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Introducción
El desarrollo económico capitalista logrado por los Estados Unidos de América en el
transcurso del siglo XIX fue resultado de múltiples factores:
1. La expansión territorial lograda por distintos medios: despojo de tierras a las tribus
indias, firma de acuerdos con otros países para la adquisición de grandes territorios y
guerras de conquista sobre naciones vecinas; ello les permitió apropiarse de enormes
recursos materiales, necesarios para su crecimiento económico.
Familia sioux.
2. El planteamiento ideológico del Destino Manifiesto, en el que los Estados Unidos
aparecían como predestinados a convertirse en una potencia superior al resto del mundo en
todos los aspectos, alimentaba el imaginario de la población estadounidense y justificaba
las políticas expansionistas de sus gobernantes, que orientaba el accionar político y
económico hacia este fin.
xpansión territorial
En los años posteriores a su creación como nación independiente (1776), en los Estados Unidos
de América se inició un proceso de expansión territorial que se mantuvo a lo largo del siglo XIX. La
política expansionista se inauguró con la adquisición de territorios como la Louisiana, comprada a
Francia en 1803; y la Florida, cedida por la corona española en el tratado de 1819, firmado por el
ministro español Luis de Onís y el Secretario de Estado John Quincy Adams, a cambio del
compromiso estadounidense de no apoyar a los movimientos independentistas en las colonias
hispanoamericanas.
El avance de colonos norteamericanos hacia regiones al oeste del río Mississippi, provocada por el
crecimiento poblacional y la escasez de terrenos cultivables, se realizó a costa de las tribus
indígenas que las habitaban, que fueron hostilizadas y sujetas a una campaña de exterminio para
apoderarse de sus tierras; o bien, el gobierno de los Estados Unidos las forzó a firmar tratados
para renunciar a sus derechos territoriales, obligándolas a emigrar a las regiones inhóspitas y
áridas del lejano oeste. El despojo de tierras a las tribus indias se legitimó con la idea de la
superioridad racial de los colonos, que estaban incorporando un territorio salvaje a la "civilización".
La puntilla a las tribus indígenas sobrevivientes ocurrió cuando se abrió la ruta a Oregón en 1842,
territorio al extremo noroeste de los Estados Unidos que fue el primer punto de expansión
transcontinental de este país, que ahora iba del océano Atlántico al Pacífico; puesto que los miles
de pioneros que atravesaron las Grandes Planicies en su viaje a esta región, invadieron las tierras
sagradas y de cacería de las tribus indias, alterando sus condiciones de vida; además de reprimir
de manera brutal, con matanzas frecuentes, la defensa que hacían los indios de su territorio. Ante
este estado de cosas, el gobierno federal, con el objeto de facilitar el paso de las caravanas,
comerciantes, mineros, granjeros, negociantes y del ferrocarril transcontinental, promulgó en 1851
la Ley de Asignaciones Indígenas, que dio lugar a las "reservaciones", en las que se concentró a
los indios sobrevivientes, lejos de las tierras fértiles y productivas.
En el caso del suroeste, Texas se independizó de México y tiempo después, en 1845, el congreso
norteamericano aprobó su anexión a los Estados Unidos. Con la mira puesta en las ricas regiones
de California y Nuevo México, los políticos norteamericanos provocaron la guerra con México en
1847-1848; país al que derrotaron y, en virtud de los tratados de Guadalupe-Hidalgo, le
arrebataron las regiones nombradas y partes de Nevada, Utah y Arizona. Posteriormente, en 1853,
el gobierno de Antonio López de Santa Anna se vio forzado a vender el territorio de la Mesilla por
10 millones de dólares, para que los estadounidenses pudieran construir su ferrocarril
transcontinental Con los territorios arrebatados a México el capitalismo de los Estados Unidos se
nutriría con recursos formidables para su desarrollo: el oro de California y el petróleo de Texas;
además de asegurar las rutas comerciales del suroeste y el comercio con Asia.
Consulta la línea de tiempo para que veas cómo se fue conformando el territorio que hoy
conocemos como Estados Unidos. Toma en cuenta que esos territorios hoy en día están divididos
en 50 estados y un Distrito Federal.
En el plano de la competencia económica capitalista, con el fin de controlar los mercados de las
naciones hispanoamericanas recién independizadas e impedir la presencia y acción del capital
comercial inglés y europeo, el presidente James Monroe (1817-1825) promovió que el Congreso
estadounidense reconociera la independencia de estos países y estableciera relaciones
diplomáticas con ellos (mayo de 1822); posteriormente, presentó ante esa instancia una
declaración que contenía los siguientes puntos:
• Los Estados Unidos considerarían un ataque a sus intereses, cualquier intento de interferencia de
las potencias europeas para extender su dominio o influencia en América.
