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Pese al incremento registrado en controles al contrabando por parte de las autoridades,

algunas ciudades, principalmente las de frontera, continúan sufriendo la entrada de


mercancía ilegal por diferentes rutas y modalidades.

Las fronteras son las de mayor afectación. Cúcuta, por ejemplo, tiene, según
autoridades, 11 rutas, o trochas (caminos ilegales) identificadas.

Los puntos más concurridos son el corregimiento de San Faustino, barrio El Escobal,
Las paredes, en Cúcuta; Puerto Santander y zona rural de Juan Frío, en Villa del
Rosario, y el distrito de riego El Zulia.

Por la región del Catatumbo han sido identificados puntos de ingreso por Tibú, El Tarra,
Teorama y Ocaña.
En el sur de Norte de Santander, los lugares identificados como pasos de
contrabandistas son los municipios de Herrán, Ragonvalia, Toledo y Chinácota.
También en zonas rurales de Labateca, Pamplona y Málaga, en Santander.

Entre enero y mayo de este año, esta ciudad tuvo 1.916 aprehensiones por un valor
superior a los 3.000 millones de pesos. Autoridades confirmaron las capturas de 119
personas

Para cerrarle el paso a este tráfico irregular, la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) ha
destruido este año un total de 41 trochas.
Tropas venezolanas estarían hurtando mercancías en Vichada: Personería
Incautados 200 pares de zapatos que, al parecer, serían de contrabando
Siguen pista a gigantesca red de armas por el Puerto de Barranquilla

“Con estas actividades, se busca aportar en la sostenibilidad fiscal de manera


corresponsable con la Dian y a su vez promover la industria local de la ciudad de
Cúcuta y el departamento de Norte de Santander”, indicó la institución a través de un
comunicado.

A estos esfuerzos se suma el trabajo del Instituto Departamental de Salud de Norte de


Santander, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y el Instituto Nacional de
Vigilancia de Medicamento.
Trochas, puerta principal
Información entregada por la Dian señala que el contrabando abierto (sin pasar por el
control de ninguna autoridad) es la modalidad más utilizada para el ingreso irregular de
mercancías.

Según el mayor Harold Armando Useche Yepes, jefe de control operativo de la Polfa en
Bucaramanga, en lo que va del año se han logrado aprehender 3.791 botellas de
licor con un valor superior a los 100 millones de pesos, 27.000 productos de
confecciones de contrabando, más de 1.200 celulares y 18.000 medicamentos.

Useche indicó que el contrabando, en su mayoría, procede de Venezuela y de la región


Caribe. La mercancía es trasladada en vehículos o por encomiendas. En los últimos días,
en un trabajo conjunto con la Fiscalía General de la Nación se desarticuló la estructura
delincuencial ‘los Cumai’, pues se logró las capturas de tres personas por los delitos de
concierto para delinquir, favorecimiento al contrabando y lavado de activos que
operaban en el Norte de Santander, Cali, Bogotá y Santander.

La banda se dedicada al contrabando de cigarrillos, licor y fórmulas lácteas e ingresaban


la mercancía por la frontera de Cúcuta con Venezuela, para luego distribuirla a las
diferentes ciudades del país.

“El contrabando está entrando por la frontera con Venezuela y de la Costa viene
por La Guajira, pues por ahí los contrabandistas ingresan mercancías de forma
oculta en vehículos”, precisó el oficial.

Los controles que realizan la Polfa y la división de fiscalización de la Dian se han


concentrado en la instalación de puestos de control en vías del departamento, como la
vía Cúcuta-Bucaramanga, por donde ingresa toda la mercancía que llega por la frontera
con Venezuela.

El contrabando abierto que ingresa por esta zona de frontera también afecta al Cesar.
Según autoridades, han sido identificados tres puntos ilegales: en el corregimiento de
Los Corazones, jurisdicción de Valledupar, San Diego y el corregimiento de Varas
Blancas, jurisdicción de La Paz, en área metropolitana de la capital de este
departamento.

El contrabando de ganado ingresa generalmente por la frontera de Venezuela con La


Guajira y la serranía del Perijá. Se calcula que para el transporte de semovientes se
utilizan las mismas trochas que para el tráfico de combustible ilegal.

“En cada uno de estos puntos ejercemos vigilancia especial las 24 horas del día,
hacemos controles fuertes para impedir que el contrabando llegue a esta región”,
recalcó el comandante de Policía del Cesar, Mauricio Pedroza Rocha.

Pedroza sostiene que también desarrollan puntos de control en diferentes lugares del
departamento para contrarrestar el contrabando procedente de Norte de Santander, al
igual que de Venezuela.

“En Río de Oro y Aguachica, sur del Cesar, existen otros puestos de control, realizamos
operativos permanentes a establecimientos públicos donde se comercializan cualquier
tipo de productos”, señaló.

Ipiales, la otra puerta


A su vez, está Ipiales, en Nariño, donde se realiza el 20 por ciento de los decomisos a
nivel nacional, principalmente en la vía Panamericana que de este municipio conduce a
Pasto y también por trochas establecidas a los costados del Puente Internacional de
Rumichaca. En Ipiales han identificado 23 pasos ilegales.

Según Harold Delgado, presidente de la Cámara de Comercio de Ipiales, toda


mercancía que ingresa por esta zona viene de Buenaventura y el Caribe buscando
mercado ecuatoriano.

“Normalmente se camufla mercancía en carros de mensajería. El arroz entra bajo la


modalidad de hormigueo (personas descargan el arroz y lo pasan a Nariño en
vehículos)”, señala el funcionario.
Los contrabandistas, principalmente, utilizan la modalidad del ‘dobleteo’, que consiste
en utilizar el mismo documento más de dos veces, por lo que los productos finalmente
no ingresan con las revisiones de rigor.

La capital del país tuvo en los primeros cinco meses del año un total de 1.107
aprehensiones y más de 24.000 millones de pesos incautados.

En el caso de Medellín, el contrabando ingresa desde el Golfo Urabá en la modalidad de


cabotaje, utilizando lachas rápidas entre Panamá y Colombia, luego es transportada vía
terrestre por camiones hasta la capital antioqueña.

Otras rutas de ingreso de mercancía ilegal a la capital de Antioquia son el puerto de


Turbo, la costa Atlántica, Bogotá y Valle del Cauca, desde Buenaventura y desde
Ecuador, por Nariño.

Según el reporte de las autoridades en zonas de frontera y puertos del país, las trochas
son pasos que han intentado dominar las bandas criminales, por lo que se siguen
redoblando los esfuerzos en controles y operativos para cerrar estos caminos y bajar
cifras de ingresos.

Un delito que miran las bandas en Buenaventura


Cada año, las autoridades le quitan más de 100.000 millones de pesos al contrabando
solo en Buenaventura.

No es una tarea sencilla. Las cadenas de control, según autoridades, se rompen


porque hay sombra de miedo y operan redes de fichas claves para burlar
dispositivos. Es una red de varias cabezas bajo la mira de bandas como el ‘clan del
Golfo’, ‘la Empresa’ y disidencias.

Es un drama que no perdona. El pasado 16 de noviembre del 2017 la directora de la


Aduana, Claudia Gaviria, fue objeto de un atentado con fusil cuando iba en su carro
blindado por Buenaventura.
El ataque fue relacionado con un golpe al blanqueo de dinero con 14 contenedores
procedentes de Asia y Panamá, cargados con confecciones y calzado, cotizados en unos
40.000 millones de pesos. Detrás estarían el ‘clan del Golfo’ y capos de Sinaloa.
A un puerto como el de Buenaventura le ingresan más de 80.000 contenedores
mensuales. Es complejo y costoso sostener controles en el total de las cargas.

Incautan 22 toneladas de productos falsos y de contrabando en el Valle


Decomisan 22 toneladas de carne y medicamentos fraudulentos
Decomisan 230 cajas de cigarrillos de contrabando en Cauca

El año pasado, los decomisos superaron los 115.000 millones de pesos en cerca de 500
aprehensiones. Fueron instauradas un centenar de denuncias penales por
contrabando y fraude aduanero. Adicionalmente se autorizaron 36 reembarques y
101 abandonos.

En abril pasado, la Dian abrió investigación al representante legal de una


comercializadora cuando se disponía a ingresar mercancías por unos 15.000 millones.
En los papeles se decía que entrarían máquinas de cortar césped pero se halló licor,
cigarrillos y zapatos, procedentes de China.
El contrabando abierto es la modalidad más utilizada para el ingreso irregular de
mercancías.
Foto:
Geovanny Gutiérrez / Archivo EL TIEMPO

Este año se han decomisado 184 contenedores cotizados en más de 24.000 millones. Y
se ha realizado un recaudo de 4.974 millones de pesos por ajustes al valor de la
mercancía.

Los controles se aplican en el área urbana de Cali y en puntos claves de la carretera a


Buenaventura. Se han decomisado contenedores en carros de carga o en bodegas y se ha
avanzado en la tarea, sostiene el coronel Luis Eduardo Sánchez, comandante de la
Policía Fiscal y Aduanera (Polfa), con jurisdicción hasta Putumayo.

El año pasado se reseñó el decomiso de más de 100.000 pares de zapatos, 3,8 millones
de prendas, 150.000 juguetes y unos 20.000 computadores.

En un operativo, el CTI de la Fiscalía y la Armada Nacional recuperaron mercancía por


432 millones de pesos, que había sido hurtada de varias bodegas de Buenaventura el
pasado 8 de julio.

Esa mercancía pertenecía a ‘la Empresa’, otra organización que nació para enfrentar
delitos pero entró en los negocios clandestinos.

NACIÓN*
* Con información de corresponsales en Bucaramanga, Cúcuta, Cali, Medellín y
Barranquilla

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Disturbios en Paraguachón por protesta de la comunidad

contra la Dian
Un reportero gráfico de El Heraldo fue agredido durante la emergencia que se presentó.

La sede de la DIAN fue atacada durante la protesta de este miércoles al mediodía.


Foto:
Archivo particular
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CONTRABANDO

DIAN

LA GUAJIRA

VENEZOLANOS EN COLOMBIA

Por: Barranquilla

26 de septiembre 2018 , 12:34 p.m.

Cambiadores de bolívares y comunidad en general arremetieron contra las


oficinas de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales -Dian- en
Paraguachón, en La Guajira. De acuerdo con los testigos, la protesta se originó luego
de que los funcionarios de esa entidad les decomisaran todo su dinero, sin ningún tipo
de información sobre el proceso realizado.
Lo perdimos todo, asegura uno de los cambiadores de bolívares, quien señala que
funcionarios de la Dian que laboran en las oficinas de Paraguachón llegaron
acompañados del Ejército y les arrebataron todas las divisas sin decirles nada.

En la turba registrada, el reportero gráfico de El Heraldo que se encontraba en el lugar


fue arrastrado hasta el lado venezolano, donde fue despojado de su cámara
fotográfica, la cual quedó destruida.
La sede de la DIAN quedó con los vidrios rotos, entre otros daños.
Foto:
Archivo particular

La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) lanzó una alerta tras las agresiones al
reportero.

"Manifestantes robaron la cámara a Héctor Palacios, reportero gráfico de El


Heraldo y las autoridades aún no dan respuesta", manifestó la FLIP.
En Maicao, glorieta hecha con recursos de regalías será removida
Liberan a periodistas extranjeros que estaban detenidos en Venezuela
Decomisan tres toneladas de productos pesqueros ilegales en La Guajira

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Departamentos dejan de recibir $ 2.6 billones por

contrabando
Esto por el contrabando de licor, cigarrillos, y los juegos ilegales de azar.

