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Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

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* CONFLICTO DE COMPETENCIA / DOMICILIO Y NOTIFICACION -
Distinción

“a tono con lo impuesto en el numeral 1 del artículo 23 del C. de P.C., el factor


territorial de la competencia se establece a modo de principio general, no exento
de salvedades, de conformidad con el fuero personal, según el cual está llamado
a conocer de un específico asunto el juez del lugar en que tenga su domicilio el
demandado, regla que impone la necesidad de delimitar el concepto de la
locución que emplea, para cuyo efecto se precisa atender la definición que
ofrece el artículo 76 del Código Civil mediante los dos elementos que
comprende, esto es, la residencia y el ánimo de permanecer en ella, conceptos
bien difereciados de la dirección en que puede ser notificada la persona, como
quiera que ésta únicamente presta el servicio procesal de permitir que a ella
llegue el conocimiento de la existencia de un trámite que la vincula, mientras
que el primero es determinante para señalar el lugar en que el procedimeinto ha
de adelantarse, en garantía de los derechos de esa convocada, circunstancia
que no cambia porque la dirección para comunicaciones o la residencia
individualmente considerada, esto es, carente de ánimus de avecindamiento,
puedan ser diferentes o hallarse en sitios diversos, dado que, como se ve aflorar,
es aquella noción –la de domicilio- la que utiliza la ley para fijar el Juez que
debe conocer”.
F.F.: art.76 del C.C.; art.75 num.11 del C. de P.C.

ASUNTO : Conflicto de competencia. Proceso ordinario


PONENTE : Cesar Julio Valencia Copete
AUTO 267
FECHA : 03/10/2003
DECISION : Juzgado Promiscuo de Familia de Cáqueza es
el competente
PROCEDENCIA : Juzgado Promiscuo de Familia de Cáqueza y 3
de Familia de Neiva
DEMANDANTE : Zipaquira Díaz, Olga Marina
DEMANDADO : Nancy Deyanira Cortes
PROCESO : 11001-02-03-000-2003-00203-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* DEMANDA DE CASACION / NORMA SUSTANCIAL - Concepto

“’la causal primera de casación exige la violación de una norma de derecho


sustancial, entre las cuales ´sólo están comprendidas aquellas que, al decir de la
Corte, én razón de una situación fáctica concreta, declaran, crean, modifican o
extinguen relaciones jurídicas también concretas entre las personas implicadas
en tal situación ..’, determinándose que se esa naturaleza no gozan entonces los
preceptos que ‘se limitan a definir fenómenos jurídicos o a descubrir los
elementos de éstos o a hacer enumeraciones o enunciaciones, como tampoco
las tienen las disposiciones ordinativas o reguladoras de la actividad in
procedendo’ (G.J.CLI, pág.241). Y más concretamente en lo relativo a normas
referentes a pruebas, ha expresado esta Corporación que no son sustanciales
´las disposiciones reguladoras de esta actividad y, en general, todas las que
disciplinan la actividad in procedendo’ (cas. De abril 19 de 1978, entre otras),
puntualizaando por demás que normas de tal estirpe ‘tampoco por sí solas
pueden dar base para casar una sentencia, sino que es preciso que de la
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infracción de una de esas disposiciones resulta infringida otra norma sustantiva..’


(G.J.LVI, pág.318) (G.J. CCXLIX, 2º. Sem. 1997 V.I., pág.536).

Los artículos 74 del C. de Comercio, 37 num.4, 175,179,180 y 307 del C. de


P.C.,no son normas sustanciales.

ASUNTO : Admiisbilidad demanda de casación


PONENTE : Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo
AUTO 268
FECHA : 03/10/2003
DECISION : Inadmite demanda de casación
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Medellín
DEMANDANTE : Cardona amírez, Simón Elías
DEMANDADO : Compañía Suramericana de seguros S.A.
PROCESO : 05001 31 03 011 2000 00375 01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* NULIDAD PROCESAL - Omisión para pedir o practicar pruebas /
PRUEBAS - Sistemas de valoración / ERROR DE DERECHO / DICTAMEN
PERICIAL – Necesidad / INDICADOR ECONOMICO - Hecho notorio / TABLA
DE SUPERVIVENCIA / PERJUICIO - Prueba - Dictámen pericial / LUCRO
CESANTE -DICTAMEN PERICIAL - Necesidad

1) NULIDAD PROCESAL - Omisión probatoria: La causal de nulidad procesal


consagrada en el numeral 6 del art.140 del C. de P.C., consistente en la omisión
para pedir o practicar pruebas, la cual no es dable extender a ningun otra causal
o irregularidad, “sólo se configura cuando se priva a las partes de la oportunidad
o del término para pedir pruebas, o se les cercena la oportunidad de su práctica,
pues son estas las irregulariddaes que definitivamente entendió el legislador
como lesivas de los derechos de contradicción y defensa. De ahí que la Corte
haya predicado que ‘la omisión del término de pruebas para engendre una
nulidad, debe implicar un evidente cercenamiento del derecho esencial que
asiste a las partes para pedir pruebas y que para que le sean decretadas y
practicadas, con notorio desconocimiento del fundamental derecho de defensa’
(G.J. t. CLXV, pág.70). Reiterandose “en sentencia de 13 de diciembre de
2002..que ‘sólo hay lugar, en lo atinente a pruebas, cuando el juez no concede a
los interesados la oportunidad establecida por la ley para pedirlas o practicarlas,
y no entonces cuando se abstiene de decretarlas de oficio’. De manera que si
de acuerdo con el criterio jurisprudencia transcrito no constituye la causa de
nulidad en comentario, la abstención del derecho de pruebas de oficio, mucho
menos la configura la imposibilidad o dificultad en su práctica”
F.F.: num.6 art.140 del C.P.C.

2) PRUEBAS - Sistemas de Valoración. ERROR DE DERECHO: En torno a la


posición del juez frente a los medios de prueba las legislaciones identifican dos
sistemas: la prueba leggal o tarifaria y la libertad probatoria. Esto último que es
el que por principio general acoge el art.175 del C. de P.C., en asocio con el
art.187 ibídem (libre apreciación de la prueba), implica que los hechos objeto de
investigación pueden ser probados por los medios que enunciativamente
presenta el artículo o por ‘cualesquiera otros medios que sean útiles para la
formación del convencimiento del juez”

“Bajo este entendimiento la exigencia de un medio específico, que es propio del


sistema de la prueba tasada, generalmente opera por virtud de disposición legal.
De ahí que la jurisprudencia de la Corporación reitaradamente haya calicomo
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error de derecho que el juzgador exija ‘para la justificación de un hecho o de un


acto una prueba especial que la ley no requiere’ (Sent. de 25 de septiembre de
1973).

3) DICTAMEN PERICIAL - Necesidad. INDICADOR ECONOMICO – hecho


notorio. TABLA DE SUPERVIVENCIA: “Con relación a la cuantificación de
perjuicios patrimoniales tradicionalmente se ha reconocido la ‘conveniencia’ de
procurar el auxilio de peritos, generalmente en consideración a las diferentes
metodologías utilizadas para fijar el valor. Sin embargo, ese proceder que
carece de asidero legal, pues ninguna disposición impone el medio específico,
no tiene otra explicación que el uso judicial, muchas veces injustificado porque ni
siquiera se presenta la necesidad de acudir a criterios técnicos para obtener la
valuación, como en muchas ocasiones ha tenido oportunidad de verificarlo la
propia Corporación, razón por la cual, a partir de elementales operaciones, ha
procedido a cuantificar directamente su valor, más hoy en día cuando factores
significativos del resultado, como los indicadores económicos nacionales, la ley
los considera hechos notorios (ley 794 de 2003, art.19), o la Corte mediante
jurisprudencia les confiere un valor probatorio similar en consideración al
carácter general y nacional, como ocurre con las tablas de supervivencia,
homologadas por resoluciones oficiales (sentencia de 19 de octubre de 2002).

4) LUCRO CESANTE - Prueba. DICTAMEN PERICIAL - Necesidad: “el


sentenciador incurrió en el desacierto de índole probatoria que le imputa el
censor, cuando se abstuvo de condenar a los demandados al pago del lucro
cesante futuro reclamado por la demandante, argumentando que por ..la
especialización de éstas materias su cálculo debió ser elaborado por expertos y
como .. esa prueba pericial se frustó’, pues ..tal valoración no constituye materia
excusiva del citado medio de prueba, ya que la ley no la ha erigido como tal. De
otra parte, la versación que pueda requerir su valuación económica tampoco
inmprescindible, pues en eventos de la índole mencionada el referido medio de
prueba constituye un instrumento postestativo al alcance del juez para su
correcta verificación, porque a tal cometido puede llegar con la utilización de
otros medios reconocidos o autorizados por la ley, cuya exclusión para los
efectos que se vienen comentando claramente apareja la transgresión del
principio de libertad probatoria consagrado por el art.175 del C. de P.C.

“Tratándose de indemnizaciones por lucro cesante futuro derivado del ejercicio


profesional liberal ‘Es natural tener en cuenta la declinación de la vida, que
constituye la capacidad de trabajo, la que no siempre se mantiene uniforme en
toda la duración de aquélla (Sent. de 22 de julio de 1943)”.

ASUNTO : Casación.Responsabilidad médica


PONENTE : José Fernando Ramírez Gómez
SENTENCIA 106
FECHA : 03/10/2003
DECISION : Casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Cali
DEMANDANTE : Burgos Delgado, Myriam
DEMANDADO : Sociedad Centro Médico Imbanaco de Cali S.A.
y los médicos Jochen Gerstner Bruns, Luis Felipe Villota y Jose Oriol
Vásquez
PROCESO : 7368
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* CONFLICTO DE COMPETENCIA / COMPETENCIA TERRITORIAL - Fueros;


Municipio

“el fuero personal, determinado por el lugar del domicilio o residencia de las
partes; el real, que atiende al lugar de ubicación de los bienes o del suceso de
los hechos, y el contractual, que consulta el lugar de cumplimiento del contrato.

“la existencia de otros fueros concurrentes, bien sucesivamente, esto es, uno a
falta de otro, como acontece con el determinado por el lugar de residencia del
demandado, cuando éste carece de domicilio, o concurrente por elección, como
en los procesos originados en relaciones de índole contractual, en los que por
mandato del numeral 5 de dicha disposición, es competente también el juez del
lugar de su cumplimiento, es decir, concurren el foro personal y el real, de
discreción del actor.

“Tratándose de procesos contenciosos en los cuales interviene como parte


alguna de las entidades señaladas en el numeral 18 del artículo 23, entre ellas,
un municipio, el citado precepto dispone que de ellos ‘..conocerá el juez del
domicilio o de la cabecera de la parte demandada’ a menos que dicha parte esté
conformada por uno de tales sujetos y un particular, pues en tal caso prevalece
el fuero de aquél.
F.F.: art.23 num.18 del C.P.C.

ASUNTO : Conflicto de competencia. Proceso ejecutivo


PONENTE : José Fernando Ramírez Gómez
AUTO 270
FECHA : 03/10/2003
DECISION : Jdo. 2 Promiscuo del Circuito de Charalá
competente
PROCEDENCIA : Jdo.4 Civil del Circuito de Bucaramanga y 2
Promiscuo del Circuito de Charalá
DEMANDANTE : Electrificadora de Santander S.A. e.s.p.
DEMANDADO : Municipio de Charalá
PROCESO : 11001-02-03-000-2003-00197-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* COSTAS- Liquidación / REPPOSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA PARTE /
AGENCIAS EN DERECHO

“dado que la materia de costas es gobernada por un criterio particularmente


objetiVo, la condena en costas depende solamente del vencimiento puro y
simple de la parte, esto es, sin reparar en la mala fe o la temeridad con las que
ésta hubiese obrado”., “aspectos estos ´´ultimos que, valga la pena acotarlo, no
fueron dejados de lado por el legislador, habida cuenta que ellos constituyen el
soporte de la condena al pago de perjuicios prevista en el artículo 74 ejusdem”.

La suma señalada en favor de la parte opositora por razón de agencias en


derecho, además de no exceder el tope establecido por el Consejo Superior de
la Judicatura -resolución 1887 de junio 26 de 2003, por medio de la cual dicha
entidad estableció la suma equivalente a 20 salarios mínimos (hoy
$6.640.000,oo) la remuneración máxima a la que hay lugar por razón de la
formulación del recurso extraordinario- constituye una justa retribución al
litigante que durante el referido lapso hubo de estar pendiente de los resultados
del recurso, labor esta que, desde luego, no se manifiesta en actos procesales
concretos.
F.F.: art.375 del C.P.C.; art.74 ibídem; resolución 1887 de junio 26 de 2003.
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ASUNTO : Objeción liquidación costas


PONENTE : Jorge Antonio Castillo Rugeles
AUTO 271
FECHA : 03/10/2003
DECISION : Infundada objeción
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Bogotá
DEMANDANTE : Sociedad Caes Ltda
DEMANDADO : La Compañía de Financiamiento Comercial
PROCESO : 6900
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* NULIDAD PROCESAL - Interrupción del proceso - Enfermedad grave /
ENFERMEDAD GRAVE - Concepto

En tratándose de nulidad procesal por interrupción procesal de que trata el


num.2 del art.168 del C.P.C., “Dos son los requisitos legalmente exigidos para
que petición similar a la de hoy prospere, el primero de los cuales hace
referencia a la oportunidad en la medida que debe ser invocada la nulidad dentro
de los cinco días siguientes a aquel en que haya cesado la incapacidad, al paso
que el segundo consiste en la demostración de la presencia de una enfermedad
grave, cual se advirtió”.

“Ahora, en lo tocante con el entendimiento que debe darse a la expresión


enfermedad grave a que alude el precepto en mención, ha reconocido la
Corte que comporta la imposibilidad de actuar en el trámite por sí mismo o
por medio de terceros, lo cual se deduce de la orden de reposo absoluto que
profiera el médico tratante, como quiera que ella implica precisamente la
pérdida temporal, de las facultades que permitirían la actividad que la
gestión encargada demanda. En torno de ello dijo la Sala en sentencia del 7
de diciembre de 2000 que ‘… si bien se ha dicho que quien ‘está en
condiciones de desenvolver sus facultades intelectivas, así las puramente
físicas hayan sufrido desmedro’, no le es dable excusarse en orden a
‘encauzar su actividad profesional’, pues ésta puede ‘satisfacerse
provisionalmente’ apelando a otros medios, como a la sustitución del poder
(G. J. Tomo CXXXIV-66, reiterada en auto de 10 de septiembre de 1993),
desde el punto de vista jurídico el estado patológico de grave no puede ser
tan estricto, al extremo de rayar con lo inhumano, sino que debe mirarse en
función de la razón de ser de la interrupción, cual es asegurar la intervención
de las partes en los procesos judiciales, porque el remedio de la sustitución
del poder, aunque procedente, terminaría imponiéndose como una
obligación, pese a ser una facultad, y porque lo inesperado e insuperable no
puede excluir los casos en los que el apoderado se encuentra en
condiciones de ejercer debidamente sus facultades intelectivas, verbi gratia,
una prescripción médica que exige ‘reposo absoluto’, lo cual supone cama o
silla de ruedas e implica que el paciente sólo puede realizar actividades
básicas (comer, higiene personal), excluyendo por supuesto el trabajo, pues
en todo lo demás debe ser asistido, como lo entiende la práctica médica”.
F.F.: art.168 num.2 del C. de P.C.

ASUNTO : Solñicitud de nulidad procesal por


ininterrupción del proceso por enfermedad grave.
PONENTE : Cesar Julio Valencia Copete
AUTO 273
FECHA : 06/10/2003
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DECISION : Se decreta nulidad solicitada


INTERPUESTO POR : Duarte de Ardila, Cristina
DEMANDANTE : Patricia Name Vásquez en nombre y
representación de la menor María Patricia Ardila Name
DEMANDADO : Cristina Duarte de Ardila y herederos
indetermiandos de Jorge Ardila Duarte
PROCESO : 11001-02-03-000-2003-00164-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* CONFLICTO DE COMPETENCIA - Proceso contra sociedad /
COMPETENCIA TERRITORIAL - Proceso contra sociedad; Pluralidad de
demandados

1) “por el fuero domiciliario a que aluden varios de los numerales del artículo 23
del C. de P.C., cuál es el juez competente cuando se demanda a una sociedad,
caso en el cual, la regla general del fuero personal, esto es el domicilio del
demandado contemplado en el numeral 1º. del artículo 23, se complementa con
la regla especial contenida en el numeral 7º. del mismo precepto, adicionado por
el art. 46 del Decreto 2651 de 1991, según el cual el competente para conocer
de los procesos contra una sociedad, a prevención, es el juez de cualquiera de
los siguientes lugares: el del domicilio principal de la sociedad; el del domicilio de
su representante legal; o el del domicilio de la sucursal o agencia, cuando se
trate de asuntos vinculados a las mismas.

“esta Sala en auto número 152 del 15 de junio de 1995 señaló: “El fuero o foro
del domicilio es concurrente a elección del demandante cuando se trata de un
proceso contra una sociedad, pudiéndose demandar en uno cualquiera de los
lugares que seguidamente se indican, pero por su iniciativa y no por imposición
del juez, escogido uno de los cuales excluye a los demás: a) En el lugar del
domicilio principal de la sociedad cuando ésta no ha establecido agencias ni
sucursales; b) En el lugar del domicilio principal de la sociedad cuando dicha
sociedad ha establecido agencias y sucursales así se trate de asuntos
vinculados a una de sus agencias o sucursales; c) En el lugar del domicilio de la
agencia o sucursal pero únicamente respecto de asuntos vinculados a la
agencia o sucursal; y d) En el lugar del domicilio del representante legal de la
sociedad”.
F.F.: art. 46 del Decreto 2651 de 1991; art.23 num.7 del C. de P.C.

2) “ la regla 3ª. del artículo 23 del C. de P.C. otorga al demandante la posibilidad


de escogencia del lugar en que demandará cuando hay varios demandados”.
F.F.: art.23 num.3 del C. de P.C.

ASUNTO : Conflictod e competencia. Proceso contra


sociedad
PONENTE : Edgardo Villamil Portilla
AUTO 274
FECHA : 06/10/2003
DECISION : Jdo.39 Civil Municipal de Bogotá competente
PROCEDENCIA : Jdo.39 Civil Municipal de Bogotá y 10 Civil
Municipal deCali.
DEMANDANTE : Districlínicos Carper y Cía. Ltda.
DEMANDADO : Aerovías Nacionales de Colombia S.A.
AVIANCA, y Gestión Cargo Ltda.
PROCESO : 11001-02-03-000-2003-00204-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___
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* CASACION - Cuantía; interés para recurrir

“para recurrir en casación, la sentencia impugnada debe causarle al


recurrente un agravio que, justipreciado para la época en que el fallo se
profirió, debe ser igual o superior a 425 salarios mínimos mensuales,
según lo establece el artículo 366 del Código de Procedimiento Civil,
modificado por la Ley 592 de 2000.

“Y es igualmente claro que si el valor de ese interés, en los casos en que es


necesario tenerlo en cuenta, no se halla determinado en el proceso, el Tribunal,
antes de resolver sobre la concesión del recurso, necesariamente tiene que
ordenar que se ‘justiprecie por un perito’ (art. 370 C.P.C.), cuyo concepto -como
es apenas obvio-, debe ser valorado por el juzgador teniendo en cuenta ‘la
firmeza, precisión y calidad de sus fundamentos’, lo mismo que ‘los demás
elementos probatorios que obren en el proceso’ (art. 241 ib.), todo ello con el fin
de establecer, con el rigor que es necesario en tan delicada materia, cuál es el
verdadero valor del agravio que la sentencia censurada le irroga al recurrente,
pues ‘sólo la cuantía de la cuestión de mérito en su realidad económica en el día
de la sentencia, es lo que realmente cuenta para determinar el monto del
comentado interés’”.

En el presente caso, “el recurso aparece prematuramente concedido, pues no


fue claramente establecido el interés para recurrir en casación, lo cual es de
competencia exclusiva del Tribunal. De ahí que la Corte no pueda, en este
momento, proveer sobre su admisión”.

ASUNTO : Admisibilidad recurso de casación.


PONENTE : Edgardo Villamil Portilla
AUTO 275
FECHA : 06.10.2003
DECISION : devolver el expediente
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Bogotá
DEMANDANTE : Salgado de Bernal, Edilma
DEMANDADO : Flota Usaquén Ltda., Armando y Luis Abello
Muñoz
PROCESO : 11001-3103-026-1994-14138-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* NULIDAD PROCESAL - Legitimación / NULIDAD PROCESAL - Indebida
notificación o emplazamiento - Legitimación / PRINCIPIO DE
CONGRUENCIA / SENTENCIA - Unidad

1) NULIDAD PROCESAL - Legitimación: “la nulidad sólo puede alegarse


por la parte afectada con ella. Postulado que cubre por igual cualquiera
que fuese la causal.

