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Hemos dicho ya que la planificación es lo que permite unir una determinada teoría pedagógica con la práctica docente. Esto
porque no es indiferente preferir un tipo de planificación por sobre otro, sino que se trata de una forma de instalarse
ideológicamente frente a la labor pedagógica. Para comprender mejor esta idea, revisaremos los modelos pedagógicos más
relevantes de nuestra historia educacional, considerando a qué tipo de planificación está ligado cada uno.
El modelo academicista
A partir del siglo XIX, podemos hablar de un proyecto educativo en Chile. Es cierto que durante la Colonia se dieron instancias en
las que se impartió un determinado conocimiento, pero no se trataba de una instalación pedagógica consciente, sino
simplemente de un conocimiento útil para que la cultura dominada se asimilara a la dominante y manejara operaciones básicas
que permitieran su desempeño en el trabajo. Por el contrario, una vez superada la Colonia, el Chile de la Independencia debe
decidir por sí mismo las directrices que guiarán su educación. La corriente de pensamiento que se adopta es la francesa y, más
específicamente, la Ilustración. De acuerdo a ello, la razón constituye un concepto fundamental, al igual que la necesidad de
"llevar las luces" a todos por igual, en un país con un porcentaje muy bajo de estudiantes. Es en este momento que el modelo
pedagógico llamado "Academicista" o "Tradicional" se instala en Chile.
Este modelo pedagógico se caracteriza por estar centrado en la enseñanza más que en el aprendizaje, es decir, es más
importante que el alumno sea capaz de repetir lo dicho por el docente que su capacidad de comprender y apropiarse del
conocimiento. El énfasis, por lo tanto, estará en la memorización de conceptos y en la selección de un tipo de saber canónico. No
se consideran, entonces, los códigos propios del contexto al que pertenece cada estudiante, sino que ellos deben asimilarse a un
código considerado como "correcto". El portador del código es el docente que, dentro de este modelo pedagógico, sostiene una
relación autoritaria con en alumno o alumna (ambos sexos estudiaban por separado y con contenidos diferenciados), ya que
impone cierta forma de ver el conocimiento y de ver el mundo. El estudiante solamente escucha el monólogo del profesor y se
convierte en un ‘recipiente’ de lo que él o ella transmite.
El tipo de planificación asociado a este modelo es el que muchos docentes conocen como sábana. Se trata de una enumeración
de conceptos que los estudiantes deberán aprender en un determinado lapso de tiempo, sin importar cómo ni para qué. Desde
este punto de vista, la planificación en “sábana” no permite observar la coherencia de una unidad didáctica a través de la
metodología empleada. Por lo tanto, tampoco contempla la posibilidad de evaluar el proceso de aprendizaje, sino solamente el
producto de la acumulación sucesiva de aprendizajes.
El modelo conductista
A principios del siglo XX, la pretensión de expandir el conocimiento "por las diferentes clases de la sociedad" (palabras de Andrés
Bello en su discurso inaugural de la Universidad de Chile) no se había logrado. Los estudios que se realizan siguen arrojando
como resultado un número muy bajo de alumnos y alumnas, en comparación con la población total de niños. A partir de estos
problemas, se generan una serie de iniciativas para modificar el sistema educacional en Chile y para aumentar el nivel de
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escolaridad.
Las iniciativas que obtienen resultados con más rapidez son las destinadas a aumentar la cantidad de niños con acceso a
educación, cuyo número había crecido significativamente en los años ’50 y ’60. Sin embargo, el crecimiento cualitativo no
sucedió siempre de manera simultánea, ya que no se cautelaba la calidad de la educación que esta gran cantidad de estudiantes
estaba recibiendo.
Los problemas surgidos a raíz del aumento en el número de alumnos y alumnas posibilitaron la instalación del conductismo en
Chile. Se comenzaron a elaborar materiales didácticos estandarizados, que pretendían evaluar por igual a todos los estudiantes
(la P.A.A. en 1967, por ejemplo) y así facilitar la corrección, haciéndola más 'objetiva'. Desde este punto de vista, el conductismo
se manifiesta a favor de una mirada que desvincula el saber de la subjetividad, pues cree en la posibilidad de conocimiento
'puro'. Así, los alumnos y alumnas siguen aprendiendo de forma memorística y reiterativa, a lo que se agrega la noción de
aprendizaje a través del refuerzo y de la lógica estímulo-respuesta. El estudiante debe aprender a responder siempre lo mismo
frente a un mismo estímulo. De esta concepción de la educación vienen las preguntas de opción múltiple, los 'verdadero o falso',
los 'términos pareados', etc.
