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Agradecimiento:
Pág.
Introducción …………………………………………………………………………… 6
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INTRODUCCIÓN
La actual Ley Procesal del Trabajo N° 29497, fue publicada en el Diario Oficial
“El Peruano” el 15 de enero del 2010, y la aplicación de la misma afirmada en
sus principios, se ha venido dando de manera progresiva como toda nueva Ley,
tal es así, que la primera vez que se aplicó fue en el Departamento de Tacna y
otros se convirtieron en los Centros Pilotos para dicho cambio y así
sucesivamente se están aplicando en los distintos distritos judiciales de la
República.
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Finalmente, en nuestro país, se ha logrado avances significativos como el
incremento de la remuneración mínima vital, la implementación de la Ley de
Seguridad y Salud del Trabajo, la creación de la Superintendencia Nacional de
Fiscalización Laboral entre otros, en beneficio de los trabajadores.
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1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL TRABAJO
El Derecho del Trabajo no es muy antiguo, pero el trabajo existe desde que el
ser humano ocupó el mundo e, incluso, en la Biblia se habla de él,
específicamente en el libro del Génesis, pero como castigo. No era una norma
jurídica, sino una manera de disciplinar a nuestros primeros padres por
desobediencias a Dios, eso hizo que naciera el trabajo como un castigo y, en
realidad, no existía legislación sobre la actividad laboral, no se sabía lo que
significaba pacto entre trabajador y empleador.
En ella se consideraba que el trabajo no era para las personas, sino para los
animales y las cosas, dentro de las cuales se encontraban ciertas categorías de
la especie humana que tenían condición de esclavo. El trabajo era en esos
tiempos denigrante y despreciativo, la condición de esclavo en Roma se
adquiría, por ejemplo, por el hecho de perder una guerra, así el ganador de la
misma tenía dos opciones, matar o no al perdedor.
Efectivamente comenzó con la caída del Imperio Romano; con la invasión, los
monjes católicos romanos escondieron toda la información y los conocimientos,
por lo tanto, eran los únicos que tenían acceso a la cultura; hubo una época en
que no pasó nada, el hombre se dedicó a pasar el tiempo, no progresó la
ciencia ni la cultura. Cuando los monjes comenzaron a mostrar la cultura surgió
una nueva concepción de trabajo, ya no es considerado como denigrante
peyorativo para el esclavo. Surgió una nueva concepción moral de trabajo,
llegando a la concepción de la cualidad humana, esto gracias a una expresión
salida de los monasterios portugueses “El ocio es el enemigo del alma”.
2.1. TRABAJO
2.2. LABORAL
Todo lo relativo al trabajo y a las relaciones jurídicas que emergen del trabajo, y
que constituye materia de una disciplina jurídica especial como lo es el Derecho
del Trabajo y el Derecho Laboral. Perteneciente o relativo al trabajo, en su
aspecto económico, jurídico y social (Real Academia Española).
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- La Nueva Ley Procesal del trabajo, constituye un instrumento que plantea
en conjunto una nueva concepción del proceso laboral basado
fundamentalmente en la oralidad, modelo que a la luz de las experiencias del
derecho comparado y a la luz de la innovación efectuada recientemente en el
Proceso Penal Peruano tiende precisamente a lograr que los procesos puedan
ser resueltos en forma más rápida y eficaz con el objeto de que los justiciables
puedan hacer efectivos sus derechos sustanciales.
La nueva norma introduce una justicia laboral que comprende a todo conflicto
jurídico nacido de una prestación personal de servicios, de naturaleza laboral,
formativa, cooperativista y administrativa; sean estos individuales, plurales o
colectivos, referidos a aspectos sustanciales o conexos, previos o posteriores a
la prestación efectiva de los servicios.
Antes de estas normas que tienen una estructura codificada, sólo existían
normas básicas que se remitían a otros textos procesales de los cuales
dependían, es así que la primera que podemos hacer mención, que data de los
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albores del siglo XX, es la Ley 6871 del 2 de mayo de 1930, que establece el
Fuero competente y el Procedimiento para las reclamaciones de los empleados
–trabajadores que tenían un status especial- reservando al Poder Judicial el
conocimiento de estos reclamos y, determinando un procedimiento corto y
especial para la sustanciación de los mismos.
Con esta norma se daba lugar a dos regímenes laborales generales bien
diferenciados. Por un lado, el régimen laboral de la actividad pública, regulado
por el Decreto Legislativo Nº 726 y sus normas reglamentarias y
complementarias, y, por otro lado, el régimen laboral de la actividad privada,
regulado por el Decreto Legislativo Nº 728.