“Sin embargo de tan obvia conclusión, el legislador quiso ser más


enfático todavía y dispuso, a renglón seguido, que la nulidad ‘por
indebida representación o falta de notificación o emplazamiento en legal
forma, sólo podrá alegarse por la persona afectada” (Sentencia de 8 de
mayo de 1992, G.J. t, CCXVI, pág. 316)”.
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F.F.: Art.143 inc.3 del C.P.C.


Igual sentido: Sentencia 4 de febrero de 1987

2) SENTENCIA - Unidad: “Es principio que gobierna el derecho procesal civil el


de la congruencia, por virtud del cual se exige que el pronunciamiento
jurisdiccional deba expresarse de manera concreta sobre la materia litigiosa
sometida a su conocimiento por las partes en la formulación de sus pretensiones
o excepciones, principio dentro de cuyo contenido se ubican los específicos
linderos del juez al proferir el fallo. En su aspecto formal y sustancial, el referido
postulado se encuentra consagrado en los artículos 304 y 305 del Código de
Procedimiento Civil, y su contenido se ha precisado por la Corte, expresando
que "el fallador, pues, no puede, sin desbordar los límites de su potestad,
resolver temas que no hayan sido propuestos oportunamente por las partes, y
tampoco puede, desde luego que se reclama su intervención para desatar el
litigio, dejar sin decisión materias de las que fueron sometidas a su composición.
Por ello, de manera terminante ordena el artículo 304 del C. de P. Civil, que la
parte resolutiva de la sentencia deberá contener decisión expresa y clara sobre
cada una de las pretensiones de la demanda y de las excepciones, y el 305
siguiente puntualiza que el fallo deberá ser consonante con esas pretensiones y
con las excepciones dichas. La resolución judicial entonces debe ser respuesta
acompasada con lo pedido por el demandante y con las defensas del
demandado; no puede exceder los límites y tampoco puede dejar sin desatar los
precisos temas que fueron sometidos a su decisión" (Sent. de 29 de agosto de
1998, no publicada oficialmente)”.

"si bien el asiento de la fuerza obligatoria de una sentencia ha de buscarse en su


parte resolutiva, en razón de lo dispuesto por el art. 471 del Código Judicial (hoy
el 304 del de Procedimiento Civil), ello no significa que, para analizar el alcance
de la parte resolutiva, haya de tenerse en cuenta solamente la forma de ésta,
como un postulado autónomo, sino que su sentido y alcance han de tenerse en
armonía con los fundamentos aducidos en la motivación, en cuanto constituyan
los supuestos necesarios o determinantes del pronunciamiento. Y es más: como
el objetivo de la función del juez en el proceso de conocimiento es el acto de
decisión, en el que se concreta la voluntad de la ley, debe entenderse que ese
acto decisorio se recoge, no solamente en el sector del fallo formalmente
destinado a servir de sede de la sentencia, sino allí en donde quiera que por
ésta se decide algún punto de la controversia, con esa específica significativa y,
por lo tanto, con destino a producir fuerza de cosa juzgada sustancial" (G.J. t,
CXIV, pag. 82).
F.F.: art.305 del C. de P.C.

ASUNTO : Casación. Simulación.


PONENTE : Cesar Julio Valencia Copete
SENTENCIA 108
FECHA : 07.10.2003
DECISION : No Casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Bogotá
DEMANDANTE : Rodríguez de Muñoz, Matilde, Jorge Ismael,
Yolanda María y Juan Manuel Muñoz, cónyuge sobreviviente e hijos de
Juan de Dios Muñoz Duarte, respectivamente.
DEMANDADO : Elvira Díaz de Villamil, María Edilma Henao
Martíznez, Sandra Patricia Muñoz Díaz, Gloria Myriam Díaz y Pedro Julio
Villamil Díaz.
PROCESO : 6928
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___
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* LITISCONSORCIO NECESARIO - Confesión / CONFESION - Ficta / INDICIO
- Grave - Contestación de la demanda / CONTESTACION DE LA DEMANDA -
Indicio grave / DEMANDA - Contestación - Omisión / INDICIO - Error de
hecho / CASACION - Acto jurídico y sentencia - Aniquilación

1) LITISCONSORCIO NECESARIO - Confesión: “ ‘en tratándose de cuestión


litigiosa que haya de resolverse de manera uniforme para todos los
litisconsortes, cual sucede cuando existe litis consorcio necesario, los actos que
impliquen disposición del litigio y la confesión, pueden producir sus efectos si
emanan de todos los que integran el consorcio’ (G.J. T CXLII, pág. 52). Y en ese
orden de ideas se ha explicado que la confesión ficta de que trata el artículo en
comento, ‘de ninguna manera puede tener el alcance infirmatorio que el cargo
insinúa, pues a semejante resultado se oponen los artículos 51 y 196 del código
de procedimiento civil, preceptos estos por cuya virtud ha de entenderse que en
los eventos de litisconsorcio y mediando entre los distintos sujetos que integran
la respectiva parte relaciones de que define el artículo 83 ibídem, a una
presunción como la que en su inciso segundo consagra el artículo 210
mencionado no pueden imprimírsele consecuencias exorbitantes que, cual
acontece con las aquí sugeridas, además de contrariar el postulado de la
relatividad de la confesión, podrían comprometer la uniformidad que la decisión
judicial debe guardar frente a todos los litis consortes’ (G.J. t. CCXVI, sent. de 21
de mayo de 1992, pág. 457)”.
F.F.: art.51 y 196 del C.P.C.

2) INDICIO - Grave - Contestación de la demanda: “Ciertamente expresa el


artículo 95 del estatuto procesal que ‘la falta de contestación de la demanda o de
pronunciamiento expreso sobre los hechos y pretensiones de ella, o las
afirmaciones o negaciones contrarias a la realidad, será apreciada por el juez
como indicio grave en contra del demandado, salvo que la ley le atribuya otro
efecto’. Naturalmente, la precedente sanción legal halla su fuente en los
principios de la lealtad procesal y la buena fe probatoria, pues que se entiende
que frente a la demanda introductoria el demandado ha de adoptar una actitud
activa y sincera, fijando su posición frente a los hechos y pretensiones,
facilitando de tal suerte el desenvolvimiento del proceso, la función probatoria y
una acertada solución del conflicto. Por modo que, como lo ha dicho la Corte,
‘quienes se ven precisados a afrontar la litis o a intervenir en esta de cualquier
manera, tienen la obligación moral y jurídica de mostrarse sinceros y de manifestar
la verdad. Por ende, no están habilitados para actuar fraudulentamente, ni tampoco
para adoptar actitudes ambiguas; más aún, tampoco les está permitido que actúen
con perniciosa reticencia, porque al proceso son convocados para que lo arrostren
y lo encaren sin las elusiones que en un momento dado les represente provecho o
ventaja’ (G.J. t.CCXXXIV, sent. de 27 de febrero de 1995, pág. 311).

“En razón de tan caros principios para el proceso es que ha querido el legislador,
según lo dicho igualmente por la Corte en el fallo que viene de citarse, ‘que el
demandado afronte de manera concreta y precisa el pleito, advirtiéndole que si
arranca el mismo con total inobservancia de ello, lo que ciertamente alcanza el
punto máximo de dejadez con no contestar el libelo demandatorio, en su contra
se yergue de ordinario un indicio grave (artículo 95 del Código de Procedimiento
Civil). Pero sin creerse que el deber se da por cumplido con sólo contestarla;
porque yendo la ley más lejos todavía, no permitió que la respuesta se diera de
cualquier modo, sino que procuró que al momento de hacerse siga operando el
principio de la lealtad, exigiendo al demandado, entre otras cosas, "un
pronunciamiento expreso sobre las pretensiones y los hechos de la demanda,
con indicación de los que se admiten y los que se niegan. En caso de no
constarle un hecho, el demandado deberá manifestarlo así' (...) y esto lo
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consideró tan grave como no contestarla, que previó por igual que aquel efecto
probatorio".
F.F.: art.95 del C.P.C.

3) INDICIO - Error de hecho: “En relación con la prueba indirecta se tiene


estudiado que ella, por lo general, adquiere fuerza evidenciadora en conexión
con otras pruebas; y que los hechos indicadores -que son propiamente los
indicios- deben estar conectados en forma tal que constituyan eslabones de una
misma cadena, de manera que conformen un sistema completo y no un conjunto
de circunstancias dispersas sin conexión interna entre sí; por lo demás, tales
hechos han de guardar armonía tanto entre sí como con aquello que se quiere
probar, amén de que el conjunto indiciario debe salir avante frente a pruebas
infirmantes o contraindicios.

“Es así como el tratamiento de esta prueba implica primeramente un proceso


inductivo, que conduce a tener por cierto que un particular acontecer es el que
ordinariamente sucede, y luego uno deductivo mediante el cual la regla de
experiencia así obtenida se aplica a lo conocido para averiguar lo desconocido;
todo lo cual señala la preponderancia de lo subjetivo en el manejo de esta
probanza, pues resulta notorio que para establecer esa relación entre hechos
adviene principalísimo el discurrir del hombre, "hasta el punto de hacerse inevitable
que en el razonamiento participen aun las características netamente personales del
juzgador, tales como su edad, el sexo, educación o la cultura", pues que siempre
se parte de un hecho conocido ‘para que vuele la inteligencia y por medio de la
dialéctica llegue a una conclusión’ (Cas. Civ. sentencias de 22 de julio de 1943 y
14 de marzo de 2000, Exp. 5177).

“Todo esto explica porqué se ha considerado que en este terreno de la prueba


indirecta se magnifica el postulado de la autonomía del juzgador, al punto de ser
posible aseverar que el debate en torno a las inferencias realizadas por aquél
queda prácticamente cerrado en la instancia de modo que el ámbito de la
casación se circunscribe prácticamente a los eventos en que ‘el sentenciador
tenga por probados hechos básicos sin estarlo, es decir, que haya sacado
deducciones de hechos que no están acreditados en el proceso; o que haya
ignorado hechos debidamente comprobados, suficientes por sí mismos para
imponer una consecuencia contraria a la del fallador; o que haya dejado de
relacionar los varios indicios entre sí, cuando de esta labor habría de deducirse
necesariamente una labor opuesta a la abrazada por él, o en fin, cuando en la
interpretación de los indicios o en la labor de conectar unos con otros haya
establecido una relación que repugna a la lógica’.( G.J. tomos. CXII, CXIV, págs.
190 y 91, LXXXVIII, pág. 76)”.

4) CASACION - Acto jurídico y sentencia - Aniquilación: “cuando en casación


se acusa al tribunal por haberse atenido a la voluntad declarara, ‘le espera una
doble y las más veces ardua tarea de aniquilación: de un lado derruir la
presunción de seriedad que rodea el acto jurídico controvertido y de otro arruinar
aquella que, a su turno, protege la sentencia. Es, pues, una doble barrera la que
el acusador se ve forzado a traspasar. Lo cual se intentó en este caso, mas sin
éxito según se vio’ (G.J. t. CCLXXIII, sent. de 16 de julio de 2001, expediente
6362)”.

ASUNTO : Casación. Nulidad relativa del remate


PONENTE : Manuel Ardila Velásquez
SENTENCIA 111
FECHA : 15/10/2003
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Bucaramanga
DEMANDANTE : Sampayo Noguera, Dimas
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DEMANDADO : Juan Carlos Guerrero Ortega y Augusto Eliseo


Sampayo Noguera
PROCESO : 7635
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

===============================================================
* REPOSICION - Rechazo; Improcedencia contra auto aceptó
desistimiento / SUPLICA - Procedencia contra auto aceptó desistimiento

Se rechaza por improcedente le recurso de reposición porque “el auto objeto del
recurso analizado que decisió sobre el desistimiento, al encontrarse enlistado
como apelable no es susceptible del medio impugnativo utilizado. Sin duda,
atendidas las voces del primer párrafo del artículo 363 del estatuto procesal civil,
era el de súplica el recurso apropiado contra la providencia en cuestión, sin que
contra la misma procediese la reposición.
F.F.: art.363 del C.P.C.

ASUNTO : Decisión del recurso de reposición.


PONENTE : Manuel Isidro Ardila Velásquez
AUTO 278
FECHA : 15/10/2003
DECISION : Se rechaza por improcedente recurso de
reposición
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Bogotá
DEMANDANTE : Grancolombiana de Ingeniería y
Construcciones S.A. Grandicón S.A.
DEMANDADO : Desarrollo de Operaciones Mineras S.A. Domi
S.A.
PROCESO : 1994-20665-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

===============================================================
* PRINCIPIO DE CONGRUENCIA / INCONSONANCIA - Modalidades /
INTERPRETACION DE LA DEMANDA / VIOLACION NORMA SUSTANCIAL E
INCOSONANCIA / TECNICA DE CASACION – Entremezclamiento de
causales - 1 y 2 / ERROR DE HECHO Y DE DERECHO - Distinción / ERROR
DE HECHO - Demostración; Dictámen pericial / DICTAMEN PERICIAL –
Error de hecho / MEDIO NUEVO / FUERZA MAYOR - Imprevisión

1) INCONSONANCIA Y VIOLACION NORMA SUSTANCIAL - Interpretación de la


demanda: “Es bien sabido que el principio de la congruencia que debe informar a
la sentencia, se infringe ‘cuando hay falta de conformidad entre lo pedido y lo
resuelto, en cualquiera de estas formas: 1) ultra petita: si provee sobre más de lo
pedido; 2) extra petita: si provee sobre pretensiones o excepciones que
debiendo ser alegadas no fueron propuestas y, 3) mínima petita: cuando omite
decidir sobre todo lo pedido’ (sent. 107 de julio 21 de 1993, exp. 4383, reiterada
en mayo 16 de 2000, exp. 6295).

“Infiérese de lo anterior que la señalada causal, únicamente puede derivar de un


error in procedendo, en la medida en que traduce la vulneración de una norma
de procedimiento: el artículo 305 ibídem, en cuya virtud la sentencia ha de estar
en armonía con lo pedido y manifestado por las partes, en las oportunidades y
con arreglo a las pautas referidas precedentemente. De consiguiente, el censor,
cuando enderece su ataque por la causal segunda de casación, debe
necesariamente, sustraerse de toda consideración atinente al análisis que de las
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pruebas haya hecho el juzgador, la cual bien puede plantear como un yerro in
judicando, acorde con el mismo artículo 368, denunciando la vulneración de una
norma sustancial como consecuencia de ‘un error manifiesto en la apreciación
de la demanda, de su contestación o de determinada prueba’. En últimas, ha de
asumirse que, por razones de orden técnico, el hecho de que el impugnante
proceda a "enjuiciar la actividad del sentenciador en el campo probatorio" será
"razón más que suficiente para que la censura no prospere" (sent. de marzo 16
de 1993 reiterada en fallo de mayo 24 de 2000, exp. 5399), se itera, cuando
quiera que se trate de cargos apoyados en la causal segunda de casación”.
F.F.: art.368 num.2 del C.P.C.; art.305 ibídem.

2) ERROR DE HECHO Y DE DERECHO - Distinción: “el error de hecho y el de


derecho, en materia de apreciación probatoria que por vía indirecta lleva a la
violación de norma sustancial, no pueden ser de ninguna manera confundidos,
pues el ‘... de hecho implica que en la apreciación se supone o se omitió una
prueba”, mientras que el de derecho parte de la base de ‘... que la prueba fue
exacta y objetivamente apreciada pero que, al valorarla, el juzgador infringió las
normas legales que reglamentan tanto su producción como su eficacia” (cas. civ.
de octubre 19 de 2000, Exp. 5442), diferencias que hacen ‘...que sean
recíprocamente excluyentes respecto de un mismo medio de prueba; o sea, que
cuando se combate la sentencia por violación de las normas sustanciales por
repercusión de la ocurrencia de aquellos, no es admisible para la prosperidad
del cargo en que se arguye error de hecho, sustentarlo con razones propias del
error de derecho, ni viceversa, pues en el fondo implica dejar enunciado el cargo
pero sin la sustentación clara y precisa que exige la ley; y, dada la naturaleza
dispositiva del recurso de casación, le está vedado a la Corte escoger a su libre
arbitrio entre uno y otro yerro para entrar a examinar las acusaciones
propuestas’ (cas. civ. de septiembre 15 de 1998, Exp. 4886)”.

3) ERROR DE HECHO - Demostración: “si se denuncia la violación indirecta de


la ley como consecuencia de error de hecho manifiesto en que haya podido
incurrir el sentenciador en la apreciación de la demanda o de su contestación o
de determinada prueba, incumbe al recurrente su cabal demostración, para lo
cual ‘no será suficiente si se limita a proponer, a la manera de un alegato de
instancia, la propia apreciación que tiene de los hechos y de las pruebas, sin
confrontarla con las consideraciones que sobre éstos hizo el sentenciador; labor
indispensable para indicar, inequívocamente y con precisión, en qué consisten
los yerros que le apunta al sentenciador. Y si se le imputa al fallador error de
derecho, no le basta al impugnante con decir que se violaron de medio una o
varias normas de disciplina probatoria, sino que hácese indispensable además,
explicar “en qué consiste la infracción’ (cas. civ. del 31 de agosto de 2000, Exp.
5545).”.
Igual sentido: Sent.084 de mayo 14 de 2001, exp.6752.

4) DICTAMEN PERICIAL - Error de hecho: “el dictamen pericial ‘debe estar


precedido de las explicaciones o debida fundamentación…la calificación de si tal
prueba viene o no fundamentada, le corresponde hacerla libremente al juzgador’
y esa conclusión prevalecerá, en sede de casación, mientras no se "compruebe
que en esa apreciación se incurrió en verdadero error de hecho que aparezca de
bulto o de manifiesto en autos’ (cas. civ. no publicada de febrero 18 de 1981,
Ordinario Susana Castillo y otros, contra Miguel Antonio Cañón, )”.

5) CASACION - Cargos - Demostración : “la carga que recae en cabeza del


casacionista, no es la de enunciar el yerro, sino la de demostrarlo cabalmente, lo
que es enteramente disímil. Al punto se dijo por esta Corporación: ‘si impugnar
es refutar, contradecir, controvertir, lo cual exige como mínimo, explicar que es
aquello que se enfrenta, fundar una acusación, es entonces asunto mucho más
elaborado, como quiera que no se logra con un simple alegar que el juzgador de
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instancia carece de razón, sino que impone, para el caso de violación de la ley
por la vía indirecta, concretar los errores que se habrían cometido al valorar
unas especificas pruebas y mostrar de qué manera esa equivocaciones
incidieron en la decisión que se repudia’ (cas. civ de 27 de febrero de 2001, Exp.
5839, reiterada en cas. civ. 11 de marzo de 2003, Exp. 7322)”.

6) MEDIO NUEVO: “toda alegación enderezada a demostrar que ‘el


sentenciador de segundo grado incurrió en errores en la apreciación de alguna
prueba por razones de hecho o de derecho que no fueron planteadas ni
discutidas en las instancias, constituye un medio nuevo, no invocable en el
recurso de casación’ (CXXXIV, 84), puesto que el cargo "planteado por primera
vez en casación, con base en aspectos legales que se le imputan a la aducción
de la prueba…implica un medio nuevo que no puede ser atendido por la Corte,
cuya doctrina rechaza, como medio de esta especie, el hecho de que una
sentencia haya tomado en consideración elementos probatorios que no tuvieron
tacha alguna en trámites anteriores, acusación que al ser admitida, resultaría
violatoria del derecho de defensa de los litigantes y reñida con la índole y
esencia del recurso extraordinario’ (CXLVII, 25; 30 de abril de 1980, no publicada
y sent. de marzo 30 de 1998, exp. 5022). Bien se ha acotado, una y otra vez,
que lo que no existe en las instancias, no existe en el marco de la casación”.

7) TECNICA DE CASACION - Ataque todos los fundamentos: “cuando se


denuncia la infracción de la ley sustancial, como consecuencia de error de hecho
en la apreciación probatoria, ‘la crítica que propone el censor debe ser, de un
lado simétrica, de modo tal que se dirija específicamente a destruir cada uno de
los fundamentos fácticos de la sentencia enjuiciada; y de otro, debe ser
consistente, es decir, que el mérito de la propuesta tenga virtualidad para excluir
la tesis del Tribunal’ (cas. civ. de octubre 2 de 2001, Exp. 6997), pues de no ser
así, prevalecerá la acerada presunción de acierto y legalidad que escolta a los
fallos censurados en casación”.
Igual sentido:

8) FUERZA MAYOR - Imprevisión: “tres criterios sustantivos han sido esbozados


…, en orden a establecer cuando un hecho, in concreto, puede considerarse
imprevisible, en la medida en que es indispensable, como lo ha recordado la Corte
una y otra vez, examinar cada situación de manera específica y, por contera,
individual, a fin de obviar todo tipo de generalización: 1) El referente a su
normalidad y frecuencia; 2) El atinente a la probabilidad de su realización, y 3) El
concerniente a su carácter inopinado, excepcional y sorpresivo’ (cas. civ. del 23 de
junio de 2000, antes citada)”.