• Los Estados Unidos no intervendrían en las colonias europeas existentes en esos momentos en
América, ni en los asuntos internos de las potencias europeas, ni en los conflictos que se dieran
entre ellas.
Doctrina Monroe
Estos puntos, conocidos como "doctrina Monroe", resumido en el lema "América para los
Americanos" determinarían el sentido de la política exterior norteamericana con América Latina y
Europa durante el siglo XIX.
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Respuestas
El imperio inglés recurre a su fuerza militar para obligar a la sociedad china a que compre los
productos que les vende, en particular el opio. Asimismo, se deduce que la política comercial del
imperio inglés está basada en la fuerza, la amenaza y la explotación de otras naciones.
La India
Considerada la joya de la corona, constituyó el eje del imperio británico en Asia. Desde
finales del siglo XVIII la Compañía Inglesa de las Indias Orientales, empresa comercial
de carácter privado con control estatal, se había apoderado de grandes extensiones
territoriales de la península aprovechándose de los conflictos constantes entre los
atomizados principados autóctonos, provocados por diferencias culturales, religiosas y
lingüísticas, en los que la administración británica apoyaba a los bandos enfrentados a
cambio de cesiones territoriales (Espino, 2010: 27). De esta manera, hacia 1819, la
Compañía controlaba un territorio de casi 900 mil kilómetros, con una población
cercana a los 90 millones (Franco, 2007: 27).
China
En la primera mitad del siglo XIX la economía china tenía un escaso desarrollo y se
encontraba aislada del resto del mundo; situación agravada por la inestabilidad política
del imperio, fruto de las frecuentes revueltas sociales. Esta debilidad fue aprovechada
por las potencias capitalistas de la época para obtener concesiones comerciales del
emperador, sobre todo después de que los ingleses invadieran el territorio y pusieran
sitio a la ciudad de Nanking, en la llamada guerra del opio (1840-1842), por la que
obligaron al gobierno chino a derogar la ley anti-opio, decretada en 1800, y permitir el
comercio de productos europeos en cinco puertos y en la isla de Hong-Kong.
Japón
Desde principios del siglo XIX, ingleses y rusos habían intentado abrir los puertos
japoneses al comercio de sus productos, aunque sin conseguirlo. La apertura de los
puertos chinos obtenida por el uso de la fuerza militar en 1842, convirtió a Japón en
una zona fundamental para los intereses comerciales de los Estados Unidos; así, en
1854, un escuadrón naval de esta nación se presentó en la bahía de Edo y obligó al
gobierno japonés, “bajo la amenaza de los cañones”, a la firma del tratado de
Kanagawa, con el que obtuvieron la apertura de varios puertos al comercio
estadounidense. Inglaterra, Rusia y los Países Bajos también lograron tratados en este
sentido valiéndose de la presión militar y diplomática. Como resultado de la apertura
comercial, la sociedad japonesa se vio inundada de productos industrializados por lo
que, ante la necesidad de escapar de la dependencia colonialista y dejar de ser meros
proveedores de materias primas, decidieron modernizarse y apropiarse de los
conocimientos técnicos y de la formas de organización y producción capitalistas, que
permitieron industrializar al país y poner a la economía japonesa en la ruta del
desarrollo. Esta política de modernización se llevo a cabo en la etapa conocida como la
restauración Meiji, o periodo de “civilización y luces” (Franco, 2007: 30-31; 45,61).
29 de agosto de 1842
Dos puertos para comerciar y libertad para el intercambio de oro, monedas de plata y otros artículos y
mercancías.
Ninguna
‹ Colonialismo en AsiaÍndice
Fecha
Naciones firmantes
Concesiones otorgadas a la potencia capitalista
Cantidad pagada a la potencia capitalista
29 de agosto de 1842
A pesar de que varias naciones europeas habían declarado ilegal la trata de esclavos (Gran
Bretaña en 1807, Holanda en 1814 y Francia en 1818), esta actividad siguió siendo lucrativa en
África occidental durante la primera mitad del siglo XIX; a la par, las expediciones al interior del
continente buscaban nuevas rutas y objetos para “un comercio nuevo y legítimo” (Oliver, 1997: 92).
