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«Salario», etc.
Karl Marx, «Salario», «La relación de la propiedad privada», «Propiedad privada y
trabajo» y «Propiedad privada y comunismo» en Manuscritos de economía y filosofía.
Salario
El salario es el resultado de la lucha entre el capitalista y el obrero, donde el obrero
siempre sale perdiendo de una u otra forma, pues el capitalista puede vivir más tiempo
sin el obrero, mientras que el obrero al final de cuentas debe regresar a la fuente de
trabajo.
El nivel mínimo de salario es el necesario para que el obrero pueda mantenerse él y su
familia, no para asegurar la supervivencia de la especie, sino la de la clase obrera.
CONCIENCIA
La conciencia, explican Marx y Engels, es un producto social porque sólo se puede
desarrollar una vez que la práctica existente ha sido realizada, esto es, tras actuar sobre
lo real, lo indispensable para la subsistencia; es a través de la obtención de lo material
que la conciencia se puede emancipar y darse a la creación de teoría.
COMUNISMO
Proponen Marx y Engels el comunismo como una manera de hacer a los hombres
dueños de la producción y su intercambio; el comunismo es un movimiento real que
anula y supera al estado de cosas actual.
La regulación comunista representa la abolición de la actitud en la que los hombres
actúan ante sus propios productos como algo extraño, pero sobre todo, representa el
cómo, es decir, mediante el derrocamiento del medio social existente, la revolución.
La verdadera riqueza espiritual del individuo depende totalmente de la riqueza de sus
relaciones reales, no ideales. Los individuos sólo se pueden liberar de forma total al
colocarse en contacto práctico con la producción. La revolución comunista permite el
control y la dominación consciente de todos los hombres, pues se trata de una
cooperación histórico-universal sobre estos poderes.
El primer trabajo beneficiado con este avance fue el textil. Aquí se desligaron de
la vieja relación social de producción que se tenía con los gremios.
Ahora el nuevo vínculo entre el trabajador y el capitalista será a través del
sueldo.
La industria manufacturera tuvo mayor auge comercial debido al descubrimiento
de América y con las nuevas rutas marítimas.
Permitió la acumulación de mayor capital, creando así a la gran burguesía.
Debido a la lucha entre las grandes ciudades, nació la necesidad de la creación de los
aranceles, las leyes de navegación, prohibiciones y tratados, con la finalidad de
mantener su supremacía en el comercio y la manufactura. Estas últimas estaban
respaldadas por los monopolios coloniales.
Cuando la burguesía se vió establecida ya como clase, surgió el comercio de dinero,
aparecieron los bancos, la deuda pública, el papel moneda. Aunado a esto, la
centralización del capital, del poder, la necesidad de la expansión del mercado, la
propagación del comercio marítimo, la concentración de la manufactura, la necesidad de
satisfacer una mayor producción y por tanto los intereses capitalistas, surgió un
movimiento que transformó a la sociedad por completo y trajo consigo una nueva
división de trabajo: la “revolución industrial”. El proletariado industrial, se colocó a la
cabeza de esta clase arrastrando consigo al sector del campo.
LA RELACIÓN ENTRE EL ESTADO, EL DERECHO Y LA PROPIEDAD
La primera forma de propiedad fue, tanto en la Antigüedad, como en la Edad Media, la
propiedad tribual. Estaba en manos del Estado y el derecho del individuo a disfrutarla
como posesión es la simple posesión de la tierra. La verdadera propiedad privada
empieza con la propiedad mobiliaria (la esclavitud y la comunidad).
La propiedad tribal se desarrolló pasando por la propiedad feudal de las tierras, la
propiedad mobiliaria de la ciudad, el capital manufacturero y llegó a lo que hoy es el
capital moderno condicionado por la industria y la competencia. La propiedad comunal
se convirtió en privada y el Estado no tiene influencia sobre el desarrollo de la misma.
Está regida por el comercio.
El Estado moderno depende del crédito comercial que le concede la burguesía. La
burguesía en cuanto clase se organiza y expande a nivel nacional.
Debido al desarrollo industrial y comercial se generan nuevas formas de intercambio y
con ello el derecho se ha visto en la obligación de crear nuevas formas de adquirir la
propiedad.
En el caso de la propiedad de la tierra, por ejemplo, no sólo basta con tener la
posibilidad de poseerla, es necesario el capital para ponerla a producir.
