Obra gráfica / Obra grafikoa

Ramón Esono Ebalé

Montaje y Exposición / Erakusketaren muntaketa
Cloister
Diseño del catálogo / Katalogoaren diseinua
Paula Galindo
Altaïr Magazine
Traducción / Itzulpena
Ayuntamiento de Pamplona
Iruñeko Udala
Impresión / Inprimaketa
Gráficas Arga
Depósito legal / Lege-gordailua
NA 2440 - 2018

© De los textos Pere Ortín Andrés y Elvira Dyangani Ose

© Testuena Pere Ortín Andrés y Elvira Dyangani Ose
© Fotografías de las obras “Kalashnikov”, “Retrato No
Autorizado de mis Padres”, “Póster 218 CCEJS”, “Póster
218 ICPA”, “S Guard, Pop”, “El Guerrero de la Calabaza”,
“El Viaje de Bube”, “El Hombre de las Estrellas” y
“Caperucita y el Lobo” por Enrique A. Alarcón
RAMÓN ESONO EBALÉ
Guinea Ecuatorial (1977). Ilustrador, blogue-
ro y dibujante de cómic. Autodidacta, com-
pagina su pasión por el dibujo con su acti-
vismo contra la dictadura que gobierna su
país. Sus trabajos han sido premiados in-
ternacionalmente como: “Regarde 9”, en el
Festival Internacional de BD de Angulema
(Francia, 2006); Cocobulles (Costa de Mar-
fil, 2006) y Africa e Mediterraneo (Bolonia,
2007). Ha expuesto en los Centros Cultura-
les francés y español en Malabo y en Bata;
Feshcary (Camerún); ARCO (Madrid), Unión
Africana (Addis Abeba); Museo del Barro (Pa-
raguay); Galeria Sub Rosa (EE.UU.) y en la
Bienal de Arte contemporáneo de Curitiba
(Brasil). Desde su salida de Guinea Ecuato-
rial en 2011, incrementa su actividad como
bloguero crítico en su blog Las Locuras de
Jamón y Queso y con el cómic La pesadilla
de Obi. En septiembre de 2017, tras regre-
sar a su país, fue detenido y encarcelado,
acusado de falsificación y blanqueo de ca-
pitales. Tras casi 6 meses en la cárcel, en
el juicio se desmontó esta acusación falsa y
Ramón Esono quedó en libertad en marzo
de 2018. Acaba de publicar “28-N Dimbo
Dimbo” en la revista Altaïr Magazine, y ulti-
ma su primera novela gráfica.
Ekuatore Ginea (1977).  Ilustratzailea, blo-
garia eta komiki-marrazkilaria. Autodidak-
ta da, eta marrazteko grina bere herrialdea
gobernatzen duen diktadurari aurre egiteko
aktibismoarekin uztartzen du. Bere lan bat-
zuk nazioartean saritu dira, besteak beste:
Regarde 9, Angulemako Nazioarteko Ko-
miki Jaialdian (Frantzia, 2006);  Cocobulles
(Boli Kosta, 2006) eta Africa e Mediterra-
neo (Bolonia, 2007). Erakusketak egin ditu
Malaboko eta Batako kultur zentro frantziar
eta espainiarretan, Feshcary zentroan (Ka-
merun), ARCOn (Madril), Afrikako Batasuna
elkartean (Addis Abeba), Museo del Barron
(Paraguai), Sub Rosa galerian (AEB) eta Ku-
ritibako Arte Garaikideko Bienalean (Brasil).
Ekuatore Gineatik 2011n alde egin zuene-
tik, Las Locuras de Jamón y Queso blogean
gehiago aritu zen, blogari-kritikari gisa, eta
La pesadilla de Obi komikian lanean. 2017ko
irailean, sorterrira itzuli ostean, atxilotu eta
espetxeratu zuten, faltsifikazioak egin eta
kapitalak zuritu izanaz akusatuta. Kartzelan
ia 6 hilabete eman ostean, epaiketan aku-
sazio faltsu hori desegin eta Ramón Eso-
no aske geratu zen 2018ko martxoan. 28 N
Dimbo Dimbo argitaratu berri du Altaïr Ma-
gazine aldizkarian, eta bere lehen eleberri
grafikoa amaitzen ari da.
SABERSE UN LOCO / PERE ORTÍN
A quien lea esto…
Esta no es una semblanza convencional. Tampoco es un retrato frío, distante y racional que pretenda
analizar “objetivamente” el desempeño profesional y artístico del protagonista de esta historia. Al que
escribe le une una relación personal con el retratado, y, por si esto fuera poco, esa relación está muy
contaminada por la palabra amistad.
Queda usted avisado… 
S iempre lo olvidamos. De niños y mucho
antes que a escribir, los seres humanos
aprendemos a dibujar. Dibujar con el espí-
ritu de un niño es lo que ha hecho Ramón
Esono toda su vida. Esa acción, tan sencilla y
primitiva como importante, le llevó a la cár-
cel durante casi 6 meses en los que el artista
ecuatoguineano tuvo que vivir en una infec-
ta celda de una cárcel infecta, Black Beach,
