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Descripcion de carta geológico-minera y magnética de campo total

Palacios Rodríguez Mónica del Rocío

Se localiza en los límites del norte del estado de Guerrero, sur del estado de México y oeste del
estado de Morelos. Las coordenadas geográficas de la carta son: 18° 30' a 18° 45' de latitud norte y
99° 20' a 99° 40' longitud oeste, lo cual cubre una superficie aproximada de 950 km².

Se ubica en el límite de los terrenos Guerrero (subterreno Teloloapan) y Mixteca (?), este último
dentro de la plataforma Morelos-Guerrero.

La unidad más antigua corresponde a la secuencia volcánico-sedimentaria metamorfizada de


Taxco (KvhMVs) de edad Valanginiano-Hauteriviano, y que pudiera ser correlacionada con la
Formación Villa Ayala (KhapMV) del Hauteriviano-Aptiano perteneciente a la secuencia volcánico-
sedimentaria metamorfizada del subterreno Teloloapan.

Sobreyaciendo a las secuencias metamórficas, tanto en la plataforma Morelos-Guerrero como al


subterreno Teloloapan, se presentan las formaciones Morelos (KaceCz-Do) de edad Albiano al
Cenomaniano y Teloloapan (KapaMCz) del Aptiano al Albiano inferior, ambas constituidas por
caliza someras de tipo arrecifal. Sobreyaciendo a los carbonatos de la Formación Morelos, en un
contacto concordante y transicional, sólo visto en contados afloramientos, se presenta la
Formación Mexcala (KtcLu-Ar) constituida por capas alternantes de lutita, arenisca y
esporádicamente conglomerado de grano fino a medio. Discordante sobre las anteriores
formaciones se presenta la Formación Balsas (TeCgp-Ar) del Eoceno, constituida por
conglomerado polimíctico que incluye clastos de caliza, arenisca, roca metamórfica, roca volcánica
y cuarzo incluidos en una matriz limo- arenosa de color rojo. De manera concordante y en algunos
casos alternando con conglomerados en su base, le sobreyacen rocas volcánicas relacionadas al
magmatismo oligocénico de la Sierra Madre del Sur que localmente está representado por la
Riolita Tilzapotla (ToR-Da) constituida principalmente de riolita y abundantes flujos piroclásticos
de la misma composición. En menor proporción aflora dacita y escasa andesita y rocas intrusivas
como el Tronco de Coaxcatlán (ToGr-Gd) de composición granítica con variaciones a granodiorita y
por otros cuerpos de menor tamaño como diques y troncos subvolcánicos de composición riolítica,
aplítica (ToPR) y básica (Tm(?)D-Ga) .

Sobreyaciendo discordantemente a las anteriores unidades se tienen las formaciones Cuernavaca


(TplLh) y Chontalcoatlán (Qpt(?)Lh) del Plioceno y Pleistoceno (?) respectivamente, ambas
depositadas a lo largo de dos fosas tectónicas. Litológicamente son similares, son depósitos de
lahar provenientes, la primera, de la actividad del Campo Volcánico de Zempoala y la segunda, de
la actividad del Nevado de Toluca. Como unidades del reciente se tienen los depósitos de
travertino (QhoTr), depósitos de talud (Qhota) y aluvión (Qhoal).

Las rocas que afloran en la carta Taxco muestran evidencias de una historia de deformación
intensa, tanto en el régimen dúctil, como en el frágil.

La deformación dúctil se manifiesta en las rocas mesozoicas donde se observan dos estilos
estructurales distintos; a) la Secuencia volcánico-sedimentaria de Taxco y la Formación Villa Ayala,
correlacionables entre sí, se caracterizan por una esquistosidad penetrativa con planos de
foliación (S ), que muestran una variación entre N 65°-70° E/ 17°-20° NW; algunos afloramientos
de la Secuencia volcánico-sedimentaria de Taxco muestran superficies muy desarrolladas de
crenulación (S ), con una tendencia general N 15° W/ 40° NE; b) las formaciones Morelos y
Mexcala del Cretácico inferior y superior respectivamente, forman estructuras plegadas de
tamaño regional, dentro de las que sobresalen el anticlinorio de Chilacachapa (expuesto al
poniente fuera de esta carta), sinclinorio de Taxco y anticlinorio Coaxcatlán. Asociadas a los
grandes plegamientos, se observan varias fallas de tipo inverso, donde claramente la Formación
Morelos cabalga a la Formación Mexcala; de este tipo se menciona la falla Atzala, al suroeste de la
carta; las fallas Papala y La Silla, al centro de la carta y las fallas de Cacahuamilpa y Amatzingo-El
Tamarindo, al centro-norte de la carta. El contacto entre las formaciones Morelos y Mexcala es por
lo general tectónico, independientemente de las fallas inversas descritas, muestra evidencias de
movimientos relativos entre ellas (capa a capa), tanto de esfuerzos compresivos como extensivos
que se fueron sobreponiendo en el tiempo. Las estructuras de foliación, plegamiento y fallamiento
inverso de las unidades mesozoicas son producto de una historia compresiva no muy clara.

