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Se localiza en los límites del norte del estado de Guerrero, sur del estado de México y oeste del
estado de Morelos. Las coordenadas geográficas de la carta son: 18° 30' a 18° 45' de latitud norte y
99° 20' a 99° 40' longitud oeste, lo cual cubre una superficie aproximada de 950 km².
Se ubica en el límite de los terrenos Guerrero (subterreno Teloloapan) y Mixteca (?), este último
dentro de la plataforma Morelos-Guerrero.
Las rocas que afloran en la carta Taxco muestran evidencias de una historia de deformación
intensa, tanto en el régimen dúctil, como en el frágil.
La deformación dúctil se manifiesta en las rocas mesozoicas donde se observan dos estilos
estructurales distintos; a) la Secuencia volcánico-sedimentaria de Taxco y la Formación Villa Ayala,
correlacionables entre sí, se caracterizan por una esquistosidad penetrativa con planos de
foliación (S ), que muestran una variación entre N 65°-70° E/ 17°-20° NW; algunos afloramientos
de la Secuencia volcánico-sedimentaria de Taxco muestran superficies muy desarrolladas de
crenulación (S ), con una tendencia general N 15° W/ 40° NE; b) las formaciones Morelos y
Mexcala del Cretácico inferior y superior respectivamente, forman estructuras plegadas de
tamaño regional, dentro de las que sobresalen el anticlinorio de Chilacachapa (expuesto al
poniente fuera de esta carta), sinclinorio de Taxco y anticlinorio Coaxcatlán. Asociadas a los
grandes plegamientos, se observan varias fallas de tipo inverso, donde claramente la Formación
Morelos cabalga a la Formación Mexcala; de este tipo se menciona la falla Atzala, al suroeste de la
carta; las fallas Papala y La Silla, al centro de la carta y las fallas de Cacahuamilpa y Amatzingo-El
Tamarindo, al centro-norte de la carta. El contacto entre las formaciones Morelos y Mexcala es por
lo general tectónico, independientemente de las fallas inversas descritas, muestra evidencias de
movimientos relativos entre ellas (capa a capa), tanto de esfuerzos compresivos como extensivos
que se fueron sobreponiendo en el tiempo. Las estructuras de foliación, plegamiento y fallamiento
inverso de las unidades mesozoicas son producto de una historia compresiva no muy clara.
Algunos autores la consideran producto único de la Orogenia Laramide, mientras que aquí se
considera que pudiera existir una deformación previa, en el Aptiano, que genera la foliación y,
posteriormente la Orogenia Laramide, en el Cretácico superior-Terciario inferior que pliega a todas
las unidades mesozoicas.
La deformación frágil representada por fallamiento de tipo lateral y normal se registra en las
unidades del Mesozoico y del Terciario. El norte se caracteriza por una morfología de fosas y
pilares que hacia el Nevado de Toluca ha sido documentada por García, P. A., et al., (2000) como
resultado de un fallamiento de tipo normal con una orientación general N 50° E; en la carta, este
sistema de fallamiento se interpretó a través de la imagen de satélite con una serie de
lineamientos con orientación similar a la descrita. Otra falla normal, de importante magnitud, se
registra en el centro de la carta con el nombre de Zacatecolotla-Coapango con una orientación N
20° E. Otro importante sistema de fallamiento es el de tipo lateral; ejemplo de esto lo representa
la falla El Muerto con orientación N 55° W/ 54° NE y pitch de 35° que nos indica una componente
normal; existe también un sistema de fallamiento lateral izquierdo representado por las fallas de
Acamixtla y Chapulistlán.
La evolución tectónica de la región que comprende la carta Taxco, está ligada a los procesos de
acreción mesozoica que fueron conformando el territorio mexicano en su margen pacífica. En
dicha evolución se incluye, por una parte, a las rocas de origen oceánico representadas por una
diversidad de arcos de islas, que en su conjunto constituyen el Terreno Guerrero y, por la otra, a
bloques paleozoicos o precámbricos pertenecientes a cinturones orogénicos más antiguos, que
posteriormente fueron disgregados durante el rompimiento de Pangea y anexados también a la
margen del Pacífico Mexicano, como es el caso de los terrenos Mixteca y Oaxaca. En el caso
concreto de la carta Taxco, se considera la participación de los terrenos Guerrero y Mixteca.
