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INTRODUCCION

CONCEPTOS GENERALES

CIMENTACIONES EN REPRESAS

Una gran presa es, casi siempre, una obra singular, adaptada a la morfología y
resistencia del cimiento, así como al régimen hidrológico del río. Tanto la presa
como el agua retenida en ella interactúan con una gran masa de terreno, de
dimensiones muy superiores, la mayoría de las veces, a las de la propia presa. El
diseño y la construcción de una presa son, en principio, complejos y ajustados a
cada caso, muy difíciles de tipificar. Pero existen ciertas reglas generales que
pueden aplicarse, y de hecho se aplican, dentro de cada tipo de presas, utilizando
los precedentes de presas anteriores, incluso para extrapolarlos.

Existe una “taxonomía” de los diferentes tipos de presas, basada tanto en la forma
como en el material base para la construcción de la cortina de la presa: bóveda,
arco-gravedad, gravedad (concreto vibrado convencional CVC, concreto
compactado con rodillo RCC, relleno duro hardfill), materiales sueltos
(enrocamiento o suelos, con núcleo de arcilla ECRD, con cara de concreto CFRD,
con cara asfáltica AFRD), otros materiales varios (madera, metales,
geosintéticos…). Por razones técnicas y económicas, en cada época se ha
tendido a preferir unos tipos de presas sobre otros. De forma general se puede
afirmar que el arte de las presas tiende a evolucionar en el tiempo prefiriendo los
tipos de presa que:

• requieren menos mano de obra y pueden mecanizarse más, utilizando la


tecnología disponible en cada época.

• Simplifican lo más posible la búsqueda de materiales.

Hay unas condiciones generales para el terreno de cimentación de una presa de


cualquier tipo:

• La cimentación debe ser suficientemente resistente (por sí misma o


después de tratada) para que la presa sea estable

• Sus deformaciones bajo las cargas del agua y del propio peso de la presa
deben ser compatibles con las deformaciones de la propia presa.

• La cimentación debe ser suficientemente impermeable (por sí misma o


después de tratada) para completar la función de contención y almacenamiento
de agua de la presa.
• En caso de sismo la presa debe mantener su función de retención del agua
del embalse, aunque pueda sufrir algún daño parcial.

Resumiendo podríamos decir que el terreno de cimentación debe ser


suficientemente resistente y suficientemente impermeable. Por su parte la presa
debe contener el agua, con un factor de seguridad suficiente ante un
deslizamiento global, y acomodarse a las deformaciones del terreno sin dejar de
prestar servicio. Las necesidades, respecto a la resistencia del terreno y a la
magnitud de su deformación admisible, son diferentes para cada tipo de presa.

De forma general puede afirmarse que las presas de concreto (y las de


enrocamiento con cara de concreto, CFRD) requieren cimentaciones, total o
parcialmente, en roca mientras que las de materiales sueltos pueden cimentarse
en suelos.

Se acepta como norma de buena práctica proponer los valores de las


propiedades más importantes del terreno de la cimentación de una presa
refiriéndolas a ciertos índices de calidad (zonificaciones geotécnicas, velocidad
sísmica de las ondas P, grado de intemperismo...). Estas propiedades son
principalmente la permeabilidad (expresada frecuentemente en unidades Lugeon),
la resistencia a esfuerzo cortante del cimiento (en la mayoría de los casos la
cohesión y rozamiento del macizo rocoso y/o de las juntas predominantes) y la
deformabilidad del terreno.

TIPOS DE CIMENTACION: ROCAS, LIMOS ARCILLAS, SATURADAS,


DENTELLONES, ETC

La cimentación de la presa comprende el lecho del cauce así como los estribos.
La cimentación debe proporcionar apoyo estable para el cuerpo de la presa en
condiciones de saturación y diferentes cargas actuantes (Peso de la presa,
empuje del agua almacenada, componente horizontal del sismo, etc.); así como
tener una elevada resistencia a la filtración para evitar una pérdida excesiva de
agua.

Las cimentaciones se pueden clasificar en 3 tipos:

• b.1 Cimentación de roca.

• b.2 Cimentaciones grava y arena.

• b.3 Cimentaciones de limo y arcilla.


Existe un cuarto tipo representado por los depósitos fluvioglaciares,
fluvioaluviales, coluviales, aluvial. Compuestos por lentes interestratificados o
estratos irregularmente estratificados compuestos por capas de arena, arcilla,
arena fina, gravas de extensión y espesor variables.

TRATAMIENTO DE LA CIMENTACION

• El tratamiento mínimo para cualquier cimentación consiste en la limpieza del


área de cimentación de la capa superficial orgánica y otros materiales
inadecuados y si la capa superficial es relativamente delgada, se limpia hasta la
roca fija.

• Cuando no se emplee un dentellón, siempre debe proyectarse una zanja para


unir la zona impermeable del cuerpo de la presa a la cimentación. El ancho
mínimo es de 6.0 m.
Es sabido que en un macizo ideal, homogéneo e isótropo con superficie
horizontal, el estado tensional es hidrostático, esto es, que la tensiones alrededor
de un punto son iguales a zγ donde z es la profundidad, y γ es el peso específico.
Pero ese estado ideal se da muy raramente y sólo, en general, a grandes
profundidades en las que los procesos actuantes han llegado muy amortiguados o
han sido superados por el predominio del peso de la masa superior. Lo normal es
que los terrenos sean sedimentarios, horizontales o plegados, o de origen
volcánico: los primeros con fuerte anisotropía en una orientación, los segundos
aún más acosada y variable en dirección, y los últimos con tensiones residuales
internas de origen térmico. La anisotropía y la heterogeneidad son frecuentes,
sobre todo en la zona superior, que es la que interesa para cimentar la presa.

