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Este libro definitivo sobre DOMENICO SCARLATTI (1685-1757) es el resultado de una prolongada e inteligente investigacién, basada en fuentes inéditas y en el cuidadoso examen de los materiales disponibles, para ordenar los pasos biograficos y analizar la labor creadora del gran compositor del siglo Xvi. RALPH KIRKPA- TRICK reconstruye la vida del genial maestro del clavicémbalo sobre el trasfondo de su época, prestando especial atencién al tiquisimo periodo que coincide con su estancia en Espafia. El Cees oe cal Man Osa ern Nea TEI are] ME-LOLTLSIRe cat MeSSaio eae suministran las claves que permiten apreciar la importancia y el valor de sus contribuciones a la historia de la musica. Completan la obra —cuyo texto ha sido corregido y actualizado con nuevos materiales en la reedici6n de 1982— siete apéndices (la familia Scarlatti; documentos referentes a Domenico Scarlatti y a su descendencia; documentos sobte los instrumentos; la ornamenta- cién en Scarlatti; obras para teclado; musica vocal; obras miscel4- neas, dudosas y falseadas), una bibliografia, el catdlogo y la tabla de las sonatas, el arbol genealégico del mtsico y un indice analitico. Alianza Musica Esta edicién ha sido patrocinada por el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Musica —Ministerio de Cultura— ‘con motivo del Afio Europeo de la Miisica Ralph Kirkpatrick Domenico Scarlatti Versin espanola de Clara Janés y José Maria Martin Triana Alianza Editorial Titulo original: Domenico Scarlatti Copyright 1953 by Princeton University Press Copyright © renewed 1981 by Princeton University Press ‘Todos los derechos reservados © Ea. cast: Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1985 Calle Milén, 38, 28043 Madrid; teléf, 200 00 45 Fotocomposiciéa: EFCA, ISBN: 84-205-8524.0 Depésito legal: M. 39.018-1985 Impreso en: GREFOL, S. A., Pol. IT - La Fuensanta Méstoles (Madrid) Printed in Spain Indice general Nota... 1. Infancia y juventud: Napoles. Nacimiento. La familia Scarlatti. Los conservatorios. En- sefianza de Alessandro. Primer empleo de Domenico. Incertidumbre politica. Pri- mer viaje. Roma. Florencia y Ferdinando de Medici. Los instrumentos de Christo- fori, Primeras Operas de Domenico. Partida de Napoles. I, El aguilucho: La cana de Alessandro. Venecia. Méisica y mascaradas. Los conserva- torios. Gasparini. La Opera veneciana, Primera descripci6n de la interpretacién al clavicémbalo de Domenico. Roseingrave. Amistad con Haendel. ML, Patrimonio romano: Ja reina Cristina y su circulo. El cardenal Ottoboni. Pasquini. Corelli. Arcadia. Maria Casimira de Polonia, Capeci, Juvarra y las Operas de Dome- nico. sen ; WV, Iglesia y teatro: El Vaticano. La embajada portuguesa. Los teatros romanos y las dl- timas peras de Domenico. La emancipacién. El mitico viaje a Londres. La partida V. Bl patriarcado de Lishoa: Lisboa. Joao V. La capilla real. Maria Barbara. Don Antonio. Seixas. La muerte de Alessandro. El matrimonio de Domenico. Bodas reales Vi. La escena esparola: Sevilla. Felipe V e Isabel de Farnesio. Fernando y Maria Bar- bara. Aranjuez, La Granja, Bl Escorial, Madrid. Juvarra y el palacio real. Llegada de Farinelli, La Opera en Madrid. Scarlatti nombrado caballero. Essercizt per Gravi- cembalo. Retrato de Scarlatti, Muerte de Catalina Scarlatti. Muerte de Felipe V. VII. El reino de los melémanos: Ascenso de Fernando y Maria Barbara. Scarlatti y Fa- rinelli. Opera palatina, Las embargaciones de Aranjuez. Sonatas para clavicémbalo. Segundo matrimonio y familia de Scarlatti, El retrato de Amiconi. La nica carta que queda de Scarlaui. La capilla real. Soler. Fama de Scarlatti fuera de Espafa 4 15 29 39 55 8 s Indice general Presentimientos del final. Testamento y muerte de Scarlatti, Muertes de Maria Bar- bara