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ACTIVIDADES PÁGINA 10
1. Puesto que las emociones llevan consigo una repercusión orgánica, unas tendencias
conductuales así como una interpretación cognitiva, elabora un cuadro en el que
recojas tus observaciones sobre las distintas emociones básicas analizando estos
aspectos.
La presente actividad puede ser realizada tanto de manera individual como grupal, desde aquí
se propone enfocarla grupalmente para favorecer el intercambio de ideas y reflexiones entre el
alumnado. Se trata de una actividad abierta en la que no cabe una única respuesta correcta,
sino que intenta que el grupo reflexione a partir de sus propias experiencias emocionales y las
repercusiones de las mismas, por lo que el papel del profesor o profesora será fundamental a
la hora de plantear preguntas que les puedan conducir a esa reflexión. A continuación se
proponen algunas ideas básicas con las que completar el cuadro sugerido.
alcanzables.
- Subida de la temperatura - Aumento del flujo verbal.
corporal.
- Sonrisa.
- - Etcétera.
- - Etcétera.
- Mayor ritmo cardíaco. - Posición corporal - Percibimos que existe
excesivamente abierta. algún obstáculo que
- Aumento de la tensión
nos impide alcanzar
muscular. - Gestos de amenaza.
nuestros objetivos, sin
Enfado
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- Disminución del ritmo - Postura corporal - Nuestros objetivos
cardíaco. «cerrada». aparecen ante nosotros
como inalcanzables,
- Descenso de la - Inactividad.
Tristeza
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4. Propón tres actividades para llevar a cabo en un aula de educación infantil con las que
trabajarías de forma directa o indirecta la autoestima. Argumenta el sentido de cada una
de tus propuestas.
Consideramos que en esta actividad no es tan relevante el hecho de plantear propuestas
grandilocuentes o atractivas como el que el alumnado sea capaz de fundamentarlas en
relación a los tres elementos que hemos visto en el texto (que los niños se sientan queridos,
capaces y dignos). Por lo tanto, las actividades pueden ser muy variadas, desde aquellas más
complejas como pueda ser la realización de una sesión de psicomotricidad bien adaptada a
las características de los niños, de manera que puedan sentir sus logros, como otras de corte
aparentemente más sencillo como la realización de una pequeña fiesta de cumpleaños en la
que cada niño pueda sentirse apreciado por educadores y compañeros.
ACTIVIDADES PÁGINA 27
5. Revisa los distintos estadios que Wallon describe, teniendo en cuenta que todos ellos
son relevantes. ¿De cuál crees que se pueden derivar unas implicaciones educativas
más específicas en la primera infancia? ¿Por qué?
Pretendemos que los/as alumnos/as presten especial atención al estadio del personalismo, ya
que es en este en el que se van a empezar a poder utilizar técnicas más específicas para el
control de las conductas, especialmente durante la crisis del personalismo, momento en el que
será necesario aunar la existencia de límites claros con su imposición desde la afectividad.
6. Observa tus relaciones: tus padres, amigos, pareja. Describe las conductas que pones en
práctica, en la actualidad, en esas relaciones que las hacen diferentes entre sí y con
cualquier otro tipo de relación.
Se puede proponer al alumnado que elabore un sencillo instrumento de autoobservación, de
manera que recojan todas esas conductas diferenciadas para compartirlas posteriormente con
el resto de la clase. Del mismo modo, también se puede enfocar de una manera menos
sistematizada, y que todos fueran aportando sus observaciones de manera espontánea.
Deberían llegar a percatarse de cómo varían aspectos como el contacto físico, nuestra
expresión emocional, etc., en función del tipo de vínculo y de la calidad del mismo.
7. Tal como acabamos de ver, la evolución del apego va cambiando, repasa las
peculiaridades de cada fase. ¿En qué momento recomendarías a unos padres, que
acuden en busca de tu consejo como profesional, que incorporasen a su hijo/a en la
escuela infantil?
Teniendo en cuenta que las escuelas infantiles pueden recibir a los niños desde los primeros
meses de vida (habitualmente el cuarto mes), si unos padres preguntaran si es más adecuado
que los niños sean más mayores, podremos explicarles que durante la fase del preapego, es
decir, antes de los 7 u 8 meses, la adaptación resultará más sencilla puesto que todavía el
bebé, a pesar de mostrar preferencia por la madre cuando esta se encuentra presente, aún no
tiene consolidado el vínculo de apego porque no es capaz cognitivamente de saber que su
madre sigue existiendo cuando no está con él. Sin embargo, si esperan hasta esa edad, es
muy probable que surja angustia ante la separación y/o miedo a los extraños. Más adelante,
cuando el apego ya está bien conformado, también será más fácil ya que el niño habrá
elaborado un esquema mental sobre su figura de apego y lo que puede esperar de ella.