Las autoridades adelantan operativos desde ya para controlar la venta de licor


adulterado.
Foto:
Gobernación de Santander
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CONTRABANDO

CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA


ALBERTO CARRASQUILLA

Por: JUSTICIA

19 de septiembre 2018 , 01:27 p.m.

El Contralor Carlos Felipe Córdoba aseguró que los departamentos están dejando de
recibir 2.6 billones de pesos que deberían ir a los sectores de salud, educación y
saneamiento básico, por cuenta del contrabando de licor, cerveza, cigarrillo y los
juegos ilegales de azar.
Así lo afirmó Córdoba al intervenir en la tercera edición del Congreso Laft América
2018 'Con el lavado de activos, cero tolerancia', convocado por Asojuegos.

Según Córdoba, el contrabando de licor y cigarrillo deja pérdidas de por lo menos 1.6
billones de pesos, mientras que los juegos ilegales le quitan al sector un billón de pesos

La Contraloría General también aseguró que rastrea bienes en 8 países dentro de


procesos de responsabilidad fiscal como el de Reficar. Los bienes en casos de
corrupción son rastreados en España, Israel, Venezuela, Holanda, Estados Unidos,
Reino Unido, Ecuador y Argentina.

Además, el Contralor Felipe Córdoba dijo que está en marcha una actuación especial de
fiscalización por el tema de los bonos de agua. Ese escándalo tiene en la mira al
ministro de hacienda Alberto Carrasquilla.

“Estamos en este momento revisando qué es lo que ha sucedido con los recursos que se
debían invertir. Y esperamos próximamente tener resultado de esta Actuación”, indicó.

PAZ Y JUSTICIA
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Siguen pista a gigantesca red de armas por el Puerto de

Barranquilla
La Policía Fiscal y Aduanera (Polfa), realiza una operación para desmantelar esta
organización.
La Policía Fiscal y Aduanera ha encontrado contenedores con partes de armas.
Foto:
Archivo/EL TIEMPO
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CONTRABANDO

Por: BARRANQUILLA

12 de septiembre 2018 , 07:42 a.m.

A raíz de la incautación de numerosas partes de armas encontradas en un contenedor en


la Sociedad Portuaria de Barranquilla, la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) trabaja en
una operación que permita dar con la desarticulación de lo que se cataloga como una
de las redes más grandes dedicadas al tráfico de armas del país procedente de
Estados Unidos.
“Es una red macabra. Hemos identificado que ingresaron bastantes armas al país
resultados de los procesos y de la trazabilidad en esta investigación que ya tiene años de
desarrollo, pero que prontamente será finiquitada, y por reserva de la investigación no
puedo develar muchos detalles, pero estos ingresaban las armas a través de
contrabandos en contenedores especialmente por el Puerto de Barranquilla, se
distribuían hacia una región del país y abastecían al Clan del Golfo, disidencias de las
Farc y al ELN, es decir, vendían estas armas al mejor postor”, manifestó el general Juan
Carlos Buitrago Arias, director de la Policía Fiscal y Aduanera.

El desarrollo de la operación fue contado, entre otros golpes contra el contrabando, en


la Convención organizada por la Federación Colombiana de Agentes Logísticos en
Comercio Internacional, Fitac

Y es que en el escalafón nacional en cuanto a la aprehensión de mercancías, la capital


del Atlántico está ubicada en el quinto lugar con 1.576 acciones de control llevadas a
cabo en 2018.
Este año la Polfa también logró la desarticulación de Farmacostas la más poderosa
mafia de distribución de medicamentos de contrabando y adulterados.

“De nada sirve aprehender mercancía si todo el sistema de economía criminal sigue
intacto. Este año hemos desarticulado cerca de 43 organizaciones del contrabando, 50
empresas intervenidas, hemos enviado a la cárcel a 5 miembros juntas directivas, a
25 representantes legales de estas empresas, y 9 empresas de agencias de aduanas
también han sido intervenidas a nivel nacional”, aseguró el director de la Polfa.
BARRANQUILLA
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Venezuela le pide a Colombia 'colaborar' contra tráfico de

combustible
El fiscal general Tarek Saab hizo el requerimiento después de capturar una banda de
frontera.
El fiscal general de Venezuela, Tarek Saab, afirmó que la captura de la banda de
contrabando de combustible es una referencia del problema que tienen los países en
frontera.
Foto:
Leonardo Muñoz / EFE
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COLOMBIA

VENEZUELA

CONTRABANDO

TAREK SAAB

Por: EFE

06 de septiembre 2018 , 03:56 p.m.


El fiscal general venezolano, Tarek Saab, informó este jueves que fue
desmantelada una banda dedicada al contrabando de combustible
hacia Colombia desde los estados fronterizos de Zulia y Táchira, por lo que exhortó a
las autoridades de este país a "colaborar" en la lucha contra este delito.
Grupo de la OEA viajará a frontera para evaluar crisis de migrantes
Llegan a Venezuela 90 inmigrantes tras plan 'puente aéreo' de Maduro
Medios protestan en Venezuela por el 'derecho a informar'

"Aquellos que decían que era un mito que se traficaba nuestro combustible hacia
Colombia este caso es una referencia (...) por la que nosotros como Ministerio Público
exhortamos a las autoridades colombianas que así como lo estamos haciendo (...) lo
hagan ellos en Colombia para combatir este tipo de delito", dijo el fiscal.

En rueda de prensa, Saab dijo que la investigación comenzó el 31 de agosto con un


primer hallazgo de cinco camiones cisternas en el estado Zulia (noroeste), las
cuales se presume fueron trasladadas hacia Colombia. También fueron precisados
por los investigadores otros vehículos y estacionamientos en los que se decomisaron
otros 19 camiones tipo cisterna cada uno con capacidad para 38.000 litros.

Dijo que se encuentran retenidos 70 contenedores denominados "totems" y un


aproximado de 772.000 litros de "queroseno, gasoil (...) e incluso petróleo crudo que
sería traficado a Colombia".

Aquellos que decían que era un mito que se traficaba nuestro combustible hacia

Colombia este caso es una referencia


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Según el fiscal, el daño patrimonial calculado tras estas incautaciones alcanza los cuatro
millones de dólares. Indicó igualmente que hasta el momento se han realizado ocho
allanamientos a empresas y residencias y se han girado cuatro órdenes de captura contra
los involucrados.

El Gobierno de Nicolás Maduro decretó un conjunto de ajustes económicos que


incluyen el aumento de la gasolina que solo será subsidiada a los venezolanos que
hayan registrado sus vehículos en un censo automotor en el que solo se puede participar
si se es portador de la tarjeta oficialista llamada "carnet de la patria".

Según estimaciones del chavismo gobernante, la extracción ilegal de gasolina


venezolana a través de la extensa y porosa frontera con Colombia genera "millones
de dólares" a los contrabandistas y se ha convertido en uno de los negocios más
rentables debido a la diferencia de precios y a los subsidios que mantiene Caracas.

EFE
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'Hay que lograr que el contrabando sea delito en toda

Latinoamérica'
Colombia propone operaciones transnacionales simultáneas para combatir a
contrabandistas.
El flagelo del contrabando le quita 180.000 millones de dólares en tributos a los
países latinoamericanos. En Colombia existen 132 marcas ilegales de cigarrillos.
Foto:
EFE
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CONTRABANDO

DELITOS

ANDI

CIGARRILLOS

Por: Economía y Negocios

03 de septiembre 2018 , 08:21 p.m.


Si todos los países latinoamericanos no logran elevar el contrabando a la categoría de
delito y refuerzan los castigos a quienes se lucran de esta actividad ilícita, el combate de
este flagelo a nivel transnacional no tendrá los frutos esperados.
Por eso, este es uno de los objetivos trazados en el marco del IV Encuentro de la
Alianza Latinoamericana Anticontrabando (ALAC) que se llevó a cabo en Brasilia
(Brasil), en el que también se propuso una estrategia coordinada de las autoridades
judiciales, fiscales y de policías de la regíos para llevar a cabo la identificación, el
seguimiento y operativos de capturas simultáneas de estas estructuras criminales.

Los controles de las autoridades no son suficientes, pues a pesar de los esfuerzos, este
flagelo va en aumento. El contrabando tiene en jaque a los países latinoamericanos y sus
gobiernos que dejan de recibir cada año un promedio de 180.000 millones de dólares
por la evasión del comercio ilegal, sin contar el daño que causa a la industria y al
empleo.
Caen 7 funcionarios del ICA por tráfico de reses y brote de aftosa
Así funciona el contrabando por internet que puede arriesgar su salud
Contrabando virtual, la nueva amenaza de empresarios y autoridades

Por eso en medio de la búsqueda de soluciones para erradicar este mal, como generar
mayor concienciación de los consumidores acerca de ese daño, la necesidad de acuerdos
públicos y privados y trabajar el complejo tema impositivo a más largo
plazo, Colombia propuso, a través del director de la Policía Fiscal y Aduanera,
Brigadier General Juan Carlos Buitrago, hacer operaciones conjuntas
internacionales y simultáneas en contra de las redes de contrabandistas.

“No necesitamos crear nada. Tenemos la Ameripol, que es la comunidad de policías de


la región y cuya sede está en Colombia, que le puede dar dientes a esta Alianza en su
lucha; también las Comisiones Binacionales Fronterizas (Combifron) y otras agencias
que trabajan en ello, en especial en el contrabando de cigarrillos, uno de los productos
de mayor comercio ilegal en la región”, dijo.

Los empresarios colombianos se mostraron de acuerdo con este tipo de iniciativas pues
advirtieron que el contrabando los tiene en jaque, en particular a los sectores textiles,
calzado y cigarrillos.
Precisamente, los empresarios que asistieron al encuentro de la ALAC coincidieron en
que el contrabando de cigarrillos es uno de los que mayores males causan a estas
economías.

En Colombia ese comercio ilegal alcanzó el 18 por ciento en 2017 y evitó que
ingresarán al sector de la salud unos 230.000 millones de pesos y se estima que este
año serán 330.000 millones de pesos, según la Andi.
Observatorio en marcha
Efectos como esos son, los que se quieren erradicar, por eso, desde la Andi se trabaja en
un Observatorio Anticontrabando, que busca proveer de indicadores e información de
este flagelo a nivel regional, que sirva de base para estructurar políticas más certeras en
la lucha contra este delito transnacional.

Voceros del gremio indicaron que están en las últimas fases de consolidación del
observatorio, el cual, será presentado en este semestre del año.

Para Luis Gustavo Florez, presidente de la Asociación de Industriales del Cuero y el


Calzado (Acicam), la única forma de combatir el contrabando es con tecnología y este
tipo de reuniones (Alac) deja ver con claridad que este es un fenómeno que afecta a toda
la región y que las estructuras criminales van más allá de las mismas acciones de los
gobiernos.

Dijo que el gobierno colombiano debe fortalecer tecnológicamente a los entes de


control, como la Dian, las Aduanas y a la misma Polfa, porque sólo así se podrán
obtener resultados contundentes.

Latinoamérica es el paraíso para los contrabandistas de cigarrillos que se aprovechan de


las altas cargas impositivas que tienen estos productos, coinciden empresarios de la
región.

Además de la alta carga impositiva está el diferencial de precios de venta de los


cigarrillos como otro factor de incidencia para el mayor contrabando. Según un estudio
de Invamer, cerca de 9 de cada 10 fumadores colombianos consultados prefieren
las marcas ilícitas porque son más baratas.

