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Resumen: Marx, Manuscritos,

«Salario», etc.
Karl Marx, «Salario», «La relación de la propiedad privada», «Propiedad privada y
trabajo» y «Propiedad privada y comunismo» en Manuscritos de economía y filosofía.

Salario
El salario es el resultado de la lucha entre el capitalista y el obrero, donde el obrero
siempre sale perdiendo de una u otra forma, pues el capitalista puede vivir más tiempo
sin el obrero, mientras que el obrero al final de cuentas debe regresar a la fuente de
trabajo.
El nivel mínimo de salario es el necesario para que el obrero pueda mantenerse él y su
familia, no para asegurar la supervivencia de la especie, sino la de la clase obrera.

 La demanda de hombres regula la producción de hombres; es decir, si la


cantidad de obreros supera la demanda, parte de dichos obreros terminan
mendigando o mueren por inanición.
 La existencia del obrero está así supeditada a la existencia de otra
mercancía, y si la oferta supera la demanda entonces el salario disminuye,
porque hay una mayor competencia, lo que genera mayor división del
trabajo de tal manera que el obrero queda limitado a alguna rama del
trabajo y se somete a todas las exigencias del capitalista con tal de
conservar su trabajo.
Por cada salario que aumenta, hay uno que queda estacionario y uno que baja. En un
año de escasez, el salario disminuye porque hay menos demanda y se eleva cuando hay
una alza de los víveres, cuando aumentan su precio. En épocas de abundancia, el salario
aumenta debido al aumento de la demanda y disminuye por los precios de los víveres,
en las dos formas hay un equilibrio. El obrero tiene que luchar no sólo por su
subsistencia física, también por lograr trabajo, por los medios para realizar dicho
trabajo.

Existen tres situaciones en que puede encontrarse la sociedad:


1. Si la riqueza de la sociedad está en descenso hay menor demanda de productos,
menor producción y por ende menos empleo.
2. En una sociedad donde la riqueza aumenta, se da un alza de salarios, y cuanto más
quieren ganar los obreros deben sacrificar su tiempo generando un exceso de trabajo
que les acortará la vida. Pero este tipo de sociedades solo son posibles si:
(1) se ha acumulado mucho trabajo (capital), es decir que los medios de
subsistencia y actividad del obrero están en manos del capitalista;
(2) si la acumulación de capital aumenta la división del trabajo y esta a su vez
aumenta el número de obreros, y viceversa. Al final de cuentas el obrero se hace
más dependiente de su trabajo específico.
(3) Donde sólo los más ricos pueden vivir del interés de su dinero, los demás
tienen que poner un negocio con su capital. Los grandes capitalistas arruinan a
los pequeños y una parte de ellos se vuelve obrera y la competencia entre
capitalistas disminuye. Las consecuencias de esta sociedad en progreso es que se
da una superproducción que termina dejando sin trabajo a gran parte de los
trabajadores o se reduce su salario al mínimo.
3. En un país donde se haya alcanzado el último grado de riqueza, la competencia entre
obreros sería tan grande que el salario se reduciría a lo necesario para mantener el
mismo número de obreros. La población no podría aumentar y el exceso debería morir.
El fin de la Economía Política es la infelicidad de la sociedad.
Desde el punto de vista del economista todo se compra con trabajo, pero a la vez el
obrero tiene que venderse a sí mismo para sobrevivir. Todo producto del trabajo
pertenece al obrero pero al mismo tiempo recibe sólo lo necesario para que exista como
obrero.
Mientras la división del trabajo eleva la productividad, el obrero se reduce a máquina.
En una sociedad en progreso el empobrecimiento del obrero es producto de su trabajo,
la miseria brota del trabajo mismo. En la medida que la producción total crece, se
aumentan las necesidades y los deseos de los trabajadores. La pobreza relativa crece y
decrece la absoluta.
Para poder cultivarse espiritualmente, un pueblo necesita liberarse de la esclavitud de
sus necesidades corporales, que tenga tiempo para poder crear y gozar, y en un futuro
las máquinas harán los trabajos tradicionalmente hechos por los obreros y se convertirán
en nuestros siervos.

La relación de la propiedad privada


El trabajador es capital viviente, que en el momento en que no trabaja pierde sus
intereses y con ello su existencia, su valor aumenta según la demanda y su vida es una
mercancía como cualquier otra. Al producir capital, éste lo produce a él y se produce a
sí mismo. En el momento en que el trabajador deja de percibir capital deja de existir
para sí; no tiene trabajo y por lo tanto no recibe salario y lo único que queda es morir de
hambre.
La producción produce al hombre como mercancía y como un ser deshumanizado tanto
física como espiritualmente. Se convierte en una mercancía consciente y con propia
actividad. Por tanto la producción de la actividad humana como trabajo es una actividad
extraña a sí misma, al hombre y a la naturaleza.
El desarrollo necesario del trabajo es la industria liberada, y el poder que ejerce sobre la
agricultura se muestra en el surgimiento de la agricultura como industria. Con la
transformación del esclavo en asalariado se transforma al terrateniente en un patrono
industrial, en un capitalista.
Propiedad privada y trabajo
La esencia subjetiva de la propiedad privada es el trabajo. Los partidarios del sistema
mercantilista ven, en cambio, en la propiedad privada una esencia objetiva para el
hombre.
La teoría fisiocrática es la disolución económico-política del estado feudal y su
transformación. Toda riqueza se resuelve en tierra y agricultura, y la tierra solo es para
el hombre por medio de la agricultura, pero desde el punto de vista económico la
agricultura es como cualquier industria y la esencia de la riqueza no es un trabajo
determinado, sino el trabajo en general. Del mismo modo que la propiedad territorial es
la primera forma de propiedad privada, el trabajo aparece primero como trabajo
agrícola, para convertirse en trabajo en general.
Toda riqueza se ha convertido en riqueza industrial, en riqueza del trabajo, y la industria
es el trabajo concluido.

