Professional Documents
Culture Documents
Curso
Docente:
Estudiante :
TEMA
DESCENTRALIZACION Y REFORMA
SICLO
I. Introducción ................................................................................... 5
pág. 4
INTRODUCCION
Perú pertenece al grupo de países más centralizados del mundo. En la última década, mientras
la mayoría de los países en Latinoamérica empezaron en conjunto con la democratización de
sus sociedades la reducción del peso de sus gobiernos centrales, el Perú vivía una etapa de
hipercentralismo y autocracia. El Gobierno de Transición y, después de las elecciones de junio
2001, el Gobierno de Toledo han re institucionalizado la democracia en el país y, de este modo,
la descentralización se empieza a encontrar nuevamente en la agenda.
La descentralización fue una de las principales ofertas del presidente Toledo durante su
campaña electoral. Una vez instalado, el gobierno no ha tenido un concepto definido de
descentralización pero de a pocos a partir de su gobierno el tema de la descentralización tomo
fuerza la cual hasta el presente año se sigue trabajando en este tema.
La Constitución no es una obra acabada, sino que evoluciona de acuerdo con las fuerzas
políticas, sociales y económicas del actual momento histórico. Más aún la Constitución debe
permanecer incompleta porque, si bien pretende encausar los procesos sociales de la Nación,
también se encuentra sometida a los cambios históricos actuales. La necesidad de estos
cambios democráticos y constitucionales obedece a la voluntad general ciudadana de romper
con el sistema de gobierno autocrático y corrupto que se implementó durante la década pasada,
bajo el régimen del ex-presidente Fujimori. Sin embargo, el pueblo debe ejercer su poder
constituyente no de manera absoluta, sino mediante los mecanismos de la reforma
constitucional. En ese sentido, debe tenerse en consideración la necesidad de adecuación de la
voluntad política democrática del pueblo con la norma jurídica suprema, sobre todo teniendo
en cuenta que ésta no se encuentra expresada plenamente en la Constitución de 1993.
Asimismo, cabe señalar que la eventual reforma constitucional debería partir de reconocer los
actos políticos, jurídicos y económicos legítimos, que la ciudadanía haya aceptado de buena
fe y que hayan tenido vigencia en el tiempo. Por ello, si bien la
continuidad jurídica es una garantía de toda reforma constitucional, ésta será válida en tanto
se hayan respetado los principios y valores fundamentales de una sociedad democrática,
basada en el respeto de los derechos fundamentales, el control y balance entre los poderes del
Estado, así como la garantía de una economía al servicio de la persona humana.
EL PROCESO DE DESCENTRALIZACIÓN EN EL PERÚ
La segunda etapa del proceso se desarrollará, según este proyecto de ley, una vez
que los gobiernos regionales sean instalados. Las transferencias del gobierno central
se harían en forma progresiva, ordenada y en coordinación entre los diferentes
niveles de administración. En su Artículo 29 está prevista la creación de un Fondo
de Compensación Regional, que se constituye mediante el 50% de los recursos
provenientes de los tributos cuya recaudación y administración será de cuenta
directa de los gobiernos regionales y un monto equivalente asignado por el gobierno
nacional. Resulta interesante en este Proyecto de Ley Nº 1800 de la Comisión de
Descentralización que se proponga la creación del Ministerio de la
Descentralización, que estaría encargado de las acciones de capacitación,
promoción y difusión del proceso, así como de la transferencia de funciones,
recursos, programas y organismos del gobierno central hacia los gobiernos
regionales y locales. Este Ministerio puede asumir, según el proyecto, los recursos
técnicos y los bienes del Ministerio de la Presidencia que no son objeto de
transferencia hacia los gobiernos regionales y locales. La propuesta de crear un
Ministerio de Descentralización, como aparece mencionado en el Proyecto de Ley,
ya circuló una vez en septiembre entre algunos políticos, pero sin resultado alguno.
