El gobierno y otras empresas deberían apoyar a las familias de bajos
recursos haciendo más obras de caridad y distintas maneras de obtener ayuda. Escuchando y apoyando a la iglesia en el ámbito de las familias desamparadas y niños huérfanos. El gobierno cuando haga obras u otro tipo de trabajo debería llamar a esas familias de bajos recursos les pagarían y ellos harían la obra, eso sería un trabajo para todos, un trabajo realizado por la sociedad y para la sociedad; y esto va concorde con el principio del bien común. Solo de esta manera podremos reducir el índice de pobreza y ayudar a esas familias; y que el país crezca espiritualmente como económicamente.