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La Iglesia siempre fue herramienta de los poderosos para subyugar pueblos indefensos como lo
hicieron hace 500 años, hoy pretenden hacer con los pueblos nativos de la selva peruana el último
reducto para “evangelizar” América.
Previamente ver los siguientes videos:
https://www.youtube.com/watch?v=vweDR5pYJAE
https://www.youtube.com/watch?v=n1PYQ8a4Rgo
https://www.youtube.com/watch?v=V40OD8vieRk
https://www.youtube.com/watch?v=sVI-UlchIEs
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Ahora bien, el Tribunal considera que son cuatro las principales facultades que configuran el
contenido constitucional mínimo del derecho a la libertad religiosa:
1) la facultad de profesar aquella creencia o perspectiva religiosa que por voluntad propia escoja
cada persona;
2) la facultad de abstenerse de profesar cualquier tipo de creencia o perspectiva religiosa;
3) La facultad de poder cambiar de creencia o perspectiva religiosa; y
4) La facultad de hacer pública o de guardar reserva sobre la vinculación con una determinada
creencia o perspectiva religiosa.
A partir de este concepto es posible establecer cuándo estamos ante un caso en el cual una persona
sufre la violación de este derecho constitucional.
Por ejemplo, el Estado viola el derecho a la libertad religiosa cuando:
1) obliga a las personas a practicar una religión que no es la suya;
2) sanciona a las personas que manifiestan su agnosticismo o ateísmo;
3) sanciona a las personas que abandonan la confesión mayoritaria para practicar otra; y
4) obliga a las personas a jurar públicamente (directa o indirectamente) en nombre de una religión
que no profesan.
Como podemos apreciar, es cierto que todos los peruanos somos titulares del derecho a la libertad
religiosa, y por ende, gozamos de la garantía para ejercerlo de manera autónoma e independiente,
libres de toda coacción o persecución.
Sin embargo, no es menos cierto que en la vida diaria suelen presentarse casos en los cuales el
respeto por este derecho constitucional queda en entredicho, es más, supuestos en donde el propio
Estado es el que viola o amenaza flagrantemente esta libertad como en esta oportunidad
aprovechando la venida del Papa al Perú.
Los peruanos esperamos “milagros” para resolver nuestros problemas: que la selección de futbol
llegue al mundial, las torpezas en el manejo del gobierno por parte de PPK, las incongruencias por
decir lo menos de los congresistas, los efectos de avalanchas de huaycos que azotan viviendas,
caminos y sembríos en época de lluvias, esperan “milagros”. La venida del Papa “santificara” la
puesta en libertad al criminal japonés indultado entre gallos y medianoche por el inmoral e
incompetente PPK. Es aquí, cuando la religión toma fuerza, o utilizada como parte del psicosocial,
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¿se acuerdan cuando la virgen lloraba?, publicidad hecha en los diarios chicha en los tiempos del
indultado Fujimori, justamente en estas circunstancias la religión se transforma en el opio del pueblo,
la droga que adormece su razonamiento, les impide entender su entorno y su realidad. A los peruanos
nos da igual los curas, obispos, cardenales y el mismo Papa, toda esa parafernalia de mentiras y
algunas que son falsedades enormes más grandes que la misma catedral, no necesitamos. Los
peruanos como ciudadanos, solo necesitamos el sentido de responsabilidad.
La facultad exclusiva del hombre es hacer historia, forjar su destino; entonces, es obligación del
peruano de estos tiempos, saber de dónde se viene, para estar seguro a dónde se va. Nosotros, los
descendientes de los Incas, Los forjadores de la eternidad, no solo, tenemos el derecho de saber de
dónde venimos y a dónde vamos, sino, a forjar nuestro propio destino, aquello que se nos arrebató
desde hace más de quinientos años con la invasión del Tahuantinsuyo por los ibéricos. Pero para
desentrañar aquel maquillaje, necesariamente tenemos que acudir a la historiografía hispana, la
historia contada por los vencedores, farsa que empezó un dieciséis de noviembre de 1532 y en la
hoy ciudad de Cajamarca, fecha aciaga en que se consumó el primer genocidio español. Desde
entonces, a fuerza de las torturas del “santo oficio” y la “extirpación de idolatrías” nos convirtieron en
“cristianos” creyentes y desde luego católicos. Devastadas las poblaciones tawantinsuyanas,
descoyuntada el Estado Inca; los invasores iniciaron aquel proceso de esclavización indígena
utilizando la religión como herramienta, instituyendo la exacción física y embrutecimiento ideológico
como su medio de vida.