ASUNTO : Casación. Responsabilidad por mal manejo de


la evacución de aguas existentes en los embalses.
PONENTE : Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo
SENTENCIA 112
FECHA : 21/10/2003
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.A
CIUDAD : Ibagué
DEMANDANTE : Sociedad Hidroeléctrica de Betania S.A.
DEMANDADO : Josue Antonio Pérez Figueroa
PROCESO : 7486
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* IMPUGNACION DE LA PATERNIDAD LEGITIMA Y EXTRAMATRIMONIAL -
No haber tenido por padre al legitimante / PATERNIDAD
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EXTRAMATRIMONIAL – Posesión notoria - Paternidad biológica /


IMPUGNACION E INVESTIGACION DE LA PATERNIDAD

1) IMPUGNACION DE LA PATERNIDAD: “es lo cierto que para impugnar ese


estado civil de hija de Alvaro, ESPERANZA debía acreditar que ella no podía
tenerlo por padre, pues esta causal prevista en el numeral 1º del artículo 248
anotado –que es en puridad el desconocimiento de la paternidad- se aplica tanto
para la impugnación de la legitimación, como para la impugnación del
reconocimiento de hijo natural (artículo 5º de le ley 75 de 1968)”.
F.F.: artículo 5º de le ley 75 de 1968; num.1 art.248 C.C.

2) PATERNIDAD BIOLOGICA. POSESION NOTORIA: “La paternidad biológica,


como faceta refleja de la filiación, como lazo de sangre que une a un varón con
una persona, de modo que el primero es el ascendiente de la segunda, o mejor,
la segunda es emanación genética del primero, no se determina con el parto,
cual ocurre con la maternidad -en la codificación civil-, sino con la concepción, la
que, en el común de los casos, es producto de la cohabitación de un hombre y
una mujer. Y como estas relaciones suelen ser privadas, vale decir que por lo
general son íntimas y en veces ocultas, la ley, desde antiguo, ha recurrido a
diversos medios indirectos que permitiesen, mediante una cadena de
inferencias, llegar al conocimiento presunto de esa concepción, tanto en lo que
concierne a la época de la misma, como en relación con la persona del varón
que la hizo posible.
“Con todo, debe advertirse que al lado de dichas presunciones e inferencias, la
ciencia ha venido prestando su concurso en tan importante materia, como lo
muestra el artículo 7º de la ley 75 de 1968, que imponía al juez decretar en los
procesos de investigación de la paternidad y la maternidad, los exámenes
personales del hijo y sus ascendientes y de terceros, tendientes a reconocer las
características antropo-heredo-biológicas paralelas entre el hijo y su presunto
padre o madre, “con análisis de los grupos sanguíneos” y otros caracteres,
exámenes que hoy, por virtud de la ley 721 de 2001, deben emplear, por
supuesto, técnicas más avanzadas que las previstas entonces.
“Antes de esta ley, bien es sabido, el Código Civil y en general las leyes que lo
modificaron en esta materia (v. gr. artículos 5º y 6º de la ley 95 de 1890), o las
que dieron cabida a la investigación de la paternidad natural o extramatrimonial
(ley 45 de 1936, ley 75 de 1968), acudían a presunciones e indicios que, por la
fuerza del avance científico, fueron acompañados de las pruebas antropo heredo
biológicas, exigidas por lo demás desde 1968 como obligatorias (artículo 8º de la
ley 75 de 1968).
“La teleología que informa en este asunto al Código Civil es otra, como no podía
ser de manera diferente en razón de la época de su expedición. Así, se
establecen presunciones, que hasta fueron en su tiempo de derecho (v. gr.
artículo 92 del Código Civil), tendientes a brindar herramientas para la
averiguación del interrogante de la paternidad. El artículo 214 del Código Civil, a
su turno, dispone que ‘el hijo que nace después de expirados los ciento ochenta
días subsiguientes al matrimonio, se reputa concebido en él y tiene por padre al
marido’. Y prescribe que para impugnar esa presunción, el marido debe probar
que ‘durante todo el tiempo en que, según el artículo 92, pudiera presumirse la
concepción, estuvo en absoluta imposibilidad física de tener acceso a la mujer’,
dándole, por lo demás, sólo un valor de indicio contingente al adulterio de la
mujer, porque a más de ofrecer su prueba, debe el marido acreditar “otros
hechos conducentes a justificar que él no es el padre”. Por su parte, se indica en
el artículo 237 que “el matrimonio posterior legitima ipso jure a los hijos
concebidos antes y nacidos en él”, lo que ha sido catalogado como regla de
frecuente materialización en la praxis, pues “es de suponer, que el matrimonio ha
seguido a relaciones habidas entre los cónyuges y que se celebra precisamente
con el propósito de legitimar al fruto de ellas”. Pero como presunción legal que
15
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es, la ley ofrece la manera de desvirtuarla, que es la misma que estableció para
la impugnación de la legitimidad (artículo 237 y 247).

“Menos exigente se torna el Código cuando se trata de la impugnación de la


legitimación (o del reconocimiento de hijo extramatrimonial) en casos en que el
hijo no ha nacido después de celebrado el matrimonio, sino antes, como en el
presente asunto. La impugnación de la legitimación en estos eventos prospera
cuando el impugnante acredite ‘que el legitimado no ha podido tener por padre al
legitimante’, pero sin que –ex lege- se califique de modo alguno esa
imposibilidad, ni además se exija que la misma se demuestre a todo lo largo de
una época, como sí se hace –expresis verbis- en el Código Civil Chileno y se
hizo en el proyecto definitivo de don Andrés Bello, del que se apartó el legislador
colombiano, por lo menos en toda su extensión, pues en aquellos textos se
añade en el numeral 1º del artículo correspondiente las siguientes expresiones:
“que el legitimado no ha podido tener por padre al legitimante, según el artículo
76” (que concuerda con el artículo 92 del Código Civil colombiano). Y con
fundamento en ese precepto y en la mentada adición, ha dicho la doctrina
autorizada de ese país que “será necesario probar que durante todo el periodo
en que conforme al artículo 76 pudo verificarse la concepción el marido ha
estado en absoluta imposibilidad física de tener acceso a su mujer”
“Pero, con independencia de si la prueba que debe ofrecerse ha de cubrir el
periodo a que alude el artículo 92 del Código Civil, algo que luce razonable, lo
determinante es dilucidar si la imposibilidad debe ser ‘física’ (como sí lo exige la
ley en la impugnación de la legitimidad –artículo 214-, así como en la
impugnación de la legitimación cuando el hijo nació después, en el matrimonio –
artículo 247), la cual comprende la ausencia, la impotencia y la imposibilidad
temporal, o puede admitirse cualquiera otra imposibilidad, como la fisiológica o la
moral. A no dudarlo, el Código Civil no estableció ninguna restricción, limitación o
calificación preceptiva para la demostración de que quien figura como padre
legitimante definitivamente no puede serlo del que impugna su estado de hijo,
para los casos del artículo 248. De modo que a más de esas imposibilidades
físicas (algunas, hoy, de alcance relativo, como la impotencia coeundi) podrán
admitirse otras, con tal de que conduzcan a la certeza de lo que quiere saberse”.
F.F.: art.214 C.C.

“.. parte el legislador de un conjunto de hechos y circunstancias (trato, fama,


tiempo) que conducen a declarar a un persona como hija de alguien. Pero esos
hechos, per se, no demuestran la imposibilidad de un lazo biológico paterno filial
con un tercero, sino un lazo estrecho, de tipo o connotación familiar, protegido
incluso por el derecho, de un varón que se comportó como padre, por lo cual
puede razonablemente entenderse que lo sea en sentido biológico.
3) IMPUGNACION E INVESTIGACION DE LA PATERNIDAD “..desde el punto
de vista lógico, para que un hijo legítimo (o legitimado, para el caso es igual)
reclame su estado civil de hijo natural en relación con un varón, por supuesto
diferente del que figura como su padre y marido de su madre, es menester que
antes o en el mismo pleito por lo menos (G.J. CLI, primera parte, p 172, XC, p
679), remueva ese obstáculo que es su condición de hijo legítimo (o legitimado),
para así, al no tener ningún vínculo de filiación paterna, pueda perseguir la
declaración de filiación extramatrimonial, dado que ‘no se pueden poseer
simultáneamente dos estados civiles’” .

ASUNTO : Casación. Impugnación de la paternidad


PONENTE : Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo
SENTENCIA 113
FECHA : 21/10/2003
DECISION : Casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
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CIUDAD : Neiva
DEMANDANTE : Pimentel de Mesa, Esperanza
DEMANDADO : Herederos determinados e indeterminados del
causante Camilo Cleves González
PROCESO : 7174
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* JURISDICCION DE FAMILIA - Competencia / MATRIMONIO - Jurisdicciónd
e familia / DERECHO SUCESORAL - Jurisdicción de familia

“Es Innegable la falta de claridad del legislador en la expedición del decreto 2272
de 1989, por medio del cual organizó la ‘jurisdicción de familia", al incluir los
procesos "contenciosos sobre el régimen económico del matrimonio y derechos
sucesorales" entre los asuntos de primera instancia que, desde la vigencia de
ese estatuto, son de conocimiento de los jueces allí mismo creados (numeral
12).
“Igualmente lo es que por la notoria ambigüedad de los términos utilizados en la
transcrita disposición anduvo vacilante la doctrina y que así mismo fue oscilante
la jurisprudencia en punto de establecer el verdadero sentido y los reales
alcances de dicho mandato. Con todo, esta Corporación, en definitiva, consideró
que el comentado precepto es de aplicación restrictiva y que, por ende, él sólo
atribuye a los jueces de familia el conocimiento de los procesos en los que de
manera directa, y no por rebote de pretensiones distintas, se discutan las
cuestiones propias del régimen económico del matrimonio o de los derechos
sucesorales.
“Es así, tal y como se recordó en la sentencia de 7 de diciembre de 1999, que la
Corte, luego de algunos pronunciamientos en los que para establecer la
competencia de los jueces de familia hizo énfasis en el interés que movía al
demandante (fallos de 1° y 4° de junio de 1993, no publicados oficialmente), optó
por considerar que el criterio determinante debía buscarse en las propias
instituciones del derecho de familia, esto es, para el caso del régimen económico
del matrimonio, en los elementos que lo conforman, como son las
"capitulaciones matrimoniales", la "sociedad conyugal’ y la ‘separación de
bienes", por lo que, agregó, no es dicho interés del actor, "ni las consecuencias
mediatas o inmediatas, lo que marca la pauta para definir la competencia" (G.J.
t, CCLXI, pag. 1287), para precisar en otro de sus pronunciamientos que si el
objeto del pleito es "un contrato civil celebrado por uno de los cónyuges (…), el
asunto no debe tildarse como de familia así la prosperidad de la pretensión
repercuta en el haber de la sociedad conyugal’ (G.J. t, CCXXXVII, pag 891).

“4.- Empero, es lo cierto, como se dejó establecido en la primera sentencia atrás


citada, y en otras de la Sala que le siguieron (27 de enero y 19 de julio de 2000, no
publicadas aún oficialmente), que la discusión fue "definitivamente disipada con la
expedición de la ley 446 de 1998’, puesto que su artículo 26, ‘acogiendo la
interpretación restringida referida, delimitó la competencia de los jueces de familia’,
atribuyéndoles, respecto de "procesos declarativos sobre derechos sucesorales",
los siguientes: ‘1. Nulidad y validez del testamento. 2. Reforma del testamento. 3.
Desheredamiento. 4. Indignidad o incapacidad para suceder. 5. Petición de
herencia. 6. Reivindicación por el heredero sobre cosas hereditarias"; y en relación
con "procesos declarativos sobre el régimen económico del matrimonio", las
controversias concernientes con: ‘1. Rescisión de la partición por lesión enorme y
nulidad de la misma. 2. Acciones relativas que resulten de la caducidad,
inexistencia o nulidad de las capitulaciones matrimoniales. 3. Revocación de la
donación por causa del matrimonio. 4. El litigio sobre la propiedad de bienes,
cuando se discuta si éstos son propios de uno de los cónyuges o si pertenecen a la
17
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sociedad conyugal. 5. Controversia sobre la subrogación de bienes o las


compensaciones respecto de los cónyuges y a cargo de aquéllos en caso de
disolución y liquidación de la sociedad conyugal".

“Ahora bien, como la precitada disposición legal es norma interpretativa del


numeral 12 del artículo 5 del decreto 2272 de 1989, resulta a ella aplicable el
artículo 14 del Código Civil, que reza: ‘las leyes que se limitan a declarar el sentido
de otras leyes, se entenderán incorporadas a estas; pero no afectarán en manera
alguna los efectos de las sentencias ejecutoriadas en el tiempo intermedio", en
torno del cual la Corte tiene dicho que ‘las leyes interpretativas de otras deben
aplicarse desde su promulgación no solo para decidir las controversias que ocurren
o se ventilen sobre actos o contratos ejecutados o celebrados con posterioridad,
sino también a las ocurridas antes, en vigencia de las leyes o disposiciones que la
nueva ley interpreta, y aun cuando algunas de esas disposiciones de dudoso
sentido, en vigencia de las cuales ocurrieron los actos materiales de la
controversia, estuviesen ya derogados cuando entró a regir la ley que los
interpreta’ (G.J. t, XXXI, pag. 73), y que ‘los preceptos de la nueva ley son
obligatorios a partir de la vigencia de la ley aclarada o interpretada, puesto que la
voluntad del legislador, tal y como la da a conocer la ley interpretativa, hay que
tenerla como existente desde entonces. La única valla a la aplicación de estas
leyes la constituyen las sentencias ejecutoriadas antes de su vigencia, porque
pasada la sentencia en autoridad de cosa juzgada no es posible volver a abrir el
pleito. Tal es lo perentoriamente establecido por el artículo 14 de nuestro Código
Civil’ (Sentencia de 16 de diciembre de 1960), de lo que se sigue el imperio del
artículo 26 de la ley 446 de 1998 frente al caso sub lite, independientemente de
que los contratos sobre los que él refiere se hayan celebrado con anterioridad a su
vigencia, pero con posterioridad a la norma que se dice interpretada.

“Así lo ha pregonado la Corte en casos similares, en orden a lo cual


recientemente expuso: ‘En síntesis, como quiera que la aludida ley 446 de 1998,
contiene la denominada 'interpretación auténtica' de aquel otro articulado,
circunstancia que comporta la amalgama de sus textos en uno solo, débese
entender, entonces, que el sentido de la norma siempre ha sido el fijado
posteriormente por el legislador; por supuesto que dichas normas interpretativas
se aplican de manera inmediata, tanto a los hechos posteriores a su
promulgación, como a los acaecidos a partir de la vigencia de la norma
interpretada’ (Sentencia de 19 de julio de 2000, no publicada aún oficialmente)”.
F.F.: 12 del artículo 5 del decreto 2272 de 1989; Art. 26 de la ley 446 de 1998.

ASUNTO : Casación. Simulación


PONENTE : Cesar Julio Valencia Copete
SENTENCIA 115
FECHA : 21/10/2003
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Armenia
DEMANDANTE : Castro Pinto, Amanda en su propio nombre y
en el Gloria Angela Castro Pinto
DEMANDADO : Luis Alberto Castro Cocuy y Luis Fernando
Castro Pinto
PROCESO : 6982
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* ACCION DE CUMPLIMIENTO Y RESOLUTORIA - Oportunidad;
Legitimación / ACCION RESOLUTORIA Y DE CUMPLIMIENTO -
18
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SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

Oportunidad; Legitimación / ACCION RESOLUTORIA - Legitimación;


Entidad del incumplimiento

1) ACCION DE CUMPLIMIENTO Y RESOLUTORIA - Oportunidad: “este


particular aspecto atinente a la manera como el contratante cumplido puede
válidamente ejercitar las acciones alternativas de que trata el artículo 1546 del
Código Civil, la jurisprudencia de la Corte (v. gr. G.J. CLIX, primera parte, p 306;
CCXXXIV, p 678; XLIX, p 315, sentencia 023 del 7 de marzo de 2000, exp. 5319,
entre otras,) ha precisado que paralela a la acción de cumplimiento (por la vía
ejecutiva o la ordinaria, según el caso), el contratante cumplido, o que estuvo
presto a cumplir, tiene en su haber -frente al contratante incumplido y a su
arbitrio- la posibilidad de acudir al juez para que declare la resolución de la
respectiva negociación, en orden a satisfacer su legítimo derecho a que no
preserve su vigencia dicho negocio jurídico bilateral, ni por eso, a permanecer
sujeto indefinidamente a las obligaciones contraídas en virtud de su celebración.
Por consiguiente, como efecto de la citada disposición legal, sólo al contratante
cumplido o allanado a cumplir, incumbe decidir si ejerce o no la acción en
comento, la que coexiste, de manera alternativa y no conjunta, con la de
cumplimiento forzado, ello es claro.

“Mientras no se satisfaga ontológica y jurídicamente la prestación debida -y


exigible- al contratante cumplido, éste podrá intentar la acción de resolución
contractual, se insiste, en forma alternativa a la de cumplimiento, y no conjunta o
a la vez (simultaneidad real de acciones), pues aquella ‘es opuesta o contraria al
cumplimiento, por lo que mediante su ejercicio la parte que la plantee no habrá
de ver realizado el objeto de la prestación, ni directa ni indirectamente …’ y que,
"en el plano legal, no se supedita o subordina al derecho a obtener el
cumplimiento, pues la ley, sin ninguna restricción o exigencia en uno u otro
sentido, le ofrece al contratante la oportunidad para que, en frente del deudor
transgresor, escoja entre la acción de cumplimiento y la de resolución del
contrato’ (sentencia de Casación Civil del 10 de diciembre de 1990).

“Con el propósito de establecer la vigencia efectiva y el alcance de la máxima


latina mencionada por el recurrente (electa una vía non datur recursus ad
alteram), puntualizó la Corte que, ‘… nada autoriza para sostener que si se
implora el cumplimiento de la prestación no sea posible después, incluso cuando
ha mediado el desistimiento de la pretensión, demandar la resolución del
contrato. El que las acciones sean alternativas no entraña que el acreedor se
vea colocado en la disyuntiva consistente en que si pide el cumplimiento le
quede, por tal causa, clausurada la oportunidad para solicitar la resolución … A
raíz de esto se ha dicho que la resolución es procedente aún después de
proferida sentencia en que se ordene el cumplimiento de la obligación, pues
aquella carece de efectos novativos" (subrayado fuera de texto, sentencia de
Casación Civil del 10 de diciembre de 1990).

“En la citada providencia se sostuvo que ejercida la acción de cumplimiento no


se debe inferir que el actor ha renunciado a la otra, pues ‘semejante
entendimiento de la cuestión equivaldría a dejar a la parte atada al contrato de
manera indefinida cuando obtenida una sentencia favorable al cumplimiento, no
obstante, en la práctica se encuentra que carece de los medios para hacer
efectiva la prestación a cargo del deudor’ (CCIV, pág. 131).

“Pero no significa lo anterior que ex proffeso y con meridiana explicitud –sobre


todo en el último de los fallos en mención-, la Corte hubiera supeditado la
viabilidad de la acción resolutoria incoada luego de desistida la de cumplimiento,
a la ausencia de "utilidad práctica" de ésta, toda vez que la referencia fáctica que
en ella se hace, hunde sus raíces más en el propósito de ejemplificar que de
excluir otras hipótesis, igualmente válidas. Tanto es así, que el ‘casus’ empleado
19
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

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SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

persigue desmentir la creencia de que el ejercicio de la acción de cumplimiento,


per se, implicaba una renuncia en punto de la acción de resolución.

“En esa oportunidad, así como antes y después, de manera inveterada ha


precisado la Sala que la acción resolutiva procede, mientras no se haya
satisfecho la prestación debida al contratante cumplido, según los requisitos que
fluyen del texto del artículo 1546, a saber: ‘a) que el contratante contra el cual se
dirige la demanda haya incumplido lo pactado a su cargo, y b) que el contratante
que la proponga haya cumplido o se haya allanado a cumplir lo pactado a cargo
suyo’ (CLII, pág. 87).

“Sin embargo, debe reconocerse que si bien en dicha ocasión –y en el sentido


indicado- además de reconocerse claramente la legítima potestad de mudar de
una acción a otra, concretamente de la acción de cumplimiento a la resolutoria,
se aludió a ese evento –esto es, a la carencia ‘de medios para hacer efectiva la
prestación a cargo del deudor’- no ha sido explícita y concluyente la
jurisprudencia de la Corte, en orden a fijar una directriz inequívoca ante la
ausencia de disposición expresa en Colombia, muy al contrario de lo sucedido
en otras legislaciones, que regule o discipline si puede el acreedor variar la vía
previamente seleccionada (la de cumplimiento, v. gr.) por la otra (la resolutoria),
sin perjuicio, claro está, de las luces brindadas. Es así como debe decirse que
antes –en 1926- había sostenido: “la Corte considera que el principio sentado
por el Tribunal, si bien exactamente riguroso en el derecho romano, no lo es en
el derecho moderno, pues que si el acreedor ha fracasado en sus acciones para
la ejecución de un contrato, no puede en justicia quedar inhabilitado para
recuperar por medio de la resolución las cosas que ha entregado, si no ha
obtenido el equivalente de sus prestaciones a causa del incumplimiento del
deudor’. Por tanto, continuó la Sala: ‘el acreedor no puede ocurrir
simultáneamente a dos remedios que se excluyen, y que una vez que ha
prosperado uno de los remedios elegidos, queda el otro eliminado; pero en
ningún caso puede entenderse la disposición en el sentido de que intentada sin
éxito cualquiera de las dos acciones concedidas al acreedor para hacer efectivo
su derecho, no pueda hacer uso de la otra en subsidio, como defensa del
incumplimiento del deudor’ (Casación Civil del 28 de mayo de 1926).

