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CLASIFICACIÓN DE LOS YACIMIENTOS

La clasificación de los yacimientos no es sencilla debido a su propiedad


intrínseca. Esta es consecuencia de los variados procesos físicos-químicos
que han sufrido la mayor parte de ellos, pues es bastante habitual la
repetición o superposición de alteraciones, sustituciones de unos
elementos por otros, enriquecimientos supergénicos, metamorfismo, etc.
Esto significa que un deposito puede presentar, y de hecho así ocurre con
relativa frecuencia, características tan heterogéneas que enmascaran su
génesis y evolución posterior, de manera que no resulta evidente cuál de
ellas debe ser la dominante para su calificación.
A pesar de ello, han sido numerosos los intentos de diversos autores por
aclarar la cuestión, habiéndose llegado a los distintos modelos de
clasificación basados en criterios genéticos principalmente, aunque existen
clasificaciones más sencillas, y quizás más pragmáticas, que se apoyan en
otras características geológicas de los depósitos.
Hay tres clasificaciones muy distintas, pero son necesarias para comprender
bien el origen y la forma de presentarse los yacimientos minerales, pero
solo mencionaremos la primera. La primera, muy simple se basa en su
morfología, lo que a veces es determinante para poder efectuar su
explotación y siempre condiciona el tipo de minería a utilizar.

Clasificación morfológica
Los depósitos pueden tener forma tabular (capas y filones) o irregular
(chimeneas, masas o stock, impregnaciones, lentejones y placeres).
Las capas son depósitos concordantes, de gran longitud y anchura y poca
potencia.
Los filones son cuerpos planares de superficie irregular pues corresponden
a rellenos de fracturas más jóvenes que la roca caja.
Los lentejones, como indica su nombre, son depósitos que tienen forma
lenticular, aproximadamente biconvexa. Pueden ser de origen magmático
o sedimentario y en ellos la extensión superficial es bastante mayor que la
potencia.
Las chimeneas son depósitos bien de forma tabular, bien con sección de
cono invertido, que tienen origen volcánico.
Las masas o stocks son masas minerales irregulares de gran tamaño que
tienen un contacto neto con la roca de caja.
Las impregnaciones o diseminaciones cuando disoluciones con metales
pesados alcanzan por medio de fracturas una roca porosa y rellenan sus
poros. Un caso particular son los stockworks, depósitos en los que la mena
está constituida por una densa trama de filoncillos dispuestos
reticularmente en la roca que los engloba.
Los placeres son enriquecimientos aluviales o marinos de minerales
resistentes.
A la vista de esta clasificación se intuye que la morfología de los yacimientos
es sumamente variada, no solamente a causa de la mayor o menor
complejidad de su génesis, sino también debido a las deformaciones y
alteraciones que haya podido sufrir con posterioridad por fenómenos
tectónicos, alteraciones superficiales, removilizaciones, etc.

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