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Anterior a la Nueva Ley procesal laboral, estaba vigente la Ley N° 26636, Ley
procesal del trabajo, vigente desde el 21 de junio de 1996, con esta ley los
procesos laborales eran muy lentos, burocráticos, formalistas y no eran
expeditivos; los procesos judiciales laborales eran escritos, complejos y se
encontraban diseñados para que duren entre cuatro a seis años
aproximadamente; además, los Jueces de Trabajo tenían una competencia
reducida y muchos magistrados laborales no tienen la especialidad que se
requiere en esta rama específica del Derecho laboral.
Con la Ley N° 29497 (en adelante NLPT), publicada el 15 de enero del 2010 y
vigente desde el mes de julio del mismo año, cuyo objetivo es superar los
graves problemas del volumen de los procesos laborales y hacer efectivos los
derechos sustantivos de los trabajadores; muchos son los males que aquejan a
la justicia laboral peruana. De ahí la necesidad de simplificar el juicio laboral,
haciéndolo más cercano a lo cotidiano que implica establecer la primacía de la
realidad sobre lo formal. Y lo sustancial es considerar el conflicto humano que
subyace en todo proceso laboral. Con esta nueva ley prima la oralidad, para
hacer posible prestar un servicio mucho más grande que el de satisfacer
algunas formalidades en la búsqueda de la verdad real, porque brinda muy
poco espacio al formalismo y garantiza otros principios procesales. No obstante,
el proceso laboral se concreta en el conjunto de normas, principios e
instituciones que constituyen la legislación procesal, por cuyo medio el Estado,
ejercitando su función jurisdiccional, administra justicia laboral. Es decir, se
entiende “por procesos laborales los concebidos para resolver litigios en que se
invocan reglas y normas relativas al trabajo dependiente”, como un conjunto de
actos procesales que se desarrollan en forma progresiva, sistemática y
teleológicamente con el objeto de resolver un conflicto laboral. Esas
características del proceso laboral significan contar con principios propios,
alteraciones en los conceptos de jurisdicción, competencia, acción, medios
probatorios, sujetos del proceso, etc. En efecto, los principios y fundamentos del
proceso laboral poseen sus propias características y funciones dentro del
Derecho Laboral: sustantividad propia en razón de su generalidad y obedecen a
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la inspiración de justicia social, que es la razón de ser desde su nacimiento; de
ahí que busquen favorecer al trabajador. Y se vinculan con cada institución
procesal en una determinada realidad social, en donde actúan o deben actuar,
ampliando o restringiendo el criterio de su aplicación. Sin embargo, no se trata
sólo de “la existencia de una rama autónoma del derecho, que exige una
indispensable especialización para dominarla, no es siquiera la dificultad de
especialización por el número de sus normas, su complejidad y su constante
renovación. Es el espíritu nuevo, peculiar, distinto de las restantes ramas del
derecho, de mucha mayor sensibilidad y proximidad con la vida real el que
obliga indispensablemente jueces diferentes y especiales”. Por ello, es
importante que la NLPT permita un avance en la autonomía dogmática a través
de sus principios propios y autonomía normativa, que permitan construir un
sistema del Derecho Procesal del Trabajo.
Es preciso recordar que la historia del Derecho del Trabajo, ha estado marcada
por la constante intervención estatal para regular las relaciones laborales y así
“cubrir con su manto protector aquellos sectores del mundo del trabajo que
tenían o se suponía que tenían una excepcional necesidad de ello”. Solo de ese
modo, consideramos que el proceso laboral será garantía para la solución de
los conflictos laborales en tanto que el crecimiento económico es fundamental
pero no suficiente para asegurar la equidad y el progreso social. Entonces se
debe implementar los principios, fundamentos y actos procesales reconocidos
por la NLPT y revalorar el papel de los trabajadores para colaborar activamente
en la producción, en la incorporación de nuevas tecnologías y aportes al
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incremento de calidad y eficiencia, para lograr el desarrollo económico y la paz
social en nuestro país.
Nos hemos referido a la evolución del Derecho del trabajo individual en el Perú,
y no solo hemos visto el desarrollo que se ha tenido de sus instituciones,
también hemos advertido la existencia de normas que sí son acordes con el
avance y con los tiempos actuales, mientras existen otras que se encuentran
totalmente fuera de contexto. Y es labor del Derecho del trabajo y de todos los
que convivimos con él, luchar por la coherencia entre la realidad –y las
necesidades provenientes de ella– y la normativa que seguida y
desordenadamente va surgiendo como consecuencia de las necesidades
sociales.