“Más adelante, en el año 1940, estando vigente la preceptiva procesal de la


época, sostuvo que “cuando se ejercita pues la acción resolutoria del contrato,
habiéndose iniciado antes la de cumplimiento del pacto, es necesario para que
sea recibible aquella, que el juicio en que se demanda el cumplimiento no esté
vigente, que haya terminado por alguno de los medios legales o que se
demuestre que no obstante el esfuerzo del acreedor, no ha podido éste, en el
juicio de cumplimiento, obtener la contraprestación’ (XLIX, p 317)

“Efectuado el ‘excursus’ jurisprudencial que antecede, resulta de la mayor


utilidad, a fin de establecer las bases sobre las cuales debe auscultarse el
presente caso, fijar los alcances que, en el derecho patrio, tiene la posibilidad de
que esa facultad del acreedor, enderezada a pedir el cumplimiento o la
resolución, pueda ser objeto de mutación o variación, luego de haber escogido
aquél, primigeniamente, una de las dos opciones de que dispone, por mandato
legal.

“Para el logro del anunciado objetivo, importa tener presente que ese derecho a
que el acreedor opte por una u otra pretensión, de vieja data, es reconocido
universalmente por numerosas legislaciones y por la jurisprudencia, a diferencia
de lo que ocurrió en el Derecho Romano, en el que la acción resolutoria no se
conoció ‘como remedio para aniquilar una convención bilateral por
incumplimiento de uno de los contratantes’ (G.J. CLIX, p. 309), dado que si bien
podía tener lugar para el preciso caso de la lex comissoria –a través de una
estipulación especial de origen netamente convencional, que no se
20
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SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

sobrentendía-, su desarrollo y generalización para otros contratos diversos al de


compraventa, tuvo lugar en el Derecho Canónico, merced al penetrante aporte
de la Escuela de los Canonistas, al mismo tiempo que fue objeto de estudio por
los Glosadores y Comentaristas, instituto éste que, ‘a posteriori’, maduró y se
aquilató gracias a las contribuciones –galas- de Dumoulin, Domat y Pothier,
fundamentalmente, éste último inspirador de numerosas normas adoptadas
ulteriormente en el código napoleónico, de marcado influjo en la codificación
chilena y, por ende, en la colombiana, en lo que concierne a la figura de la
resolución del contrato por incumplimiento.

“Es por ello por lo que se concibe hoy esta opción entre la pretensión resolutoria
y la de cumplimiento, ‘ministerio legis’, como una inequívoca muestra del
acerado respeto al derecho de crédito radicado en cabeza del acreedor
insatisfecho, ‘quid’ del asunto sometido al escrutinio de la Corte. Mas, en lo
tocante con el alcance del precitado derecho de opción del accipiens, no puede
hablarse de reglas unívocas en el Derecho comparado, como quiera que este
tópico, ciertamente, ha sido objeto de variada y, en veces, divergente disciplina
preceptiva.

“De la misma manera, en lo tocante con el específico aspecto que ocupa la


atención de la Sala, esto es, el referido a la posibilidad de que el acreedor
renuncie a la pretensión que -ex ante- escogió (v. gr. la de cumplimiento forzado)
y a continuación prosiga o comience a reclamar la otra (la resolución del
contrato), también diversas han sido las soluciones que la ciencia jurídica y los
ordenamientos foráneos le han dado al tópico en cuestión, que van
-históricamente- desde la prohibición de variar la elección realizada (electa una
vía non datur recursus regressus ad alteram) del Derecho Romano y del
derecho español medieval de las Siete Partidas, hasta la autorización expresa
para realizar el cambio de pretensión, en determinado sentido y bajo ciertos
supuestos, generalmente del cumplimiento a la resolución y sólo en tanto aquél
haya resultado frustráneo. Y, por supuesto, legislaciones hay que guardan
silencio en este sentido, como la de Colombia, que sigue al Código Chileno de
don Andrés Bello, quien en lo pertinente abrevó, para la factura de las normas
que regulan el asunto sub examine, en el código napoleónico -como se anticipó-,
respecto del cual la doctrina, mayoritariamente, pregona la facultad del acreedor
de actuar en doble vía, esto es, que puede pasar de la pretensión resolutoria a la
de cumplimiento, o de esta a aquella, sin restricción.

“En resumidas cuentas, ello es neurálgico para el desenlace de este caso-, el


tratamiento legal del jus variandi -que es como en la dogmática contemporánea
de ordinario se conoce a la facultad de “variar” de una opción previamente
escogida a la otra- registra en la historia y en el Derecho Comparado una gama
de alternativas, de suyo asimétricas: proscripción expresa de migrar;
autorización para hacerlo en cierto sentido, previo el cumplimiento de ciertas
exigencias; o sólo en determinada vía (del cumplimiento a la resolución, pero no
a la inversa); o, finalmente, ausencia de regulación expresa de la figura en
comento, de lo que se ha derivado la posibilidad de transitar de una a otra, sin
limitaciones puntuales, motivo por el cual no es dable asignarle al tema un
tratamiento uniforme, merced a la diversidad de orientaciones normativas. Tanto
es así que en función del ‘modus operandi’ del ‘jus variandi’, en sede contractual,
modernamente se estructuran regímenes restrictivos –con mayor o menor
intensidad, según el caso- y de amplio espectro.

“Por consiguiente, en aras de registrar solo algunos casos de legislaciones


foráneas que regulan el asunto de diverso modo (pluralidad preceptiva), puede
señalarse, por vía de ejemplo, que en Italia se dispuso que “La resolución puede
ser demandada aun cuando se hubiere promovido el juicio para obtener el
cumplimiento, pero no puede pedirse el cumplimiento cuando haya sido
demandada la resolución” (Artículo 1453 del Código Civil italiano).
21
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“En España, el proyecto de don Florencio García Goyena del año 1851 –
contemporáneo de don Andrés Bello-, luego de sentar el principio aceptado de la
condición resolutoria implícita en los contratos bilaterales, estableció que “el
perjudicado podrá escoger entre exigir el cumplimiento de la obligación o la
resolución del contrato, con el resarcimiento de daños y abono de intereses,
pudiendo adoptar este segundo medio aun en el caso de que, habiendo elegido
el primero, no fuere posible el cumplimiento de la obligación”. Ya en el texto
definitivo (artículo 1124 C.C. español) se precisó el alcance del jus variandi, al
disponerse que ‘el perjudicado podrá exigir el cumplimiento o la resolución de la
obligación, con el resarcimiento de daños y abono de intereses en ambos casos.
También podrá pedir la resolución, aun después de haber optado por el
cumplimiento, cuando éste resultare imposible’, término éste que ha sido
explicado por la jurisprudencia ibérica, con el fin de no limitar -en demasía- el
derecho en comentario, enfatizando en que “no hace referencia, sin más y
únicamente, a la imposibilidad física, objetiva o de hecho, sino también a la
jurídico económica, es decir, a la frustración (no a la mera conveniencia) del
acreedor por la deficiencia, anormalidad, tardanza o demora excesiva del deudor
en el cumplimiento, que ya no será purgativo por la desaparición del interés en el
contraprestación originariamente pactada convertida en inútil o perjudicial por
esa resistencia a cumplir” (Sentencia del Tribunal Supremo del 18 de noviembre
de 1983, corroborada en fallo del 26 de enero de 1990, entre varios).

“En Argentina se dispuso en 1968 (artículo 1204 C.C.), que ‘la parte que haya
cumplido podrá optar por exigir a la incumplidora la ejecución de sus
obligaciones con daños y perjuicios. La resolución podrá pedirse aunque se
hubiese demandado el cumplimiento del contrato, pero no podrá solicitarse el
cumplimiento cuando se hubiese demandado la resolución’.

“En cuanto al Código Civil francés (artículo 1184: ‘…La parte respecto de la cual
el compromiso no fue ejecutado, tiene la elección, o de obligar a la otra parte a la
ejecución del contrato cuando ello sea posible, o de demandar la resolución con
los daños y perjuicios…”), si bien el punto no fue expresamente disciplinado, la
doctrina franco-belga (Demolombe, Larombiere, Laurent, Baudry-Lacantinèrie,
Planiol, De Page, Esmein, Starck, Rolland y Boyer, entre otros), en general, se
muestra de acuerdo en que nada en esa codificación obsta para que el acreedor
varíe la opción inicialmente escogida -cualquiera de las dos que haya preferido
utilizar en primer lugar-, en vista de que el optar por una no supone renunciar a
la utilización de la otra.

“En efecto, resulta elocuente que en la señalada doctrina, a pesar de no existir


texto legal expreso -o precisamente por ello-, se haya llegado a la conclusión
que de manera concisa revela el siguiente pasaje procedente de la pluma
autorizada de Planiol y Ripert: ‘El acreedor podrá a su elección pedir el
cumplimiento o la resolución (artículo 1184, párr 2º); por consiguiente, mientras
no se haya hecho pronunciamiento en cuanto a la resolución, el acreedor que la
hubiere solicitado puede interesar el cumplimiento, y a la inversa, puede,
después de haber pedido el cumplimiento, reclamar la resolución, pero no
cuando hubiere previamente renunciado a una de las dos soluciones, sin que
signifique tal renuncia el hecho de elegir en primer término una de las dos
acciones’. Postura que ‘a posteriori’, también ha mantenido la ‘communis opinio’
gala, tal y como se aprecia en la obra de los autores Weill y Terré, según la cual,
‘aun después de haber reclamado la ejecución forzada, el acreedor puede, en el
curso de la instancia, demandar la resolución’

“En compendio, puede afirmarse que como ese derecho potestativo del acreedor
ha recibido en las diversas codificaciones un tratamiento disímil, y más aún,
como la posibilidad de que el acreedor migre de la opción que previamente
escogió hacia la otra alternativa (‘jus variandi’; consurso electivo; ‘derecho a la
22
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reconsideración’; mutación de acciones, etc.), ha sido asimismo regulada con


alcances diversos, debe estar muy atento el intérprete a esa realidad,
concretamente en aplicación de soluciones ofrecidas por doctrinantes de cada
país, vista la desemejante normatividad que los Estados han adoptado en el
punto.

“Ahora bien, en lo que atañe al derecho colombiano, dueño de una realidad


normativa no siempre coincidente con la de otras naciones –como
tangencialmente se esbozó-, debe afirmarse que ni de la escueta lectura del
artículo 1546 del Código Civil Colombiano (artículo 27 del Código Civil), ni del
contexto normativo en que se desdobla el reconocimiento del derecho crediticio
del contratante cumplido o que estuvo presto a cumplir (artículo 30 ib), y ni de la
historia fidedigna del establecimiento de la condición resolutoria tácita (etiología
de la obra codificadora a cargo del señor Bello), se desprende que se consagre
en el ordenamiento patrio aquel requisito, por plausible que parezca –o pueda
llegar a parecer-, atinente a que el acreedor esté facultado para demandar la
resolución contractual cuando previamente ha incoado su cumplimiento, sólo si
éste ha resultado fallido, inane o sin éxito. Y no es dable tampoco inferirlo –como
tampoco lo infiere la doctrina y jurisprudencia francesas, con fundamento un en
texto igualmente silente al respecto-, pues estaría el intérprete adicionando una
exigencia que la norma no contempla, a más de incluir un requisito procesal, por
vía de agregación, en desmedro de la clara prevalencia de la eficacia del
derecho sustancial comprometido en el debate (artículo 228 de la Constitución
Política). Baste sólo agregar, siguiendo a Demolombe, que la estructura
moderna de la figura de la resolución contractual es más particular, habida
cuenta que en regímenes como el francés –y también en el colombiano- se ‘deja
a la parte la elección tendiente a la ejecución y la acción tendiente a la
resolución”, por manera, continúa el autor, que “si se nos opone el adagio:
‘electa una via non datur recursus ad alteram’, responderemos con Merlin que
‘este adagio no está escrito en términos generales ni positivos en ninguna ley
antigua ni moderna’’.

“Sin embargo, como todo derecho, éste que se analiza –el jus variandi- está
limitado; no es absoluto, como de antaño fue reconocido por la Corte a partir del
artículo 8º de la ley 153 de 1887, en relación con los derechos subjetivos, y
ahora de modo expreso está instituido en la Constitución como deber de toda
persona, en tanto ésta ha de “respetar los derechos ajenos y no abusar de los
propios’ (artículo 95-1 C.P.), canon constitucional reflejo de la conocida máxima
‘qui iure suo utitur, neminen laedere debet’ (el ejercicio de un derecho no debe
lesionar otro derecho).

“De lo que se sigue que si bien en Colombia, y a la luz de la legislación positiva


actual, no puede ser tenido como requisito inexorable del precitado jus variandi
la inutilidad práctica en el ejercicio de la primera acción –por lo demás de
verificación ulterior o subsiguiente-, tampoco puede sostenerse, de manera
general y para todos y cada uno de los casos, que ese derecho no pueda verse
limitado de cara a fenómenos de aquilatado reconocimiento jurisprudencial y aún
constitucional, como, por vía de ejemplo, tiene lugar en el caso del ejercicio
abusivo del derecho o de los derechos.

“En definitiva, no es dable sentar en estos eventos pautas jurisprudenciales


abstractas y aplicables a todas las hipótesis, de espaldas al ‘factum’ emergente
de cada caso particular, digno de invariable examen particular. De ahí que como
lo señalara recientemente esta Corporación, ‘la respuesta adecuada, cualquiera
que ella sea (haz de alternativas), solo emergerá después de auscultar … el
‘casus’”, ya que “este es el encargado, en forma privativa, de darle fisonomía,
justificación y plasticidad a la estructura teórica ‘per se’ ayuna de fuerza si no se
armoniza con el ‘factum’, o sea con el elocuente dictado que dimana de los
hechos’ (Sentencia del 30 de septiembre de 2002, Exp. 4799).
23
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“6. En pocas palabras, con arreglo al esquema de la condición resolutoria tácita


se consagra en Colombia el derecho potestativo y alternativo del acreedor
cumplidor, a pedir el cumplimiento o la resolución del contrato incumplido por su
cocontratante, sin que medie –‘ex lege’- regulación expresa en punto del
derecho a variar la pretensión primigeniamente escogida, a fortiori, sin
contemplar explícitamente requisito alguno para el ejercicio del jus variandi, que,
en línea de principio, debe entenderse incluido dentro de la amplia órbita de
facultades del acreedor, en procura de preservar y proteger inalterado, en toda
su dimensión, la acreencia de que es titular (tutela del derecho crediticio). No en
vano, rectamente entendida, en el precepto contenido en el artículo 1546 del
C.C. se entronizan las dicientes expresiones: ‘pedir a su arbitrio’ referidas a la
‘resolución o el cumplimiento’, arbitrio éste que no tiene por qué eclipsarse, a
pretexto de reflexiones doctrinales cimentadas –o influidas- por textos
legislativos diferentes, por granadas que ellas resulten.

“No obstante, huelga resaltar que dicho jus variandi, como todo derecho
subjetivo, es relativo, de modo que la potestad de variar o migrar de una
pretensión a la otra está limitada, entre otras causas, por el acerado deber a
cargo del acreedor de no incurrir en ejercicio abusivo del mismo, en claro
desmedro de principios tan capitales como el de la buena fe, también de rango
constitucional (artículo 83 C.P.) y de indiscutida vigencia y resonancia jurídicas
(vid. Sentencia del 3 de septiembre de 2001)”
F.F.: art.1546 del C.C.

2) ACCION RESOLUTORIA - Entidad del incumplimiento: “la Corte, con toda


precisión, ha sostenido que ‘en rigor jurídico es verdad que en los procesos en
que se pide la resolución de un contrato bilateral por incumplimiento del
demandado, es deber inexcusable del juez, para que su fallo resulte equitativo,
detenerse sobre el requisito de la importancia que la ley requiere para que el
incumplimiento invocado dé asidero a la pretensión deducida; en justicia el
contrato no se podrá resolver si el incumplimiento de una de las partes
contratantes tiene muy escasa importancia en atención al interés de la otra’ y
que, ‘como lo expresa José Mélich Orsini en su obra intitulada ‘La Resolución del
Contrato por Incumplimiento’,… el criterio que debe guiar a los juzgadores
‘tendrá que ser razonado a partir del argumento de que el incumplimiento debe
evaluarse objetivamente, teniendo en cuenta el interés del acreedor que se trata
de satisfacer con la conducta del deudor, y que tal interés ha sido ya
sustancialmente satisfecho, bastando por ello ahora con la vía del cumplimiento
forzoso en especie o por equivalencia, para satisfacer ese residual interés
insatisfecho’ (op. cit. Ed. Temis, 1979, pág. 200) … De manera que … para que
el rechazo de la acción resolutoria se avenga o sea congruente con la equidad,
se impone el examen de todas las circunstancias de hecho aplicables al caso: la
cuantía del incumplimiento parcial; la renuencia del acreedor a recibir el saldo; el
propósito serio de pagarlo que el deudor mantuvo siempre; el aquietamiento del
acreedor a recibir pagos parciales por fuera de los plazos estipulados y su
exigencia de intereses por esa mora, que él consintió, etc.’ (sent. de septiembre
11 de 1984) ».

ASUNTO : Casación. Resolución contrato de


compraventa
PONENTE : Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo
SENTENCIA 116
FECHA : 22/10/2003
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Bogotá
DEMANDANTE : Ample Alcayde, Alejandro
DEMANDADO : Ana Gladys Hitscherich de Beltrán
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PROCESO : 7451
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* IMPEDIMENTO - Validéz de la actuación anterior/ RECUSACION -
Oportunidad y legitimación / NULIDAD PROCESAL - Falta de competencia -
Recusación / NULIDAD PROCESAL - Indebido emplazamiento -
Legitimación / DISPOSICIONES CONTRADICTORIAS / NORMA
SUSTANCIAL - Norma constitucional / FAMILIA - Protección legislativa

1) “tratándose de impedimentos y recusaciones la ley tiene previsto el


trámite a seguir respecto de unos y otras, o sea, bien para cuando el
funcionario directamente observa que se encuentra en alguna de las
causales previstas en el artículo 150 del Código de Procedimiento Civil, o
bien para cuando a pesar de existir una de ellas, el juez o magistrado no
la advierte, o haciéndolo no se retira por voluntad propia del conocimiento
del asunto a su cargo, pero alguna de las partes lo recusa para que así
suceda.

“Es decir, cuando el funcionario no se declara impedido, existiendo causa legal


para hacerlo, la parte que la advierte debe formular la recusación en forma
inmediata, pues de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 151 del Código de
Procedimiento Civil, ‘no podrá recusar quien, sin formular la recusación, haya
hecho cualquier gestión en el proceso después de que el juez haya asumido su
conocimiento, si la causal invocada fuere anterior a dicha gestión, ni quien haya
actuado con posterioridad al hecho que motiva la recusación’.

“Lo anterior viene al caso, puesto que es por la conjunción de los factores
reseñados que se torna inoperante el argumento del cual deriva el censor la
causal de nulidad de falta de competencia en punto de la actuación que, en
efecto, llevaron a cabo los magistrados que después se apartaron del trámite,
evento en el cual además tiene plena aplicación lo dispuesto en el inciso final
del artículo 152 del estatuto procesal sobre que “la actuación del funcionario,
anterior a la recusación propuesta o a su declaración de estar impedido, es
válida’ “.
F.F.: art.151 del C.P.C.

2) NULIDAD PROCESAL - Indebido emplazamiento- Legitimación: “‘únicamente,


quien no ha sido emplazado o notificado en debida forma dentro de un proceso
puede alegar tal circunstancia con el propósito de invalidar la actuación que se
ha adelantado sin su presencia, aserto que no sufre ninguna mengua en
tratándose de la causal 9 del artículo 140 del Código de Procedimiento Civil,
respecto de la cual ha reiterado esta Corporación que ‘(...) se mantiene
inquebrantable la exigencia conforme a la cual sólo puede proponerla quien se
encuentre legitimado para ello, es decir, aquel que no hubiere sido citado en
debida forma al proceso, sin perjuicio de que el juez de instancia la decrete
dentro de las oportunidades que para ello le otorga la ley...’ (G. J. CCXXXIV, pág.
613)”.
F.F.: art.140 num. 9 del C.de P.C.