Propiedad privada y comunismo


El comunismo es la expresión positiva de la propiedad privada superada, es la
propiedad privada general. En el comunismo todo lo que no puede ser poseído por todos
como propiedad privada debe ser eliminado. El destino del obrero ahora se ha extendido
a todos los hombres. Se da una oposición entre propiedad privada y la propiedad
privada general, pasado de la propiedad exclusiva de unos pocos a la propiedad de
todos, es la expresión de la propiedad privada, al negar al hombre. En este comunismo
grosero la propiedad privada se torna en contra de la propiedad privada del más rico,
para nivelar las cosas. Este comunismo es solo la culminación de la codicia. No solo no
se supera la propiedad privada, ni siquiera se llega a ella. La comunidad es una
comunidad de trabajo y de igualdad respecto al salario que paga el capitalista general, la
comunidad. El comunismo es la vuelta a sí del hombre, la superación del extrañamiento
del sí del hombre, pero aún no comprende su esencia.
El comunismo como superación positiva de la propiedad privada en cuanto
extrañamiento del hombre, es el retorno del hombre como ser social, como humano.
Este tipo de comunismo es la verdadera solución del conflicto entre hombre y
naturaleza, entre enajenación y autoafirmación. Es la sociedad misma la que produce al
hombre en cuanto hombre, y también esta es producida por él. La esencia humana solo
existe en el hombre social, donde la sociedad es la unidad esencial del hombre con la
naturaleza.
La propiedad privada es la expresión de que el hombre se hace objetivo para sí, y a la
vez, se convierte en un objeto extraño e inhumano. La apropiación de la realidad
humana es su afirmación. La superación de la propiedad privada es la emancipación de
todos los sentidos y cualidades humanas.
Las ciencias naturales y la filosofía se mantienen ajenas, incluso la historiografía no
toma demasiado en cuenta a las ciencias más que para ciertos temas, pero las ciencias
han contribuido a la deshumanización del ser humano. La sensibilidad debería ser la
base de la ciencia, porque solo a partir de ella es la verdadera ciencia, y en un futuro la
ciencia del hombre y la ciencia natural serán una sola.

Resumen: Marx y Engels, Ideología


alemana, Intr. A
Karl Marx y Friedrich Engels, La ideología alemana, Introducción, apartado A
El sistema hegeliano se descompone y no hay crítica digna contra él, comienzan
diciendo Marx y Engels sobre la filosofía alemana de la época (1842-45).

 Son la sumisión intelectual ante Hegel y la consecuente inmovilidad ideológica


las culpables de su “putrefacción”.
 No es el mundo de las ideas sino el de los hechos, el de las acciones, el mundo
material, el eje conductor de la historia, el factor explicativo absoluto de la
existencia de los individuos.
 Intentarán los autores demostrar cómo la crítica y el cuestionamiento son
herramientas insuficientes para la transformación de las situaciones, pues la
acción es la única alternativa.
La primera premisa de toda historia humana es, además de la vida misma, la
diferencia fundamental entre los hombres y los animales: la producción de los
propios medios de vida.

 Los individuos son en tanto sus condiciones materiales de producción.


 La satisfacción de esta primera necesidad lleva a la creación de otras más
complejas y, por ende, la producción necesita de relaciones humanas para su
completo desarrollo; de la multiplicación de la población y del intercambio entre
los individuos.
 Los seres humanos, inevitablemente, contraen entre sí relaciones sociales y
políticas determinadas, creando así terreno propicio para el surgimiento de la
conciencia.

CONCIENCIA
La conciencia, explican Marx y Engels, es un producto social porque sólo se puede
desarrollar una vez que la práctica existente ha sido realizada, esto es, tras actuar sobre
lo real, lo indispensable para la subsistencia; es a través de la obtención de lo material
que la conciencia se puede emancipar y darse a la creación de teoría.

DIVISIÓN DEL TRABAJO


Dicho desarrollo se manifiesta de manera más palpable mediante la división del trabajo,
la fragmentación de tareas –en particular, entre el trabajo físico e intelectual–.
Esta separación de actividades espirituales y materiales lleva a la distribución desigual
del trabajo y sus productos, de la propiedad; la producción y el consumo es asignado a
distintos individuos creando así contradicciones al interior de la comunidad.
Una de éstas es la oposición que se da entre el interés común y el privado; lo que en
realidad sucede, como demuestran Marx y Engels, es la creación de una mutua
dependencia entre todos los individuos participantes de la división del trabajo; lo que se
dice que sucede, por otra parte, es la creación de una forma independiente, separada de
los reales intereses particulares y colectivos, llamada Estado. Pero el Estado, aseguran
los autores, en una forma ilusoria bajo la cual se ventilan las luchas reales entre las
clases sociales.
El resultado de la fuerza de producción multiplicada aparece para los individuos como
un poder ajeno a ellos, algo sobre lo que tienen poco o nulo control, se enajenan; la
cooperación, al no ser voluntaria y aparecer como natural –impuesta–, se sitúa al
margen de la población.

COMUNISMO
Proponen Marx y Engels el comunismo como una manera de hacer a los hombres
dueños de la producción y su intercambio; el comunismo es un movimiento real que
anula y supera al estado de cosas actual.
La regulación comunista representa la abolición de la actitud en la que los hombres
actúan ante sus propios productos como algo extraño, pero sobre todo, representa el
cómo, es decir, mediante el derrocamiento del medio social existente, la revolución.
La verdadera riqueza espiritual del individuo depende totalmente de la riqueza de sus
relaciones reales, no ideales. Los individuos sólo se pueden liberar de forma total al
colocarse en contacto práctico con la producción. La revolución comunista permite el
control y la dominación consciente de todos los hombres, pues se trata de una
cooperación histórico-universal sobre estos poderes.

No se trata de explicar la práctica partiendo de la idea, sino de explicar


las formaciones ideológicas sobre la base de la práctica material.

Y he aquí la crítica al sistema hegeliano:

 No todas las formas y productos de la conciencia brotan por obra de la crítica


espiritual. La fuerza propulsora de la historia, la religión y la filosofía –toda
teoría– no es la crítica, sino la revolución.
 La concepción de la historia en torno a una serie temporal de pensamientos, de
ideas, de asumir que estos absurdos tienen un sentido propio, no sólo es errónea,
sino que también es profundamente nacionalista.
 La historia, explican los autores, es la sucesión de las diferentes generaciones en
las que se explotan los materiales, capitales y fuerzas productivas transmitidas
por las que han precedido, se trata de explicar las frases teóricas en función
de las relaciones reales existentes; no, en cambio, del discurso filosófico
sobre la ideología y situación contextual alemanas.
 La historia queda así reducida a la dominación temporal de las ideas de una élite;
las ideas entendidas como la expresión ideal de las relaciones materiales
dominantes; la clase que ejerce el dominio del poder material es, a su vez, quien
impone el dominio espiritual, las ideas.
Resumen: Marx y Engels. Ideología
alemana, Intr. B
Karl Marx y Friedrich Engels, La ideología alemana, Introducción, Apartado B

