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Descripción del ámbito de actividad

La explotación de petróleo y gas natural tiene efectos ambientales específicos que dependen de la
ubicación de los yacimientos y de los pasos técnicos requeridos para extraer los productos brutos. A nivel
internacional, se distinguen tres fases características de los proyectos:

La exploración, tanto submarina como en tierra firme, se basa fundamentalmente en la geofísica y


en sondeos de prospección, incluyendo una fase de prueba en caso de perforación positiva. La
exploración no requiere prácticamente infraestructura.

La extracción se realiza en varias etapas previamente definidas. La primera de ellas son los pozos de
desarrollo, que sirven de base a la producción en sentido estricto. El procesamiento preliminar de la materia
prima pertenece a esta fase y es considerada como parte de la explotación. La extracción de petróleo y de gas
natural requiere obras de infraestructura.

El transporte y el almacenamiento del petróleo y del gas natural se realizan inmediatamente después de la
extracción y constituyen una fase intermedia entre ésta y la transformación destinada a obtener productos
comercializables. En esta fase se utiliza una parte de la infraestructura existente.

Impacto ambiental y medidas de protección

Exploración

La exploración se define como la prospección y el reconocimiento científico de yacimientos de materias


primas. Esta fase incluye:

Estudios cartográficos

Estudios geofísicos

Sondeos de exploración.

La exploración de yacimientos de petróleo y gas natural en tierra firme se basa en el trazado de mapas
fototopográficos de zonas extensas. En muchas regiones del mundo, basta analizar la superficie del
terreno con ayuda de estos mapas para identificar yacimientos explotables. La prospección geológica y
geoquímica son los pasos siguientes de la exploración. Para confirmar los resultados de las exploraciones
geológicas, geofísicas y geoquímicas realizadas desde la superficie, es necesario efectuar sondeos de
prospección, incluidas diagrafías y análisis de probetas y detritos obtenidos en la perforación.

En términos generales, se puede decir que el impacto ambiental de la exploración es moderado; no


obstante, las perforaciones realizadas en esta fase en algunos casos conllevan trastornos y riesgos
considerables.

Aspectos ecológicos

Los trabajos cartográficos iniciales no suponen un impacto ambiental directo, gracias a las modernas
técnicas de fotografía aérea.

Los efectos ambientales resultantes de la prospección geofísica, en cambio, se perciben durante períodos
que van desde varios meses hasta varios años. Los efectos dependen en cierta medida del método empleado,
pudiéndose distinguir entre la gravimetría y las mediciones magnéticas (realizadas en su mayoría desde el
aire), por una parte, y los estudios sismográficos, por otra. Estos últimos permiten al geofísico detectar los
límites entre los distintos estratos geológicos en profundidades de hasta varios miles de metros, mediante
la reflexión de ondas de presión. La prospección sísmica, además de ser la técnica más difundida, es la
que más afecta al medio ambiente.

Aunque las perturbaciones persistan tan solo durante poco tiempo, será preciso limitar su impacto
ambiental. Los equipos de agrimensores geofísicos, por ejemplo, viven en zonas retiradas durante
períodos más o menos prolongados, en campamentos relativamente autosuficientes. Dependiendo de las
condiciones ecológicas, puede ser conveniente utilizar únicamente vías fluviales o aéreas para el acceso y
el transporte. Al viajar por tierra, es imprescindible hacer desvíos si las condiciones ecológicas lo
exigen. En el caso de la prospección sísmica por voladuras, la magnitud de las detonaciones empleadas para
generar impulsos de presión debe regularse aplicando tecnologías modernas y eficientes. Si las condiciones
lo permiten, debe utilizarse el método sísmico vibratorio, por ser menos perjudicial para el medio ambiente. El
perfeccionamiento técnico de los aparatos receptores y amplificadores permite captar numerosas y diversas
informaciones con impulsos relativamente débiles. Tratándose de yacimientos en el fondo del mar, la prospección
sísmica por voladuras tiene efectos devastadores sobre la fauna marina, especialmente en aguas poco
profundas. La técnica de impulsos neumáticos, en cambio, protege en gran medida dichos organismos.