A las tensiones originales se une el efecto producido por la erosión y


meteorización, que da lugar a una forma cerrada distinta a la original, con la
consecuencia de que en la nueva superficie la tensión normal será nula,
introduciendo una nueva distorsión en el plano tensional anterior, en el que una
tensión tendría un cierto valor. El reajuste superficial se trasmite hasta una cierta
profundidad, siendo máxima la disparidad entre tensiones normales y paralelas en
la zona más próxima a la superficie, y por tanto los esfuerzos cortantes, son
proporcionales al semidiferencia de las tensiones principales.

En los puntos en que estos esfuerzos son superiores a la resistencia tangencial


de la roca, ésta se agrieta. En otras en que se aproximen, sin llegar al límite, no
se producirá la fisuración, pero los efectos de la excavación, los explosivos, y
luego los transmitidos por la presa pueden provocarla. La meteorización actuará
en las zonas fisuradas y puede aumentar el efecto.

El proceso de tensión da lugar a las siguientes generalidades (sin que existen


líneas de separación definidas):

A) Zona fuertemente descomprimida (superficial)

Fuerte desigualdad de tensiones principales y elevado valor de los esfuerzos


cortantes. Si éstos superan la resistencia de la roca, ésta se agrietará en dos o
tres direcciones. La meteorización, se facilita por la penetración del aire y agua
por las fisuras, agravando el proceso y la debilidad de la roca.
B) Zona de descompresión inicial (intermedia)

Las tensiones principales se aproximan más, pero los esfuerzos cortantes se


acercan (por debajo) al límite resistente. La roca no está fisurada, pero cualquier
cambio en su estado tensional producido por las cargas trasmitidas por la presa o
por efecto de la propia excavación o los explosivos, pueden provocar el
agrietamiento.

C) Zona inalterada o poco alterada (profunda)

Las dos tensiones principales no son muy diferentes y los esfuerzos cortantes son
moderados y lejanos a la ruptura, la roca está entera. La zona exterior,
fuertemente descomprimida y fisurada, se aprecia a simple vista no sólo por las
grietas, sino en general por su color, que suele ser distinto del de la roca
subyacente, debido a la meteorización y a la suciedad que deja el agua en las
fisuras. Sigue a ella otra zona con microfisuras que pueden no ser visibles e
incluso a veces no detectables con prospección microsismica, pero que suponen
una ruptura inicial de la roca. El conjunto de ambas zonas puede tener de 3 a 10
m de espesor y, en general más de 5 m, esto sólo como orden de magnitud, pues
varía mucho de unos casos a otros, y en algunos puede ser más reducido.

En las laderas con talud próximo al vertical se pueden producir grietas por
tracción. El proceso produce un asiento y, al estar libre de coacción exterior
contra la deformación lateral, la roca tiende a esponjarse hacia el valle (efecto
Poisson) y, en consecuencia, el estado tensional no sólo presenta compresiones
variables alrededor de algunos puntos sino incluso fracciones

Profundidad de la excavación

Una presa de concreto, no debe cimentarse en la zona descomprimida. Sólo en


presas de pocos metros de altura será admisible la cimentación en la zona
fisurada (incluso macrofisurada). Por otra parte, puede ser económicamente
inaceptable suprimir esa zona para sustituirla por concreto, duplicando o
triplicando la altura de la presa, si no es necesario para la seguridad; un
tratamiento de la roca puede ser suficiente.

Aunque no haya una regla de aplicación general, puede considerarse razonable


que la profundidad de la excavación guarde relación con la altura de la presa en
cada zona: las cargas sobre el terreno son proporcionales a la altura del bloque, y
el volumen de éste al cuadrado.
TIPO Y FASES DE EXCAVACIÓN

Las excavaciones pueden tener peculiaridades por las condiciones de espacio o


por exigencias del tratamiento de la roca, así:

Excavación en zanja o pozo, que limita el espacio de operación, puede ser en


tierra o roca.

Excavación dental, o local, para zonas con falla o zonas débiles, que suelen
requerir operaciones y herramientas manuales.

Excavación final. A veces los últimos metros exigen cuidado especial y voladuras
controladas, con menores diámetros de perforación y cuadrícula reducida,
normalmente con espacio entre barrenos menor que el espesor de roca a
arrancar.

Estabilización de taludes, que requieren a veces anclaje, o gunitado, con o sin


malla, para contener y proteger la roca durante el lapso de tiempo hasta el
hormigonado.

Superficies obtenidas con técnicas especiales. A veces se exige una definición


geométrica más perfecta de la superficie después de la excavación lo que
requiere técnicas de pre corte, recorte o refino.

Fase particular de la anterior con tratamiento especial de la superficie antes de


cimentar. En ocasiones, la roca tiende a descomprimirse rápidamente y se
aconseja que los últimos centímetros se excaven solo horas antes de hormigonar,
únicamente con martillos, sin explosivos, y a veces con anclaje previo antes de
hormigonar (en particular en zonas estratificadas).

Sin llegar a estos cuidados especiales, antes de hormigonar hay que remover con
barras o cuñas, y eventualmente con martillos, el material suelto que, en general
hay que cargar a mano. Y al final hacer una limpieza y lavado con agua a presión
para dejar la roca limpia.

Aparte de estas fases de ejecución normal, en algunas obras importantes se han


realizado las excavaciones en dos fases separadas por un lapso de tiempo. El
objetivo es conocer mejor el estado real de la roca de cimentación, pues los
sondeos, y prospecciones pueden dar una información insuficiente o imprecisa; lo
más completo es realizar una excavación previa hasta descubrir la roca de calidad
suficiente para cimentar.

En todo caso, es importante la planificación de las excavaciones, no sólo por su


directa influencia en su plazo y costo sino sobre todo por su repercusión en el
resto de la obra, que está condicionada a la terminación de aquellas.
Normalmente el plazo total para las excavaciones oscila entre los nueve y los
dieciocho meses, y su costo entre el 2 y el 10% del total de la presa.