La explotación y comercio de algunos productos naturales, como el aceite de palma, se vieron
favorecidos por medios de transporte novedosos como el barco de vapor; asimismo, las naciones
europeas iniciaron una carrera por apropiarse de territorio, símbolo del colonialismo, en la que
poblaciones y reinos nativos serían vencidos y sometidos gracias al potencial bélico de los
europeos. De hecho, en los setenta, Gran Bretaña y Francia “habían considerado la idea de dividir
el África occidental en esferas de influencia, en las que sólo las firmas de uno u otro país tendrían
derecho a comerciar” (Oliver, 1997: 147). Los intereses colonialistas de Alemania en África, con un
potencial industrial y bélico significativo, inauguraría una nueva época en el proceso de
colonización del continente africano, tal y como quedaría consignado en la Conferencia de
Berlín (1884-1885).
En el sur del continente africano la colonización se centró
en la posesión de la tierra y no tanto en la actividad
comercial con los nativos.
Conferencia de Berlín
Convencidos de la superioridad europea, los colonos se fueron apoderando de las mejores tierras
y desplazaron a los antiguos habitantes hacia espacios menos productivos. A mediados del siglo
XIX, en el territorio hoy conocido como Sudáfrica, existían dos colonias británicas, dos repúblicas
boérs (antiguos colonos holandeses) y numerosos reinos africanos; con una población aproximada
de 300 mil blancos y entre 1 y 2 millones de africanos. El descubrimiento de grandes yacimientos
de diamantes en 1868, aceleró el proceso de dominación y explotación sobre los africanos negros,
transformados en mano de obra para el trabajo en las minas, excluidos de los beneficios
económicos, segregados y discriminados por la población blanca.
La colonización de Asia
En Asia existían estructuras políticas bastante sólidas, había imperios de importancia
considerable, como el chino, el persa y el turco, por lo que el tratamiento que los europeos les
dieron fue diferente al de las tribus africanas. Cuando se trataba de dominar pequeños
territorios con gobiernos indígenas organizados, no se establecía una colonia sino
un protectorado, es decir, se rodeaba al gobierno aborigen de consejeros europeos que
vigilaban la protección de sus intereses. Un aspecto importante del reparto de Asia es que en
él participaron estados no europeos como Rusia, Estados Unidos y Japón.
China
En el caso de China, ninguna potencia europea pensó en su conquista, dado su desarrollo
político. En el siglo XVIII los europeos comenzaron a llegar al imperio interesados en el
comercio de té y opio. Fue como resultado de las Guerras del Opio (1839-1842 y 1856-1860)
que Inglaterra obligó a China a abrirse al comercio europeo y a cederle el territorio de Hong
Kong, de esta manera el gigante asiático se vinculó a la dinámica capitalista.
En 1894, Japón le declaró la guerra a China (guerra chino-japonesa) y la derrotó gracias su
superioridad técnica, el resultado fue la pérdida de Corea, Taiwán y Formosa. El viejo imperio
se encontraba en una situación crítica, lo cual fue aprovechado por las otras potencias para
dividir el territorio en zonas de influencia de británicos, franceses, estadounidenses, alemanes
e incluso italianos. China se vio obligado a firmar diversos tratados, mientras en teoría, la
autoridad del emperador chino se mantenía.
Caricatura francesa aparecida en Le Petit Jounal en 1898, titulada El pastel de los
reyes y de los emperadores, en ella se observa a Inglaterra, Alemania y Rusia
partiendo con un cuchillo a China, mientras Francia y Japón observan la escena.
Atrás, el emperador chino se muestra muy alarmado.
Internamente se desarrollaba una oposición y rechazo a la presencia extranjera dando lugar
en 1900 al levantamiento de los bóxers, los disturbios fueron muy importantes y frente a ellos
Inglaterra, Alemania, Austria-Hungría, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Imperio
Ruso, formaron un ejército conjunto para combatir a los bóxers. En septiembre de 1901 el
levantamiento fue derrotado. Como consecuencia, China quedó a merced de los vencedores
imperialistas a quienes debió pagarles indemnizaciones, además de permitirles el comercio sin
restricciones. El mapa que se muestra a continuación permite observar las regiones chinas
que fueron controladas por los colonialistas y también señala los lugares en que se
desarrollaron conflictos armados.
ndia
India
La presencia de los europeos en el continente indostánico comenzó en la India a mediados del
siglo XVIII, cuando los ingleses hicieron contacto comercial con ella a través de la East India
Company (Compañía de las Indias Orientales). En esa época la presencia extranjera tenía la
intención de comerciar con los productos indios, en este caso los textiles y las especias. La
compañía tenía absoluta libertad de acción para establecer acuerdos con los gobernantes
locales y solía usar todo tipo de métodos para conseguirlo, desde acuerdos pacíficos hasta
enfrentamientos armados como la guerra contra el gobernante de Bengala en 1757, hecho
que se considera el inicio de la conquista de la India.
