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Para algunos “pobres habrá siempre” dato duro, terminal y patético del fin de la historia en la
que ellos eran el sujeto central y ahora son los marginales, no definida solo por las carencias,
sino, por características como: los pobres son alcohólicos, adictos, sexópatas, machistas,
ladrones.
Exclusión como marginalidad que condena a los pobres. Se hace una naturalización fatal que
construye la estética de la resignación, una resignación que se activa constituyendo un
conjunto de criterios acerca de sus propias vidas.
“Los especialistas coinciden en que dar para sacarse al mendigo de encima no sirve” debería
hacerse como o un gesto de amabilidad y seguido de unos minutos de charla.
Infancias desrealizadas:
¿Existe la infancia?
Rushkoff, propone ésta infancia como ejemplo paradigmático de una nueva cultura: infancia y
adolescencia que en vez de depender del adulto, lo guían en un mundo en caos.
Niños y adolescentes pobres existieron siempre. Charles Dickens narraba las desventuras de
Oliver Twist sin familia ni escuela, sobreviviendo por las suyas bajo la explotación de los
adultos. Pero en la modernidad todos éstos niños y adolescentes iban a ser salvados por las
escuelas en especial la escuela pública.
Oliver debía ser rescatado por un buen burgués que lo llevaría con su verdadera madre y lo
enviaría a la escuela.
La cumbia villera genera un cambio en la percepción del pobre y del villero. La pobreza ya no
es algo de lo que haya que lamentarse, es un dato particular y una identidad, no van a generar
ningún cambio social.
El villero es relatado como un chorro marginalizado fuera de la ley (en la villa no se trabaja se
chorea). El hombre de antaño se construía como contraventor de los códigos de una sociedad
injusta, el villero es el contraventor del código penal. Ya no se ve una tentación alcohólica sino
una constante por la birra y las drogas, con eso construyen su propia identidad villera.
La cumbia villera produce una ruptura en la música popular Argentina, en la que las drogas
tenían presencia lateral y se invocaban con metáforas en algunos temas de rock nacional, en
cambio la cumbia villera se identifica y tiene contacto directo con el consumismo.
La cumbia villera no propone el bien, sino la salvación individual. En la cumbia villera las
mujeres ya no son las compañeras, son las “pibas” y cómplices son putas y no en sentido de
prostitución.