En Colombia, según voceros de la Andi, con la reciente reforma tributaria, los


impuestos a los cigarrillos se duplicaron para atajar su consumo, pero el efecto
inmediato fue el disparo del contrabando, lo que deja al país como el tercero de la
región con más contrabando de cigarrillos.

Hoy, dicen los empresarios, cada cajetilla de 20 cigarrillos paga 2.700 pesos de
impuestos, frente a los 1.400 pesos del 2017 y el temor es que con la reforma anunciada
por el actual gobierno dichos tributos se incrementen más y el país tome la senda que
llevó a Brasil a tener un comercio ilegal de cigarrillos del 50 por ciento. La más alta de
la región.

“Acá lo que hay que entender bien es que con una política de estas se estimula el
contrabando, el Estado y el sector salud dejan de percibir importantes recursos,
mientras el consumidor, por tema de costos, se pasa al cigarrillo ilegal”, advierten
en la Andi.

Agregan que no se oponen a los impuestos, pero que esas políticas impositivas se deben
manejar a más largo plazo para evitar impactos negativos en la economía.
Dicen que también es imperativo hacer pedagogía entre los consumidores sobre los
efectos del consumo de contrabando, y en particular, ente los tenderos y comerciantes
del país, recordándoles que la venta de tabaco de contrabando les puede ocasionar la
pérdida de su licencia de operación.

Según Invamer, el 89 por ciento de los cigarrillos que se consumen en el país lo venden
las tiendas de barrio.

ECONOMÍA Y NEGOCIOS
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 ossier temático: contrabando

 El contrabando en Colombia durante el siglo XIX
(1821-1886): fuentes documentales y aspectos
metodológicos para su estudio

 Muriel Laurent

 En los últimos cinco años, el tema del contrabando en la Colombia
decimonónica ha llamado poderosamente mi atención.1 Los motivos
subyacentes a la elección de este tema radican, por una parte, en un interés
personal, aspecto que no suele faltar en la elección de un objeto de estudio
por parte del historiador, y, además, en la voluntad de indagar en un campo
poco abordado por la historiografía colombiana. De hecho, como se detallará
más adelante, si bien el contrabando en el siglo XIX es una realidad
advertida por la mayoría de los historiadores nacionales y extranjeros de
dicho siglo, particularmente en relación con la historia económica del país,
este tema no ha recibido hasta el momento un tratamiento específico.
 Adicionalmente, la premisa según la cual la existencia del contrabando
durante el periodo colonial 2 tenía que ver con el sistema mercantilista
español, generó una inquietud respecto a su permanencia después del
establecimiento de la república e incluso hasta la actualidad,3 puesto que la
independencia, con el paso a nuevas reglas económicas, hubiera tenido que
poner fin a esta práctica ilícita. En consecuencia, las preguntas que
orientaron el trabajo radicaban en analizar el por qué y el cómo de la
persistencia del contrabando una vez obtenida la independencia definitiva en
1821. En esta medida, la temporalidad elegida es larga puesto que el
estudio se concentra en el siglo XIX posindependencia, concretamente de
1821 a 1886, última fecha que fue elegida por motivos que se señalarán
más adelante. Asimismo, el espacio geográfico es amplio ya que toma en
cuenta el territorio de la Colombia actual, con el fin de abarcar las distintas
fronteras del país.4
 Para responder a los objetivos de la investigación, un primer paso consistía
en determinar las características del comercio ilícito decimonónico: los
productos que se contrabandeaban, las rutas por las cuales se conducían y
quiénes lo practicaban. Además, había que resolver inquietudes acerca de
las opiniones que circulaban en torno a su existencia, las medidas que se
tomaban para evitarlo, las autoridades administrativas encargadas de este
control y los problemas a los que se enfrentaban dichas autoridades a la
hora de reprimirlo. Se consideró paso obligado averiguar estos distintos
elementos para poder entender cómo persistió esta práctica ilegal y con qué
matices temporales y tendencias regionales.
 De los aspectos afines al tema del contrabando, el campo de la historia
económica ha sido el más estudiado y el que cuenta con varios títulos que
desbrozaron el terreno. Independientemente de cualquier interés por el
contrabando pero incluyendo en sus análisis los aspectos necesarios para
estudiarlo, algunos investigadores han querido descifrar la política fiscal y
arancelaria durante el siglo XIX y la tensión entre proteccionismo y
librecambio.5 Si bien lo económico es ineludible para entender la
permanencia del contrabando, varias otras facetas también deben ser
contempladas para dar una visión más completa del tema, por ejemplo, lo
relativo al funcionamiento del ramo de aduanas, la penalización del
contrabando y la distancia entre prácticas sociales y discursos oficiales
acerca del mismo.
 A pesar de su importancia, es muy poco lo que se ha abordado en la
historiografía colombiana al respecto, dejando así un vacío bibliográfico
enorme en relación con aspectos colaterales del contrabando: el mundo
administrativo casi no ha ameritado estudios6 y menos aún la administración
de aduanas, fundamental para entender la lucha contra el comercio ilícito y
la administración de justicia. Este desdén se debe probablemente al carácter
técnico y aparentemente aburrido del estudio de la administración pública,
pero también al temor de abordar temáticas "nuevas" por la falta de
estudios pioneros en esos campos y de ayudas prácticas, por ejemplo, la
carencia de organigramas que faciliten el acercamiento a una administración
en constante cambio, como fue el caso con los ramos de Aduanas y de
Justicia. Asimismo, el tema de las prácticas sociales y culturales, si bien
llama fuertemente la atención, no resulta ser de fácil acercamiento en las
fuentes, puesto que las pistas para ello se encuentran esparcidas en
distintos tipos de documentos.
 A continuación, después de identificar nuestro objeto de estudio, se
comparten algunos comentarios sobre los archivos consultados en el
transcurso de la investigación, así como sobre los aspectos metodológicos a
tomar en cuenta al tratar un fenómeno ilícito como lo es el contrabando,
para finalizar con un balance general de los resultados obtenidos hasta la
fecha.
 De entrada, es necesario reflexionar sobre el carácter peculiar de este objeto
de estudio. Por definición, la ilegalidad es todo aquello que la legislación
prohibe, limita o enmarca, es decir, se define por lo que no es legal, lo cual
exige remitirse efectivamente al ámbito legislativo para precisar lo que un
determinado Estado ha caracterizado como ilícito. Ciertas prácticas pueden o
no haber sido catalogadas como indebidas, y los límites de la legalidad
pueden variar de un lugar a otro. Otro tema distinto, pero no menos
interesante, es el de la percepción de la sociedad, o parte de ésta, frente a
las prácticas consideradas por la norma como ilegal, así como la legitimidad
que tiene el legislador a los ojos de las personas a las cuales se aplican las
normas.
 La observación anterior arroja consecuencias respecto a la documentación
utilizable para la investigación sobre un asunto ilegal. El grueso del material
que el investigador en ciencias sociales puede utilizar para el estudio de un
fenómeno ilícito como el narcotráfico, la corrupción, el contrabando u otro
tipo de ilegalidad, es principalmente de procedencia institucional pública, lo
que constituye una paradoja de la investigación sobre cualquier tipo de
ilegalidad, sea desde una perspectiva histórica o desde cualquier otra. De
hecho, la información que permite documentar esos procesos ilícitos
proviene en gran medida de las instituciones estatales de control y
fiscalización. Por lo tanto, hay que tomar en cuenta que la documentación
alcanzable por el investigador es de carácter represivo y constituye una
mirada desde el Estado hacia prácticas no toleradas por él. Lo anterior
constituye una característica que metodológicamente no puede perderse de
vista: las fuentes fueron producidas para un fin fiscalizador y esto influye
sobre la información contenida en ellas.
 De la misma manera, no suele dejar huellas lo que es considerado normal
por una sociedad determinada, no hay tampoco rastros de lo que no se
registraba ante las autoridades y, por ello, escasas son las visiones dejadas
desde la misma "clandestinidad". Lamentablemente para el historiador no se
ha desarrollado una tradición epistolar entre actores al margen de la ley, de
los mismos con sus familiares y amigos, y a su vez los que practican la
ilegalidad no recurren a la práctica de plasmar sus reflexiones en diarios
íntimos o escribir columnas periodísticas.
 En cuanto al contrabando, en particular, se trata de un delito, es decir, es
penalizado por la legislación vigente.7Este delito económico ha recibido el
calificativo de "sin víctima", puesto que no afecta a nadie directamente; lo
anterior lo convierte en un delito de categoría menor frente a la lista de
delitos que atentan contra las personas físicas o sus propiedades.
Etimológicamente, contrabando significa contra el "bando" o edicto,8 en
otras palabras, una acción que va en contra de la norma legal.
 Más concretamente, la definición de contrabando contiene dos ejes.9 Un
primer significado tiene que ver con el hecho de no respetar una prohibición
de comercio, sea de importación, sea de exportación, como es el caso
actualmente del tráfico de sustancias psicoactivas o de armas, que son
mercancías cuya circulación está totalmente prohibida o sometida a reglas
muy estrictas; en general, su objetivo está relacionado con la salud pública
o la seguridad. En un sistema mercantilista, esta interdicción recaía sobre el
llamado "comercio extranjero", es decir, el intercambio de mercaderías con
imperios distintos al propio. La segunda acepción de la palabra contrabando
es más difundida en la actualidad: se trata del no pago del arancel que el
Estado levanta a la introducción de bienes en otro país al paso de la frontera
para ser consumidos en el mercado nacional. Se trata de una medida fiscal
en el ámbito comercial, cuya meta es la de proveer ingresos públicos a la
vez que protege la producción nacional contra una competencia proveniente
del exterior.
 En todo caso, sea por desacato a una prohibición total o parcial, sea por
evadir un impuesto, se trata de un fraude, de una violación a la legislación
fiscal vigente en materia comercial. Es importante notar desde la misma
definición la presencia fuerte del Estado y de sus fronteras. De hecho, es el
Estado el que fija, por los motivos que considera convenientes, la
normatividad en materia comercial; la frontera que lo delimita con los
demás espacios territoriales es el lugar donde se controla la legislación
existente y hasta donde se ejerce la soberanía. En este sentido, se puede
entender la importancia del tema del contrabando para el Estado: se trata
de su capacidad para hacer acatar la legislación que ha expedido, así como
del recaudo fiscal gracias al cual podrá pagar sus obligaciones internas y
externas, invertir y eventualmente prosperar.