LA BASE REAL DE LA IDEOLOGÍA. EL INTERCAMBIO Y FUERZA


PRODUCTIVA
CAMPO Y CIUDAD
La diferencia más importante entre el trabajo físico y espiritual es la separación de la
ciudad y el campo. A lo largo de la historia se han presentado grandes contradicciones
que han dado paso a la evolución de los modos de producción.
El surgimiento de las ciudades trae consigo la necesidad de una política en general. La
contradicción dada entre campo-ciudad ha dado lugar a dos clases basadas en la división
del trabajo y los medios de producción. En las ciudades se concentran población,
medios de producción y capital.
De la contradicción campo y ciudad ha nacido una forma de organización basada en la
propiedad privada. La subsistencia de esta necesita es el poder del hombre sobre el
hombre. Por otra parte, trae consigo el desarrollo del capital independiente.
GREMIOS
Durante la Edad Media, los siervos huían de los señores feudales en busca de su propia
liberación. La competencia de los siervos fugitivos en las grandes ciudades, la necesidad
de disponer de lugares para comerciar sus productos, los intereses de unos sobre otros y
el salvaguardar el oficio aprendido con mucho esfuerzo trajeron consigo el nacimiento
de los gremios.
Por otra parte, dentro de las mismas ciudades, los siervos se han encontrado con
organizaciones con mayor poder. Estos se encontraban en total desventaja ante ellos y
tenían que aceptar el trabajo asignado y el interés de los competidores urbanos ya
agremiados. Estos individuos jamás llegarían a ser una potencia, debido a que eran
absorbidos por los maestros dirigentes de los gremios. En las ciudades nació la
necesidad de defender la propiedad privada y el desarrollo de los medios de producción.
Dentro del campo se movilizaron grandes insurreciones que fueron fallidas debido a la
dispersión y total desorganización.
La división de trabajo que se daba en los gremios no podía desarrollarse ampliamente
debido al limitado intercambio y a la poca relación con las ciudades vecinas. El capital
de estas ciudades era natural, formado por la vivienda, las herramientas con las que
trabajaban su oficio y por el poco comercio.
El siguiente paso que se dio en la división del trabajo contrajo un gran avance, esto fue
la separación de la producción del cambio. Nació una clase especial que se dedicó al
comercio. Se pretendía que las relaciones comerciales fueran más allá de lo inmediato;
para esto era necesaria la existencia de los medios de comunicación, que hubiese un
Estado que procurara seguridad y un grado un tanto más desarrollado en el ámbito de la
política. Poco a poco, y tratando de oponerse a la nobleza, va surgiendo la clase
burguesa.
Los vecinos de las grandes ciudades habían creado paulatinamente sus propias
condiciones de vida hasta convertise en condiciones de clase. La burguesía se va
desarrollando también dentro de sus mismas circunstancias, dando nuevas divisiones de
trabajo, y fue absorbiendo poco a poco a las sociedades desposeídas o poseedoras dando
así el surgimiento de una nueva clase, el proletariado. Todos estos grupos pasaron a ser
parte del capital. El que las fuerzas productivas de una localidad se desarrollen o no,
dependerá del intercambio.
MANUFACTURAS
El siguiente paso en el desarrollo es el nacimiento de la manufactura. Esto presupone ya
una concentración del campo en la ciudad y del capital. Permite el desarrollo, aunque
rudimentario, de las máquinas.

 El primer trabajo beneficiado con este avance fue el textil. Aquí se desligaron de
la vieja relación social de producción que se tenía con los gremios.
 Ahora el nuevo vínculo entre el trabajador y el capitalista será a través del
sueldo.
 La industria manufacturera tuvo mayor auge comercial debido al descubrimiento
de América y con las nuevas rutas marítimas.
 Permitió la acumulación de mayor capital, creando así a la gran burguesía.
Debido a la lucha entre las grandes ciudades, nació la necesidad de la creación de los
aranceles, las leyes de navegación, prohibiciones y tratados, con la finalidad de
mantener su supremacía en el comercio y la manufactura. Estas últimas estaban
respaldadas por los monopolios coloniales.
Cuando la burguesía se vió establecida ya como clase, surgió el comercio de dinero,
aparecieron los bancos, la deuda pública, el papel moneda. Aunado a esto, la
centralización del capital, del poder, la necesidad de la expansión del mercado, la
propagación del comercio marítimo, la concentración de la manufactura, la necesidad de
satisfacer una mayor producción y por tanto los intereses capitalistas, surgió un
movimiento que transformó a la sociedad por completo y trajo consigo una nueva
división de trabajo: la “revolución industrial”. El proletariado industrial, se colocó a la
cabeza de esta clase arrastrando consigo al sector del campo.
LA RELACIÓN ENTRE EL ESTADO, EL DERECHO Y LA PROPIEDAD
La primera forma de propiedad fue, tanto en la Antigüedad, como en la Edad Media, la
propiedad tribual. Estaba en manos del Estado y el derecho del individuo a disfrutarla
como posesión es la simple posesión de la tierra. La verdadera propiedad privada
empieza con la propiedad mobiliaria (la esclavitud y la comunidad).
La propiedad tribal se desarrolló pasando por la propiedad feudal de las tierras, la
propiedad mobiliaria de la ciudad, el capital manufacturero y llegó a lo que hoy es el
capital moderno condicionado por la industria y la competencia. La propiedad comunal
se convirtió en privada y el Estado no tiene influencia sobre el desarrollo de la misma.
Está regida por el comercio.
El Estado moderno depende del crédito comercial que le concede la burguesía. La
burguesía en cuanto clase se organiza y expande a nivel nacional.
Debido al desarrollo industrial y comercial se generan nuevas formas de intercambio y
con ello el derecho se ha visto en la obligación de crear nuevas formas de adquirir la
propiedad.
En el caso de la propiedad de la tierra, por ejemplo, no sólo basta con tener la
posibilidad de poseerla, es necesario el capital para ponerla a producir.
INSTRUMENTOS DE PRODUCCIÓN Y FORMAS DE PROPIEDAD NATURALES
Y CIVILIZADOS

 El Estado solo existe en función de la propiedad privada.