y Fernando VI. El nuevo régimen y la marcha de Farinelli. La posteridad VIII. Sonatas reales: £1 manuscrito de la reina y otros manuscritos. Los aut6grafos per- didos. El nombre de sonata. La ordenacién de las sonatas. Cronologia de las so- natas. Obras tempranas, antecedentes del estilo para teclado de Scarlatti. Las pri- meras piezas. Las fugas. Las primeras sonatas. Los Essercizi. Bl periodo florido y las piezas faciles. El periodo medio. Las thtimas sonatas. a IX, El clavicémbalo de Scarlatti: Los instrumentos de Farinelli y de la reina. Conclu- siones sobre el clavicémbalo de Scarlatti. EI pianoforte primitivo, Masica para dr gano de Scarlatti. Interpretacién al clavicémbalo de Scarlatti. Técnica de teclado de Scarlatti. BI sonido del clavicémbalo circunscrito por el érgano, la guitarra y la Orquesta. Matices sonoros del clavicémbalo. Imitaciones de otros instrumentos. La influencia de la guitarra espafola. X. La armonia en Scarlatti: Solidez del estilo armnico de Scarlatti. Triadas basicas y anlisis del acorde de tres notas. Inversién y bajo fundamental. Otros elementos del vocabulario arménico, peculiaridades de los acordes de séptima. Movimientos cadenciales versus diatonicos en la armonia. Intensidades arménicas verticales. Pe- culiaridades esenciales del tratamiento scarlattiano: sustraccién y afiadido de vo- ces, trasposicién de voces, elipsis arménica, puntos de pedal reales y sobreenten- didos. Superposicion armonica. Contracciones y extensiones. «Correcciones» de Longo y las intenciones de Scarlatti. Temperamento igualado y sistema tonal. Re- glas de Soler para la modulacion, Modulacién temporal y estructural... XI. Anatomia de la sonata de Scarlatti: £1 organismo variado de la sonata de Scarlatti. Definicion. Identificacién y definicin de sus partes, el micleo. El inicio. La con- tinuacién. La transicién. El pre-nicleo. El postnticleo. La conclusion. La conclu- sin posterior. La conclusi6n final. La digresi6n. El reenunciado. Formas princi- pales. La sonata cerrada. La sonata abierta. Formas excepcionales. Estructura tonal ‘Tratamiento del material temético. Las tres tradiciones principales. Entramado de las fuerzas que dan forma a la sonata de Scarlatti. smn XII. La interpretaci6n de las sonatas de Scarlatti: Actitud del intérprete. El texto de Scar- laut. Registros y dinémica. Tempo y ritmo, Fraseo, articulacion € inflexi6n. El m- bito expresivo..... Mustraciones... Apéndices. 1. La familia Scarlani: Nota. sobre la familia Scarlatti. Arbol genealégico de los Scarlatti I. Documentos referentes a Domenico Scarlani y su descendencia en orden cronolo- gico.. I. Documentos sobre los instrumentos: Instrumentos del cardenal Otoboni. Inventa- rio de los instrumentos de la reina Maria Barbara. Disposiciones del testamento de Farinelli sobre musica e instrumentos. Indicaciones de registro de las piezas para érgano de Scarlatti 95. 117 147 175, 213 235 269 303 307 311 3" Indice general WV. La ornamentacién en Scarlatti: Fuentes de la informacién. La appoggiatura. La ap- poggiatura breve. La appoggiatura larga. El trino. El trino ligado. El trino con ter. minacién. La appoggiatura superior y el trino. La appoggiatura inferior y el trino. Los valores ritmicos y el trino. El trémolo. Los otros ornamentos no indicados por medio de signos. E] mordente, el grupeto, la carrerilla, la acciaccatura, los arpe giados. Afiadidos al texto de Scarlatti. Peculiaridades de la notacién ritmica.. V. Obras para teclado: Principales fuentes manuscritas. Notas sobre diversos manus- critos de importancia secundaria, Ediciones impresas en el siglo xvi de las sona- tas. Ediciones principales desde 1800 VI. Miisica vocal: Operas. Oratorios, serenatas y otras piezas ocasionales. Lista parcial de cantatas de cdmara y arias atribuidas a Domenico