3) DISPOSICIONES CONTRADICTORIAS: “La causal tercera de casación que


se da ‘por contener la sentencia en su parte resolutiva declaraciones o
disposiciones contradictorias”, tiene por finalidad corregir un yerro que, de
presentarse, torna inejecutable el fallo proferido; su presencia, en principio, debe
advertirse en la parte dispositiva de la sentencia impugnada y obedece a un
25
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SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

error que atañe con los principios de la lógica, pues un ordenamiento judicial no
puede ser y no ser al mismo tiempo.

“Por regla general, tal error no resulta de contrastar las consideraciones del fallo
impugnado y la consecuente resolución contenida en el mismo, ni fluye tampoco
por circunstancias como las que describe el censor; aquí se observa que éste se
ha limitado a deducir la contradicción, inclusive sin explicarla como tal, de las
alusiones a las fechas distintas que el tribunal hizo respecto de la sentencia del
a quo, sin que la indicada en la parte resolutiva corresponda a la verdadera, o
por inconsistencias de ese orden también visibles en la parte motiva que no
suponen exactamente que exista una contradicción que afecte la parte
resolutiva, evidentemente en esta puede detectarse en error de esa laya, mas no
necesariamente significa que haya una contradicción y que por ella sea
inejecutable el respectivo fallo.
F.F.: art.368 num.3 del C.P.C.

4) MEDIO NUEVO: “En relación con los errores de hecho denunciados es


preciso hacer ver, inicialmente, que algunos de ellos se traducen en denuncias
constitutivas de medios nuevos inadmisibles en casación, cuanto que pudiendo
ser advertidas y reprochadas en oportunidades procesales previas a la presente
impugnación, sin embargo el censor las dejó pasar en silencio”.

5) NORMA SUSTANCIAL - Norma constitucional. FAMILIA - Pprotección


legislativa: “Las normas de índole constitucional tienen rango superior y por ende
conforman la medula del andamiaje jurídico para que, en consecuencia, las
restantes se ciñan a los principios y a la filosofía que le sirven de soporte a
aquéllas; por consiguiente, cuando la aplicación de las segundas vulnera el
contenido de las de orden constitucional, cabe denunciar el quebranto de
aquéllas para restablecer el orden jurídico”.

“..una cosa es velar por el bienestar de la familia y otra, bien distinta, es impedir
la presencia de conflictos internos con base en controversias de índole legal que
se ajustan al interés de las personas que integran un determinado núcleo social
o familiar y cuya protección legislativa hace evidente la relatividad del principio
constitucional en que se apoya el recurrente”.

ASUNTO : Casación. Pertenencia


PONENTE : Silvio fernando trejos Bueno
SENTENCIA 117
FECHA : 23/10/2003
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Valledupar
DEMANDANTE : nefer Ariza, Raúl
DEMANDADO : Ana Rosa Ariza Maestre y personas
indeterminadas
PROCESO : 9657-97
PUBLICADA : Sí, G.J. CCL

=============================================================
* DERECHO DE ACCION - Distinción - Derecho personal / DERECHO
PERSONAL - Distinción - Acción / CESION DE DERECHO LITIGIOSO /
OBJETO ILICITO – Cesión de derecho / ANATOCISMO

1) DERECHO DE ACCION Y DERECHO PERSONAL: “no se puede


confundir la obligación que origina el derecho de acción a cargo del
Estado por conducto del juez, en correspondencia con el derecho que
26
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

tiene toda persona a reclamar la intervención de aquél para que se defina


un derecho material o para que le dé certeza a una determinada situación
jurídica, con el derecho personal de orden material que, en contra del
deudor correlativo, puede ejercitarse o activarse utilizando como
instrumento el proceso que se instaure para ese efecto; de allí que en el
lenguaje jurídico no sean extrañas, por ejemplo, las expresiones acción
de responsabilidad civil o acción reivindicatoria para indicar con ellas el
derecho a hacer efectivo el de dominio o el de obtener la reparación de
perjuicios, respectivamente.

2) CESION DE DERECHO LITIGIOSO:

a) “importa recordar que ‘para que un derecho tenga la calidad de litigioso basta
que sea controvertido en todo o en parte, aun sin que sobre él se hubiere
promovido jurisdiccionalmente un pleito mediante el ejercicio de la acción
respectiva; y por consiguiente, el titular de este derecho puede cederlo por venta
o permutación [o a cualquier otro título, incluso gratuito, agrégase ahora] a otra
persona, entendiéndose como tal operación el traspaso del evento incierto de la
litis, conforme a las propias expresiones del Código. Una cesión en tales
condiciones obliga plenamente – a juicio de la Corte – a las personas que en ella
intervienen, o sea al cedente y al cesionario”.

“Y agregó la Corte en esa ocasión: ‘Otra cosa es que la disposición en cita haya
previsto en su último inciso lo que deba entenderse por derecho litigioso `para
los efectos de los artículos siguientes`, los cuales se refieren al título de la
adquisición del derecho, a la personería del demandante en el juicio y a la
regulación de la facultad de retracto que corresponde al deudor cedido. De
donde se desprende que, si para los fines mencionados el derecho se tiene por
litigioso desde que se notifica judicialmente la demanda, es lógico que para
objetos distintos – que son todos los demás expresados en la ley – no cabe ni se
aplica la misma limitación y debe darse a la expresión – derecho litigioso – su
sentido natural y obvio’ (G.J. LXIII, p. 468)”.

b) Objeto ilícito: “no hay objeto ilícito que afecte de nulidad de dicho acto, cuanto
que tal cesión no corresponde a una cosa que esté por fuera del comercio, no se
trata de derecho o privilegio que no pueda transferirse a otra persona, no versa
sobre cosas embargadas por decreto judicial, que son las hipótesis de ilicitud
consignadas en el artículo 1521 del C. Civil, ni, en fin, se trata de la cesión del
derecho de acción en su prístino sentido procesal; por el contrario, se refiere de
un negocio jurídico perfectamente reconocido por la ley. Por consiguiente, no
hubo error de hecho del tribunal al admitirlo para verificar la legitimación de la
parte demandante, pues vio justamente que no se trataba de la cesión del
derecho público de acción sino de la acción derivada de un derecho material en
vía de ser disputado ante la jurisdicción”.

3) ANATOCISMO: “En verdad, ese fenómeno, que se estructura cuando hay


lugar a reconocer intereses sobre intereses, está excluido legalmente para
impedir que en una obligación de dinero que causa intereses, puedan éstos a su
vez generar otros en perjuicio del deudor, salvo que se den las condiciones
previstas en el artículo 886 del C. de Comercio”.

ASUNTO : Casación. Responsabilidad por entrega tardía


de inmueble.
PONENTE : Silvio Fernando Trejos Bueno
SENTENCIA 118
FECHA : 23/10/2003
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
27
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

CIUDAD : Medellín
DEMANDANTE : Sociedades Fundición Corona Mejía y Cía. S.en
C., raúl Mejía Saldarriaga y Cía. S. en C., Cardona Cadavid y Cía. S. en C. e
Industrias e Inversiones El Cid “C.I.” Ltda.
DEMANDADO : Activos y Bienes S.A. “Activisa S.A.” (antes
Proyectos Creativos Ltda”.
PROCESO 7467:
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

===============================================================
* DERECHO DE IMPUGNACION / RECURSO - Esencia - Impugnación /
CASACION - Impugnación / TECNICA DE CASACION - Ataque todos los
fundamentos / PRESCRIPCION - Interrupción / DEMANDA – Inamdisión /
ERROR DE HECHO Y DE DERECHO – Distinción / TECNICA DE CASACION
- Entremezclamiento de errores / CASACION - Cargos - Demostración

1) CASACION – Impugnación. TECNICA DE CASACION – Ataque todos los


fundamentos :“el derecho de impugnación entraña confrontación de pareceres
entre el recurrente y el juzgador, que es precisamente lo que genera la
inconformidad de aquél. Es, pues, de la quintaesencia de todo recurso, refutar,
combatir, opugnar; característica que sube de tono en tratándose de un recurso
de naturaleza extraordinaria, como el de casación, en el cual es deber
ineluctable del impugnador mostrar el contraste de apreciaciones, pues sólo así
podrá evidenciar que la razón está de su lado.

A lo que viene forzoso agregar que esa labor no tendrá eficacia sino en la
medida en que ataque todos y cada uno de los fundamentos del fallo
impugnado; así lo ha sostenido la Corte en múltiples ocasiones al señalar que “la
acusación de un fallo por error de hecho manifiesto o error de derecho en la
estimación de las pruebas no puede prosperar cuando se refiere a una o
algunas, si las demás constituyen un soporte suficiente de la decisión” (G.J. t.
CXLIII, pág.146).

2) TECNICA DE CASACION - Entremezclamiento de vías: “en lo que concierne


a los perjuicios morales, denótase en la acusación un planteamiento vacilante,
que no se compadece con la naturaleza extraordinaria del recurso que se
estudia; pues a la par que se fustiga al tribunal por haber aplicado el artículo
2341 del código civil, que refiere la responsabilidad de cariz extracontractual, sin
advertir que la que acá se discute es de orden contractual, se acepta de
inmediato posibilidad tal, empero, hostigándose ahora al juzgador por haber
desbordado los máximos que en su tasación tiene fijados la jurisprudencia de
esta Corporación.

“Y, es patente, una cosa repulsa la otra; naturalmente que lo dispositivo del
recurso no permite que la Corte, en medio de los titubeos del recurrente, elija por
este uno u otro sendero, con el agregado de que, así y todo, tendríase que la
disputa que de comienzo se plantea tendría un ostensible sabor jurídico, en la
medida en que lo que al tribunal se rebate en últimas es el criterio que esgrimió
para fulminar esa condena; asunto en que la vía elegida, se nota al rompe, sería
equivocada, pues la manera correcta de impugnarlo sería mediante la vía
directa”.
F.F.: art.2341 C.C.

3) PRESCRIPCION – Interrupción. DEMANDA - Inadmisión: “el artículo 90 del


estatuto procesal civil, incluso tras la reciente reforma incorporada por la ley 794
de 2003, no exige más requisitos que los de la presentación de la demanda, su
admisión y notificación, para considerar interrumpida la prescripción”.
28
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

“la inadmisión no conlleva más que la posposición de la aceptación de la


demanda por parte del juez, en consideración a la presencia de alguna falla, en
este caso ‘para que en el término de cinco días se subsane, verificando la
autenticación de las firmas del poder y de la demanda conforme al art. 84 del C.
de P.C.’, en otras palabras, por “no haber sido presentada en legal forma”,
causal 4a. del citado artículo 85”.
Art.90 del C.P.C.; Ley 794 de 2003.

4) ERROR DE HECHO Y DE DERECHO. CASACION - Cargos - Demostración:


“como es ampliamente conocido, en casación ‘cada uno de los dos errores, el de
hecho y el de derecho, asume una entidad específica propia, en cuya virtud no
pueden confundirse ni hacerse derivar el uno del otro, ‘no puede hacerse de
estos dos errores un compuesto. Quiere decir que el recurrente, como
acusador que es de la sentencia de segunda instancia, está obligado a proponer
cada cargo en forma concreta, completa y exacta, para que la Corte, situada
dentro de los términos de la censura y en congruencia con éstos, pueda decidir
el recurso sin tener que moverse oficiosamente a completar, modificar o recrear
la acusación planteada sin acierto, lo cual no entra en sus poderes’ (G.J. t. CVII,
pág. 86)”.

ASUNTO : Casación. Responsabilidad contrato de


transporte
PONENTE : Manuel Isidro Ardila Velásquez
SENTENCIA 120
FECHA : 23/10/2003
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Bogotá
DEMANDANTE : Prado Bravo, Fernando
DEMANDADO : Herederos indterminados de Fruto Eleuterio
Mejía Barón y la sociedad Ra´pido Ditama Ltda.
PROCESO : 7397
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

===============================================================
* JURISDICCION DE FAMILIA - Competencia / MATRIMONIO - Competencia /
DERECHO SUCESORAL - Competencia / JURISDICCION CIVIL - Nulidad
absoluta y simulación / NULIDAD ABSOLUTA - Competencia / SIMULACION
- Competencia / INCONSONANCIA - Medida cautelar/ COSTAS -
Inconsonancia

1) JURISDICCION DE FAMILIA Y CIVIL - Competencia: “el sobredicho numeral


12 asignó a los jueces de familia el conocimiento “de los procesos contenciosos
sobre el régimen económico del matrimonio y derechos sucesorales”,
disposición que si bien, en un momento dado, creó confusión en punto de sus
alcances, ésta fue disipada por la Corte cuando al reexaminar tal preceptiva
legal, precisó que su radio de acción no abarcaba, cual llegó a sostenerse, todo
lo que en alguna forma pudiera relacionarse o incidiera en la sociedad conyugal
o la sucesión; criterio que en últimas vino a corroborarlo la ley 446 de 1998, en
cuyo artículo 26, norma de interpretación auténtica, se enumeraron los únicos
casos comprendidos en aquélla, tales ‘las controversias sobre derechos a la
sucesión por testamento o abintestato o por incapacidad de los asignatarios" y la
"rescisión de la partición por lesión y nulidad de la misma’ .

“En buenas cuentas, tratábase de una norma de excepción, que, como tal, no
admitía una aplicación analógica o extensiva, de manera que los litigios de esa
29
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

estirpe atribuidos a los jueces de familia eran los que concernían directamente
con las instituciones que doctrinalmente conforman el régimen del matrimonio o,
en su caso, con las controversias en torno, ora a la calidad misma de
asignatario y su alcance, ya al derecho sobre una herencia o legado. Y de tal
suerte quedó claro que ‘por derechos sucesorales deben entenderse los que de
manera concreta conciernen con esa aptitud para sustituir al de cujus; y por
controversias sobre tales derechos aquellas en las cuales se discute la
existencia de ese derecho o sus condiciones’ (Cas. Civ. de 28 de mayo de
1996); de igual manera se indicó, por ejemplo, que ‘cuando un cónyuge opugna
un contrato que otro ha celebrado antes de la disolución de la sociedad
conyugal, 'el asunto no debe tildarse como de familia, así la prosperidad de la
pretensión repercuta en el haber de la sociedad conyugal’. (Cas, de 6 de mayo
de 1998, G.J. CCLII, pág. 1388).

“si la controversia versa principalmente sobre la nulidad absoluta de un contrato,


y de manera subsidiaria sobre su simulación o inexistencia, por más que de
alguno de estos fenómenos puedan desgajarse efectos que toquen directa o
indirectamente la adjudicación en la mortuoria, o aun percutan en la liquidación
de la sociedad conyugal, el todo es que, al no hallarse este tipo de asunto
expresamente determinado como uno de aquellos que de manera restrictiva
debe conocer el juez de familia, su composición correspondía a los jueces
civiles. Y si lo zanjaron éstos, palmario es que ninguna nulidad anida en él”.
F.F.: num.12 del decreto 2272 de 1989; Ley 446 de 1998.

2) INCONSONANCIA - Medida cautelar - Improcedencia ; Costas -


Improcedencia:
“la segunda de las causales de casación abre la posibilidad de impugnar las
sentencias susceptibles de ese recurso, en el evento de que no armonicen con
los hechos y las pretensiones de la demanda o con las excepciones propuestas
por el demandado, o que el juez ha debido reconocer de oficio, o, para decirlo de
otro modo, tal causal comporta la posibilidad de quebrar el fallo que vulnere el
denominado principio de la congruencia cuya consagración positiva se encuentra
en el artículo 305 del código de procedimiento civil.

“al igual que sucede con la condenación en costas, lo atinente a las cautellas y
específicamente a la inscripción de la demanda, apreciada en su verdadera y
genuina dimensión, no comporta más que un factor secundario en el
desenvolvimiento de la instancia; es, en otras palabras, una simple
consecuencia procesal que en rigor, adviene ajena a los extremos que enmarcan
la controversia, situación que de suyo deja en la mente el pensamiento de que,
justamente por su marcado carácter accesorio, no debe aparecer resuelto en
forma ineludible en la sentencia”.
Téngase en cuenta que el art.690 del C. de P.C., “indica con esplendente
claridad que el juzgador puede proveer acerca de la cancelación sin ataduras a
un momento procesal específico, lo cual es significativo para corroborar que el
pronunciamiento reclamado no debe ir inexorablemente en la sentencia”.
F.F.: art.-690 del C.P.C.

ASUNTO : Casación. Nulidad absoluta de escritura.


Simulación de compraventa.
PONENTE : Manuel Isidro Ardila Velásquez
SENTENCIA 121
FECHA : 27/10/2003
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Antioquia
DEMANDANTE : Peláez Echeverri, maría Ofelia, María Carlota,
Héctor de Jesús, José Gustavo y Oscar de Jesús
DEMANDADO : Joaquín Horacio Echeverri Echeverri
30
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

PROCESO : 7552
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

===============================================================
* SOCIEDAD DE HECHO CONCUBINARIA / SOCIEDAD CONYUGAL Y
SOCIEDAD DE BIENES - Distinción

“en torno de la sociedad de hecho entre concubinarios, en forma reiterada y


uniforme ha venido señalando la doctrina jurisprudencial cómo debe diferenciar
el juzgador con total nitidez en lo que consiste esa común actividad patrimonial
entre ellos respecto de una determinada empresa, de lo que únicamente es el
ámbito de los afectos que los mismos internamente lleguen a prodigarse.

“En efecto, en orden a precisar los lineamientos que permitan al sentenciador


distinguir una y otra situación, tiénese expuesto que, per se, el trato sexual que
normalmente se dispensan los amantes no trasciende de esta unión
concubinaria, porque ‘en común sólo tienen el lecho y la vida de los afectos’
(G.J. t, CLII, pág. 347).

“Con otras palabras, es claro que quienes, sin estar ligados por vínculo
matrimonial alguno, deciden cohabitar como marido y mujer bajo un mismo techo
y lecho, esa convivencia por sí misma, al no ir más allá de las manifestaciones
íntimas, no alcanza por tanto a constituir comunidad de bienes, ni a configurar
ningún tipo de sociedad o compañía de índole pecuniaria.

“No obstante lo precedente, averiguado está que cuando, a la par con esa
vivencia sentimental, ellos deciden aunar esfuerzos encaminados a formar un
capital a través de los correspondientes aportes, con el propósito de repartirse
entre sí las ganancias o las pérdidas derivadas de la especulación, entonces ahí
sí hay lugar a afirmar que aparece estructurada una verdadera sociedad de
bienes, formada por los hechos.

“En esta última eventualidad, por supuesto que le corresponde al


interesado acreditar fehacientemente todos los elementos esenciales que
estructuran una sociedad, vale decir, el animus societatis o sea la
intención de asociarse – distinta del interés individual de los socios -, el
aporte de los consocios destinado al desarrollo y explotación de la
compañía, o en sentido más amplio, “la recíproca colaboración en la
pareja en una actividad económica con miras al logro de un propósito
común ‘ (G. J. t. CC, pág. 40) así como también la pretensión de obtener
una utilidad económica repartible o de asumir, de consuno, las pérdidas
que puedan originarse de ella.

“En conclusión, en procesos como el que ahora ocupa la atención de la Corte,


resulta absolutamente necesario establecer cómo, amén del concubinato, la vida
en común de quienes, sin lazo connubial alguno entre sí pero a semejanza de
los casados, se extendió en forma paralela, sin dependencia o subordinación
ninguna, hacia la decidida colaboración conjunta de otra actividad de lucro, con
la firme intención de obtener las respectivas utilidades.

“Sobre el particular, ha expresado la Corte:

“El concubinato, pues, no genera por sí ningún tipo de sociedad o de comunidad


de bienes entre los concubinarios. La cohabitación, per se, no da nacimiento a la
compañía patrimonial.
31
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

“Nada se opone, empero, a que se forme una sociedad de hecho entre los
concubinarios, cuando paralela a la situación que conviven, se desarrolla, con
aportes de ambos, una labor de explotación con fines de lucro, que no tenga
objeto o causa ilícitos, en la que los dos participen con el propósito expreso o
tácito de repartir entre sí las utilidades que provengan de la gestión. Tampoco se
opone a aquello el que los concubinarios, en la actividad lucrativa que
desarrollan, combinen sus esfuerzos personales buscando también facilitar la
satisfacción de las obligaciones familiares comunes o tengan como precisa
finalidad crear una fuente de ingresos predestinados al pago de la erogación que
su vida en común demanda, o para la que exija la crianza, educación y
establecimiento de los hijos comunes, pues en tales fines va implícito el
propósito de repartirse los remanentes si los hubiere o el de enjugar entre ambos
las pérdidas que resulten de la explotación.

“Como lógica conclusión emerge de lo expuesto, que quienes no están unidos


en legítimo matrimonio que produzca efectos civiles, para que puedan tener
derecho a participar de las utilidades conseguidas durante el término de la unión,
deben probar que entre ellos existió una verdadera sociedad de hecho; no les
basta con acreditar que eran concubinarios.