 El Estado es el instrumento por el cual la clase dominante impone sus intereses.
Todas las instituciones tienen como mediador al Estado y adquieren con ello un
carácter político.
 De ahí el supuesto de que la ley se base en la voluntad.
 El derecho se reduce a ley.
 El derecho privado se desarrolla conjuntamente con la propiedad privada que
tiene como resultado la ruptura de la comunidad natural, es decir, cuando el
individuo es objetivizado y puesto en una determinado relación social. La
propiedad privada está basada en la voluntad de la clase dominante y así obtiene
el derecho a disponer de las cosas.
Los instrumentos de producción naturales y civilizados tienen las siguientes diferencias:

 Mientras la producción natural toma a la tierra como instrumento de producción,


contempla al hombre en grupo ligados por cualquier vínculo (familia, tribu,
tierra), que el intercambio se da entre productos de unos por otros, no hay
división como tal del trabajo.
 La gran industria han unificado todo el entorno en dos formas muy simples: la
propiedad privada y el trabajo. De esta forma los individuos quedan totalmente
absorbidos por la división de las actividades. La única relación que los
individuos tienen con las fuerzas productivas es mediante el trabajo. Han
perdido su capacidad de actividad propia.

Esta condición ha llegado demasiado lejos, por consiguiente los individuos deben
apropiarse de las fuerzas de producción para poder ejercer su actividad propia.
Con esto se terminaría la propiedad privada.
Los filósofos han visto como ideal el concepto de “hombre” como individuos que no se
ven absorbidos por la división del trabajo. Esto se concibe como todo un proceso de
desarrollo histórico, del cual el hombre es el motor de la Historia. Esto proceso se ve
como autoenajenación y la inversión del mismo permite que las Historia se vea como un
proceso de desarrollo en la conciencia.
De todo este planteamiento, se resume lo siguiente:

 El desarrollo de las fuerzas productivas y medios de intercambio, bajo las


relaciones existentes, sólo pueden ser causas de opresión.
 Las condiciones bajo las que pueden desarrollarse determinadas fuerzas de
producción, es a través de la dominación.
 Todas las revoluciones anteriores no dejaron de lado las viejas relaciones
sociales de producción, es decir, prácticamente sólo cambiaron de nombre.
Ahora es necesaria una revolución radical (revolución comunista), en la que se
dirija contra el modo anterior, elimine la división del trabajo y las clases
sociales.
 Para llegar a la superación de las clases sociales y para tener una conciencia
comunista es necesaria la transformación de los hombres, es decir, sólo a través
de la praxis, es decir, de la revolución.

Resumen: Marx, Manuscritos «La


necesidad» y «El dinero»
Karl Marx, «Necesidad, producción y división del trabajo» y «El dinero» en
Manuscritos económico-filosóficos de 1844, Buenos Aires, Colihue, pp.156-184.

Necesidad, producción y división del trabajo


Cada hombre especula con crearle al otro una nueva necesidad para obligarlo a
convertirse en una nueva víctima, para ponerlo en una dependencia y para y para
inducirlo a una nueva manera de goce y, así, de ruina económica. Cada uno intenta crear
una capacidad esencial ajena al otro, para encontrar en esto la satisfacción de su propia
necesidad egoísta. Junto con la masa de los objetos, crece el reino de los seres ajenos, a
los cuales el hombre está sometido, y cada nuevo producto es una nueva potencia de
engaño y del saqueo recíprocos.
La necesidad crece según aumenta el poder del dinero. La simplicidad de la máquina y
del tipo de trabajo convierte al hombre en un ser totalmente rudimentario, como un
niño desamparado. La máquina se acomoda a la debilidad del hombre, para convertir al
hombre débil en una máquina.
La alienación aparece tanto en el hecho de que el medio de vida es el de otro, de que mi
deseo es la posesión inaccesible de otro, como el hecho de que cada cosa misma es otra
y no ella misma, de que mi actividad es de otro.
La propensión al intercambio da origen a la división del trabajo. El crecimiento de esa
división está siempre limitado por la extensión del mercado. Adam Smith afirma que la
acumulación de capitales asciende con la división del trabajo, y viceversa; la división de
trabajo, le da al hombre la capacidad de producción infinita.
Para la división del trabajo y la distribución de las capacidades del hombre y de las
máquinas, es necesaria una gran cantidad de casos, operar a gran escala, producir las
riquezas en grandes masas.
La condición necesaria del intercambio es la propiedad privada. La riqueza, la
producción, se explica por medio de la división del trabajo y del intercambio. La
división del trabajo está limitada por el mercado.

El dinero
El dinero posee la propiedad de comprar todo. En tanto que posee la propiedad de
apropiarse de todos los objetos, es, en consecuencia, el objeto en sentido eminente. La
universalidad de su propiedad es la omnipotencia de su ser; por eso vale como ser
todopoderoso.
Para Shakespeare, el dinero es la puta común de todo genero que siembra la disensión
entre la multitud de las naciones y sabe hablar todas las lenguas. El dinero deviene, de
ese modo, dios visible y puta universal. La diferencia entre la demanda efectiva, basada
en el dinero y la no efectiva, basada en mi necesidad, es la diferencia entre ser y pensar ,
entre la representación existente en mí y la representación como objeto real, que existe
para mí, fuera de mí.
El dinero es medio y capacidad para convertir la representación en realidad y la realidad
en la mera representación: transforma tanto las efectivas capacidades esenciales,
humanas y naturales en representaciones abstractas e imperfectas, que existen solo en la
imaginación del individuo, en capacidades esenciales y facultades efectivas.
El dinero, pues, aparece como ese poder que todo lo invierte, frente al individuo y frente
a los lazos sociales, que se afirman para sí como esencia. El dinero confunde y mezcla
todas las cosas.

Resumen: Marx, Manuscritos «El


trabajo enajenado»
Karl Marx, «El trabajo enajenado» en Manuscritos económico-filosóficos de 1844,
México, Grijalbo, 1968, pp.71-89.
La economía política da por supuesto lo que precisamente trata de demostrar y
generalmente otorga a circunstancias externas “aparentemente fortuitas” elementos de
un desarrollo necesario.
Marx explica que su forma de análisis no será como lo hace la Economía política —no
va a deducir como hecho lo que quiere explicar en forma de historia— sino tratará de
explicar el hecho económico actual.

 El obrero se empobrece cuanta más riqueza produce en extensión y en poder, ya


que se convierte en mercancía.
 Él trabaja pero no ve el resultado de su trabajo.
 El capitalista, en cambio, cuando el obrero le genera mayor ganancia, tiene la
oportunidad de producir más y al hacer que la producción se incremente, esto se
traduce en mayor trabajo para el obrero.
 Entre más produce, menos se pertenece así mismo, más pone de sí en más
objetos que menos le pertenecen ya que pone su vida, su tiempo.
Se valorizan las cosas pero no se valorizan los hombres. Dentro de sus elementos para
producir, los capitalistas disponen de la mano de obra, como insumo, como objeto. El
trabajo es cosificado por un tercero que no trabaja, sino que ve en el trabajo una
mercancía y, de ese modo, convierte al hombre mismo en mercancía.
El producto del trabajo, el objeto, la mercancía, es ante el obrero, algo extraño.
Esta objetivación del trabajo se manifiesta como poder: es una privación de la
realidad, es enajenación.