Scarlatti, Musica religiosa VIL Obras misceldineas, dudosas y falseadas: Obras miscelaneas atribuidas a Domeni: co Scarlatti. Obras para teclado falseadas. Obras vocales falseadas Bibliografia Nota sobre este catélogo . Casting de tas sonatas de Scarta aba de fvetespricpales en orden erono. ‘gico aproximado. i capa Tabla de sonatas ordenadas segiin la edicion de Longo. Arbol geneal6gico de Scarlatti Indice analitico 343 379 393 407 aul 420 422 446 449 455 Prefacio A pocos compositores de la categoria de Domenico Scarlatti ha desdefiado tanto la literatura escrita sobre musica. Cuando en 1940 me pidieron que escribiera un li bro sobre él, hacia ya mucho que era plenamente consciente de la insuficiencia de los textos de que se disponia, y de que carecia de los conocimientos necesarios fun. damentales para mi como intérprete de sus obras. Habia empezado ya a tomar no- tas sobre sus diversas composiciones siempre que tenia acceso a ellas, y en 1939 tuve la suerte de contar con una fugaz oportunidad, durante la cual pude echar un vistazo a los textos originales de las sonatas. Ignoraba, sin embargo, la magnitud de Ja labor que ocuparia gran parte de mi tiempo a lo largo de doce afios, tras haber aceptado, en 1941, el compromiso de estudiar su vida y obras. Me impuls6 a ello, en parte, el reto de rellenar un vacio que existia desde hacia mucho tiempo, aun- que tuvo mayor fuerza mi propia y acuciante necesidad de conocer y entender a fondo a Scarlatti. En 1941 empecé a trabajar. No crefa entonces que necesitaria acceder a deter- minados materiales de origen europeo. Concebi el libro como una mera recopila- cién y revision de los datos biograficos de los que ya se disponfa, aportando a su valor posible el del estudio e interpretacién de la misica por un experto clavicem- balista. Tras una labor preliminar de catalogaci6n y orientacién, unida a un estudio y evaluacién de todo lo que ya se habia escrito sobre Scarlatti, me di perfecta cuen- ta de la escasez de conocimientos biograficos reales sobre Domenico Scarlatti, In: pirado en parte por la obrita de Sitwell, comprendi que, dejando a un lado la mit sica, el tinico modo de trazar una imagen de Scarlatti como persona o de la natu raleza de su vida, era intentar un retrato en el cual la figura borrosa y casi invisible del personaje principal se evocara a través del entorno y de aquellos personajes que se sabe tuvieron que ver con él. Me proponia que tanto el entorno como los per- sonajes se viesen, en lo posible, con ojos del siglo xv, y se asentasen con solidez en unos cimientos invisibles de hechos escrupulosamente documentados. Movido por ese objetivo, pasé una gran parte del verano de 1943 estudiando los datos ge- nerales necesarios de la historia de Espafia, Portugal ¢ Italia, ¢ investigando toda la informacion biogréfica disponible, relativa a los personajes que habjan tenido que 8 10 Domenico Scarlati ver con Scarlatti, Diarios y memorias de la época, y tantos relatos de viajes de per- sonas que en el siglo xvi visitaron Italia, Portugal y Espafia como pude encontrar, me proporcionaron una gran cantidad de notas y fragmentos que copié. De todo ello en esta obra s6lo aparece plasmada una minima parte. Durante los afios siguientes, y dejando a un lado las frecuentes y largas inte- rrupciones motivadas por mi casi exclusiva labor de intérprete, dediqué parte de mi tiempo a la comprensién y organizacion de todos estos materiales, lo que se vio obstaculizado por mi minima experiencia en los terrenos hist6rico y literario. Sin embargo, durante el verano de 1946, hice el boceto de la parte biografica del libro, basandome en una cantidad sorprendentemente voluminosa de materiales (jaunque poquisimos sobre Scarlatti!) que habia logrado reunir en este pais sin recurrir a las fuentes curopeas. Mi regreso