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Córdoba, 08/08/14

LICENCIATURA EN PSICOPEDAGOGIA

METODOLOGIA DE LA INVESTIGACION

Alumno: Analía Garrahan

Comisión: 1
A partir de la lectura de los textos sugeridos por la cátedra, la intención del
siguiente escrito es intentar una aproximación a posibles respuestas frente a algunos
interrogantes como:

¿Qué implica para un estudiante universitario elegir el camino de la apropiación


del conocimiento y de la formación?
¿Cómo contribuyen a este proceso las prácticas de lectura y escritura
académica que el estudiante desarrolle?

Para ello nos parece importante analizar los diferentes modelos de enseñanza-
aprendizaje en el ámbito universitario propuestos en la actualidad, explicitando los
roles que desempeñan docentes y alumnos en cada modelo, y los objetivos que cada
modelo se propone.

Por otra parte no podemos dejar de mencionar y revalorizar la importancia que


asume “la escritura” como modo de reelaborar el conocimiento y poner en
funcionamiento los mecanismos implicados en todo aprendizaje” (Paula Carlino,
“Escribir, leer y aprender en la Universidad”).

Para este análisis nos interesó la propuesta en “Modulo de lectura y escritura


académica” de Lic. Miriam Abascal, de modelos donde la mirada está puesta en los
roles que cada integrante ocupa en el proceso educativo, y entonces aparece la
opción del docente como transmisor del conocimiento, poseedor del mismo y el
alumno como receptor de información, quien de acuerdo a este modelo toma apuntes,
lee, resume lo que se le enseña e incorpora esos conocimientos ya elaborados por
otros. Existe también un modelo que modifica estos roles, dándole protagonismo al
alumno, ya que como sugiere Biggs (1998) es necesario tener en cuenta la actividad
que el estudiante realiza en este proceso, leer, indagar, procesar, planificar, sintetizar,
escribir, etc., es decir participar de prácticas de pensamiento, con actividades
planteadas por los docentes, para que esto ocurra.

Por su parte en “Conocimiento y formación universitarios” la Lic. Andrea


Arnoletto plantea la necesidad de diferenciar el “conocimiento” sobre una temática en
particular, de la suma de informaciones sobre la misma, ya que citando a Elliot Eisner
nos recuerda que el ser humano tiene la capacidad para ir más allá de la información y
reformularla.. construir significados..
En el tema de la escritura, Paula Carlino en “Escribir, leer y aprender en la
universidad” plantea que las producciones escritas pueden solo abordar los textos
leídos y “transcribir los contenidos”, o pueden además considerar la intención de
comunicación efectiva con el lector o sea tener en cuenta el aspecto retórico. Para que
la escritura no sea un mero “decir”, será necesario que lo leído se reelabore,
transforme el conocimiento, apropiándolo y considerando a quien será receptor de
dicho escrito.

A partir del análisis de estos aspectos planteados como integrados a las


diferentes instancias de procesos de enseñanza-aprendizaje y en función de lo
interrogantes planteados al inicio, nos proponemos diferenciar el rol del estudiante en
el ámbito universitario actual.

Como se plantea a modo de introducción, la educación universitaria actual


mantiene el modelo de clases magistrales, donde el docente expone su saber y espera
que el estudiante auto gestione su propio aprendizaje, tomando apuntes, resumiendo,
ampliando sus lecturas y consultas, elaborando sus propios escritos, y en el mejor de
los casos incorporando los conocimientos ya procesados por otros.

Si bien no son los predominantes, existen también modelos que plantean un


trabajo conjunto en la reelaboración del conocimiento, un docente que propone
contenidos, pero también actividades para realizar en clases, donde con la guía de un
eje referencial (propuesto por el docente) se discutan los temas, se planteen
interrogantes y finalmente, el saber se construya de manera conjunta.

Y una forma interesante de trabajo conjunto es el planteado por Paula Carlino,


en su capítulo “La escritura en el nivel superior”, allí hace mención a “la potencialidad
de la escritura para incidir en el pensamiento” , como una forma de estructuración del
mismo que permite modificarlo, y por esto propone en sus clases “situaciones de
escrituras experimentadas”, donde los alumnos trabajan de manera conjunta con el
docente la elaboración de textos sobre los temas de estudios, donde se plasma y se
proyecta lo trabajado y analizado en clase y se supervisa de manera conjunta para
reconocer en el error o el acierto cómo se fue transformando el conocimiento. Y esto
es así porque al escribir necesitamos unir lo que sabemos con lo que estamos
aprendiendo y al hacerlo debemos poner en claro nuestro pensamiento y exponerlo a
la mirada del otro, del lector o sea con una intención comunicativa.

