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Agentes contaminantes

Las sustancias extrañas que provocan la contaminación atmosférica son agentes


gaseosos, líquidos y sólidos que se concentran en la atmósfera; sus potenciales
fuentes de origen son las siguientes:

1) Procesos industriales: a pesar de las medidas preventivas constituyen uno de los


principales focos contaminantes.

2) Combustiones domésticas e industriales: principalmente los combustibles sólidos


(carbón) que producen humos, polvo y dióxido de azufre.

3) Vehículos de motor: su densidad en las regiones muy urbanizadas determina una


elevada contaminación atmosférica (óxidos de carbono, plomo, óxidos de nitrógeno,
partículas sólidas). En Estados Unidos son los responsables de cerca de un 60% del
peso total de los contaminantes emitidos a la atmósfera, y en París de un 47% de la
contaminación atmosférica. La importancia de cada una de estas fuentes
contaminantes es función de la concentración de los agentes emitidos con intensidad
superior a la normal, y de las condiciones meteorológicas locales.

National Geographic Junio, 1999

Se han clasificado más de un centenar de sustancias contaminantes de la atmósfera.


Las más importantes son el dióxido de azufre, el dióxido de carbono, el monóxido de
carbono, los óxidos de nitrógeno, los compuestos orgánicos volátiles liberados tras una
combustión incompleta de los hidrocarburos líquidos (COV), el plomo, los fluoruros,
etc.
El dióxido de azufre es uno de los contaminantes habituales más representativos del
aire de nuestras ciudades. Procede de la combustión de carbones o de aceites
minerales utilizados en la producción de energía, en la industria y en la calefacción
doméstica, los que pueden llegar a contener azufre en una proporción de 5%. Al ser
quemados dichos combustibles, el azufre es liberado a la atmósfera en forma de
dióxido de azufre o gas sulfuroso (SO2).

National Geographic Agosto, 2000

El principal peligro que presenta el dióxido de azufre son las reacciones químicas, ya
que en presencia de humedad ambiental puede transformarse en trióxido de azufre
(SO3), originando aerosoles de ácido sulfúrico (H2SO4), estos aerosoles son
sumamente peligrosos en el fenómeno conocido con el nombre de "smog" (término
proveniente del inglés: "smoke", humo, y "fog", niebla)

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