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El aporte de la actividad pecuaria a la economía cada vez es mayor.

Sin embargo,
el principal reto del sector es incrementar la productividad que actualmente
promedia unos cinco litros de leche por día; y de hasta 48 meses para alcanzar el
peso requerido por los mataderos.

Cambiar estos parámetros solo será posible produciendo reses con las
características que requiere cada actividad. “Los ganaderos han presentado una
propuesta para mejorar el hato a través de la genética y la estamos
implementando porque es lo único que nos permitirá producir más carne y más
leche, y mejorar las condiciones de nuestra ganadería”, afirma el ministro
Agropecuario y Forestal, Ariel Bucardo.

El ministro se refiere al Programa de Reconversión que promueven las


organizaciones ganaderas. Con un costo de 65 millones de dólares, en un plazo
de 16 años, pretende duplicar la producción actual de leche y reducir a 30 o 36
meses la edad del novillo para alcanzar los 400 kilos de peso que establecen los
mataderos para llevarlo a sacrificio.

En la primera fase de cuatro años del Programa de Reconversión de la Ganadería


se incluye un proyecto de mejoramiento genético, con las siguientes
características:

50,000 cabezas en un programa de registro nacional.

1,000 nuevos sementales e impulsar la inseminación artificial. Se publicará


anualmente un catálogo de sementales nacionales.

100 fincas en las que se establezcan programas de inseminación artíficial.

200 inseminadores capacitados y asociados en pequeñas empresas de


inseminación artificial.

5,500 sementales serán reemplazados entre pequeños y medianos ganaderos.

700,000 dólares costaría la implementación de este proyecto.

Para Abelino Martínez, que produce prototipos de reses productoras de carne y


leche, en cuanto más acerque el sector a las características del animal que se
adapte mejor a las condiciones del país se logrará el mejoramiento del hato.

Considera que el problema es que la mayoría de ganaderos prefiere tener cientos


de reses aunque no sean productivas, en lugar de tener pocas con alta
productividad. “La mayoría se va por lo bonito o barato aunque no sea productivo”,
asegura.
La falta de disciplina de muchos productores, que no ven la ganadería como un
negocio, y las carencias de los profesionales que egresan de las universidades,
también las considera un obstáculo para el mejoramiento de las condiciones de la
actividad.

Según el Plan Nacional de Producción 2012-2013 el país posee 4.1 millones de


cabezas de ganado. El programa gubernamental de mejoramiento contempla la
inseminación de 75,000 vacas durante tres años. “Estamos utilizando semen de
toros locales con buena estirpe y también importamos semen de Estados Unidos,
con el potencial genético que requiere el ganado para producir carne y leche”,
explica Humberto Gutiérrez, coordinador del área técnica del Centro Genético de
Albalinisa (Alba Alimentos de Nicaragua SA).

NÚCLEOS MULTIPLICADORES
Dicho centro, con el aporte gubernamental de 3.5 millones de dólares, ejecuta
desde febrero de este año el programa que de momento está previsto concluya en
2014, pero podría ampliarse. La meta es inseminar 25,000 vacas cada año. Se
espera que en la segunda descendencia comiencen a aparecer las diferencias
genéticas esperadas.

Para entrar al proyecto es necesario que la comunidad proporcione al menos cien


vacas aptas para la inseminación, las que a la vez entran al Programa de
Trazabilidad. La inseminación cuesta en promedio 1,000 córdobas por vaca, de las
que el productor debe aportar 100. El uso de hormonas contribuye al proceso,
pero lo encarece.

El grupo se transforma en un núcleo, que durante el primer mes recibirá el equipo,


semen y la capacitación técnica para inseminar a las vacas que no se preñen
durante la sincronización. La idea es que sirvan como multiplicadores del proyecto.
Pero para que se “apropien” del mismo, a partir del segundo mes tienen que
aportar el costo total de posteriores inseminaciones, detalla Gutiérrez.

A los animales que nazcan (productores de carne y leche) se les lleva un control
de crecimiento para determinar si se alcanzaron las características esperadas.

GRANDES POR SU CUENTA


Adicionalmente a este esfuerzo gubernamental, “miles” de ganaderos realizan
esfuerzos individuales y un grupo se dedica a la reproducción de prototipos para la
venta.

Armando Castellón, zootecnista especializado en mejoramiento, que está a cargo


de varios de estos proyectos individuales, considera que para potenciar los frutos
de los “muchos esfuerzos gubernamentales y privados que se han hecho en el
país, hace falta ordenar la genética, para que a través de cruces adecuados se
obtengan animales bien definidos para producir carne o leche”.

Añade que además de la inseminación artificial, el mejoramiento se puede realizar


con sementales mejorados que cuestan entre 1,000 y 5,000 dólares. Aunque
resulte caro, la monta natural facilita la reproducción. Sin embargo, el progreso
genético es mejor con la inseminación, explica Castellón.

Para el zootecnista el doble propósito (carne y leche) que maneja la ganadería del
país dificulta la elección de las características de las reses mejoradas. Sin
embargo, estima que se debe partir del brahman, que es el ganado rústico que
aguanta humedad y otras inclemencias del medioambiente y la mala comida.
Recomienda que este se cruce con razas europeas, que son débiles, pero
producen mucha leche. Así se crea un animal con las características necesarias
para adaptarse al trópico y tener altos niveles de productividad.

REQUIEREN MÁS CUIDADOS


Gutiérrez y Castellón advierten que para alcanzar las metas productivas es
fundamental que los animales que nacen bajo este método reciban una
alimentación adecuada —a base de pasto de buena calidad y agua durante las 24
horas del día— y un plan sanitario básico de desparasitación, vacunación y
aplicación de vitaminas. También es esencial asumir nuevas prácticas para su
manejo, como el ordeño sin el ternero.

Cumplir todos estos requerimientos permitirá que la ganadería local se acerque a


niveles de productividad como los de Costa Rica, donde en promedio las vacas
producen 17 litros de leche por día.

Los especialistas consideran que esa dispersión de la ganadería de Nicaragua


dificulta determinar cuántos años podría tomar mejorar todo el hato del país.

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