8. Vas a realizar un ejercicio de imaginación: por un momento, figura que ayer llegaste a un
nuevo país a vivir. Vas con tu pareja o con tu mejor amigo, alguien que sabes que
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responde por ti. Esta persona te pide que le acompañes porque te va a llevar a conocer
un sitio estupendo. Subís en el coche, vais por una carretera desconocida y llegáis a un
bonito edificio en el que hay un montón de personas a las que no conoces. Tu pareja, de
repente, te pide que permanezcas en ese lugar durante un tiempo, hasta que él o ella
regrese, aunque no precisa cuándo será. Analiza cómo crees que te sentirías ante una
situación así e intenta compararlo con el momento en el que un niño/a accede por
primera vez a la escuela infantil. Comparte tus conclusiones con el resto de
compañeros.
Se puede favorecer la realización de esta actividad creando un ambiente distendido y de
relajación y diciendo poco a poco lo que se supone que deben ir imaginando, de manera que
visualicen de la forma más vívida posible la situación sugerida. Es importante transmitirles que
no se trata de juzgar sentimientos ni emociones de ningún miembro de la clase sino de facilitar
la empatía con los niños cuando estos acuden a las escuelas infantiles por primera vez.
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9. Elabora una escala de observación cuyos ítems te sirvan para valorar cómo se está
produciendo el período de adaptación de los nuevos niños/as.
Debemos tener en cuenta que este ejercicio admite diversidad de respuestas, sin embargo,
con la intención de que los alumnos recojan en ellas los elementos esenciales, proponemos
una serie de ítems que pueden ser de utilidad.
a. Conductas con relación a objetos:
No se quiere quitar el abrigo
Se aferra a un objeto que trae de casa (bolsa, abrigo…)
Se lleva objetos de la escuela.
Acapara objetos.
Ignora los objetos permaneciendo pasivo.
Ignora los objetos buscando refugio en su propio cuerpo (pulgar, balanceos…).
No soporta los cambios de los objetos (sitio, forma en que están colocados…)
Acepta objetos que le dan los niños o el educador.
Se muestra capaz de desprenderse de las cosas.
Explora y utiliza los objetos del aula.
b. Conductas en relación al espacio.
Se sitúa cerca de la puerta o ventana durante largos períodos.
No se mueve, investiga ni explora el espacio (está quieto en un rincón o silla)
Invade el espacio (va por todas partes, toca todo)
Te determinados espacios (jardín, terraza, pasillo), puede reflejarse en el hecho de “salir a” o
también en que demuestra comportamientos peculiares en ellos, por ejemplo en el jardín se
mantiene cerca de la puerta o en torno a la educadora.
La puerta de la clase debe permanecer abierta.
Hay que cerrar continuamente las puertas.
Ocupa el espacio próximo al adulto.
c. Conductas en relación al adulto:
Petición directa de atención constante.
No hay petición directa (pasa desapercibido a la educadora)
Se hace notar destacadamente.
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Demuestra indiferencia ante el adulto.
Rehuye el contacto con la educadora.
Manifiesta deseo expreso de ir al encuentro del educador anterior.
Está pendiente de lo que el adulto hace (control a distancia).
Se mantiene próximo físicamente.
Se queja de malestar físico (dolor de cabeza, de tripa, hambre, cansancio).
Ignora al adulto como si no existiera.
Se muestra rebelde a las propuestas de sugerencias.
Acepta a la educadora como fuente de consuelo y ayuda.
Acepta a la educadora como compañera de juego.
Muestra una actitud corporal flexible, adaptativa y receptiva.
No soporta la mínima ausencia de la educadora.
Manifiesta dificultades para compartir a la educadora con los otros (celos).
Se acerca a cualquier madre que entre con preferencia ante su educadora.
d. Conductas en relación al juego:
Observa, pero sin participar.
Observa y participa por momentos, pero básicamente se entretiene solo.
Interrumpe continuamente el juego con los demás.
Intercambia y disfruta del juego en común.