 Los archivos para el estudio del contrabando en el siglo XIX en
Colombia
 La información histórica que se encuentra sobre las prácticas de
contrabando en Colombia en el siglo XIX proviene de varios horizontes que,
como ya se subrayó, son en su mayoría de corte oficial. En primer y
destacado lugar, hay que recurrir a los documentos elaborados por la
entidad pública que era encargada de velar por la legalidad de los
movimientos comerciales en las fronteras colombianas, así como de realizar
el cobro de los derechos fiscales y, por ende, de reprimir el contrabando. La
institución competente era la Administración de Aduanas, dependencia de la
Secretaría de Hacienda. Los archivos de esta institución están localizados
principalmente en el Archivo General de la Nación (AGN) de Bogotá, sección
República, que proporciona una información abundante tanto por la cantidad
de fondos en los cuales se aborda el tema del contrabando como por su
calidad.
 El fondo Contrabandos reúne este tipo de información para la década de
1821 a 1830, durante la cual Nueva Granada estaba inserta en la "Gran
Colombia". Cada folio del tomo único de este fondo documental aporta datos
valiosos. Se trata básicamente de procesos que ofrecen datos sobre las
mercancías, las rutas, los contrabandistas y detallan la legislación aplicable y
los pasos procesales. Para encontrar los procesos llevados a cabo en los
años posteriores a 1830 y hasta mediados del siglo, aproximadamente, es
necesario realizar pesquisas en varios otros fondos (que cuentan
afortunadamente con catálogos), tales como Asuntos criminales, Congreso,
Aduana de Santa Marta, Gobernación de Santa Marta, Gobernaciones varias,
Ministerio Interior y Relaciones exteriores, Negocios judiciales, Anexo II:
Administración de Aduanas-Administración de Tabacos-Secretaría de
Hacienda.
 Para la segunda mitad del siglo XIX, los archivos aduaneros están reunidos
en el fondo Aduanas, el cual es de una riqueza excepcional en cuanto a
asuntos relacionados con esta administración, mezclando informes
económicos, facturas, actas de los remates, procesos y correspondencia con
contenidos muy variados. Este fondo, organizado por aduana y luego en
forma cronológica, cuenta con alrededor de 100 tomos que cubren el
periodo federal de los Estados Unidos de Colombia y la regeneración
centralizadora. Desafortunadamente dicho fondo no cuenta con un catálogo,
lo que hace su consulta muy lenta y dispendiosa. Por esta razón, a pesar de
que nuestro objetivo inicial era cubrir todo el siglo XIX, se optó por
"aprovechar" el fin del periodo federal para cerrar el estudio.
Concretamente, se consideró más pertinente alcanzar a hacer una buena
revisión de los documentos concernientes al periodo federal, abarcando las
distintas fronteras del territorio nacional, en vez de tratar de alcanzar la
guerra de los Mil Días de final del siglo XIX teniendo que privilegiar algunas
regiones. De hecho, en los tomos relativos al periodo federal, se puede
recoger información sobre las múltiples aduanas nacionales y documentar
así no sólo los procesos levantados en ellas, sino el funcionamiento local de
dicha administración en las aduanas de Arauca, Barranquilla, Buenaventura,
Carlosama, Cartagena, San José de Cúcuta, Quibdo, Riohacha, Riosucio,
Santa Marta, Tolú y Tumaco.
 En resumidas cuentas, en los fondos citados se consiguieron los siguientes
documentos:
 1) Los procesos levantados en las aduanas al detectar contrabandos.
 2) La correspondencia entre las oficinas de aduana descentralizadas
en los distintos puntos fronterizos del territorio nacional y la
Secretaría de Hacienda, cuya sede era la ciudad de Bogotá.
 3) Los informes internos a cada aduana y otras notas internas.
 4) La reglamentación oficial vigente.
 5) Las cartas que ciertos comerciantes dirigieron a la administración
de aduanas relacionando los inconvenientes que enfrentaban en sus
negocios.
 Esta documentación hizo posible informarse en tres direcciones: a) los
procesos permitieron recopilar datos concretos sobre las modalidades
utilizadas para efectuar el contrabando, las mercancías decomisadas, los
lugares de aprehensión, las rutas seguidas por la mercancía, las personas
involucradas y las penas impuestas; b) la situación particular a cada aduana
en relación con el contrabando, donde se encontró información general
sobre las modalidades, las mercancías, los lugares y rutas, los
contrabandistas, las penas, las dificultades de vigilancia y las rondas del
resguardo; c) las leyes, los decretos y las circulares oficiales relacionadas
con el contrabando que permitieron conocer el marco legal vigente y su
evolución.
 Las fuentes útiles para documentar el fenómeno de contrabando en el siglo
XIX no solamente proceden de los archivos de la administración de aduana,
autoridad directamente competente. Otra valiosa fuente de información está
constituida por las Memorias de Hacienda presentadas anualmente al
Congreso por el secretario de Hacienda en turno,10 donde se ofrece un
balance de los asuntos relativos al ramo de Hacienda y en particular en
cuanto al comercio de la república y a la situación de los estancos.
Señalaban, por lo tanto, las cuestiones relacionadas con el contrabando y
planteaban medidas para remediar los eventuales problemas. Se trata de un
material muy rico no sólo en datos comerciales puntuales, sino también en
el análisis del comercio ilícito y en planteamientos sobre las medidas a
aplicar. También presentaban el punto de vista de la más alta autoridad
económica sobre la administración de las aduanas nacionales, y en este
sentido permiten conocer el problema desde la perspectiva oficial y entrever
los cuestionamientos que se hacían a este nivel en cuanto al contrabando.
 La prensa constituye otra fuente sustancial para abordar el comercio ilícito.
Los periódicos decimonónicos, oficiales y no oficiales, nacionales y regionales
contienen abundante información relacionada con el contrabando: se
publicaban las leyes, los decretos y los comunicados gubernamentales, se
insertaban artículos de los secretarios de Hacienda u otras figuras públicas,
se avisaba ocasionalmente de los remates públicos de las mercancías
confiscadas como contrabando, se abría espacio a las discusiones sobre las
cuestiones de actualidad económica, comercial y fiscal, así como a las
quejas de comerciantes acerca de varios tópicos. En el caso colombiano, en
el siglo XIX, la mayoría de los periódicos tuvieron una vida muy corta y,
para revertir esta consecuente discontinuidad, se debe revisar un amplio
número de periódicos consultables en la Biblioteca Nacional de Bogotá. Por
un lado, estaban las gacetas oficiales y los periódicos "constitucionales" de
cobertura nacional, así como regional durante el periodo federal (Antioquia,
Chocó, Sur-Occidente),11 y también de boletines sectoriales de Hacienda,
Justicia y sobre todo Comercio.12 Por otro lado, dentro de la prensa no oficial
se encontraba la que tenía vocación nacional y era editada en Bogotá, y la
que se publicaba regional y localmente, cubriendo así la costa caribe, con
periódicos de Cartagena, Mompox, Riohacha, Santa Marta y Barranquilla, y
la región de Antioquia y del Chocó.13 Adicionalmente, tanto en la prensa
como en unos cuantos folletos impresos consultables en la sala de Raros y
Curiosos de la Biblioteca Luis Ángel Arango de Bogotá, varios comerciantes y
funcionarios públicos revelaban su desagrado relacionado con la práctica del
contrabando, sus quejas frente a la legislación vigente, sus desacuerdos
ante las prácticas de sus colegas y sus reacciones en defensa de su
honradez ante las acusaciones de contrabando.14
 Finalmente, en los relatos que dejaron los viajeros que visitaron el país se
pueden consrguir comentarios acerca del precario estado de las vías de
comunicación y descripciones de los objetos de consumo que seguían la
moda europea, tales como los objetos de decoración interior, los textiles, los
artículos de belleza y aseo, los bienes comestibles y los licores, etc. En
algunas ocasiones, estos viajeros insistían en el recurso al contrabando que
caracterizaba la forma de obtener estas mercancías; sus relatos permiten
darse cuenta de los gustos y de la demanda de objetos de fabricación
extranjera.15
 Como se puede comprobar con las fuentes reseñadas y utilizadas en nuestra
investigación, los recursos existentes para estudiar el contrabando son
múltiples e incluyen sobre todo archivos oficiales, pero también documentos
de carácter privado; documentos de destinatarios puntuales, así como
artículos o folletos publicados, tanto documentos manuscritos como
impresos. El acervo documental contenido en los archivos de la
Administración de Aduanas debe ser complementado por otras fuentes, de
tal manera que se pueda ofrecer un punto de vista más amplio de la
situación. La complementariedad de las fuentes se da en varios niveles dado
que abarca el aspecto cronológico, el cual se comentará más adelante; las
perspectivas, como el aspecto administrativo, legislativo, judicial, social y
cultural, etc.; y los autores, ya sean las autoridades, los comerciantes, etc.
En su gran mayoría y a nuestro conocimiento, las fuentes de archivo
señaladas no habían sido revisadas (excepto las Memorias de Hacienda que
han sido utilizadas por los historiadores económicos) y menos con un
cuestionario de esta índole.16
 No hay que perder de vista otras fuentes oficiales probablemente
interesantes, tales como los fondos de Guerra y Marina, Relaciones
exteriores y Asuntos consulares de la sección República del Archivo General
de la Nación; las Memorias anuales de los secretarios de Relaciones
Exteriores al Congreso y los archivos judiciales. A su vez, la correspondencia
privada y las memorias personales tanto de hombres políticos como de
comerciantes y eventualmente los testamentos de comerciantes y personas
de las clases acomodadas, aportan probablemente miradas complementarias
sobre el tema. Asimismo, los archivos departamentales y locales ayudarían
sin duda a conocer más a fondo las particularidades regionales del
contrabando y de su lucha. Por el tamaño de la empresa emprendida con las
fuentes anteriormente reseñadas, hasta la fecha no hemos alcanzado revisar
esta última documentación.