En este sentido, nos queda como reflexión el hecho de que el Derecho del
trabajo debe ir construyéndose sobre la base de verdaderas necesidades, pues
es solo de esa forma que se pueden atenuar o menguar las diferencias sociales
existentes y poner fin a las injusticias creadas no solo por los vacíos o
deficiencias legales, sino –sobretodo– por los propios actores de las relaciones
laborales en nuestro país.
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La Ley N° 29497, ha regulado algunos de los principios procesales laborales
reconocidos por la Constitución del Estado, la doctrina y la anterior Ley N°
26636, y que pretendemos analizar a continuación:
A través de este principio se garantiza que el Juez esté en contacto directo con
las partes y las pruebas durante el desarrollo del proceso, a fin de asegurar que
el juez cuente con mayores y mejores elementos de convicción para expedir
una decisión justa y arreglada a lo que realmente ocurrió en los hechos. De esta
manera, “la activa y directa participación del Juez, le permitirá a éste resolver
los juicios con prontitud y eficiencia, apreciando con criterio crítico y de
conciencia los casos concretos.” Este principio implica que el Juez debe presidir
personalmente las audiencias respectivas y actuar directamente las pruebas.
La oralidad o escritura son las dos formas externas que de manera general
pueden adoptar las actuaciones procesales. De ahí que se defina a estos
principios como aquellos en función de los cuales la sentencia debe basarse
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sólo en el material procesal aportado en forma oral o escrita, respectivamente.
Debe tenerse en cuenta que sin embargo, en la actualidad no existe un sistema
puramente oral o escrito, sino procesos con tendencias a uno u otro sistema.
“aquel que propicia que el Juez en las diligencias del proceso participe
directamente con intervención de las partes y donde las exposiciones y
articulaciones se realicen mediante la palabra hablada”.
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“las audiencias son sustancialmente un debate oral de posiciones presididas
por el juez”.
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La audiencia de juzgamiento se realiza en acto único y concentra las etapas de
confrontación de posiciones, actuación probatoria, alegatos y sentencia, cuyo
fallo deberá ser puesto en conocimiento de las partes en la misma audiencia de
manera inmediata o en lapso no mayor de sesenta minutos luego de concluidos
los alegatos. De manera excepcional, por la complejidad del caso, puede diferir
el fallo de su sentencia dentro de los cinco días hábiles posteriores (art. 47).
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El nuevo proceso laboral se caracteriza por ser oral. Las actuaciones
procesales en este proceso son necesariamente orales, con excepción de la
demanda y la contestación que deben hacerse por escrito, mientras que la
controversia debe resolverse en la audiencia que el juez fije, sea ésta de
juzgamiento o de audiencia única, dependiendo si se trata de proceso ordinario
o proceso abreviado.
La oralidad permite al juez un rol más activo y su actuación como director del
proceso, que lo habilita para dirigir y agilizar el proceso.
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alegatos de las partes, pudiendo formular preguntas a las partes y a los
abogados; y debe también expedir su fallo oralmente en sesenta minutos,
aunque puede diferir la emisión de éste hasta por cinco días en atención a la
dificultad o particularidad del caso (artículo 33).
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Persigue la rapidez del proceso laboral, por lo que éste debe estructurarse
sobre plazos breves pero también sobre la eliminación de trabas a la tutela
jurisdiccional efectiva; asimismo se halla representado por la improrrogabilidad
de los plazos, garantizándose así una justicia expeditiva, sin dilaciones
indebidas.
Con este principio se aclara la sustanciación del procedimiento, sin que ello
menoscabe el derecho a la defensa y el debido proceso.
Este principio no está deslindado del todo con el de concentración. Busca que
los actos procesales sean simplificados y de trámites sencillos, a efecto que se
dé inicio, se tramite y decida el proceso en los plazos establecidos. Hay
aplicación del principio de economía en el proceso laboral cuando el juez
verifica notoriamente la improcedencia de la demanda y la rechaza de plano
mediante resolución debidamente fundamentada (artículo 17, última parte), ello
a efecto de evitar al litigante un largo juicio en que al final se va a llegar a la
misma conclusión; también es posible que interpuesta una demanda, por
ejemplo sobre indemnización por despido arbitrario y pago de beneficios
económicos, si el juez advierte la caducidad de la acción indemnizatoria, puede
declarar la improcedencia de la demanda en este extremo y admitir la demanda
por el pago de los beneficios económicos.
