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OIT EN EL PERÚ
- Causa empieza con la disolución del congreso y con ellos se dan nuevas leyes y cambios
en el Perú.
Con la disolución del congreso también se intervienen instituciones como fue la sede de la
Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) y otros sindicatos
también hubo intervenciones militares.
Según las revistas y entrevistas en 1992 El fujimorismo avasalló los derechos fundamentales
de los trabajadores. Interviniendo instituciones como fue la sede de la Confederación
General de Trabajadores del Perú (CGTP) y otros sindicatos.
Con el autogolpe se Despiden a 300 mil trabajadores públicos , creó las services y
demolió sindicatos. Gobierno de ese entonces creó la figura del despido arbitrario que
permitió que los empleadores despidieran a los trabajadores sin mayor explicación.
Jorge Loayza.
Una de las primeras normas laborales del gobierno fujimorista se dio en enero
del año 1991 cuando se publicó el Decreto Supremo 004-91 PCM –firmado por
el entonces ministro de Economía Juan Carlos Hurtado Miller– , el cual se
planteaba la reestructuración del Estado, porque –argumentaban– había
mucha gente y se tenía que “racionalizar”, es decir, despedir. “Hasta entonces
los trabajadores solo podían ser despedidos por faltas graves”, recuerda Cortez.
“El pretexto del gobierno era que el Estado se tenía que reducir para ser más
eficiente porque los trabajadores públicos eran ‘comechados’ y se necesitaba
contratar a personal especializado. Lo cierto es que el número de trabajadores
nunca se modificó porque luego de que despidieron a los estables se contrató
a otros bajo el régimen de contratos por servicios no personales. Ellos no tendrían
derechos como vacaciones, aportaciones al sistema de pensiones o seguro
médico”, explica el dirigente.
Pero esos 300 mil despedidos no fueron las únicas víctimas de las normas que se
dieron durante el fujimorismo. El abogado laboralista Carlos Blancas califica esos
años como “una época muy nefasta para el derecho laboral”, pues se eliminó
una serie de “derechos fundamentales de los trabajadores”. Entre ellos
menciona la eliminación de la estabilidad laboral y la creación de la figura del
despido arbitrario a través del Decreto Legislativo 728, lo que también perjudicó
a los trabajadores privados. Ese decreto se consolidó el año 95 con la Ley 21513,
que eliminó por completo todos los rezagos de la estabilidad.
En opinión del abogado, otro tema muy grave fue la creación de las services
mediante la apertura de la intermediación laboral, lo que significa –hasta
ahora– la evasión de las obligaciones laborales y la precarización del trabajo,
pues esos trabajadores no gozarían de una serie de derechos como uno formal.
“La tercerización fue para evitar la estabilidad laboral y la organización sindical.
Así, la capacidad de reclamo se redujo y trajo como consecuencia el pago de
salarios bajos”, explicó el abogado.
Ese no fue el único daño porque también se ampliaron los contratos temporales,
lo que provocó que los trabajadores lleven muchos años haciendo labores de
uno estable, pero firmando contratos cada cierto tiempo.
El laboralista Javier Mujica dijo que los cambios que hizo el gobierno fujimorista
en materia laboral determinaron que la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) la calificara como la flexibilización laboral más salvaje en América Latina.
Además, señala que con la Constitución del 93 se dejaron de lado dieciséis
derechos sociales, muchos de carácter laboral. Entre las normas más graves,
Mujica manifiesta las que se dieron para facilitar los despidos.
Fuente: https://larepublica.pe/politica/534465-el-fujimorismo-avasallo-los-
derechos-fundamentales-de-los-trabajadores
Tmb: http://diariouno.pe/asi-trato-el-fujimorismo-que-quiere-volver-a-los-
trabajadores/
Desde siempre, la necesidad por generar puestos de empleo para la creciente tasa
demográfica, y por combatir la informalidad ha sido una preocupación de todo
gobierno de turno en nuestro país. En las siguientes líneas, desde una postura crítica
por parte del Dr. Alfredo Villavicencio, se hablará de aquellos cambios que ha sufrido
la legislación laboral desde los años noventa, y cómo éstos han afectado
negativamente no sólo la distribución de riqueza, sino también aquellos mismos fines
por los cuales supuestamente se dieron estos cambios: la informalidad y la creación de
puestos de empleo. La flexibilización laboral conseguida mediante estas normas
laborales ha causado un grave impacto en los trabajadores, desprotegiendo sus
intereses y desmejorando su posición en la negociación colectiva.
Dentro de los cambios más relevantes que se dieron en esta sustitución del
modelo, está la eliminación de la estabilidad laboral y su sustitución por un
régimen de despido libre indemnizado; la ruptura del paradigma de
contratación temporal, de utilizar este mecanismo solo para laborales
temporales, se pasó a una ampliación a nueve modalidades nominales y una
innominada, permitiéndose explícitamente la utilización de la contratación
temporal para labores de duración indeterminada. Se produjo una ruptura en
esto del principio de causalidad, se eliminó los topes del 10% de los trabajadores
en periodo de prueba, se deslaboralizó la contratación juvenil, la intermediación
y la tercerización laboral se extendieron sin pausa, pasando del 20% al 50% de la
plantilla de trabajadores destacados. Se amplió el poder directivo del
empleador permitiéndose la modificación unilateral de condiciones sustanciales,
se eliminó la participación de los trabajadores en la gestión y en la propiedad,
las reglas de prescripción permitieron la pérdida de derechos de centenares de
miles de trabajadores porque se cambió el momento de inicio del cómputo del
plazo, que dejó de ser el momento de la extinción del contrato para ser el de la
exigibilidad del beneficio, a sabiendas de que los trabajadores que prestan
servicio no reclaman generalmente mientras están laborando, entre otros
cambios.
