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MEDIO PERIGLACIAR, PERMAFROST Y RIESGOS NATURALES

EN UN VOLCÁN TROPICAL EXTINTO: NEVADO CHACHANI (SUR


DE PERÚ)

Nuria de Andrés de Pablo


Museo Nacional de Ciencias Naturales – Centro Superior de Investigaciones Científicas
nuriand@mncn.csic.es

David Palacios Estremera


Dpto. de A.G.R. y Geografía Física – Universidad Complutense de Madrid
davidp@ghis.ucm.es

Jose Úbeda Palenque


Dpto. de A.G.R. y Geografía Física – Universidad Complutense de Madrid
joseubeda@ghis.ucm.es

Jesús Alcalá Reygosa


Dpto. de A.G.R. y Geografía Física – Universidad Complutense de Madrid
jalcalar@ghis.ucm.es

Recibido: 15 de octubre de 2010. Devuelto para revisión: 5 de mayo de 2011. Aceptado: 2 de junio de 2011.

Medio periglaciar, permafrost y riesgos naturales en un volcán tropical


extinto: Nevado Chachani (sur de Perú) (Resumen)

El Nevado Chachani (16°11' S; 71°31' W; 6.057 m s.n.m.), situado en la Cordillera


Occidental de los Andes Centrales (Sur de Perú) y a 22 km de la ciudad de
Arequipa, no presenta actualmente ningún signo de actividad volcánica. En las
laderas orientadas hacia el sur se han encontrado glaciares rocosos que muestran
evidencias geomorfológicas de encontrarse activos. La presencia de estas formas
ha motivado el planteamiento del objetivo del presente trabajo, que consiste en
delimitar el área caracterizada por unos determinados parámetros térmicos que
posibilitan el desarrollo de los procesos periglaciares y realizar un primer
acercamiento a la localización de permafrost en el Nevado Chachani. El interés del
tema, en relación con el Cambio Global, radica en la posible presencia de un
recurso hídrico, así como las consecuencias económicas que las variaciones de
estos sistemas conllevarán a las comunidades humanas. Para ello se han instalado
sondas térmicas en el interior del suelo y en el aire en tres estaciones en la ladera
sur del complejo volcánico (4.850, 4.976 y 5.331 m). El análisis de la distribución
de las temperaturas del aire señala que el límite inferior del ámbito periglaciar se
localiza a 4.650 m y por encima de los 5.615 m los procesos de la helada son
dominantes. Por otro lado, la aplicación del modelo de distribución de permafrost
indica la posible existencia de permafrost por encima de los 5.050 m en las laderas
meridionales.

Palabras claves: Nevado Chachani, Andes centrales, ambiente periglaciar,


permafrost, abastecimiento hídrico, riesgos hidrovolcánicos.

Periglacial environment, permafrost and natural hazards in an extinct


tropical volcano: Nevado Chachani (Southern Peru) (Abstract)

The Nevado Chachani (16 ° 11 'S 71 ° 31' W, 6057 m asl) is located in the
Cordillera Occidental of the Central Andes (Southern Peru), 22 km from the city
of Arequipa. No current or recent eruptive activity has been recorded or detected.
Rock glaciers can be found on south-facing slopes, some of them showing
geomorphologic evidence of activity. The presence of these landforms has led to
the approach the objective of this work which consists of delineating the extent in
which thermal characteristics allow the existence of periglacial processes and
performs a first approach to the location of permafrost in the Nevado Chachani.
The importance of the permafrost distribution, and its relationship to Global
Change, lies in the presence of important water resource and the economic
consequences that could lead to human communities the changes in these systems.

Three sampling stations were installed on the Southeast slope of the volcano
complex (4850, 4976 and 5331 m) with an air probe and ground probes at several
depths. The analysis of the distribution of air temperatures indicates that the lower
limit of periglacial area is located at 4651 m and above 5617 m the freezing
processes are dominant. Furthermore, the implementation of permafrost
distribution model indicates the possible existence of permafrost above 5050 m on
the southern slopes.

Key words: Nevado Chachani, Central Andes, periglacial environment,


permafrost, water supply, hidrovolcanic hazards.

Las comunidades andinas del suroeste del Perú, una las regiones más áridas de la
tierra, dependen en gran medida del abastecimiento hídrico procedente de los
glaciares. La gran rampa del litoral pacífico peruano, de carácter hiperárido, está
cubriéndose de modernas explotaciones agrarias, desde donde se exportan
productos a todo el mundo, gracias a la canalización del agua que procede de las
cumbres glaciares de grandes estratovolcanes, como son los Nevados Coropuna,
Ampato y Chachani. Sin embargo, este desarrollo se puede estar basando en un
recurso muy frágil. En la última década se han venido desarrollando
investigaciones en profundidad sobre la evolución glaciar reciente de los Andes
Tropicales, las cuales han detectado un marcado retroceso desde la Pequeña Edad
de Hielo (PEH), que se acelera de forma drástica desde finales de los años setenta
del pasado siglo[1]. Las consecuencias catastróficas de esta intensa deglaciación
actual para las economías locales andinas han sido claramente expuestas en
recientes estudios científicos[2]. Sin embargo, el retroceso de los glaciares puede
ser compensado con la extensión del permafrost (espesor de suelo, roca u otro
material que ha permanecido por debajo de 0ºC dos o más años consecutivos) en
el caso de existir hielo almacenado directamente en el suelo que pueda sobrevivir
a los efectos de la estación estival. En la actualidad se desconoce por completo el
valor que esta reserva hídrica supone para las regiones centro-andinas, ya que la
comunidad científica no ha prestado atención hasta el momento a lo que sucede
con la extensión del permafrost tropical y el medio periglaciar ante el retroceso y
desaparición de los glaciares. Este desconocimiento se refleja claramente en la
literatura, donde las únicas citas existentes sobre el tema se restringen a constatar
la presencia de formas periglaciares, normalmente glaciares rocosos[3].

La determinación de los límites de ambientes periglaciares y de la presencia de


permafrost resulta imprescindible hoy en día para la sociedad andina: no sólo por
la posible existencia de un recurso, muy necesario y desconocido, sino porque
también un permafrost afectado por los efectos del calentamiento global puede
desencadenar procesos catastróficos y crear situaciones graves de riesgos naturales
ante estas sociedades. El ámbito periglaciar está asociado a una activa dinámica de
laderas relacionada con procesos de gravedad (taludes de derrubios), procesos de
flujo lento (crio-reptación, geli-solifluxión) y movimientos en masa. Estos
procesos naturales pueden afectar a las comunidades humanas localizadas en las
inmediaciones, por lo que la delimitación de las áreas que son susceptibles de sufrir
estos procesos es el primer paso para una correcta valoración de la amenaza que
suponen a la población. En el caso que nos ocupa, las características del material
rocoso, poco cohesionado, y las grandes pendientes facilitan el inicio y favorecen
grandes dimensiones del evento.

El retroceso de los glaciares a nivel mundial se asocia con el aumento de las


temperaturas y, en particular, se considera que los glaciares tropicales son
especialmente sensibles a los cambios térmicos. De igual manera, la extensión del
ámbito periglaciar y la localización de permafrost pueden constituir dos
indicadores valiosos en el conocimiento del Cambio Global. Tanto glaciares como
el suelo helado se han considerado elementos de estudio para el seguimiento del
cambio climático y su impacto en los sistemas terrestres[4]. Así, las áreas
abandonadas por las masas de hielo en su retroceso pueden presentar
características térmicas propias de ambientes periglaciares o incluso tener
condiciones para la formación de nuevo permafrost. Por otra parte, el ascenso de
las temperaturas modifica la localización del límite inferior del ambiente
periglaciar. El estudio de las variaciones en la localización y extensión del medio
periglaciar resulta de sumo interés en aquellas montañas que carecen de glaciares,
de forma que se convierten en los únicos indicadores de las variaciones térmicas.
Además, el conocimiento de las modificaciones en la extensión de los ámbitos
periglaciares adquiere especial trascendencia debido a su impacto en la vida
humana y en las transformaciones del paisaje[5], y resulta indispensable en el
proceso de adaptación de las sociedades a los nuevos riesgos derivados del Cambio
Global.