TÉCNICA DE LAS VOLADURAS

La excavación de la roca consistente (que puede estar o no fisurada) suele tener


dos fases globales:

En la primera etapa se trata de arrancar un gran volumen con el menor costo


posible, sin afinar formas, en la segunda hay que llegar a la forma de la
excavación particularmente en su fondo, y se hará con más cuidado para no
dañar la roca así como no obtener sobreexcavaciones que luego hay que rellenar
con concreto.

La primera etapa se realiza por medio de barrenos verticales que limitan las
superficies laterales y llegan hasta una cierta distancia por encima del fondo, cuyo
remate es objeto de la segunda fase. Los barrenos se ordenan en filas parciales,
con salida hacia la plataforma de carga, y se disparan con microdetonadores
sucesivos, según progresa su distancia al frente. Normalmente se disparan dos o
tres filas por voladura.

El espesor de fondo que se deja para la segunda fase suele ser de 1.50 a 4 m.
Esta zona se perfora con barrenos paralelos a la superficie definitiva del fondo,
con el complemento de pequeños barrenos verticales para ayudar en la
fragmentación.

El precorte deja bien definida la superficie lateral de la excavación, lo que es útil


para no utilizar más concreto del necesario; además evita que la excavación de
un bloque pueda extenderse indebidamente al adyacente y afectar a su
cimentación. Esta, tiene el inconveniente de provocar niveles altos de vibración, lo
que puede limitar su empleo en algunos casos, y a veces puede afectar a la roca
interior.

El recorte es similar, con la diferencia de que la voladura, también instantánea, de


un grupo de barrenos se dispara después de la principal. La superficie tiene peor
definición, pero la roca queda poco alterada.

En ambas técnicas los diámetros son de 2½˝ a lo sumo, y las alturas de barrenos
menores de 12 ó 15 m.
La excavación, en sí misma, significa una descompresión adicional del terreno,
por el peso de la masa extraída, a la que se añade el traumatismo producido por
el explosivo que, si no se controla debidamente, puede afectar a la roca más que
la descompresión.

En casos muy extremos, con roca muy rota lo aconsejable será hacer una presa
de materiales graduados, que evidentemente permiten ese cimiento, más
consistente que la propia presa. Incluso con roca buena, hoy día suele ser más
económica una presa de materiales graduados.

La necesidad de llegar a roca entera viene determinada por las cargas que una
presa trasmite al terreno. Luego si éste es defectuoso, será preciso que las
cargas que inciden sobre él tengan el límite que impone su menor resistencia.
Esto se puede conseguir con:

Zócalos o ensanches en la base de la presa, que repartan las cargas en una


mayor superficie o incluso con mayor uniformidad.

Cambiando la forma o dimensiones de la presa para que las cargas sean


menores o mejor repartidas. Por ejemplo, aumentando los taludes en una presa
de gravedad, o modificando las curvaturas y espesores en una bóveda.

En cualquier caso, será preciso profundizar la cimentación más de lo normal, para


lograr un cierto anclaje en el terreno. Una cimentación profunda, aun en terreno
fracturado, tiene la ventaja de poder contar con cierta resistencia pasiva de la
cuña de roca aguas abajo.

La superficie de unión entre la presa y roca debe ser sensiblemente plana o


compuesta de varios planos con ángulos suaves. Pero conviene que sea rugosa
consiguiéndose una mejor resistencia al esfuerzo cortante en la superficie de
contacto.
CIMENTACIONES EN ROCAS

Los requisitos generales de las cimentaciones en suelos son igualmente


aplicables a cimentaciones en roca. Las cimentaciones en ningún caso deberán
desplantarse sobre tierra vegetal, materiales sueltos o roca superficial muy
alterada.

La profundidad mínima de desplante en roca debe ser de 0.5 m bajo la superficie


del terreno, excepto cuando lo anterior implique el uso de explosivos u otros
métodos que puedan empeorar las condiciones de la roca superficial.

En general, se requieren la planta y los perfiles geológicos del sitio, en los que se
defina la distribución horizontal y vertical de las formaciones y la calidad de las
mismas. En particular, es necesario conocer el espesor del material de acarreo y
de la zona intemperizada de mala calidad, así como la posición del nivel freático.

El conocimiento del valor de la permeabilidad de la roca bajo el nivel de


desplante, obtenido de pruebas de campo, permite detectar zonas de mala
calidad y definir la conveniencia de tratamiento con base en inyecciones. Cuando
el macizo ha sido inyectado con anterioridad debe tomarse nota de la magnitud de
los consumos de lechada, a fin de lograr una mejor idea de su porosidad y
agrietamiento.

Deben estudiarse la distribución y el volumen de las corrientes de agua


superficiales y la alterabilidad química y mecánica de las formaciones bajo la
cimentación para localizar adecuadamente los sitios de desplante y diseñar las
obras necesarias de drenaje superficial y subterráneo.

 Levantamiento geológico

Las fracturas, estratos, planos de foliación, zonas de deslizamiento


antiguos y fallas geológicas en el sitio de una presa demandan especial
atención. Su levantamiento y la determinación de sus características se
logran a partir de pozos y trincheras a cielo abierto, prospección sísmica y
eléctrica, y recuperación de núcleos. En obras importantes se realizan,
además, barrenos orientados e integrales, fotografías del interior de los
sondeos, lumbreras y socavones.

Para el análisis detallado de estabilidad se requiere la posición y


orientación precisa de las superficies potenciales de deslizamiento,
presentada en planta y cortes y en gráficas estadísticas.

