CATEGORÍAS GRAMSCIANAS

Pensar el poder

¿Cómo se ejerce el poder? Frente al marxismo ortodoxo (que únicamente ve violencia en el

Estado burgués) y frente a la social democracia (que sólo tiene ojos para el consenso
parlamentario) el marxismo de Gramsci sugiere que el capitalismo ejerce su poder de manera
violenta contra sus enemigos y consensuada contra los aliados. La dominación (violencia) y la
dirección cultural (consenso) no se pueden separar.

El poder nunca está fijo en la sociedad, sino constituido por relaciones de fuerza entre las
clases sociales. Los revolucionarios jamás deben ser pasivos. Deben tomar la iniciativa para
modificar las relaciones de poder y de fuerza.

Veamos ahora algunas definiciones gramscianas tomadas del libro de Hugues Portelli Gramsci
y el bloque histórico, México, Siglo XXI, 1987.

BLOQUE HISTÓRICO: Es el vínculo entre la estructura y la superestructura realizado por los

intelectuales orgánicos. Es el punto de partida para analizar cómo un sistema de valores
culturales (ideología) penetra, se expande e integra un sistema social.

Por lo tanto, el bloque histórico es un sistema social que en un determinado momento y lugar
se constituye cuando una clase o alianza de clase dominante construye un sistema
hegemónico. El bloque histórico abarca tanto a la estructura social como a la superestructura
ideológica y política. Esta última está conformada por las denominadas:

Sociedad Política: es la parte de la superestructura cuya función es el uso de la coerción

entendida como la aplicación de la denominada fuerza pública como el conjunto de las
normativas jurídicas en un territorio y una población determinados.

Sociedad civil (explicada más abajo)

SUPERESTRUCTURA: se divide en:

SOCIEDAD POLÍTICA (aparato de Estado)

SOCIEDAD CIVIL (dirección cultural y moral. Ideología de la clase dirigente).

La SUPERESTRUCTURA alterna el consenso (opinión pública, educación) con la coerción).

ESTRUCTURA: conjunto de fuerzas materiales y del modo de producción. Es más estático que
la estructura. Sin embargo, no todos los movimientos de la superestructura son orgánicos
(permanentes), hay que distinguir los coyunturales (accidentales).

SOCIEDAD POLÍTICA

SUPERESTRUCTURA SOCIEDAD CIVIL

BLOQUE HISTÓRICO

ESTRUCTURA
La sociedad civil

Entre la economía (la estructura) y el Estado (o superestructura) se ubica un tercer tipo de

instituciones que Gramsci denomina “sociedad civil” (la escuela, los periódicos, los partidos
políticos, los sindicatos, las iglesias) cuya finalidad consiste en generar consenso.

Para él, la dominación del capitalismo sobre los trabajadores se reproduce cotidianamente
combinando la violencia (o la amenaza) que ejercen las instituciones del Estado y el consenso
que fabrican las instituciones de la sociedad civil.

HEGEMONÍA: Es primacía de la sociedad civil sobre la sociedad política a través de dos

mecanismos:

Una concepción general de la vida, una filosofía.

Un programa escolar, un principio educativo y pedagógico.

La HEGEMONÍA es lo que permite controlar a las otras capas sociales.

La HEGEMONÍA POLÍTICA es lo opuesto de la DICTADURA (situación intermedia hasta la

creación de un nuevo bloque histórico).

En sus “Cuadernos de la cárcel”, Gramsci advierte que la hegemonía burguesa no es sólo

política, también se construye y recrea en la vida cotidiana. A través de ella se interiorizan los
valores de la cultura dominante y se construye un sujeto domesticado.

El capitalismo no resuelve los problemas materiales de la mayor parte de la población. Sin

embargo, es ideológicamente hegemónico: convence a la gente de que no hay otra forma de
vivir más que la que le ofrece el sistema.

Todo proceso de ejercicio de la hegemonía lleva implícito el intento de generalizar los valores
particulares de un sector social para el conjunto de la población. La escala de valores de toda
sociedad siempre está en disputa. Termina predominando la de aquel sector que ejerce la
hegemonía, pero ésta siempre se enfrenta a un intento contra hegemónico por parte de los
segmentos subordinados.

CRISIS ORGÁNICA: es el paso necesario antes de la aparición de un nuevo BLOQUE HISTÓRICO.

Es una ruptura del vínculo orgánico entre estructura y superestructura (los intelectuales no
representan más a las clases dominantes). Es consecuencia de la evolución de la estructura sin
una evolución paralela de la superestructura (lo viejo que muere…). También puede ser
descripta como una “CRISIS DE HEGEMONÍA” (la clase dominante deja de tener el control de
las subordinadas). Es una crisis de autoridad de la clase dirigente, que se convierte puramente
en dominante.

La CRISIS ORGÁNICA se produce por:

La clase dirigente fracasó en alguna empresa política para la cual demandó el consenso (o lo
impuso por la fuerza) de las masas (por ejemplo, la guerra).Las masas pasan de la pasividad a la
actividad política, planteando reivindicaciones caóticas que en su conjunto, constituyen una
REVOLUCIÓN.
La CRISIS ORGÁNICA es una CRISIS DE LA ESTRUCTURA (por eso puede durar años).

REVOLUCIÓN PASIVA: modernización del Estado por medio de reformas, sin pasar por una
revolución política de tipo jacobino. Se produce en un contexto de ausencia de iniciativa
popular y donde el progreso es una reacción de las clases dominantes a la anarquía por medio
de “restauraciones” que recogen alguna exigencia popular. Es una REVOLUCIÓN-
RESTAURACIÓN.

INTELECTUALES ORGÁNICOS: los intelectuales forman una capa social diferenciada ligada a la
estructura (clases fundamentales en términos económicos). Están encargados de elaborar y
administrar la superestructura que le dará a esta clase homogeneidad y dirección del bloque
histórico.

Son quienes elaboran la ideología de la clase dominante dándole conciencia de su rol y

transformándola en una concepción del mundo que impregna todo el cuerpo social.

Como vemos, Gramsci es el gran teórico marxista de la política, pone en el centro el rol del
Estado.

En el caso argentino, el problema es el de una organización consensual del Estado. Pareciera

que la imposibilidad de organizar un Estado no sólo está signada por la fortísima dificultad de
encontrar acuerdos políticos que definan un pacto de dominación que lo legitime; sino
también por la imposibilidad de evadir su propia fragmentación económica, social y cultural.