 Dificultades metodológicas
 Una primera dificultad tiene que ver con la cobertura espacial y temporal
que se logra gracias a las fuentes reunidas. Para la primera mitad del siglo
XIX, los datos encontrados permiten dar un buen panorama del contrabando
en la costa caribe colombiana, desde la Guajira hasta el golfo de Urabá, pero
informan muy poco sobre las demás fronteras marítimas o terrestres del
país. Este hecho se explica por el carácter fundamentalmente atlántico de
los vínculos comerciales de Nueva Granada. Además, esta documentación es
mucho más numerosa para los puertos habilitados, es decir, Cartagena,
Santa Marta y Riohacha, que para el resto de la amplia fachada atlántica. Lo
anterior se debe a la escasa vigilancia que ejercían las autoridades en los
lugares alejados, lo que por lo demás presentaba claras ventajas para
realizar un contrabando muy activo.
 Para el periodo federal, la información resulta mucho más amplia, de tal
forma que adquieren visibilidad los límites territoriales de Colombia en todas
las direcciones, dejando aparecer seis regiones específicas: Riohacha y la
Guajira con la aduana de Riohacha, la costa entre Riohacha y el golfo de
Urabá con las aduanas de Barranquilla, Cartagena, Santa Marta y Tolú, el
golfo de Urabá y el río Atrato con las aduanas de Riosucio y Quibdo-Turbo, la
costa sur del Pacífico con las aduanas de Buenaventura y Tumaco, la
frontera terrestre con Ecuador con la aduana de Carlosama y la frontera
terrestre y fluvial con Venezuela con las aduanas de Arauca y San José de
Cúcuta. El hecho de que la actividad del resguardo móvil se haya
desarrollado frente a la primera mitad del siglo permite que los archivos de
cada aduana incluyan las aprehensiones hechas no sólo en el puerto
marítimo, fluvial o seco, sino también en cualquier otro punto circunvecino
donde los guardas realizaban sus rondas.
 En cuanto al aspecto temporal, los procesos abundan para la primera década
independiente antes del fin de la "Gran Colombia", y existe también
bastante información para documentar el contrabando casi hasta finales de
los años treinta, mientras que los años cuarenta y cincuenta no presentan
un balance tan positivo. Para justificar esta evidencia, se debe recordar que
la administración de Santander (1832-1837), particularmente tranquila en el
plano militar, pudo ser intensa en actividad administrativa, y que la guerra
de los Supremos de 1839 a 1842 y la lenta recuperación posterior golpearon
este entusiasmo y explican la disminución de las fuentes disponibles y eso
hasta el fin de los años cincuenta, con la notable excepción de los años 1845
a 1850 durante los cuales se debatieron intensamente los asuntos relativos
al librecambio y al desmantelamiento de los estancos y monopolios. Con el
periodo federal se vuelven a encontrar las huellas de una intensa actividad
administrativa, por lo menos en el ramo que aquí nos interesa.
 Un segundo inconveniente mayor tiene que ver con la cuantificación del
contrabando. Si bien las Memorias de Hacienda trataban de calcular la
dimensión del contrabando y de las pérdidas para el Tesoro, es muy incierto
el tamaño real del comercio ilegal y su impacto. Para que se haya registrado
el contrabando tenía que haberse realizado una aprehensión: no se puede
saber a ciencia cierta qué porcentaje del contrabando total constituyen los
casos que se conservaron en los archivos. El caso del contrabando de oro es
particularmente complicado de cuantificar, ya que casi no se registraban
aprehensiones por parte de las autoridades, lo cual se debe al hecho de que,
por un lado, el oro en polvo se escondía fácilmente17 y, por el otro, para
decomisar el oro había que probar que estaba destinado a la
exportación.18 Además, los procesos no recurrían al mismo sistema de
medición para cuantificar las cargas decomisadas; para el tabaco se
utilizaban medidas tan disímiles como arrobas, libras, sacos, bultos,
manojos o número de cigarros; y para la sal se hablaba de piedras, ladrillos,
quintales, kilogramos, libras, cargas, sacos, bultos o bolas. Si bien en varios
casos se puede convertir las medidas y así homogeneizar para poder sumar,
una cantidad significativa de procesos ni siquiera ofrecen una indicación
cuantitativa, sino simplemente la calidad del producto decomisado. En este
sentido, las equivalencias que en ciertas ocasiones se pueden realizar no
permiten dar una cifra exacta de la cantidad de mercancía contrabandeada
que las autoridades incautaron.
 En tercer lugar, la amplia gama de fuentes utilizables no significa que se
puedan responder todas las inquietudes planteadas, en particular, los
interrogantes acerca de la vivencia y las opiniones de los propios
contrabandistas y sus cómplices, y eso por el carácter fundamentalmente
oficial de los documentos. Se encuentran muy pocos documentos,
comparativamente hablando, que reflejan la posición de los contrabandistas,
es decir, sus puntos de vista sobre sus propias actividades. Las fuentes
encontradas al respecto, y que se detallarán más adelante, usan el recurso
literario para expresar la inconformidad de los contrabandistas con las
autoridades y, de manera más general, el concepto en el cual las tenían. En
relación con lo anterior, conocer la trayectoria de las personas involucradas
en el contrabando, sea por practicarlo, sea por encubrirlo desde un puesto
oficial, no suele ser posible. Por un lado, los mismos contrabandistas no
redactaron diarios íntimos ni sostuvieron correspondencia donde se pudieran
descubrir sus pensamientos, sistemas y contactos y, por su lado, los casos
de corrupción que las autoridades evidenciaron no fueron numerosos. A su
vez, cuando los procesos por contrabando mencionan el nombre del
contrabandista, éste no siempre es una pista suficiente, ya que no
correspondían a grandes comerciantes, sino más bien a comerciantes
medianos o pequeños, intermediarios, cargadores, etc. Proceder a armar las
redes de comerciantes y sus relaciones eventual-mente políticas daría
probablemente un resultado muy interesante, pero después de una ardua
tarea para el investigador que no cuenta con muchas herramientas, como
podrían ser los diccionarios de personas y lugares, las listas de funcionarios
por ramo de la administración pública, etc. Este trabajo se tendría entonces
que realizar lentamente confrontando los documentos encontrados con otras
fuentes primarias y rastreando los nombres en la historiografía existente.

 Algunos resultados
 A pesar de estos problemas y gracias a las fuentes recopiladas, se llegan a
algunos resultados interesantes en cuanto a los rasgos del contrabando,
tanto en lo que tiene que ver con los productos, los lugares, las rutas y las
personas involucradas, como con las posibles explicaciones de su
permanencia en el tiempo, entre las cuales están la política arancelaria, el
funcionamiento de las aduanas locales, la penalización del contrabando y el
arraigo de las prácticas sociales.
 Un primer elemento clave es el de la política económica que estuvo
caracterizada por el mantenimiento del proteccionismo claramente heredado
de la colonia hasta las reformas liberales de mediados del siglo XIX, y menos
abiertamente en la segunda mitad del siglo, en un contexto de aguda
necesidad fiscal y de precaria industria nacional que hacía el país
dependiente del exterior para muchos de los productos manufacturados.19
 Hasta 1850, se conservaron los estancos de tabaco, pólvora y naipes, así
como las restricciones severas en el comercio del oro.20 Las reformas de
tendencia liberal, logradas a partir de la segunda mitad de la década de los
cuarenta, abrieron campo a una disminución de la protección, por lo menos
en teoría, puesto que la tensión continuó siendo constante en la práctica por
los vaivenes de las políticas económicas que revertían regularmente las
disminuciones de los niveles de los aranceles.21
 De esta manera, en vez de depender de consideraciones comerciales, el
valor de los aranceles era fijado con la idea de producir ingresos al Tesoro
público, pero debía tener en cuenta el riesgo de contrabando si la tarifa era
alta. Se estableció así una relación triangular constante entre la política
arancelaria, la renta de aduanas y el comercio ilícito. Para los actores del
contrabando, la tendencia proteccionista, empeorada por la crisis de
abastecimiento de ciertos estancos, creaba un marco favorable a la actividad
ilícita; a su vez, el argumento de la nefasta importancia de dicha actividad
se convirtió en un medio de presión en la reivindicación de una mayor
libertad comercial.
 Otro inconveniente de los aranceles radicaba en que las sucesivas formas
utilizadas para percibir los derechos de aduanas presentaban deficiencias: si
se aplicaba el sistema ad valorem, que prevaleció durante la primera mitad
del siglo, la verificación de cada cargamento y de cada paquete demoraba la
introducción y podía producir daños a las mercancías, mientras que si el
sistema era el del peso bruto de las mercancías, lo cual fue el caso a partir
de mediados de la década de los cuarenta, los textiles burdos pagaban un
impuesto mayor a las telas finas privilegiando así las elites urbanas en
detrimento de las clases populares.22
 En este contexto, durante la primera mitad del siglo XIX, el contrabando se
concentraba en la costa caribe, lo cual se debía al hecho de que, además del
mencionado problema de las fuentes y del número de habitantes de la zona,
por un lado, la orientación comercial neogranadina era casi exclusivamente
hacia el Caribe, debido a la importancia de las islas caribeñas como lugar de
paso de las mercancías entre Europa y Colombia, particularmente Jamaica
para los ingleses y Curazao para los holandeses; y por otro lado, con la
inserción de Nueva Granada en la "Gran Colombia" no se visibilizaban
fronteras internas hacia el sur y hacia el este de la república. Los ríos
Magdalena, Sinú y Atrato eran los principales canales de alimentación de los
mercados del interior, como Bogotá, Medellín y la región de Santander,
donde se consumían los productos de contrabando. A pesar de la
predominancia del comercio ilícito a través de la fachada caribeña, existía en
menor medida un contrabando que ingresaba al país por el costado Pacífico,
principalmente hacia el sur de la misma, donde había mayor población que
en el norte.23
 Los productos que fueron canalizados por las vías ilícitas reflejan no sólo la
base productiva nacional y local y las necesidades de consumo interno, sino
también la tendencia de la política económica que, como se señaló, conservó
los estancos y las prohibiciones de comercio. De hecho, el tabaco, que
estaba sometido a un monopolio estatal, conocía un movimiento ilegal
bidireccional: el tabaco extranjero en procedencia de Virginia en Estados
Unidos así como de Cuba ingresaba al territorio nacional, mientras que una
parte de la producción local salía del país rumbo al exterior. 24 En sus dos
dimensiones, este tráfico era prohibido por las autoridades, que, sin
embargo, no abastecían a cabalidad el estanco, permitiendo así que los
contrabandistas justificasen el contrabando.25 La pólvora y los naipes,
también estancados durante una parte de la década de los veinte,
conocieron una lógica similar,26 con la misma falta de abastecimiento en el
caso del estanco de pólvora.27 Los licores, en particular el ron procedente de
Jamaica y la ginebra que llegaba por Curazao, vivieron un auge de
contrabando entre 1823 y 1826, años durante los cuales eran de prohibida
introducción.28 A su vez, la exportación de oro en barra y polvo, que contaba
con una reglamentación estricta hasta mediados de siglo, se realizó en
cantidades importantes mediante el contrabando. En cambio, casi no había
exportación de productos locales como el algodón y el palo de
mora,29 probablemente porque no sufrían de una legislación restrictiva y
porque no habían encontrado un mercado importante en el extranjero. Un
último grupo de productos introducidos ilegalmente no sufría restricciones
comerciales, pero tenían un mercado muy importante en el país: los textiles
de todas las calidades y las manufacturas de lujo como los perfumes, las
pomadas, los peines, las porcelanas y la cristalería llegaban ilícitamente
desde Europa en grandes cargamentos, reflejando así un consumo a la
moda europea por parte de las clases urbanas acomodadas. 30
 Para el periodo federal, se observan seis regiones fronterizas por las cuales
se importaban mercancías de contrabando. Cada una de estas zonas conoció
una dinámica específica de comercio ilícito. Por ejemplo, en el Sur-
Occidente, se introducían cantidades significativas de sal y de papel, tanto
por la costa del Pacífico como por la frontera terrestre con Ecuador,
mostrando la relación directa de esta región con el exterior y las
necesidades locales de consumo. En la Guajira se realizaba un intercambio
de productos locales, como las maderas y los animales,31 con mercancías
extranjeras, principalmente en barcos holandeses y en ocasiones con la
participación de indígenas en ese tráfico. De manera general, la costa caribe
seguía siendo importante en cuanto a contrabando, y, respecto a los
productos, los textiles y las manufacturas extranjeras seguían importándose
por la vía ilegal y alimentaban sin mayores diferencias las diferentes
regiones fronterizas. Desde 1850, Panamá había ido reemplazando
paulatinamente a Jamaica como principal punto de paso de los bienes hacia
las dos costas colombianas. El contacto ilegal del Sur-Occidente también se
hacía con varios puertos de la fachada del Pacífico chileno, peruano y
ecuatoriano. Desde el océano Pacífico, el río Patía era una importante vía de
comercio ilícito.32
 Además de la explicación por la política arancelaria y económica en general,
se ha trabajado alrededor de tres grandes ejes de análisis para entender la
permanencia del comercio ilícito. En primer lugar, el funcionamiento de la
administración de aduanas amerita atención en la medida en que era
plagado de problemas prácticos que hacían muy difícil la vigilancia efectiva
de las importaciones y exportaciones. Se puede señalar el tema de la
ubicación de ciertos puestos de aduana, por ejemplo, sobre el río Atrato.
Este asunto constituyó, en los años treinta y nuevamente en los años
sesenta y setenta, un verdadero dolor de cabeza para las autoridades:
ninguno de los lugares sucesivamente considerados para tal fin (Matunruvo,
Quibdo, Turbo, Riosucio) presentaba condiciones óptimas para el
control.33 Esta indefinición dejó un amplio campo al contrabando. También
intervinieron aspectos como la escasez de dotación material de las aduanas
-en cuanto a edificios, embarcaciones y herramientas de trabajo como
balanza y anteojo— y referentes al personal aduanero respecto a la falta de
efectivos y su débil remuneración.34 Estos elementos representaban un sin
fin de limitaciones para los empleados encargados de velar por la legalidad
comercial.
 El segundo punto de interés es el de la penalización del contrabando. Para
estudiar la coincidencia entre la teoría y su aplicación se confrontó la
legislación con la información contenida en los procesos. De esta forma, es
posible decir que existió una brecha entre las penas previstas y las
efectivamente aplicadas a los contrabandistas. Si bien la cantidad de
mercancía ilícita decomisada es significativa y representativa de las
aprehensiones realizadas, la suerte de los contrabandistas no reflejaba lo
previsto por la legislación. Durante la década de los veinte, la encarcelación
era requerida cuando la mercancía de contrabando sufría una prohibición,
pero los interesados recurrieron a la posibilidad de evitarla pagando una
multa significativa.35 Durante el periodo federal, ya no se requería la prisión,
sino que los contrabandistas se veían sometidos al pago de una multa. La
novedad consistió en que los comerciantes recurrían a métodos sofisticados
para burlar la vigilancia: declaraban mercancías como si fueran de una clase
menor de la que era en realidad y escondían su cargamento bajo una
primera capa que correspondía a la declarada. Adicionalmente, las facturas
presentaban muchas deficiencias en cuanto al peso y a la clase de
mercancía: estas deficiencias eran consideradas como errores cuando en
ocasiones eran voluntarias y tenían como fin la introducción ilegal. Las
autoridades debatieron lo que para algunos secretarios de Hacienda era un
contrabando técnico, pero no se logró modificar las penas ni introducir en la
legislación la idea del error voluntario con fines ilícitos.36
 En tercer lugar, se encontró un evidente abismo entre los discursos oficiales
y las conductas sociales. Los discursos oficiales descalificaban el
contrabando, en primera instancia, por su impacto nefasto sobre los
ingresos fiscales de la república y, en segundo lugar, por la inmoralidad que
generaba entre la población. La inestabilidad comercial era igualmente
apuntada en la medida en que el contrabando tenía como efecto distorsionar
los precios de las mercancías.37 A pesar de la intención discursiva de
promover un modelo republicano moderno en el sentido de lealtad de los
ciudadanos al Estado, las prácticas ilícitas seguían reproduciéndose en
niveles altos. El hecho de que la corrupción y el soborno fueran recursos
frecuentemente utilizados38 muestra una pobre integración del mensaje
republicano por parte de la población, incluso considerando que una
coincidencia total entre el ideal y la práctica suele revelarse imposible. Se
nota una continuidad de conductas de tipo colonial en la utilización de los
cargos públicos en beneficio propio en la administración de aduanas, así
como en el sistema judicial donde se percibe de manera muy clara, por lo
menos para la segunda mitad del siglo XIX, el funcionamiento de redes de
poder familiares y amistosas con el fin de impedir la aplicación de
castigos.39 También era importante entre los contemporáneos el tema del
honor que se observa gracias a las defensas ante las acusaciones que eran
difundidas por medio de los periódicos y de impresos cortos.40
 Dos testimonios procedentes de autoridades en el campo de la Hacienda
pública, el primero de Abraham Moreno, secretario de Hacienda del estado
de Antioquia, y el segundo de Aníbal Galindo, secretario de Hacienda de la
Unión, apuntaban respectivamente en 1867 y 1884 dos características
interesantes de las conductas sociales en el país: para el primero, existía
una percepción moral errada que hacía que la actividad comercial ilícita era
vista como una "viveza" que, mientras era desconocida por las autoridades,
no tenía nada de reprehensible41 y, para el segundo, el problema radicaba
en "las debilidades que nacen de la falta de independencia personal en que
se vive en estas sociedades parroquiales, donde somos amigos o conocidos,
y que permite a los audaces y especuladores esconder su interés privado
bajo la capa de un interés público".42
 Por su lado, las opiniones de los contrabandistas se traslucen en unos
cuantos documentos. En primer lugar, recordemos que en ciertos procesos
los involucrados aludían a la falta de abastecimiento de los estancos por el
propio Estado, lo que según ellos los justificaba para proveer los mercados
de manera ilegal y así suplir la demanda. En segundo lugar, en su supuesto
testamento fechado de 1834, un ex funcionario público, Silvestre Cotes, de
Riohacha, quien reconocía haber defraudado al fisco en varias ocasiones,
mencionaba varios elementos a su favor. Además de subrayar la
problemática educación que había recibido, aclaraba que su uso privado de
los fondos públicos debía entenderse fácilmente por el hecho de que para él
lo que es público es de todos y, por lo tanto, de cada uno: "Los fondos del
gobierno como del público, juzgué me pertenecían siendo como soy una
parte de aquel todo soberano". Por medio del testamento pretendía ponerse
a salvo para poder entrar al cielo repartiendo su fortuna entre el capitán de
la goleta holandesa Dorotea por los daños que pudo haberle ocasionado
aconsejándole traer efectos de contrabando, y el Tesoro público por haber
aprovechado su puesto oficial efectuando varias introducciones ilícitas. 43
 En tercer lugar, un artículo del ensayista Manuel María Madiedo, publicado
en 1848 en la sección Literatura del periódico El Neo-Granadino, denunciaba
las prácticas ilegales de los representantes de las autoridades y su doble
moral. El cuento reflejaba la deshonestidad de los guardas nacionales que,
además de decomisar tabaco, le robaban al contrabandista dicha mercancía,
así como los demás bienes con los que cargaba. En boca del
"contrabandista", los guardas son descritos como "ladrones hambrientos que
viven del sudor de los demás hombres [...] no querría nunca regalar
infamemente a unos canallas el pan de mis hijos [...] Infames, este tabaco
es el pan de seis hijos, de su madre, y de sus pobres abuelos que no pueden
valerse." Los representantes de las autoridades son presentados como
personas que no merecían respeto, lo que le revertía legitimación y
justificación a una práctica teóricamente ilegal, pero aceptada como una
actividad comercial digna de reconocimiento. Además, el cuento hace
alusión también a la corrección de los supuestos defraudadores, tanto por el
respeto entre ellos de las reglas de intercambio de mercancías, como por la
confianza que inspiraban.44

