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ASPECTOS CONCEPTUALES SOBRE LA GESTIÓN MUNICIPAL PARA LA PROMOCIÓN DEL

DESARROLLO ECONÓMICO LOCAL

1.1 Desarrollo local y gestión del territorio

Existen no muy pocas definiciones sobre desarrollo local.

definición: “El desarrollo local es un proceso concertado de construcción de capacidades y


derechos ciudadanos en ámbitos territoriales y político-administrativos del nivel local
(municipios = territorio) que deben constituirse en unidades de planificación, de diseño de
estrategias y proyectos de desarrollo con base a los recursos, necesidades e iniciativas locales.
Este proceso incorpora las dinámicas del desarrollo sectorial, funcional y territorial, que se
emprenden desde el Estado, las organizaciones sociales y la empresa privada en el territorio.”
(Rojas, 2005)

“El desarrollo local es integral; es decir, incorpora en el diseño de sus planes al conjunto de
dimensiones presentes en el territorio: social, económico, ambiental, etc. Por ello, iniciar un
proceso de desarrollo local debe permitir favorecer el crecimiento económico, la democracia
política y el progreso social, de modo que se vaya alcanzando el desarrollo humano sostenible.”
(Rojas, 2005)

Se puede agregar a estas definiciones, que el DEL es un proceso que promueve el gobierno local
en alianza con otros agentes, con el propósito de ampliar la base económica local, acumulando
y capitalizando sus excedentes, fortaleciendo el tejido económico y generando el desarrollo de
un entorno competitivo, que posibilite el desarrollo de las empresas, la generación de empleo
local y luchar de manera efectiva contra la pobreza.

Este proceso exige el diseño y la implementación de una estrategia de desarrollo continuo,


utilizando los recursos locales y el desarrollo de innovaciones en un contexto de competencia
globalizada. Al mismo tiempo, busca formas de conectar las políticas de desarrollo local, regional
y nacional en un sólo marco de actuación integrador. “Desarrollo Económico Local es un proceso
reactivador de la economía y dinamizador de la sociedad local, que mediante el
aprovechamiento eficiente de los recursos endógenos (internos) existentes en una determinada
zona, es capaz de estimular su crecimiento económico, crear empleo y mejorar la calidad de vida
de la comunidad local”. (Alburquerque, 1996).

Más tarde el mismo autor, plantea que el DEL “no se sustentan en el desarrollo concentrador y
jerarquizado, basado en la gran empresa industrial y la localización en grandes ciudades, sino
que buscan un impulso de los recursos potenciales de carácter endógeno tratando de construir
un “entorno” institucional, político y cultural de fomento de las actividades productivas y de
generación de empleo en los diferentes ámbitos territoriales”. (Alburquerque, 2004)

Es por ello que el DEL es una apuesta de organización, coordinación y funcionamiento de


elementos del sistema económico local, que en la búsqueda de un mejor desenvolvimiento de
sus procesos, acondiciona el territorio con determinados factores, logrando generar mejores
condiciones de vida para la población.

En esta búsqueda, se dota de un instrumento orientador (plan), el cual establece una serie de
objetivos para lograr la competitividad del territorio, de las empresas y en la generación de
empleo local. La implantación del plan (ejecución de proyectos y programas) requiere de
estructuras políticas o instancias de cooperación del sector público con el privado y el
fortalecimiento de las capacidades de la institución municipal, para la formulación, gestión y
ejecución de los proyectos (estructuras técnicas).
Se entiende el DEL como un proceso participativo y coordinado entre los distintos niveles del
Estado y los principales actores de la sociedad civil y del sector productivo, que conduce a
generar mayor bienestar de la ciudadanía mediante la utilización del potencial de desarrollo
existente en los territorios y la dinamización equitativa de sus economías. Municipalidad y
gestión del territorio:

Desarrollo territorial El enfoque de DEL, promueve una gestión en la que las municipalidades
deben desarrollar capacidades institucionales que les permitan trascender de las tradicionales
competencias que las asocian a entidades meramente prestadoras de servicios públicos
(limpieza, mataderos, administración de mercados, construcción de infraestructura vial, etc.)
para asumir un rol de promotores del desarrollo integral y la dinamización de sus economías.