Un siglo después, la Compañía ya tenía en sus manos el control de casi la totalidad del
territorio y dominaba a los gobernantes locales, pero debido a la rebelión de los cipayos
(soldados indios al servicio de la Compañía) en 1857, y al descontento que generaba la
corrupción existente en la compañía, ésta fue abolida en 1858 por lo que su administración
quedó en manos de la Corona británica a través del Ministerio de la India y su gobierno
asignado a un virrey. Formalmente la India era una colonia inglesa.
En 1876 la Reina Victoria se erigía como Emperatriz de la India calificando al territorio como la
“joya de la corona”, título que daba cuenta de sus enormes riquezas, mismas que permitieron
que su conquista se llevara a cabo con los recursos extraídos mediante su explotación, e
incluso sirvieran para financiar la conquista de África. Entre 1870 y 1890 se completó la
ocupación de otras áreas aledañas al territorio hindú, como Afganistán, Birmania, Cachemira,
Beluchistán (Pakistán), Malasia, Ceilán y varias islas más.
Conquista de Indochina
‹ La colonización de Asia
Indonesia
Indonesia es un archipiélago formado por miles de islas, así que cuando hablamos de ella
debemos especificar a cuál de las islas nos referimos. La de mayor grandeza en el siglo XVI
fue Java, que poseía un puerto comercial muy importante en donde se establecían los
contactos para comerciar con la pimienta, el clavo, la nuez moscada y la canela, entre otras.
Portugal fue el primero en establecer puertos comerciales, pero al poco tiempo llegó Holanda
por lo que entraron en disputa, misma que terminó cuando Holanda expulsó a los
portugueses.
En 1595 la Compañía privada Van Verre llegó al principal puerto comercial de Java para
comerciar las especias. En 1602 la Compañía de la Indias Orientales (VOC) la sustituyó,
negociando con los jefes locales logró acaparar el comercio de las especias obteniendo
cuantiosas ganancias. El fructífero negocio desató la ambición en los holandeses y entonces
comenzaron a ocupar territorios mediante la guerra, protagonizando actos criminales como el
asesinato de aproximadamente 7 mil trabajadores chinos (coolíes) que se habían revelado en
1740. Hábilmente, los gobernadores holandeses se habían erigido como intermediarios en los
continuos conflictos entre los nativos, quienes a cambio de su intercesión les otorgaban parte
de sus tierras, en ellas los holandeses decidían cultivar el producto que mejor se vendiera. En
tanto, no se metía más en los aspectos políticos locales. Desde finales del siglo XVIII la VOC
comenzó a perder el control, el negocio dejó de dar las ganancias esperadas porque las
especias se comenzaron a cultivar en otras tierras y los nativos, pese al contrato de
exclusividad con Holanda, comerciaban con otros europeos y, por si fuera poco, en 1795 los
franceses controlaban Indonesia.
En 1806 los ingleses asediaban el territorio, y en 1811, tras una breve guerra, ocuparon Java.
En 1814, después de una serie de negociaciones, los holandeses recuperaron la colonia y a
partir de 1880, bajo la dirección del Estado holandés, se plantearon llevar a cabo una
extendida colonización implantando los mismos sistemas de su país. Introdujeron nuevos
sistemas de organización administrativa creando tres tipos de funcionarios holandeses, de los
cuales uno tenía en sus manos la impartición de la justicia y la resolución de todos los
problemas regionales de carácter legal.
En lo económico, los agricultores holandeses introdujeron un sistema de cultivo más intensivo
y diversificaron la producción, comenzando a producir té, palmeras de aceite, quina, tabaco y
hevea (caucho), al lado de otros productos de gran importancia como el café, la caña de
azúcar y el arroz. El control de las plantaciones también estaba en manos de los
administradores europeos; éstas funcionaban con trabajo forzado pese a la abolición de la
esclavitud, además de que eran siempre vigiladas por hombres armados. Los esclavos
recibían azotes y castigos severos cuando llegaban a escapar. Frente a esta situación se
dieron múltiples levantamientos que siempre fueron brutalmente aplastados por las fuerzas
colonialistas. Indonesia mantuvo su condición de colonia holandesa hasta después de la
Segunda Guerra Mundial.
Colonización de Indonesia
Japón
Concluiremos este apartado con el caso de Japón. Cerrado al contacto con el exterior hacia el
siglo XVIII vivió una serie de convulsiones internas avivadas por la llegada de comerciantes
occidentales. Su expansión territorial la comenzó mucho tiempo atrás, entre el siglo VII y VIII
en la lógica de las relaciones con el Imperio Chino, las cuales se modificaron una vez que
China quedó debilitada a causa del ataque inglés en la guerra del Opio de 1842.