En las relaciones colectivas se aprobó un decreto ley que está vigente hasta
ahora en su formulación principal y que mereció 16 observaciones de la OIT por
graves violaciones de las normas internacionales que el Perú había ratificado. Se
impulsó el sistema privado de pensiones en explícito favoritismo contra el sistema
nacional precedente. Y en fin, quizás el ejemplo más claro o final fue que se
intentó desaparecer al propio Ministerio del Trabajo y su carácter tuitivo y
protector y transformarlo en un viceministerio del Ministerio de Justicia. Bueno,
estos cambios muy importantes que redefinieron no sólo las relaciones laborales
sino las relaciones de poder subyacentes entre el colectivo laboral y el colectivo
empresarial al interior de un modelo que quiso asentarse fundamentalmente en
el favorecimiento de los empleadores como motor principal de una
recuperación económica que iba a generar relaciones laborales de mayor
calidad que las preexistentes.
Fuente otra :
http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/iusetveritas/article/viewFile/15324/1578
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Fujimori eliminó derechos de trabajadores / Crecieron desempleo,
subempleo y se deprimieron
30 Abr 2001 | 19:00 h
Redacción:
Redacción LR
....... E l gobierno de Alberto Fujimori fue eliminando progresivamente los derechos
laborales ganados durante varias décadas de lucha y negociación por parte de los
trabajadores. La legislación laboral colocó a los trabajadores en una condición de
extrema inferioridad ante el despido y los abusos en las relaciones laborales.
Así lo consigna el Informe Anual " Perú diez años de pobreza y autoritarismo ", del
Centro de Asesoría Laboral del Perú (Cedal) y la Asociación Pro Derechos Humanos
(Aprodeh).
En una primera etapa prohibió la indexación salarial (excepto a los oficiales superiores
y generales de las fuerzas armadas y Policía Nacional del Perú a los que se les siguió
haciendo pagos en especie), y se eliminaron los aumentos remunerativos por decreto
para el sector sin negociación colectiva.
En la segunda, se emitió el Decreto Legislativo 728, que suprimió la estabilidad laboral
para los nuevos trabajadores, estableció nueve modalidades de contratación y que la
compensación por tiempo de servicios fuera depositada en el sistema financiero.
Seguidamente, durante 1992, se atacó la negociación colectiva y el derecho de
sindicalización. Pero siguió más: se aprobó la Ley 26513, que eliminó la estabilidad para
todos los trabajadores. Años después, 1997, se dictó la Ley de Fomento al Empleo.
El mismo informe precisa que la política de flexibilización en la contratación y el
despido tuvo como objetivos promover el empleo eliminando regulaciones
discriminatorias, uniformizar y consolidar la legislación laboral, cerrar la brecha entre
oferta y demanda de mano de obra y facilitar el trabajo.
Sin embargo, tuvo un efecto contrario. Mientras en 1991 en Lima metropolitana se
registraba el 61% de trabajadores estables, con el DL 728 ese porcentaje disminuyó al
50% en 1992, y 25% en 1996, cifra que se mantuvo hasta 1999. Además, en 1996, 30 mil
personas mayores de 55 años perdieron el empleo.
En 1999, respecto a octubre de 1997, el índice de empleo disminuyó en 7,4%, según
cifras del Ministerio de Trabajo. La informalidad se fue imponiendo: más del 80% de los
puestos creados entre 1990 y 1996 pertenecen al sector informal de la economía, de
acuerdo a la OIT.
El subempleo es otra característica. Hasta 1990 llegaba al 70%, considerando en esa
clasificación a quienes ganaban US$ 420, pero el gobierno de Fujimori disminuyó esa
base a US$ 215, reduciendo artificialmente el subempleo de 74,3% al 46,5%, mientras
los adecuadamente empleados aumentaron del 16,8% al 46,4%.
Sueldos y salarios
La pérdida de la capacidad adquisitiva de los trabajadores es otra de las
características del régimen fujimorista. A comienzos de 1993 la Remuneración Mínima
Vital ñla que ganaba la mayoría de los peruanos estaba congelada en 72 nuevos
(equivalentes a US$ 35), lo que significaba la mitad de lo que percibía a comienzos del
gobierno de Fujimori. En 1992 los salarios alcanzaron los US$ 250 mensuales.
Tampoco se respeta la jornada de 8 horas diarias de trabajo y 48 horas semanales. El
gobierno de Fujimori dictó el Decreto Legislativo 854, mantuvo la jornada de 8 horas
diarias pero al mismo tiempo se facultó a los empleadores para que pudieran
modificar unilateralmente los horarios, e incluso la duración de la jornada diaria,
extendiéndola o reduciéndola a su criterio.
“Felicitamos al Gobierno del Perú por este importante avance en la lucha contra el
trabajo forzoso, con lo cual da cumplimiento no solo a una obligación asumida a
nivel internacional, sino principalmente da respuesta a la necesidad de protección
para las víctimas de este flagelo”, señaló Philippe Vanhuynegem, Director de la
OIT para los Países Andinos.
“El trabajo forzoso ha sido definido por el Convenio núm. 29 de esta Organización
como todo trabajo o servicio exigido a un individuo bajo la amenaza de una pena
cualquiera y para el cual dicho individuo no se ofrece voluntariamente. En el Perú
se presenta principalmente en sectores como la minería ilegal y la tala ilegal de
madera”, agregó Vanhuynegem.