Juega solo.
Ausencia de juego (se mueve, toca, pero no organiza ningún juego).
Inicia juegos, pero enseguida los abandona.
Tipos de juego más comunes.
Intenta resolver problemas por sí mismo.
e. Conducta en relación a los otros:
Expresa deseo de ir al aula donde está su hermano/a
Expresa deseo de ir al aula donde está su amigo/a.
Ignora a los niños.
-No expresa sus deseos o cede con mucha facilidad.
Evita contacto con los niños.
Acepta y aporta sugerencias y opiniones de los demás.
Se comporta de forma dominante.
Demuestra afecto en sus relaciones de amistad.
Se muestra capaz de enfrentarse u oponerse en ocasiones.
Se muestra capaz de expresar enfado sin dañar a otros niños o al material.
Expresa enfado de forma agresiva (pegar, romper, molestar)
f. Conductas de expresión emocional más directa:
Llama incesantemente a la madre/padre.
Pregunta cuándo vienen, dónde están sus padres.
Expresión directa de querer marcharse.
Llantos.
Manifiesta miedo a cosas concretas.
Manifiesta miedo en general.
Expresión alegre.
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Expresión melancólica.
Muestras de apatía.
g. Conductas en relación al consuelo:
Acepta el consuelo, pero no se calma o tarda en calmarse.
Acepta el consuelo, pero si le calma.
Rechaza el consuelo, se calma.
Rechaza el consuelo, no se calma o tarda en calmarse.
Reacciona de manera diferente ante distintas personas.
El consuelo ha de ser constante.
De dónde proviene el consuelo más eficaz: adultos cercanos, otros niños, su propio cuerpo
(chuparse el dedo, balanceos…)
h. Cambios de conducta desde que asiste a la escuela infantil.
Expresan que le ven cambiado en estado general (aspecto, voz, gestos…).
En la zona habitual de relacionarse y comportarse (nervioso, irritable, pasivo…)
En hábitos y costumbres (alimentación, sueño, higiene…).
i. Expresión a través del cuerpo (que suelen conllevar consultas médicas):
Diarreas.
Vómitos.
Estreñimiento.
Catarros.
Internamientos
Piel (irritaciones, enrojecimientos…).
j. Conductas específicas ante la despedida de la madre:
Aparece como un momento especialmente difícil para el niño.
Es un momento fundamentalmente difícil para la madre.
Es un momento difícil para ambas partes
El momento de la despedida es diferente según la persona que traiga al niño.
Reacciona con ansiedad en el momento de la despedida, pero pronto se recupera.
No demuestra ninguna reacción en el momento de la despedida.
Reacciona sin ansiedad a la despedida de la madre, integrándose fácilmente en la actividad.
k. Conductas específicas ante la llegada de la madre:
Actúa como si no la oyera o viera, a pesar de estar hablándole.
Muestra agrado y satisfacción, corre hacia ellos con alegría.
Lleva a la madre para mostrarle objetos, niños, etc, enseña y explica cosas.
Muestra conductas de alejamiento (rechaza el contacto).
Muestra conductas de exigencia.
No quiere marcharse.
Coge sus cosas primero y luego va hacia ellos.
10. Elabora un cuestionario, para recabar información de los padres sobre los distintos
aspectos que crees que pueden ser relevantes antes de que su hijo/a se incorpore a la
escuela infantil.
Si bien los alumnos pueden elaborar distintos tipos de cuestionarios, hemos de recordarles
que han de tener en cuenta las necesidades afectivas de los pequeños al hacer sus preguntas
a los padres y no centrarse únicamente en sus necesidades físicas, aunque si se han de
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valorar los hábitos que el niño ha desarrollado hasta ese momento. Algunas de las cuestiones
que pueden incluirse en el cuestionario:
- Datos básicos: nombre, sexo, edad
- Nombre de los padres.
- Número de hermanos, si los tiene y lugar que ocupa en la familia.
- Relaciones familiares: si habitualmente hay relaciones fluidas con miembros de la familia
extensa, como abuelos y tíos, que también pueden aparecer por la escuela.
- Si recibe cuidados de terceras personas.
- Hábitos de sueño: si el bebé duerme bien, llora, duerme solo en su habitación, con sus
padres, etc.
- Hábitos de higiene.
- Hábitos de alimentación: si come sin dificultad, si rechaza algunos alimentos, etc.
- Juegos y juguetes favoritos.