En las cimentaciones de las presas se ejercen tres tipos de esfuerzos


importantes: de compresión, de corte y los debidos a la presencia del flujo
de agua.
La presa y los macizos rocosos sobre los que se apoya deben analizarse
integralmente.
La pérdida de agua a través de la roca puede ser o no un factor económico
importante, en cambio, la magnitud y, sobre todo, la distribución de las
presiones hidrostáticas constituyen un parámetro clave en el diseño.
La seguridad contra el deslizamiento es más crítica en ciertos tipos de
presas. En presas de tierra y enrocamiento los esfuerzos cortantes
inducidos en la cimentación son muy bajos. En las presas de gravedad es
condición de diseño evitar el deslizamiento por la base y en las presas de
arco el deslizamiento por los estribos y la base.

 SELECCIÓN DEL TIPO DE CIMENTACION

ZAPATAS.- Una zapata es la ampliación que se realiza en el apoyo


de una columna o de un muro a fin de reducir la presión de contacto
con el terreno y no sobrepasar la presión máxima permisible la cual
se explicará en el subcapítulo 2.4. Bajo muros se construyen
generalmente zapatas largas, rectangulares denominadas zapatas
continuas. Bajo columnas se construyen ya sea zapatas aisladas,
que pueden ser cuadradas o rectangulares, o zapatas continuas
uniendo estructuralmente grupos de columnas.

Las zapatas pueden considerarse estructuralmente como trabes


anchas sobre las que actúan la presión del terreno y las cargas del
edificio a través de columnas y muros.

Las zapatas aisladas son apropiadas en terrenos de baja


compresibilidad y cuando los asentamientos diferenciales entre
columnas pueden ser incluidos en el diseño de la obra civil sin
incrementar el costo de la estructura.

Las zapatas contínuas son recomendables cuando los


asentamientos diferenciales en zapatas aisladas son inaceptables,
ya que aportan una continuidad estructural entre columnas que
reduce este tipo de asentamientos. Son adecuadas, también,
cuando las zapatas aisladas quedan muy cercanas. Además, con
frecuencia, la excavación de zanjas continuas resulta más
económica que la de pozos aislados.

Cuando las cargas son tan grandes que las zapatas


continuas, en la etapa de diseño, ocupan casi el 50% del área
destinada a la cimentación, resulta generalmente más
económico el empleo de una losa contínua que cubra todo el
espacio. En roca, el uso de la losa de cimentación es
excepcional, salvo en estructuras especiales con requisitos de
deformación muy estrictos, como los turbogeneradores.

Cuando el terreno cercano a la superficie es muy compresible


o poco resistente, o cuando las cargas son muy altas, resulta
conveniente cimentar sobre pilas o pilotes para transmitir las
cargas hasta un horizonte más resistente y menos
deformable.

Los parámetros de la roca que mayor influencia tienen en el


diseño de una cimentación en roca son la resistencia al corte,
del cual se hablará en el subcapítulo 2.9 y la resistencia a la
compresión simple o no confinada. Las tablas 2.1a y 2.1b
muestran valores de resistencia de diferentes tipos de roca
medidos en el laboratorio y en campo.

VALORES MAXIMOS DE RESISTENCIA AL CORTE DE


SUPERFICIALES NATURALES DE ROCA CON ESFUERZOS
NORMALES BAJOS (CFE,1981)
ANGULOS DE FRICCION BASICO Y RESIDUAL DE JUNTAS LIMPIAS (CFE,
1981)

LOSAS.- En este tipo de cimentación se emplea todo el espacio de


terreno disponible, para transmitir las cargas, de tal manera, que la
presión es mínima. Como consecuencia, el riesgo de falla local
disminuye. También disminuyen los asentamientos debidos a la
existencia de materiales deformables superficiales. Sin embargo, si
los estratos deformables son profundos, los asentamientos
estimados no varían y pueden ser ligeramente mayores debido al
mayor peso de la losa de cimentación y a la mayor área de
influencia.

PILOTES Y PILAS.- La diferencia entre pilotes y pilas es un tanto


arbitraria. Los pilotes son miembros estructurales de sección
transversal pequeña en comparación con su longitud y son hincados,
comúnmente, por medio de un martillo o un vibrador. Se hincan a
menudo en grupos aislados bajo columnas y alineados bajo muros.
Por otra parte, las pilas son, en general, de sección transversal
mayor, cada una capaz de transferir la carga completa de una
columna y son generalmente coladas in situ en una perforación
previa.

Los pilotes son de varios tamaños, tipos y materiales. Los materiales


más usados en la construcción de pilotes son: la madera, el concreto
y el acero.
Existen dos procedimientos en la construcción de pilas.

En uno se excava un pozo hasta el nivel de desplante y se


construye la pila en el interior. En este procedimiento es necesario
prevenir la falla de la excavación mediante ademe o tablaestaca y
puntales. En algunas ocasiones el pozo se estabiliza mediante una
lechada pesada.

Un segundo procedimiento y construcción consiste en el uso


de cajones herméticos que van introduciendo en el terreno hasta el
nivel de desplante. Estos cajones forman posteriormente el acabado
exterior de la pila. Para facilitar el hincado, la parte inferior de la caja
está provista de una orilla afilada. El material que queda en el interior
de la caja se va dragando o excavando mecánica o manualmente.
La parte inferior de la pila puede ser sellada y llenada con aire a
presión, de tal manera que el interior sea accesible aún en presencia
de agua

PRESIONES ADMISIBLES

Para una estimación preliminar de la capacidad de carga y cuando no se


justifica una exploración muy elaborada, pueden emplearse los valores de
presiones admisibles de la tabla 2.2.

Solamente deben usarse en anteproyectos o en construcciones de poca


importancia o provisionales en rocas con características sensiblemente
homogéneas.