Las partes y sus abogados deben actuar en el proceso con verdad, dado que el
juez dirige la audiencia debe procurar que ésta se conduzca con veracidad,
impide y sanciona la conducta contraria a los deberes de veracidad y probidad,
por lo que su afectación puede sancionarse con la imposición de multa según lo
permite el artículo 15 de la Nueva Ley Procesal de Trabajo.
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4.7 PRINCIPIO DE IGUALDAD REAL DE LAS PARTES
El artículo III de la Nueva Ley Procesal de Trabajo señala que los jueces
privilegian el fondo sobre la forma, que conocemos como el principio de
primacía de la realidad, siendo que en materia laboral importa lo que ocurre en
la práctica más que lo que las partes hayan pactado en forma más o menos
solemne o expresa o de lo que aparece de los documentos.es por ello, cuando
el juez laboral determine de las pruebas aportadas que existe una prestación de
servicios laboral, debe declarar que existe una relación de trabajo,
independientemente de la apariencia.
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ocurre en la práctica y lo que fluye de los documentos, debe darse preferencia a
lo primero, es decir, a lo que sucede en el terreno de los hechos”.
Este principio exige a las partes actuar en el proceso con probidad y lealtad,
con el fin de impedir cualquier conducta que tipifique fraude procesal, en
cualquiera de sus formas como el dolo, la colusión, la simulación o el abuso de
derecho, la Ley N° 29497 establece que en caso de temeridad o mala fe
procesal, el juez tiene el deber de imponer a las partes, sus representantes y
los abogados una multa no menor de media ni mayor de cincuenta unidades de
referencia procesal (artículo 15). Además el juez sanciona a las partes cuando
éstas obstaculizan la actuación probatoria; por ejemplo, no se cumple con las
exhibiciones ordenadas, se impide el acceso al juez o peritos el material
probatorio, o se niega a declarar, permitiendo –inclusive– extraer presunciones
de dicha conducta en contra de los intereses de la parte que asume dicha
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conducta contraria a la buena fe procesal, conforme se indica en el artículo 29
de dicha ley.
El artículo III de la Nueva Ley Procesal de Trabajo señala que los jueces
interpretan los requisitos y presupuestos procesales en sentido favorable a la
continuidad del proceso, por lo que reconoce la aplicación del llamado principio
pro actione o favor actionis.
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“El principio pro actione impone a los juzgadores la exigencia de
interpretar los requisitos y presupuestos procesales en el sentido más
favorable a la plena efectividad del derecho a obtener una resolución
válida sobre el fondo… con lo cual, ante la duda, la decisión debe dirigirse
por la continuación del proceso y no por su extinción.
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El artículo IV del Título Preliminar de la Nueva Ley Procesal de Trabajo señala
que los jueces laborales imparten justicia con arreglo a la Constitución, los
tratados internacionales de derechos humanos y la ley; además interpretan y
aplican las normas según los principios y preceptos constitucionales, y según
los precedentes vinculantes del Tribunal Constitucional y de la Corte Suprema.
Con ello se garantiza el respeto de los derechos laborales constitucionales,
además de lograr la uniformidad de criterios en la administración de justicia,
evitando así fallos contradictorios o disímiles. Es relevante que la Nueva Ley
Procesal de Trabajo reconozca el deber de los jueces no sólo de aplicar la ley,
sino en especial la Constitución y en ella los principios constitucionales que en
materia laboral se hallan reconocidos en su artículo 26, que establece
claramente los principios que rigen la relación laboral como son: de igualdad y
no discriminación, irrenunciabilidad de derechos laborales y pro operario, pues
en caso de duda en la aplicación de una norma debe preferirse la más favorable
al trabajador, y cuyo contenido además ha sido desarrollado por el Tribunal
Constitucional en algunos de sus fallos.
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El Tribunal Constitucional también se ha pronunciado al respecto:
. Expediente N° 8125-2005-HC:
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En jurisprudencia del Tribunal Constitucional se ha determinado:
A lo largo de la vida republicana han habido 13 intentos para tener una norma
de esta naturaleza, que no culminaron con el objetivo de contar con un
instrumento ágil y moderno que tome en cuenta, no sólo el bienestar de los
trabajadores, sino también el desarrollo del país y la creación de puestos de
trabajo.