INSTRUMENTOS DE PRODUCCIÓN Y FORMAS DE PROPIEDAD NATURALES
Y CIVILIZADOS
Esta condición ha llegado demasiado lejos, por consiguiente los individuos deben
apropiarse de las fuerzas de producción para poder ejercer su actividad propia.
Con esto se terminaría la propiedad privada.
Los filósofos han visto como ideal el concepto de “hombre” como individuos que no se
ven absorbidos por la división del trabajo. Esto se concibe como todo un proceso de
desarrollo histórico, del cual el hombre es el motor de la Historia. Esto proceso se ve
como autoenajenación y la inversión del mismo permite que las Historia se vea como un
proceso de desarrollo en la conciencia.
De todo este planteamiento, se resume lo siguiente:
El dinero
El dinero posee la propiedad de comprar todo. En tanto que posee la propiedad de
apropiarse de todos los objetos, es, en consecuencia, el objeto en sentido eminente. La
universalidad de su propiedad es la omnipotencia de su ser; por eso vale como ser
todopoderoso.
Para Shakespeare, el dinero es la puta común de todo genero que siembra la disensión
entre la multitud de las naciones y sabe hablar todas las lenguas. El dinero deviene, de
ese modo, dios visible y puta universal. La diferencia entre la demanda efectiva, basada
en el dinero y la no efectiva, basada en mi necesidad, es la diferencia entre ser y pensar ,
entre la representación existente en mí y la representación como objeto real, que existe
para mí, fuera de mí.
El dinero es medio y capacidad para convertir la representación en realidad y la realidad
en la mera representación: transforma tanto las efectivas capacidades esenciales,
humanas y naturales en representaciones abstractas e imperfectas, que existen solo en la
imaginación del individuo, en capacidades esenciales y facultades efectivas.
El dinero, pues, aparece como ese poder que todo lo invierte, frente al individuo y frente
a los lazos sociales, que se afirman para sí como esencia. El dinero confunde y mezcla
todas las cosas.
La objetivación
La naturaleza es la materia prima de la que el hombre depende para crear, para generar
sus medios de vida, pero cuando la objetivación del trabajo no le corresponde a quien lo
genera, al que trabaja, el trabajo se convierte en un medio para el sustento físico del
obrero, es decir le satisface lo mínimo indispensable para permitirle trabajar-
enajenadamente al día siguiente.
Se vuelve un siervo de su objeto/mercancía, primero de su trabajo, del objeto que
transforma y no le pertenece (obrero) y después porque obtienen solamente los medios
para subsistir (sujeto físico): “solo puede mantenerse en cuanto sujeto físico como
obrero y solo puede ser obrero como sujeto físico” (p.76)
La relación directa entre el trabajo y sus productos es la relación entre el obrero y los
objetos de su producción y la relación entre las mercancías, el capitalista y la
producción es solamente una consecuencia de esta relación directa.
La producción
La relación esencial directa del trabajo es: trabajador y producción. Esta relación es
donde se produce y vive la enajenación. El producto/mercancía es el resultado de la
enajenación que ya se dio en la producción; es por ello la objetivación misma de la
enajenación.
Trabajo enajenado
El hombre es un ser genérico, es decir universal, y por tanto libre, en tanto que se
apropia de la naturaleza a través del trabajo.
A través de la naturaleza trabaja porque se sirve de ella, pero necesita de ella y la
transforma al trabajar.
El trabajo enajenado consiste así en separar al hombre de la naturaleza y, por otra parte,
en cuanto su trabajo —la actividad vital— lo enajena de sí mismo como hombre, lo
aleja por tanto de su ser genérico.
Si el trabajo es lo que nos hace humanos, cuando este es enajenado, dejamos de serlo,
esto es, nos alejamos de nuestra naturaleza productiva, de la actividad de la vida porque
la vida es actividad: es enajenante cuando sólo se transforma en medio de vida, y no la
vida misma.
Los animales no se separan de su actividad vital, son ella misma. El gato, el ave son lo
que hacen; el hombre además de ser lo que hace, decide lo que hace y piensa lo que
hace, desarrolla “una actividad vital consciente” (p.81).
El trabajo enajenado le pertenece entonces a otro hombre, que goza del trabajo
que para el otro es una tortura.
Esto muestra que la relación del trabajo enajenado y el obrero es una relación
entre el obrero y el capitalista o patrón.
El producto/mercancía es reflejo del trabajo enajenado y también lo es la
propiedad privada, como consecuencia y no como causa del trabajo enajenado.