En 1853 Japón corría la misma suerte que China, fue asediada militarmente por Estados
Unidos obligándola a abrirse al comercio internacional mediante el Convenio de
Kanagawa firmado en 1854. En 1863 comenzó un proceso de modernización conocido como
la Restauración Meiji mediante el cual logró un sorprendente desarrollo industrial y militar
colocándose en un nivel de potencia a finales del siglo XIX. Este proceso sirvió, a su vez,
como una manera de protegerse de la amenazante dominación occidental. En esta etapa
Japón continuó con su proceso expansivo pero ahora dentro de la lógica del imperialismo.
En 1895, después de derrotar a China, Japón se anexó Formosa (actualmente Taiwán). Rusia
también es derrotada por Japón y pierde Corea en 1905, la cual es administrada como un
protectorado, asimismo se adjudica Sajalín y las Kuriles, Guam y las islas Marianas, y a
Manchuria la vuelve una zona de influencia. Es de hacerse notar que todas las conquistas
japonesas se realizaron en zonas aledañas a su territorio, lo que constituye una diferencia con
las potencias occidentales que sí incursionan en tierras más lejanas. Japón perdió sus
colonias como resultado de su capitulación en la Segunda Guerra Mundial.
Señalados en rosa y rojo se encuentran los territorios ocupados por los japoneses, las fechas
permiten identificar los que corresponden al período 1870-1914.
‹ India
Índice
Estados Unidos
Filipinas
Francia
Indonesia
Inglaterra
Japón
Corea, Formosa
Portugal
Timor
‹ Indonesia y Japón
En 1820 estalla la revolución liberal en Portugal y se proclama la Constitución, por lo que se exige
el regreso del Rey a ese país, dejando a su hijo Pedro I de Brasil como Regente. En 1821, la
provincia Cisplatina (hoy Uruguay) se unió a Brasil.
El príncipe heredero se alió con los nacionalistas de Brasil, por lo que se unió a la revuelta
conocida el grito de Ypiranga para lograr la independencia el 7 de septiembre de 1822, siendo
proclamado emperador de Brasil a finales del mismo año. Esta situación fue un precedente
importante en las relaciones que se establecieron entre la metrópoli portuguesa y la colonia
brasileña, a diferencia de lo acontecido con las colonias españolas, inglesas y francesas
establecidas en el continente; ya que propiamente los reyes portugueses trasladaron su gobierno a
una región americana.
Al contrario de las otras independencias, en las que hubo guerras prolongadas, la de Brasil se
logró rápida y pacíficamente. En parte porque Portugal no tenía dinero para enfrentar una guerra,
en parte porque no fue una revolución radical en la que se tocaran los intereses de las clases
privilegiadas. En el movimiento emancipador existieron grupos sociales distintos que reflejaban
claramente sus intereses de clase. Así tenemos a la aristocracia rural del sudeste, que formó el
partido brasileño, con una tendencia conservadora que defendía la unidad territorial, la esclavitud y
los privilegios de clase.
Por otro lado estaban los sectores populares urbanos, quienes conformaron a los liberales
radicales, cuyo dirigente principal era Joaquín Gonçales Ledo, pero que permanecía aliado a la
aristocracia rural; esta última localizada en el norte y el noroeste de la región, quienes defendían
un federalismo y pugnaban por el separatismo, pero que también se enfrentaban la resistencia de
los comerciantes y militares portugueses ubicados principalmente en Pará, Maranhäo y Bahía.
El objetivo principal del partido brasileño era la creación de una monarquía dual (con Brasil y
Portugal) para conservar la autonomía administrativa y la libertad de comercio, pero al conocer las
intenciones de las cortes portuguesas decidieron unirse a la guerra sin alterar el orden social y los
privilegios. Este partido chocaba con los ideales de los liberales radicales quienes buscaban
algunos cambios más democráticos y, sin embargo, la facción que ganó fue la del partido
brasileño, por ello las estructuras sociales no sufrieron ninguna modificación real, incluso la
esclavitud permaneció, en suma, como refiere Bethell: “Se había efectuado una revolución
conservadora” (1991: 203).
Observa detenidamente el mapa para comparar el
crecimiento de las redes ferroviarias en la Gran Bretaña y
Francia con respecto a Europa.
Conferencia de Berlín
Conferencia de Berlín. Es
el conjunto de Conferencia de Berlín
negociaciones en el que se
establecen los criterios que
se deben seguir para
poder crear un imperio en
el África negra. La
conferencia tiene lugar en
1884 y establece: la libre
navegación por los ríos de
África; la ocupación del
interior a partir del tramo
de costa ocupado, dentro
de su hinterland; la
ocupación efectiva y física,
por medios militares, del
territorio, para que se Fecha: 15/11/1884-26/02/1885
pueda considerar como
parte del imperio. Esto
consagra la conquista Lugar: Berlín
militar; además, también
prohíbe la trata de negros Consecuencias:
en el continente. Durante
este año y el siguiente se Resolver los problemas que planteaba la expansión colonial
establecen las condiciones
en África
de ocupación efectiva del
territorio.