Los siglos de vigencia y experiencia que tienen las ramas jurídicas obligan a
diferenciar la originalidad de los principios del Derecho del Trabajo, de reciente
data, y a reconocer la clarividencia de aquellos postulados que hacen posible
“la creencia de que el Derecho del Trabajo, si bien enfrenta una crisis
existencial, perdurará ya que a través de él se plasma el ideario humano... En
efecto, la importancia de los principios en los que se funda el Derecho del
Trabajo estriba en la función fundamental que ellos juegan, como lo
señala Manuel Alonso García: “son aquellas líneas directrices o
postulados que inspiran el sentido de las normas laborales y configuran la
regulación de las relaciones de trabajo con arreglo a criterios distintos de
los que pueden darse en otras ramas del Derecho”.
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a) Enunciados básicos; es decir, pretenden abarcar una serie indefinida de
situaciones y no una particular, de forma que puedan ser utilizados en una
diversidad de situaciones, lugares, tiempo, etc.
b) Propios del Derecho del Trabajo y, por lo tanto, diversos de los que existen
en otras ramas del Derecho: sirven para justificar la autonomía del Derecho del
Trabajo y su peculiaridad, son especiales. Aunque pudiera suceder que
algunos de ellos existan en forma similar o ligeramente variables en más de una
rama del Derecho.
c) Los principios tienen un sentido lógico, conexo, poseen una armonía entre sí.
Los principios del Derecho del Trabajo nos llevan a interpretar los derechos
sociales desde su verdadera y más elemental dimensión. Aunque muchos lo
ocultan, son esencialmente derechos de la persona o derechos humanos. Se
trata de derechos que deben gozar todos los trabajadores como personas y
ciudadanos de manera efectiva, pues no se alcanza fin alguno solamente por el
reconocimiento de los derechos en general si el Estado no se preocupa por la
suerte de hombres y mujeres considerados ya no sólo como trabajadores y
como consecuencia, debe garantizar simultáneamente el respeto a los de-
rechos fundamentales y a las libertades políticas.
Entre las funciones de dichos Principios podemos señalar que cumplen con las
siguientes tareas:
El Artículo III del T.P. se debe evitar la desigualdad entre las partes afecte el
desarrollo o resultado del proceso y cuyo efecto procura alcanzar la igualdad
real de las partes del fondo y forma comprende principios como: gratuidad del
proceso, protector, de primacía de la realidad, De continuidad del proceso. De
debido proceso y tutela jurisdiccional. Razonabilidad. Igualmente es útil señalar
que la ley se refiere a otros principios. Como los de: Inversión de la carga en el
artículo 23° -De veracidad, en artículo I del Título Preliminar de la NLPT.
Destacamos los mencionados en el Art. I de La NLPT:
1) PRINCIPIO DE ORALIDAD
2) PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN
3) PRINCIPIO DE CONCENTRACIÓN
4) PRINCIPIO DE CELERIDAD
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Por tanto, los principios garantizan que siempre se arribará a una solución. La
Constitución sanciona que no se puede dejar de administrar justicia por defecto
o deficiencia de la ley debiendo en tales circunstancias acudir a los auxilios de
los principios del derecho.
Por otro lado es hacer notar que la NLPT, a diferencia de la LPT, precisa
expresamente el canon interpretativo que el Juez laboral debe tener presente.
- EN EL TEMA DE ACUMULACIÓN
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Es de señalar que la LPT regulaba de manera expresa las clases de
acumulación en cambio la NLPT gurda silencio al respecto pero con la salvedad
que en una de sus disposiciones finales nos indica que se regulara conforme el
C.P.C.
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7. LOS RECURSOS EN LA NUEVA LEY PROCESAL DEL TRABAJO
a) Concepto
Como se sabe, los decretos son resoluciones simples a través de las cuales se
tramita las solicitudes de las partes e impulsa el proceso. En la práctica, los
decretos más comunes son “téngase presente”, “a conocimiento”, “traslado”,
“agréguese a los autos”, etc.
b) Plazo de interposición
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De acuerdo con el artículo 363° del CPC, el plazo es de tres (03) días.
c) Trámite
El artículo 363° del CPC ha establecido expresamente que el auto que resuelve
un recurso de reposición tiene carácter inapelable.
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El plazo de apelación de la sentencia es de cinco (5) días hábiles y empieza a
correr desde el día hábil siguiente de la audiencia o de citadas las partes para
su notificación.