A nivel regional, el impacto más notable sobre la naturaleza y los ecosistemas procede de las perforaciones
profundas. A pesar de ello, una prospección basada en el uso consecuente de tecnologías modernas de
perforación genera efectos ambientales mucho menores de lo que podrían suponer las personas ajenas al sector.
A pesar de la duración limitada de los proyectos de exploración, es sumamente importante evitar los efectos
ambientales negativos, o por lo menos reducirlos a un nivel tolerable,mediante una planificación técnica
cuidadosa y una política adecuada de inversiones.

La preparación del sitio de perforación y la construcción de vías de acceso deben realizarse con
un mínimo de intervenciones en la superficie. Es necesario, asimismo, planificar desde un principio
la rehabilitación posterior del terreno y prever un método para conservar la tierra vegetal (depósito en
almiares, etc.).

En lo que respecta a las actividades de perforación, es importante que el entubado y la cementación se


diseñen correctamente, a fin de mantener intactas las separaciones entre los estratos geológicos y las capas
acuíferas.

Los materiales de sondeo, especialmente el lodo de perforación, deben seleccionarse en función de


su moderado impacto ambiental y, en lo posible, reciclarse posteriormente.

La seguridad de un pozo de extracción depende fundamentalmente de su fortaleza estructural y


del control permanente de la presión dinámica. Dichas condiciones deben garantizarse mediante
el dimensionamiento correcto de la cementación y del entubado. Debe preverse, asimismo, el uso de
un bloque obturador (preventor) que permita el cierre durante la fase de perforación (empleo de técnicas
actualizadas). Por otra parte, se requieren medidas preventivas de orden técnico y planes de
emergencia destinados a limitar las consecuencias de accidentes ocasionados por la erupción de pozos. Ello
permite evitar daños importantes al medio ambiente, los cuales, aunque no suelen ser irreversibles,
exigen medidas de rehabilitación difíciles y costosas.

Los residuos de extracción no aprovechables cuya producción no pueda evitarse, como por ejemplo detritos y
líquido de perforación usado, deben ser eliminados de forma controlada. Dependiendo de las condiciones
naturales del lugar, pueden aplicarse principios de dilución, incineración térmicamente
optimizada o deposición en recipientes herméticos o cámaras selladas.

Como alternativa a la perforación profunda convencional, debe estudiarse la posibilidad de abrir los pozos
mediante perforación de diámetro reducido (slim hole drilling). Este procedimiento requiere inversiones
mínimas de material, equipos técnicos y tiempo, pudiendo reducir los costos hasta en un 50%. Sin
embargo, sólo es apto para determinadas estructuras geológicas y no permite, por ejemplo,
perforaciones de gran profundidad.

Habiendo realizado una perforación positiva y concluido con éxito esta primera fase del proyecto, será necesario
establecer medidas de prevención para evitar que se produzcan efectos ambientales en el período que
queda antes de iniciar la explotación (que puede ser de varios años). Sólo entonces se dará por terminada la
fase de exploración.

Si la perforación de sondeo arroja resultados negativos, el pozo debe ser


correctamente rellenado. Las instalaciones exteriores, incluidas las vías de acceso, deben recultivarse o
destinarse a un uso controlado.

Aspectos sociológicos

Los proyectos de exploración producen importantes modificaciones en el ámbito social del


país. Las sociedades autóctonas se ven confrontadas repentinamente con consorcios que operan a nivel
mundial y con el uso de conocimientos técnicos avanzados. En vista de que las labores se llevan a cabo
necesariamente en la zona del yacimiento, será preciso compensar adecuadamente los intereses
divergentes en el lugar del proyecto. El proyecto debe integrarse cuanto antes en la estructura social
existente, para lo cual es imprescindible obtener la participación de los diferentes grupos sociales.

Aspectos de salud pública y seguridad laboral

Por lo general, los temas de sanidad y seguridad laboral conciernen principalmente a los trabajadores de los
proyectos de exploración. Para quienes no participan directamente en el proyecto, en cambio, los efectos sanitarios
y laborales son poco significativos.

Los asuntos de salud y seguridad laboral se plantean por primera vez en la fase de exploración, en relación
con los equipos de agrimensores geofísicos. Estos realizan un trabajo arduo que les impone
considerables privaciones, especialmente cuando operan en zonas retiradas. Su actividades persisten hasta la
apertura del pozo de perforación.