El Nevado Chachani (16°11' S; 71°31' W; 6.057 m s.n.m.) es un complejo


volcánico formado por un conjunto de estratovolcanes y domos coalescentes
situado en la Cordillera Occidental Centro-andina del Sur del Perú (figura 1). En
la actualidad no se detecta ningún tipo de actividad volcánica y se conoce
escasamente cuál fue su actividad en el pasado[6]. La cumbre de este complejo se
sitúa únicamente a 22 km del centro de la Ciudad de Arequipa, la más poblada del
sur del Perú y que ha sufrido un gran crecimiento en las últimas décadas. Este
sistema montañoso es un ejemplo de los efectos del cambio climático sobre los
glaciares tropicales: Palacios et al.[7] encuentran evidencias de que los glaciares
del Último Máximo Glaciar tuvieron una gran extensión y alguno de sus frentes
alcanzó los 4.000 m de altitud. Los mismos autores indican que seguramente, el
complejo retuvo glaciares durante la PEH, aunque en la actualidad carece de ellos.
Por otro lado, durante el trabajo de campo se han encontrado glaciares rocosos
(lenguas de bloques, movilizadas por la plasticidad del hielo intersticial), que
indican la existencia de permafrost, de hasta 1.800 m de longitud alojados en
algunos de los circos. El área con mayor concentración de estas formas se
encuentra en la montaña más septentrional del complejo, en el Cerro Nocarani (16º
08’ S; 71º 32’ W; 5.784 m s.n.m.), la más antigua desde el punto de vista volcánico
y con paredes más verticales. Los glaciares rocosos están situados bajo las paredes
con orientación sur, entre las cotas de 5.400 y 5.100 m, y se pueden distinguir hasta
tres generaciones superpuestas, la última de las cuales tiene indicios
geomorfológicos de estar activa (figura 2).
Figura 1. A y B. Localización del área de estudio en la Zona Volcánica de los Andes
Centrales en América del Sur. C. En la imagen Landsat se aprecia la cercanía del
Nevado Chachani a la ciudad de Arequipa.

El Nevado Chachani se sitúa en el borde del Altiplano, próximo a la rampa que le


une con la costa del Pacífico y por lo tanto, queda bajo la influencia del sistema de
altas presiones tropicales y de la corriente fría de Humboldt. Ambos factores
confieren un carácter marcadamente árido al área de estudio, donde, por ejemplo,
en la ciudad de Arequipa (2.335 m s.n.m.) se recogen tan sólo 94,6 mm anuales
(media en la serie 1949-1991, SENAMHI). La extrema aridez junto a los efectos
térmicos del incremento de la altitud fuerzan el paso de una vegetación semiárida,
que caracteriza la parte superior de la rampa, al piso supraforestal, de vegetación
escasa y adaptada al frío[8]. Por encima de los 4.500 m no se desarrollan plantas
vasculares y la vegetación no parece ser un factor que influya en el desarrollo del
permafrost.
A 18 km al sureste del Nevado Chachani se eleva El Misti, un volcán activo cuyo
cráter se encuentra a 20 km de la ciudad de Arequipa (figura 1). Ambos conjuntos
montañosos sirven de área de alimentación al importante caudal del río Chili, eje
de esta ciudad, que ha posibilitado su expansión económica (agrícola, industrial y
turística) y demográfica (864.692 habitantes[9]) en las últimas décadas. La
existencia de permafrost en las montañas que rodean Arequipa puede tener efectos
beneficiosos para ella, ya que reservas hídricas procedentes del suelo helado
podrían asegurar el mantenimiento del caudal del río Chili; pero por otro lado, la
posible degradación de este permafrost podría tener consecuencias catastróficas
para la ciudad, por el posible desencadenamiento de procesos de ladera de gran
entidad.

Figura 2. Glaciares rocosos en la ladera sur del Cerro Nocarani (5.784 m).
Este Cerro pertenece al complejo volcánico que constituye el Nevado Chachani.

Ante este planteamiento, con un área geomorfológicamente inestable e hiperárida,


se plantea con urgencia determinar la presencia de condiciones favorables para la
existencia de ámbitos periglaciares y de permafrost, y si estos van unidos a la
presencia de posibles recursos hídricos que compensen los perdidos en el retroceso
glaciar. Así, el objetivo de este trabajo es el dar un primer paso en la localización
de la existencia del permafrost en el Nevado Chachani y conocer de forma
aproximada su distribución, así como la extensión del medio periglaciar. Por otra
parte, se abre la investigación hacia nuevas cuestiones en las que se plantea si el
ámbito periglaciar y el permafrost de las montañas tropicales se encuentran en un
proceso de extensión o de degradación en relación al Cambio Global. La
importancia de este asunto radica en las repercusiones en la economía y en la
propia seguridad de las comunidades próximas, que se tienen que preparar para las
consecuencias que trae consigo la modificación de los parámetros climáticos, en
este caso de las temperaturas.

Metodología

Para conocer la distribución de la temperatura del suelo en el Nevado Chachani, se


han establecido tres estaciones en la ladera sur del volcán, con una sonda del aire
a +100 cm, y cinco del suelo -5, -10, -30, -60, -100 cm de profundidad, desde el
año 2003 al año 2008 (cuadro 1 y figura 3). Se utilizaron sondas HOBO Pendant
64 K Temp/Light, dotadas con termistores TMC-1T y encapsuladas en una
envoltura impermeable. Los termómetros están equipados con una batería de litio
de 3.6 V, con capacidad para tomar medidas durante 760 días cada 30 minutos, y
tienen una precisión de +/- 0,1ºC, y un rango de –20ºC a +50ºC.

Cuadro 1.
Estaciones en la ladera suroriental del Nevado Chachani instaladas por el
proyecto LAHAR.[10]
NOMBRE LATITUD (S) LONGITUD (W) ALTITUD (m)
CHACHA-1 16º 13’ 41,55’’ 71º 29’ 8,64’’ 4.850
CHACHA-2 16º 13’ 27,64’’ 71º 29’ 25,26’’ 4.976
CHACHA-3 16º 13’ 10,39’’ 71º 29’ 45,84’’ 5.331

Para contrastar con los datos obtenidos en las tres estaciones localizadas en la
vertiente Sur del Nevado Chachani, se han empleado los datos de la estación del
aeropuerto de la ciudad de Arequipa (Arequipa SPQU) perteneciente a la red
oficial de observatorios del SENAMHI (16º 17’ 40,15’’ S; 71º 34’ 57.40’’ W;
2.508 m s.n.m)[11]. En el primer caso, se tienen los datos diarios de máxima,
mínima y media; mientras que para la segunda estación sólo se poseen la máxima
y mínimas diarias.

Figura 3. A. Localización de las estaciones térmicas del proyecto LAHAR en la cresta


del Nevado Chachani. B. Sobre la imagen Landsat se indican las estaciones del
proyecto LAHAR en el Nevado Chachani y la estación Arequipa SPQU
(Aeropuerto) de la red oficial del SENAMHI.

El volcado de datos desde la memoria de almacenamiento de las sondas se realizó


aproximadamente cada año, dependiendo de las posibilidades del trabajo de
campo. Algunas series se desestimaron enteras al observar que las condiciones
iniciales de colocación del sensor habían variado por la actuación de los procesos
de ladera. Otras sondas se perdieron definitivamente, especialmente las del aire y
las más superficiales del suelo, debido a dichos procesos. Posteriormente, en
trabajo de gabinete, los registros se sometieron a una depuración y se suprimieron
los considerados erróneos. Con el objeto de comparar los registros de todas sondas
se construyeron series anuales completas en todas las estaciones. La serie de
referencia para este estudio pertenece a la última campaña de muestreo 2007/08,
para la que existen datos referidos al mismo periodo de tiempo en las tres
estaciones, para casi todas las sondas recuperadas. Tan solo en la estación
CHACHA-3 la serie se ve reducida a 250 días, por los problemas que hubo a la
hora de acceder a la cota más elevada.

Para cada serie anual, a partir de los datos tomados en intervalos horarios, se han
obtenido los estadísticos básicos diarios, mensuales y anuales. Entre ellos destacan
como indicadores fundamentales la Temperatura Media Anual del Aire (TMAA)
y la Temperatura Media Anual del Suelo (TMAS). Además, se ha prestado especial
interés en contabilizar el número de días en los que la temperatura queda por debajo
de 0ºC durante las 24 horas, aquellos en los que oscila en torno a los 0ºC, y los que
quedan libres de helada.

En un primer momento se trató de establecer el comportamiento de las TMAS en


relación con la profundidad en cada una de las tres estaciones. Para ello se empleó
el modelo de distribución de temperaturas en el suelo propuesto por van
Everdingen[12] y utilizado ampliamente en el estudio de los ambientes
periglaciares[13]. Según este patrón, la temperatura media anual, la temperatura
media del mes más frío y la temperatura media del mes más cálido tienden a
igualarse con la profundidad en un punto denominado punto de amplitud anual
cero.