 Al obrero se le despoja no solo del producto de su trabajo, también de la vida,


trabajando más se empobrece más.
 Cuanto más trabaja el obrero, más se enajena, ya que el mundo material que él
produce le pertenece menos: “más pobre se vuelve él y su mundo interior”.
Cuando trabaja, el obrero no se pertenece a sí mismo, le pertenece al objeto y le
pertenece al capitalista.
 “La enajenación del obrero en su producto no solo significa que su trabajo se
convierte en un objeto, en una existencia externa, sino que esta existencia se
halla fuera de él, es independiente de él y ajena a él y representa frente a él un
poder propio y sustantivo” (p.76)

La objetivación
La naturaleza es la materia prima de la que el hombre depende para crear, para generar
sus medios de vida, pero cuando la objetivación del trabajo no le corresponde a quien lo
genera, al que trabaja, el trabajo se convierte en un medio para el sustento físico del
obrero, es decir le satisface lo mínimo indispensable para permitirle trabajar-
enajenadamente al día siguiente.
Se vuelve un siervo de su objeto/mercancía, primero de su trabajo, del objeto que
transforma y no le pertenece (obrero) y después porque obtienen solamente los medios
para subsistir (sujeto físico): “solo puede mantenerse en cuanto sujeto físico como
obrero y solo puede ser obrero como sujeto físico” (p.76)
La relación directa entre el trabajo y sus productos es la relación entre el obrero y los
objetos de su producción y la relación entre las mercancías, el capitalista y la
producción es solamente una consecuencia de esta relación directa.

La producción
La relación esencial directa del trabajo es: trabajador y producción. Esta relación es
donde se produce y vive la enajenación. El producto/mercancía es el resultado de la
enajenación que ya se dio en la producción; es por ello la objetivación misma de la
enajenación.

Enajenación del trabajo


En su actividad, el trabajador no desarrolla sus energías físicas ni espirituales. No está
en su voluntad ir a trabajar si no se ve forzado a hacerlo y vuelve a ser él cuándo se
encuentra fuera del trabajo. En el trabajo no se pertenece a sí mismo sino que le
pertenece a otro.
El obrero solo se siente a gusto cuando satisface sus necesidades animales: “Lo animal
se trueca en lo humano y lo humano en lo animal” (p.79). Cuando esto se convierte en
lo único que hace el hombre es cuando se torna en animalidad, es decir, si sus
satisfacciones y sus rangos de actividad son los únicos que puede en capacidad, en
energías y en voluntad, realizar.

Trabajo enajenado
El hombre es un ser genérico, es decir universal, y por tanto libre, en tanto que se
apropia de la naturaleza a través del trabajo.
A través de la naturaleza trabaja porque se sirve de ella, pero necesita de ella y la
transforma al trabajar.
El trabajo enajenado consiste así en separar al hombre de la naturaleza y, por otra parte,
en cuanto su trabajo —la actividad vital— lo enajena de sí mismo como hombre, lo
aleja por tanto de su ser genérico.
Si el trabajo es lo que nos hace humanos, cuando este es enajenado, dejamos de serlo,
esto es, nos alejamos de nuestra naturaleza productiva, de la actividad de la vida porque
la vida es actividad: es enajenante cuando sólo se transforma en medio de vida, y no la
vida misma.
Los animales no se separan de su actividad vital, son ella misma. El gato, el ave son lo
que hacen; el hombre además de ser lo que hace, decide lo que hace y piensa lo que
hace, desarrolla “una actividad vital consciente” (p.81).

Cuando la actividad es consciente, el hombre es genérico y por tanto libre. El


hombre produce también sin coacción de la necesidad física. Cuando se libera de
ella es cuando verdaderamente produce.

 “El animal produce solamente a tono y con arreglo a la necesidad de la


especie a la que pertenece, mientras que el hombre sabe producir a tono de
toda la especie” (81p.). El hombre también crea belleza, al trabajar, el
trabajo es una actividad creadora, creativa.
El trabajo enajenado le arranca al hombre su vida genérica y la vida la transforma
en un medio. Su existencia genérica —universal— lo convierte en un existencia
individual enajenándolo a su cuerpo, como su ser espiritual humano.
De aquí se desprende que la enajenación sólo es el resultado de la enajenación del
hombre por otro hombre: “La enajenación del hombre y en general toda relación del
hombre consigo mismo, sólo se realiza y expresa en su relación con los demás
hombres” (83p.).

 El trabajo enajenado le pertenece entonces a otro hombre, que goza del trabajo
que para el otro es una tortura.
 Esto muestra que la relación del trabajo enajenado y el obrero es una relación
entre el obrero y el capitalista o patrón.
 El producto/mercancía es reflejo del trabajo enajenado y también lo es la
propiedad privada, como consecuencia y no como causa del trabajo enajenado.
La propiedad privada es a la vez consecuencia de un medio a través del cual se enajena
el trabajo y donde se lleva a cabo la enajenación.
Asimismo el salario es un reflejo del trabajo enajenado.
El salario del trabajo es un instrumento del salario, y elevarlo llevaría solamente a una
mayor remuneración de los esclavos porque no restituye ni la dignidad, ni la vida del
obrero.

Trabajo Enajenado part.2


1.- ¿Cómo entender el trabajo enajenado?
2.- ¿Qué significa el trabajo como algo extraño?
3.-El trabajo enajenado como impedimento para la realización del ser humano
* Objetivación del trabajo
* Trabajador como siervo
El trabajo, en un primer momento, podemos entenderlo como la acción sobre la
naturaleza para producir satisfactores de la necesidad por el hombre.

Históricamente, el hombre ha organizado el trabajo a través de la división del trabajo, lo


que resulta en un producto/ mercancía, donde se lleva a cabo la objetivación del trabajo
de alguien (un hombre).

 Esta objetivación del trabajo genera la enajenación, al dividirla primeramente en


trabajo físico e intelectual, campo/ciudad, hombre/mujer.
Al producir una mercancía que satisface una necesidad, el trabajador no satisface la
necesidad para sí, sino satisface la necesidad de otra persona y esto lo lleva a que tome
distancia de lo que él mismo ha producido.