 Observaciones finales
 Como se pudo apreciar, las fuentes para estudiar el contrabando en el siglo
XIX en Colombia son numerosas. Incluso, esta misma abundancia de
archivos a recopilar termina abrumando al investigador que no alcanza, sino
con tiempo y dedicación, a revisar la información a su disposición.
Obviamente, si lo anterior puede sonar a queja, también debe ser asumido
en forma positiva por las sorpresas que todavía le reservan probablemente
las fuentes. Por otro lado, dicha documentación presenta varias limitaciones
para conocer y analizar los múltiples aspectos que contiene el tema. Además
de los evidentes documentos del ramo de Hacienda, como
las Memorias anuales de sus secretarios y la correspondencia interna a la
Administración de Aduanas, es importante utilizar, entre otras posibilidades,
los archivos de otras dependencias del Estado y, sobre todo, la prensa
nacional y regional dedicada a tópicos generales así como particulares. Lo
que atañe a la política económica, en sus dimensiones arancelaria, fiscal y
comercial, constituye el aspecto más fácil de documentar y sobre el cual
existe ya una útil bibliografía. La cuestión se complica cuando se busca
entender el funcionamiento de la Administración de Aduanas, adentrarse en
el mundo de la penalización del contrabando o penetrar las mentalidades y
las conductas sociales. A pesar de las dificultades, se llega a precisar la
multiplicidad de trabas que enfrentaba el Estado para hacer respetar su
legislación e impedir la práctica del contrabando. Se sumaron los elementos
que permiten explicar por qué el comercio ilícito no desapareció y más bien
continuó siendo un fenómeno difundido, puesto que, en los cuatro campos
abordados, los contrabandistas encontraron las fallas que hicieron posible su
permanencia en el tiempo. Asimismo, es posible percibir el arraigo social y
cultural de las actividades ilícitas que en últimas no lo eran desde el punto
de vista de los involucrados.

 Archivos
 AGN Archivo General de la Nación, Bogotá.
 Biblioteca Nacional, Bogotá.

 Hemerografía
 Anales del Municipio, Barbacoas, Colombia. [ Links ]
 Cambio, Bogotá, Colombia. [ Links ]
 Constitucional de Cartagena, Cartagena, Colombia. [ Links ]
 Constitucional de Popayán, Popayán, Colombia. [ Links ]
 Constitucional del Cauca, Popayán, Colombia. [ Links ]
 Constitucional del Chocó, Quibdo, Colombia. [ Links ]
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 Crónica del Chocó, Quibdo, Colombia. [ Links ]
 Eco del Atrato, Quibdo, Colombia. [ Links ]
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Colombia y Oficial de la Junta de Comercio, Bogotá, Colombia. [ Links ]
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Colombia. [ Links ]
 El Espectador, Bogotá, Colombia. [ Links ]
 El Honor Ultrajado pero No Manchado, Barbacoas, Colombia. [ Links ]
 El Indígena Chocoano, Quibdo, Colombia. [ Links ]
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 El Momposino, Mompox, Colombia. [ Links ]
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 El Porvenir. Periódico de la Juventud, Cartagena, Colombia. [ Links ]
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Barranquilla, Barranquilla, Colombia. [ Links ]
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 El Riohachero, Riohacha, Colombia. [ Links ]
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 Gaceta de Cartagena, Cartagena, Colombia. [ Links ]
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 Gaceta de Colombia, Bogotá, Colombia. [ Links ]
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 La Bandera Nacional, Bogotá, Colombia. [ Links ]
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 La Voz del Comercio, Cartagena, Colombia. [ Links ]
 Mercurio del Consulado de Cartagena, Cartagena, Colombia. [ Links ]
 Registro Oficial de Hacienda, Bogotá, Colombia. [ Links ]
 Repertorio Judicial, Bogotá, Colombia. [ Links ]
 Repertorio Judicial de la Nueva Granada, Bogotá, Colombia. [ Links ]
 Semana, Bogotá, Colombia. [ Links ]

 Bibliografía
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(Riohacha, 10 de octubre de 1834). Se publica adornado de sus respectivos
epitafios en honor a tan distinguido caballero, Cartagena, impreso por
Manuel María Guerrero, 1834, 5 pp. (Rubricado en la biblioteca Luis Ángel
Arango como "La Guajira, el mamagallismo y el
contrabando"). [ Links ]
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mitad del S. XVIII, Caracas, Academia Nacional de Historia, 1984, 2
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ciudadano presidente de la Unión para el Congreso federal de 1869, Bogotá,
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Editores/FEDESARROLLO, 1987, pp. 87-117. [ Links ]
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1640, Sevilla, Consejo Superior de Investigación Científica-Escuela de
Estudios Hispano-Americanos-Universidad de Sevilla/Diputación de Sevilla,
2002. [ Links ]