Hoy, la Iglesia católica entra al tercer milenio, cargando sobre sus espaldas no sólo los genocidios
del Medioevo; sino también; las ignominias de la santa Inquisición, la persecución a la ciencia y la
cultura, el genocidio en América y otras latitudes, escándalos sexuales, diatribas, envenenamiento,
colaboración en la Segunda guerra mundial a regímenes nazi- fascistas, fraudes económicos y
financieros que costó asesinato de Papas, en fin, pecados insolutos que ni el propio Dios, podrá
perdonarlos. El catolicismo, enfrenta el inicio de una fatal crisis histórica de su existencia y
lamentablemente al no reconocer que sus dogmas no se corresponden a la percepción humana del
siglo XXI, al catolicismo le queda dos caminos:
1) Afianzar convenios con el poder político con uñas y dientes y, mantener una educación
católica monástica y retrógrada para recuperar a los fieles o ampliarlos a través del miedo y
la satanización, dicho en una palabra, fundamentalismo, o
2) Esperar el inexorable desmoronamiento del rebaño.
Tiene razón el nuncio apostólico en México, monseñor Christophe Pierre, cuando dice que lo que le
preocupa a la Iglesia en estos tiempos no es por qué ha disminuido el número de católicos en el
mundo o que está haciendo mal, por lo cual muchos cristianos abandonan esa milenaria religión.
Lo verdaderamente trascendente está en “qué cambios ha sufrido el mundo en general que hoy el
ser humano ya no cree en los valores que durante siglos ha enarbolado la fe católica”. Y no es un
problema exclusivo de esta confesión religiosa. Muchas otras han sufrido una merma en el número
de fieles debido a la incredulidad que prevalece en estos tiempos y que ha vuelto al hombre más
racional, menos espiritual, sumido en un materialismo rampante y en medio de un relativismo no sólo
moral o ético, sino lo que es peor: filosófico; aquel que niega la existencia de verdades absolutas, ya
sea en el ámbito del conocimiento, de la propia moral o, incluso, de la metafísica.
Alguien llegó a decir que “el hombre es la medida de todas las cosas; de las que son, en cuanto que
son, y de las que no son, en cuanto que no son” (Protágoras).
Frente a esta corriente filosófica muy difundida en la cultura contemporánea, las religiones y —
particularmente la católica— han tenido que “batallar” y en estos tiempos donde los cambios ocurren
aceleradamente han sucedido hechos que, sin duda, incidirán en el futuro del pensamiento y las
formas de vida que escoja el hombre actual.
El hecho que el Papa tiene asignado un evento en Puerto Maldonado – Madre de Dios- Región
selvática peruana, no es casualidad ni obedece al Laudato, si fuera cierto ello, visitaría Conga de
Cajamarca o Cerro de Pasco. Desde el tiempo de los Incas, esta parte del territorio no fue anexo al
Tahuantinsuyo, tampoco lograron penetrar los ibéricos; en estos tiempos modernos, con la concesión
petrolera de extensas zonas, hábitat natural de las comunidades originarias, muchas de ellas aun no
contactadas; nuevamente el Estado en convenio con la Iglesia como en los tiempos de la barbarie
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colonial pretenden incorporarlos so pretexto de “cristianizarlos”, incluirlos como aportantes del fisco
peruano, para eso está previsto esa cita en Puerto Maldonado, convocarlos a la fuerza a las naciones
autóctonas de la selva peruana. Lejos está, mitigar la contaminación del ambiente y los ríos causado
por el derrame de petróleo en la única reserva verde del planeta.
Desde los tiempos de la Santa Inquisición, más tarde el Santo Oficio, hoy la Congregación para la
Doctrina de la Fe, gobernada por Benedicto XVI siendo el cardenal alemán Ratzinger. Ahora, tanto
cuando fue publicado, años atrás, como ahora, a punto de adentrarnos en la segunda década del
siglo XXI, como nos dice José Saramago, escritor ganador del Premio Nobel de Literatura en 1998,
quien no era católico. Sin embargo, es posible que haya sido uno de los hombres con más fe en la
humanidad de los últimos tiempos. El afirmaba “se ha matado efectivamente, en nombre de Dios,
mucho más que en nombre de cualquier cosa. Es decir, las religiones, todas ellas, no han
hecho nunca nada para acercarnos a los seres humanos. Al contrario, una religión es motivo
de división”,
Aquí comparto algunas reflexiones, temas recogidas en su libro de entrevistas “José Saramago en
sus palabras”:
Todo lo que existe, toda la percepción que tenemos de lo que existe esta en nuestra cabeza. Es decir,
a veces yo digo que el lugar de la trascendencia es la más inminente de todas las cosas, que es el
cerebro humano: aquí es donde esta Dios, aquí es donde está el diablo, donde está el mal, el bien,
la justicia, la injusticia. Todo está dentro de la cabeza. Entonces, quizás lo que esté ocurriendo con
nosotros sea una caminata lenta, muy lenta, llena de contradicciones, en dirección a la razón. Pero
no creo que hayamos llegado todavía.