 En algún momento histórico existía una relación entre quien produce y


quien va a consumir el objeto, pero esta división se ha complejizado y ha
hecho la brecha aún más grande hasta que el trabajador ya no tienen
contacto sobre el producto.
Al no poseer los medios de producción, el trabajador sólo cuenta con su fuerza de
trabajo, es decir, sólo cuenta consigo mismo para obtener un salario y los medios de
producción le pertenecen a otra persona, por lo que se vende a sí mismo, ya que
depende de ella y no de su creatividad, ni de su voluntad e inteligencia para vivir
generando una mayor enajenación al no poder decidir sobre su propia existencia.

TRABAJO
El trabajo, que es la forma propiamente humana de habitar el mundo, se vuelve un
poder en contra del mismo obrero, y el trabajador le va dando mayor fuerza a algo
extraño que no sólo es el producto, sino a su trabajo mismo y al poder del
capitalista sobre él.
Ya que el trabajo que se realiza está en función de otro:
El trabajo no es el que define al que lo produce (obrero) y al mismo tiempo no es
suyo: el producto se encuentra por encima del mismo trabajador, quien es parte
constitutiva del objeto producto y no al revés, ya que incluso es llamado “mano de
obra”.
Existen varias formas de enajenación:
1. PRODUCTO: Por una parte está la del producto, que es la relación entre el
obrero y el objeto, en donde este último es un poder sobre el trabajador y al
mismo tiempo es algo ajeno a él; es un esfuerzo que él no va a ver nunca
reflejado en sí mismo.
2. Por otra parte está el acto vivo de la enajenación que es el momento de
la producción. Cuando el obrero produce, se vende así mismo y vende su
vida, su tiempo, su trabajo, su ser genérico, su capacidad intelectual por un
salario.
El trabajo enajenado es in-humano, no es que deje de ser humano sino que
constituye la negación de la humanidad e impide su realización.
El hombre como parte de la naturaleza necesita des-enajenarse de la primera forma de
enajenación que esta misma produce, es decir, llegar a dominarla para crear a través del
trabajo.
El hombre como ser genérico se preocupa por su universalidad —que es la
humanidad misma— o sea todos los hombres están representando a la humanidad
y por tanto cada uno de ellos deberá alcanzar la libertad, la belleza y el desarrollo
intelectual: el trabajo —como forma de reconocerse en el mundo y volver el
mundo un lugar humano— sin estar uno por encima del otro, como sucede en el
trabajo enajenado.

KARL MARX, DEBATE SOBRE LA


“RUPTURA EPISTEMOLOGICA”

- Dos textos se señalan en este debate:


- Las Tesis sobre Feuerbach (1845)
- La Ideología Alemana (1845-1846)
- Se supone que en esta obra Marx dirige una palabra de “adiós” a la “filosofía” en
general y que marca su ruptura con Feuerbach y con los filósofos neo-hegelianos, o
hegelianos de izquierda, con los cuales habría compartido sus ideas de juventud.
- En añadidura, la Ideología Alemana: sería un texto de “adiós” a la Alemania
atrasada desde los puntos de vista sociales, políticos, económicos e intelectuales de la
primera mitad del siglo XIX.

Los intelectuales que introducen la interpretación de la ruptura:

1. Louis Althusser, en Pour Marx (Paris: Maspéro, 1965, p. 158 ss) al referirse a
los “Manuscritos económico-filosóficos de 1844”, dice:
• “Yo diría casi que bajo esa relación, es decir, bajo la relación de la dominación
radical de la filosofía sobre un contenido que pronto se volverá radicalmente
independiente, el Marx más alejado de Marx es aquel Marx, el Marx más cercano, el
Marx de la víspera, el Marx del umbral –como si, antes de la ruptura, y para consumarla
definitivamente, le hubiera sido necesario dar a la filosofía toda su oportunidad, la
última, este imperio absoluto sobre su contrario y este triunfo teórico sin medida: es
decir, su fracaso” (p. 158)
Por el contrario, la Ideología Alemana sería el lugar de:
• “(…) una “ruptura epistemológica” inequívoca entre su antigua conciencia
política relegada de ahora en adelante a la ideología y una nueva conciencia teórica
fundadora a la vez que una ciencia nueva, el materialismo histórico, como teoría de la
historia, y de una nueva filosofía, el materialismo dialéctico. Por el contrario, las
“Tesis sobre Feuerbach” no marcarán sino el umbral anterior a esta ruptura, el
punto en que atraviesa sin duda la nueva conciencia teórica, pero en la antigua
conciencia y en el antiguo lenguaje, por ende en fórmulas y conceptos
necesariamente desequilibrados y equívocos”
• (…) este nuevo pensamiento, tan firme y preciso en el proceso del error
ideológico, no se define por sí mismo sin dificultades y sin equívocos. No se rompe de
un golpe con un pasado teórico: son necesarios en todo caso palabras y conceptos para
romper con palabras y conceptos, y son frecuentemente las antiguas palabras las que
están encargadas del protocolo de la ruptura durante el tiempo que dura la investigación
de las nuevas. La Ideología Alemana da así el espectáculo de semi-deudas conceptuales
re-comprometidas, que ocupan el lugar de conceptos nuevos todavía en el estadio del
aprendizaje (…), y como es normal juzgar estos antiguos conceptos de cara, de tomarlos
a la letra, engañan fácilmente” (Ibid., p. 25)
- Althusser es ambivalente ante las Tesis. Su interpretación sobre la “ruptura
epistemológica” la elabora comparando los Manuscritos de 1844 con El Capital de
1867.
2. Jacques Rancière, L. Althusser y otros, Lire le Capital I, (Paris: Maspéro, 1965)
- Señalan a la Ideología Alemana como texto concreto de la “ruptura”
- Descalifican a los Manuscritos de 1844 como “filosóficos” o “antropológicos”
- Consideran que no son estudios “científicos” marxistas de la economía, sino que
se fundamentan en el concepto del trabajador como “el hombre”
- Atacan el uso que hace Marx del concepto de Gattungswesen en dicho texto por
cuanto suponen que ese concepto es una “abstracción”
- Rancière sostiene que Marx allí “sólo trata con una historia de la esencia
humana” (p. 121), pero Rancière no se pregunta qué quiere decir allí “esencia humana”
(Gattungswesen) para Marx. Sólo observa adecuadamente que el pensamiento del joven
Marx constituye una “teoría general de las relaciones del hombre con la naturaleza” (p.
112).
- Pero ya que los Manuscritos de 1844 constituyen para Rancière un texto
filosófico, y para un marxista de la década del sesenta en el siglo XX esto significaba
una teoría de la “subjetividad” o de la “conciencia-de-sí” en el sentido más obvio de
esos términos, él suponía que dicha teoría general de la Gattungswesen era a la vez una
teoría de la “constitución de la objetividad” en el sentido del “desarrollo de la historia
de un sujeto”, más cercano al sentido que esto tiene en Kant que incluso en Hegel.