Una segunda fase del estudio trata de elaborar modelos de distribución de las
temperaturas medias anuales (TMA) en relación con la altitud. Para ello, se utilizó
el Modelo Digital de Elevación (MDE) del Instituto Geográfico Nacional de Perú
a escala 1:100.000[14], con una resolución espacial de 50 x 50 m. La herramienta
de ArcGis Raster Calculator permitió crear los mapas de distribución de las TMA
aplicando el gradiente altitudinal calculado con los datos térmicos al MDE. En el
modelo de distribución de las TMAA se señalaron las isotermas de -2ºC y de +3ºC,
que indican el límite inferior de la acción predominante de la helada y el límite
inferior de la presencia de la acción de la helada, respectivamente[15].

Por último, se quiso hacer un modelo de distribución espacial del permafrost.


Aunque las perforaciones profundas son el medio más seguro para determinar la
presencia del suelo helado, si bien con carácter puntual[16], existe la posibilidad
de crear modelos de distribución basándose en la relación existente entre la
temperatura del suelo y la topografía[17]. En el caso que nos ocupa, la altitud y las
dificultades de la ascensión no han hecho posibles, hasta el momento,
perforaciones superiores a 1 m. Por otra parte, las fuertes pendientes del Nevado
Chachani también han impedido la aplicación de otros métodos utilizados en
relación a la presencia de permafrost, como las medidas de refracción sísmica, la
gravimetría o resistividad eléctrica[18]. Hasta el presente, el método más extendido
para la modelización de la distribución del permafrost en montaña es el que se basa
en las temperatura de la superficie del suelo bajo la cubierta nival o método BTS
(Bottom Temperature Snow) propuesto por Haeberli en 1973[19] y empleado
posteriormente en distintos trabajos[20]. Ya que el método BTS se basa en las
medidas te temperatura tomadas con un espesor de nieve de al menos 80 cm
durante tres meses, en el caso del Nevado Chachani no se ha podido aplicar, ya
que aquí la nieve sólo permanece unos pocos días en el suelo.

Descartada la posibilidad de aplicar estos métodos comunes utilizados en las áreas


templadas y polares, en el presente trabajo se ha decidido emplear, de forma
simplificada, el procedimiento estadístico desarrollado recientemente por
Abramov et al.[21] En él los principales factores que controlan la presencia de
permafrost son la temperatura del aire y la radiación solar, seguidos por las
características de la vegetación y la cubierta nival. Estos dos últimos no son
imprescindibles para la consecución del modelo, por lo que se han eliminado al no
tener presencia significativa en el área de estudio. El modelo estima una
distribución espacial de las TMAS en función de un modelo de distribución de las
TMAA (según un gradiente altitudinal), del modelo de radiación solar directa
media anual (RAD)[22] y de una constante específica calculada para el área de
estudio (K).

En el caso que nos ocupa, se ha empleado un mapa de distribución de las TMAA


creado a partir del gradiente térmico calculado con las TMMA observadas en las
estaciones de estudio y la TMAA de la estación oficial Arequipa SPQU, para el
periodo Oc2007/Sp08. El mapa de radiación (RAD) refleja la radiación solar
directa media anual (en W/m2) del mismo periodo a partir de las cartografías
mensuales de radiación elaboradas con la herramienta Solar Radiation. Por último,
la constante específica viene representada por la pendiente de la recta de regresión
que relaciona la diferencia de temperatura entre las TMAA estimadas y las TMAS
observadas; y el valor del modelo de radiación en las estaciones de muestreo. El
valor de K para el modelo es de 0,0025.

En el mapa resultante, Abramov et al.[23] distinguen cuatro categorías térmicas


relacionadas con un porcentaje de extensión del permafrost: ausencia de
permafrost (si la TMAS >2ºC), permafrost aislado (2ºC> TMAS >0ºC), permafrost
discontinuo (0ºC> TMAS >-2ºC) y permafrost continuo (TMAS <-2ºC). La
terminología que emplean intenta adaptarse a la designación de los tipos de
permafrost propuesta por Brown et al.[24] realizada según el porcentaje de
presencia de permafrost. Esta clasificación distingue permafrost aislado (<10%),
permafrost esporádico (10-50%), permafrost discontinuo (50-90%) y permafrost
continuo (90-100%). En cambio, Abramov et al.[25] consideran unos porcentajes
de presencia diferentes y eliminan la categoría de permafrost esporádico, con lo
que la relación queda así: permafrost aislado (<10%), permafrost discontinuo (10-
80%) y permafrost continuo (80-100%).

Por otra parte, en los medios de montaña carece de sentido distinguir entre
permafrost continuo y discontinuo, ya que la propia variabilidad topográfica causa
la discontinuidad del permafrost[26]. Por esta razón, Haeberli propone para su
modelo empírico la distinción entre permafrost probable (BTS<-3ºC) y posible (-
2ºC>BTS>-3ºC)[27]. Aunque compartimos completamente este punto de vista,
hemos optado por mantener las denominaciones que emplean Abramov et al.[28],
ya que en el área de estudio no se pueden obtener medidas BTS.

Resultados

Gradiente térmico en profundidad

Para describir el comportamiento de la temperatura del suelo en la estación de


muestreo CHACHA-1, localizada a 4.850 m. (figura 3), se han usado las series
anuales entre el 1-01-2003 y el 31-12-2003, para los datos registrados por el
termómetro del suelo a -5 cm, y entre el 1-10-2007 y el 30-09-2008, para los
valores de temperatura recogidos con las sondas de aire, -30 y -94 cm (figura 4 y
cuadros 2, 3 y 4).

Figura 4. Gráfica de los datos tomados por las sondas instaladas a -5 cm en el suelo
durante la campaña 2002/03 de la estación Chacha1. B. Gráfica de los datos tomados
por las sondas instaladas en el aire y a -30 y -94 cm en el suelo durante la campaña
2007/08 de la estación Chacha1.
Cuadro 2.
Estadísticos anuales de las temperaturas diarias para las distintas series
anuales
obtenidas en los sensores instalados en la estación Chacha1
Distancia a la sup T MEDIA T ABSOLUTA AMPLITUD
Serie
del suelo(cm) Med Máx Mín Máx Mín Med Máx Mín
En2003/Dc03 -5 8,5 14,0 5,2 22,3 0,4 8,9 15,0 2,0
Oc2007/Sp08 +100 4,4 9,3 1,1 14,1 -3,8 8,2 12,1 2,9
Oc2007/Sp08 -30 6,0 6,5 5,6 12,2 1,3 0,9 2,1 0,2
Oc2007/Sp08 -94 6,7 6,7 6,6 10,3 3,5 0,12 0,7 0,0

Cuadro 3.
Estadísticos mensuales para la serie anual entre enero y diciembre de 2003
de la sonda situada a -5 cm, en la estación Chacha1
MD: temperatura media mensual; MX: temperatura máxima mensual; MN: temperatura mínima mensual; AT:
amplitud térmica mensual; Media: promedios de las
temperatura medias, máximas, mínima y amplitud mensuales; A anual: amplitud térmica anual. En azul los
valores más bajos y en rojo, los más elevados.[29]
Serie En2003/Dc03
Sonda -5 cm
MES MD MX MN AT
En 9,7 15,1 6,0 9,1
Fb 8,1 12,4 5,1 7,3
Mr 9,0 14,2 5,6 8,6
Ab 8,1 12,8 5,0 7,8
My 6,4 10,5 3,9 6,6
Jn 5,8 10,1 3,2 6,9
Jl 5,3 9,4 2,7 6,6
Ag 6,4 11,8 3,2 8,6
Sp 8,1 14,2 4,3 9,9
Oc 11,4 18,6 6,5 12,1
Nv 12,0 19,5 7,0 12,6
Dc 12,3 18,9 7,8 11,1
Media 8,5 14,0 5,0 8,9
A anual 7,0

Cuadro 4.
Estadísticos mensuales para las series anuales entre octubre de 2007 y
septiembre
de 2008 de las sondas del aire y de -30 y -94 cm, en la estación Chacha1
Serie Oc2007/Sp08 Oc2007/Sp08 Oc2007/Sp08
Sonda AIRE -30 cm -94 cm
MES MD MX MN AT MD MX MN AT MD MX MN AT
Oc 5,9 11,3 2,2 9,1 8,3 8,9 8,0 0,9 7,8 7,8 7,7 0,1
Nv 6,0 11,3 2,4 8,9 9,7 10,4 9,3 1,2 9,2 9,3 9,1 0,1
Dc 6,1 11,0 2,6 8,4 10,3 11,0 9,8 1,2 9,7 9,8 9,6 0,1
En 3,2 7,0 0,9 6,1 5,9 6,5 5,5 1,0 7,0 7,1 6,9 0,2
Fb 5,1 10,0 2,0 8,0 7,6 8,3 7,0 1,3 7,7 7,8 7,6 0,2
Mr 4,9 9,5 1,9 7,6 7,1 7,7 6,7 1,0 7,5 7,6 7,5 0,1
Ab 4,5 9,4 1,4 8,0 5,9 6,3 5,5 0,8 7,0 7,1 7,0 0,1
My 3,1 8,1 0,0 8,0 3,6 4,0 3,4 0,6 5,5 5,6 5,5 0,1
Jn 2,7 7,6 -0,2 7,8 2,6 2,9 2,4 0,5 4,4 4,4 4,3 0,1
Jl 2,8 7,9 -0,2 8,2 2,5 2,9 2,4 0,5 4,1 4,1 4,1 0,1
Ag 3,6 8,9 0,0 8,8 2,9 3,3 2,7 0,6 4,1 4,1 4,0 0,1
Sp 4,4 10,3 0,9 9,4 5,5 6,0 5,1 0,9 5,9 5,9 5,8 0,1
Media 4,4 9,4 1,2 8,2 6,0 6,5 5,6 0,9 6,7 6,7 6,6 0,1
A anual 3,4 7,7 5,6