“Cuando se ha celebrado matrimonio, la sociedad conyugal nace


simultáneamente con éste, y no antes ni después, porque es el hecho de las
nupcias lo que la genera. En cambio, cuando entre concubinarios existe
sociedad de hecho, ningún obstáculo legal se levanta para que la sociedad se
haya iniciado aún antes de empezar el concubinato, ni la hay para que surja con
posterioridad a la existencia del mismo…

“Resumiendo lo expuesto, se tiene: la sociedad conyugal que, según los


artículos 180 y 1774 del Código Civil, se forma entre los consortes por el hecho
del matrimonio, no requiere de la concurrencia de ninguno de los elementos
tipificadores del contrato social, cuales son: la intención de asociarse o animus
contrahendi societatis, los aportes recíprocos y el propósito de repartirse las
utilidades o pérdidas que resulten de la especulación. Esta sociedad sui generis
se contrae, aún contra la voluntad de los casados, por el simple hecho de las
nupcias legítimas. En cambio, quienes por fuera del matrimonio se unen para
vivir juntos, no por ello contraen sociedad de bienes, la cual, para que se
entienda contraída, indispensablemente reclama que entre los concubinarios se
haya celebrado pacto expreso con esa finalidad, o que los hechos indiquen
certeramente que al margen del desarrollo de su vida sexual o afectiva, los
concubinarios realizaban actividades encaminadas a obtener lucro, que tenían el
propósito de repartirse las utilidades o pérdidas que resultaren de la
especulación y que entre ellos existía, en el desempeño de tal trabajo, el ánimo
de asociarse.

“La sociedad conyugal, pues, sólo puede existir entre personas que están
legítimamente casadas entre sí, aunque después el matrimonio se declare nulo.
Ella no se da entre concubinarios. No obstante, entre éstos pueda existir
sociedad de bienes, creada ya regularmente por el concurso expreso de sus
voluntades, o contraída por los hechos. El matrimonio por sí solo, pues, genera
aquella sociedad, lo que no sucede con el concubinato, en el cual para que se
forme sociedad de bienes entre sus integrantes, se requiere que así lo hayan
convenido éstos, expresa o tácitamente’. (Cas. Civil de 18 de octubre de 1973,
G.J. t, CXLVII, pag. 92) « .
F.F. : arts.180,1774 del C.C.

ASUNTO : Casación. Sociedad civil de hecho


PONENTE : Cesar Julio Valencia Copete
SENTENCIA 122
FECHA : 28/10/2003
32
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

DECISION : No casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Cundinamarca
DEMANDANTE : Daza de eraza, Luisa
DEMANDADO : Gustavo Alfonso, Patricia Amparo, Carlos
Alberto y Jorge Leyva Luque, en su condición de herederos determinados
de Alfonso Leyva Monroy, y los herederos indeterminados del mismo
causante.
PROCESO : 7007
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

===============================================================
* NULIDAD PROCESAL - Saneamiento / NULIDAD PROCESAL -
Emplazamiento indebido - Saneamiento / PATERNIDAD
EXTRAMATRIMONIAL - Caducidad efectos patrimoniales PATERNIDAD
EXTRAMATRIMIONIAL - Litisconsorcio facultativo - Sentencia sustitutiva /
PATERNIDAD EXTRAMATRIMONIAL - Caducidad efectos patrimoniales -
Término legal / PRESCRIPCION - Interrupción - Aclaración de voto

1) NULIDAD PROCESAL - Saneamiento: “En verdad, tan pronto como


concurra al proceso el demandado debe poner de presente al juez el vicio
procesal que lo afecta, so pena de convalidarlo con su silencio; resulta
obvio que si actúa sin consideración a la existencia del mismo debe
suponerse que no le ha causado agravio; tamaña inconsistencia, pues,
surge del proceder de un demandado que creyendo no haber sido
vinculado al proceso correctamente, sin embargo no ofrece reparo
ninguno para actuar enseguida en él sin consideración a ese hecho.

“Por eso ha dicho la Corte ‘que sólo la parte afectada puede saber y conocer el
perjuicio recibido, y de una u otra manera lo revelará con su actitud; mas hácese
patente que si su interés está dado en aducir la nulidad, es de suponer que lo
hará tan pronto como la conozca, como que hacerlo después significa que, a la
sazón, el acto procesal, si bien viciado, no le representó agravio alguno; amén
de que reservarse esa arma para esgrimirla sólo en caso de necesidad y según
lo aconseje el vaivén de las circunstancias, es abiertamente desleal”; en esa
medida, “No queda, pues, al arbitrio del afectado especular sobre la oportunidad
que le sea más beneficiosa para alegar la nulidad, sino que, por el contrario, la
lealtad que de él se exige en el proceso lo constriñe a aducirla en la primera
ocasión que se le brinde o tan pronto se entere de ella, a riesgo de sanearla por
no hacerlo’ G.J. CCLII, volumen I, No. 2491, páginas 817 y 818)

“De acuerdo con los lineamientos precedentes el cargo de nulidad propuesto no


admite ser examinado en casación, dado que la causal invocada para ese efecto
por el demandado E. viene precedida de saneamiento, puesto que doliéndose de
la notificación irregular del auto admisorio de la demanda por causa de un
emplazamiento indebido, compareció al proceso a poco de haber sido dictada la
sentencia de segunda instancia, mas en lugar de haber propuesto
inmediatamente el vicio de nulidad que supuestamente lo afectaba, o de
reservarse justamente para aducirlo en el recurso de casación que había
interpuesto, optó por solicitar la adición, aclaración y corrección de dicho fallo”.
F.F.: art.144 num.3 del C. de P.C.

2) PATERNIDAD EXTRAMATRIMONIAL - Caducidad efectos


patrimoniales: “si quien estando próximo a vencer el término de dos años
previsto en la ley 75 de 1968 presenta la demanda de filiación pretende
hacer inoperante la caducidad de los efectos patrimoniales, debe obtener
33
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

la notificación del demandado dentro de los 120 días de que trata el


artículo 90 del C. de P. Civil, siendo este un término fatal de acuerdo con
lo explicado, pues de lo contrario debe considerarse para esos efectos
únicamente la fecha de notificación del demandado; con mayor razón
debe sujetarse a esa consecuencia quien para lograr ese objetivo tiene a
su disposición no únicamente 120 días, sino además todo el término que
falta para completar el bienio; desde esa perspectiva, no resulta
consistente considerar legal, externo y objetivo el término concebido en la
norma procesal, pero subjetivo e interno, según las vicisitudes del proceso
y la conducta de los sujetos procesales, el término consagrado en el
artículo 10º de la ley 75 de 1968”.
Similar sentido: Sentenciade 4 de julio de 2002, expediente 6364, sin publicar.
F.F.: art.10 Ley 75 de 1968, 90 del C.P.C.; Ley 794 de 2003

3) Sentencia sustitutiva. PATERNIDAD EXTRAMATRIMIONIAL - Litisconsorcio


facultativo: “para los efectos del presente fallo sustitutivo, el demandado Edisson
Yesid Charry se considera un litisconsorte facultativo junto con su madre y
hermana vinculadas al proceso, y no necesario como sostiene el censor. Sobre
el particular dijo la Corte en sentencia de casación civil de 1º de agosto de 2003,
expediente 7769, lo siguiente:

“Agrégase a lo dicho que en materia de efectos patrimoniales derivados de la


declaración de la filiación extramatrimonial, que es la que concierne en la
especie de este proceso, provocada por demanda presentada después de
ocurrida la muerte del presunto padre, el inciso 2º del artículo 10 de la ley 75 de
1968, consagra sin ambages el efecto relativo de la cosa juzgada de la
sentencia respectiva, cuanto dispone que la sentencia que declara la paternidad
no produce consecuencias económicas ‘sino en favor o en contra de quienes
hayan sido parte en el juicio’, y eso a condición de que la demanda haya sido
notificada ‘dentro de los dos años siguientes a la defunción’.

“Lo anterior ha dado pie inclusive para estimar que no es necesario demandar a
todos los herederos del difunto padre, en la medida en que así ellos vienen a
conformar un litisconsorcio facultativo por pasiva, toda vez que resulta en esos
términos admisible definir por separado y autónomamente la relación jurídica
respecto de cada uno de los que son convocados al proceso, pues es el
demandante mediante la integración del mismo quien expande o restringe los
susodichos efectos patrimoniales desde el punto de vista subjetivo, según que la
demanda cobije a todos los herederos, lo que debe de entenderse
individualmente considerados, como que se exige su presencia para que se
pueda deducir, según las circunstancias particulares, la caducidad de tales
efectos patrimoniales; o según que él mismo limite la convocatoria contra uno o
varios de tales herederos, caso en el cual sólo contra éstos se produce la
referida secuela pecuniaria.

“En ese sentido, ha dicho la Corte de tiempo atrás, con referencia al proceso de
filiación extramatrimonial que por estar ya muerto el presunto padre cuando se
inicia el mismo contra los herederos, ‘el litisconsorcio pasivo así formado entre
éstos, no es necesario, (...), sino meramente facultativo o voluntario, pues nada
impedía (ni impide) que la pretensión se hubiera deducido solamente contra uno
o varios de ellos: la sentencia en tal caso sólo aprovecharía o perjudicaría a
quienes fueron citados al juicio’ (G.J. LXXVI, p. 261; CXLII, p. 52)”.
F.F.: inc.2 art.10 Ley 75 de 1968

4) PATERNIDAD EXTRAMATRIMONIAL - Caducidad efectos patrimoiales –


Término legal. PRESCRIPCION - Interrupción. Art.10 Ley 75 de 1968 y art.90 del
C.P.C.: “ambos términos legales mencionados antes – dos años y 120 días -,
los cuales se conjugan en la forma explicada según sea el caso, son objetivos y,
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SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

por consiguiente, su vencimiento resulta fatal, lo cual significa que la notificación


al demandado que se efectúe con posterioridad ya no impedirá que obre con
todo su vigor la caducidad de los efectos patrimoniales derivados de la sentencia
de filiación.

“Por consiguiente, no resulta admisible hacer consideraciones de orden subjetivo


para obstruir esa fatal consecuencia tendientes a establecer que la notificación
tardía ha obedecido a la conducta de alguna de las partes o a la culpa de los
funcionarios y empleados judiciales encargados de velar porque ella se
practique, como otrora y muy especialmente antes del decreto 2282 de 1989 lo
admitió esta Corporación, decreto que reformó el artículo 90 del C. de P. Civil
para ampliar el término en el que debe hacerse la notificación al demandado si
se quiere interrumpir la prescripción o hacer inoperante la caducidad con la
presentación de la demanda.

“Antes de la citada reforma, el artículo 90 establecía una serie de pasos y


términos relativamente cortos para que se pudiera impedir la caducidad una vez
que fuera admitida la demanda, tales como eran que el demandante proveyera
lo necesario para la notificación del demandado dentro de los cinco días
siguientes a dicha admisión, ‘y que si la notificación no se hiciere en el término
de diez días, efectúe las diligencias para que e cumpla con un curador ad litem
en los dos meses siguientes’.

“El artículo 1º, modificación 41, del citado decreto 2282, introdujo una reforma
que rigió hasta cuando entró en vigencia la ley 794 de 2003, siendo aquélla
norma anterior aplicable para este caso, la cual consistió básicamente en
considerar la presentación de la demanda – que no la de su admisión – como
medio eficaz para obtener tal interrupción, y en ampliar el término para que se
efectúe la notificación al demandado con ese fin, en tanto que determinó que
debe producirse “dentro de los ciento veinte días siguientes’ a la notificación al
demandante del auto admisorio de la demanda.

“Dicho término de ciento veinte días (120), el cual fue concebido justamente
para eliminar todas las dificultades que presentaba el señalado en la norma
anterior y para facilitar a su vez el cumplimiento de la carga del demandante de
obtener la notificación oportuna de la demanda a fin de impedir la prescripción o
la caducidad, debe considerarse como un término objetivo y por consiguiente
fatal, pues basta con establecer dos extremos: la notificación al demandante y el
transcurso de los 120 días hábiles previsto a la sazón en el artículo 90 – hoy de
un año de conformidad con la ley 794 de 2003 -, pues vencidos éstos ‘los
mencionados efectos ( o sea la inoperancia de la caducidad o la interrupción de
la prescripción, en su caso) sólo se producirán con la notificación al
demandado’, expresión, la subrayada, que evidentemente no da margen para
establecer una posibilidad distinta a la de calificar ese término como
determinante, sin más, y por supuesto refractario a cualquier alargamiento sin
importar la causa que lo pueda explicar o justificar”.

“5. Ahora bien, como esta Corporación, según se explicó atrás siguiendo las
pautas trazadas en la sentencia de casación de 4 de julio de 2002, ha
considerado viable la ecuación que se integra entre el término bienal a que alude
el artículo 10º de la ley 75 de 1968 y el de 120 días consagrado en el artículo 90
del C. de P. Civil, deviene como consecuencia lógica el que también deba
calificarse de fatal el primero de los términos mencionados en cualquiera de las
hipótesis que pueden darse:

“a) Si la demanda de filiación se presenta dentro de los dos años siguientes a la


defunción del presunto padre a fin de impedir la caducidad de los efectos
patrimoniales de la respectiva sentencia, pero estando próximo a vencer dicho
término, así sea el último día, se cumple ese cometido desde su presentación,
35
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

siempre y cuando se notifique al demandado el auto admisorio dentro de los


120 días contados como dispone el artículo 90 del C. de P. Civil, vencidos los
cuales únicamente se tendrá en cuenta la fecha de notificación al demandado, o
sea después de vencido el referido bienio y sin ninguna posibilidad de
alargamiento de éste.

“b) Si la demanda de filiación se presenta dentro de los dos años siguientes a la


defunción del presunto padre a fin de impedir que obre la caducidad de los
efectos patrimoniales de la respectiva sentencia, pero con suficiente anticipación
que no importa que venza el término de 120 días para notificar al demandado
consagrado en el artículo 90 del C. de P. Civil, en la medida en que resta aún
parte del periodo bienal para conseguirla; resulta allí evidente que el
demandante cuenta con una mayor oportunidad para lograr su aspiración de no
dejar decaer aquéllos efectos patrimoniales, por lo que no se abre paso la
posibilidad de interferir el vencimiento de los dos años para prolongarlo con
apoyo en omisiones de las partes o de los funcionarios y empleados judiciales
que puedan haber conducido a la tardía notificación del demandado.

“ Corolario: si quien estando próximo a vencer el término de dos años previsto


en la ley 75 de 1968 presenta la demanda de filiación pretende hacer inoperante
la caducidad de los efectos patrimoniales, debe obtener la notificación del
demandado dentro de los 120 días de que trata el artículo 90 del C. de P. Civil,
siendo este un término fatal de acuerdo con lo explicado, pues de lo contrario
debe considerarse para esos efectos únicamente la fecha de notificación del
demandado; con mayor razón debe sujetarse a esa consecuencia quien para
lograr ese objetivo tiene a su disposición no únicamente 120 días, sino además
todo el término que falta para completar el bienio; desde esa perspectiva, no
resulta consistente considerar legal, externo y objetivo el término concebido en
la norma procesal, pero subjetivo e interno, según las vicisitudes del proceso y la
conducta de los sujetos procesales, el término consagrado en el artículo 10º de
la ley 75 de 1968”.
F.F.: art.10 Ley 75 de 1968; art.90 C.P.C.

4) ACLARACION DE VOTO. PRESCRIPCION - Interrupción

4.1) ACLARACION DE VOTO DEL DR. JORGE ANTONIO CASTILLO


RUGELES: “Mientras el expediente estuviese al despacho con miras a resolver
las peticiones del actor relacionadas con la notificación personal del demandado
o su emplazamiento, no corría el término de 120 días contemplado en el
entonces vigente Art.90 del Código de Procedimiento Civil, criterio éste en cuyas
bondades aún persisto, muy a pesar de algunas de las afirmaciones que el fallo
contiene, sólo que para el caso es irrelevante, habida cuenta que aún a pesar de
tenerlo en consideración en el asuno de esta especie, de todos modos se
configura la caducidad de que aquí se reconoce”.
F.F.: art.90 C.P.C.

4.2) ACLARACION DE VOTO DEL DR. CARLOS IGNACIO JARAMILLO


JARAMILLO:

“El suscrito firmó la sentencia dictada por esta Sala el 4 de julio de


2002(Exp.6364), en la que se consideró que sí era posible conjugar el artículo
90 del P.C. y el 10 de la ley 75 de 1968, para efectos de determinar la
caducidad de los efectos patrimoniales que eventualmente puedan presentarse
en procesos de filiación.

“En la mencionada providencia, precisando los alcances del artículo 90 del


estatuto procesal civil, la Corte estableció que los 120 días –término hoy
modificado por la ley 794 de 2003- eran días hábiles y corrían sin que fuere
posible su interrupción, salvo cuando el expediente se encontrara al despacho
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SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

con el fin de resolver peticiones del actor relacioandas con la notificación


personal o con el emplazamiento del curador ad-litem del demandado, eventos
en los cuales debía hacerse el descuento correspondiente al computar el
respectivo término.

“En la parte motiva de la presente senetncia se ha expresado que los términos


previstos en los artículos 10 de la ley 75 de 1968 y 90 del C. de P:C.”son
objetivos, y por consiguiente, su vencimiento resulta ser fatal”, no siendo
“admisible hacer consideraciones de orden subjetivo para obstruir esa fatal
consecuencia” y que el término previsto en el C. de P.C. es “refractario a
cualquier alargamiento sim importar la causa que lo pueda explicar o justificar”

“..los alcances del precitado artículo 90, fijados en el fallo dictado el 4 de julio de
2002 deben seguir teniéndose en cuenta para la contabilización del plazo allí
previsto”

4.3) ACLARACION DE VOTO DEL DR. CESAR JULIO VALENCIA COPETE Y


MANUEL ISIDRO ARDILA VELASQUEZ:

“En relación con la norma que rigió durante el tiempo en que este asunto se
iniicaron y concluyeron las diligencias encaminadas a vincular a los
demandados, me parece que con ese razonamiento se desconoce cómo en
vigencia del citado decreto 2282 era posible pensar que aun cuando por diversos
factores, ajenos a la diligencia normal utiilizada por el demandante, a aquéllos no
se alcanzaba a efectuar en tiempo tal vinculación, atendidas esas circunstancias
externas al querer del interesado, la presentación del acto introductorio cumplía
el fin fundamental de impedir la caducidad de los efectos patrimoniales de la
declaración de paternidad.

Independientemente de las circunstasncias que, dentro del proceso permanente


de evolución del derecho puedan llegar a presentarse con la puesta en vigencia
del nuevo decreto que vino a reformar el que se deja citado, -794 de 2003-, del
que eventualmente podría ocuparse la jurisprudencia según las necesidades que
en su momento surjan, lo cierto es que ello encontraba su razón de ser, y aún
pensarse que actualmente el tema no sería del todo inusitado, en que debía
tenerse presente que con la exigencia de la formulación tempestiva del libelo
que contuviera consecuencias patrimoniales se pretendía, amén de la seguridad
que generalmente debe presidir entre los asociados, que a los herederos del
difunto y a su cónyuge no se le sometiera indefinidamente a acciones
notoriamente retardadas, toda vez que con este proceder demorado se
dificultaba enormemente la defensa de aquéllos, pero sin perder tampoco de
vista la evidente intención del legislador de proteger los derechos de los hijos
extramatrimoniales que, aparte del reconocimiento de tales, buscaban que el
fallo produjera los beneficios económicos que le eran consecuentes.

Evidentemente, bajo la cardinal apreciación de que el demandante presente con


la antelación debida el libelo y que luego en el desarrollo del proceso la debida
diligencia en orden a noticiar a los demandados el auto admisorio de la
demanda, enprocura de determinar la oportunidad de que trata la ley 75 de
1968 no se pueden soslayar otros factores que, por resultar completamente
anormales a su actividad, entorpezcan o dificultn en gran medida tal
comunicación como, verbi gratia, el comportamiento ladino de los
causahabientes del de cujus, con conductas tales como la ocultación tendiente a
obstruir el enteramiento de esa providencia, o la negligencia de los empleados
encargados de efectuar los actos propios de notificación.

“De ahí que, de llegar a establecerse que a la parte actora acató a cabalidad los
lineamientos que se dejan anotdos, tanto en la formulación que a tiempo se
efectúe del acto introductorio, puesto que a él le corresponderá calcular
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prudencialmente el lapso que normalmente puede utilizarse para la prática de


las respectivas actuaciones, así como que no hubo incuria posterior en su
gestión, por cuanto de esta manera se poene a salvo de cualquier hehcoo
irregular o extraoridnario que impida la notificación, ha de pensarse que si esta
diligencia se efectúa por fuera de los términos contemplados en la ley, asun así
la sola presentación oportuna de la demanda produce el efecyo de impedir la
caudicidad.

“El colofón de todo es que por equidad y justicia no se han de excluir ciertos
aspectos subjetivos; el cómputo objetivo del término, por tanto, no deja de ser
áspero en determinadas circunstancias, como seguramente hubo de reconocerlo
el legislador de 2003 cuando decidió ampliar dicho lapso. Antes de la regorma,
nose sabe cuántos fueron maltratados en sus derechos con el proclamado
conteo del término, sin atender factor distinto al tiempo transcurrido”.