Algunos autores la consideran producto único de la Orogenia Laramide, mientras que aquí se
considera que pudiera existir una deformación previa, en el Aptiano, que genera la foliación y,
posteriormente la Orogenia Laramide, en el Cretácico superior-Terciario inferior que pliega a todas
las unidades mesozoicas.

La deformación frágil representada por fallamiento de tipo lateral y normal se registra en las
unidades del Mesozoico y del Terciario. El norte se caracteriza por una morfología de fosas y
pilares que hacia el Nevado de Toluca ha sido documentada por García, P. A., et al., (2000) como
resultado de un fallamiento de tipo normal con una orientación general N 50° E; en la carta, este
sistema de fallamiento se interpretó a través de la imagen de satélite con una serie de
lineamientos con orientación similar a la descrita. Otra falla normal, de importante magnitud, se
registra en el centro de la carta con el nombre de Zacatecolotla-Coapango con una orientación N
20° E. Otro importante sistema de fallamiento es el de tipo lateral; ejemplo de esto lo representa
la falla El Muerto con orientación N 55° W/ 54° NE y pitch de 35° que nos indica una componente
normal; existe también un sistema de fallamiento lateral izquierdo representado por las fallas de
Acamixtla y Chapulistlán.

La evolución tectónica de la región que comprende la carta Taxco, está ligada a los procesos de
acreción mesozoica que fueron conformando el territorio mexicano en su margen pacífica. En
dicha evolución se incluye, por una parte, a las rocas de origen oceánico representadas por una
diversidad de arcos de islas, que en su conjunto constituyen el Terreno Guerrero y, por la otra, a
bloques paleozoicos o precámbricos pertenecientes a cinturones orogénicos más antiguos, que
posteriormente fueron disgregados durante el rompimiento de Pangea y anexados también a la
margen del Pacífico Mexicano, como es el caso de los terrenos Mixteca y Oaxaca. En el caso
concreto de la carta Taxco, se considera la participación de los terrenos Guerrero y Mixteca.

La recién reportada edad Valanginiano-Hauteriviano de las rocas de Taxco y Taxco el Viejo obligan
a replantear un modelo de evolución distinta para la región. Las edades y litologías son muy
semejantes a los afloramientos de las secuencias volcánico-sedimentarias de Teloloapan-Ixtapán
de la Sal, tal y como se había considerado en los primeros trabajos de correlación de las rocas
metavolcánicas (Campa, U. M. F., 1974; Campa, U. M. F. y Ramírez, E. J., 1979) y en otros más
recientes (Salinas-Prieto 1994). De acuerdo a lo anterior, se considera que en la región existió una
prolongada actividad magmática desde el Jurásico superior (?) (Tithoniano) al Cretácico inferior
(Aptiano), para formar en su conjunto el arco insular de Teloloapan en un ambiente intraoceánico
dentro de la placa Farallón. Es muy probable que en el Aptiano el arco haya culminado su actividad
magmática, para posteriormente desarrollarse una plataforma calcárea. El paso de un ambiente
tectónico de arco intraoceánico a una plataforma calcárea, es muy incierta y especulativa, dicho
paso requeriría de la acreción del arco de Teloloapan al terreno Mixteca a principios del Aptiano
inferior, lo que le habría impreso una deformación intensa y el metamorfismo que caracteriza a
sus rocas; posteriormente, durante el Aptiano superior se desarrollaría un fenómeno distensivo
que permitiría el depósito de distintas facies sedimentarias, las cuales variarían desde capas rojas
en el oriente (Formación Zicapa), hasta sedimentos de cuenca en el occidente (Formación
Xochicalco en la Plataforma Morelos-Guerrero y Formación Acapetlahuaya al occidente de
Teloloapan). El desarrollo de la verdadera plataforma calcárea habría iniciado en el Albiano hasta
alcanzar su máximo desarrollo en el Cenomaniano. Las formaciones representativas de los
depósitos calcáreos tanto en la plataforma como en la cuenca serían Morelos y Amatepec
respectivamente.