En vista de que la mayoría de las actividades son realizadas por personal local asalariado y no
calificado, los servicios de asistencia deben ajustarse a la situación específica de dicho personal. Deben
ofrecerse programas de atención médica, higiene y seguridad en el trabajo. Asimismo, debe asegurarse
la aceptación de las medidas de seguridad en el trabajo, lo cual implica una capacitación preliminar.

Extracción

La exploración es seguida por la extracción (o producción) del petróleo y del gas natural. La extracción incluye:

Pozos de desarrollo (incluidos todos los preparativos para el acabado de un pozo)

Instalaciones exteriores y procesamiento preliminar del mineral extraído

Dotación de infraestructura.

En relativamente poco tiempo, el ser humano ha consumido gran parte de los recursos de petróleo y de
gas natural, que fueron formados a lo largo de millones de años. A fin de que estos recursos naturales puedan
utilizarse a largo plazo, es imprescindible perseguir una política de explotación responsable, especialmente en
vista de que los yacimientos requieren eras geológicas enteras para su regeneración. Sin embargo,
experiencias en los países exportadores de petróleo tradicionales indican que muchos de ellosoperan
primordialmente en función de las cuotas de producción, lo cual lleva a un deterioro considerable del
medio ambiente. La gran demanda de energía y la escasez de alternativasdeterminan en gran medida
las estrategias de explotación.

El lapso de tiempo entre la exploración y la extracción debe aprovecharse para analizar minuciosamente
los efectos ambientales que pueden surgir durante y después de la explotación, tomando como referencia un
período normal de explotación (se calculan períodos de 15 a 25 años para campos de petróleo y de 50 a 100 años
para campos de gas). Este análisis requiere el levantamiento oportuno de datos específicos sobre el
respectivo entorno sociológico, cultural, económico, climático y ecológico, pudiéndose obtener datos
ampliamente divergentes en los distintos países. Los resultados del análisis deben integrarse
obligatoriamente en la planificación de todo proyecto de extracción de materias primas.

La apertura de los pozos marca el comienzo del desarrollo del yacimiento y coincide con la dotación de la
infraestructura necesaria (construcción de vías de acceso, instalaciones de extracción en la
superficie y plantas de procesamiento preliminar, conexión a la red vial, tendido de conductos a
distancia y en el campo de explotación, etc.). En relación con los efectos ambientales, véanse los respectivos
capítulos de esta Guía (por ejemplo "Construcción y mantenimiento de redes viales; construcción de caminos
rurales").

Aspectos ecológicos

La fase de extracción de todo proyecto de petróleo/gas natural comienza con la producción


regular. Los pozos de desarrollo constituyen la base de la explotación a largo plazo, la cual se adapta a
las condiciones subterráneas y se realiza según principios científicos (geología de la
producción eingeniería de yacimientos). Respecto al impacto ecológico, tiene validez, sin excepciones, lo
expuesto en el punto referido a la exploración.
El espacio ocupado por las instalaciones debe reducirse al mínimo, especialmente en zonas sensibles con
biotopos valiosos. Hoy en día, las avanzadas técnicas de perforación dirigida permiten explotar varios
kilómetros cuadrados de la extensión total de los yacimientos, tanto submarinos como en tierra firme, realizando
varias perforaciones desde un solo punto. El taladrado horizontal en el interior del yacimiento, por su parte,
reduce de forma importante el número de perforaciones.

Dado que en la actualidad las instalaciones técnicas y la infraestructura superficial de los proyectos de petróleo/gas
natural ocupan áreas relativamente reducidas, es posible evitar la devastación y la alteración de
superficies extensas y de su respectiva flora y fauna (por ejemplo, selva tropical, tundra y bancos de corales).

En las operaciones de extracción modernas, el diseño eficiente y los sistemas de vigilancia automáticos con
dispositivos múltiples de seguridad permiten mantener un nivel bajo de emisiones, tanto en condiciones normales
como en casos de avería.