Jorge Halperin, Conversaciones con Saramago. Reflexiones desde Lanzarote, Icaria,
Barcelona, 2002
La iglesia católica se ha confundido muchas veces – demasiadas veces – con una asociación de
criminales. Invento la Inquisición para vigilar el grado de fidelidad de las creencias cristianas, sobre
todo en su versión católica, y para organizar a partir de ahí un sistema represivo implacable, de una
crueldad absolutamente diabólica que niega cualquier derecho que la iglesia crea tener para interferir
en la vida de cada individuo. Y es que en el fondo es lo que la Iglesia quiere. No está preocupada por
mi alma o por la suya – ella misma tiene muchas dudas sobre la cuestión de si hay o no hay alma –
porque lo que quiere controlar es mi cuerpo y su cuerpo, para purificarse y, de este modo, a lo largo
de estos dos mil años, ha acumulado un interminable pasivo de muertos por distintas causas.
Joao Céu e Silva, Uma Longa Viagem com José Saramango, Porto Editor, Oporto,
2009
El único fundamento que tiene la Iglesia católica para mantenerse en pie y seguir adelante es
defender con unas uñas y dientes, con buenos y malos argumentos, o de cualquier manera posible,
la resurrección. Porque sin resurrección no hay Iglesia.
Joao Céu e Silva, Uma Longa Viagem com José Saramango, Porto Editor, Oporto,
2009
El portugués premio Nobel José Saramago sostuvo que "el Dios de la Biblia no es de fiar, es mala
persona y vengativo"
"En la Biblia hay incesto, carnicerías (...) es innegable.
"¿Por qué Dios acepta el sacrificio de Abel y rechaza el de Caín cuando ambos le presentan
sus ofrendas? Ahí se creó la envidia, Caín se sintió humillado".
"Dios y el demonio no están en el cielo ni en el infierno están en nuestra cabeza. Primero
creamos a Dios y luego nos esclavizamos a él",
«Los dioses deberían cargar con todos los crímenes cometidos en su nombre o por su causa».
El ser humano «es tan cruel como Dios», y le dio la vuelta a la frase canónica para asegurar:
«Nosotros hemos inventado a Dios a nuestra imagen y semejanza, y por eso Dios es tan cruel»,
Las críticas de Saramago a la Biblia disgustan a la Iglesia católica
Biblia "un libro terrible y sombrío" y un manual de "malas costumbres" que no debería estar al alcance
de los niños.
"Sin la biblia seríamos otras personas, seguramente mejores",
Dios es un "concepto" que intriga al literato y, a pesar de negar su existencia, reconoce que es un
tema que le atrae por el poder que ejerce sobre las personas.
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"La religión no sirve para aproximar a las personas, ¿para qué sirve?",
El autor se reconoce sorprendido por las historias de "incesto, violencia y demás horrores" que
contiene este libro sagrado, que en religiones como el protestantismo es un texto que se toma como
un modelo de comportamiento. "Es un manual de malas costumbres".
"Las religiones tienen el poder y los engañados somos nosotros",
Los papeles de la religión, la Iglesia y Dios aceptan una mirada crítica tanto en la obra como en el
pensamiento de José Saramago.
Saramago, acérrimo defensor de los derechos humanos, siempre consideró que había que ir más
allá de simples recomendaciones para la convivencia, diciendo que no podíamos conformarnos
con una lista de garantías individuales atrapadas en el papel.
Saramago nació un 16 de noviembre de 1922 en Portugal, ha publicado 17 novelas y numerosos
ensayos, artículos y cuentos desde que se editó su primera obra "Terra do pecado" en 1947. Falleció
a los 87 años el 18 de junio de 2010. A la Iglesia católica, no le gusta que «la saquen de su tranquilidad
milenaria y, cuando se le toca en las partes sensibles, como es hacer una interpretación de la Biblia,
inmediatamente salta», dijo el escritor. Y a unas horas de su muerte, L’Osservatore Romano, el
periódico de la ciudad del Vaticano, ya publicaba un artículo donde declaraba al escritor como
un indeseable para la comunidad religiosa.
Fuentes:
https://www.iclrs.org/content/blurb/files/Moises%20Arata%20Solis,%20Peru%20(Spanish).pdf
https://catholic-link.com/iglesia-catolica-apostolica-romana/
http://www.lanacion.com.ar/1472358-para-la-iglesia-hay-aspectos-positivos-y-negativos
https://www.elespectador.com/content/el-lado-negativo-de-la-religi%C3%B3n
https://www.escritores.org/biografias/225-jose-saramago
http://www.elresumen.com/autores/libros_de_jose_saramago.htm