ASUNTO : Casación. Paternidad extramatrimonial


PONENTE : Silvio Fernando trejos Bueno
ACLARA VOTO : Dr.Jorge Antonio Castillo Rugeles, Carlos
Ignacio Jaramillo Jaramillo y Cesar Julio Valencia Copete y Manuel Isidro
Ardila Velásquez.
SENTENCIA 123
FECHA : 31/10/2003
DECISION : Casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Ibagué
DEMANDANTE : Gordillo, Henry
DEMANDADO : Bertha Rodríguez de Cahrry, Claudia Yaneth y
Edisson Yesid Charry, cónyuge supérstite e hijos del causante Cristino
Yesid Charry Castellanos
PROCESO : 7933
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

=============================================================
* DEMANDA DE REVISION / REVISION - Rechazo - Multa / REVISION -
Multa / MULTA - Revisión

Se rechaza la presente demanda de revisión, toda vez que se observa que la


sentencia que es objeto de la presente impugnación extraordinaria no se
encuentra ejecutoriada, toda vez de que el edicto notificatorio no tiene fecha
cierta de desfijación, razón por lo cual se hace imposible la cuantificación de los
términos a que se refiere el art.331 del Código de Procedimiento Civil.

“Complementariamente, por mandato de lo dispuesto en el inciso 2 del ...


artículo 383 id, se sancionará al apoderado de la recurrente XX con multa de
$1’660.000, equivalente a 5 salarios mínimos legales vigentes, ‘para cuyo pago
se hará efectiva la caución prestada’, la que será a favor de la Nación-Consejo
superior de la Judictaura “
F.F.: art.331 del C.P.C.

ASUNTO : Rechazo demanda de revisión.


PONENTE : Silvio fernando Trejos Bueno
AUTO 286
FECHA : 05/11/2003
DECISION : Rechaza demanda de revisión.
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Barranquilla
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DEMANDANTE : López Lozano, Moisés Antonio, quien cedió


sus derechos a René Alexander Celis Conde
DEMANDADO : Personas indeterminadas
PROCESO : 2003-00004-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

=============================================================
* ERROR DE HECHO Y DE DERECHO - Distinción / PRUEBAS - Grupo /
ERROR DE HECHO - Valoración en conjunto / ERROR DE HECHO -
Evidencia / POSESION - Voluntariedad / POSESION – Elementos /
TENENCIA Y POSESION

1) ERROR DE HECHO Y DE DERECHO: “en materia probatoria el error de


hecho en que pueda incurrir el sentenciador se funda en la equivocada noción
que éste se forma sobre la objetividad de la prueba, ya porque la omite, estando
presente - error por preterición - o, porque sin caer en tal olvido, la adiciona o
cercena, o porque supone como presente la que en realidad no milita en el
proceso; en cambio, el error de derecho surge cuando a pesar de examinar la
prueba en su exacto alcance material, transgrede las pautas de disciplina
probatoria que regulan su admisión, práctica, eficacia o apreciación. De la
naturaleza de una y otra clase de yerro, se desprende que son excluyentes entre
sí respecto de los mismos medios de prueba y que, por ende, se mueven en
planos completamente diferentes, razón por la cual resulta inadmisible que se
entremezclen en su desarrollo.

“Nótese que de acuerdo con lo preceptuado por el artículo 374 del Código de
Procedimiento Civil, si el error que se le enrostra al fallador es de hecho, es
necesario que el recurrente lo demuestre, y si es de derecho, éste debe indicar
en qué consiste la infracción de las normas de estirpe probatoria, tarea en la
cual debe obrar con claridad y precisión; de suerte que la actividad del acusador
no puede consistir simplemente en bosquejar una o varias ideas con trazos más
o menos amplios, o aún vagos, toda vez que el recurso de casación no
constituye una tercera instancia que le permita a la Corte escrutar de nuevo el
litigio en toda su extensión.
F.F.: art.368 num.1 del C.P.C.; art.374 ibídem.

2) PRUEBAS - Valoración en conjunto: “ha precisado la Corte que si el fallador,


en su misión de ponderar el elenco demostrativo, privilegia alguna prueba o
grupo de ellas sobre otra u otras, ello responde a una ‘ ... labor crítica propia que
integra el trabajo de discernimiento mediante el cual puede, en definitiva, colegir
el acogimiento de aquellas que le ofrecen mayor convicción y credibilidad y
desoír las que se les oponen, discurrir dialéctico que no es constitutivo de yerro
de facto, salvo en cuanto la conclusión a que arribe se ofrezca arbitraria,
absurda o riña abiertamente con la lógica ‘ (sentencia de 28 de marzo de 2003,
exp. 6709, no publicada oficialmente)”.
F.F.: art.187 del C.P.C.

3) ERROR DE HECHO - Evidencia: “el defecto debe ‘... detectarse a simple


golpe de vista, tanto que para descubrirlo no se exigen mayores esfuerzos o
razonamientos ...’ (sentencia de 14 de febrero de 2001, exp. 6347, no publicada
oficialmente) y ser de tal naturaleza que conduzca a una conclusión contraria a
la evidencia de los hechos, situación que aquí, valga repetirlo, ni por semejas
sucede”.

4) “’ ... es apenas natural que éstos no podrán saber más en el punto que la parte
misma; los terceros, en efecto, no han podido percibir más que el poder de hecho
sobre la cosa, resultando en tal caso engañados por su equivocidad y suponiendo
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de esta suerte el ánimo contra lo que permite deducir lo que fuera expresado por la
parte actora; es en el sujeto que dice poseer en donde debe hallarse la
voluntariedad de la posesión, la cual es imposible adquirir por medio de un tercero,
cuya sola voluntad resulta así, por razones evidentes, ineficaz para tal fin. Así
resulta apodíctico que nadie puede hacer que alguien posea sin quererlo. ‘ (G.J. t,
CCLXI, pag. 1024) « .

5) POSESION - Elementos. TENENCIA Y POSESION: « conocido postulado


jurídico de que la mera detentación del bien no es suficiente para poseer.
Evidentemente en forma reiterada ha venido sosteniendo la jurisprudencia que
para usucapir deben aparecer cabalmente estructurados los elementos
configurativos de la posesión, esto es, el animus y el corpus, significando aquél,
elemento subjetivo, la convicción o ánimo de señor y dueño de ser propietario
del bien desconociendo dominio ajeno; y el segundo, material o externo, tener la
cosa, lo que generalmente se traduce en la explotación económica de la misma,
con actos o hechos tales como levantar construcciones, arrendarla, usarla para
su propio beneficio y otros parecidos.

“Tales elementos - cuerpo y voluntad - cuya base legal sustancial es


fundamentalmente el artículo 762 del Código Civil al decir que “la posesión es la
tenencia de una cosa determinada con ánimo de señor y dueño”, son los que
permiten de inmediato distinguir esta institución de la tenencia prevista en el
artículo 775 de este ordenamiento, según el cual, es “la que se ejerce sobre una
cosa, no como dueño, sino en lugar o a nombre del dueño”.

“En efecto, no obstante que la posesión y la tenencia tienen como punto común
de contacto que las asimila el factor externo referente a la ocupación de la cosa,
sí resultan ser bien distintas y hasta excluyentes en lo atinente al ánimo o
conducta en una y otra situación, pues, valga reiterarlo, mientras en la primera a
la materialidad se junta la voluntad de comportarse ante propios y extraños como
dueño, en la segunda apenas exteriormente se está en relación con los bienes.

“De ahí que frente a supuestos similares corresponda diferenciar qué actos
constituyen posesión y cuáles mera tenencia, toda vez que aunque
externamente se puedan parecer o resulten en principio iguales, la diferencia
que en definitiva viene a decidir la cuestión descansa en el cuidadoso examen
de si a esos hechos forzosamente se aúna el indispensable señorío o intención
de ser dueño.

“Por ello, en orden a explicar este necesario animus remsibi habendi, ha


expuesto la Corte que ‘ ciertos actos como el arrendar y percibir los cánones,
sembrar y recoger las cosechas, cercar, hacer y limpiar desagües, atender a las
reparaciones de una casa o terrenos dados, no implican de suyo posesión, pues
pueden corresponder a mera tenencia, ya que para ello han de ser
complementados con el ánimo de señor y dueño, exigido como base o razón de
ser de la posesión, por la definición misma que de ésta da el artículo 762 del C.
Civil, el cual al definir la mera tenencia en su artículo 775 la hace contrastar con
la posesión cabalmente en función de ese ánimo...’ (G.J. t. LIX, pag. 733).

“Por este mismo sendero, ha de observar la Sala enseguida cómo, a partir de la


anterior distinción, es por lo que el unísono los artículos 777 y 780, inciso 2°,
predican que el simple lapso de tiempo no muda la mera tenencia en posesión y
que debe presumirse en quien ha empezado a poseer a nombre ajeno “la
continuación del mismo orden de cosas”. Con otras palabras, ello se explica
claramente debido a que, por ostentar el tenedor en aquellas hipótesis apenas el
elemento corpus, el sólo transcurso del tiempo, por prolongado que sea, no
alcanza a tener la virtud de trocar en posesión lo que en un principio es
constitutivo de tenencia, de modo que, en tanto permanezca esta situación
jurídica precaria, el paso de los años lo sigue manteniendo en esa posición,
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Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

mientras no aparezca luego una verdadera conversión o interversión del título,


aspecto que, por no ser materia del debate, no es menester que de ello se
ocupe la Corporación”.
F.F.: arts.762, 775 y 780 inc.2 del C.C.

ASUNTO : Casación. Pertenencia


PONENTE : Cesar Julio Valencia Copete
SENTENCIA 124
FECHA : 05/11/2003
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Bogotá
DEMANDANTE : Rojas de Rojas, Marcelina Elisa
DEMANDADO : María Teresa de Jesús, Jesús fernando, Julio
Hernán, Hugo Humberto Rodríguez Cortés y personas indeterminadas
PROCESO : 7052
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

=============================================================
* DEMANDA DE CASACION / CASCAION - Fundamentos de la acusación /
VIOLACION NORMA SUSTANCIAL - Vía indirecta – Demostración /
TECNICA DE CASACION - Ataque todos los fundamentos y pruebas /
CESION DERECHO HERENCIAL / POSESION - Prueba

1) CASACION - Fundamentos de la acusación: “Al tenor del artículo 374 del


Código de Procedimiento Civil, todo cargo en casación debe contener los
fundamentos, expresados de manera clara y precisa; a su turno, la acusación en
que se denuncia la violación indirecta de la ley sustancial como consecuencia de
error manifiesto de hecho en la apreciación de la demanda, de su contestación o
de las pruebas requiere, además, que el recurrente señale con exactitud los
elementos de juicio incorrectamente ponderados y, por sobre todo, que
demuestre el yerro, para lo cual le resulta obligatorio indicar lo que de esos
medios de convicción, de un lado, aflora objetivamente y, de otro, dedujo el
sentenciador, a fin de que sea de esa labor comparativa de donde se infiera, sin
dubitaciones, el desacierto delatado, amén de que él deviene trascendente”.
F.F.: art.374 del C.P.C.

2) TECNICA DE CASACION - Ataque todos los fundamentos y pruebas: En


este sentido ha expuesto la Corte que ‘si se aspira a impugnar con éxito un juicio
jurisdiccional de instancia, no deben hacerse de lado los fundamentos del
mismo, puesto que en este campo un cargo en casación no tendrá eficacia legal
sino tan solo en la medida en que combata y desvirtúe directamente cada uno
de tales argumentos, ya que el sentido legal del recurso 'está determinado de
modo inexorable a examinar la sentencia dictada y no otra diferente a fin de
establecer, en función de control jurídico, si la ley sustancial llamada a gobernar
el caso concreto materia de la litis ha sido o no observada por el juzgador' (G. J.
Tomo CCXII, pág. 100). Pero, no solo es deber del recurrente echar a pique en
su integridad los pilares en que se fundamenta la sentencia, sino que frente a
cada uno de ellos, debe asimismo asumir la tarea de desvirtuar la totalidad de
las pruebas con las que el ad-quem tuvo por acreditados los hechos relevantes
en el asunto litigioso resuelto, pues si alguna de ellas no es atacada y por sí
misma presta base sólida a dicha resolución, ésta quedará en pie y el fallo no
puede infirmarse en sede de casación, resultando en consecuencia
completamente intrascendente si se logra o no demostrar errores que el
impugnante señala en la apreciación de otras pruebas, criterio por cierto
sostenido con insistencia por la Corte en múltiples providencias…’ (G.J. t,
CCXLIII, pag. 273) ».
41
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

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3) CESION DERECHO HERENCIAL: “ha dicho la Corporación que ‘al lado del
acto genérico y típico de la cesión del derecho de herencia anteriormente
descrito y que se caracteriza por cuanto su objeto está constituido por la
universalidad jurídica sucesoral o una cuota de la misma, y no concretamente
por los derechos y obligaciones a ella vinculados, la doctrina ha tenido que
considerar otra figura diversa de aquella y que se ofrece cuando quien tiene la
condición de heredero, y, por ende, de titular del derecho real hereditario
correspondiente, le cede a otro uno o más de los bienes sucesorales
singularmente considerados, o una cuota de los mismos, diciendo en el contrato
que lo cedido son 'derechos herenciales vinculados a dichos bienes'. La
negociación en esta forma produce los siguientes efectos: el cedente también
conserva su intransmisible calidad de heredero, y el cesionario, como
causahabiente personal de aquel, queda facultado para procurar que en la
partición se le adjudiquen los bienes especificados en la cesión, en cuanto esta
le haya sido hecha por todos los herederos o por el heredero único y el pasivo
sucesoral lo permita, pues, en concurrencia con otros herederos no cedentes y
frente a la necesidad de proveer al pago del pasivo sucesoral, el cesionario corre
el riesgo de que tal adjudicación no se le haga ni a él ni a su cedente, caso en el
cual queda colocado en la condición de adquirente de cosa ajena con todas las
consecuencias que esta conlleva (art. 1401, inc. 2)…’ G.J. t, CXXXIII, pags. 37 a
39).

4) POSESION - Prueba: “se impone precisar por la Corte cómo la relación


posesoria, en sus elementos cuerpo y voluntad, se exterioriza primordialmente
por medio de los hechos o a través de manifestaciones externas
verdaderamente indicativas de señorío sobre las cosas, sin que, entonces, tenga
injerencia en la apreciación del necesario animus remsibi habendi el origen o la
naturaleza de título, salvo que se buscara indagar acerca de la especie de
posesión - regular o irregular -, cuestión que en este asunto carece de
importancia.

“En efecto, es palmario que si la posesión es esencialmente un poder material


sobre las cosas, pues, como de vieja data lo expuso la Corporación, ‘únicamente
la posesión física es verdaderamente posesión’ (G.J. t, LXXX, pag. 88), ha de
seguirse que para su cabal estructuración basta que quien la invoca establezca
haber entrado a poseer objetivamente los bienes, vale decir, sin la forzosa
presencia de título o vínculo jurídico que venga a justificarla, por supuesto que,
ha de reiterarse, éstos no son los que otorgan, ni dan o confieren la posesión,
como que es suficiente tenerlos realmente, mediante la ejecución de actos
ciertamente demostrativos de querer comportarse como señor y dueño”.

ASUNTO : Casación. Proceso divisorio


PONENTE : Cesar Julio Valencia Copete
SENTENCIA 126
FECHA : 05/11/2003
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Ibagué
DEMANDANTE : Rico Barrero, Miguel Antonio
DEMANDADO : Enrique Leyva Trujillo
PROCESO : 6988
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

=============================================================
* PATERNIDAD EXTRAMATRIMONIAL - Prueba científica / PRUEBA
CIENTIFICA - Grado de certeza; Importancia / DICTAMEN PERICIAL -
42
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Prueba científica / PATERNIDAD EXTRAMATRIMONIAL - Relaciones


sexuales - Prueba genética y testimonio / SENTENCIA SUSTITUTIVA -
Relaciones sexuales - Prueba

1) “ha dicho la Sala que ‘El dictamen pericial hoy no sólo permite excluir sino
incluir con grado cercano a la certeza absoluta, a quien es demandado como
padre presunto. De la prueba crítica, en la que el razonamiento legislativo para
inferir la paternidad y autorizar a declararla judicialmente recorre varios caminos
(el hecho conocido y probado -v. gr. el trato especial entre la pareja-, el hecho
inferido -las relaciones sexuales- y el segundo hecho inferido (la paternidad) se
pasa hoy, con ayuda de la ciencia, a una prueba de los hechos, científica, cual
es la de excluir a alguien como padre o la de incluirlo con grado de certeza
prácticamente absoluta, mediante análisis y procedimientos técnicos avalados
mundialmente y tomados en el estado presente como ciertos o indubitables. Se
pasa hoy casi directamente al fin último de las presunciones legales que
contempla la Ley 75 de 1968: declarar la paternidad o desestimarla’ (Cas. Civil.
Sent. de 10 de marzo de 2000).

“Luego, en sentencia de 20 de febrero de 2002 (Exp.6864) , la Corte reafirmó la


línea jurisprudencial que otorga valor destacado a la prueba científica en proceso
de filiación, al precisar “es posible hoy día, por exámenes biológicos sobre ADN,
establecer con métodos mucho más seguros que los que brinda las pruebas por
grupos sanguíneos, las relaciones de filiación; pruebas cuya confiabilidad
alcanza porcentajes cercanos al 100% para afirmarla, a diferencia de cuanto
ocurre con las otras, que apenas brindan un índice de probabilidad, lo que
explica su escaso valor demostrativo en el propósito de fundar - por sí solas- el
grado de certeza que reclama la declaración de paternidad’.

“En sentencia de casación de 15 de noviembre de 2001, expediente No. 6715, la


Corte dejó sentado que era imposible ser indiferente ante la contundencia de la
prueba científica por su potencia demostrativa: “Así que no es cierto de lo de la
prueba única o tarifada de las relaciones sexuales; por ende, lo del trato social y
personal de la pareja es apenas un camino para llegar a ella. Ahora, en ese
orden de ideas, otra conclusión se impone, y es la de que consecuentemente
cabe admitir que no habría base jurídica para descartar la prueba genética con
ese fin, pues, si, como lo ha expresado la Corte, su poder persuasivo ‘es
sencillamente sorprendente (...), al extremo que existen pruebas de tal
naturaleza que pueden determinar la paternidad investigada en un grado de
verosimilitud rayano en la seguridad’ (Cas. Civ. de 23 de abril de 1998), no está
fuera de propósito admitir que como mínimo contiene tan buena señal como la
que emite el mismo trato personal o social de los amantes. Tema éste respecto
del cual conviene todavía memorar que la prueba científica de que se trata ‘le
presta tal apoyo a su veredicto (del juez), que se constituye en pilar de su
sentencia, y que, en fin, ‘la paternidad biológica, esto es, la posibilidad de un
gameto femenino haya sido fecundado por un determinado hombre (...) es hoy
posible demostrarla con alcances de certidumbre casi absoluta (...)’ (Cas. Civ. 10
de marzo de 2000, exp. 6188). Se ha llegado, pues, al punto en que el problema
no es de cómo creer en la prueba genética, sino el de cómo no creer en ella, de
manera que, en cualquier caso, quienquiera desvirtuar esa alta dosis
demostrativa que lo acredite’”.

“Mas recientemente, la Corte, en sentencia de 14 de julio de 2003 perseveró en


remarcar la trascendencia de la prueba científica (Exp.6894) para subrayar que:
“Por donde se larga la conclusión de que dicha pericia, cuyas conclusiones,
práctica y fundamentos – que no son pocos, según se transcribió atrás – no han
sido, de otra parte, cuestionados, constituirá, con su resultado demostrativo de la
paternidad alegada, el soporte principal de la presente sentencia; básicamente
en cuanto torna completamente verosímil la afirmada relación paterno filial.
Nadie discute hoy que los avances científicos han logrado perfeccionar métodos
43
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

que señalan la paternidad con alto grado demostrativo; de allí que de tiempo
atrás venga advirtiendo esta Corporación que no puede el juzgador
desentenderse del aprecio que la ley muestra respecto del aporte científico que
reportan pruebas de dicho cariz, recaudadas en punto de la indagación sobre
asuntos relativos a la procreación humana, pues hoy más que nunca esos
avances son ‘herramientas que a juicio de doctos contienen un indiscutible rigor
científico, al extremo que existen pruebas de tal naturaleza que pueden
determinar la paternidad investigada en un grado de verosimilitud rayano en la
seguridad’ (Cas, Civ, 23 de abril de 1998, Exp. 5014)’ Al fin y al cabo, ‘ dictamen
tal – rendido en condiciones en que su pureza y fidelidad están exentas de toda
tacha, cual patentiza con el ahora examinado-, no sólo abre un compás para
excluir sino también para incluir con grado cercano a la certeza absoluta, a quien
es demandado como presunto padre; en esa dirección, claro está, imperativo es
al juzgador asumir que en la investigación de la paternidad los adelantos
científicos han de constituir un importante apoyo para su veredicto, tanto más si,
como hubo de expresarse en forma reciente, ‘la paternidad biológica, esto es, la
posibilidad de que un gameto femenino haya sido fecundado por uno de
determinado hombre (...), es hoy posible demostrarla con alcances de
certidumbre casi absoluta’ (Cas, Civ, 10 de marzo de 2000. exp. 6188)”.