Esto quiere decir: que las partes del proceso pueden atacar las resoluciones
judiciales, cuando se sientan lesionados en sus derechos e intereses, no
solamente ante los jueces que las profirieron, sino entre los superiores; que los
perjuicios causados o los defectos cometidos por el juez de primera instancia
están sujetos a revisión y a posible corrección; que están garantizados la
independencia de los jueces laborales de instancia y la imparcialidad de las
decisiones judiciales, y que existe la obligación de cumplirse la resolución del
superior por el juez de trabajo, cuya providencia se apeló.
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La apelación de autos interlocutorios permite el conocimiento del superior del
contenido y de los factores que incidieron en la determinación,
independientemente de otras situaciones procesales que hayan podido
desarrollarse o que se adelanten posteriormente. La apelación, de la sentencia
de primer grado, implica la aprehensión del proceso en su totalidad por el juez
de segunda instancia, de tal manera que el de primera pierde la competencia
para seguir conociendo de él.
La NLPT no precisa sobre los alcances del recurso de apelación; sin embargo,
dado el carácter revisorio de este recurso, el mismo abarca a los hechos como
al derecho.
Conforme con el artículo 364° del CPC, el recurso de apelación tiene por objeto
que un órgano jurisdiccional de mayor jerarquía al que ha emitido la resolución
impugnada, la revise con el propósito de que sea anulada o revocada, total o
parcialmente.
a) Requisitos de admisibilidad
3. Tasa judicial. De acuerdo con la última parte del artículo del artículo III del
Título Preliminar, concordante con la Undécima Disposición
Complementaria de la NLPT, el proceso laboral es gratuito para el
prestador personal de servicios cuando la cuantía de las pretensiones
reclamadas no exceda de setenta (70) Unidades de Referencia Procesal
(URP), así como, cuando las pretensiones no puedan ser apreciadas en
dinero.
Por mandato del segundo párrafo del artículo 367° del CPC, modificado por la
Ley N° 27703, publicada el 20 de abril de 2002, la apelación o la adhesión a la
misma que no acompañen el recibo de la tasa judicial, cuando ello sea
obligatorio, se interpongan fuera de plazo, no tengan fundamentación o no
precisen el agravio, serán declaradas de plano inadmisibles o improcedentes,
según sea el caso.
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En el caso de que se elevara un expediente que no cumpliera los requisitos
para su concesión a la sala superior, dicho órgano jurisdiccional está facultado
para declarar nulo el concesorio e improcedente el recurso.
i. Efectos de la apelación
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proceso o impiden su continuación, y en los demás casos previstos en
dicho Código.
El efecto diferido establece que en los casos que el CPC así lo disponga,
de oficio o a pedido de parte, el juez puede ordenar que se reserve el
trámite de una apelación sin efecto suspensivo, a fin de que sea resuelta
por el superior en forma conjunta con la sentencia u otra resolución que el
magistrado señale.
La Ley 29497, Nueva Ley Procesal del Trabajo (NLPT), regula el recurso de
casación, no sin antes dejar constancia que para la debida comprensión del
marco jurídico recurriremos en todo momento a las disposiciones del Código
Procesal Civil, pues es la norma adjetiva que resulta de aplicación supletoria
conforme lo indica la Primera Disposición Complementaria de la NLPT, así
como a opiniones doctrinarias emitidas respecto del recurso de casación
normado por el CPC, que son válidos también para el proceso laboral, dado que
la fuente matriz de este recurso en el ámbito de trabajo es el recurso de
casación civil.
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a) La infracción normativa que incida directamente sobre la decisión contenida
en la resolución impugnada.
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7.3.2 Casaciones laborales
- Casos de inasistencia:
Por ambas partes: el juez declara la conclusión del proceso si, dentro
de los treinta (30) días naturales siguientes, ninguna de las partes
hubiese solicitado fecha para nueva audiencia.
b) Etapa Conciliatoria:
Posteriormente a la acreditación el juez invita a las partes a conciliar sus
posiciones y participa activamente a fin de que solucionen sus
diferencias total o parcialmente, es importante señalar que la conciliación
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tiene carácter de confidencial, por lo que el audio y video se apaga. Por
decisión de las partes la conciliación puede prolongarse lo necesario
hasta que se dé por agotada, pudiendo incluso continuar los días hábiles
siguientes, cuantas veces sea necesario, en un lapso no mayor de un (1)
mes.
Se inicia con una breve exposición oral de las pretensiones por la parte
demandada y de los fundamentos de hecho que las sustentan. A su turno el
demandado hace una breve exposición oral de los hechos que, por razones
procesales o de fondo, contradicen la demanda.
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4. El juez toma juramento conjunto a todos los que vayan a participar en esta
etapa.