en su ciudad, Malabo, la capital de Guinea
Ecuatorial.
En esos meses de prisión, comió sardi-
nas de lata entre la mugre, respiró el humo
de las cocinillas de petróleo; jugó al fútbol
con el Deportivo Dimbo Dimbo, y castigó
su hígado con ese brebaje llamado kong, un
aguardiente de tal octanaje que podría ha-
cer funcionar el motor de un tractor. Duran-
te esa saison en enfer, aprendió a convivir
con asesinos y violadores, notó como nunca
el cariño de sus hermanas, vio morir a un jo-
ven recluso por falta de atenciones médicas;
participó en un motín e hizo lo que mejor
sabe hacer: dibujar.
No es el primero, ni por desgracia será el
último opositor ecuatoguineano que pade-
ce la venganza y la sinrazón de una acusa-
ción falsa en un país donde las esquinas es-
cuchan, donde todo el mundo opina, pero
nadie sabe. Un país en el que la comisaría
central de policía es conocida popularmente
como “Guantánamo”, y en el que las autori-
dades siempre están dispuestas a ejercer la
función ejemplificadora del escarmiento.
A Ramón Esono le duele Guinea Ecua-
torial, una pequeña república africana de
superficie poco menor a la de Galicia, que
—tras un lamentable periodo colonial espa-
ñol— lleva décadas padeciendo la cleptocra-
cia de uno de los regímenes más corruptos
del continente africano, que sólo sobrevive
por la connivencia interesada de gobiernos
de todo signo político de España, Francia
y EE.UU. A Ramón Esono le duele Guinea
Ecuatorial, un país gobernado por el dicta-
dor más longevo de África, Teodoro Obiang
Nguema, y su familia; un país que, si no fuera
real y no existiera en este planeta con no-
sotros, se podría decir que es una invención
surrealista.
El universo visual de Esono representa,
con sus virtudes y defectos, el compromi-
so y la determinación de un artista que ha
convertido su vida en una apuesta crítica
por la emancipación. Un dibujante que tra-
baja con visión global, pero sobre una sóli-
da base local, la materia prima de sus crea-
ciones, esas miserias cotidianas que definen
la vida en su país. Con la flexibilidad que
solo tiene el dibujo, nos muestra los efec-
tos y consecuencias de la degradación social,
económica y política que se vive en un pe-
queño país africano donde reina el “capita-
lismo gore”, y que es un ejemplo perfecto
de la “necropolítica” definida por el filósofo
camerunés Achille Mbembe.
 Como hijo de la posindependencia, Eso-
no denuncia en su trabajo el fracaso que
para su país (y otros en África) representan
gobiernos totalitarios que, sustentados en
los márgenes de las antiguas estructuras co-
loniales y de las nuevas redes económicas
neocoloniales, han arruinado las vidas de un
par de generaciones de guineanos (y africa-
nos), como describe el escritor congoleño
Alain Mabanckou.
Quizá porque Ramón Esono siempre
supo que algún día sus dibujos lo llevarían
a la cárcel, sus trazos, en ocasiones algo
toscos y descuidados, parecen concebidos
bajo el lema “¿Qué importa el futuro si hoy
es mañana?”. Esono es incapaz de conjugar
verbos en futuro: lo que dibuja hoy, en rea-
lidad lo dibuja mañana, que para él es hoy y
ayer, y también “de alguna manera mañana,
pero sin exagerar”. Eso diría ese escritor chi-
leno que él no ha leído, pero del que tanto
ha discutido con sus amigos intelectuales
orgánicos de meñique en alto.
Esono nunca ha negado los privilegios
con los que le tocó vivir por origen familiar,
por su procedencia, y por las relaciones per-
sonales que ha tenido y tiene, pero decidió
convertirse en un rebelde capaz incluso de
enfrentarse a una parte de su familia africana
para legitimar su arte crítico. Ramón supo,
de manera intuitiva y como diría Luis Bu-
ñuel, que “la imaginación nunca delinque”.
Aprendió bien temprano a rechazar cual-
quier forma de autoritarismo y, como lector
de la revista satírica que sale los miércoles,
El Jueves, también comprendió desde el ini-
cio de su carrera que “la crítica es un arte