a Europa en 1947 supuso un drastico y decisivo cambio en la parte biografica del libro, no por lo que se refiere a las intenciones basicas, sino debido al nuimero ingente de material desconocido relativo a la vida de Scarlatti que pude reunir entonces de fuentes inéditas. Tuve ocasiOn de investigar en bibliotecas y ar- chivos de Londres, Paris, Roma, Napoles, Bolonia, Parma y Venecia, y aprovechar el verano que pasé en Italia. Mi decisién mis importante fue, sin embargo, visitar Es- paiia. Esto no s6lo dio pie a que consiguiera una inmensa pero insatisfactoria can- tidad de materiales nuevos, sino que transformé completamente mi actitud respecto a la musica de Scarlatti, A este momento se remonta la comprensién, por minima que sea, alcanzada por mi como intérprete de Scarlatti Mientras tanto, en 1943, habia iniciado un estudio cronolégico, que terminé en el verano de 1947, de todas las sonatas para clavicémbalo, concebido como base de Ja parte del libro dedicado a la miisica. El verano siguiente lo pasé en Roma entre- gado, casi exclusivamente, a rehacer la parte biogrifica de la obra y a estudiar los nuevos materiales biogrificos que habia conseguido en Italia y Espafia. En el otono de 1948, y gracias a una breve visita a Espafta y Portugal, consegui nuevos materia- les. El resto del afio lo pasé en hoteles y vagones de tren entre un concierto y otro, pegado a la maquina de escribir, labor que continué en mi casa en los ratos que podia robar a las practicas y ensayos, transcribiendo los documentos espafoles y por- tugueses, y redactando lo que con ilusién creia iba a ser el texto definitivo de la biografia de Scarlatti El verano de 1949 lo pasé en Roma luchando a brazo partido con problemas de redaccién y organizacin de la parte musical. Volvi a estudiar, y no por tltima vez, la coleccién integra, cronolégicamente ordenada, de las sonatas, completando m notas y aclarando mis ideas sobre el método y terminologia para plasmar por escri- to su cardcter fundamental y los principios basicos de sus estructuras formales y ar- ménicas. Llevé a cabo un esbozo de la parte musical, que si todavia existiese, seria una prueba de que el conocimiento de la musica y la comprensi6n de un intérprete no impiden que éste sea capaz de escribir alguna tonteria sorprendente. Se puso de manifiesto que la relacin entre la parte biografica y musical constituia un pro- blema evidente, y dudaba constantemente entre si debia unirlas o separarlas. Fue entonces cuando me di cuenta de que la explicaci6n literaria de piezas determin: das, llevada a cabo con un lenguaje poético © imaginativo, puede ser extremada mente peligrosa. Cada vez que he escrito algo sobre una obra, me he dado cuenta de que al hacerlo distorsiono © limito lo que, como intérprete, creo que es su con Prefacio u tenido, (Con frecuencia me he encontrado a mi mismo tocando un instrumento y luchando contra las indicaciones tendenciosas e incompletas escritas por mi mismo en las notas del programa.) El verano de 1950 también lo pasé en Roma y resolvi los problemas relativos a la parte musical, desechando casi todo el material escrito en 1949; entonces decidi mantener la separaci6n inicial entre biografia y estudio musical. Me di cuenta de que nunca lograria plasmar plenamente en el terreno literario el retrato de un com- positor, aunque tuviese mayor habilidad en este campo, y desease pasar una gran parte de mi vida puliéndolo y revisdndolo. Mediante la escritura s6lo podia explicar ciertos aspectos de la musica de Scarlatti y gracias a mi capacidad de misica podia dar unidad a todo el conjunto. Por este motivo considero que este libro no es, en realidad, un retrato de Si latti y su misica, a pesar del aspecto engafioso de su organizacién, sino sélo una serie de aportaciones para un retrato, retrato