El Cretácico superior marca un cambio radical en términos de ambiente de depósito, al pasar de


una sedimentación calcárea a una sedimentación de terrígenos, atribuida al advenimiento de la
Orogenia Laramide. Al final del Cretácico superior y principios del Terciario inferior tiene lugar la
máxima deformación compresiva en la región. Las rocas volcánico-sedimentarias del arco de
Teloloapan, así como la cubierta calcárea y terrígena formaciones Morelos y Mexcala de la
Plataforma Morelos-Guerrero, muestran estructuras propias de un cinturón de pliegues y
cabalgaduras que circundan un bloque continental. Posteriormente y al final del Paleoceno, se
inicia un proceso distensivo que da como consecuencia la generación de cuencas continentales en
las que se deposita la Formación Balsas. Durante el Oligoceno y como consecuencia del reajuste
dinámico de la zona de subducción al migrar hacia el nuevo margen continental, se genera un
nuevo arco magmático, representado por la Sierra Madre del Sur constituida en la carta Taxco por
riolita, dacita y flujo piroclástico que se engloban en la Riolita Tilzapotla, así como de algunos
cuerpos intrusivos. Como consecuencia de la llegada de la dorsal que delimitaba la placa Farallón a
la zona de subducción, provocó un nuevo reajuste en la geometría de la zona de subducción y dio
paso a la configuración de la placa de Cocos. Posteriormente, la nueva zona de subducción generó
la actividad del Cinturón Volcánico Mexicano, que aún hoy día permanece en actividad existiendo
evidencias de la actividad Plio-Cuaternaria en los depósitos de lahar en las fosas de Chontalcoatlán
en la región noroccidental y la de Cuernavaca al nororiente, cuyas fuentes de suministro se
atribuyen al Nevado de Toluca y a los volcanes de la región de Zempoala respectivamente.

En yacimientos minerales metálicos se determinó únicamente el distrito minero de Taxco, cuya


producción principal desde su descubrimiento hasta finales del siglo XIX, consistió en plata
proveniente tanto de óxidos como de las menas complejas de plomo-zinc y algo de cobre y oro. En
el distrito de Taxco se han documentado aproximadamente 50 vetas de importancia, más del 50%
de ellas tienen un rumbo que varia de N 20° a 30° W, un 25% tiene un rumbo entre N-S y N 10° W,
y las restantes entre N 40° y 60° W. Las vetas más importantes alcanzan una longitud cercana a los
2000 metros pero la mayoría de ellas varia entre 500 y 700, el espesor más común es entre 1 y 3
metros, aunque algunas alcanzan hasta 7 u 8 metros.
Este distrito se caracteriza por ser un sistema epitermal de baja sulfuración con mineralización en
forma de vetas, mantos y cuerpos irregulares de plata-zinc, asociado al evento magmático de la
Sierra Madre del Sur.

La mineralogía megascópica de los cuerpos mineralizados, está integrada por galena, esfalerita y
ocasionalmente calcopirita, la ganga dominante es cuarzo, pirita y calcita.

El distrito cuenta con un potencial minero en reservas estimadas a enero del 2003 del orden de
7'055,095 toneladas con leyes de 91 g/t de Ag, 1.05% de Pb y 6.83% de Zn, catalogadas de la forma
siguiente: mineral probado 991,317 toneladas con leyes de 193 g/t de Ag, 2.12% de Pb y 4.30% de
Zn; mineral probable 1'059,758 toneladas con leyes de 120 g/t de Ag, 1.91% de Pb y 5.84% de Zn y
mineral posible 5'004,020 toneladas con leyes de 91g de Ag, 1.05% de Pb y 6.83% de Zn.

Anexa al tiro El Solar existe una planta de beneficio por el proceso de flotación propiedad de
IMMSA, con capacidad instalada de 3,200 toneladas métricas por día, obteniendo concentrados de
plata, plomo y zinc.

En cuanto a minerales no metálicos se documentaron únicamente los depósitos El Azul y El Gavilán


localizados al NE de Taxco, en el kilómetro 151, de la carretera México-Taxco; se presentan
rellenando fracturas y reemplazando parcialmente a las calizas y dolomitas de la Formación
Morelos, estos depósitos debido a la gran cantidad de sílice que contienen no son económicos.

En toda esta región existe una gran cantidad de bancos de material. Se definieron cuatro áreas: El
Mogote-Santa Teresa, El Huixteco-Acamixtla, Amacuzac y Tetipac, en las que se explotan canteras,
lajas, arenas, gravas y materiales pétreos, derivadas de la Riolita Tilzapotla, horizontes arcillo-
calcáreos de la Formación Mexcala, depósitos de lahar no consolidados de la Formación
Cuernavaca y calizas (trituradas) de la Formación Morelos, sobresaliendo la explotación de cantera
del cerro El Huixteco que han sido explotadas desde 1751, año en el que el minero francés José de
la Borda inició la construcción de la iglesia de Santa Prisca, en la ciudad de Taxco, Gro.

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