de los límites”: ¿hasta dónde? ¿Cómo? ¿Has- del mundo. Ramón Esono es un creador que
ta cuándo? Puede que no le haya beneficia- se atreve a querer, a creer, a buscar; a pro-
do su reconocida tendencia a la hipérbole; y ducir indignación, asombro, asco, enfado…
puede que se haya equivocado en algunas algo.
ocasiones. Es posible que, incluso, haya he- Es conmovedor, memorable, auténtico y
rido sin motivo a más de un personaje cari- no admite término medio. Es un contradic-
caturizado, pero yo nunca he sabido ver en torio artista fronterizo; un dibujante serio que
su trabajo ni una mota de deshonestidad. se sabe un loco: inventó una mirada en un
A Ramón Esono no le gusta que le hablen país donde nadie quería ver, y con ella
con grandes palabras, eso no le va. Su revo- fundó una tradición inexistente.
lución tiene que ver con “hilvanar un nue- Lo imagino leyendo este texto y diciendo:
vo tiempo de lo vivible” —esa tan bonita —Strongman, tío. Yo sólo soy ateo, como
como compleja idea de la filósofa Marina Dios manda.
Garcés—. Ramón Esono es un tipo sencillo.
Complicado. Un cuerdo. Un loco.
Tras su particular “voyage au bout de la
nuit” en prisión, le he visto dibujadas en su
cara arrugas que no le conocía. Sigue tan fla-
co como siempre, y mantiene intacto todo
su entusiasmo. No ha perdido ese gesto
de pillo callejero que podría engañarte con
una sonrisa, sacar todas las monedas de tu
hucha sin que te dieras cuenta y, luego, in-
vitarte con ellas a una “tira” de cerveza en
cualquier barucho de mala muerte. Esono
nunca se encierra. Escucha el furor popular,
y pone mucha atención al ruido del mundo.
No considera los asuntos de una manera
demasiado fija porque es un panteísta inte-
lectual, un hedonista ético, que vive guiado
por el viento propio de su particular sentido
común.
Análisis ilustrados. Propuestas visuales des-
caradas. Dibujos de alto voltaje. Sexo, ciencia
ficción, en universos paralelos con mucha crí-
tica social. Arquitectos autoritarios y militares
despóticos unidos frente a la buena gente
ZORAMENAREN JABE / PERE ORTÍN
Irakurleari...
Hau ez da azalpen biografiko konbentzionala. Ez da, ezta ere, istorio honen protagonistaren bilakaera
profesional eta artistikoa objektibotasunez aztertu nahi duen urruneko erretratu hotz eta arrazionala.
Idazlea eta erretratatua harreman pertsonal batek lotzen ditu, eta hori gutxi balitz, “adiskidetasun” hitzak
asko kutsatu du harremana.
Bada, jakinaren gainean zaude...
B eti ahanzten zaigu. Txikitan, eta idazten
baino askoz lehenago, gizakiok marraz-
ten ikasten dugu. Haur baten espirituaz ma-
rraztu, horixe egin du Ramón Esonok bizit-
za osoan. Ekintza soil eta oinarrizko bezain
garrantzitsu horrek espetxera eraman zuen
artista ekuatoreginearra, eta ia 6 hilabe-
tez Black Beach kartzela nazkagarriko zie-
ga nazkagarri batean bizi behar izan zuen,
bere hirian, Malabon, Ekuatore Gineako hi-
riburuan.
Preso izan zen hilabeteetan lata-sardinak
jan zituen kraka artean, petroliozko su txikien
kea arnastu zuen, futbolean aritu zen Dimbo
Dimbo taldean, eta traktore baten motorra
martxan jartzeko adina oktanaje duen kong
delako pattarraz zigortu zuen gibela. Saison
en enfer horretan hiltzaile eta bortxatzailee-
kin elkarbizitzen ikasi zuen, inoiz ez bezalako
maitasuna sentitu zuen arreben partetik,
preso gazte bat arta medikoaren faltagatik
hiltzen ikusi zuen, matxinada batean parte
hartu zuen eta hobekien egiten duena egin
zuen: marraztu.
Halako herrialde batean non bazter guz-
tietan belarriak dauden, mundu guztiak irit-
zia ematen duen baina inork ez dakien ezer,
ez da akusazio faltsu baten mendekua eta bi-
degabekeria pairatzen dituen oposizio ekua-
toreginearraren lehen kidea izan, eta ez da
azkena izango. Hori, halako herrialde batean
non polizia-etxe nagusiari “Guantanamo”
esaten dioten, non agintariak beti dauden
eskarmentuaren funtzio eredugarria baliat-
zeko prest.
Ramón Esonori min ematen dio Ekuato-
re Gineak, Galizia baino pittin bat txikiagoa
den errepublika afrikar txikiak, zeinak, aldi