En la serie 2007/08, los datos recogidos por la sonda del aire indican una TMAA
4,4ºC, mientras que los termómetros situados a -30 y -94 cm registraron TMAS
más elevadas (6,0ºC y 6,7ºC, respectivamente). La amplitud térmica diaria media
se reduce con la profundidad y a -30 cm ya presenta valores muy bajos (0,9ºC). En
la sonda instalada a -5 cm (aunque referida al año 2003), se observa que la amplitud
diaria media es más elevada que la registrada en el aire, al igual que la temperatura
media anual, debido a recibir mayor radiación. La máxima se produce en las tres
sondas en el mes de diciembre, mientras que la mínima se da con un mes de retraso
a -30 cm y con dos a -94 cm, respecto de la del aire.

Tan sólo la sonda del aire registró valores negativos: 75 días con temperaturas
mínimas diarias inferiores a 0º C, que en 36 días bajaron de -1ºC y de ellos 15
fueron menores a -2ºC. En el interior del suelo, no sólo no se detectan valores
negativos, sino que se observa un incremento de las temperaturas con la
profundidad. Los valores medios de la serie 2007/08 indican que la TMAS
aumenta a razón de 0,11ºC por cada 10 cm, mientras que las medias mensuales
máximas se reducen con la profundidad en 0,09ºC por cada 10 cm y las mínimas
se incrementan en 0,24ºC/10 cm.

Con estas observaciones, parece imposible la presencia de permafrost en la


localización de estudio. Ni siquiera la superficie del suelo parece sufrir ciclos
diarios de hielo/deshielo, ya que el termómetro instalado a -5 cm no registró
valores negativos, tal vez debido a la influencia de la radiación solar, aunque la
sonda del aire los recoge en el 20,5% de los días del año, durante el invierno.
En el caso de la estación CHACHA-2 (4.976 m s.n.m.), para realizar los gradientes
térmicos de profundidad se han determinado dos series anuales con registros a dos
profundidades en el interior del suelo: entre el 1-10-2004 y el 30-9-2005, para las
sondas de -5 y -30 cm (figura 5A); y entre el 10-11-2005 y el 9-11-2006, para las
sondas del aire, -10 y -30 cm (figura 5B). Además, para comparar el
comportamiento térmico del suelo con otras fechas se cuenta con la serie anual de
2003 para la sonda de -5 cm (figura 5A); la serie incompleta entre el 21-11-2006
y el 11-9-2007 para las sondas de aire y -30 cm y la serie anual entre el 1-10-2007
y el 30-9-2008, para las sondas de aire y -30 cm (figura 5B).
Figura 5. A. Gráfica de los datos tomados por las sondas instaladas a -5 cm en el
suelo durante las campañas 2002/03 y 2004/2005, y de la sonda de -30 cm durante
2004/2005, en la estación Chacha2 (4.976 m). 5. B. Gráfica de los datos tomados por
la sonda instalada en el aire (Nov2005/Oct2008), a -10 cm (2005/2006) y a -30 cm
(2005/06, 2006/07 y 2007/08) en la estación Chacha2 (4.976 m).

Las medias anuales de los datos capturados por las sondas instaladas en al estación
Chacha2 resultan muy similares en las distintas series consideradas (figura 5 y
cuadros 5 y 6). La distribución de los valores mensuales máximos y mínimos a lo
largo del año es muy uniforme en todas las series con las medias mensuales más
altas localizadas en los meses de noviembre o diciembre y las más bajas en los
meses de junio o julio. Este comportamiento posibilita la comparación de los datos
obtenidos por sondas de distintas localizaciones procedentes de distintas series.
Cuadro 5.
Estadísticos anuales de las temperaturas diarias para las distintas series
anuales
obtenidas en los sensores instalados en la estación Chacha2
T MEDIA T ABSOLUTA AMPLITUD
Serie Profundidad (cm)
Media Máx Mín Máx Mín Media Máx Mín
En2003/Dc03 5 4,6 13,5 -0,6 32,0 -7,2 14,1 27,8 0,0
Oc2004/Sp05 5 4,5 11,4 -0,1 26,5 -6,5 11,6 25,5 0,0
Oc2004/Sp05 30 2,3 2,4 1,7 9,1 -2,8 0,7 2,3 0,0
Nv2005/Nv06 AIRE 0,5 1,9 -0,6 7,2 -4,1 2,5 6,2 0,45
Nv2005/Nv06 10 3,2 5,7 1,2 16,8 -3,0 4,6 11,7 0,0
Nv2005/Nv06 30 2,4 2,5 2,2 8,4 -0,97 0,3 0,95 0,0
Oc2007/Sp08 AIRE 0,6 3,1 -0,97 9,0 -5,4 4,1 9,7 1,5
Oc2007/Sp08 30 2,0 2,5 1,6 9,2 -2,8 0,9 2,5 0,0

En los primeros 5 cm del suelo la media anual resulta superior a la del aire (4,6ºC
en 2003 y 4,5ºC en 2004/05, en las sondas de -5 cm; y 0,5ºC en 2005/06 y 0,6ºC
en 2007/08, en el aire), con medias mensuales máximas en noviembre
considerablemente más elevadas que las del aire (11,6ºC y 9,7ºC a -5 cm ; frente a
2,3ºC en el aire).

Cuadro 6.
Estadísticos mensuales para la serie anual entre enero y diciembre de 2003
de la sonda situada a -5 cm; entre octubre de 2004 y septiembre de 2005 de
las sondas situadas a -5 y -30 cm; entre noviembre de 2005 y noviembre de
2006 de las sondas situadas en el aire y a -10 y -30 cm; entre diciembre de
2006 y agosto de 2007 de las sondas situadas en el aire y a -30 cm; y entre
octubre de 2007 y septiembre de 2008 de las sondas situadas en el aire y a -
30 cm en la estación Chacha2 (4.976 m)
Serie En2003/Dc03 Serie Oc2004/Sp0 5 Oc2004/Sp05
Sonda -5 cm Sonda -5 cm -30 cm
MES MD MX MN AT MES MD MX MN AT MD MX MN AT
En 8,0 16,2 2,7 13,5 Oc 8,8 19,8 -0,2 19,9 3,3 4,0 2,7 1,3
Fb 5,5 12,2 1,5 10,7 Nv 9,7 20,3 1,1 19,1 5,6 6,3 4,9 1,4
Mr 5,5 12,7 1,4 11,3 Dc 9,5 18,2 2,6 15,6 6,4 7,2 5,7 1,5
Ab 3,8 12,5 -0,7 13,2 En 5,8 11,9 1,6 10,4 4,1 4,7 3,6 1,1
My -0,7 3,1 -3,1 6,1 Fb 3,0 5,7 1,2 4,5 2,6 3,0 2,4 0,6
Jn -1,2 4,6 -4,1 8,7 Mr 4,9 10,0 1,4 8,7 2,9 3,4 2,5 0,9
Jl -1,1 5,3 -4,3 9,7 Ab 3,8 9,0 0,6 8,4 1,8 2,1 1,5 0,6
Ag 0,5 9,4 -3,6 13,0 My 2,3 8,2 -0,7 8,8 0,2 0,2 0,1 0,1
Sp 3,8 15,5 -2,4 17,9 Jn 0,8 6,5 -2,2 8,7 -0,7 -0,6 -0,8 0,3
Oc 8,6 22,4 0,4 21,9 Jl 0,7 7,5 -3,0 10,5 -1,2 -1,0 -1,4 0,4
Nv 11,6 25,8 2,5 23,3 Ag 2,9 11,4 -2,6 14,0 -0,4 -0,3 -0,5 0,2
Dc 10,8 22,9 3,0 19,9 Sp 2,3 8,0 -1,5 9,4 -0,2 -0,2 -0,2 0,1
Media 4,6 13,6 -0,5 14,1 Media 4,5 11,4 -0,1 11,5 2,0 2,4 1,7 0,7
A anual 12,8 A anual 9,0 7,6