Para condiciones especiales los valores de las presiones admisibles


deberán modificarse con las siguientes especificaciones:

1. La máxima presión trasmitida debida a cargas excéntricas que


incluyen cargas vivas y de peso propio más cargas laterales
permanentes, no deberán rebasar los valores de la tabla.
2. Puede permitirse un exceso de un tercio sobre las presiones
admisibles de la tabla 2.2 para cargas vivas transitorias de viento o
sismo.
3. Las zapatas en roca blanda o suelo deben desplantarse a una
profundidad mínima de 50 cm bajo la superficie del piso cercano,
cualquiera que sea la de menor elevación de las dos.
4. Incrementar las presiones nominales de la tabla 2.2 en un 5%, por
cada metro de profundidad bajo la elevación de la especialización
anterior, en pilas desplantadas en roca blanda.

5. Emplear los valores de presiones de la tabla 2.2


correspondientes a las rocas sanas compactas y
medianamente compactas cuando se desplanta en la
superficie del terreno. Cuando se desplanta bajo la superficie
del terreno deberá agregar a los valores nominales un 30%
para cada metro de profundidad adicional.
6. En zapatas que tengan cuando menos una dimensión lateral
menor de 1 m, los valores de la tabla 2.2 se aplicarán
reducidos por un factor igual al ancho menor de las zapatas
en metros.

La presión admisible puede ser determinada con base en la


compresibilidad de la roca bajo el nivel de desplante. Por otro lado, la
compresibilidad de la roca depende en gran parte del número de
juntas y zonas alteradas que se reflejan en el índice de calidad de la
roca (RQD). Por lo tanto, uno de los criterios para la determinación
de la capacidad de carga es que emplea valores de RQD. En la tabla
2.3 se presenta una correlación entre RQD y presiones admisibles.
Las cimentaciones basadas en estos valores no deberán
experimentar asentamientos mayores de 1 cm. Debe tenerse
presente que este método sólo permite una estimación preliminar.

Correlación entre presiones admisibles y RQD en macizos rocosos


En las pilas desplantadas sobre rocas intemperizadas o muy
fracturadas y sobre rocas blandas en general, puede determinarse la
presión admisible mediante ensayes in situ con el presiómetro de
Mánard. Cuando estos ensayes se realizan adecuadamente se
obtiene un índice de resistencia de la masa rocosa denominado
presión límite pl. A partir de este índice la presión Admisible puede
calcularse por medio de:

DETERMINACIÓN DE LOS PARÁMETROS DE RESISTENCIA

Los ensayes de laboratorio de mayor utilidad en el estudio de la


estabilidad de presa son los que permiten la clasificación de las
arcillas y materiales milonitizados que rellenan las discontinuidades y
los ensayes de corte directo.

Cuando el espesor del relleno de la junta es pequeño deben labrarse


bloques de roca, que contengan la junta que se desea ensayar,
siguiendo los procedimientos descritos, el espécimen de roca, debe
consolidarse bajo el esfuerzo normal de diseño hasta que el
desplazamiento normal sea menor de 0.05 mm en 10 minutos.
Posteriormente, se aplica la carga tangencial que produce un
desplazamiento de corte menor de 0.1 mm/min durante los 10 minutos
anteriores a la primera lectura de esfuerzos y desplazamientos.
Después, se puede incrementar la velocidad de desplazamiento, sin
rebasar 0.05 mm/min entre series de lecturas. Deben tomarse
aproximadamente 10 series de lecturas antes de alcanzar la
resistencia máxima o de pico.

Cuando el espesor del relleno es grande deben labrarse las muestras del
material de relleno para obtener los parámetros de resistencia al corte a
partir de ensayes de laboratorio del tipo de los de mecánica de suelos.
Para representar condiciones de estabilidad, inmediatamente después de
la construcción de la presa, se realizan pruebas no consolidadas, no
drenas. Las condiciones de estabilidad a largo plazo son representadas por
pruebas consolidadas bajo el esfuerzo normal requerido y no drenadas
durante la aplicación de esfuerzos cortantes. Estos ensayes pueden
realizarse en muestras alteradas e inalteradas cuando sólo se requiere el
ángulo de fricción residual.

El tipo de prueba que corresponde a la posibilidad de falla por sismo es la


consolidada-no drenada mencionada anteriormente. La prueba
consolidada-drenada corresponde a una falla lenta bajo fuerzas externas
estáticas.

CAPACIDAD DE CARGA

1. Roca homogénea sana


Este tipo de material es frecuentemente más resistente y menos
deformable que el concreto y por tanto, el cálculo de su capacidad
de carga es, a menudo innecesario. Sin embargo, se recomienda
emplear como capacidad de carga un valor no mayor al cuarenta por
ciento de la resistencia a la compresión no confinada medida en el
laboratorio en especímenes de roca intacta. El empleo de esta
capacidad de carga conservadora se justifica por el efecto de escala,
es decir, por la diferencia que puede existir entre la resistencia de
una masa rocosa y la de un espécimen en el laboratorio.

2. Roca Ígnea Fisurada


Se considera la roca que tiene una resistencia a la compresión no
confinada igual o mayor a 10 2 kg / cm y cuyas discontinuidades
tienen una separación mayor de un metro. Cuando la roca reune
estas características, el cálculo de la capacidad de carga es
generalmente innecesario, siempre que las discontinuidades estén
cerradas y orientadas favorablemente para la estabilidad. Sin
embargo, cuando no se tiene mayor información que el valor de la
resistencia uniaxial de los núcleos de roca y el valor del
espaciamiento promedio de las juntas rocosas en el macizo rocoso,
puede aplicarse la siguiente expresión:

VALORES DEL COEFICIENTE K

Los valores de k permiten estimar la carga admisible por la masa


rocosa, tomando en cuenta un factor de seguridad de tres contra la
falla general de la cimentación cuando el espaciamiento de las
juntas es mayor de 0.30 m, la abertura de sus discontinuidades es
menor de 0.5 cm (o menor de 2.5 cm si está rellena de suelo o roca
triturada) y el ancho de la cimentación es mayor de 0.30 m. Cuando
estas condiciones no se satisfacen, el macizo se considera como
roca muy fisurada y alterada. En caso de calcular el valor de k se
puede realizar con la ecuación:
3. ROCA CON JUNTAS VERTICALES

Las juntas verticales de dos a diez centímetros de abertura con o sin


relleno de arcilla no afectan la capacidad de carga de la roca. En
este caso la capacidad de carga puede considerarse igual al valor de
la resistencia a la compresión no confinada de los bloques de roca
separados por las juntas o al cuarenta por ciento del valor promedio
de la resistencia a la compresión no confinada medida en el
laboratorio. Las juntas deben limpiarse y rellenarse con mortero de
cemento y arena hasta una profundidad de cuatro a cinco veces su
abertura. Si la abertura es mayor, el relleno se efectúa con el
llamado concreto dental

ASENTAMIENTOS

En macizos rocosos con dos o más familias de juntas, los parámetros de


mayor influencia sobre la distribución de esfuerzos son: La dirección de
las familias de juntas La calidad, forma y arreglo de los bloques que
integran el macizo La configuración y alteración de las superficies de los
bloques La resistencia al corte de las juntas La deformabilidad y
resistencia de los bloques La relación entre la deformación de la
estructura apoyada y la roca de cimentación El número de bloques en
contacto con la estructura Cuando la estratificación es horizontal y la
carga vertical, el diagrama de esfuerzos es un bulbo estrecho en la
dirección de la carga. A medida que la inclinación es mayor una parte de
los esfuerzos se transmite en el sentido de la estratificación, dando lugar a
una bifurcación del diagrama de esfuerzos. Cuando los estratos son
verticales, actúan como si fueran pilas y pilotes, transmitiendo las cargas
a mayor profundidad, dando lugar, de nuevo, a un bulbo de presiones
estrecho y profundo. Existen dos hechos importantes: uno, es la
concentración de esfuerzos que se generan en los bloques localizados al
centro del área cargada que puede alcanzar un valor 2.5 a 4.0 veces el
valor de la presión aplicada. Esta concentración es máxima cuando la
carga tiene el sentido de los estratos. El segundo hecho importante es la
existencia de una amplia zona de esfuerzos de tensión que se genera en
el medio, debido a la separación y rotación de los bloques durante la
deformación a pesar de que un sistema fisurado o fracturado no es,
supuestamente capaz de recibir este tipo de esfuerzos. Un procedimiento
para la estimación de asentamiento de cimentaciones en roca es el que
se basa en los ensayes con el presiómetro de Ménard. Este método tiene
la limitación de no tomar en cuenta la deformación correspondiente a
juntas y lentes horizontales deformables. El método de cálculo de
asentamientos, empleando el presiómetro de Ménard descrito a
continuación se aplica a masas rocosas homogéneas o estratificadas
cuyo módulos no difieran entre sí más que por un factor de 10. A fin de
definir la variabilidad de los módulos de elasticidad de la masa rocosa,
incluyendo la influencia de juntas y otros tipos de discontinuidades es
necesario efectuar un gran número de ensayes. El asentamiento bajo
pilas circulares puede calcularse mediante:
a) Roca homogénea.- El valor de los asentamientos en roca
homogénea no tiene, en general, importancia práctica, pero puede
calcularse empleando el módulo de elasticidad obtenido en pruebas
de laboratorio y/o de campo y las soluciones de la teoría de la
elasticidad utilizadas para el cálculo de los asentamientos
inmediatos en suelos.
b) Roca sana estratificada horizontalmente.- En este tipo de roca se
emplea el método de Steinbrenner, para la estimación de los
asentamientos. Para la aplicación de este método es necesario
contar con el valor de los parámetros elásticos de cada estrato
medidos en pruebas de laboratorio. Cuando existen intercalaciones
de suelos el asentamiento total es en gran parte debido a la
deformación de las intercalaciones.
c) Roca alterada y/o fracturada.- En estos tipos de roca los
asentamientos se calculan como si se tratara de un material
homogéneo y continuo, pero empleando parámetros de
deformabilidad obtenidos mediante ensayes de campo de gran
escala. Cuando la alteración es muy grande la estimación de los
asentamientos pede efectuarse con base en el valor de la
compresibilidad de la fracción más alterada, con una corrección
eventual para tomar en cuenta la proporción de fragmentos de roca
sana.

TRATAMIENTO DE LA ROCA

En las cimentaciones en roca las formas de tratamiento más utilizadas


son las inyecciones de consolidación e impermeabilización bajo el nivel de
desplante y el anclaje y drenaje de taludes naturales afectados por la
cimentación o de paredes de excavación necesarias para alcanzar el nivel
de desplante. La primera operación para desplantar una cimentación en
roca es la remoción de la vegetación, raíces, troncos y de la capa de
suelo vegetal. Posteriormente se excavan las zonas de roca de mala
calidad (muy deformable y/o de resistencia baja) y se rellenan las
oquedades resultantes con mortero o concreto. Cuando los bloques
sueltos o potencialmente inestables no pueden removerse, deben
asegurarse por medio de anclas. Si la superficie después de las
operaciones anteriores se presenta con salientes y partes profundas
inconvenientes para el desplante de la cimentación, se regularizan por
medio de precortes, voladuras controladas y relleno de concreto, hasta
dejar una superficie uniforme. En la etapa de construcción, la
instrumentación permite controlar el comportamiento, principalmente
cuando las condiciones del macizo no son suficientemente conocidas.
Esta forma de control permite modificar el diseño a medida que se
construye.

a. Inyecciones.- Cuando la roca contiene juntas que al cerrarse


por efecto de las cargas de la cimentación puede dar lugar a
sentamientos inadmisibles, debe recurrirse a la inyección o
al relleno de la misma para reducir los espacios vacíos
b. Anclaje.- En la figura 2.5 a 2.10 se ilustran algunas formas
de empleo del anclaje en cimentaciones en roca. En la figura
2.5 el anclaje permite reducir las dimensiones de diseño del
área de apoyo y de la sección transversal de la cortina. El
anclaje resiste los esfuerzos de tensión que se generan en
el paramento aguas arriba de la presa al reducir el área de
apoyo. El funcionamiento de este anclaje es tan importante
en la estructura que debe efectuarse la medición de tensión
en los cables y tomarse las medidas correctivas contra la
erosión, relajación o falla del anclaje.