- Relaciones con otros niños.
- Cómo definen sus padres el comportamiento y el temperamento del bebé.
- Etc.
ACTIVIDADES PÁGINA 33
11. Busca distintas canciones infantiles y argumenta con qué emociones y con qué
situaciones las relacionarías en el día a día de un aula de educación infantil o en
situaciones puntuales.
A continuación mostramos varias canciones que podrían servir, bien porque hablen
explícitamente de emociones o porque puedan servir como estrategia para trabajarlas. Están
extraídas del libro de Carmen San Andrés, Jugar, Cantar y Contar, Teleno Ediciones, pero
podrían servir muchas otras.
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Sana, sana.
Sana, sana,
culito de rana.
Si no sanas hoy,
sanarás mañana.
Sana, sana,
bolita de gato.
Si no sanas hoy,
sanarás dentro de un rato.
Jugando al escondite,
jugando al escondite
En el bosque anocheció (bis).
El cuco, cantando, el miedo nos quitó (bis).
¡Cucú, cucú!
Lobo, ¿estás?
Sí, me estoy poniendo…la camiseta.
Jugando al escondite
en el bosque anocheció (bis).
El cuco, cantando, el miedo nos quitó (bis).
¡Cucú, cucú!
Lobo ¿estás?
Sí, me estoy poniendo…los zapatos.
Jugando al escondite,
en el bosque anocheció (bis).
El cuco, cantando, el miedo nos quitó (bis).
¡Cucú, cucú!
Lobo, ¿estás?
Si, ahora salgo
Y os voy a comer a todos.
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Si tú tienes,
si tú tienes muchas ganas de aplaudir (3 veces).
Aplaude mucho, aplaude mucho, aplaude así.
Si tú tienes ganas de gritar (3 veces).
Grita mucho, grita mucho, grita más.
Si tú tienes muchas ganas de reír (3 veces).
Ríe mucho, ríe mucho, ríe así.
Si tú tienes muchas ganas de saltar (3 veces).
Salta mucho, salta mucho, salta así.
Si tú tienes muchas ganas de llorar (3 veces).
Llora mucho, llora mucho, llora así.
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pequeño recorrido por los distintos apartados básicos, y aportamos elementos que
consideramos que deben ser tenidos en cuenta debido a la particular adaptación al ámbito
emocional.
Fundamentación
Partiremos tanto de la consideración del currículo vigente como de la importancia de las
emociones en el desarrollo del niño y cómo influirá en sus relaciones. Por lo tanto, podrán
aportar argumentos legales, psicológicos e incluso sociológicos. Deberán aclarar a quiénes
dirigen esta programación, de cara a que exista coherencia con la propuesta general.
Objetivos
De nuevo el currículo será el punto de partida y servirá a los alumnos a confeccionar los
objetivos generales, que posteriormente concretarán en objetivos específicos, acercándose
más a la realidad de la práctica educativa. Si el profesor o profesora lo considera oportuno,
también podrán elaborar objetivos operativos en este mismo apartado o tenerlos en cuenta a
la hora de seleccionar las actividades a realizar. Es importante que el alumnado vea la relación
entre la normativa y la aplicación práctica de la misma en función de aquello que quieren llevar
a cabo con su grupo.
Contenidos
Igualmente, partirán de la normativa e irán adaptándola a sus intereses. En ningún caso deben
perder de vista que están trabajando las emociones y la educación emocional, por lo que, para
llevar a cabo dicha adaptación, tendrán que revisar en qué consiste la educación emocional.
Otro aspecto a tener en cuenta en este apartado será que los alumnos distingan los distintos
tipos de contenidos, que sepan claramente cuáles de los que proponen son conceptuales,
procedimentales o actitudinales.
Metodología
Resulta frecuente caer en el error de mencionar una serie de principios metodológicos que
podrían ser aplicables a cualquier tipo de Unidad Didáctica, sin embargo, creemos interesante
estos estén realmente adaptados al caso concreto de cada unidad puesto que estos tendrán
que verse reflejados en las actividades. De poco sirve proponer llevar a cabo aprendizaje
significativo si después no encontramos actividades que lo fomenten con claridad.
Actividades
Al igual que en apartados anteriores, las propuestas deben ser coherentes con las edades de
los niños y niñas, así como con aquello que queremos conseguir con ellas y los contenidos
que trabajan. Las actividades podrán agruparse, si los profesores lo consideran oportuno, en
actividades de inicio, de desarrollo y finales. También puede facilitar la tarea que las
estructuren en fichas que incluyan los objetivos de las mismas, la duración, los materiales y
espacios necesarios así como el desarrollo de estas.
