Newton)
no tienen un origen empírico sino a priori. La metafísica es incapaz de alcanzar conocimiento sintético a priori.
Conocimiento A Posteriori
O conocimiento empírico. Es el conocimiento basado en la experiencia y en último término en la percepción.
Nos dice qué es lo que existe y sus características, pero no nos dice que algo deba ser necesariamente así y no
de otra forma, ni nos da verdadera universalidad. Este tipo de conocimiento tiene carácter:
particular: no puede garantizar que lo conocido se cumpla siempre y en todos los casos, como ocurre en el
conocimiento “en Otoño, los árboles pierden sus hojas”;
y contingente: el objeto al que atribuimos una propiedad o característica es pensable que no la tenga: incluso si
hasta ahora los árboles siempre han perdido sus hojas en Otoño, es pensable que en un tiempo futuro no las
pierdan.
El empirismo considera que todo conocimiento de la Naturaleza es a posteriori, sin embargo Kant creyó que una
parte de este conocimiento es a priori (universal y necesario), y ello en base a que “todo conocimiento empieza
con la experiencia, pero no por eso todo él procede de la experiencia”.
Nóumeno y fenómeno.
Noúmenos (O Cosa En Sí)
Las cosas en sí mismas, fuera de su relación con nuestro modo de intuirlas o percibirlas; no son
objeto de nuestros sentidos, ni por lo tanto de nuestro conocimiento.
Para Kant no cabe un conocimiento de la realidad nouménica pero es posible acceder a dicha realidad
mediante la experiencia; por ejemplo, aunque sólo podemos conocernos a nosotros mismos como
seres sometidos a la causalidad dominante en el ámbito de los fenómenos –es decir como no libres–,
tenemos que pensarnos también como libres si queremos aceptar la posibilidad de una conducta
sometida a imperativos categóricos, –es decir una conducta moral–.
Los fenómenos son lo contrapuesto, lo inverso a los noúmenos. Y éstos sí son la parte de la realidad
cognoscible.
Yo empírico
El yo tal y como se ofrece en la experiencia (psicofísico) ; el yo como realidad fenoménica
constituido por cuerpo y vida psíquica y sometido al tiempo y el espacio. (como objeto de
conocimiento)
Yo trascendental
El yo en la medida en que es condición de posibilidad de conocimiento. no se puede conocer a traves
del mundo empírico. (como sujeto de conocimiento)
Yo moral
Es el yo como consciencia, como sujeto que regula su voluntad en función de su razón y las leyes del
buen proceder que a si mismo se impone. sujeto que elije y que se encuentra en el ambito de la
libertad. (como persona humana)