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Las habilidades son perdurables, los conocimientos no (aunque deberían serlo). Esta
frase resume lo que muchos expertos educadores opinan sobre la formación de los
ingenieros, en especial. Es relativamente sencillo definir los conocimientos que debe
adquirir un ingeniero para desempeñarse exitosamente. Pero no es lo mismo definir
las habilidades. Algunas de ellas son las siguientes:
Se podría aumentar la lista con otras habilidades, pero la idea es mostrar algunas que
sirvan de ejemplo a lo que está proponiéndose. En cualquiera de estos casos no hay
soluciones definidas; es más, se ve claramente que falta un elemento clave para el
logro del éxito: la mayor parte del personal docente que disponemos no está
capacitado para llevar adelante ninguno de estos planes. Es necesario el concurso de
especialistas en diversas áreas para determinar cual sería el mejor mecanismo para
incorporar a los currículos de ingeniería unos objetivos distintos a los tradicionales. Sin
embargo, y a pesar de esta dificultad conceptual, la solución no está en quedarse
esperando a alguien que aparezca con la solución buscada; cada uno de nosotros,
con su experiencia y sentido común, debe empezar a trabajar en esta dirección, con
mecanismos, procedimientos, técnicas que prometan resultados esperanzadores en
este cambio de estrategia.
Por último, más no por ello menos importante está el aspecto humanístico que debe
caracterizar a todos los Ingenieros. Muchos creen que el ingeniero solamente debe
dedicarse a aspectos técnicos; se olvidan que es una parte de la sociedad y que
muchos de los problemas que deberá resolver tienen implicaciones sociales. Debe ser
una persona capaz de entender los problemas que surgen de la aplicación
indiscriminada de la tecnología; por ejemplo, desde el punto de vista técnico el trazado
de una carretera debería pasar por determinados parajes, pero las consecuencias
ambientales o culturales de tal diseño podrían afectar los intereses de algunas
comunidades. Hay valores enraizados en ciertas culturas que vienen de muchos
siglos atrás. Hay que tenerlos en cuenta a la hora de diseñar una solución a un
problema que los afecte. Las soluciones a los problemas de la sociedad deben
contemplar todos los aspectos; el ingeniero debe ser un intérprete de la sociedad. No
debe obrar a espaldas de ella. Las soluciones que da la ingeniería no son buenas o
malas en sí: solucionan o no solucionan el problema para el cual fueron diseñadas.
El Ingeniero debe ser una persona culta, capaz de intercambiar ideas con personas de
otras disciplinas; debe poder entender las implicaciones sociales que una solución
propuesta tenga. Por ello, en su formación deben incluirse cursos que amplíen su
visión del mundo y lo lleven más allá de los aspectos meramente técnicos.