Los daños ambientales causados por accidentes, especialmente por derrames de petróleo, deben limitarse
mediante mandos técnicos de seguridad (por ejemplo sistemas de cierre de válvulas). Las aguas y suelos
contaminados con petróleo deben recuperarse acelerando artificialmente la descomposición biológica
de los hidrocarburos con ayuda de agentes químico-bacterianos. La protección de las aguas
subterráneas durante la explotación no plantea actualmente problema alguno, siempre y cuando se
mantengan condiciones adecuadas de funcionamiento en la instalación.

Para lograr un aprovechamiento racional y económico de las fuentes de energía naturales, debe darse
prioridad tanto a la conservación de los recursos como al control de los efectos ambientales. La protección
de los recursos de petróleo y gas natural se basa en el uso selectivo de técnicas avanzadas de explotación y
en el aprovechamiento eficiente de todo el potencial energético extraído (evitando, por ejemplo, la práctica
contaminante de quemar en antorcha los gases sobrantes que no pueden aprovecharse directamente).

Aspectos sociológicos y económicos

La duración promedio de la explotación de un campo equivale aproximadamente a la vida laboral de un


hombre; con frecuencia, especialmente en la producción de gas, puede ser incluso superior. Este hecho, por sí
solo, implica un gran compromiso social para los proyectos del sector. Por consiguiente, una vez concluidas las
primeras medidas de la fase de exploración, los temas de vivienda, alimentación, educación, salud pública
y entorno cultural (incluyendo la religión) deben tener la misma prioridad que los aspectos netamente
técnicos de la extracción. Será necesario, especialmente, evitar la formación de guetos y fortalecer las
estructuras sociales tradicionales. El proceso de industrialización debe caracterizarse por un desarrollo
prudente y permitir la integración de la herencia cultural de las sociedades autóctonas.

Aspectos de salud pública y seguridad laboral

Una de las tareas más importantes del organismo ejecutor es fomentar el sistema de salud pública, no sólo
para los empleados sino para todos los habitantes de la zona del proyecto.

Lo mismo vale para la seguridad laboral, siendo éste un ámbito que puede organizarse siguiendo el ejemplo
de las naciones industrializadas con experiencia en el sector. La participación de personal calificado y
experimentado es una condición previa para ello.

Transporte y almacenamiento

El transporte y el almacenamiento siguen a las fases de exploración y extracción. Los productos brutos son
transportados mediante oleoductos y gasoductos, camiones y vagones cisterna, o bien por vía fluvial o
marítima. Todas estas formas de transporte requieren una infraestructura especial. El almacenamiento se
realiza en tanques dispuestos en la superficie del terreno, depósitos subterráneos, cavernas o estratos
porosos subterráneos.

Aspectos ecológicos

En relación con el transporte, puede aplicarse por analogía lo expuesto en el capítulo 2.3 respecto a la extracción.

Al almacenar grandes cantidades de petróleo y de gas natural deben tomarse medidas de seguridad
especiales, destinadas ante todo a prevenir incendios y explosiones. Los detectores y colectores de
fugas son muy importantes en este contexto, al igual que las alarmas. Deben usarse
preferentemente depósitos subterráneos en lugar de tanques ubicados en la superficie, si bien éstos suelen
tener un sistema de seguridad más elaborado.

Las alternativas de menor impacto ambiental incluyen el almacenamiento subterráneo en cavidades, cavernas
de rocas o de sal gema, así como en estratos geológicos porosos (éstos últimos sólo son adecuados para
el almacenamiento de gases). Las cavernas de sal gema, por su parte, deben ofrecer la posibilidad de
utilizar o depositar aguas saladas (cercanía del mar). El almacenamiento en capas porosas y en cavernas de sal
gema requiere la presencia de formaciones geológicas adecuadas.

Aspectos de salud pública y seguridad laboral

El transporte y el almacenamiento de grandes cantidades de petróleo y de gas conlleva ciertos riesgos, tales como
la fuga de hidrocarburos y las explosiones accidentales. Estos riesgos pueden limitarse mediante la supervisión
técnica del transporte y el uso de sistemas de seguridad múltiples en el almacenamiento. Los oleoductos y
gasoductos pueden controlarse mediante centrales de supervisión, presóstatos automáticos y observación aérea.
Los tanques y las tuberías deben disponer de una protección anticorrosiva.

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