País(es) involucrado(s)
Contenido
Francia-Alemania Francia Alemania
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Líderes:
1 Celebración
2 Participantes en esta
Conferencia Otto von Bismarck Alemania
3 Acuerdos tomados
4 Algunos apartados de esta Conferencia
5 Fuentes
6 Enlace Externos
Celebración
La Conferencia de Berlín, celebrada entre el 15 de noviembre 1884 y el 26 de
febrero 1885 en la ciudad de Berlín fue convocada por Francia y Alemania y
organizada por el Canciller de Alemania, Otto von Bismarck, con el fin de resolver
los problemas que planteaba la expansión colonial en África y resolver su
repartición.
Tras la Conferencia, solo dos países africanos conservaron el derecho a preservar
su independencia: Etiopía yLiberia, esta última bajo la protección de los Estados
Unidos de América.
El día de la inauguración de tan solemne reunión, Bismarck abrió la primera sesión
y aceptó la presidencia, aseguró que el propósito de la Conferencia era promover
la civilización de los africanos abriendo el interior del continente al comercio,
definió los tres objetivos específicos de la reunión libertad de comercio en
el Congo y el Niger y acuerdo sobre las formalidades para una válida anexión de
territorios en el futuro.
Señaló, igualmente, que no se entraría en cuestiones de soberanía. Y tras insistir
en que la Conferencia serviría a la causa de la paz y la humanidad, Bismarck
finalizó su intervención dando una impresión de incertidumbre y ambigüedad.
Acuerdos tomados
El rey de Bélgica, Leopoldo II, convenció hábilmente a los gobiernos de Francia y
de Alemania que para los intereses de ambos países era necesario asegurar el
libre comercio en África. Portugal era un país demasiado débil para proteger un
imperio africano demasiado vasto, por lo cual sugirió una conferencia internacional
para solucionar posibles conflictos entre las potencias europeas, catorce estados
fueron convocados. El Imperio alemán, el Imperio austrohúngaro, Bélgica,
Dinamarca, el Imperio otomano, España, Estados Unidos, Francia, Reino Unido,
Reino de Italia, Países Bajos, Portugal, el Imperio ruso y Suecia. Los Estados
Unidos no llegaron a participar efectivamente en la Conferencia, la cual fue
dominada por las grandes potencias europeas que ya habían manifestado interés
en África Reino Unido, Alemania, Francia y tenían poderío suficiente para
establecerse allí.
En la Conferencia se proclamó la libre navegación marítima y fluvial por los ríos
Congo y Níger, se estableció la libertad de comercio en el centro del continente
africano formado por la cuenca del río Congo, se acordó la prohibición de la
esclavitud, y se estableció el derecho a reclamar una porción de la costa africana
sólo si dicho territorio se ocupaba efectivamente y se comunicaba de este evento
a otros estados.
Un elemento importante que fue pactado en la Conferencia fue reconocer como
regla de Derecho Internacional el principio de uti possidetis iure, en tanto para que
un estado europeo reclame derechos de soberanía sobre un territorio africano
debería de establecer previamente una real posesión sobre éste. Para acreditar
esta posesión era preciso que la potencia europea reclamante hubiese suscrito un
tratado con la población local y ejerciera actos efectivos de administración, o que
hubiera establecido una ocupación militar permanente que bastase para asegurar
su posesión, adquiriendo también el derecho a la explotación económica
permanente. El objetivo era evitar que las naciones europeas reclamasen
derechos sobre un territorio donde no tuviesen presencia alguna, lo cual generó
una competencia desenfrenada de misiones comerciales, diplomáticas y militares
enviadas por países europeos con el fin de tomar a la brevedad la mayor cantidad
posible de territorio africano.
Cada potencia impondría sus propias formas de administración.
Se plantearon algunas obligaciones las regiones; entre otras, estaban garantizar la
paz en las poblaciones, elevando el nivel de vida de los habitantes y mejorando
las vías de comunicación, para asegurar el flujo comercial.
Se garantizó la libertad de navegación por los ríos Níger y Congo.
Se adoptó la doctrina de que todos los territorios pertenecían a aquellos que los
ocuparan primero desde la costa, para penetrar por ellos hacia el interior. Quedó
prohibido apoderarse de las regiones por el solo hecho de descubrirlas o
explotarlas.
