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política de fuerte presencia estatal en la gestión cultural, acaso algo más

marcada en Argentina, combinando diferentes modalidades: presencia directa


del estado, estímulo a la industria y convergencia estatal privada. Sus
legislaciones y acciones tienden a reivindicar asuntos como la diversidad cultural,
la proyección global de la cultura local, protección de la identidad y de las
producciones propias y la federalización, y a englobar bajo la consideración de
“derechos esenciales” las manifestaciones culturales. Pero también aparecen
como coincidentes sus déficit, particularmente desde las perspectiva de las
nuevas tecnologías.

las leyes de propiedad intelectual. Se observa la necesidad de una actualización.

En Argentina la Ley de Propiedad Intelectual Nro. 11.723 promulgada el 30 de


septiembre de 1933 también "acumula una gran deuda con sus autores".
Mantiene el mismo espíritu 80 años después, para regular la forma en la que
producimos, distribuimos y accedemos a la cultura, en un contexto social y
tecnológico es totalmente diferente.

Tanto organizaciones de la sociedad civil como funcionarios a cargo de políticas


culturales públicas coinciden en que la Ley de Propiedad Intelectual N°11.723,
debe ser modificada especialmente porque no contempla los modos de
producción y circulación en los entornos digitales. Asimismo, la reforma de la
norma debería garantizar el equilibrio entre el derecho de acceso a la cultura y el
derecho de los artistas e investigadores a ser retribuidos económicamente por
sus producciones.

Originariamente la ley suponía que mediante el otorgamiento de monopolios


limitados en el tiempo a los autores, se incentivaba la producción y publicación
de más y mejores obras, y así, mediante la disposición de las obras producidas,
los autores se "ganarían la vida" con ellas. Sin embargo, la ley 11.723 no ha
servido a este propósito y tampoco consiguió equilibrar la balanza, entre el
respeto del derecho de los usuarios y el de los autores a lograr medios de vida
dignos.

Diversos reportes de legislación comparada dan cuenta que la Argentina tiene


una de las leyes de propiedad intelectual más restrictivas del mundo. En la
Argentina es casi imposible no infringir la ley de propiedad intelectual. la ley
Argentina carece de las flexibilidades esenciales necesarias para la vida cultural y
educativa del país. Miles de prácticas cotidianas, valiosas culturalmente,
constituyen delito penal en la Argentina.

La regulación actual no parece solucionar las necesidades de diversidad cultural


ni las necesidades de la gran mayoría de los autores e intérpretes de gozar del
derecho a una vida digna. Es decir, una regulación de derechos autorales actual,
debería necesariamente permitir a los autores obtener mediante su trabajo, un
nivel de vida digno, al mismo tiempo respetando y promoviendo los derechos de
acceso y participación en la cultura a toda la ciudadanía y la regulación actual no
cumple con ninguna de estas dos premisas. Lamentablemente, hasta el momento
los planteos o propuestas sobre una flexibilización de la ley de propiedad
intelectual han chocado con una industria que pretende mantener el control
sobre la circulación de las obras, con entidades de gestión colectiva que
administran presupuestos millonarios y de algunos pocos artistas que, siendo los
más populares, son a la vez los principales beneficiarios del sistema.
PROTAGONISMO DE LA SOCIEDAD CIVIL

profundiza el protagonismo de la sociedad civil como concepto de acción del


estado, en nuestro país, la creación de un Ministerio de Cultura que como
primera acción fuerte de su gestión promueve la construcción de una Ley Federal
de las Culturas, dan cuenta de una concepción del estado que se asocia con la
sociedad, y del protagonismo que tiene –o puede tener, en la medida en que
hacemos efectivo este derecho-el conjunto de la sociedad en la construcción de
normas de manera colectiva. De hecho la propuesta de esta Ley se hace bajo la
órbita del Decreto 1172/03 que regula la elaboración participativa de normas.

La cultura como derecho y necesidad básica.