tamalgarri batez Espainiako kolonialismoa
jasan ostean, urteak eman baititu afrikar
kontinenteko erregimen ustelenetariko klep-
tokraziapean, Espainia, Frantzia eta AEBtako
edozein izaera politikoko gobernuen axo-
lagabekeria interesatua dela medio bizirik
dirauena. Ramón Esonori min ematen dio
Ekuatore Gineak, Teodoro Obiang Nguema
Afrikako diktadore zaharrenak eta haren fa-
miliak gobernatzen duten herrialdeak: be-
netakoa izan ez balitz eta planeta honetan
gurekin batera ez balego, asmakizun surrea-
listatzat jo genezakeena.
Esonoren ikusizko unibertsoak aditzera
ematen ditu, bertuteak eta akatsak barne,
bere bizimodua emantzipazioaren aldeko
apustu kritiko bihurtu duen artista baten
konpromisoa eta determinazioa. Ikuspegi
global batez baina tokiko oinarri sendo ba-
ten gainean jorratzen ditu bere sorkuntzen
lehengaiak, hots, bere sorterriko bizitza de-
finitzen duten eguneroko miseriak. Marraz-
kiak soilik duen malgutasunaz erakusten
digu “kapitalismo goreak” menderatzen
duen Afrikako herrialde txiki baten gain-
behera sozial, ekonomiko eta politikoaren
eraginak eta ondorioak, non Kamerungo
Achille Mbembe filosofoak definitutako
“nekropolitika” delakoa bete-betean islat-
zen baita.
Independentziaren osteko belaunaldikoa
izaki, Esonok bere lanetan salatzen du bere
herrialdean (eta Afrikako beste zenbaitetan)
gobernu totalitarioak porrotaren irudi dire-
la; izan ere, antzinako kolonia-egiturek eta
ekonomia-sare neokolonial berriek utzitako
aukerak baliatuta suntsitu dituzte ginearren
(eta afrikarren) belaunaldi pare baten bizit-
zak, Alain Mabanckou idazle kongoarrak
deskribatzen duen bezala.
Beharbada Ramón Esonok betidanik ja-
kin izan zuelako inoiz bere marrazkiek espe-
txera eramango zutela bere trazu batzuetan
zakar eta landugabeak “zer axola du etorki-
zunak gaur bihar bada?” lelopean sortuak
dirudite. Esono ez da aditzak etorkizunean
jokatzeko gai, berak gaur marrazten due-
na egiaz bihar marrazten duelako, harent-
zat gaurkoa atzokoa delako, eta baita ere
“biharkoa, nolabait, baina esajeratu gabe”;
halaxe esango luke berak irakurri ez baina
hatz txikia goratzen duten bere adiskide in-
telektual organikoekin hainbestetan hizpide
izan duen idazte txiletarrak.
Esonok ez ditu sekula ukatu familia, ja-
torria eta iraganeko zein gaurko harreman
pertsonalak direla medio bizitzan egokitu
zaizkion pribilegioak, baina erreboltari bi-
hurtzea erabaki zuen, eta gai izan zen, are,
bere familia afrikarreko parte bati aurka egi-
teko, bere arte kritikoa legitimatze aldera.
Ramónek intuizioz jakin zuen, Luis Buñuelek
esanen zuen bezala, “irudimenak ez duela
sekula deliturik egiten”. Txiki-txikitatik ikasi
zuen edozein autoritarismo-forma gaitzes-
ten, eta asteazkenetan argitaratzen den El diko unibertso paraleloetan. Arkitekto au-
Jueves aldizkari satirikoaren irakurle izaki, toritarioak eta militar despotikoak elkarre-
bere ibilbidearen hasiera-hasieratik ulertu kin, munduko pertsona zintzoen aurrean.
zuen “kritika mugen artea dela”: noraino?; Ramón Esono sortzaile bat da, ausartzen
nola?; noiz arte? Agian hiperbolerako duen dena maitatzen, sinesten, bilatzen, sumina,
joera ezagunak ez dio mesederik egin, eta harridura, nazka, haserrea... zerbait pizten.
baliteke hainbatetan erratu izana. Baliteke, Hunkigarria da, gogoangarria, autenti-
are, karikaturizatutako pertsonaia bat edo koa, eta ez du erdibidekorik onartzen. Mu-
beste arrazoirik gabe mindu izana, baina gako artista da, kontraesankorra; zoramena-
nik ez dut sekula zintzotasun-eza izpirik ren jabe den marrazkilari serioa: begirada
ikusi bere lanean. bat asmatu zuen inork ikusi nahi ez zuen
Ramón Esonoåk ez du gustuko hari han- herrialde batean, eta begirada horrekin
diustez mintzatzea, ez zaio gustatzen. Bere existitzen ez zen tradizioa mamitu zuen.
iraultza gehiago lotzen zaio Marina Garcés Testu hau irakurtzen imajinatzen dut,
filosofoaren “bizi daitekeen garai berria jos- zera esaten:
teko” ideia eder bezain konplexuari. Ramón —Aizu, Strongman. Ateoa besterik ez
Esono tipo apala da. Konplexua. Zuhurra. naiz, Jainkoak agintzen duen bezala.
Zoroa.
Kartzelan egindako “voyage au bout de
la nuit” bereziaren ostean, ezagutzen ez ni-
zkion zimurrak ikusi dizkiot aurpegian mar-
gotuta. Beti bezain argal dago orain ere, eta
oso-osorik gorde du bere gogo bizia. Ez du
kalezalearen keinu bihurria galdu, irribarre
batez limurtu eta itsulapikoko txanpon guz-
tiak oharkabean atera ditzazun lor dezakeen
harena; gero txanpon horiekin “kaña” bate-
ra gonbidatuko zaitu, edozein tabernatzar
kaskarretan. Esono ez da inoiz ixten. Herria-
ren sumina entzuten du, eta arreta handia
jartzen dio munduko zaratari. Ez die kontuei
modu finkoegian heltzen, panteista intele-
ktuala baita, hedonista etikoa, bere sen on
bereziaren haize propioak nora, hara doana.
Analisi ilustratuak. Ikusizko proposamen
lotsagabeak. Tentsio handiko marrazkiak.
Sexua eta zientzia-fikzioa, kritika sozial han-
SIN TÍTULO / ELVIRA DYANGANI OSE
Rcasecuerdo que no hace tanto reflexionaba
acerca de cómo ciertas fórmulas artísti-
tenían la capacidad de ser vorazmente
críticas y, al tiempo, podían pasar totalmen-
te desapercibidas por aquellos poderes a
los que criticaban. Dichos formatos abun-
daban en lo popular, reflexionaban sobre lo
habitual y repetitivo que parecía escapar a
las crónicas historiográficas. Tenían la capa-
cidad de representar la cotidianidad de un
modo tan determinante y explícito que pare-
cían insistir en que lo espectacular, la histo-
ria oficial —y los poderes que la escribían—,
tenía lugar, allí... lejos, en un mundo imagi-
nario al que estas prácticas nunca llegarían
a desarticular, incluso cuando añadían una
profunda complejidad a su representación.
El espacio estético de esas narrativas ex-
humaba un necesario sentido de lo ético y
ellas asumían la responsabilidad de agente
social, aun cuando no hubiesen imaginado
tener ese rol a priori.
Ese décalage entre lo imaginado y lo real,
entre el lugar del arte y su repercusión so-
cial, entre el mundanal día a día y lo espec-
tacular de un evento histórico, se mezclaron
como el color en la paleta de un pintor el día
que Ramón Esono Ebalé entró en la cárcel
de Black Beach en Malabo, la capital de Gui-
nea Ecuatorial. Pero no es mi intención aquí
relatar dichos hechos —eso queda para el
que será sin duda uno de los cómics más
difíciles de su trayectoria—, mi intención es
la de reflexionar sobre la importancia de la
obra de Esono Ebalé y la oportunidad que
nos ofrece su trabajo de observar la crude-
za de lo real de un modo sarcástico e iluso-
rio, pero también innegable y definitivo. Ese
décalage es, en cierto modo, una inevitable
traza de lo colonial en el presente, la huella
que dividía la ciudad nativa de la del colono,
que diría el teórico Franz Fanon. La certeza
de que la repetición de ciertos patrones —
categorías binarias de estándares de domi-
nación colonial— y el ejercicio de sus pode-
res sobre la narración y la constitución de la
historia siguen aún vigentes.
Como ocurre con muchos artistas afri-
canos contemporáneos, la obra de Esono
Ebalé se enmarca en el contexto de una re-
flexión poscolonial, en el preámbulo de un
afro-futurismo aún imaginable, que utiliza
la realidad y las circunstancias que la deter-
minan como generador de su poética. Su
papel es el de agente social, el de activista,
hace las veces de bibliotecario, de griot, de
cronista. Es el narrador de lo colectivo. De-
cía el poeta Leopold Sédar Senghor, primer
presidente de la nación estado senegalesa
y uno de los fundadores de la Negritude,
que el arte africano moderno era filosofía.
Un verdadero modo de conocimiento, cuyo
ejercicio no pertenecía al artista de modo in-
dividual, sino que a través de su trabajo se
reflejaban los anhelos de otros; que su obra,
la creación de “formas significativas” era
en parte el fruto de compromiso del artis- ción de la historia, fue lo que dio la fuerza a
