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ANÁLISIS DEL ART. 44 DE LA LEY N° 977 O LEY CONTRA EL LA/FT/PA EN LO

RELATIVO A LA REFORMA DEL ART. 394 DE LA LEY 641 O LEY DEL CÓDIGO
PENAL DE NICARAGUA
(Gaceta Diario Oficial N° 138 del 20 de julio del 2018)

El legislador nicaragüense en un contexto muy

polarizado política y socialmente, aprobó la
Ley N° 977 o Ley Contra el Lavado de
Activos, Financiamiento al Terrorismo y
Proliferación de Armas de Destrucción Masiva,
esto ha generado cantidad de opiniones
desfavorables para este instrumento jurídico de
combate a estas conductas que forman parte de
una estrategia de los países que conforman el
G7 y que se acogen meridianamente a modelos
establecidos en Convenciones Internacionales de lucha contra el lavado de activos, terrorismo y
financiamiento al terrorismo.

El Artículo 394, reformado, literalmente dice: Art. 394. Terrorismo.- Quien individualmente o
actuando en conjunto con organizaciones terroristas realice cualquier acto destinado a causar la
muerte o lesiones corporales graves a cualquier persona o a destruir o dañar bienes o servicios
públicos o privados, cuando el propósito de dichos actos, por su naturaleza o contexto, sea
intimidar a una población, alterar el orden constitucional u obligar a un gobierno o a una
organización internacional a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo, será sancionado con pena
de quince a veinte años de prisión".

El primer aspecto a examinar es su parte conceptual para lo cual se hace uso de las siguientes
referencias: a. El terrorismo de acuerdo a la Real Academia Española es un acto violento
ejecutado para infundir terror. En ese sentido pueden ser terroristas los Estados y los Partidos
políticos cuando realicen actos que infundan terror; b. El tipo penal, al referirse a organización
indica que es una empresa organizada para infundir el terror, quizás con motivaciones políticas,
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religiosas o ideológicas. Se hace notar que a los miembros de estas organizaciones les une un
proyecto común. Por otra parte, estos actos violentos se hacen con una planificación. Se agrega,
que el legislador al incluir como bien jurídico protegido el “orden constitucional”, toca el sistema
político existente en el país y reafirma que al poder se llega por los autos establecidos para
acceder al poder y son los Partidos Políticos. Debe tenerse presente que el mensaje del acto
terrorista es advertir que a cualquier persona le puede suceder "el mal mostrado/resultado" de los
actos violentos. Se aclara que esta norma no castiga la pertenencia del individuo a una
organización terrorista, sino la realización de actos concretos; c. La norma, al incluir a individuos
rompe con un criterio doctrinal que indica que el acto u actos deben ser realizados por un sujeto
"estructural u orgánico". El argumento es que es poco probable que un solo individuo pueda
realizar los actos sin la articulación necesaria para que pueda provocar pánico o terror. Para la
Ley española, si el sujeto no pertenece, actúa o colabora para una organización criminal, no llena
un requisito esencial para que se tenga a esa conducta como terrorista, puede encasillarse en otra
norma. En cambio, en El Salvador el legislador ha incluido, al igual que Nicaragua, al individuo
como sujeto activo, sin requerir su participación en una Organización terrorista; d. La naturaleza
del resultado de un acto terrorista es que el empleo del mismo hace que cualquier persona corra
un peligro común. En ese sentido la conducta típica encaja con el concepto legal estudiado
(Antijuricidad); e. El Convenio Europeo para la Represión del Terrorismo (1977), tiene un
alcance que va más allá del estudiado artículo 396 y es que considera como acto terrorista la toma
de rehenes o secuestro arbitrario y el tipo de medio que se utiliza para sembrar el terror: bombas
o explosivos. Se aclara que el medio utilizado es muy importante en cuanto a la calificación o no
del acto terrorista; f. En ese mismo sentido, otras normas consideran como acto terrorista, los
siguientes: El genocidio, la provocación de inundaciones; incendios; toma ilícita de aeronaves y
buques; perturbación o interrupción del servicio de agua; destrucción de instalaciones
gubernamentales o públicas, de sistemas de transporte e infraestructura; g. En cuanto a la
responsabilidad penal, las normas suelen castigar a quienes dirigen, a los que ejecutan, a los que
apoyan y a los que hacen publicidad del acto terrorista (apología).

El segundo aspecto tiene que ver con los elementos del delito. En ese orden de ideas, el
elemento objetivo radica en que el sujeto aporta su voluntaria colaboración a una organización
sobre la cual conoce que sus medios y métodos empleados utilizan el uso de la violencia, el terror
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y la muerte de tal manera que desconocen el cauce pacífico para alcanzar un ideal político. Esa
aportación voluntaria del sujeto debería tener una medida de relevancia para alcanzar el éxito
pretendido por la organización terrorista. Es de aclarar que quienes enaltecen o justifican un acto
terrorista no son terroristas pero si cometen apología del terrorismo y para ello la doctrina
considera que esta acción de enaltecer o justificar debe realizarse de forma pública (Periódico,
televisión, radio y redes sociales).

En cuanto al elemento subjetivo, se refiere a la conciencia del sujeto de saber que está ayudando
a una organización criminal. De tal manera que actúa con dolo.

El tercer aspecto, está relacionado con los bienes jurídicos protegidos y estos son: La vida, la
seguridad de las personas y la paz social.

Mi Conclusión es que la norma está enmarcada dentro del modelo que ha sido diseñado por
quienes lideran el tema del terrorismo a nivel internacional, sin embargo, la fecha de entrada en
vigencia del instrumento jurídico no fue muy acertada y esto ha llevado a valorar la misma con
un toque satánico que ha generado mucha desconfianza en la ciudadanía que tiene un grado de
educación profesional por encima de la media y que de una manera u otra adversa o no simpatiza
con el gobierno actual.

Ph.D RICARDO ELISEO ILLESCAS HIDALGO

Abogado y Notario Público de Nicaragua
rillescas38@gmail.com