La propiedad privada es a la vez consecuencia de un medio a través del cual se enajena
el trabajo y donde se lleva a cabo la enajenación.
Asimismo el salario es un reflejo del trabajo enajenado.
El salario del trabajo es un instrumento del salario, y elevarlo llevaría solamente a una
mayor remuneración de los esclavos porque no restituye ni la dignidad, ni la vida del
obrero.
TRABAJO
El trabajo, que es la forma propiamente humana de habitar el mundo, se vuelve un
poder en contra del mismo obrero, y el trabajador le va dando mayor fuerza a algo
extraño que no sólo es el producto, sino a su trabajo mismo y al poder del
capitalista sobre él.
Ya que el trabajo que se realiza está en función de otro:
El trabajo no es el que define al que lo produce (obrero) y al mismo tiempo no es
suyo: el producto se encuentra por encima del mismo trabajador, quien es parte
constitutiva del objeto producto y no al revés, ya que incluso es llamado “mano de
obra”.
Existen varias formas de enajenación:
1. PRODUCTO: Por una parte está la del producto, que es la relación entre el
obrero y el objeto, en donde este último es un poder sobre el trabajador y al
mismo tiempo es algo ajeno a él; es un esfuerzo que él no va a ver nunca
reflejado en sí mismo.
2. Por otra parte está el acto vivo de la enajenación que es el momento de
la producción. Cuando el obrero produce, se vende así mismo y vende su
vida, su tiempo, su trabajo, su ser genérico, su capacidad intelectual por un
salario.
El trabajo enajenado es in-humano, no es que deje de ser humano sino que
constituye la negación de la humanidad e impide su realización.
El hombre como parte de la naturaleza necesita des-enajenarse de la primera forma de
enajenación que esta misma produce, es decir, llegar a dominarla para crear a través del
trabajo.
El hombre como ser genérico se preocupa por su universalidad —que es la
humanidad misma— o sea todos los hombres están representando a la humanidad
y por tanto cada uno de ellos deberá alcanzar la libertad, la belleza y el desarrollo
intelectual: el trabajo —como forma de reconocerse en el mundo y volver el
mundo un lugar humano— sin estar uno por encima del otro, como sucede en el
trabajo enajenado.
1. Louis Althusser, en Pour Marx (Paris: Maspéro, 1965, p. 158 ss) al referirse a
los “Manuscritos económico-filosóficos de 1844”, dice:
• “Yo diría casi que bajo esa relación, es decir, bajo la relación de la dominación
radical de la filosofía sobre un contenido que pronto se volverá radicalmente
independiente, el Marx más alejado de Marx es aquel Marx, el Marx más cercano, el
Marx de la víspera, el Marx del umbral –como si, antes de la ruptura, y para consumarla
definitivamente, le hubiera sido necesario dar a la filosofía toda su oportunidad, la
última, este imperio absoluto sobre su contrario y este triunfo teórico sin medida: es
decir, su fracaso” (p. 158)
Por el contrario, la Ideología Alemana sería el lugar de:
• “(…) una “ruptura epistemológica” inequívoca entre su antigua conciencia
política relegada de ahora en adelante a la ideología y una nueva conciencia teórica
fundadora a la vez que una ciencia nueva, el materialismo histórico, como teoría de la
historia, y de una nueva filosofía, el materialismo dialéctico. Por el contrario, las
“Tesis sobre Feuerbach” no marcarán sino el umbral anterior a esta ruptura, el
punto en que atraviesa sin duda la nueva conciencia teórica, pero en la antigua
conciencia y en el antiguo lenguaje, por ende en fórmulas y conceptos
necesariamente desequilibrados y equívocos”
• (…) este nuevo pensamiento, tan firme y preciso en el proceso del error
ideológico, no se define por sí mismo sin dificultades y sin equívocos. No se rompe de
un golpe con un pasado teórico: son necesarios en todo caso palabras y conceptos para
romper con palabras y conceptos, y son frecuentemente las antiguas palabras las que
están encargadas del protocolo de la ruptura durante el tiempo que dura la investigación
de las nuevas. La Ideología Alemana da así el espectáculo de semi-deudas conceptuales
re-comprometidas, que ocupan el lugar de conceptos nuevos todavía en el estadio del
aprendizaje (…), y como es normal juzgar estos antiguos conceptos de cara, de tomarlos
a la letra, engañan fácilmente” (Ibid., p. 25)
- Althusser es ambivalente ante las Tesis. Su interpretación sobre la “ruptura
epistemológica” la elabora comparando los Manuscritos de 1844 con El Capital de
1867.