La importancia del proceso justifica tal propuesta y probablemente encontrará
resistencia por parte de otras entidades del Estado que prefieren una entidad
reguladora con el supuesto beneficio de despolitizarla, la cual dependería de la
Presidencia del Consejo de Ministros (PCM). El asunto no carece de importancia,
porque si no se tratara de un Ministerio, de acuerdo con el ordenamiento
constitucional no estaría sujeto a censura por parte del Congreso. Este Proyecto de
Ley no va a ser la única propuesta.
La organización fue finalmente "captada" por los alcaldes de "Vamos Vecino" (agrupación
oficialista de Fujimori). Después se ha dividido en dos y se ha creado otra organización de
las capitales de los departamentos.
El artículo antes indicado, restringe las atribuciones del Congreso en materia de tratados
internacionales, empleándose automáticamente con ello la facultad del Presidente de la
República de celebrar o ratificar tratados, o adherirse a ellos sin el requisito de la
aprobación previa del Congreso, tal como se desprende de la lectura del artículo 57 de la
Carta vigente. La Constitución precedente establecía con claridad en su artículo 102:
«Que todo tratado internacional debía ser aprobado por el Congreso, antes de su
ratificación por el presidente de la República». El texto es claro no necesita de mayores
comentarios.
Lo mismo ocurre con la aprobación de los ascensos a los rangos superiores de las
Fuerzas Armadas o altos rangos militares, sin necesidad de ratificación del Congreso (Art.
172). El Texto fundamental de 1979, señalaba en su artículo 281: «Que los ascensos de
los altos rangos de las Fuerzas Armadas eran previamente ratificados por el Senado». De
esta manera evitaremos en el futuro, la corrupción en las Fuerzas Armadas, especialmente,
en los altos rangos, restituyendo la facultad de ratificación de los ascensos al Congreso.
Asimismo, y en lo que se refiere a las relaciones con las Fuerzas Armadas. La
Constitución y las leyes han preferido una subordinación de éstas al Presidente de la
República, antes que a la propia legalidad constitucional.
Creemos, que no hay exageración en el análisis crítico que hemos formulado al modelo
político de la Constitución de 1993 y que concluye en el carácter concentrado del poder
que en su conjunto esboza. Cualquier duda a este respecto debe ser resuelta acudiendo a
la realidad política del Perú en el pasado reciente.
de la reforma constitucional
En la hora actual en que se busca establecer las bases del Estado de Derecho para un
horizonte temporal de largo plazo, se deberían estudiar cuidadosamente los mecanismos
técnicos de la reforma constitucional. La Comisión de Estudio de las Bases para la
Reforma Constitucional, creada por el gobierno transitorio del presidente Paniagua, ha
diseñado las siguientes alternativas: Primera, se postula declarar la nulidad de la
Constitución de 1993, pero convalidando todos sus actos, aunque dejándolos sujetos a
revisión futura, así como se restablecería la vigencia de la Constitución de 1979.
Segunda, se plantea la reforma de la Constitución de 1993, sustituyéndola por la Carta de
1979 de manera total o parcial. Tercera, se requeriría de una ley de referéndum para que
el pueblo decida si quiere retornar a la Constitución de 1979 o que se dicte una nueva
Constitución y entonces se convoque a una Asamblea Constituyente. En realidad, las
transiciones democráticas asumen usualmente una de esas tres vertientes: la caducidad,
la revisión o la continuidad del régimen jurídico precedente. Es del caso precisar que la
opción de la reforma constitucional al ser un asunto jurídico-político por excelencia, debe
asumirse diferenciando entre lo que es necesario, lo que es real y lo que es posible. Por
un lado, el gobierno entrante del electo presidente Toledo necesita un nuevo marco
institucional de naturaleza democrática y, por otro, el pueblo tiene expectativas legítimas
de que éste cumpla con sus promesas electorales. Si la voluntad política sintoniza con la
opinión pública, la reforma de la Constitución de 1993 no sólo es necesaria, sino también
es realista utilizar sus propios mecanismos de reforma constitucional y además es posible
llegar a un consenso político sobre los contenidos de la reforma, siempre que se actúe
simultáneamente honrando la esperanza ciudadana y actuando con responsabilidad
gubernamental.
CONCLUSIONES