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La notificación de la sentencia debe producirse en el día y hora indicados, bajo
responsabilidad.
20-30
5 días días 30 días 5 días
hábiles hábiles hábiles hábiles
a) La admisión de la demanda;
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b) El emplazamiento al demandado para que conteste la demanda en el plazo
de diez (10) días hábiles; y
c) La citación a las partes a audiencia única, la cual debe ser fijada entre los
veinte (20) y treinta (30) días hábiles siguientes a la fecha de calificación de
la demanda.
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FLUJOGRAMA PROCESO ABREVIADO LABORAL
20-30
días
hábile
s
Art 42
a) Admisión de la demanda. AUDIENCIA ÚNICA
Demanda 1.Conciliación.
b) Emplazamiento a la demandada para
Art 16 NLPT 2. Confrontación de posiciones.
que conteste en 10 días hábiles. Contestación
CPC 474-475 3. Actuación probatoria.
c) Citación a las partes a Audiencia única. de la demanda
4. Alegatos.
5. Sentencia.
10 días
5 días hábiles
hábiles
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Cabe menciona que los únicos medios probatorios admisibles en este proceso
son los documentos, los cuales deben ser acompañados necesariamente con
los escritos de demanda y contestación.
a) La admisión de la demanda;
La sala laboral, dentro de los diez (10) días hábiles siguientes de contestada la
demanda, dicta sentencia por el solo mérito de los escritos de demanda,
contestación y los documentos acompañados. Para tal efecto señala día y hora,
dentro del plazo indicado, citando a las partes para alegatos y sentencia, lo cual
se lleva a cabo de igual modo a lo regulado en el proceso ordinario laboral.
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FLUJOGRAMA PROCESO IMPUGNATIVO DE LAUDOS ARBITRALES
ECONÓMICOS
A pedido de parte, todo juez puede dictar medida cautelar, antes de iniciado un
proceso o dentro de este, destinada a garantizar la eficacia de la pretensión
principal. Las medidas cautelares se dictan sin conocimiento de la contraparte.
Resulta una innovación procesal esta medida cautelar, en razón que la ley N°
26636, no la contemplaba y se tenía que esperar hasta la culminación del
proceso con sentencia consentida o ejecutoriada, para que el trabajador retorne
a su puesto de trabajo, salvo los casos en que la tramitación de la nulidad del
despido se efectuaba vía el proceso constitucional de amparo, según los
criterios jurisprudenciales establecidos por el Tribunal Constitucional.
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Como presupuesto básico debemos precisar que una medida cautelar busca
neutralizar los efectos que el tiempo genera en el desarrollo de un proceso
judicial. En otras palabras, lo que pretende una medida cautelar es que al
momento que sea resuelta la controversia judicial, ésta no sea tardía e inútil. Es
por ello que las medidas cautelares se encuentran dirigidas a asegurar la
efectividad de la resolución definitiva que en un proceso judicial se emita.
Así, la Nueva Ley Procesal del Trabajo, establece que cumplidos los requisitos,
el juez puede dictar cualquier tipo de medida cautelar, cuidando que sea la más
adecuada para garantizar la eficacia de la pretensión principal. En
consecuencia, son procedentes además de las medidas cautelares reguladas,
cualquier otra contemplada en la norma procesal civil u otro dispositivo legal,
sea esta para futura ejecución forzada, temporal sobre el fondo, de innovar o de
no innovar, e incluso una genérica no prevista en las normas procesales.
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8.5 PROCESO DE EJECUCIÓN
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Los laudos arbitrales firmes que hayan resuelto un conflicto jurídico de
naturaleza laboral se ejecutan conforme a la norma general de arbitraje.
8.6.1 Consignación
8.6.2 Contradicción
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El retiro de la consignación se hace a la sola petición del acreedor, sin trámite
alguno, incluso si hubiese formulado contradicción. El retiro de la consignación
surte los efectos del pago, salvo que el acreedor hubiese formulado
contradicción.
En los casos en que las normas de inspección del trabajo exigen autorización
judicial previa para ingresar a un centro de trabajo, esta es tramitada por el
inspector de trabajo o funcionario que haga sus veces. Para tal efecto debe
presentar, ante el juzgado de paz letrado de su ámbito territorial de actuación, la
respectiva solicitud. Esta debe resolverse, bajo responsabilidad, en el término
de veinticuatro (24) horas, sin correr traslado.
