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TERNERA STROGONOFF

La carne a la Strogonoff es una receta de origen ruso. Esto es lo único que


puede afirmarse sobre los orígenes de este plato, puesto que no se
conocen exactamente y son fuente de diversas historias.

Varias de ellas indican que fue una creación de uno de los cocineros del
aristócrata y general de la Rusia zarista Pavel Aleksandrevich
Stróganov. Pero, aun así, no se ponen de acuerdo en el motivo. Puede
ser que se creara especialmente para un concurso de cocina que se
celebró en San Petersburgo en 1890 y que ganó esta receta del jefe de
cocina francés del Conde Stróganov, motivo por el que se bautizó con
su nombre.

Entonces, ¿por qué Strogronoff en lugar de Stróganov? Posiblemente se


trata de una deformación debida a la adaptación francesa del nombre
ruso, motivada también por el cambio del alfabeto cirílico al latino.
Según parece el plato pasó en primera instancia por Alemania antes de
llegar a Francia.
La letra ‘v’, en alemán, se pronuncia como efe, por lo que al llegar a
tierras francesas ya tenía esa letra al final. Allí fue duplicada, como
sucedió con el apellido de los zares, los Romanov, que en buena parte
de Europa se conocían como Romanoff. Además, afrancesaron la
palabra convirtiéndola en aguda en lugar de esdrújula, así que acabó
convertida en Stroganoff o Strogonoff, como se encuentra hoy en día
en los libros de cocina y en las recetas que corren por la red.

El Strogonoff es una receta riquísima y super sencilla, que hace un tiempo os enseñamos a
preparar, como mandan los cánones, en este otro post:

Y es, a la vez, una preparación tremendamente versátil y que permite ser versionada y
adaptada a nuestras posibilidades, como vais a comprobar hoy. Porque en esta ocasión vamos
a versionar un poco la receta clásica para preparar una pasta con salsa Strogonoff,
consiguiendo un plato muy gustoso y tremendamente sencillo en apenas 30 minutos. Vamos
a ello.

Ingredientes

• Pasta (en este caso he usado mafalda corta), 450 g


• Carne de res (lo tradicional) o de cerdo, 700 g [solomillo, lomo, filete, caña]
• Setas variadas, unos 250 g
• Cebollas picadas, 3
• Dientes de ajos picados,6
• Nata para cocinar, 450 ml
• Harina, 3 c. sop.
• Mostaza Dijon, 3 cdta.
• Salsa de soja
• Hierbas provenzales [ tomillo, mejorana, orégano, romero, albahaca, hinojo, perifollo, estragón,
laurel, ajedrea, espliego (lavanda), etc. Al igual que el bouquet garní, cada quien lo adapta a su

región]

• Orégano
• Cebollino picado [colita de cebollita o cebolla cambray o tallo de cebolla fresco]
• Caldo de carne concentrado [Fondo oscuro o un desglase de res]
• Pimienta
• Agua
• Aceite de oliva v.e [en lo personal uso uno que tengo curado ajo, laurel, pimienta,
semilla de cilantro y laurel; aunque lleve yerbas provenzales la receta]
• Sal

Cómo hacer una pasta en salsa Strogonoff

01: Cortamos y marcamos la carne


El corte del solomillo Strogonoff para la receta tradicional se realiza, habitualmente, en tiras
largas y de cierta anchura. Sin embargo, en esta ocasión en la que la carne va a ser el tropiezo
como ingrediente de una pasta, es preferible cortar nuestra carne en trozos más menudos.
Cortamos el solomillo en dados pequeños o en tiras finas y salpimentamos generosamente.

Calentamos a fuego fuerte una sartén antiadherente, hasta que empiece a humear. Nuestra
intención es marcar y sellar la carne perfectamente, haciendo que coja color y que se agarre
un poco al fondo, pero sin que llegue a cocinarse del todo. Como hemos optado por cortarlo
en trozos pequeños, debemos de tener la precaución de que el sellado se produzca con el
fuego a toda pastilla y sea lo más breve posible.

Salteamos ligeramente los trozos de solomillo de a pocos, en un chorrito de aceite, para que
cojan color sin sobre cocerse y reservamos. Hacemos lo mismo con las sucesivas tandas,
hasta que tengamos todo el solomillo marcado.

02: Comenzamos a preparar el Strogonoff


En la misma sartén o cazuela en la que hemos marcado la carne, rehogamos el ajo y la
cebolla 10-12 minutos. El agua que irá soltando la verdura al cocinarse, hará que los jugos de
la carne agarrados al fondo de la sartén se suelten poco a poco y vayan a parar a la salsa.