ta consigo mismo, con su grupo étnico, con Ramón Esono Ebalé para permanecer cré-
su geografía, con su historia.1 La clave aquí dulo ante lo que imagino fueron momentos
es que el artista —Esono Ebalé en nuestro de enorme desesperanza. Quiero pensar
caso— pese a estar conectado a una “me- que fue la certeza de vivir en una encruci-
tafísica inconsciente y colectiva” no siente jada colectiva, sabedor de compartir la lo-
que tenga que responder a dicha “ontología cura como causa común, lo que le confirió
como fuerza generadora de su práctica.” 2 Si la fuerza para seguir siendo el narrador de
asume dicha responsabilidad es por su de- héroes cotidianos imposibles, para ser él el
seo individual de conectar con esa y otras protagonista de una hazaña épica inimagi-
realidades de un modo libre, aceptando nable. Pero como decía antes, eso es parte
que solo en lo colectivo reside la capacidad de otra historia que no me toca a mí relatar.
del arte como agente del cambio social, que
es en síntesis una manifestación colectiva,
“hecho para todos con la participación de
todos.” 3 Porque pese a limitarse a los tra-
zos de sus rotuladores, a los confines de
las medidas de un papel, la producción de
Esono Ebalé es abierta, libre, inclusiva. Y, de
algún modo, como Senghor solía decir, jun-
to a él y otros tantos artistas profesionales
uno encontraba a otros agentes, esto es, “la
multitud anónima que canta, baila, esculpe
y pinta.” 4
Que el artista no tenía que enfrentarse a la
realidad solo. Que la encrucijada no era solo
suya, ésta era una encrucijada colectiva. Así,
pese a ser él el inventor único de su trabajo,
la autoría pertenecía también a la comunidad
que de algún modo también la producía.5 1
Senghor, “L’esthétique négro-africaine”, p. 207
Quiero pensar que la convicción de dicha 2
Esto en contraste al artista tradicional que casi siempre
colectividad, que los esfuerzos de una multi- se veía forzado a repetir ciertos patrones, estilos y tra-
tud que coreaba su nombre y la importancia diciones.
fundamental de su trabajo en la distancia, 3
Senghor, “L’esthétique négro-africaine”, p. 207, citado
que insistían en su inocencia y demandaban en Bachir Diagne, Art as philosophy, 127
4
la desarticulación de la manipulación de los Íbid
poderes que se empeñan en definir la narra- 5
Bachir Diagne, African Art as Philosophy, p. 199
IZENBURURIK GABE / ELVIRA DYANGANI OSE
G ogoratzen naiz duela ez asko gogoeta
egiten aritu nintzela pentsatuta zen-
bait formula artistikok badutela gaitasuna
biziki kritiko izateko eta, aldi berean, era-
bat oharkabean ere pasa daitezkeela kri-
tikatzen dituzten botere horien aurrean.
Formatu horiek ohikoak ziren adierazpen
herrikoietan, eta gogoeta egiten zuten kro-
nika historiografikoei ihes egiteak ohiko eta
errepikakor ematen zuela. Gaitasuna zuten
egunerokotasuna halako modu erabakiga-
rri eta esplizituan irudikatzeko non ematen
baitzuen temati esaten zutela gauza ikus-
garriak, historia ofiziala —eta hori idazten
zuten botereak— gertatzen zirela bertan...
urrun, praktika hauek sekula deseginen ez
duen irudimenezko mundu batean, ezta
are irudikapenenari konplexutasun sakona
eransten ziotenean. Narratiba horien espa-
zio estetikoak etikaren zentzu beharrezko
bat ekartzen zuten gogora, eta giza agen-
tearen ardura hartzen zuten beren gain a
priori rol hori beteko zutela imajinatuko ez
bazuten ere.
Irudimenezkoaren eta errealitatearen ar-
teko decalage hori, artearen lekuaren eta
horren oihartzun sozialaren artekoa, egu-
nerokotasun mundutarraren eta gertakari
historiko baten ikusgarritasunaren artekoa,
kolorea pintorearen paletan nola, bada,
horrela nahastu ziren Ramón Esono Ebale
Malaboko Black Beach kartzelan, Ekuato-
re Gineako hiriburuan, sartu zen egunean.
Baina ez da nire asmoa hemen gertakari
horiek kontatzea —hori bere ibilbideko ko-
miki zailenetako bat izanen den horretarako
geratzen da—, nire asmoa da Esano Eba-
leren obraren garrantziari buruzko gogoeta