Recursos
Bien a través de las distintas actividades o con la elaboración de un listado independiente, los
alumnos tomarán conciencia de aquello que les puede hacer falta para poner en práctica su
trabajo.
Temporalización
Se trata de ubicar el desarrollo de la Unidad Didáctica tanto en la globalidad del curso escolar
como el tiempo que habrá que dedicarle para su correcta aplicación.
Evaluación
Se trata de uno de los aspectos de mayor dificultad para los alumnos, puesto que tienden o
tendemos a identificar evaluación con resultados y, por tanto, presuponer que no se puede
llevar a cabo sin haber realizado la Unidad con los niños. Sin embargo, conviene enfatizar que
estamos hablando de la fase de la planificación, es decir, en qué nos vamos a fijar para saber
si nuestro trabajo está siendo el adecuado. Para ello, siempre tendremos en cuenta la
evaluación tanto del proceso de enseñanza como del proceso de aprendizaje, así como
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recalcaremos la necesidad de evaluar en distintos momentos, de este modo realizarán
evaluación inicial, procesual y final. También en este apartado corresponde incluir los métodos
e instrumentos de evaluación a utilizar: la observación es el método más usado habitualmente
en educación infantil y se puede concretar a través de escalas de observación, por ejemplo.
2. Los adultos también convivimos día a día con nuestras emociones, desarrollando
nuestras propias estrategias de afrontamiento. Vamos a analizar cómo nosotros
mismos abordamos nuestras emociones en la cotidianeidad, para ello debéis responder
las preguntas que se plantean a continuación, primero individualmente y
compartiéndolas con el resto de la clase después. Para la segunda parte de la actividad,
podéis aportar los materiales que os ayuden a ejemplificar mejor las distintas
situaciones (canciones, poemas, vídeos…).
A través de las distintas cuestiones que vamos planteando tratamos de que el alumnado tome
conciencia de la importancia de las emociones en sus vidas. Es fundamental que este ejercicio
se lleve a cabo en un ambiente distendido en el todos puedan hablar con confianza, sin
sentirse juzgados y permitiendo la participación de todos los componentes del grupo. Puesto
que todavía no tenemos una tradición cultural en la que se hable abiertamente de las
emociones, esta actividad puede suponer ciertas reticencias iniciales por lo que también
puede ser interesante que los propios profesores se impliquen aportando elementos que les
resultan significativos.
3. Diseña un folleto informativo dirigido a los padres que van a incorporar a sus niños a la
escuela infantil.
Al igual que en la mayoría de las actividades propuestas, no hay una única forma de afrontar
esta tarea. Siempre dependerá del criterio del profesorado, pero lo que queremos proponer
con ella es que los alumnos y alumnas realicen un esfuerzo por concretar y sintetizar todo lo
trabajado sobre el período de adaptación utilizando distintas estrategias de comunicación y
acostumbrándose a tener en cuenta que las familias también son un elemento básico en su
futura labor como Técnicos.
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PRÁCTICA PROFESIONAL: EL DISEÑO DEL PERIODO DE ADAPTACIÓN. PÁGINA 36
Recuerda el caso que hemos planteado al principio de la unidad de trabajo. Ahora ya
dispones de la información necesaria para poder abordarlo.
Puede resultar interesante que, antes de realizar el trabajo, te acerques a alguna
Escuela Infantil de tu zona o a aquella en la que realizaste el período de observación,
para recabar información sobre el modo en que ellos afrontan este momento tan
importante para los niños.
También en Internet puedes localizar diferentes experiencias que se están llevando a
cabo en algunas escuelas.
Planifica por ti mismo ese periodo para el caso que hemos planteado al principio del
tema:
a. Debes partir de los datos básicos que aparecen al comienzo de la unidad de trabajo
y tener en cuenta las claves que se han ido incluyendo a lo largo de todo el tema.
b. Si crees que necesitas algún dato más, puedes completarlo por ti mismo, siempre
que respetes la coherencia del caso inicial.
c. Enfoca el planteamiento desde la triple perspectiva que hemos señalado: padres,
niños, educadores.
d. Ten en cuenta que, en el caso inicial, hemos planteado la incorporación de dos
niños, es decir, aunque puedas realizar la incorporación de ambos de forma
simultánea, no olvides la importancia de personalizar las intervenciones.
e. Como en el caso de cualquier otra planificación, debes recoger los objetivos que te
planteas, los contenidos, la metodología, los recursos, las actividades y la
evaluación.
