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“Apreciación personal”.

Por Melisa Fazzino

-¿Qué lugar ocupa la salud mental en el SAMCo de Santo tomé?

- Pasillo, al fondo a la derecha…; ¿Te contesté la pregunta?

En el siguiente apartado comentaré aspectos que me han resonado y como está siendo mi paso en el corto periodo
transitado como estudiante de Psicología de UADER realizando sus prácticas profesionalizantes en el SAMCo ubicado en
la ciudad de santo Tomé.

La valoración personal que me llevo de las prácticas es muy positiva, ya que supera ampliamente mis expectativas y
ayudó en mi proceso de romper todos los prejuicios que poseo acerca del trabajo en la salud pública. Además del lugar,
los profesionales con los que nos toca trabajar nos acogieron muy bien, haciéndonos formar parte de su grupo en la
RISaM. También nos sentimos afortunadas con el equipo de profesionales de consultorio externo que nos han tocado
como tutores ya que siempre se empeñan en hacernos sentir cómodas y a la vez incluirnos en la mayor cantidad de
prácticas posibles para que nos desenvolvamos y vivenciemos lo que es trabajar como profesional de la salud en ese
ámbito. Cabe resaltar que tanto los residentes como los profesionales a cargo nuestro nos tratan y se referencian a
nosotras como Psicólogas y nos dan la libertad de poder intervenir como si ya fuéramos profesionales con los que
trabajaríamos interdisciplinariamente, lo cual me hace sentir muy bien y da posibilidad de poner a funcionar mi propia
autorización frente a cada situación.

Además de las buenas impresiones que me llevo de los profesionales en éste corto trayecto, me surgió pensar
cuestiones del SAMCo para tomar y analizar. Por ejemplo el poder abordar la distribución geográfica que presenta el
hospicio y la fractura que se pone en juego. Ésta distribución gira en torno a establecer los límites espaciales del lugar
donde habitan tanto profesionales como pacientes en busca de atención sanitaria. Dentro de éstos límites espaciales
funciona un interjuego entre el adentro y el afuera (pertenecer y no pertenecer). Y en este punto resulta relevante
mencionar que el SAMCo no cuenta con espacios geográficamente bien diferenciados a pesar de existir consultorios
externos, a cargo exclusivamente de los médicos de planta y un servicio de guardia en Salud Mental y de internación
donde trabajan los médicos residentes. Éstos espacios están separados por apenas unas puertas que se ubican en dos
pasillos que parten desde la recepción (uno hacia el lado izquierdo de la “sala de espera” /recepción donde se ubica
internación y el de consultorios externos hacia la derecha). El lugar destinado a los residentes de la RISaM , es decir, a la
salud mental queda supeditado al final de un pasillo alejado de todo el movimiento cotidiano.

Los médicos de planta cumplen con la atención de consultorios externos, servicio que resulta ser el núcleo del
hospicio. Sin embargo, una vez concluida la atención en consultorios externos, los médicos de planta, en líneas
generales, no retornan no solo al servicio a cumplir con el servicio de internación sino que tampoco regresan o le
dedican tiempo a realizar la enseñanza y acompañamiento a los médicos residentes de la RISaM

El efecto concomitante es que los médicos residentes, son los únicos que atienden el servicio de guardia en de salud
mental. Esto implica que éstos médicos, que quizás están atravesando su primera experiencia hospitalaria se debe hacer
cargo, muchas veces en soledad, del diagnóstico y tratamiento de un paciente urgenciado que llega a la guardia, y no
solo del paciente sino también de los familiares.

Este punto conlleva una gran carga de sufrimiento psíquico para ellos que dicen ser “largados a la trinchera” sin ayuda
de sus tutores profesionales encargados de sostenerlos. Los residentes manifiestan encontrarse solos ante situaciones
complicadas, sin un colega con quien poder hacer una interconsulta o especialistas para abordar una temática
en particular ante la urgencia.

De este modo, la distribución geográfica permite la instalación de una diferenciación que determina un espacio, el de
consultorios externos por un lado y de guardia por otro, en el que se ubica una posición de saber-poder que queda del
lado de los médicos de planta. Los médicos residentes, en este sentido, no tienen lugar, salvo la sala de residentes.
Éste pequeño lugar a la vez funciona como SUM del SAMCo (pudiendo ser echados si se necesita el lugar), lo cual ya
mencioné queda al final de un corredor, situada entre la cocina y la morgue. A éste pequeño lugar escondido lo utilizan
para “estar” o realizar las entrevistas realizadas a los urgenciados que llegan. A la hora de realizar dichas entrevistas o
contener al urgenciado y/o sus familiares, los profesionales no encuentran un lugar físico especial para dialogar sobre
ello u otras cuestiones movilizantes, no hay un lugar físico y cómodo que aloje estos sufrimientos.

Por comentarios de los residentes algunas veces las novedades, entrevistas rápidas son dadas en un pasillo, en un
espacio común donde constantemente circula gente sin contar con la privacidad que quizás requeriría dicho momento
en particular.

El haber tenido la experiencia de participar en el hospicio público y haber compartido experiencias y trabajo con el
grupo de residentes, me ha dado la oportunidad de pensar y re pensar mis prejuicios e imaginario acerca de la salud
pública y sus servicios, encontrando de gran riqueza la inserción y alojamiento profesional en esas prácticas.

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