Durante los últimos doce años, la cultura argentina ha mostrado una gran
transformación. Con la premisa de que la cultura es un derecho de y para
todos, se buscó ampliar la participación y organización popular para expandirla y
preservarla, garantizando el acceso igualitario a bienes y medios de
producción. Se fomentaron de esta manera, proyectos culturales, populares y
comunitarios, con el objetivo de impulsar la recuperación del entramado social y
el pleno ejercicio de los derechos culturales. Se han impulsado programas que
dirigen la inversión pública hacia la equidad en el acceso a la cultura. Programas
como Argentina Conectada, Igualdad Cultural y Argentina Digital resuelven
fuertes inequidades en el acceso a las nuevas tecnologías, permitiendo el pleno
ejercicio del derecho a la cultura y la información. Como resultado de estas
acciones, en términos económicos, la cultura no solo creció de manera acelerada
–hoy aporta el 3 % del PBI nacional, generando 70 mil millones de pesos
anuales, lo que equivale a la contribución, por ejemplo, de la minería–, sino que
además se ha desarrollado. Algunos de los programas y acciones llevados
adelantes por la gestión actual son:

Plan Nacional Igualdad Cultural, Conectar Igualdad, CePIA- Centro de


Producción e Investigación Audiovisual, ICP- Instituto de Cultura
Pública, Programa Social de Orquestas y Bandas Infantiles y Juveniles

Cabe consignar que en mayo de 2014 se creó por decreto el Ministerio de Cultura
(antes era una Secretaría) ya que se entendió que la gestión cultural necesitaba
fortalecer sus políticas orientadas al desarrollo de aquellas áreas que tienen
especial importancia en relación a la calidad de vida de los ciudadanos.

En suma la gestión cultural pública argentina y la construcción estratégica de


las políticas culturales de como calificar el acceso a la información y ser una
herramienta de transformación social que habilita, el acceso al disfrute y la
producción de bienes culturales favoreciendo la expresión cultural en todas sus
formas.

El fomento a la diversidad cultural

la necesidad de preparar la sociedad para convivir y admirar los distintos modos


de vida que la componen. Así quizás se pueda hablar de diversidad cultural,
aunque aún estemos en el camino al encuentro de una integración cultural como
comunidad. En Argentina conviven expresiones culturales provenientes de los
más diversos orígenes. Los argentinos, tenemos el privilegio de contar con una
cultura enriquecida por nuestros aborígenes, por los inmigrantes europeos y por
los inmigrantes africanos.

Argentina es un país que por mucho tiempo ha renegado de su pasado y su


historia. Es una realidad que si bien existen cantidades de comunidades con
expresiones culturales propias, falta una conciencia colectiva de parte de los
ciudadanos para que la diversidad se reconozca como cimiento esencial de
nuestra identidad.

Tras su asunción en 2014 asumió laMinistro de Cultura Teresa Parodi, señaló


que "el Estado tiene que hacer visible la diversidad cultural que hay,
emparentada tan categóricamente con América Latina" y consiguientemente
impulsó desde su Ministerio la creación de una Ley Federal de las Culturas, un
proyecto que aún está en proceso de gestación.

En tanto desde el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas –INAI- se estimula la


atención y apoyo a los aborígenes y a las comunidades indígenas existentes en el
país, asegurar su defensa y desarrollo, su plena participación en el proceso
socioeconómico y cultural de la Nación, respetando sus propios valores,
modalidades y la preservación de sus pautas culturales en los planes de
enseñanza. De todos modos cabría considerar que las políticas culturales no se
condicen con el reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios, en la
gestión de un gobierno que ha llevado la bandera pro-diversidad mientras que
comunidades enteras de aborígenes sobreviven en la pobreza abandonados por
un estado que no atiende sus necesidades.

MECENAZGO

Otra de las legislaciones incluidas en las políticas culturales es la de Mecenazgo.


buscar la convergencia del estado con la actividad privada en la promoción
cultural, y en su modalidad al devengar impuestos a lo patrocinadores, aunque
difieren en sus montos. Las leyes de mecenazgo consultadas, caso Chaco y
Corrientes : fomentar e incentivar la actividad privada en la financiación de
proyectos culturales a través de la figura del mecenazgo.

Los actos de patrocinio y donación de bienes muebles o inmuebles para el


estímulo, ejecución y promoción de actividades culturales, realizados por
personas físicas o jurídicas, con o sin reciprocidad, para la generación,
conservación, enriquecimiento y difusión de bienes y servicios culturales.

En el caso de Corrientes y Chaco , las donaciones pueden ser tanto de bienes


muebles como de bienes inmuebles. De manera saliente en Corrientes se ha
creado una comisión especial en donde están representados el Instituto de
Cultura, legisladores y asociaciones civiles para controlar la legislación

En Chaco la Ley de Mecenazgo es de 2007 y en Corrientes de 2015. No se


conocen aún a nivel local balance en cuanto al impulso que han tenido las
actividades culturales bajo esa modalidad.

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