Como puede verse en esta modalidad se revaloriza la función de la escritura,


considerando que el proceso de alfabetización no culmina en los trayectos educativos
anteriores, ya que cada etapa requiere de una alfabetización específica, en este caso
hablaríamos de la alfabetización académica universitaria o superior, esto se traduciría
en ..”que habiendo diversidad de temas, clases de textos, propósitos, destinatarios,
etc….. plantean siempre a quien se inicia en ellos nuevos desafíos y exigen continuar
aprendiendo a leer y escribir” (Paula Carlino, Escribir, leer y pensar en la Universidad).
Pero para que esto ocurra es imprescindible que el docente genere los espacios de
aprendizaje posible, .. “dejemos escribir a los alumnos en clase para que realmente
practiquen y aprendan a hacerlo. No sólo aprenderán escritura…., aprenderán a
reflexionar, a desarrollar ideas, a compartir, a analizar la lengua” (Cassany, Decálogo
didáctico de la enseñanza de la composición).

Por otra parte es necesario considerar de qué se trata este ámbito universitario y
qué implica,… “el ingreso a la universidad implica un cambio en las mediaciones
institucionales…instituye nuevas mediaciones con el conocimiento” (Facundo Ortega -
2000). Cuando se piensa en profesionales universitarios se piensa en personas que
puedan asumir el compromiso con el aprendizaje, que se involucren con él, no ser
meros repetidores de conceptos, datos, que por sí solos no dicen nada, se requiere de
la reelaboración de los mismos utilizando las capacidades cognitivas para que se
produzca la apropiación del conocimiento.

A modo de conclusión nos parece de vital importancia que el alumno


universitario actual, sea parte activa en su propio proceso de aprendizaje, no solo
espectador o recitador del saber ajeno. Que asuma el compromiso de formar parte de
este trayecto como protagonista de su propia formación, que se involucre, que
demande se le brinden las oportunidades para emprender la tarea de aprender, de
poner en funcionamiento los mecanismos involucrados en el “aprendizaje”. Por otra
parte la universidad debe brindar la posibilidad de que el alumno participe en dicho
proceso, y en esto habría que analizar la necesidad de cambios institucionales donde
la mirada este puesta no solo en la información que se transmite (enciclopedismo),
sino en el proceso que implica el aprendizaje de la información.

Coincido en la importancia que la lectura y la escritura tienen en esta formación,


que como bien se menciona también es necesario continuar aprendiendo, (no se
alfabetiza de una vez y para siempre) pero me parece fundamental que se acompañe
al alumno en este imbricado proceso de producir discursos tanto escritos como orales,
que den cuenta de su aprendizaje, que se lo acompañe y se lo guie en los procesos de
investigación, para los cuales en pocas ocasiones se llega capacitado. No obstante
igual de importante es la disposición que el alumno tenga para aprender, ya que si no
existe el propio interés y la motivación, nada de lo demás podrá garantizar que se
produzca aprendizaje alguno. Cierto es que por una cuestión de idiosincrasia tal vez,
por arraigamiento cultural, por costumbre colectiva la postura del estudiante en general
y en casi todos los trayectos que atraviesa, es la de “evadir o pasar las instancias de
aprendizaje con el menor esfuerzo y compromiso posible… , en el decir de Facundo
Ortega, “el atajo no es entonces sólo ir más rápido es pasar por encima de todo
aquello que podría involucrarnos, ….” (2000). Pero es válido decir que el sistema
educativo permite y en muchos casos fomenta esta actitud. No se aprende en el nivel
medio porque los temas y modalidades de estudio no estimulan al estudiante y no les
interesa porque ya “van a estudiar lo que les interesa en la universidad”, pero tampoco
se aprende en la universidad porque la modalidad en muchos casos continua siendo la
misma y entonces se sigue postergando la posibilidad de involucrar e involucrarse con
el saber. Por todo lo expuesto sería importante que se produzcan cambios
institucionales que alienten la intervención activa del estudiante y su implicación en el
proceso académico que atraviesa y quien mejor que los mismos estudiantes actuales
para promover y generar que dichos cambios se originen.

Bibliografía:

Abascal, Miriam “Módulo de lectura y escritura académica”.

Arnoletto, Andrea “Conocimiento y formación universitarios”.

Carlino, Paula “Escribir, leer y aprender en la Universidad”.

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