Lo anterior, es lo que se conoce como una gestión “territorializada”, ya que conociendo la


realidad local incorpora un conjunto de acciones en diferentes ejes o dimensiones, tanto
económicas como sociales, que permite desarrollar competitivamente al territorio. Sólo así, la
municipalidad podrá mejorar de manera integral la calidad de vida en su jurisdicción y asumir
un rol determinante en la promoción del desarrollo. (Alburquerque, 1997)

Así, el rol de la gestión municipal debe impulsar procesos sustentables de desarrollo local;
producto de la coordinación con otros niveles del Estado, con los sectores productivos y con la
sociedad civil; al mismo tiempo debe facilitar la generación de nuevas capacidades en la
población y estimular los derechos y la participación ciudadana. Desde una gestión integral, lo
local se complementa con lo territorial, de manera que se trascienden las visiones cortoplacistas
y tradicionales que continúan ligando a la municipalidad a una entidad estrictamente prestadora
de servicios básicos, para convertirse en una promotora de capacidades y ampliación de
derechos de la ciudadanía.

El punto de partida en la adopción de este enfoque en las municipalidades consiste en una clara
definición de la misión o compromiso institucional con relación al desarrollo de sus territorios.
A partir de ello, se desprenderán las diversas funciones (muchas establecidas en la ley o código
municipal respectivo) que son apropiadas según su realidad. La determinación de las
competencias es también, un elemento a tomar en cuenta para facilitar el trabajo con los otros
niveles de gobierno; ya que este enfoque requiere ser asumido por los diferentes niveles del
Estado y en particular de los sectores (ministerios) en un esfuerzo que se puede denominar
“territorializar lo sectorial”.

Entre los impactos positivos más relevantes que tiene la adopción del enfoque territorial en las
políticas sectoriales para el desarrollo se pueden mencionar:

• Favorece la transición de una visión y gestión sectorial a una gestión más integrada y
multidimensional.

• Promueve la diferenciación de políticas, en función de las necesidades y potencialidades


propias de cada territorio.

• Moviliza recursos, conocimientos, compromisos y alianzas para el ordenamiento y la


competitividad territorial.

• Alienta la participación ciudadana y empresarial en la generación de valor agregado del


territorio (local o regional).

• Incrementa la efectividad de las políticas de gestión microeconómica y mejora su legitimidad,


al conocer con mayor detalle las potencialidades y capacidades específicas locales, el desarrollo
de ventajas competitivas y mejorar las condiciones y el entorno socioeconómico desde una
perspectiva estratégica. (Catalina Victory,1997)
Estos tres elementos combinados deben estar presentes en toda estrategia de promoción DEL,
ya que no puede ser confundido con iniciativas parciales que, por ejemplo, se limitan a la
promoción empresarial, olvidando su incidencia en la generación de empleo, la calidad del
trabajo y la competitividad del territorio.

1.2 Noción del sistema económico local y conceptos claves sobre actividades productivas

Encadenamiento productivo

Está referido a las relaciones comerciales que se establecen entre empresas en torno a la
generación y producción de bienes y servicios determinados. Puede darse desde empresas de
pequeña escala hacia grandes empresas, como también entre empresas de similar tamaño que
se “encadenan” para producir complementariamente un producto final y su comercialización.

Los encadenamientos productivos son muy importantes ya que promueven una mayor
incorporación de empresas y personas al entretejido productivo local, lo cual a su vez genera
una mejor repartición de los beneficios económicos del territorio. Por ejemplo, una empresa
mediana de muebles de madera realiza un conjunto de adquisiciones, en insumos, piezas y
partes de maquinarias, etc.

También compra servicios de mantenimiento, aseo, pintura, etc. Todas estas compras, que
conforman la demanda de bienes y servicios por parte de la empresa, son necesarias para su
operación. En este caso, se puede diseñar un encadenamiento productivo, de modo que parte
de esa demanda sea provista por micro, pequeñas y medianas empresas del territorio, para lo
cual se requiere una política de desarrollo de proveedores. Es decir, identificado el tejido
productivo - económico local y conocida la demanda de una mediana o gran empresa, se trata
de organizar, capacitar y dar asistencia técnica a unidades económicas de menor escala para que
estén en condiciones de proveer parte de esa demanda, en términos de cantidad y calidad.

De este modo, la batería de instrumentos de fomento dispuesta por el Estado, puede


combinarse y enfocarse hacia una oportunidad de mercado específica abierta por la demanda
de las empresas.

También pueden darse encadenamientos entre un conjunto de pequeñas empresas de


confecciones: una hace el corte a partir del diseño, otra se hace cargo de unir las piezas y colocar
los accesorios, otra de vender el producto, etc.