 Notas
 1
Agradezco a Colciencias (entidad pública colombiana dedicada al apoyo de
las Ciencias) que, a raíz de la convocatoria Programa Nacional de Ciencias
Sociales y Humanas-dimensión ética, de 1999, cofinanció mi investigación
(El libro que recoge los resultados de este estudio está en preparación). Para
la elaboración definitiva del presente artículo, agradezco a los evaluadores
anónimos cuyos valiosos comentarios he considerado pertinente incluir para
completar mi escrito.
 2
Respecto al contrabando colonial y para el caso de Nueva Granada, se
pueden consultar los siguientes trabajos: Arauz, Contrabando, 1984;
Barrera, Mestizaje, 2000; Grahn, Political, 1997; Muñera, "Ilegalidad", 1994;
Muñera, Fracaso, 1998; Polo, "Contrabando", 2000, y
Vidal, Cartagena, 2002.
 3
En cuanto al contrabando en este inicio del siglo XXI (licores, cigarrillos,
perfumes, calzado, electrodomésticos, gasolina, etc.) remitirse a la prensa
cotidiana y semanal, por ejemplo: Efraín Pachón, "La danza del serrucho en
la Aduana. Con el remezón en la costa, el gobierno le asestó dos golpes al
contrabando", El Espectador, 3 de noviembre de 2002, p. 17; "Quién es
Lopesierra, el Hombre Marlboro", Cambio, núm. 532, 8 de septiembre de
2003, p. 18; "Sin etiqueta", Cambio, núm. 491, 18 de noviembre de 2002,
pp. 80-81; "Gobierno emite decreto para frenar contrabando de
gasolina", Semana, núm. 1065, 3 de octubre de 2002; así como a los
comunicados de prensa de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales
(MAN): "DIAN retiene contrabando por $ 710 324 855 en Medellín", 28 de
febrero de 2003; "En Sanandresitos de Barranquilla y Cali DIAN aprehendió
contrabando de licores extranjeros", 28 de febrero de 2003; "Millonarias
aprehensiones de contrabando en todo el país (Buenaventura, Medellín,
Bogotá y Cartagena)", 24 de octubre de 2002. Los Sanandresitos son locales
comerciales donde se venden mercancías de contrabando; ubicados en las
grandes ciudades del país, tienen su nombre de la isla colombiana de San
Andrés en el mar Caribe desde donde se desarrolló un importante flujo
ilegal.
 4
Durante el siglo XIX, el territorio de la actual Colombia cambió en varias
ocasiones de nombre y de organización política, y aunque continuó siendo
republicana, también evolucionó. De 1821 a 1830, Nueva Granada
componía, con Venezuela y Ecuador, la República de Colombia, ahora
llamada Gran Colombia, dominada por Simón Bolívar. Tras su disolución, la
República de Nueva Granada conoció algunos años de estabilidad, por
ejemplo bajo la administración de Francisco de Paula Santander (1832-
1837). A partir de 1858, la Confederación granadina emprendió un proceso
de federalización que culminó con la existencia de los Estados Unidos de
Colombia entre la Constitución de 1863 y la de 1886 (Estas fechas precisas
deben ser tomadas con precaución, ya que las constituciones fueron más
bien consecuencia de los cambios ocurridos durante los meses y años
anteriores que su punto de partida. En este sentido, el federalismo cubre el
periodo de 1858-1860 a 1880-1885). Esta última Constitución hace entrar la
República de Colombia a una fase de regeneración conservadora y de vuelta
al centralismo. El final del siglo XIX fue marcado por la guerra de los Mil Días
de 1899 a 1902. Hasta 1903, Panamá fue parte del territorio de la actual
Colombia.
 5
Bushnell, Régimen, 1966; Bushnell, "Dos", 1977; Deas, "Problemas",
1993; Jaramillo, Meisel y Urrutia, Continuities, 1997; Meló, "Vicisitudes",
1987; Ocampo, "Librecambio", 1984; Tovar, "Lenta", 1987.
 6
En el caso de la Hacienda, existe la útil herramienta que constituye el
trabajo de López, Historia, 1992.
 7
Si bien esta afirmación es de carácter demasiado general, se aplica para la
época colonial y el periodo republicano hasta nuestros días, aunque con
evidentes variaciones.
 8
Diccionario de la Real Academia Española.
 9
Petit, Dictionnaire, 1986.
 10
Algunos secretarios de Hacienda fueron posteriormente importantes
figuras nacionales: José María del Castillo y Rada (1823, 1826 y 1827),
Francisco Soto Montes (1833, 1834, 1835, 1836 y 1837), Manuel Murillo
Toro (1851 y 1852), Rafael Núñez (1856), Miguel Samper (1869), Salvador
Camacho Roldan (1872) y Aníbal Galindo (1883 y 1884). Las Memorias de
Hacienda se pueden consultar en la Biblioteca Nacional de Bogotá.
 11
Gaceta de Colombia, 1822; Gaceta de la Nueva Granada, 1832 y
1834; Gaceta de Cartagena de Colombia,1822-1824 y 1831; Mercurio del
Consulado de Cartagena, 1831; Constitucional del
Magdalena, 1835; Constitucional de Cartagena, 1836; Gaceta de
Cartagena, 1837-1838; El Constitucional Antioqueño, 1831-1832; El
Antioqueño Constitucional, 1847; Constitucional del Chocó, 1835-
1837; Constitucional del Cauca, 1832-1835; Constitucional de
Popayán, 1835-1836; Gaceta del Cauca, 1841; Anales del Municipio, 1880-
1881.
 12
Registro Oficial de Hacienda, 1834; Repertorio Judicial de la Nueva
Granada, 1848; Repertorio Judicial, 1850; El Economista, Órgano de la
Cámara de Comercio, 1879; El Comercio. Boletín Industrial. Órgano del
Comercio y de la Industria de Colombia y Oficial de la Junta de
Comercio, 1883-1884; La Voz del Comercio, 1859; La Gaceta
Mercantil, 1847-1850 y 1859-1860; El Promotor. Órgano de los Intereses
Comerciales de Barranquilla, 1874 y 1877-1878 y 1882; El Semanario
Comercial, 1881.
 13
El Neo-Granadino, 1848 y 1851; La Bandera Nacional, 1838; El Día, 1845-
1846; La Época, 1884; El Porvenir, Periódico de la Juventud, 1850; El
Lucero de Calamar, 1834; El Momposino, 1846; El Riohachero, 1848-
1849; El Eco de la Juventud, 1849; El Amigo del País, 1835; La
Situación, 1852; El Pueblo, 1857; El Amigo del País, 1846; El Indígena
Chocoano, 1834-1835; Crónica del Chocó, 1855; Eco del Atrato, 1878; El
Atratense, 1880.
 14
Unos ejemplos de ello son Miguel Cotes, "Un mentís" (Riohacha, 7 de
octubre de 1847), La Gaceta Mercantil,num. 3, 12 de octubre de 1847, p. 7;
Manuel Urrutia, El Honor Ultrajado pero No Manchado, 20 de abril de 1858,
32 pp.
 15
A modo de ejemplo, los siguientes viajeros dejaron relatos: Gaspar
Theodore Mollien, 1823; Charles Stuart Cochrane, 1823-1824; Carl August
Gosselman, 1825-1826; John P. Hamilton, 1827; J. Steuart, 1836-1837;
Agustín Codazzi, 1856, y Alfred Hettner, 1882-1884.
 16
Vale subrayar que el caso colombiano no es el único: aparte de las
investigaciones de Bernecker y de Mayo para el México decimonónico, no
tenemos conocimiento de otros trabajos realizados sobre el contrabando en
la América Latina poscolonial: Bernecker, Contrabando, 1994; Mayo,
"Consuls", 1987.
 17
J. J. L, "Libre exportación del oro, parte II", El Día, num. 343, 22 de
marzo de 1846.
 18
Mariano Montilla, prefecto general del Magdalena al ministro de Estado en
el Departamento de Hacienda, Cartagena, julio de 1829, en Archivo General
de la Nación (en adelante AGN), sección República, fondo Contrabandos, leg.
I, fs. 488-506.
 19
Tovar, "Lenta", 1987; Ocampo, "Librecambio", 1984, pp. 248-249.
 20
Nieto, Economía, 1942, p. 182; Palacios y Safford, Colombia, 2002, p.
336; Galindo, Historia, 1874, p. 32; Bushnell, Régimen, 1966, pp. 97 y 99.
 21
Ocampo, "Librecambio", 1984, p. 244; Meló, "Vicisitudes", 1987, pp. 146,
150-154; López, Historia, 1992, p. 122.
 22
Ocampo, "Librecambio", 1984, pp. 250 y 255; López, Historia, 1992, p.
152; Meló, "Vicisitudes", 1987, p. 150; Safford, "Comercio", 1965, p. 158.
 23
Para los casos ocurridos en la costa caribe: AGN, sección República, fondo
Contrabandos, tomo único. Para los casos ocurridos en la costa
pacífica: Constitucional del Cauca, núms. 135, 144, 145 y 146,
1835; Constitucional de Popayán, num. 185, 1836; Constitucional del
Choco, núms. 27 y 35, 1836.
 24
AGN, sección República, fondo Contrabandos, leg. I, ff. 25-55, 463-481,
514-515, 521-570; fondo Gobernaciones varias, leg. 124, f. 357; fondo
Negocios judiciales, leg. I, fs. 627-630; fondo Asuntos criminales, leg. 17,
fs. 177-360.
 25
Prefectura general del Magdalena al ministro de Estado en el
Departamento de Hacienda, Cartagena, 1830, en AGN, sección República,
fondo Contrabandos, leg. I, f. 440; Proceso, Sonsón, 1824, en AGN, sección
República, fondo Contrabandos, leg. 1, fs. 25-55; Un empleado de la renta
de Tabacos, "Tabacos", El Constitucional Antiogueño, num. 26,13 de octubre
de 1831.
 26
Para la pólvora: AGN, sección República, fondo Contrabandos, leg. I, fs.
463-481, 736-740, 804-834 y 842-859; para los naipes: AGN, sección
República, fondo Contrabandos, leg. 1, fs. 108-280, 425-428 y 514-515.
 27
Proceso, Cartagena, 1826, en AGN, sección República, fondo
Contrabandos, leg. I, fs. 804-834 y 842-859.
 28
Bushnell, Régimen, 1966, p. 179; AGN, sección República, fondo
Contrabandos, leg. I, fs. 463-481, y fondo Gobernación de Santa Marta, leg.
1, fs. 56-64 y 95-96.
 29
Madera de la cual se extrae un colorante utilizado para tinturar los
textiles.
 30
Véase en particular: AGN, sección República, fondo Contrabandos, leg. I,
fs. 108-280, 463-481, 507-511 y 571-701, así como La Gaceta
Mercantil, núms. 130, 133, 138, 144, 148 y 152, 1850.
 31
Los archivos no precisan de qué animales se trataba, pero se puede
pensar que se exportaba ganado vacuno del sur de la Guajira y cabrío de la
misma Guajira.
 32
AGN, sección República, fondo Aduanas.
 33
El Indígena Chocoano, núm. 12, 1834 y núm. 33, 1835; El Constitucional
del Choco, núms. 14, 25 y 35, 1836, y num. 39, 1837;
Parsons, Urabá, 1996, p. 46; AGN, sección República, fondo Aduanas,
Aduana de Quibdo, t. 1, fs. 131-134; Aduana de Cartagena, t. 2, f. 194;
Aduana de Riosucio, tomo único, fs. 4-5, 288 y 518;
Samper, Memoria, 1870; Camacho, Memoria, 1871.
 34
Sobre este particular, los documentos abundan en AGN, sección
República, fondo Aduanas.
35
 Sobre la legislación vigente: López, Historia, 1992, p. 66; "Decreto de 23
de noviembre de 1826 que impone penas a los defraudadores de la
Hacienda pública"; "Circular de 14 de julio de 1828" que lo modifica, ambos
en Codificación, vol. 2, 1825-1826, y vol. 3, 1827-1828, casos en los cuales
se aplicó la pena de encarcelación: AGN, sección República, fondo
Contrabandos, leg. 1, fs. 25-55,108-280, 425-428, 443-456, 503-504, 514-
515, 521-570,704-733; fondo Asuntos criminales, leg. 4, fs. 361-371, y leg.
17, fs. 177-360; fondo Negocios judiciales, leg. 4, fs. 104-106.
 36
Sobre la legislación vigente: Ley Orgánica del Sistema Aduanero de la
Unión de 1861 y Códigos de Aduanas de 1864 y 1872. Los casos se
encuentran en AGN, sección República, fondo Aduanas, Aduana de
Barranquilla y Tumaco principalmente. En cuanto a la creencia en la buena
fe: Cuenca, Memoria, 1866; Samper, Memoria, 1870. En cuanto a la
creencia en el fraude: Parra, Memoria, 1874; Roldan, Memoria, 1883; El
administrador de la Aduana al secretario de Hacienda, Barranquilla, 26 de
noviembre de 1877, en AGN, sección República, fondo Aduanas, Aduana de
Barranquilla, t. 2, f. 85; "Contrabando", El Promotor, núm. 349, 17 de
noviembre de 1877; "Contrabando en la aduana", El Promotor, núm. 352, 8
de diciembre de 1877.
 37
Lo anterior se desprende de la lectura de los decretos y las circulares
relativas al contrabando, así como de las Memorias de Hacienda.
 38
Varias cartas internas a la administración de aduanas señalan casos de
corrupción y soborno: AGN, sección República, fondo Contrabandos, leg. I,
fs. 1-24, 1921; fs. 281-292, 1822; fs. 571-701, 1829; fs. 176-177, 1831;
fondo Aduanas, Aduana de Tumaco, t. 6, f. 838, 1877; Aduana de Riohacha,
t. 5, f. 194, 1872; Aduana de Quibdo, t. 1, fs. 739 y 805, 1869; Aduana de
Riosucio, tomo único, f. 815, 1873; Aduana de Riosucio, tomo único, fs.
696-699, 1873; Aduana de Buenaventura, t. 2, f. 891, 1871; Aduana de
Tumaco, t. 4, fs. 595-597 y 888-890, 1871; Aduana de Tumaco, t. 6, fs.
308-310 y 498-500, 1876; Aduana de Carlosama, t. 1, f. 403, 1866; t. 2, f.
223, 1868; t. 2, fs. 64 y 480, 1869-1870; t. 3, f. 111, 1872; Aduana de
Arauca, t. 1, fs. 137 y 201, 1865, y f. 429, 1873.
 39
AGN, sección República, fondo Aduanas, Aduana de Carlosama, t. 1, f.
539, 1867; Aduana de Tumaco, t. 3, f. 417, 1869 y t. 4, fs. 841 y 879,
1871.
 40
Miguel Cotes, "Un mentís" (Riohacha, 7 de octubre de 1847), La Gaceta
Mercantil, núm. 3, 12 de octubre de 1847, p. 7; "Contrabando", El
Comercio. Boletín Industrial. Órgano del Comercio y de la Industria de
Colombia y Oficial de la Junta de Comercio, núm. 856, 21 de julio de 1884;
Manuel Urrutia, El Honor Ultrajado pero No Manchado, 20 de abril de 1858,
32 pp.; AGN, sección República, fondos Aduanas, Aduana de Tumaco, t. 1, f.
392, 1865; Aduana de Carlosama, t. 3, f. 464, 1873 y t. 4, f. 936, 1879.
 41
Moreno, Informe, 1867, p. 16.
 42
Galindo, Memoria, 1885, p. 174.
 43
Al mundo, 1834.
 44
Manuel María Madiedo, "Literatura. Monopolio del tabaco", El Neo-
Granadino, num. 1, 4 de agosto de 1848, pp. 4-6. El mismo texto fue
publicado posteriormente como Madiedo, "Contrabandista", 1973.