que solo puede completar la musica. Del mismo modo que la parte biogrifica intenta ofrecer un esbozo de la vida de Scarlatti por medio de los sitios en que vivid y los personajes que le rodearon, los datos informativos, los comentarios sobre la interpretaci6n, las explicaciones de as- pectos especiales sobre armonfa, forma ¢ interpretacidn, intentan esbozar algo que, por su misma naturaleza, siempre estaré tan ausente de las paginas impresas como, debido a su cardcter de accidentes histéricos, los efluvios directos de la persona de Scarlatti En cuanto a los materiales utilizados para escribir este libro, agradezco mucho la gentileza de las siguientes bibliotecas y el personal que esta a cargo de ellas: en New Haven, la Yale University Library, la Library of the Yale School of Music; en Was- hington, la Library of Congress; en Cambridge (EUA), la Harvard College Library; en Nueva York, la New York Public Library, la Frick Art Reference Library, la Hispanic Society; en Londres, el British Museum, la Library of the Royal College of Music; en Cambridge, el Fitzwilliam Museum; en Paris, la Bibliotheque Nationale; en Venecia, la Biblioteca Nazionale Marciana; en Parma, la Biblioteca Palatina; en Bolonia, la Bi- blioteca del Liceo Musicale; en Roma, la Biblioteca Apostélica Vaticana, el Archivio di S. Pietro, la Biblioteca Santa Cecilia, la Biblioteca Angelica; en Napoles, la Biblio- teca del Conservatorio di S. Pietro Maiella; en Madrid, la Biblioteca Nacional, el Ar- chivo Histérico Nacional, la Biblioteca de Palacio, el Archivo de Palacio, el Archivo de la Capilla Real, el Archivo Hist6rico de Protocolos, la Biblioteca Municipal, la He- meroteca, €l Museo Alba; en Lisboa, la Biblioteca Nacional, el Archivo da Torre do Tombo, Por la informacién valiosa y la ayuda que me prestaron en mis investigaciones estoy agradecido a mis antecesores, a S. Al Luciani, de Roma, quien hasta su muerte estuvo pendiente de mi labor con un interés y entrega constantes; y a Luise Bauer, de Munich, quien puso a mi disposicién todo el material inédito que poseia, con lo cual gran parte de lo que ella descubrié aparece impreso ahora por primera vez En mi labor preliminar, me ayudaron en Inglaterra Vere Pilkington, Frank Walker, Edward J. Dent; en Francia los sefiores Adhémar y Heugel; en Italia Virgilio Mortari, Ferruccio Vignanelli, el conde A. E. Safi, el padre Arnaldo Furlotti, Ennio Porrini, Doro Levi, Francesco Malipiero, el doctor Ulderico Rolandi, el Servizio Italiano Mi- crofilm, Douglas Allanbrook, y el departamento del agregado cultural de los Estados Unidos; en Espafa el duque de San Licar, Walter Starkie, Miss Margaret Cole, Miss 2 Domenico Scarlatti Leslie Frost, el marqués del Saltillo, Matilde Lopez Serrano, Federico Navarro Fran- co, José Subir4, Enrique Barrera y la familia Scarlatti, en especial Julio Scarlatti, Rosa y Luis Rallo; en Portugal Santiago Kastner y Mario de Sanpayo Ribeiro, quien me en- vid varias piezas vocales en portugués de Domenico y un retrato de Joao V; en Vie- na Beekman Cannon, y en los Estados Unidos demasiados amigos como para men- cionarlos. Por las ilustraciones de este volumen estoy en deuda en especial con Janos Scholz, quien me consiguié en Turin la serie completa de dibujos que Juvarra hizo para las 6peras de Domenico, y quien me permitié publicar el dibujo de Ghezzi de su colecci6n particular; a John Thacher, quien me trajo de Madrid un grabado de Amiconi que contiene un supuesto grabado de Scarlatti, a John Havemeyer que fo- tografié la casa de Scarlatti para mi, y a Emanuel Winternitz por sus fotografias de clavicémbalos italianos. Agnes Mongan, Paul Sachs, Edgar Wind, Sanchez Cantén, Hyatt Mayor, Albert M. Friend y Edward CroftMurray, me dieron consejos muy va- liosos sobre las ilustraciones. Carleton Sprague