Serie Nv2005/Nv06 Nv2005/Nv06 Nv2005/Nv06


Sonda AIRE -10 cm -30 cm
MES MD MX MN AT MD MX MN AT MD MX MN AT
Nv (*) 1,8 4,1 0,0 4,1 7,7 12,4 3,5 8,9 5,9 6,1 5,6 0,5
Dc 2,3 4,4 0,9 3,5 8,0 11,9 4,6 7,3 6,7 6,9 6,5 0,4
En 0,2 1,7 -0,9 2,5 3,1 5,0 1,5 3,5 3,2 3,4 3,1 0,3
Fb 0,9 2,4 0,0 2,4 3,4 5,4 1,7 3,6 2,8 3,0 2,7 0,3
Mr 1,1 2,6 0,2 2,5 3,2 5,0 1,6 3,4 2,9 3,0 2,7 0,2
Ab 1,1 2,2 0,3 1,9 3,6 6,3 1,3 5,0 2,5 2,7 2,4 0,4
My -0,4 0,4 -1,1 1,5 0,8 2,4 0,0 2,4 0,7 0,7 0,6 0,1
Jn -1,0 -0,3 -1,7 1,4 -0,2 0,3 -0,8 1,1 -0,1 -0,1 -0,1 0,0
Jl -0,9 0,0 -1,8 1,8 -0,3 0,5 -1,2 1,7 -0,5 -0,5 -0,6 0,1
Ag -0,7 0,3 -1,4 1,7 0,9 3,1 -0,4 3,4 -0,2 -0,2 -0,2 0,1
Sp 0,3 1,9 -0,8 2,8 3,1 6,6 0,2 6,4 1,1 1,3 1,0 0,3
Oc 0,9 2,9 -0,6 3,5 5,5 9,8 1,7 8,1 3,6 3,8 3,4 0,4
Media 0,5 1,9 -0,6 2,5 3,2 5,7 1,2 4,6 2,4 2,5 2,3 0,3
A anual 3,4 8,3 7,2

Serie Nv2006/Sp07 Oc2006/Sp07


Sonda AIRE -30 cm
MES MD MX MN AT MD MX MN AT
Dc 3,3 6,1 1,3 4,8 7,2 7,6 6,9 0,7
En 2,2 4,3 0,8 3,5 4,5 4,8 4,3 0,5
Fb 0,8 2,8 -0,6 3,4 3,9 4,1 3,7 0,4
Mr 0,5 2,0 -0,4 2,5 1,9 2,0 1,8 0,2
Ab 1,2 2,6 0,2 2,4 1,9 2,1 1,8 0,3
My -0,5 0,6 -1,4 2,1 0,7 0,7 0,6 0,1
Jn 0,0 1,1 -1,0 2,1 -0,2 -0,2 -0,2 0,1
Jl -1,8 -0,8 -2,7 1,9 -1,1 -0,9 -1,2 0,2
Ag -0,5 1,0 -1,6 2,6 -0,5 -0,5 -0,6 0,1
A anual 5,1 8,3

Serie Oc2007/Sp08 Oc2007/Sp08


Sonda AIRE -30 cm
MES MD MX MN AT MD MX MN AT
Oc 1,7 4,6 -0,2 4,8 4,4 5,1 3,7 1,3
Nv 2,1 4,8 0,1 4,7 5,5 6,2 4,8 1,4
Dc 2,3 5,5 0,2 5,3 6,6 7,4 5,9 1,5
En 0,5 2,8 -1,0 3,9 2,1 2,5 1,8 0,6
Fb 1,2 3,9 -0,4 4,3 3,4 4,0 3,0 1,0
Mr 1,1 3,7 -0,5 4,2 2,8 3,3 2,3 0,9
Ab 0,6 3,1 -0,7 3,8 1,7 2,2 1,3 0,8
My -0,6 1,5 -1,8 3,3 0,0 0,2 -0,1 0,3
Jn -0,9 1,1 -2,1 3,1 -1,0 -0,8 -1,2 0,4
Jl -1,0 1,1 -2,2 3,3 -1,4 -1,1 -1,6 0,5
Ag -0,1 2,5 -1,7 4,3 -0,9 -0,7 -1,1 0,5
Sp 0,4 3,1 -1,3 4,4 1,2 1,8 0,6 1,2
Media 0,6 3,2 -1,0 4,1 2,0 2,5 1,6 0,9
A anual 3,3 8,0

A -10 cm de profundidad la amplitud térmica diaria sigue siendo superior a la del


aire, como así lo atestiguan los 4,6ºC de oscilación media diaria durante la serie
2005/06 a -10 cm y los 2,5ºC en el aire. Pero a -30 cm la diferencia de las
temperaturas en el día se reduce mucho y así, la amplitud media fue de 0,7ºC; en
la serie anual 2004/05, de 0,3ºC durante 2005/06; de 0,3ºC, en la serie incompleta
2006/07; y de 0,9ºC, en la anual 2007/08. De la misma manera, la amplitud anual
es superior en los primeros centímetros del suelo a la del aire, y va disminuyendo
con la profundidad.

La mayor o menor influencia de la radicación diurna controla el número de días en


los que la temperatura oscila alrededor de 0ºC o es negativa o positiva durante todo
el día (figura 6). Así, los termómetros del aire presentan un elevado número de días
con oscilaciones diarias en torno al punto de congelación (186 en la serie 2005/06
y 235 en la serie 2007/08), que todavía se dejan sentir en los primeros centímetros
del suelo (173 y 164 días a -5 en los años 2003 y 2004/05; y 127 días a -10 cm en
la temporada anual 2005/06). El número de días con máximas por debajo de 0ºC
resulta superior en el aire (186 días durante 2005/06 y 235 en 2007/08) que en la
superficie del suelo (173 días a -5 cm en 2003, 164 días a -5 cm en 2004/05 y 127
días a -10 cm en 2005/06). Sin embargo, ya a -30 cm de profundidad los días de
helada se incrementan hasta suponer el 25,21% anual en la serie 2005/06 (92 días)
y el 28,14% en el último año tratado (103 días). Pero aunque el número de días de
helada se incremente con la profundidad, las mínimas registradas son cada vez más
elevadas y así, a pesar de que en la serie 2005/06, a -30 cm, se registraron 92 días
con temperaturas inferiores a 0ºC todo el día, estas no llegaron a bajar de -0,97º C
(mínima absoluta de la serie), mientras que la mínima absoluta del aire fue de -
4,09º C (23-11-05). Por lo tanto, aunque aumenta el número de días de hielo con
la profundidad, disminuye la intensidad de la helada.

Figura 6. Número de días en los que la temperatura permanece por encima, por
debajo o fluctúa alrededor de 0º C en la estación Chacha2 (4.976 m s.n.m).
Con los datos de la serie Oc2004/Sp05 para las sondas de -5 y -30 cm, la
temperatura media mensual se reduce a razón de 1,0ºC por cada 10 cm; la máxima
mensual, a -1,34ºC/10 cm; y la mínima, a -0,77ºC/10 cm. Suponiendo una
tendencia lineal de reducción de las temperaturas (figura 7), la amplitud anual cero
se alcanza a -164,75 cm con una temperatura de -11,61ºC.

Figura 7. Temperatura media anual (T), temperatura media mensual mínima (T


min) y temperatura media mensual máxima (T max) observadas y estimadas según
tendencias lineales, en la estación de observación Chacha2 (4.976 m), con los datos
de la serie Oc2004/Sp05.

Si se toman los datos de la serie anual Nv2005/Nv06 para las sondas de -10 y -30
cm, se observa que la temperatura media mensual disminuye con la profundidad a
razón de 0,42º C por cada 10 cm. Suponiendo una tendencia lineal para las medias
mensuales máxima y mínima del año con la profundidad (figura 8), la amplitud
anual cero se localiza a una profundidad de -158,57 cm, donde la temperatura
media del mes más frío y la del mes más cálido coinciden en -1,54º C.

Por lo tanto, con las observaciones realizadas se puede concluir que en la estación
Chacha2 los primeros 5 cm del suelo sufren ciclos diarios de hielo/deshielo desde
el otoño hasta la primavera (entre abril y noviembre) en un porcentaje anual que
oscila entre 47,4% y 36,7%. A -10 cm disminuyen a una presencia del 34,8%, para
quedar reducidos a 1-10 días a -30 cm. Sin embargo, a esta última profundidad se
registran 92-103 días de helada durante los meses de invierno, aunque las
temperaturas no llegan a ser tan bajas como las registradas en posiciones
superiores. Si la temperatura sigue en el interior del suelo la misma tendencia
observada en los primeros centímetros, el suelo podría permanecer helado todo el
año a partir del punto en el que la media mensual más alta quedara por debajo de
0ºC (a una profundidad de 80 cm en la serie 2004/05 y de 135 cm en la de 2005/06).