Dentro de este modelo, no hay cabida para la planificación, pues el docente no es considerado un sujeto activo y propositivo,
sino simplemente un ejecutor de los Programas o de los Textos de Estudio. Basta, entonces, con que tenga el Programa a mano
y vaya marcando aquellos conceptos que ya revisó y automatizó en los alumnos y alumnas o que planifique en un nivel muy
básico, eligiendo los conceptos del Programa que trabajará dentro de una unidad.
Debido a la necesidad de equilibrar la calidad de la educación para todos los alumnos y alumnas del país, se instala en los años
90' la reforma que actualmente estructura nuestro Marco Curricular. Sus fundamentos pedagógicos están en el modelo
constructivista y en el cognitivo.
El primero de ellos supone un énfasis ya no en la enseñanza, sino en el aprendizaje, es decir, en los progresos del estudiante
más que en los conceptos impartidos por el maestro. A diferencia del modelo academicista, cuya metodología principal era la
clase expositiva, el constructivismo privilegia las actividades realizadas por los alumnos y alumnas, de manera que no se aprende
a través del lenguaje abstracto, sino que a través de acciones. Se trata de comprender la relación docente-estudiante como una
construcción conjunta de conocimientos a través del diálogo. Ello implica problematizar los saberes, abrir los conceptos a la
discusión y consensuar con los estudiantes una forma común de comprender una determinada disciplina. Sin embargo, no se
debe confundir este modelo con un rechazo a la clase expositiva, pues siempre es necesario, en algún momento de la unidad,
sistematizar el conocimiento adquirido a partir de las actividades realizadas.
Por su parte, el modelo cognitivo se centra en los procesos mentales del alumno o alumna y en su capacidad de avanzar hacia
habilidades cognitivas cada vez más complejas, ya sea por sí mismo o con la ayuda de un adulto. De esta manera, ya no
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hablamos únicamente de conceptos, sino de capacidades cuya estructura es secuencial. Para trabajar con este modelo, es
necesario considerar los ritmos de aprendizaje de los estudiantes y reconocer cuándo están en condiciones de acceder a una
capacidad intelectual superior. Es por eso que los Aprendizajes Esperados de los Programas de Estudio parten con habilidades
más simples (reconocer, identificar) y terminan con las de mayor dificultad (analizar, interpretar, evaluar). Dentro de este
modelo, la relación del docente con el alumno o alumna se centra en el rol de facilitador del primero, ya que es el que ayudará a
los estudiantes a acercarse a los niveles más complejos del conocimiento.
Desde este punto de vista, planificar ya no puede ser simplemente elaborar un listado de contenidos, sino también incluir los
aprendizajes que se espera lograr en los alumnos y alumnas, las actividades a través de las cuales el docente se propone lograr
estos aprendizajes y, finalmente, la forma en que evaluará si lo esperado se logró. Algunos tipos de planificación que pueden
resultar útiles para este modelo pedagógico son: la planificación en T, la V heurística y la planificación en Trayecto.
Vínculo de interés
Caracterización de diferentes modelos pedagógicos, esquema extractado de Flórez Ochoa, Rafael: Evaluación Pedagógica y
Cognición, McGraw-Hill Interamericana S.A., Bogotá, 1999.
LAS PLANIFICACIONES se clasifican según el tiempo de clase que abarcan -por ejemplo si son anuales o por unidades
didácticas- y según el modelo pedagógico en el que se inscriben. Aquí te presentamos la descripción y ejemplos de cada una de
ellas.
Planificación anual:
Se trata de un diseño que contempla los aprendizajes que se espera lograr durante todo un año de clases. Como es un periodo
extenso de tiempo, se compone de varias unidades didácticas que, idealmente, deberían presentar cierta coherencia entre sí.
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Según modelo pedagógico
Otra forma de clasificar las planificaciones es considerar el modelo pedagógico en el que se inscriben, de acuerdo a los elementos
que incluye cada tipo de planificación. A continuación te mostramos algunos de los tipos que existen, junto con ejemplos para
cada uno:
Planificación en 'sábana':
Esta forma de planificación corresponde a un modelo pedagógico tradicional o academicista. Su estructura contiene definición de
objetivos generales y específicos, listado de contenidos a tratar, y las pruebas que se realizarán en el semestre (sin indicadores
sobre los aprendizajes a evaluar). Su ventaja es que permite desglosar con mucha especificidad los conceptos que son necesarios
para trabajar adecuadamente una unidad. Sus desventajas se asocian con la ausencia de una mirada didáctica respecto de los
contenidos (cómo se trabajarán) y del rol del alumno o alumna dentro de esa secuencia de aprendizaje.
Ver ejemplo.
Planificación en T:
Es un tipo de planificación que se estructura en cuatro secciones: capacidades – destrezas, valores – actitudes, procedimientos –
estrategias y contenidos conceptuales. Se inserta tanto en el modelo cognitivo (habilidades adquiridas) como en el constructivista
(forma de adquirir las habilidades).