Smith, que fue la primera persona que me sugirié que escri- biese este libro, me prest6 una ayuda valiosa, en especial en lo relativo en la parte hist6rica de esta obra, asi como Manfred Bukofzer, Leo Schrade, Oliver Strunk, Art- hur Mendel y Eva J. O'Meara, que desinteresadamente me ayudaron con sus obser- vaciones sobre las diversas partes del libro a medida que éste cobraba forma. Por sus observaciones tajantes en especial sobre los capitulos biograficos, estoy muy reconocido a Miss O'Meara, John Bryson, Day Thorpe, Thorton Wilder, y mu- chos otros amigos, pero principalmente a Beecher Hogan, quien pasé muchas ho- ras analizando y corrigiendo detalladamente ocho capitulos; y a Nathan Hale, cuyos agudos comentarios ejercieron en mi una gran influencia Manfred Bukofzer, Roger Sessions, Darius Milhaud, Erich ltor Kahn, Quincy Por- ter y Paul Hindemith me brindaron sus observaciones y explicaciones sobre los ca- pitulos musicales, en especial el relativo a la armonia de Scarlatti o elementos de ésta. El capitulo sobre la interpretacién refleja de manera marcada la influencia y las ideas de Diran Alexanian, miisico del que he aprendido mas que de ningtin otro. Durante los ultimos diez afos he gozado con frecuencia tanto de una hospitali- dad tan alentadora y ttil como de muchas aportaciones directas hechas a mi obra A menudo recibi ambas cosas. A este respecto son en especial inolvidables los tres deliciosos y largos veranos que pasé en Roma con Laurence Isabel Roberts, de la American Academy. También recuerdo con gran carifio, la quincena que pasé como invitado mimado y enfermo de Lois y Quincy Porter, durante la cual la preparacin del manuscrito qued6 ultimada. Estoy especialmente agradecido a Albert Seay, quien, durante casi un afio, traba- j6 conmigo en la comprobaci6n de las notas y la preparaci6n del manuscrito, y que con la ayuda ocasional de Mrs. Ceay se ocupé de la copia final mecanografiada y de los ejemplos musicales. También le debo reconocimiento a la Princeton University Press, por el exquisito cuidado que tuvo, al editar esta obra. A todos los mencionados ya muchos mis les estaré siempre profundamente agra- decido. Guilford, Connecticut Junio de 1953 Prefacio 13 En la presente reimpresi6n se han corregido algunas pequefias aunque eviden- tes erratas. Los principales cambios y enmiendas introducidos se encuentran en los apéndices y en el catilogo, como resultado de consultas directas llevadas a cabo en Jos manuscritos de Miinster y Viena. A los ya mencionados tengo que agregar ahora mi agradecimiento a Alfred Khun, que preparé el indice, al doctor Wilhelm Wormann, que me recibié amablemente en Minster y me consiguié las fotografias que necesitaba, y a Charles Buckley, que localizé el retrato perdido que Amiconi hizo de Farinelli (ilustracion 37), Guilford, Connecticut Mayo de 1955 Las enmiendas y correcciones incorporan el material recogido desde 1955. Se han afiadido nuevos materiales a mi archivo de Scarlatti, desde 1976 en la Biblioteca de la Yale School of Music. Tanto sus bibliotecarias como mi secretaria Shirley Mack me han proporcionado una ayuda indispensable. Guilford, Connecticut Noviembre de 1982 NOTA La numeracién de las sonatas sigue la del catilogo de sonatas que aparece al fi- nal de este libro. Este catilogo identifica las obras segin los nuimeros que les dio Longo y segtin sus fuentes principales. Mis nimeros en el catdlogo evan delante la letra K, cuando resulta necesario para distinguirlos de los de cualquier otro sistema de catalogacién. La tabla que aparece a continuacién del catdlogo, convierte los ni- meros de Longo en mimeros K. Los nimeros de las sonatas expresados en ntimeros romanos del Capitulo XI y en arabigos en cursiva a lo largo de toda la obra, se re- fieren a mi edicion (Sixty sonatas..., Nueva