Figura 8. Temperatura media anual (T), temperatura media mensual mínima (T


min) y temperatura media mensual máxima (T max) observadas y estimadas según
tendencias lineales, en la estación de observación Chacha2 (4.976 m s.n.m), con los
datos de la serie Nv2005/Nv06.

Debido a la dificultad del acceso, hasta noviembre de 2007 no se pudo instalar una
estación a mayor altura en la ladera del Nevado Chachani. En esa fecha se dotó al
observatorio Chacha3 (5.331 m) (figura 9 y cuadros 7 y 8), con dos sondas: aire y
-30 cm, que tomaron datos entre el 7-11-2007 y el 21-10-2008, con un intervalo
temporal de 90 minutos (16 datos por día). De esta manera, no se obtiene una serie
anual completa, sino de 350 días, ya que faltan 6 días en noviembre y 10 en
octubre.
Figura 9. Gráficas de los datos tomados por las sondas instaladas en el aire y a -30
cm en el suelo durante la campaña 2007/08, en la estación Chacha3 (5.331 m).

A 5.331 m de altitud, la TMAA ya es negativa, con sólo dos medias mensuales por
encima de 0ºC. La amplitud térmica diaria media resulta 2,2ºC inferior a la
calculada para la estación Chacha2 en un periodo de tiempo similar
(Oc2007/Sp08). La media mensual más elevada se localiza en diciembre, tanto del
aire como a -30 cm, al igual que en la estación Chacha2, en las mismas fechas. Sin
embargo, la media más baja del año se da con un mes de retardo en el interior del
suelo (agosto) respecto a la del aire (julio) y se observa que a -30 cm el mes más
frío tiene 1,6ºC menos que el del aire.

Cuadro 7.
Estadísticos anuales de las temperaturas diarias para la serie entre
noviembre de 2007 y octubre
de 2008 de las sondas situadas en el AIRE y a -30 cm, en la estación Chacha3
(5.331 m)
T MEDIA T ABSOLUTA AMPLITUD
Serie Profundidad (cm)
Media Máx Mín Máx Mín Media Máx Mín
Nv2007/Oc08 AIRE -1,9 -0,9 -2,8 5,1 -7,3 1,9 5,2 0,5
Nv2007/Oc08 30 -2,7 -2,6 -2,9 3,3 -7,4 0,2 1,1 0,0
Cuadro 8.
Estadísticos mensuales para la serie entre noviembre de 2007 y octubre de
2008 de las
sondas situadas en el AIRE y a -30 cm, en la estación Chacha3 (5.331 m).
Serie Nv2007/Oc08 Nv2007/Oc08
Sonda AIRE -30 cm
MES MD MX MN AT MD MX MN AT
Nv[30] 0,1 1,8 -1,3 3,2 -0,5 -0,4 -0,6 0,2
Dc 1,4 3,5 -0,1 3,5 1,3 1,6 1,0 0,6
En -0,3 0,6 -1,2 1,8 0,0 0,1 0,0 0,1
Fb -0,2 0,9 -1,1 2,0 0,3 0,4 0,2 0,2
Mr -0,5 0,6 -1,4 2,0 -0,3 -0,2 -0,3 0,0
Ab -1,9 -1,0 -2,6 1,7 -2,3 -2,2 -2,4 0,3
My -3,7 -3,1 -4,3 1,2 -4,7 -4,5 -4,7 0,2
Jn -4,3 -3,8 -4,8 1,1 -5,7 -5,5 -5,8 0,2
Jl -4,5 -4,0 -5,0 1,0 -6,1 -6,0 -6,2 0,2
Ag -3,9 -3,2 -4,6 1,4 -6,1 -6,0 -6,2 0,2
Sp -2,9 -2,0 -3,8 1,8 -5,5 -5,3 -5,6 0,3
Oc[31] -1,6 -0,3 -2,8 2,6 -3,1 -2,9 -3,2 0,4
Media -1,9 -0,8 -2,7 1,9 -2,7 -2,6 -2,8 0,2
A anual 6,0 7,4

En el aire se han contabilizado 321 días con mínimas diarias por debajo de 0º C,
de los que 207 tienen también máximas negativas (figura 10). Prácticamente, desde
mediados de abril hasta finales de septiembre no se anota ninguna temperatura
positiva en la sonda. En el interior del suelo, el 81,14% de los días del año
permanecen por debajo del punto de congelación, mientras que sólo en 14 días se
registraron oscilaciones alrededor de 0ºC, frente a los 114 del aire. Los días con
oscilaciones se reducen con la profundidad, ya que la amplitud diaria también
disminuye, al atenuarse la influencia de la radicación solar. Así, los días de otoño
presentan temperaturas negativas continuas en el interior del suelo, mientras que
en superficie la radiación solar consigue elevar la temperatura por encima de 0ºC
y la irradiación nocturna los devuelve a valores negativos. En los días de verano,
el enfriamiento que sufre el aire y la superficie del suelo durante las noches más
cortas no llega a reducir las temperaturas del interior por debajo de 0ºC, por lo que
se incrementa el número de días libre de helada a -30 cm (54 días) respecto del aire
(29 días).
Figura 10. Número de días en los que la temperatura permanece por encima, por
debajo o fluctúa alrededor de 0º C en la estación Chacha3 (5.331 m).

Con la serie 2007/08 no se pudo determinar el gradiente térmico de profundidad


del suelo, porque solo hay datos para una única sonda en el interior del suelo. De
todas formas a -30 cm el suelo permanece congelado de marzo a noviembre y,
aunque se alcanza alguna temperatura positiva durante las horas centrales del día
en noviembre, no es superior a 0,23ºC (máxima absoluta de noviembre).

Gradiente altitudinal de temperatura

El gradiente vertical de las TMAA en la ladera suroriental del Nevado Chachani


se ha calculado a partir de las temperaturas del aire anotadas en las estaciones
Chacha1 y 2 durante la serie Oc2007/Sp08 y las conseguidas en el observatorio
Chacha3 entre el 7-11-2007 y el 21-10-2008, además de la TMAA la obtenida en
el observatorio de Arequipa SPQU para el período Oc2007/Sp08 (13,8ºC). El
resultado indica que las TMAA disminuyen 0,55ºC por cada 100 m de ascenso
entre la estación más baja y la más alta, aunque la tendencia no es uniforme: hay
una mayor diferencia entre las estaciones Chacha1 y 2 (2,98ºC/100 m), que entre
las dos más bajas (0,40ºC/100 m) o las dos más altas (0,70ºC/100 m).

El modelo de distribución de las TMAA a partir de este gradiente (figura 11) se ha


desarrollado con la ecuación:

y=-0,0052x+27,07807

donde la TMAA es la variable dependiente y el R2 es de 0,94.


En esta distribución (figura 11), el ámbito periglaciar se extiende por encima de
los 4.650 m y a partir de 5.615 m son dominantes los procesos de la helada. Las
TMAA son de 0ºC a 5.231 m. y los valores estimados se ajustan bien a los
observados en las estaciones de muestreo.

Figura 11. Modelo de distribución altitudinal de las TMAA en el complejo Misti-


Chachani según la recta de regresión calculada con los valores de las TMAA de las
estaciones Arequipa SPQU, Chacha1, 2 y 3.
También se indican las isotermas/isohipsas que marcan el límite inferior del dominio de
la helada (-2ºC), de los ciclos de congelación y deshielo (0ºC) y del ambiente periglaciar
(+3ºC), según French[32].

Sin embargo, la temperatura del suelo no tiene una distribución que se ajuste a
valores con una relación constante con la altitud. Con las TMAS a -30 cm,
calculadas a partir de las colecciones de datos capturadas durante el periodo
2007/08 en las tres estaciones establecidas en el Nevado Chachani, se ha
determinado un gradiente altitudinal de -1,8ºC/100 m. Entre las dos estaciones más
bajas la TMAS decrece a razón de 3,1ºC/100 m, mientras que entre las dos últimas
desciende 1,3ºC/100 m. La recta ajustada a estos valores tiene la ecuación:

y=-0,0171x+88,0371

con un R2 de 0,95. El modelo de distribución de TMAS a -30 cm (figura 12)


estimada para la estación Chacha3 fue de -3,4ºC, mientras que el valor observado
fue de -2,7ºC. Para la estación Arequipa SPQU se estima una TMAS a -30 cm de
45,3ºC; cantidad muy elevadas para este observatorio teniendo en cuanta que su
TMAA real para el periodo fue de 13,8ºC.

Figura 12. Modelo de distribución altitudinal de las TMAS a -30 cm, en el complejo
Misti-Chachani según un ajuste lineal calculado con los valores de las TMAS de las
estaciones Chacha1, 2 y 3.