Su ventaja es que permite abordar todos los aspectos importantes de una planificación, pues requiere pensar en los contenidos
desde su triple dimensión (conceptual, procedimental y actitudinal) y en la forma de lograr el aprendizaje (metodología).
Sus desventajas se asocian a la ausencia de evaluación y a su carácter excesivamente amplio, lo que hace de la 'T' un buen
modelo para planificación anual, aunque no del todo para las unidades didácticas.
Ver ejemplo.
Planificación V heurística:
Este tipo de planificación se asocia principalmente al modelo cognitivo y puede ser muy útil para el docente, en términos de
evidenciar el sustento teórico que está tras su unidad didáctica.
En primer lugar, se debe pensar en una pregunta central que se quiera resolver con los estudiantes (ejemplo: ¿Por qué los
animales se dividen en especies?, ¿por qué el arte del Renacimiento es de esta forma?, ¿qué objeto tecnológico podría crearse
para solucionar el problema X?).
En un lado de la pregunta se escribe todo lo que tenga relación con el desarrollo conceptual que se necesita para responderla
(filosofía, teorías, principios y conceptos). Al otro lado de la pregunta se coloca todo lo referente a la metodología que permitirá
desarrollar los conceptos (afirmaciones de valor, afirmaciones de conocimiento, transformaciones que debe realizar el estudiante
frente a los conceptos y hechos o actividades en que el alumno o alumna aplica lo aprendido).
Su ventaja es que permite al profesor o profesora unir la teoría de su disciplina con la práctica pedagógica. Se trata, en todo
caso, de un modelo bastante complejo, pues no siempre es fácil diferenciar las distintas categorías que propone.
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Ver ejemplo.
Planificación en trayecto:
Este tipo de planificación se inserta en los modelos cognitivo y constructivista. Contempla cuatro casilleros principales:
aprendizaje esperado, contenidos, actividad y evaluación.
Una de sus ventajas es que trabaja con la misma nomenclatura de los Programas de Estudio, lo que asegura un trabajo asociado
a nuestro actual Marco Curricular. Además, contempla todos los elementos necesarios para una planificación: el qué
(contenidos), el para qué (aprendizajes esperados, evaluación) y el cómo (actividad).
Es un tipo de planificación que sirve para elaborar unidades didácticas y no planificaciones anuales, pues su brevedad requeriría
reunir varios trayectos para abarcar un año completo.
Ver ejemplo.
Objetivos generales
Objetivos específicos
Contenidos:
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Concepto de “ruido” en la comunicación.
Relación emisor-receptor en el discurso expositivo.
Finalidad del discurso expositivo.
Estructura del discurso expositivo: introducción, desarrollo conclusión.
Controles de lectura:
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MODELO DE PLANIFICACION T-MODELO COGNITIVO HABILIDADES ADQUIRIDAS . CONSTRUCTIVISTA FORMA DE
ADQUIRIR LAS HABILIDADES
CONTENIDOS CONCEPTUALES
PROCEDIMIENTOS - ESTRATEGIAS
Estructura del discurso expositivo Corregir el propio discurso, de acuerdo a las correcciones
realizadas por el compañero/a.
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Comprensión: Responsabilidad:
Identificar Cumplimiento
Analizar Compromiso
Relacionar Orden
Asociar
Deducir Participación:
Opinar
Producción: Intervenir
Jerarquizar Valorar
Seleccionar
Sintetizar Respeto:
Estructurar
Escuchar
Redactar
Valorar
Evaluar
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PLANIFICACION V HEURISTICA- MODELO COGNITIVO
Principios común
El discurso expositivo es aquel que
sirve para informar sobre un fenómeno Hechos
o tema. Produce un discurso
expositivo adecuado a la
Conceptos situación comunicativa
y que cumpla con la
Relación emisor-receptor en el discurso finalidad y estructura
Expositivo. Estructura (introducción, de este tipo de discurso
Desarrollo, conclusión)
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PLANIFICACION EN TRAYECTO
Unidad: U1
APREND. ESP.
CONTENIDO ACTIVIDAD EVALUACIÓN
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primordial del discurso proporcionen diversos
expositivo que es hacer tipos de informaciones y • Caracterizan los rasgos
comprensibles los objetos conocimientos, y explícitos e implícitos del
de que trata; y el efecto emisor y el receptor y la
de acrecentamiento del cuyos temas sean de relación que establecen
conocimiento que interés para los
produce en el receptor. estudiantes. respecto a la
comunicación.
• Describen las
finalidades que se
propone alcanzar.
Organizan el discurso en
esquemas, resúmenes,
apuntes, para trabajarlos
posteriormente en
producciones escritas y
orales.
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