York, G. Schirmer), dados en parte como una serie de ejemplos musicales adicionales a este libro y complementados por las grabaciones que he hecho de estas mismas Sonatas (Columbia, discos reeditatos por Odyssey Records). Los textos de los ejemplos musicales se han tomado de la fuente original citada en sus encabezamientos, sin embargo los del apéndice IV se basan en un cotejo de Jos manuscritos de Venecia y Parma. Siempre que ha sido posible, los nimeros de los compases en los ejemplos y referencias del texto corresponden a los de la edi- cién de Longo. Cuando la cronologfa o el titulo de una obra ofrece una clave evidente para la localizacién de la fuente en los apéndices 0 catilogo, no se da ninguna referencia de la misma en el texto, Los nombres de los libros que aparecen abreviados en los pies de notas, se dan en su totalidad en la bibliografia He transcrito literalmente, con respecto a la ortografia y puntuacién, los docu- mentos. La costumbre de utilizar demasiadas maytisculas en el siglo xvii resulta de- masiado ambigua en muchisimos casos para seguirla al pie de la letra. En las citas de origen inglés, he respetado la ortografia de los originales, sin embargo, he eli minado el amaneramiento dieciochesco de escribir los nombres en cursiva o inte- gramente en mayiisculas, al citar las obras de Blainville, Clarke y Mainwaring 4 Capitulo I Infancia y juventud Népoles. Nacimiento. La familia Scarlatti. Los conservatorios. Ensenanza de Ales sandro. Primer empleo de Domenico. Incertidumbre politica. Primer viaje. Roma. Florencia y Ferdinando de Medici. Los instrumentos de Christofori. Primeras éperas de Domenico. Partida de Napoles. En 1685, Napoles era una ciudad tan ruidosa y sucia como en la actualidad, Ya en- tonces estaba un poco estropeada y desde la cima de la ciudad, sus fortalezas me- dievales y medio derrumbadas presidian el puerto. Desde los muelles hasta la co- lina, bullia un enjambre de esplendor y sordidez, de magnificencia y suciedad. Pa- lacios con el hedor de las cloacas que trepaba hasta sus mismas cornisas, rodeaban amplias plazas iluminadas por el sol o escondian los estrechos callejones, que esta- ban entonces tan fuera del dominio de los ricos respetables, como de los soldados aliados en 1944. Los habitantes de estas guaridas situadas en oscuros callejones de las laderas de las colinas napolitanas, vivian entonces, como ahora, en la calle. La calle no era slo la via publica y el paseo, sino también el centro de la vida social y donde se levaban a cabo las funciones fisiolégicas naturales. En ella, los nifios des nudos jugaban entre montones de porqueria; sus hermanos perseguian perros y mu- las, y sus mayores hacian el amor. En los pasajes mas estrechos, el ruido ocasional de cascos ahogaba los sonidos amortiguados de pies desnudos. En las calles mis an- chas se ofa el traqueteo de las ruedas de los carruajes, el silbido de los litigos, el suave grito lanzado por los carreteros napolitanos a los caballos 0, con mayor pro- babilidad, un verdadero Vesubio de maldiciones, tan rico y pintoresco como los montones de melones y pimientos colocados en las esquinas de las calles, y tan car- gado de olor como los pescados del mercado cercano. Este barullo, que disminuia ligeramente a la hora de la siesta, cedfa su sitio por la noche a las guitarras y las estridentes voces napolitanas, que se hacian mas altas debido a reyertas o a las que- jas amorosas. Ni siquiera en la relativa calma de las primeras horas de la mafana, Napoles tenia un sentido de sosiego. Todo se hallaba en movimiento en potencia, ya punto de estallar, como el cono que tranquilamente echaba humo a la izquierda de la gran bahia, En las calles de Napoles, la respetabilidad, la limpieza o la digr 15,

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