Una vez discutidos y resueltos los problemas planteados al comienzo de la
conferencia, tras las sesiones y reuniones celebradas durante esos meses, los
delegados elaboraron un Acta General, que fue firmada el 26 de febrero de 1885,
que contenía declaraciones, acuerdos y principios, asía como las normas respecto
de las más importantes cuestiones tratadas por las potencias colonialistas
reunidas en la capital alemana, y que contenía siete apartados.
Conferencia
Disposiciones generales.
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La Guerra de Secesión nortamericana transcurrió entre los años 1861 y 1865. En ella los
Estados del Norte (la Unión) se enfrentaron a los del Sur (los Estados Confederados) por
tener diferentes políticas en lo referido a la esclavitud y al desarrollo económico de la nación.
Y es que, mientras que el Norte abogaba por abolir la esclavitud de los negros y
favorecer la industria, el Sur seguía manteniendo una postura segregacionista en
beneficio del campo y el librecambio.
La llegada a la presidencia de Abraham Lincoln enquistó aún más las posiciones de todas las
partes y estas diferentes posturas derivaron en una guerra. Así, mientras el Norte dominaba
los recursos de la Marina, el Sur contaba con un buen número de oficiales del Ejército.
Tras dos años iniciales en los que los Confederados parecía que ganaban terreno,
finalmente la Unión logró bloquear el comercio por mar del Sur, lo que implicó que perdieran
el comercio de algodón. Esto, unido a las victorias en las batallas de Nueva Orleans y
Gettysburg provocó que en 1864 el triunfo se empezara a decantar a favor del Norte.
Algo que no se proclamó de forma oficial hasta el año siguiente.
Política del Gran Garrote.Formulada por el presidente Teodoro Roosevelt (1901-
1909) basada en la aplicación del uso de la fuerza contra los países que se
negaran a aceptar sus ofertas "generosas"
Contenido
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La dictadura imponía la ley sobre los más débiles, que no tenían ninguna
posibilidad de poder plantear sus demandas producto a la represión. La
diferenciación social era visible ante los ojos de cualquiera que visitara el país. Los
obreros trabajaban hasta dieciséis horas al día, eran azotados y cuando
realizaban huelgas para protestar por su situación eran reprimidos violentamente.
Los campesinos no tenían tierras pues se mantenían los grandes latifundios. De
15 millones de habitantes solo 834 individuos tenían en su poder las dos terceras
partes de las tierras cultivables. Los campesinos eran desalojados de sus tierras y
estas pasaban a manos de empresas extranjeras. El dictador puso los recursos
naturales de México al servicio del capital norteamericano, que para 1912 tenía
invertido la astronómica cifra de 1000 000 000 de dólares.
Inicios de la Revolución
Doctrina Monroe
Doctrina Monroe
Personajes destacados:
Contenido
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1 La doctrina Monroe
2 Objetivos de la doctrina Monroe
3 Consecuencias de la doctrina Monroe
4 Extracto del mensaje al congreso del presidente James Monroe
5 Referencias
6 Fuentes
La doctrina Monroe
John Quincy Adams, Presidente de los Estados Unidos que promulgó esta doctrina.
En 1822 Estados Unidos fue el primer estado que reconoció las nuevas naciones
que en Hispanoamérica acababan de separarse de España. Aquel mismo año
inquietaron a los Estados Unidos dos iniciativas procedentes de Europa y dirigidas
hacia el Nuevo Mundo:
El zar Alejandro I proclamó los derechos de Rusia sobre la costa del Pacífico y las
aguas vecinas desde Alaska, que pertenecían entonces a Rusia hasta el paralelo
51, es decir hasta la parte norte de la isla de Vancouver. Siguiendo las
instrucciones de Monroe, John Quincy Adams informó al ministro de Rusia que los
Estados Unidos "debían discutir el derecho de Rusia a cualquier establecimiento
territorial en este continente y debían afirmar claramente que el continente
americano no se hallaba ya subordinado a cualquier nuevo establecimiento
colonial europeo".
El Secretario de Estado escribió al Ministro de los Estados Unidos en Rusia:
Tal vez no haya momento más favorable para decir franca y explícitamente al gobierno
ruso que la paz futura y el interés de la propia Rusia no pueden verse facilitados por el
establecimiento de Rusia en una parte cualquiera del continente americano.
En otoño de 1822, en el Congreso de Verona, Francia y las potencias de la Santa
Alianza (Rusia, Austria y Prusia) decidieron intervenir en España, donde una
revolución había obligado a Fernando VII a aceptar una Constitución liberal. En
1823 Luis XVIII envió un ejército al otro lado de los Pirineos para ayudarle a
restaurar su poder absoluto. Los Estados Unidos temieron que las potencias de la
Santa Alianza, se ocupasen luego de sus antiguas colonias hispanoamericanas.