egitea, bai eta haren lanak ematen digun
aukeraren ingurukoa errealitatearen gor-
dintasuna ikusteko modu sarkastiko eta iru-
dimenezkoan eta, aldi berean, ukaezin eta
erabatekoan. Decalage hori, neurri batean,
zera kolonialaren traza saihestezina da gure
orainean, hiri natiboa eta kolonoena berei-
zten zituen lorratza, Franz Fanon teorikoak
esanen lukeen bezala. Ziurtasuna esateko
zenbait eredu —menderatze kolonialaren
standarden kategoria bitarrak— errepikat-
zeak eta horren boterea narrazioaren eta
historiaren sorreraren gainean indarrean
daudela gaur egun ere.
Afrikako artista garaikide askorekin ger-
tatzen den bezala, Esono Ebaleren obra
gogoeta postkolonial baten testuinguruan
txertatzen da, oraindik imajinatzekoa den
afro-etorkizun baten atarikoan, errealitatea
eta hori determinatzen dituzten egoerak
erabiltzen dituena bere poetika sorrarazte-
ko. Haren eginkizuna gizarte egilearena da,
aktibistarena, eta batzuetan liburuzainare-
na, griotena, kronikagilearena. Kolektibita-
tearen narratzailea da. Leopold Sedar Sen-
ghor poetak, Senegaleko estatu-nazioko
lehenengo presidentea eta Negritude-ren
sortzaileetako batek, Afrikako arte moder-
noa filosofia zela zioen. Ezagutzarako bene-
tako modu bat da, eta hura gauzatzea ez da
artistarena modu indibidualean; aldiz, bere
lanaren bitartez islatzen ziren beste batzuen
grinak, eta haren obra, “forma adierazga-
rriak” sortzea, neurri batean artistak bere
buruarekin, bere talde etnikoarekin, geo-
grafiarekin eta historiarekin zuen konpro-
misoaren ondorio ziren.1 Gakoa da, hemen,
artistak —Esono Ebale gure kasuan—, “me-
tafisika inkonsziente eta kolektibo” batera
konektatuta egon arren, ez duela sentitzen
erantzun behar dionik “ontologia horri, bere
praktikaren indar sortzaile gisa.” 2 Ardura
hori hartzen du errealitate horrekin eta bes-
te batzuekin konektatzeko nahi indibiduala
duelako, modu librean, onartuta bakarrik
gauza kolektiboetan dagoela artearen gai-
tasuna gizarte eraldaketa eragiteko, eta
hori azkenean adierazpen kolektibo bat da,
“guztiontzat egindakoa, guztion parte-hart-
zearekin.” 3 Zeren, bere errotulagailuen traza
hutsetara, paper baten neurrien zedarrieta-
ra mugatu arren, Esono Ebaleren ekoizpena
irekia, librea eta inklusiboa da. Eta, nolabait,
Senghor-ek esaten ohi zuen bezala, harekin
eta beste artista profesional batzuekin ba-
tera beste agente batzuk aurkitzen zituzten,
hau da, “kantatu, dantzatu, zizelkatu eta
pintatzen duen jendetza anonimoa.” 4
Artistak ez ziola bakarrik aurre egin be-
har errealitateari. Bidegurutzea ez zela be-
rea bakarrik, bidegurutze kolektiboa zela.
Horrela, bera izan arren bere lanaren as-
matzaile bakarra, egiletza komunitatearena
ere bazen, modu batean edo bestean ere
ekoizten baitzuen.5
Pentsatu nahi dut kolektibotasun horren
ziurtasuna, haren izena batera errepikatzen
zuen jendetzaren ahaleginak eta distantzian
egindako lanaren funtsezko garrantzia, erru-
gabetasuna behin eta berriz aipatzen zute-
nak eta historiaren kontakizuna zedarritzen
tematzen den botereen manipulazioaren
desegiteak izan zirela Ramón Esono Ebaleri
indarra eman ziotenak imajinatu dezakeda-
nez etsipen handiko uneak izan ziren horien
aurrean sineskor mantentzeko. Pentsatu
nahi dut bidegurutze kolektibo batean bizi
zirela pentsatzeak, jakinda eromena elkar
hartuta partekatzen zela, indarra eman ziola
eguneroko heroi ezinezkoen narratzaile iza-
ten jarraitzeko, balentria epiko imajinaezina-
ren protagonista izateko. Baina lehen esa-
ten nuen bezala, hori beste historia baten
parte da, eta ez dagokit niri hori kontatzea.
1
Senghor, “L’esthétique négro-africaine”, 207. o.
2
Hori artista tradizionalaren aurreko kontraste gisa,
hori gehienetan patroi, estilo eta tradizio batzuk
errepikatu behar izaten baitzituen.
3
Senghor, “L’esthétique négro-africaine”, 207. o., he-
men aipatua:Bachir Diagne, Art as philosophy, 127. o.
4
Íbid
5
Bachir Diagne, African Art as Philosophy, 199. o.
 Votez... encore
et encore (2005)
A3 (297 x 420 mm)