Modelo de distribución del permafrost


Para desarrollar el modelo propuesto por Abramov et al.[33] a partir de los datos
térmicos obtenidos en la ladera suroriental del Nevado Chachani se han empleado
el modelo de radiación solar directa media anual (en W/m2) generado con ArcGis
para el periodo Oc2007/Sp08 y el modelo distribución de TMAA elaborado a partir
de los datos de temperaturas de las estaciones Chacha1, 2 y 3 y Arequipa SPQU
(figura 11). Por otra parte, las TMAS observadas a -30 cm en el mismo periodo de
estudio sirvieron para calcular ΔT (diferencia entre la TMAA estimada y la TMAS
medidas en los puntos de muestreo), y definir la constante formada por el valor de
la pendiente de la recta que relaciona ΔT y RAD, que dio como resultado 0,0025,
con un coeficiente de determinación para la recta de ajuste de 0,63.

En el modelo resultado de aplicar la fórmula de Abramov et al.[34] (figura 13) se


distinguen los siguientes limites altitudinales para las categorías propuestas
(cuadro 9).

Figura 13. Modelo de distribución de TMAS según el método propuesto por


Abramov et al.[35], en el área del complejo volcánico Misti-Chachani, a partir de
las TMAA estimadas con los valores de las TMAA de los observatorios de Arequipa
SPQU, Chacha1, 2 y 3 (Figura 11), las TMAS a -30 cm observadas en las estaciones
Chacha1, 2 y 3; y el modelo de radiación solar directa media anual.

Cuadro 9.
Límite altitudinal inferior (en m s.n.m.) de cada una de las categorías
térmicas establecidas por Abramov et al.[36], según el modelo de TMAS
estimadas, en el Nevado Chachani
En la última columna se anotan las superficies planimétricas (en m2) ocupadas por cada uno de los tipos de
permafrost en las cumbres del complejo volcánico Misti-Chachani. En este caso la estimación se ha realizado
con del modelo de distribución de TMAA de las estaciones Arequipa SPQU, Chacha1, 2 y 3 y las TMAS de -
30 cm.
Altitud (m) según orientación Superficie (m2)
Permafrost TMAS (º C)
N E S W TOTAL MISTI N. CHACHANI
Aislado +2 / 0 5.080 5.096 5.050 5.098 18.465.949 2.373.843 16.092.106
Discontinuo 0 / -2 5.246 5.265 5.237 5.250 11.871.074 1.784.105 10.086.969
Continuo < -2 5.416 5.436 5.414 5.432 16.759.989 2.658.963 14.101.027
Área total 47.097.012 6.816.911 40.280.102

Discusión

El análisis de los datos térmicos recogidos en la ladera suroriental del Nevado


Chachani ha derivado en los siguientes resultados para cada una de las estaciones
de muestreo (cuadro 10). A 4.850 m (Chacha1) la TMAA es positiva (4,4ºC)
aunque registra 75 días al año con ciclos de hielo/deshielo. En los primeros
centímetros del suelo la TMAS (8,5ºC a -5 cm) es superior a la del aire, siguiendo
así los criterios expuestos por Smith y Riseborough[37], aunque en este caso no
existe ningún elemento que sirva de aislante al suelo, sino que la subida de
temperaturas se debe a una mayor exposición directa a los rayos solares de la sonda
instalada en el suelo que de la del aire, localizada siempre a la sombra. Con el
incremento de la profundidad, la TMAS desciende en un primer momento (6,0ºC a
-30 cm) y luego asciende ligeramente (6,7ºC a -94 cm). También se reduce la
amplitud anual, con un aumento más rápido de las mínimas que descenso de las
máximas, y la oscilación media diaria anual. Con esta tendencia al ascenso de la
temperatura con la profundidad y sin registrarse ninguna temperatura negativa en
el primer metro del suelo, no parece probable que en esta localización se desarrolle
permafrost, ni se puedan generar procesos superficiales relacionados con ciclos de
hielo/deshielo.
Cuadro 10.
Síntesis de los resultados obtenidos en el estudio de las temperaturas del aire
y del suelo en el Nevado Chachani según las observaciones realizadas en las
estaciones, los modelos generados con los gradientes térmicos verticales
(Gtv) de las TMAA, y los modelos generados con la metodología propuesta
por Abramov et al.[38]
División según Modelo de distribución
EST. Altit. (m) OBSERVACIONES French[39] y Modelos propuesto por Abramov et
Gtv TMAA al.[40]
Todas las tas >0ºC en el Fuera del ámbito
Chacha1 4.850 Sin permafrost
suelo periglaciar
Hasta 235 ciclos diarios
hielo/deshielo en el aire y
176 en superficie. A -30
Ámbito periglaciar, sin
Chacha2 4.976 cm el suelo está helado Sin permafrost
dominio de la helada
entre mayo y septiembre.
Posible a mayor
profundidad.
TMAA negativa, con 207
días de helada y 114 ciclos
diarios de hielo/deshielo. A Ámbito periglaciar, sin
Chacha3 5.331 Permafrost discontinuo
-30 cm, helada entre enero dominio de la helada
y octubre (207 días).
Permafrost más profundo

Por el contrario, uno poco más de una centena de metros más arriba, pero en una
localización más sombreada por situarse en la base de una pared, en la estación
Chacha2 (4.976 m), las TMAA no superan los 0,6ºC, y a lo largo del año se
contabilizan entre 25 y 65 días con máximas inferiores a 0ºC, y entre 186 y 235
ciclos diarios de hielo/deshielo. En el interior del suelo las TMAS son superiores
a las del aire, con 4,6ºC a -5 cm, pero con la profundidad tienden a descender
(3,2ºC a -10 cm; 2,3ºC, 2,4ºC y 2,0ºC a -30 cm). A -5 cm se registran 19-6 días de
helada y 173-134 ciclos diarios de hielo/deshielo y a -10 cm sólo se contabilizan 4
días de helada y 127 de hielo/deshielo. En cambio, a -30 cm cambia la situación y
se dan entre 92 y 131 días al año con temperaturas negativas, mientras que las
fluctuaciones en torno a los 0ºC se producen únicamente en 1-10 días. A esta
profundidad el suelo permanece helado entre mayo y septiembre con temperaturas
que no descienden de -1ºC. Suponiendo una tendencia lineal de descenso en las
TMAS y de las máxima y mínima mensuales, en la campaña 2005-06 por debajo
de los 87 cm la TMAS fue negativa y a 159 cm de profundidad se localizó la
amplitud anual cero (-1,5ºC). Con los datos de la serie anual 2004-05, la amplitud
cero se alcanzó a 165 cm con una TMAS de -11,6ºC y la TMAS fue negativa por
debajo de los 50 cm. Con estas observaciones, es muy posible que esta estación
esté localizada en un área con permafrost, aunque su límite superior queda por
determinar. De hecho, el modelo de distribución de temperaturas en el interior del
suelo[41] propone tendencias curvas para los cambios con la profundidad de las
temperaturas medias mensuales de los meses más frío y más cálido del año. De
esta manera, las líneas se encontrarían a una menor profundidad que si siguieran
tendencias lineales. Por ello, la localización de la profundidad de amplitud cero en
este trabajo sería la máxima posible.

El punto de observación más elevado (Chacha3 a 5.331 m) tiene una TMAA


negativa (-1,9ºC) y registra 207 días de helada, entre enero y octubre, y 114 ciclos
diarios de hielo/deshielo. En el interior del suelo, a 30 cm de profundidad, la
TMAS (-2,7ºC) es inferior a la del aire, con 284 días de helada y 14 ciclos diarios
de hielo/deshielo.

La utilización de las TMAA como indicadores de presencia de permafrost o


delimitadores del ámbito periglaciar se ha empleado en otros trabajos[42] y aquí se
han elegido los límites propuestos por French[43]. Así, en el Nevado Chachani el
ámbito periglaciar queda por encima de los 4.650 m y sobre los 5.615 dominan los
procesos de la helada. Pero hay que tener en cuenta que las isotermas de +3ºC y -
2ºC se han localizado sobre un modelo de distribución de TMAA basado
únicamente en el gradiente altitudinal que presentan las temperaturas observadas
en la ladera suroriental del Nevado Chachani, por lo que no se tienen en cuenta
otros factores que pueden distorsionar esa distribución, como es la radiación, que
como ya se ha visto, influye de manera decisiva. La distribución espacial que se
emplea aquí sólo es completamente válida para la ladera sureste de la montaña.

La aplicación del método propuesto por Abramov et al.[44] al complejo Misti-


Chachani, a partir de la distribución de TMAA realizada con los valores de las
estaciones Arequipa SPQU y Chacha1, 2 y 3 y las TMAS de -30 cm, estima que
en las cumbres del Nevado Chachani existe una superficie de 14,1 km2 con
permafrost continuo.