9.1 INTRODUCCIÓN
73
En febrero del año 2008 el doctor Mario Pasco Cosmopolis, en aquel entonces
Ministro de Trabajo, crea una comisión para redactar el proyecto de la Nueva
Ley Procesal de Trabajo ( Ley 29497), los miembros de la comisión fueron:
Al reflexionar hoy en día sobre la oralidad creemos que está superada la idea
de que la oralidad implica la sustitución de los escritos sobre lo hablado o la
sustitución de los actos procesales escritos por los orales.
Otros, por el contrario como lo plantea Cappelletti considera sobre oralidad que
la misma permite una revalorización de la prueba oral ya considera que este
principio rinde sus mejores resultados en la fase probatoria.
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La oralidad está pensada para el beneficio del trabajador, incluso analfabeto,
por lo que cuando se acceda al juez, tendrá la capacidad de decir que reclama;
pero si se le exige plasmarlo por escrito, aun cuando fuera alfabeto, se le hará
difícil hacerlo.
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El juicio oral en nuestra Nueva Ley Procesal del Trabajo no constituye una
simple modificación normativa, no se trata de un antiguo proceso transformado,
sino una nueva estructura procesal laboral con juicio oral que se encamina a la
eficiencia y cumplimiento de la finalidad de todo proceso judicial-la solución del
conflicto de intereses-, teniendo por principal instrumento y característica la
oralidad, la cual hace efectivo el principio de inmediación. Las principales
actuaciones se sustentan y exponen ante el juez en una sola audiencia
(adicionalmente en el proceso ordinario laboral existe la audiencia de
conciliación), se privilegian las actuaciones orales sobre las escritas y el juez
director del proceso tiene un papel protagónico en el desarrollo de este
“proceso celebre”, al final de las intervenciones orales culmina comunicando –a
viva voz- su decisión en el acto de audiencia. La sentencia en su integridad y
con la expresión escrita de la debida motivación se notifica posteriormente.
En efecto este tratadista apunta “el juicio oral y público que tan trabajosamente
vamos estableciendo y aceptando en América Latina no es un simple “artificio”
procesal. Su naturaleza y fuerza institucional provienen de su estrecha
vinculación con la dinámica del conflicto, con la ineludible inserción social de
ese conflicto con las finalidades políticas de la administración de justicia,
vinculada a la disminución de la violencia y el abuso de poder. Cuando
decimos, con formula sintética que el “litigio es un conflicto formalizado” nos
referimos a este vínculo profundo entre las formas del juicio y la vida social. De
ese vínculo surge una forma de transitar por el juicio oral que tampoco es
artificial, sino que está conectada a las mismas características del conflicto y las
necesidades de institucionalizarlo. A ese tránsito, que tiene sus reglas, sus
habilidades, su saber, sus compromisos políticos y su ética lo llamamos “litigar”
y posiblemente, junto con la capacidad de darle formas seguras a las múltiples
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variedades de la cooperación humana, litigar constituye el núcleo del “arte de la
abogacía”.
Según Michel Vidal Salazar, manifiesta que la gran novedad en la nueva ley,
es el referido a la oralidad, que no es otra cosa que la prevalencia de la
actuación oral frente a la actuación escrita. Así pues la oralidad no supone una
actuación totalmente oral, sino que admite también cierta actuación escrita. A
partir de la prevalencia de lo oral sobre lo escrito, nos encontramos con lo que
en la doctrina se conoce como un proceso por audiencias, donde dicha parte (la
audiencia) se constituye en la instancia más importante del proceso.
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10. CONCLUSIONES
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- La Oralidad en el Proceso Laboral, nos garantiza la observancia y el
cumplimiento de otros principios, como son: El de celeridad,
inmediación, y concentración, descongestionando la carga procesal y
con ello beneficiando al trabajador. La administración laboral será más
ágil y dinámica.
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- El Tribunal Constitucional Español en la sentencia de fecha 25 de enero
de 1983, indica:
- Entre el 2011 – 2013, las regiones donde más creció el empleo fue
donde se aplicó el Régimen Agrario.
- Por lo tanto conocer a fondo los principios rectores de la Nueva ley del
Proceso Laboral y poderlos aplicar en su momento, nos conducirá, a
ejercer y proteger los derechos justos laborales de los sufridos
trabajadores del PERÚ.
11. BIBLIOGRAFÍA
https://scc.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/9887598046126744a6babe021c5bb19c/
Ley_29497_Nva_ley_procesal_Trabajo.pdf?MOD=AJPERES
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http://sistemas.amag.edu.pe/publicaciones/derecho_trabajo/doctrina_analisis_le
y_trabajo.pdf.
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