El periodo de adaptación puede adoptar distintas formas, en las que se ha de tener en cuenta
las características de los niños, la escuela y, por supuesto, la disponibilidad de colaboración
por parte de los padres. Como sucede siempre que se trabaja con personas, sean de la edad
que sea, la planificación es un aspecto importante, pero sin perder de vista las peculiaridades
de cada caso individual. Todo esto implica que nuestros alumnos podrán ofrecer distintas
alternativas en su planificación y que todas pueden ser acertadas siempre y cuando se ajusten
a la situación planteada y estén debidamente justificadas.
En el caso del comienzo del tema hablábamos de la incorporación de dos niños a un mismo
aula, concretamente al aula de los mayores de 1-2. Este detalle nos aporta información en
cuanto a la fase de formación del apego en la que se encuentran. Concretamente, ambos
niños ya tendrán formado un esquema mental sobre su figura de apego, entrando en el
período de estabilidad de los apegos. Significa que estos niños ya se habrán hecho una idea
de si pueden contar con sus padres en momentos de dificultad o si, por el contrario, no es así.
En el primer caso se tratará de un apego seguro y en el segundo de apego inseguro. Por
supuesto, el comportamiento que estos niños muestren en la escuela variará en función de su
tipo de apego.
A continuación planteamos algunos de los objetivos que podríamos proponernos:
Dar a conocer la escuela tanto a los padres como a los propios niños.
Facilitar sentimientos de confianza y seguridad también en padres e hijos.
Involucrar a las familias en la vida de la propia escuela, fomentando la relación familia-escuela.
Respetar el ritmo individual de cada niño.
En cuanto a las actividades, podremos enfocarlas de diversas maneras en función de cómo
decidiéramos completar el caso práctico, es decir, si partimos por ejemplo de completar la
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información considerando visitas previas al centro o si la incorporación se produce de forma
inmediata. Proponemos algunas actividades como:
Entrevista previa con los padres: el objetivo sería que los padres pudieran visitar las
instalaciones de la escuela y conocer a la educadora que se haría cargo de sus hijos, además
de recabar información básica sobre el pequeño.
Visita de los padres a la escuela acompañados de los niños: con el fin de que también ellos
puedan familiarizarse con el lugar al que van a ir, vean cómo juegan otros niños, etc.
Incorporación del niño a la escuela: durante los primeros días se puede establecer una
incorporación paulatina, aumentando el número de horas, siempre contando con la
disponibilidad de los padres, puesto que no se trata de imponerles nuestro criterio, sino de
ayudarles a entender la importancia que tiene que sus hijos se vayan sintiendo cada vez más
seguros en el nuevo entorno. Precisamente para favorecer la seguridad, podemos sugerir a
las familias que los niños traigan algún objeto de apego, que le recuerde a su ambiente para
ayudarle a calmarse.
Presentación de los niños al resto de compañeros del aula: puesto que se trata de un grupo
que sufre una modificación una vez que ya estaba formado, podría ser conveniente para que
tanto los nuevos, como los que ya estaban. También podemos asignar un espacio personal
para los nuevos niños, como su propia percha con su fotografía, su buzón para mensajes, etc.
Estas son solo algunas sugerencias, el alumnado podrá plantear otras muchas, siempre y
cuando estén debidamente apoyadas en una fundamentación teórica de sus decisiones,
siendo conscientes de la importancia del momento.
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2. ¿A qué piensas que se refiere el texto cuando dice que se trata de “una infancia
impregnada de estilos relacionales de apego inseguro o desorganizado”?
Con esta pregunta queremos que los alumnos recapaciten sobre cómo puede repercutir el
hecho de ir creando y rompiendo vínculos para un niño, puesto que estas rupturas le van a
proporcionar una sensación de inseguridad respecto al mundo en el que se desenvuelve
(hemos de recordar que una de las principales funciones del apego consiste en ofrecer
sentimientos de seguridad en el menor). El hecho de que los niños puedan ir pasando por
distintas familias de acogida también hace que no les quede claro un único patrón de
comportamiento, de ahí que el apego vaya a resultar desorganizado.
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