 Información sobre la autora
 Muriel Laurent
 Profesora asociada del Departamento de Historia de la Universidad de los
Andes y además directora de la revista Historia Crítica de la misma
institución. Su principal línea de investigación se refiere al tema del
contrabando en Colombia en el siglo XIX. Sus más recientes publicaciones
son: "Le phénoméne de la contrebande en Colombie au XIXéme
siécle", Revue Canadienne d'Études Latino-Américaines et des Caraíbes-
Revista Canadiense de Estudios Latinoamericanos y del Caribe
(RCELAC), vol. 30, num. 59, enero de 2005; "Aproximaciones teóricas al
contrabando: el caso del oro antioquefio durante la primera mitad del siglo
XIX", con Antonio Ochoa y Diana Urbano, Revista de Estudios Sociales
(RES), Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes, num.
17, febrero de 2004, Bogotá, pp. 69-78; "Nueva Francia y Nueva Granada
frente al contrabando: reflexiones sobre el comercio ilícito en el contexto
colonial", Historia Crítica, Departamento de Historia de la Universidad de los
Andes, num. 5, enero-junio de 2003, Bogotá, pp. 137-163.
 Entre el 2010 y el 2017 se desarticularon 35 sistemas de economía
criminal dedicados al contrabando y comercio ilícito, según el balance
del Gobierno Nacional.

 Además, la semana pasada el Gobierno informó de un duro golpe contra


el contrabando, al ocupar bienes avaluados en más de $260.000
millones, usados en el comercio ilegal y que perjudicaban a la industria
colombiana. En esa operación se aprehendieron 350.000 unidades por
contrabando y falsificación marcaria de confección, textiles, calzado y
marroquinería avaluadas en $4770 millones.

Sin embargo, los esfuerzos parecen pocos ante la magnitud del


contrabando en el país. La industria habla de que el 7,15 % de lo que
consume Colombia es ilegal, la cifra puede llegar hasta los US$6000
millones al año.

 Lo que más se incauta

 De acuerdo con cifras de la Dian, entre el 6 de julio de 2015 y el 15 de


octubre de este año, el 20,4 % de las mercancías decomisadas de
contrabando en todo el país fueron textiles; el 14 % calzado y otro 10 %
productos de las industrias químicas.
En ese periodo se aprehendieron mercancías por valor de $721.612
millones.

Las cifras confirman las preocupaciones de los sectores de


confecciones, textiles y calzado que a lo largo de este año le han pedido
medidas arancelarias al Gobierno Nacional para frenar las masivas
importaciones a precios extremadamente bajos.

 20,4
por ciento de las aprehensiones totales realizadas en el país
corresponde a productos de confecciones y textiles.
11,3
por ciento de las aprehensiones totales hechas en el país se hicieron en
la seccional de Cali.
 Enrique Gómez, vicepresidente de la Cámara Colombiana de
Confecciones y Afines, dice que hay dos cosas que le impactan al
sector: el contrabando técnico (productos que ingresan al país con
información fraudulenta) y la importación masiva por parte de los
grandes comercializadores. “Estos productos vienen generalmente de
China, Laos, Vietnam, donde la mano de obra es esclava. Esto ha
llevado a que en este momento un promedio de 1100 empleos se
pierdan a diario. Solo en julio aumentaron 41 % las importaciones de
prendas y textiles”, aseguró el directivo.

Datos de la Asociación Nacional de Empresarios, Andi, muestran que la


subfacturación (declaración de mercancías a un valor inferior al que
realmente tienen) en confecciones equivalía al 11,4 % de lo importando
al mes de julio de este año; en textiles, al 18 %; en hilados, al 14,8 % y
en fibras, 14 %.

 Desde que se promulgó la Ley Anti contrabando se han aprehendido 1,6


millones de galones de gasolina, 23,7 millones de cajetillas de cigarrillos
y 4317 cabezas de ganado.

 Pese a la problemática, la Asociación Colombiana de Industriales de


Calzado, Acicam, considera que se han hecho avances en el control del
contrabando técnico. Los cálculos del sector indican que entre enero y
agosto del 2016, el 48 % de las importaciones, es decir, 13,8 millones de
pares de zapatos ingresaron al país a precios por debajo de US$3. En
igual periodo de este año, solo el 7 % del total de las compras externas
1,31 millones de pares se importaron por debajo de esa cifra.

Además: '$23 mil millones en mercancía de contrabando han sido


incautados este año en Cali'.

“Otro hecho sobresaliente es la disminución de las importaciones


declaradas con precios por debajo de un dólar, al pasar de 9,3 millones
de pares de zapatos, entre enero y agosto de 2016, a 610.608 pares en
el mismo periodo de 2017, lo que significó una reducción del 93 %”,
resaltó la Asociación.
 "Si no hubiera contrabando en Colombia, se genera-
rían 148.000 empleos en la industria y 14,1% más de valor agregado a la
producción nacional",
 Bruce Mac Master,
 Presidente Andi.

 Para el gremio si bien las cifras indican que se ha reducido la


subfacturación, no obstante, este sigue siendo un problema latente en el
mercado del calzado en Colombia .

“El contrabando, el lavado de activos y el fraude aduanero le cuestan al


país más de $1 billón al año en impuestos que no se recaudan, en más
de 180.000 empleos que se pierden y alimentan la delincuencia e
inseguridad”, reconoció el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas,
quien destacó que ahora con la Ley Anticontrabando se tienen más
herramientas para atacar este flagelo.

Pero la labor es titánica. Julio César Alonso, director del Centro


Internacional de Economía y Finanzas, Cienfi, de la Universidad Icesi,
considera que el problema del contrabando no es solo que no paga
impuestos, sino que además compite de manera desigual con la
producción nacional. “El contrabando en Colombia es alimentado por
dineros ilegales, porque es una forma de lavar dinero. Traer la plata de
las drogas en billetes es complicado, por eso la traen en mercancía”.

 99
investigaciones tiene en curso la Policía Fiscal y Aduanera en Cali de
contrabandistas. Se presentarán resultados antes de finalizar el año.
9,7
millones de unidades de mercancía de contrabando han sido
aprehendidas por la Polfa en la seccional Cali entre enero y octubre del
2017.
 Agregó el académico que se viene haciendo un buen trabajo en el
control de mercancías desde los puertos. “El problema es lo que entra
por otros lugares del país y por las amplias fronteras. Además, hay que
mirar el tema desde su inicio, es decir, tener un mayor control a la venta
de drogas”.

La dificultad para contrarrestar el ingreso ilegal de productos por las


fronteras (se estima que hay más de 100 rutas), ha llevado al Gobierno y
a la industria a impulsar la cultura de la legalidad.

El pasado viernes la Andi y la Fiscalía firmaron un convenio para aunar


esfuerzos en contra del comercio ilegal de productos de los sectores:
farmacéuticos, alimentos, licores, aseo, cosméticos, agroquímicos,
suplementos dietarios y cemento.
Esta es una más de las tareas pendientes para combatir el contrabando
y fomentar la legalidad en la cultura de los colombianos.

 Más acciones

 Este año se creó la Alianza Latinoamericana Anticontrabando (Alac)


liderada por la Andi y con el fin de hacer un trabajo conjunto entre los
países de la región. Asimismo, se conformó el Observatorio
Anticontrabando.

Se estima que en América Latina el contrabando mueve más de


US$80.000 millones al año, especialmente en productos tales como:
cigarrillos, licores, confecciones, alimentos y bebidas, calzado y
metalurgia.

Por ejemplo, el comercio ilegal de cigarrillos en Latinoamérica llega a 46


billones de cigarrillos, según cálculos de las empresas. Colombia es el
tercer país de la región con la mayor cantidad de marcas de
contrabando, y el quinto con mayor estimación de pérdida de recaudo
tributario, con un promedio anual de $108.000 millones.

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