2.5 ANCLAJE EN LA CIMENTACION DE UN PRESA

En la figura 2.6 se muestra el uso de anclaje para


sostener un muro de retención. En este caso, por lo general,
se requiere un complicado sistema de soportes y puntales
que puede evitarse mediante el anclaje.

2.6ANCLAJE EN MUROS DE RETENCION

La figura 2.7 muestra otro de los usos del anclaje para evitar el
desprendimiento de bloques de las paredes de las
excavaciones para la cimentación de presas. Primero, se
recubre la zona con concreto y después se realizan las
perforaciones para alojar anclas pre-tensadas.

2.7 ANCLAJE PARA EVITAR DESPRENDIMIENTOS DE BLOQUES


Las figuras 2.8 y 2.9 muestran gráficamente otras aplicaciones
de anclaje en cimentaciones asociadas con taludes inestables.

La figura 2.10 muestra la estabilización mediante anclaje y


drenaje de la cimentación de una presa en roca
PARAMETROS DE RESISTENCIA AL CORTE

El valor de la resistencia al corte de juntas limpias con ondulaciones o


irregularidades depende, además del ángulo de fricción de la superficie rocosa
plana, φu (ángulo de fricción básico), de la inclinación de las irregularidades a
bajas cargas normales, y del corte cada vez mayor de las ondulaciones a medida
que la carga normal es mayor. Este modo de falla múltiple da lugar a una
envolvente de falla curva en el plano Mohr-Coulomb. El ángulo básico φu , puede
suponerse en estimaciones preliminares de 30 a 35° en rocas duras y bien
cementadas (arenisca, basaltos, granitos, gneiss, calizas, etc.); de 25° a 30° en
rocas duras laminadas (margas, esquitas, pizarras, etc); y de 20° a 25° en rocas
blandas laminadas (lutitas, cloritas, talcos, etc). Cuando las juntas están rellenas,
la determinación de la resistencia al corte puede efectuarse tanto en el laboratorio
como en el campo. La resistencia al corte de juntas rellenas depende
principalmente de las características del material de relleno. La gráfica esfuerzo-
desplazamiento de estas pruebas, en materiales que rellenen fallas, presenta un
incremento muy pequeño sobre el ángulo de fricción residual, aún en muestras
inalteradas.
CIMENTACIONES SOBRE SUPERFICIES DE DEBILIDAD HORIZONTALES

a) Planos de Debilidad Aflojando Aguas Abajo


Cuando existe una superficie potencial de deslizamiento bajo el
nivel de desplante de una presa, como se muestra en la figura 2.12
se calcula el factor de seguridad mediante la fórmula:
Los parámetros de resistencia al corte c y φ del plano potencial de falla se
obtienen de la combinación racional de resultados de pruebas de corte directo de
campo y de laboratorio. La cohesión c se considera nula y se toma el valor
residual del ángulo de fricción φ , si existen evidencias de deslizamiento
anteriores.
CIMENTACIÓN DE PRESAS CON SUELOS COHESIVOS

1. Introducción:

Este se encuentra dentro las cimentaciones de tierra de las obras de contención


como son las presas.

2. Presas de Tierra:

Este tipo de presas presentan ciertas ventajas con respecto a las de concreto, ya
que los materiales utilizados en su construcción se pueden conseguir de la zona y
también pueden mezclarse con otros materiales para mejorar sus propiedades.

Este tipo de presas se pueden construir sobre suelos con poca capacidad de
carga ya que las cargas que se transmiten a la cimentación se distribuyen sobre
un área mayor que en otros tipos de presas.

3. Cimentación:

La mejor cimentación sobre la que podría asentar una presa de tierra es la


rocosa, muy común en río de montaña, ya que este material presenta resistencias
al corte mucho mayores que los del terraplén, por lo que no se dan problemas de
inestabilidad. En este tipo de fundaciones simplemente se hace una excavación
del material aluvional superficial para descubrir la roca.

Otro tipo de materiales que se presentan en los ríos son los suelos de material
granular como grava, arena, cantos rodados. Estos son adecuados para fundar
una presa de tierra, ya que presentan parámetros de resistencia al corte,
permeabilidad y compresibilidad similares a los del terraplén en la presa. Para
fundar la presa sobre este tipo de material solo basta remover la capa superficial
menos densa y todo tipo de material compresible y orgánico.

También podrían presentarse fundaciones de material limosos o arcillosos poco


densos (OL, OH, MH, CH). Para estos se hace necesaria la intervención de
especialistas en el campo para que realicen ensayos, y con los resultados
obtenidos de laboratorio y de campo, realizar un diseño seguro de la obra.