Londres propuso a Washington una declaración común americano-británica que
alertase a las potencias europeas contra cualquier tentativa de reconquistar
Hispanoamérica. Los Estados Unidos plantearon como condición:
que Inglaterra reconociese, en primer lugar, la independencia de las antiguas
colonias hispanoamericanas, pero Inglaterra procuró esquivar la cuestión.
Monroe, según observó su Secretario de Estado, se "alarmó" cuando las fuerzas
francesas se apoderaron de Cádiz, última plaza fuerte de los revolucionarios. John
Quincy Adams vio con agrado que Monroe decidiese manifestarse sin coordinar
para nada con Inglaterra, para no estar como un furgón de cola de dicho país.
Adams preconizaba una comunicación transmitida por las vías diplomáticas
normales a Francia y a Rusia, pero Monroe prefirió una declaración solemnemente
integrada a su "mensaje sobre el estado de la Unión".
La primera parte de esta declaración aludía a las pretensiones de Rusia sobre la
costa del Pacífico, y la segunda parte concernía más específicamente a las
intenciones que las potencias europeas pudiesen tener sobre América Latina.
Monroe pedía con firmeza a las potencias europeas que no interviniesen en
América. Asimismo, confirmando la política de neutralidad inaugurada por George
Washington, adquiría el compromiso de no intervenir en los asuntos europeos. Por
lo tanto la llamada doctrina Monroe comprende dos elementos indispensables:
La Doctrina fue recibida con entusiasmo en los Estados Unidos, pero en Europa
pasó inadvertida o provocó cierta exasperación, porque, como han demostrado
diversos historiadores, las potencias europeas en realidad no tenían intención
alguna de intervenir en la América española.
Fue letra muerta, por lo menos durante 20 años. La doctrina, con relación
a Latinoamérica, se tradujo en una política de no-alianza sistemática (negativa a
intervenir en el Congreso de Panamá de 1826).
Las aplicaciones de la doctrina en la primera mitad del Siglo XIX fueron raras
(intento anglo-francés cuando la cuestión de Texas, en 1845, o la amenaza
inglesa y española sobre Yucatán en 1848). La verdadera historia de la doctrina
comienza a fines del siglo XIX cuando se transformó en ofensiva y sirvió para
justificar las anexiones usamericanas.
Antecedentes a la independencia de
Cuba
Comenzaremos este resumen de la independencia de
Cuba hablando de los antecedentes a dicha revuelta. Desde
1810 se estaban dando pequeñas revueltas con aires
independentistas en muchas colonias españolas de América
sobre todo en Cuba. España con tal de evitar esa separación
le concedió una pequeña libertad en el hecho de comerciar
con otros países extranjeros. Otro aspecto que no incitaba la
separación era que la gran mayoría de la población cubana
estaba constituida por españoles y la raza criolla.
Los verdaderos movimientos favorables a la independencia
comenzaron cuando, tras proclamarse la Constitución de
Cádiz en 1820, Cuba envió a tres representantes cubanos
liderados por Félix Valera que pidió entre otras cosas la
independencia y estos fueron apartados de las Cortes
españolas ya que Cuba no estaba considerada como una
provincia sino como una colonia. Aún así, Varela pasó a ser
el forjador de ese pensamiento independentista.
Treinta años después, la demanda azucarera disminuyó ya
que muchos sectores liberales cubanos acabaron
vinculándose a la política estadounidense que era por
entonces su principal comprador.
Cuba independiente
Terminamos este resumen de la independencia cubana
llegando ya al final de esta guerra. En 1897 Estados Unidos
protestaba que la guerra estaba afectando a sus intereses ya
que esta era quién intervenía en mayor grado en la
producción de azúcar exigiéndole a España reformas para
obtener la paz.
Los cubanos afirmaron que esa paz solo llegaría si lograran la
independencia y fue ante la destrucción del acorazado
estadounidense Maine lo que implicó la entrada de los
Estados Unidos en el combate acusando a España de dicho
desastre.
Estados Unidos le declara la guerra a España logrando
vencer al ejército español en Cuba y Filipinas que, junto a
Puerto Rico, fueron cedidas por España a Estados Unidos
tras la firma del Tratado de París en el año 1898. Estas
siguieron siendo colonias pero esta vez de Estados Unidos
hasta 1902 que fue cuando Cuba se declara independiente
tras haberse aprobado un proyecto de Constitución que
incluía la Enmienda Platt por la cual Estados Unidos solo
dirigía la economía de Cuba hasta 1934 que fue cuando se
derogó.
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