Esto también puede ser generado a través de una utilización de los instrumentos de fomento
dirigidos a ese efecto. En este sentido, el conocimiento de los sistemas económicos locales es
fundamental.

Sistemas económicos locales

Un sistema económico local está constituido por el conjunto de actores productivos y de


relaciones económicas y socio-laborales en torno a un rubro de la economía, que tienen un
cierto grado de coherencia socio-económica y territorial, no necesariamente coincidente con la
división administrativa del territorio. (Alburquerque, 1997)

Como en los territorios la mayoría de empresas son de pequeña escala, estos sistemas
económicos locales en general, no alcanzan a constituirse en “clusters” o conglomerados
productivos. Más bien, requieren de un conjunto de apoyos para incrementar su competitividad,
y así fortalecerse como unidades económicas sustentables en el tiempo, para mejorar las
condiciones de trabajo y los niveles de ingreso de los que en ellas laboran y para tener un mayor
efecto multiplicador en la generación de riqueza de ese territorio.
Se puede decir entonces que el DEL es una propuesta de organización, coordinación y
funcionamiento de los elementos del sistema económico local, que busca un mejor
desenvolvimiento de procesos, para lograr mayor eficiencia o rendimiento, es decir, mejor uso
de los recursos para mejores y mayores resultados, en beneficio de la localidad.

Identificar los sistemas económicos locales tiene gran importancia para la gestión de las políticas
de fomento y sus instrumentos, y más aún, para la gestión municipal. Desde la perspectiva del
desarrollo de los espacios locales, un adecuado acondicionamiento del entorno territorial es lo
fundamental para la expansión del sistema económico cuyo efecto multiplicador potencial es
muy significativo, dado que en el interior de éste hay una trama de relaciones entre diversas
actividades productivas, tecnológicas, comerciales, organizativas, entre otras.

Para efectos prácticos, lo importante de este concepto es empresas con un perfil económico
común, se agrupan de manera que requieren de un conjunto de bienes, servicios, soporte
tecnológico, investigación, normas apropiadas, entre otros, sobre el cual diversos actores e
instituciones, pueden constituir una plataforma de competitividad, con base en el plan de
desarrollo, que posibilite la dinamización del sector productivo, subsector o “producto estrella”
con el propósito de fortalecerlo, expandirlo, hacerlo más competitivo y eficiente. Al disponer de
los factores debe generarse un entorno favorable para el desarrollo de la economía, de manera
que se construyan plataformas locales de competitividad, es decir, instancias de cooperación
coherentes al plan, complementarias, articuladas y orientadas a la especialización productiva.

Enclave económico El enclave económico es una actividad productiva que ofrece muy limitadas
posibilidades de encadenamientos; por tanto, difícilmente se puede generar en torno suyo, un
sistema productivo local dinámico con un efecto multiplicador en la comunidad en términos de
bienestar, generación de riqueza y difusión tecnológica. Por ejemplo, las grandes empresas que
extraen materias primas constituyen un enclave económico en el territorio, ya que su producto
final prácticamente no tiene valor agregado, por lo que no se producen encadenamientos
productivos.

Contexto económico general Es el marco dado por las políticas nacionales e internacionales,
que establece las condiciones en las cuales opera el tejido productivo local. En las decisiones
sobre el contexto general, el nivel local tiene escasa posibilidad de influencia; sin embargo, estas
decisiones influyen fuertemente en el territorio, pudiendo constituir tanto una oportunidad
como una amenaza a la economía local.

En este apartado podríamos mencionar las políticas macroeconómicas, los tratados de libre
comercio porque pueden tener efectos negativos o positivos sobre determinado sector del
tejido productivo local y las Intervenciones o desarrollo de actividades económicas en la
proximidad geográfica que modifican el escenario de la economía local; por ejemplo, grandes
obras de infraestructura como puertos, aeropuertos, apertura de pasos fronterizos, carreteras
importantes, etc.

Los actores en el sistema económico local En cada localidad existen diferentes actores que
conforman lo que se conoce como el sistema económico local, estos son: el Gobierno Local,
empresas de bienes y servicios (industria, comercio, etc.), organizaciones de servicios de soporte
técnico y formativo (organizaciones no gubernamentales, universidades, tecnológico

La actuación coordinada de estos y su relación con otros de nivel regional y nacional, hace
posible el desarrollo de una serie de condiciones necesarias para el desarrollo de la economía
local, en el marco de un enfoque sistémico e integral del desarrollo. En el proceso DEL, cada
actor del sistema económico local debe cumplir funciones muy claras relacionadas a su misión
institucional.

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