A continuación, añadimos las setas, que hemos cortado también en dados pequeños o en
medias láminas. Salpimentamos y cocinamos 5-8 minutos más.

Pasado ese tiempo, añadimos una cucharada de harina y una cucharada de mostaza de Dijon
y cocinamos brevemente.

03: Añadimos la nata e incorporamos el solomillo

Añadimos entonces la nata y mezclamos bien hasta que comience a espesar. Añadimos
también el caldo de carne concentrado, el orégano, las hierbas provenzales y pimentamos
nuevamente.
La gracia de esta receta está especialmente en el papel de las especias y la mostaza, así que
no os cortéis en añadirle todo tipo de hierbas aromáticas y especias para darle el toque que
más os guste.

Cuando el Strogonoff haya tomado una consistencia más espesa y cremosa, añadimos un
poco de salsa de soja y el solomillo que hemos marcado previamente (con el jugo que haya
soltado) y mezclamos bien. Sacamos del fuego y reservamos.

04: Cocemos la pasta

Cocemos la pasta en abundante agua con sal. Removemos a conciencia los dos primeros
minutos, y proseguiremos la cocción hasta que esté al dente, evitando que el agua hierva
demasiado fuerte.

Yo he usado en esta ocasión un tipo de pasta llamado mafalda corta, pero podéis usar la pasta
que más os guste. Esta receta queda genial con todo tipo de pasta, ya sea corta o más
alargada.

O, incluso, podéis acompañar esta salsa con gnoccis, cous-cous, arroz blanco u otro tipo de
ingrediente que se os ocurra, esta preparación es un auténtico todo terreno.
Antes de retirar la pasta, rescatamos un poco del agua de la cocción para alargar la salsa si
fuera necesario. Escurrimos la pasta cuando esté a punto y la vertemos sobre nuestra salsa
Strogonoff.

05: Integramos todos los ingredientes y servimos

Mezclamos brevemente al fuego la pasta con el Strogonoff, para que se impregne bien de la
salsa. Añadimos un poco del agua de la cocción si vemos que nos ha quedado una salsa muy
espesa.

Servimos en una fuente o directamente en cada plato, pimentando generosamente y dándole


un toque de frescor con cebollino picado (o perejil, verde de cebolleta, etc.) por encima y un
hilo de un buen aceite virgen extra en crudo.

Resultado final

El resultado final es un plato de pasta distinto, con todo el sabor del Strogo noff proveniente
de la carne, el toque de las setas, la nata y las especias, pero a la vez muy amable en boca.
En este caso he usado solomillo de ternera para esta preparación, porque me sobraron unas
puntas estas Navidades, pero este plato es tan versátil que queda genial con prácticamente
cualquier carne.

Podéis usar, desde luego, un buen solomillo de cerdo, pero también caza, como lomo de
corzo, venado o jabalí, o también muslo de ave deshuesado o incluso pechuga de pollo en
tiras.

Y, por qué no, aprovechad cualquier resto de asado o de guiso de carne para haceros vuestra
salsa, añadidle la pasta y, voilà, ya tenéis la comida resuelta.

Debéis tener la precaución de guardar un poco del agua de la cocción porque la nata al
reducir puede que deje la salsa muy espesa, y para mezclar con la pasta es conveniente que
tenga una consistencia intermedia. De este modo la salsa empapará la pasta y no resbalará al
fondo de la fuente, pero tampoco hará de nuestra pasta Strogonoff una amalgama densa,
espesa y poco apetecible.

Un plato muy fácil, rápido y versátil para recuperar una de esas recetas que nunca deberían
de dejar de prepararse.
El solomillo Strogonoff es una de esas recetas que triunfaron y se hicieron tremendamente
populares hace ya unos lustros, pero que ahora se consideran demodé y, cuando se
encuentran en algún menú o carta, nos parecen sacadas de las de los hoteles en los años
noventa.

Si bien la cocina ha evolucionado, y con esa evolución es lógico que este tipo de
preparaciones dejen de tener tanto protagonismo, lo que no tiene sentido es subestimar este
tipo de preparaciones por ello. Y es que las preparaciones clásicas han llegado a serlo por es o
mismo, porque están tan buenas que, por mucho que se sucedan las modas y cambien los
conceptos gastronómicos, esos platos tan brutales y tan ricos permanecen ahí siempre, al
servicio de todos, aunque todo el mundo parezca darles la espalda.

Fuente: El Español Cocinillas

Adaptación by: Arquichef

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