Críticos de la tesis de la ruptura se opusieron a Althusser, Rancière et al:


1. Tran-van-Thoân (Cf. «Note sur le concept de ‘Gattungswesen’ dans la pensée de
Karl Marx», en: Révue Philosophique de Louvain, 69, Nov. 71)
2. Sarah Kofman (Cf. Camera obscura. De l’Idéologie). Discípula de Jacques
Derrida. Compara a Marx con Platón (la Ideología = es paralela a la caverna de Platón,
reino de las sombras; en cambio, el proceso de la praxis productiva en Marx = equivale
al “mundo de las ideas”, de la luz, platónico)
3. Paul Ricoeur (Cf. “Ciencia e Ideología” [1974], en: Materiales de Enseñanza de
Filosofía Contemporánea)
- Examina la génesis de la “ideología” en la Ideología alemana de Marx y el uso
que ella hace de metáforas como las de “imágenes invertidas”, etc.
- Critica el uso puramente “negativo” del concepto de “ideología” en la tradición
marxista y en los teóricos de la “ruptura”. Insiste que dicho concepto tiene un carácter
político “positivo”, acompañante de los actos “fundacionales” de las comunidades
políticas.
4. Gérard Granel: “Incipit Marx. L’ontologie Marxienne et la question de la
coupure”, en: Traditionis Traditio (1971):
- afirma la continuidad esencial entre los Manuscritos y la Ideología alemana
- sostiene además que hay en Marx un pensamiento filosófico antes y después de
la llamada “ruptura”, que cuando Marx habla de “Ciencia”, está hablando eminente de
la Filosofía.
- realiza en dicho texto un análisis de la “crítica al ateísmo” del tercer manuscrito,
donde Marx afirma la unión esencial entre el hombre y la naturaleza; y termina
examinando la crítica marxiana al concepto feuerbachiano de lo “sensible” en la
Ideología alemana, en el sentido que parece que para Marx –a diferencia de Feuerbach–
no hay naturaleza sin el hombre y sin su trabajo.
5. Jacques Taminiaux: “Empirisme et spéculation dans l’Idéologie allemande”
(Récoupements 1982) y “Sobre Marx, el arte y la verdad” (Revue philosophique de
Louvain, 1974).
- En “Empirismo y Especulación en la Ideología alemana de Marx”, observa la
estructura especulativa de dicha obra, y la estructura de la metafísica onto-teológica en
el sentido heideggeriano en la obra de Marx, por cuanto la “producción” (ser)
determina:
- fundadoramente
- universalmente
- En su artículo “Sobre Marx, el arte y la verdad”, examina la crítica marxiana al
“arte” como “ideología” en la Ideología alemana:
- “La producción como praxis sensible es la identidad misma, el arché, la ousía, el
hypokeímenon. En este sentido, el vocablo Voraussetzung utilizado en La ideología
alemana para designar la praxis está juiciosamente elegido: él es la transcripción
marxiana del viejo vocablo metafísico de hypokeímenon, fundamento. Simplemente, lo
que yace en el fondo no se oculta en ningún más allá, él es la actividad misma de la
posición productiva, la posición previa de la praxis que siempre ya se plantea como el
origen y la esencia. Sin embargo, que la Voraussetzung sea de ahora en adelante
producción, la cual como actividad del hombre y de la naturaleza, de la naturaleza y el
hombre, del uno por el otro, y del uno en el otro, se asegura siempre ya como el único
fundamento, esto mismo es rasgo de la filiación en la ruptura y prohíbe cortar el texto
marxiano de todo el texto filosófico moderno. Sobre este punto –y para limitarnos a lo
esencial—la denuncia como ideológica de la conciencia pura y de su autonomía
pretendida, es decir, de la temática que hace la continuidad de la filosofía moderna
desde Descartes hasta Hegel y Feuerbach, no empaña el núcleo ontológico de las
filosofías de la conciencia: el subjectum como presencia a sí”

Manifiesto Comunista
Es un texto que comenzó como un aporte para un grupo político.

El texto comienza con un párrafo inspiraciones: un fantasma recorre europa, el fantasma


del comunismo. Vemos como Marx plantea un momento de lucha, donde ya se han
definido las posiciones de la clase obrera, y un momento en la cual la burguesía entra en
contradicción con esa clase emergente.

Es importante entender, que la burguesía es la primera clase revolucionaria en la


historia.

Análisis Manifiesto del Partido Comunista. Carlos Marx

Establece Osorio, (2001) “Documento político, económico y social, redactado en 1847


por Carlos Marx y Federico Engels, con expresión de protesta y aspiraciones
revolucionarias del proletariado, o de sus dirigentes de mediados del siglo XIX, aunque
su vigencia solo se plantearía con el triunfo de la revolución rusa de 1917, que lo
aceptaba al menos teóricamente como un nuevo evangelio”.

Todos los dogmas colectivistas aparecen allí alineados: la lucha de las clases, la
plusvalía, la dictadura del proletariado, el materialismo histórico, el ejército industrial
de reserva, entre otros.

Es uno de los tratados políticos más influyentes de la historia, es una proclama


encargada por la Liga de los Comunistas a Karl Marx y Friedrich Engels entre 1847 y
1848, y publicada por primera vez en Londres el 21 de febrero de 1848.

El Manifiesto se encuentra dividido en cuatro capítulos:

1. Burgueses y proletarios.

2. Proletarios y comunistas.

3. Literatura socialista y comunista.

4. Actitud de los comunistas en los partidos de oposición.

Carlos Marx, realiza en el Manifiesto del Partido Comunista una división de clases,
burguesía y proletariado.

Para Marx, la burguesía comprendía a la clase de capitalistas modernos, que son los
proletarios del medio de producción social y emplean trabajo asalariado.

El proletariado, en cambio, comprende la clase de los trabajadores asalariados


modernos, que, privados de medios de producción propios, se ven obligados a vender su
fuerza de trabajo, para poder existir.

En cuanto a la evolución de la burguesía moderna, es un fruto de un largo proceso de


desarrollo de una serie de revoluciones en el mundo de producción y de cambio. Esta
burguesía ha sido una referencia para el gobierno del Estado moderno, ya que no es más
que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa.