2. Jacques Rancière, L. Althusser y otros, Lire le Capital I, (Paris: Maspéro, 1965)
- Señalan a la Ideología Alemana como texto concreto de la “ruptura”
- Descalifican a los Manuscritos de 1844 como “filosóficos” o “antropológicos”
- Consideran que no son estudios “científicos” marxistas de la economía, sino que
se fundamentan en el concepto del trabajador como “el hombre”
- Atacan el uso que hace Marx del concepto de Gattungswesen en dicho texto por
cuanto suponen que ese concepto es una “abstracción”
- Rancière sostiene que Marx allí “sólo trata con una historia de la esencia
humana” (p. 121), pero Rancière no se pregunta qué quiere decir allí “esencia humana”
(Gattungswesen) para Marx. Sólo observa adecuadamente que el pensamiento del joven
Marx constituye una “teoría general de las relaciones del hombre con la naturaleza” (p.
112).
- Pero ya que los Manuscritos de 1844 constituyen para Rancière un texto
filosófico, y para un marxista de la década del sesenta en el siglo XX esto significaba
una teoría de la “subjetividad” o de la “conciencia-de-sí” en el sentido más obvio de
esos términos, él suponía que dicha teoría general de la Gattungswesen era a la vez una
teoría de la “constitución de la objetividad” en el sentido del “desarrollo de la historia
de un sujeto”, más cercano al sentido que esto tiene en Kant que incluso en Hegel.
Manifiesto Comunista
Es un texto que comenzó como un aporte para un grupo político.
Todos los dogmas colectivistas aparecen allí alineados: la lucha de las clases, la
plusvalía, la dictadura del proletariado, el materialismo histórico, el ejército industrial
de reserva, entre otros.
1. Burgueses y proletarios.
2. Proletarios y comunistas.
Carlos Marx, realiza en el Manifiesto del Partido Comunista una división de clases,
burguesía y proletariado.
Para Marx, la burguesía comprendía a la clase de capitalistas modernos, que son los
proletarios del medio de producción social y emplean trabajo asalariado.
La burguesía trata a los obreros como una mercancía y los obliga a venderse al detal y
como cualquier artículo de comercio, están sujetos a todas las vicisitudes de la
competencia y todas las fluctuaciones del mercado.
En el mismo documento, el autor, señala que las mismas armas que le sirvió a la
burguesía para derribar al feudalismo, se vuelven en contra de la misma burguesía.
Por otra parte, el proletariado pasa por diferentes etapas de desarrollo. La lucha contra la
burguesía comienza con su surgimiento. Posteriormente empiezan a formar colisiones
contra los burgueses y actúan en común para la defensa de sus salarios. Forman
asociaciones permanentes, para asegurarse de los medios necesarios, en previsión de
estos choques eventuales.
En cuanto al capitalismo, establece Marx, que ser capitalista significa ocupar no sólo
una posición puramente personal en la producción, sino también una posición social.
Define el capital, como “un producto colectivo y no puede ser puesto en movimiento
sino por la actividad conjunta de muchos miembros de la sociedad y en ultima instancia,
sólo por la actividad conjunta de todos los miembros de la sociedad”.
Por ende, el capital, no es una fuerza personal, sino una fuerza social y debe ser
transformado en fuerza colectiva, para que pueda pertenecer a toda la sociedad. En la
sociedad burguesa el capital es independiente y tiene personalidad, mientras que el
individuo que trabaja carece de independencia y está despersonalizado.
Aunado a ello, el autor alemán, hace referencia a la familia burguesa, la cual está
plenamente desarrollada y encuentra su complemento en la supresión forzosa de toda
familia para el proletariado, pero desaparece naturalmente al dejar de existir ese
complemento suyo, y ambos desaparecen con la desesperación del capital. El
matrimonio burgués, es una comunidad de esposas.
En resumen, los comunistas apoyan por doquier todo movimiento revolucionario contra
el régimen social y político existente. Trabajan en todas partes por la unión y el acuerdo
entre los partidos democráticos en todos los países.
Los comunistas proclaman abiertamente que sus objetivos solo pueden alcanzarse
derrocando por la violencia todo orden social existente. Las clases dominantes pueden
temblar ante una Revolución Comunista. Para Marx, los proletarios no tienen nada que
perder en ellas, más que sus cadenas, tienen en cambio un mundo que ganar.