Los suelos con alto contenido orgánico, como la turba (Pt), no son adecuados
para la cimentación de presas a causa de su elevada compresibilidad y baja
resistencia al corte. Estos suelos deben ser removidos completamente de la
cimentación o, de lo contrario, el sitio de presa debe ser descartado.
En cuanto a la permeabilidad de la cimentación, siguiendo los mismos parámetros
de los materiales para la presa, se consideran adecuados materiales con una
permeabilidad igual o inferior a 10-3 cm/seg, no obstante, con estos valores no
amerita tratamiento alguno de la cimentación. Si existen valores inferiores a 10-3
cm/seg se debe recurrir a ciertos métodos de mejoramiento de la cimentación
como inyecciones de cemento o sustancias químicas, tablestacas, pilotes
secantes, etc., pero este tipo de soluciones encarecerían mucho la obra hasta el
punto de poder convertirla en no factible económicamente.

Tratamiento en la cimentacion en limo y arcilla

La solución más práctica para las cimentaciones de limo y arcilla saturadas es


diseñar presas con taludes más inclinados, con el propósito de aumentar la
superficie de deslizamiento, y disminuir los esfuerzos cortantes que actúan en
ella, para incrementar el factor de seguridad contra deslizamiento.

Teniendo en cuenta los materiales disponibles, el proyectista debe estudiar varias


secciones de presas considerando la inclusión de los suelos que podrían
explotarse para la construcción.

El diseño de la estructura así como el análisis de los costos para cada caso,
permitirá seleccionar la alternativa económica.

Por ejemplo, si se tienen dos tipos de materiales para conformar la estructura de


la presa: una arena arcillosa y un limo de baja plasticidad; el ingeniero proyectará
una sección homogénea con la arena arcillosa, considerando un filtro en el pie del
talud aguas abajo, lo cual debe dar a la estructura una aceptable estabilidad, si se
asume que la cimentación es una roca sana poco agrietada.

De otro lado el proyecto de la presa considerando el limo de baja plasticidad debe


tener un filtro vertical unido a otro en la base, dado que este material es
susceptible a la tubificación.

4. Erosión interna:

Al diseñar, construir y analizar el comportamiento de una presa se debe


considerar que ella y su cimentación forman una unidad estructural, hasta el
extremo que una presa es segura, si lo es también su cimentación. Los suelos
para apoyar o cimentar una presa, en raras ocasiones presentan la calidad y
características necesarias para satisfacer los requisitos exigidos, de resistencia,
estabilidad e impermeabilidad adecuados. Será pues necesario mejorar sus
condiciones naturales.

Estos son los principales problemas que lo aquejan:

 Erosión en el cimiento
 Erosión en el contacto presa-cimiento
En terreno potencialmente erosionable lo esencial es el control de las filtraciones,
control orientado a reducir su caudal, su gradiente y proteger su salida aguas
abajo mediante dispositivos adecuados.

Los tratamientos más comunes tienen dos objetivos:

 Reducir las pérdidas de agua: tendrá un carácter económico y en cada


caso debe plantearse su necesidad.
 Evitar la Erosión Interna: es una necesidad ineludible.

Los procedimientos más utilizados para conseguirlos son:

a) Las pantallas o cortinas profundas de

b) Los tapices de material impermeable compactado.

4.1. Tipos de erosión interna:


1. Se observa la presencia de una fractura en la capa cohesiva en el pie
Aguas abajo de la presa, luego el material granular empieza a salir por esa
fractura (Ebullición), luego se manifiesta en forma de erosión regresiva, y
tiene lugar el fenómeno de Tubificación, cuyo canal se conectará al fondo
del embalse.
2. En una cimentación Homogénea el pie de Aguas abajo de la presa puede
convertirse en una zona de Gradientes de Salida de gran magnitud, que
pueden erosionar la zona mostrada.

3. Muchas veces para eliminar los efectos negativos de los fenómenos


expuestos anteriormente se recurren a soluciones como la mostrada en la
siguiente figura, en donde el diafragma de concreto intercepta toda la zona
Aluvial permeable.
4.2. Suelos propensos a la erosión interna:

Sherard en 1969, clasifica los distintos materiales según se indica:

Cuadro de altura de presas recomendables de acuerdo a su clasificación y al tipo

de suelo de cimentación:
5. VENTAJAS Y DESVENTAJAS:
5.1. VENTAJAS
 Aplicable en distintos tipos de sitio (Valles amplios o gargantas
estrechas).
 Adaptable a un amplio rango de condiciones de fundación, desde rocas
competentes hasta formaciones de suelos blandos y compresibles o
permeables.
 Usa materiales de la zona minimiza la necesidad de importar o
transportar grandes cantidades de material.
 El diseño es flexible, muchas posibilidades de aprovechar los materiales
y las condiciones.
 La construcción es mecanizada y continua.

5.2. DESVENTAJAS

 Vulnerable filtración y erosión interna en la presa o en la fundación.

6. Preparación de la cimentación.
- La cimentación debe proporcionar un apoyo estable para el terraplén.
- Debe tener resistencia a la filtración para evitar daños por erosión y
pérdidas de agua.
- El área de la fundación de la presa se debe limpiar totalmente removiendo
todos los árboles, malezas, raíces, piedras, tierra vegetal, basuras,
materiales permeables, etc., hasta llegar a una capa de suelo resistente y
adecuado. La superficie obtenida para la fundación deberá ser
escarificada antes de comenzar a construir el terraplén.
- El área de fundación correspondiente a cauces de arroyos deberá ser
limpiada, profundizada y ampliada hasta remover todas las piedras, grava,
arena, y cualquier material indeseable. La limpieza de los cauces se
efectúa profundizando de manera que los taludes de la excavación sean
estables.
- Cuando se encuentre roca durante la preparación de la fundación, es
importante que ésta quede perfectamente limpia removiéndose de su
superficie toda costra o fragmento de roca.
- Es importante que se realice simultáneamente la preparación de la
fundación y la excavación para la tubería de toma de agua de acuerdo con
las pendientes y dimensiones mínimas indicadas en planos.
- En esta etapa de la construcción es importante tomar todas las
previsiones para controlar el agua hasta que se concluya la obra.

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