Todos estos datos apoyan la hipótesis de que los glaciares rocosos situados en la
vertiente meridional del Cerro Nocarani, en el extremo septentrional del Complejo
Chachani, son activos, lo que será confirmado en trabajos geomorfológicos
posteriores.

Conclusiones

Los resultados conseguidos en el Nevado Chachani indican que el piso periglaciar


se desarrolla por encima de los 4.900 m de altitud y a partir de 5.600 m dominan
las condiciones térmicas para que existan los procesos debidos a la helada. Los
modelos de distribución de permafrost sitúan el límite inferior del permafrost
aislado a 5.050 m en orientaciones meridionales. El permafrost discontinuo se
extiende desde los 5.250 m hasta los 5.420 m, y por encima se localiza el
permafrost continuo. Las observaciones realizadas en la estación de muestreo
Chacha2 indican que el suelo permanece helado entre mayo y septiembre a -30 cm
y no se descarta la posibilidad de que exista suelo permanentemente helado a
mayor profundidad. Este observatorio se encuentra aproximadamente en el límite
inferior del permafrost (4.976 m). En la estación Chacha3 (5.331 m) se ha
confirmado la presencia de suelo helado entre enero y octubre a -30 cm y las
condiciones térmicas analizadas indican la existencia de permafrost en esa
situación.

Se plantea ahora un nuevo reto en la investigación que conlleva el seguimiento de


las variaciones en extensión y características de estos medios fríos. Aunque aquí
se ha determinado que se dan las condiciones térmicas para la existencia del
permafrost, queda por establecer la cantidad de agua que puede contener este suelo
en estado sólido. Si bien ya han indicado[45] que la posible liberación del agua
retenida en el suelo helado es particularmente difícil de investigar, su conocimiento
aportaría una valiosa información para la gestión del agua en las comunidades
circundantes. Por otro lado, a partir de este momento, en el que se han fijado los
límites de las condiciones térmicas que caracterizan el ámbito periglaciar y la
presencia de permafrost, las investigaciones deben dirigirse hacia el estudio de los
cambios en estos medios fríos; si experimentan un aumento en su extensión o, si
por el contrario, se están degradando. En el primer caso, las nuevas áreas afectadas
sufrirán un cambio en el tipo de procesos que les afectan y, por lo tanto, habrá que
tener en cuenta sus condiciones actuales, en qué aspectos influirá el cambio y si
los nuevos procesos pueden suponer una amenaza a las comunidades humanas. En
el segundo, la degradación del suelo helado supone una indudable modificación en
el paisaje y una alteración del sistema hidrológico[46], ya que las capas de suelo
heladas actúan como una barrera impermeable al movimiento del agua líquida. De
esta forma es previsible que disminuyan las cantidades de precipitación que pasan
a la escorrentía superficial y se formen nuevos acuíferos, propiciados por un
material poco cohesionado y poroso. Mientras se rellenan los acuíferos, cabe
esperar que decrezca el caudal aportado a la corriente principal, lo que puede tener
importantes consecuencias sobre la población inmediata de Arequipa y sobre las
comunidades situadas aguas abajo, en la rampa hiperárida, que tienen como fuente
de ingresos la agricultura de regadío.

Por otra parte, se ha estudiado ampliamente en otras montañas cómo la


degradación del permafrost supone una reducción en la estabilización de las
laderas[47], con el consiguiente actuación y aumento de procesos de ladera como
son las caídas de rocas procedentes de paredes rocosas[48] o de los frentes de los
glaciares rocosos[49]; desarrollo de debris flows debidos a una modificación en la
mecánica y condiciones hidrológicas del suelo[50]; y un incremento en los
movimientos lentos, como la crio-reptación[51].

Agradecimientos

Este trabajo ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia e


Innovación (proyectos CGL2006-1983 y CGL 2009-7343). Los autores agradecen
el apoyo durante los trabajos de campo del Instituto Geofísico del Perú y del
IGEMMET. De igual manera, reconocen la ayuda de los útiles comentarios
realizados por dos revisores anónimos.

Notas

[1] Véase los trabajos de Francou et al., 2000; Ramírez et al., 2001; Mark et al. 2002; Georges, 2004; Mark y
Seltzer, 2005; Raup et al., 2006; Rabatel et al., 2006; Solomina et al., 2007; Mark, 2008; Rabatel et al., 2008;
Vuille, et al., 2008; Hastenrath, 2009; Jomelli, 2009; Úbeda, Palacios y Vázquez, 2009; Alcalá et al., 2009.

[2] Véase Mark, 2008; Vuille et al., 2008.

[3] Véase Francou, 1984; Francou et al., 1999; Francou, Le Mehaute y Jomelli, 2001; Dornbusch, 1997, 2000,
2002 y 2005; Forget et al., 2008.

[4] Véase WMO, 1997; Haeberli, Maisch y Paul, 2002; Kääb et al, 2007.

[5] Kääb et al., 2007, p. vi.

[6] Véase Paquereau-Lebti et al., 2006.

[7] Véase Palacios et al., 2009.

[8] Úbeda, 2011, pp. 135-136.

[9] Según el censo de 2007 elaborado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática de Perú (INEI).

[10] Para todos los cuadros del artículo: Fuente: Elaboración propia.

[11] La red oficial de observatorios meteorológicos de Perú está gestionada por el Servicio Nacional de
Meteorología e Hidrología del Perú (SENAMHI). El observatorio intalado en el aeropuerto de Arequipa recibe
el nombre de Arequipa SPQU.

[12] van Everdingen, 1998, p. 2. Modificado a partir de su trabajo: van Everdingen, 1985.

[13] French, 2007, pp. 83-85.


[14] El MDE se obtuvo a partir de la información topográfica recogida en los ficheros de digitalización de las
hojas 2538 y 2638 realizados por el Instituto Geográfico Nacional de Perú a escala 1:100.000.

[15] French, 2007, p. 31.

[16] Etzelmüller et al., 2001, p. 189.

[17] Ver varios ejemplos en Riseborough et al., 2008.

[18] Véase el trabajo de Kneisel y Kääb, 2007, como ejemplo de aplicación de métodos de resistividad eléctrica
para la detección de permafrost en un área de los Alpes Suizos.

[19] Haeberli, 1973, p. 221 y ss.

[20] Véase como ejemplos de aplicación del método BTS los trabajos de King, 1990; Hoelzle, 1992; Hoelzle,
Haeberli y Keller, 1993; Keller y Gubler, 1993; Imhof et al., 2000.

[21] Abramov et al., 2008, pp. 265-269.

[22] El modelo original expuesto por Abramov et al., 2008, considera el modelo de radiación solar directa
media anual según los algoritmos propuestos por Corripio, 2003.

[23] Abramov et al., 2008, p. 268.

[24] Véase Brown et al., 1997.

[25] Abramov et al., 2008, p. 268.

[26] Etzelmüller et al., 2001, p. 186.

[27] Véase Haeberli, 1973.

[28] Abramov et al., 2008, p. 268.

[29] Estas denominaciones son las mismas para todos los cuadros en los que se indican estadísticas mensuales
de las temperaturas.

[30] Las medias mensuales se obtienen con los datos de 24 días de noviembre de 2007.

[31] Las medias mensuales se obtienen con los datos de 21 días de octubre de 2008.

[32] French, 2007, p. 31.

[33] Véase Abramov et al., 2008.

[34] Abramov et al., 2008, p. 267.

[35] Abramov et al., 2008, p. 265-269.

[36] Abramov et al., 2008, p. 268.


[37] Smith y Riseborough, 2002, p. 5 y 6.

[38] Abramov et al., 2008, p. 265-269.

[39] French, 2007, p. 31.

[40] Abramov et al., 2008, pp. 265-269.

[41] van Everdingen, 1998, p. 2. Modificado a partir de su trabajo: van Everdingen, 1985.

[42] Véase por ejemplo: Etzelmüller, Berthling y Sollid, 2003 y Etzelmüller et al., 2007.

[43] French, 2007, p. 31.

[44] Abramov et al., 2008, p. 265-269.

[45] Kääb et al, 2005, p. 528.

[46] Lawrence y Slater, 2005, p. 1.

[47] Véase Haeberli, Wegmann y Vonder Mühll, 1997.

[48] Véase Gruber, Hoelzle y Haeberli, 2004.

[49] Véase los ejemplos propuestos por Bauer, Paar y Kaufmann, 2003; Kääb y Reichmuth, 2005.

[50] Véase Hoelzle et al., 1998.

[51] Véase Kaufmann y Ladstädter, 2002; Roer, Kääb y Dikau, 2005.

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