La recién reportada edad Valanginiano-Hauteriviano de las rocas de Taxco y Taxco el Viejo obligan
a replantear un modelo de evolución distinta para la región. Las edades y litologías son muy
semejantes a los afloramientos de las secuencias volcánico-sedimentarias de Teloloapan-Ixtapán
de la Sal, tal y como se había considerado en los primeros trabajos de correlación de las rocas
metavolcánicas (Campa, U. M. F., 1974; Campa, U. M. F. y Ramírez, E. J., 1979) y en otros más
recientes (Salinas-Prieto 1994). De acuerdo a lo anterior, se considera que en la región existió una
prolongada actividad magmática desde el Jurásico superior (?) (Tithoniano) al Cretácico inferior
(Aptiano), para formar en su conjunto el arco insular de Teloloapan en un ambiente intraoceánico
dentro de la placa Farallón. Es muy probable que en el Aptiano el arco haya culminado su actividad
magmática, para posteriormente desarrollarse una plataforma calcárea. El paso de un ambiente
tectónico de arco intraoceánico a una plataforma calcárea, es muy incierta y especulativa, dicho
paso requeriría de la acreción del arco de Teloloapan al terreno Mixteca a principios del Aptiano
inferior, lo que le habría impreso una deformación intensa y el metamorfismo que caracteriza a
sus rocas; posteriormente, durante el Aptiano superior se desarrollaría un fenómeno distensivo
que permitiría el depósito de distintas facies sedimentarias, las cuales variarían desde capas rojas
en el oriente (Formación Zicapa), hasta sedimentos de cuenca en el occidente (Formación
Xochicalco en la Plataforma Morelos-Guerrero y Formación Acapetlahuaya al occidente de
Teloloapan). El desarrollo de la verdadera plataforma calcárea habría iniciado en el Albiano hasta
alcanzar su máximo desarrollo en el Cenomaniano. Las formaciones representativas de los
depósitos calcáreos tanto en la plataforma como en la cuenca serían Morelos y Amatepec
respectivamente.
La mineralogía megascópica de los cuerpos mineralizados, está integrada por galena, esfalerita y
ocasionalmente calcopirita, la ganga dominante es cuarzo, pirita y calcita.
El distrito cuenta con un potencial minero en reservas estimadas a enero del 2003 del orden de
7'055,095 toneladas con leyes de 91 g/t de Ag, 1.05% de Pb y 6.83% de Zn, catalogadas de la forma
siguiente: mineral probado 991,317 toneladas con leyes de 193 g/t de Ag, 2.12% de Pb y 4.30% de
Zn; mineral probable 1'059,758 toneladas con leyes de 120 g/t de Ag, 1.91% de Pb y 5.84% de Zn y
mineral posible 5'004,020 toneladas con leyes de 91g de Ag, 1.05% de Pb y 6.83% de Zn.
Anexa al tiro El Solar existe una planta de beneficio por el proceso de flotación propiedad de
IMMSA, con capacidad instalada de 3,200 toneladas métricas por día, obteniendo concentrados de
plata, plomo y zinc.
En toda esta región existe una gran cantidad de bancos de material. Se definieron cuatro áreas: El
Mogote-Santa Teresa, El Huixteco-Acamixtla, Amacuzac y Tetipac, en las que se explotan canteras,
lajas, arenas, gravas y materiales pétreos, derivadas de la Riolita Tilzapotla, horizontes arcillo-
calcáreos de la Formación Mexcala, depósitos de lahar no consolidados de la Formación
Cuernavaca y calizas (trituradas) de la Formación Morelos, sobresaliendo la explotación de cantera
del cerro El Huixteco que han sido explotadas desde 1751, año en el que el minero francés José de
la Borda inició la construcción de la iglesia de Santa Prisca, en la ciudad de Taxco, Gro.