Le Plan B (2006)
A3 (297 x 420 mm)
Le Reveil D’Ayoko (2007)
A3 (297 x 420 mm)

Sudán (2008)
A3 (297 x 420 mm)
Los asesinos de mi inteligencia (2008)
A3 (297 x 420 mm)
Tánger (2009)
A3 (297 x 420 mm)
El sueño CMYK de una prostituta (2009)
A2 (420 x 594 mm)
 El sueño CMYK de
una prostituta (2009)
A2 (420 x 594 mm)
 Etiopía. La Historia de África en 6 dibujos (2009)
A4 (210 x 297 mm)

El Gran Pasado La Colonización La Lucha por la Libertad

Trazando
Estados
 Serie Elo (2009)
A3 (297 x 420 mm)

Bebé Ángel Tortura 01 Tortura 02

Serie Elo (2009)
A3 (297 x 420 mm)

Volaremos Ricos y Pobres Huellas

Café con Rata Hombre Bombilla
Kalashnikov (2009)
1710 x 630 mm
Dictadores (2010)
A3 (297 x 420 mm)
Mar de Mierda (2010)
A3 (297 x 420 mm)
Mi Avatar (2010)
A3 (297 x 420 mm)
La muerte de un idiota (2010)
A3 (297 x 420 mm)
BOZALES Bozales (2010)
A5 (148 x 210 mm)
JAMÓN Y QUESO
DESDE EL ÚLTIMO
BALCÓN
GALERÍA MONOCROMO, ABRIL 2013

Caperucita y el Lobo (2013)

700 x 540 mm
El Viaje de Bube (2013)
490 x 535 mm

El Hombre de las Estrellas (2013)

530 x 890 mm
Guerrero Calabaza (2013)
440 x 1090 mm

Pop (2013)
430 x 820 mm
Retrato No Autorizado
de mis Padres (2013)
1000 x 1080 mm
DICTADURA
MUSEO DEL BARRO, 2014

Ángeles Bombilla (2013) El Baile de la Hormiguita (2013) Mosca (2013)

500 x 420 mm 500 x 420 mm 500 x 420 mm
218: CATALINA
EN EL PAÍS DE LAS
MARAVILLAS

S Guard (2017)
1610 x 1130 mm
Póster 218 ICPA (2017)
1170 x 810 mm
Póster 218 CCEJS (2017)
2300 x 770 mm
CARTONES
DESDE
#BLACKBEACH