La burguesía, posee un carácter cosmopolita de la producción y al consumo de todos los


países, debido a la explotación del mercado mundial. He allí, que en lugar de las
necesidades de productos nacionales, son satisfechas con productos otros países y se
disminuye totalmente la producción nacional.

A su vez, la burguesía trae como consecuencia la centralización política, ya que


aglomera la población, centraliza los medios de producción y concentra la propiedad en
manos de unos pocos.

La burguesía trata a los obreros como una mercancía y los obliga a venderse al detal y
como cualquier artículo de comercio, están sujetos a todas las vicisitudes de la
competencia y todas las fluctuaciones del mercado.
En el mismo documento, el autor, señala que las mismas armas que le sirvió a la
burguesía para derribar al feudalismo, se vuelven en contra de la misma burguesía.

Por otra parte, el proletariado pasa por diferentes etapas de desarrollo. La lucha contra la
burguesía comienza con su surgimiento. Posteriormente empiezan a formar colisiones
contra los burgueses y actúan en común para la defensa de sus salarios. Forman
asociaciones permanentes, para asegurarse de los medios necesarios, en previsión de
estos choques eventuales.

Otro aspecto resaltante, es que la burguesía le proporciona al proletariado, elementos


para su propia educación, es decir, armas contra ella misma.

El proletariado según Marx, se desprende de parte de la burguesía, particularmente, los


ideólogos burgueses que han elevado hasta la comprensión teórica del conjunto de
movimiento histórico, del mismo modo que parte de la nobleza con anterioridad, se
paso a la burguesía.

La lucha entre el proletariado y la burguesía, es por su forma, aunque no por su


contenido, una lucha nacional, obviamente es necesario que el proletariado de cada país
deba acabar con su propia burguesía.

En el mismo orden de ideas, el autor hacer referencia al comunismo, definiéndolo, como


parte del proletariado, más resuelta, el sector que siempre impulsa adelante a los demás;
teóricamente, tienen sobre el resto del proletariado la ventaja de su clara visión de las
condiciones, de la marcha y de los resultados generales del movimiento del proletariado.

Los objetivos de los comunistas, radican básicamente, en la constitución de los


proletariados en clase, el derrocamiento de la dominación burguesa, y conquista del
poder político.

El rango distintivo del comunismo no es la abolición de la propiedad burguesa. En este


sentido, los comunistas pueden resumir su teoría en esta fórmula única: abolición de la
propiedad privada.

En cuanto al capitalismo, establece Marx, que ser capitalista significa ocupar no sólo
una posición puramente personal en la producción, sino también una posición social.
Define el capital, como “un producto colectivo y no puede ser puesto en movimiento
sino por la actividad conjunta de muchos miembros de la sociedad y en ultima instancia,
sólo por la actividad conjunta de todos los miembros de la sociedad”.

Por ende, el capital, no es una fuerza personal, sino una fuerza social y debe ser
transformado en fuerza colectiva, para que pueda pertenecer a toda la sociedad. En la
sociedad burguesa el capital es independiente y tiene personalidad, mientras que el
individuo que trabaja carece de independencia y está despersonalizado.

Aunado a ello, el autor alemán, hace referencia a la familia burguesa, la cual está
plenamente desarrollada y encuentra su complemento en la supresión forzosa de toda
familia para el proletariado, pero desaparece naturalmente al dejar de existir ese
complemento suyo, y ambos desaparecen con la desesperación del capital. El
matrimonio burgués, es una comunidad de esposas.

En esta perspectiva, el comunismo pretende establecer es una comunidad de


mujeres, es decir, quiere acabar con la visión de la mujer como un simple instrumento
de producción.

Otro punto destacado, al que se refiere el comunismo, es el concerniente a que los


obreros, no tienen patria y de ahí, nace la necesidad de conquistar un poder político,
constituir una nación.

Sumado a lo expuesto, Marx hace referencia, a la revolución comunista, la cual es


la ruptura más radical con las relaciones de propiedad tradicionales: nada de extraño
tiene que en el curso de su desarrollo rompa de la manera más radical con las ideas
tradicionales. La revolución comunista, pretende la conquista de la democracia e ir
arrancando gradualmente a la burguesía todo el capital, para centralizar todos los
instrumentos de producción en manos del Estado.

La revolución comunista busca exterminar la propiedad privada, ya que esta crea el


capital y por ende debe ser propiedad colectiva.

En el Manifiesto del Partido Comunista, Carlos Marx establece una clasificación de


varios tipos de socialismo, a) El Socialismo Reaccionario, b) Socialismo Conservador o
Burgués y c) Socialismo y Comunismo Critico-Utópico.

El Socialismo reaccionario, divido a su vez en socialismo feudal, el cual nace en 1830


con la revolución francesa y va de la mano con el socialismo clerical, el socialismo
pequeño burgués: buscaba restablecer los antiguos medios de producción y de cambio.
Su máximo exponente es Sismondi. Y por último, el socialismo alemán o socialismo
verdadero, el cual era un arma para los gobernantes contra la burguesía alemana.

En segundo lugar, el socialismo conservador o burgués, compuesto por los economistas,


filántropos y humanitarios, las organizaciones de beneficencia, los fundadores de las
sociedades de templanza, burgueses que pretendían mejorar la suerte de la clase
trabajadora. Sin embargo, el socialismo burgués no alcanza su expresión adecuada sino
cuando se convierte en simple figura retórica y se resume en esta afirmación “Los
burgueses son burgueses en interés de la clase obrera”.

En tercer lugar, se encuentra el socialismo y el comunismo critico-utópicos, el cual


establece que la sociedad no debe tener distinción y proponen alcanzar este objetivo por
medios pacíficos, intentando abrir camino al, nuevo evangelio social valiéndose de la
fuerza del ejemplo, por medio de pequeños experimentos que, naturalmente fracasan
siempre.
Por último, establece el autor del Documento que la lucha de los comunistas viene dada
a alcanzar los objetivos e intereses inmediatos de la clase obrera; pero, al mismo tiempo,
defienden también dentro del movimiento actual, el porvenir de ese movimiento.

En resumen, los comunistas apoyan por doquier todo movimiento revolucionario contra
el régimen social y político existente. Trabajan en todas partes por la unión y el acuerdo
entre los partidos democráticos en todos los países.

Los comunistas proclaman abiertamente que sus objetivos solo pueden alcanzarse
derrocando por la violencia todo orden social existente. Las clases dominantes pueden
temblar ante una Revolución Comunista. Para Marx, los proletarios no tienen nada que
perder en ellas, más que sus cadenas, tienen en cambio un mundo que ganar.

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