2) “como lo ha dicho la Corte, aquellas pruebas ‘que en su momento resultaron


insuficientes o fueron tildadas de inocuas, como en efecto lo son por sí solas
para acreditar el trato carnal (...) Suficiente es en ese propósito fijar la vista en
las versiones de (...), para ver de establecer cómo ese caudal demostrativo
enlaza armoniosamente con el resultado del dictamen...’ (Cas. Civ. Sent. De 14
de julio de 2003, Exp. 6894)”.

3) Sentencia sustitutiva: “se declara la paternidad extramatrimonial, por haberse


acreditado suficientemente la existencia de relaciones sexuasles entre el
presunto padre y la madre, durante la época en que de acuerdo al artículo 92 del
C.C. pudo tener lugar la concepción.
F.F.: art.92 del C.C.

ASUNTO : Casación. Paternidad extramatrimonial.


PONENTE : Edgardo Villamil Portilla
SENTENCIA 127
FECHA : 05/11/2003
DECISION : Casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Neiva
DEMANDANTE : Alzate Menéndez, Mónica Andrea
DEMANDADO : Gilberto Moreno Vargas
PROCESO : 7182
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

=============================================================
* RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL - Resolución / ACCION DE
CUMPLIMIENTO Y ACCION RESOLUTORIA / PROMESA DE CONTRATO –
Resolución / ACCION DE CUMPLIMIENTO - Entidad del incumplimiento

1) ACCION DE CUMPLIMIENTO Y RESOLUTORIA: “reitera la Sala que


en el ordenamiento positivo colombiano –a la par que en el derecho
comparado, en general-, el examen o auscultación del comportamiento
del deudor constituye uno de los pilares en los que descansa la
responsabilidad contractual, que se configura, al tenor del artículo 1613
del Código Civil, tanto por no haberse cumplido la obligación -y más
exactamente el deber de prestación a su cargo-, como por haberse
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Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

cumplido de modo imperfecto o tardíamente. Si el acreedor –o accipiens-


recibe la prestación debida en la forma y en la manera acordadas, ex
ante, el vínculo que los ligaba –relatio-; el derecho crediticio y la
correlativa obligación emanada del negocio jurídico pertinente, quedarán
extinguidos, en virtud del pago realizado, en un todo de acuerdo con lo
previsto en el artículo 1625 del Código Civil, ordinal primero.

“el incumplimiento injustificado del deudor está sancionado por la ley


misma y ‘…tal comportamiento, por ende, habilita al contratante inocente
para solicitar, por una parte, se ordene su cumplimiento forzado o se
disponga su resolución y, por otra, cuando la infracción le ha ocasionado
un daño, que se le indemnice, reparación que puede reclamar en forma
accesoria a la petición de cumplimiento o resolución o en forma directa, si
lo anterior no es posible, como cuando el contrato ya ha sido ejecutado.’
(cas. civ. 9 de marzo de 2001, Exp. 5659)

“Puestas de tal manera las cosas, compréndese, entonces, que paralelo


al concepto de “cumplimiento”, referido a la actividad del deudor, más
específicamente al pago o ejecución de su deber de prestación (art. 1626
C.C.), corre –en el otro vértice- el de “incumplimiento”, que genera la
frustración del acreedor por no haberlo recibido, “bajo todos los respectos
de conformidad al tenor de la obligación” (art. 1627 C.C.). Ahora bien,
cuando tal incumplimiento aflora o se presenta, el artículo 1546 del
Código Civil autoriza al acreedor para que por intermedio de las
autoridades judiciales correspondientes, obtenga de manera forzada: (i)
el cumplimiento de la obligación, si ello es posible –claro está- o, en su
lugar, la satisfacción por equivalente, o (ii) la resolución del contrato, en
cualquier caso, con el condigno resarcimiento de los perjuicios causados
con tal incumplimiento.

“En desarrollo de antigua y reiterada jurisprudencia en torno al alcance


del artículo antes mencionado (art. 1546 C.C.) esta Corporación ha
puntualizado que ‘…el acreedor de una obligación lesionado por la
inejecución de ella, puede obtener el aniquilamiento de la convención que
le dio vida, a fin de no ser constreñido a pagar la obligación que él
contrajo si no la ha hecho todavía o con el objeto de repetir sus propias
prestaciones si ya las satisfizo. Todo ello, además junto con la
indemnización de los perjuicios sufridos’ (XLVII, 242), anotación que
resulta plenamente aplicable al contrato de promesa de permuta, que
como negocio bilateral que es, hace nacer prestaciones recíprocas para
las dos partes, y queda sujeto -por participar de tal naturaleza- a lo
dispuesto en el artículo antes citado, autorizando al contratante cumplido
a ejercer el derecho legal de resolución solicitando -de ser posible- que
se le deje en la misma situación que tenía al momento de contratar.

“Expresado en términos más concisos, el contrato preparatorio de permuta, al


igual que todos los contratos de tal naturaleza en general, son pasibles, en lo
pertinente, de las mismas reglas y principios que estereotipan los contratos
definitivos, específicamente del artículo 1546 en cuestión. No en vano, el
contrato preparatorio, en sí, es un negocio jurídico del que dimanan los efectos
consustanciales a dicha categoría volitiva, con prescindencia de que tenga “…
un peculiar cariz provisional y transitorio en cuanto es un convenio preparatorio
de otro cuyo resultado no pueden o no quieren alcanzar de inmediato las partes,
pero a cuya realización se comprometen mediante un vínculo jurídico previo que
les impone la obligación recíproca y futura de concertarlo con posterioridad,
agotándose en él su función económico-jurídica, quedando claro, entonces, que
como ‘no se trata de un pacto perdurable, ni que esté destinado a crear una
situación jurídica de duración indefinida y de efectos perpetuos, la transitoriedad
indicada se manifiesta como de la propia esencia de dicho contrato’ ‘ (G. J. CLIX,
45
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

283), rasgo éste, empero, que no erosiona, o menoscaba su carácter


privativamente negocial, por manera que su arquitectura, en lo basilar, es la
misma asignada a todos los negocios jurídicos.
F.F.: arts.11546, 1613, 1627 del C.C.; art.1625 ibídem

2) ACCION DE CUMPLIMIENTO - Modalidades: La “situación de hecho


antijurídica que es el incumplimiento el que, por principio, se produce
ante cualquier desajuste entre la prestación debida y la conducta
desplegada por el obligado, desajuste que a su vez puede darse bajo una
cualquiera de las tres modalidades que con el propósito de definir las
causas posibles que dan lugar al resarcimiento de perjuicios en el ámbito
contractual, describe el artículo 1613 del Código Civil, refiriéndose al
incumplimiento propio o absoluto, al cumplimiento imperfecto que
también suele denominarse “incumplimiento impropio” y en fin, al
cumplimiento tardío o realizado por fuera de la época oportuna” (Cas. civ.
del 26 de enero de 1994, no publicada, transcrita en G.J. CCLV, 653).

3) ACCION DE CUMPLIMIENTO - Entidad del incumplimiento: No está de más,


agregar, que examinado el asunto desde la óptica del interés económico del
negocio jurídico, la jurisprudencia de la Sala ha puntualizado que cuando este ha
sido parcialmente cumplido y el demandado muestra su voluntad de satisfacer el
interés del acreedor, no es posible “…el aniquilamiento de la relación material,
de un lado por quedar eliminada la idea de desistimiento, y de otro, en
consideración a la irrelevancia del incumplimiento frente al interés económico del
contrato (CCLXVI, 162)”.

ASUNTO : Casación. Resolución del contrato de promesa


de permuta
PONENTE : Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo
SENTENCIA 128
FECHA : 07/11/2003
DECISION : Casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Medellín
DEMANDANTE : Ceballos Gómez, Alvaro
DEMANDADO : Claudia Patricia Arango
PROCESO : 7386
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

=============================================================
* QUEJA / CASACION - Cuantía; Interés para recurrir / HECHO NOTORIO -
Indicador económico / INDICADOR ECONOMICO - Gramos oro / PRINCIPIO
DE CELERIDAD - Indicador económico

1) CASACION - Cuantía: Uno de los requisitos de procedibilidad del recurso de


casación, consiste en el agravio que la sentencia le cause al recurrente,
concretamente, 425 salarios mínimos legales mensuales, previsto por el art.366
del C.P.C., modificado por la ley 592 de 2000, conforme al cual dicho perjuicio se
encuentra determinado por el valor de de la relación sustancial decidida en el
fallo, en la fecha en que éste fue proferido, pues justamente en ese momento
cuando se produce el menoscabo que fundamenta la inconformidad del
recurente, no el que pueda inferirse antes o después.

2) CASACION - Interés para reucurrir - Gramos oro. HECHO NOTORIO -


Indicador económico - Oro. PRINCIPIO DE CELERIDAD: “’..en lo que a las
súplicas no acogidas por el sentenciador concierne, la determinación del interés
ha de cumplirse con absoluta independencia de si tales cosas tienen o no
46
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

asidero fáctico o jurídico, pues lo que es objeto de avalúo es la aspiración


perdida, con fundamento o sin él, porque sábese que una cosa es aspirar, y otra,
tener derecho’ (auto 4 de octubre de 2002. Exp.0164-01).

“Establecido como está que el agravio sufrido por la recurrente por razón de la
denegación de los perjuicios morales impetrados en la demanda equivale al
importe presente de mil gramos oro fino, se impone dar aplicación a la regla
contenida en el actualmente vigente artículo 191 del Código de Procedimiento
Civil, conforme al cual: ‘todos los indicadores económicos nacionales se
consideran notorios’.

“Al respecto, tórnase oportuno subrayar que el legislador da por sentado a una
nueva ficción legal y tomando en consideración las posibilidades con las que
cuenta cualquier ser humano”.

“Dado que el precio del gramo de oro fino es un dato económico fácilmente
averiguable, corresponde al juez, en cumplimiento de su deber de imprimir
celeridad al proceso y de dar aplicación al principio de economía procesal,
indagarlo cuando ello sea menester, acudiendo para tal efecto a los diferentes
medios en que dicha información es publicada, sin que pueda exigirle a las
partes la aportación de determinados certificados para probarlo.

ASUNTO : Queja contra auto denegatorio del recurso de


casación
PONENTE : Pedro Octavio Munar Cadena
AUTO 291
FECHA : 12/11/2003
DECISION : Concede recurso de casaciín
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Bogotá
DEMANDANTE : Barrera Fajardo, Myriam
DEMANDADO : Sociedad Promotora de Construciones e
Inversines Santana Ltda. ‘Prosantana Ltda.
PROCESO : 11001-02-03-000-2003-00218-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

=============================================================
* QUEJA - Procedencia; Improcedencia contra auto negó trámite de
objeción / QUEJA - Inhibición

“la queja, por regla general, sólo procede cuando se ‘deniegue’ el de casación,
con el fin de que la Corte lo conceda, si encuentra que el respectivo funcionario
judicial actuó equivocadamente al rechazarlo. Así las cosas, únicamente ábrese
paso el recurso de queja frente a autos que declaren desierto el de casación, por
previsión expresa de la ley.

En el presente caso, la Corte se inhibe de conocer del proceso por cuanto no


tiene competencia para conocer contra decisión que negó el trámite de objeción,
situación que desborda la preceptiva legal en cuanto a la competencia de esta
Corporación, no siendo de recibo los argumentos del recurrente .
F.F.: inc.3 del artr.377 del C.P.C.

ASUNTO : Queja contra auto que no concedió recurso de


casación.
PONENTE : Manuel Isidro Ardila Velásquez
AUTO 292
FECHA : 13/11/2003
47
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

DECISION : Se inhibe de conocer recurso de queja


PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Cúcuta
DEMANDANTE : Rozo de Salinas, Bienvenida, América Rozo
Angarita y Edith Rozo de Manco
PROCESO : 2003-00236-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

=============================================================
* CONFLICTO DE COMPETENCIA - Proceso ejecutivo de alimentos /
ALIMENTOS - Ejecución

Cuando los menores de edad no tienen su domicilio en el lugar donde se tramitó


el proceso del que deviene la obligación alimentaria, tienen la posibilidad, con
respaldo en la filosofía que gobierna la materia para precaver cualquier dificultad
que suscite dicha situación, de elegir entre ambos fueros y, en esa medida, el
lugar seleccionado no puede ser variado por las autoridades judiciales.

Ha dicha, en efecto, esta Sala que ‘...en materia de ejecución de alimentos y


ante el cambio del domiclio del menor, queda a elección de este último iniicar el
correspondiente proceso ante el juez que fijó y determinó los alimentos,
cualquiera que haya sido la naturaleza del mismo, en la forma prescrita en el
artículo 152 del Decreto 2737 de 1989 o bien iniciar un proceso eejcutivo
autónomo ante el juez de su domicilio actual...’ (autos 28 de noviembre de 1996;
171 de octubre de 2002; 241 de 26 de noviembre de 2002; enero 14 de 2002; 11
de septiembre de 2003, entre otros)”.
F.F.: art.152 del Decreto 2737 de 1989

ASUNTO : Conflicto de competencia. Proceso ejecutivo


de alimentos
PONENTE : Silvio fernando Trejos Bueno
AUTO 293
FECHA : 13/11/2003
DECISION : Jdo.1 Promiscuo de Familia de Duitama
competente
PROCEDENCIA : Jdo.1 Promiscuo de Familia de Duitamay 2 de
Familia de Tunja
DEMANDANTE : Sandra Patricia Buitrago de Matheus en
representación de sus hijas menores de edad Nicoll aydee y Adriahna
Paloma Matehus buitrago,
DEMANDADO : Herberth Joaquín Matheus Gómez
PROCESO : 00219
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

=============================================================
* REVISION - Contra sentencia de casación

“cuanto en un determinado caso puede presentarse que hay sentencia de


primera instancia, de segunda y a la vez hay un fallo proferido por la Corte, en
desarrollo del recurso extraordinario de casación contra esa providencia del
Tribunal que desató la alzada. En estos casos, la jurisprudencia tiene
antecedente claros que inducen a concluir que la sentencia objeto de revisión es
la última proferida, es decir, la que dictó la Corte en desarrollo de aquel medio
extraordinario.
48
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

“Al respecto, en auto de 23 de agosto de 1984 esta Corporación estableció: “…


cuando en un debate litigioso se ha proferido sentencia de primera instancia, de
segunda y, además, por interposición del recurso de casación contra la de
segundo grado, también ha recaido fallo por la Corte sobre el mencionado medio
de impugnación extraordinario, la sentencia atacable en revisión forzosamente
tiene que ser esta última, una vez ejecutoriada, así los hechos estructurales de
la
causal invocada hubiesen tenido venero en cualquiera de las instancias. No
puede
pues el recurrente en revisión atacar el fallo del tribunal dejando incólume y por
fuera de su impugnación el proferido por la Corte en casación”.

“Con posterioridad, la Corte volvió a definir la situación y por medio de auto de


19 de septiembre de 1994, expuso:

“… no resulta procedente en revisión atacar la sentencia del tribunal dejando


incólume y por fuera de su impugnación la proferida por la Corte en casación ,
toda vez que siendo aquél un remedio extraordinario instituido para combatir los
fallos pasados por autoridad de cosa juzgada, el recurso no puede ser intentado
con éxito, sino cuando la sentencia que se impugna está revestida por la citada
condición, la que en el caso de estudio no le corresponde más que a la decisión
de la Corte, por la que en últimas concentra la inmutabilidad e intangibilidad de la
cosa juzgada, pues la ruptura de esa sentencia es la que permite reabrir el
examen del asunto litigioso”.

“... además de las sentencias que por su naturaleza no hacen tránsito a cosa
juzgada material – como las consagradas en el artículo 333 del C. de P.C. –,
las de jurisdicción agraria, etc, tampoco son susceptibles del recurso de
revisión las sentencias de instancia, cuando ha habido recurso de casación
contra la proferida en segundo grado...

“El ordenamiento procesal, en su artículo 383, establece unas causales de


inadmisión del recurso de revisión una vez que se haya hecho el examen del
expediente remitido por el despacho judicial respectivo, las que se concretan en
que la demanda no reúna los requisitos formales consagrados en el artículo 382
ibídem y cuando no se dirige contra todas las personas que deben intervenir en
el recurso. Según esta norma, cuando no se encamina el recurso contra la
sentencia susceptible de revisión, no es causa para declarar la inadmisión, sino
que el remedio procesal inexorable es el rechazo. En efecto, según la ley
procesal, cuatro son las causales de rechazo de la demanda de revisión a saber:
cuando no se subsanan los defectos dentro del término legal; cuando no se
presenta el recurso dentro de la oportunidad legal que consagra el artículo 381;
por falta de legitimación para interponerlo, bien porque el recurrente no fue parte
en el proceso o porque ni siquiera argumento o acredita si interés como
causahabiente; y cuando el recurso no verse sobre una sentencia sujeta a
revisión”.
En este caso, “como el recurso se interpuso en este caso contra una sentencia
de instancia, cuando debió serlo contra el fallo que desató el extraordinario de
casación contra aquella decisión, fácilmente resulta aplicable que la demanda
contentiva del medio de impugnación de revisión debe rechazarse, sin más
trámite, en aras del principio de la economía procesal y la eficacia de la
administración de justicia, toda vez que así lo impone el inciso 4º del artículo 383
del C. de P.C..”.
F.F.: art.379 del C. de P.C.; art.383inc.4 ibídem.

ASUNTO : Revisión contra sentencia de segunda


instancia
PONENTE : Cesar Julio Valencia Copete
49
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

AUTO 294
FECHA : 13/11/2003
DECISION : Rechaza recurso de revisión
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Ibagué
DEMANDANTE : Melo Gómez, José Jamir
DEMANDADO : Carlos Antonio Gutiérrez Morales
PROCESO : 1100102030002003-00073-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

=============================================================
* CASACION - Admiisbilidad del recurso / CASACION - Justiprecio

“Cuando sea necesario tener en cuenta el valor del interés parar recurrir y éste
no aparezca determinado, antes de resolver la procedencia del recurso el
Tribunal dispondrá que aquél se justiprecie por un perito, dentro del término que
le señale y a costa del recurrente (Art.370 Ibídem), dictámen que, desde luego,
no puede responder a la arbitrariedad o capricho de su autor, sino que debe
sujetarse a los parámetros objetivos que la propia ley señala al caso concreto.

“el perito al rendir su dictámen deberá expresar el valor actual de la resolución


desfavorable al recurrente, ya cuanto este sea o exceda de 425 salarios
mínimos mensuales, lo que en la actualidad que transcurre corresponden a
$141.100.000, procederá al recurso de casación”.

En este caso, ‘el recurso de casación se concedió sin que se hubiese realmente
establecido la cuantía del interés para recurrir, pues como se dijo antes la
prueba pericial versó conceptos distintos a los que eran materia de avalúo,
situación que pone de presente que el Tribunal actuó precipitadamente,
debiendo devolverse el expediente’”
F.F.: art.370 del C.P.C.

ASUNTO : Admisibilidad del recurso de casación.


PONENTE : Pedro Ocatavio Muncar Cadena
AUTO 295
FECHA : 14/11/2003
DECISION : Ordena devolver expediente a Sala Civil del
Tribunal
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Bogotá
DEMANDANTE : León Moreno, Eliseo del Carmen, Sociedades
EP y R Ingenieros Civiles Ltda., Contruimos Con Calidad y Tecnología
Concalytec Ltda.
DEMANDADO : Eliseo del Carmen León Moreno
PROCESO : 11001-31-03-029-1991-15478-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

=============================================================
* SUPLICA - Reposición - Improcedencia de subsidiariedad / REPOSICION -
Súplica - Improcedencia de la subsidiaredad

“dada la autonomía e independencia que a la reposición y a la súplica les


son propias, ‘no pueden yuxtaponerse o acumularse’, como lo pretende
en el presente caso la impugnante.
50
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

“Así hubo de expresarlo la Corporación, en los siguientes términos:

"no pueden interponerse a un mismo tiempo, ni siquiera subsidiariamente y


contra la misma providencia impugnada los recursos de reposición y súplica,
pues ello equivale 'a combatir la misma providencia judicial valiéndose
simultáneamente de dos recursos que, si bien diferentes por el Juez llamado a
decidirlos, no lo son sin embargo ni por su contenido, estructura y finalidad
jurídica ... porque si la súplica, como ya está dicho, equivale a la reposición y la
sustituye en determinadas circunstancias, la autonomía e independencia
existente entre los dos recursos impide que, so pretexto de atribuir a aquél
carácter subsidiario de éste, que legalmente no tiene pues la ley no se lo da, se
pretenda que sucesivamente se reconsidere, por un Juez Singular y otro Plural,
la misma resolución. Sería tanto como aceptar, lo que no es posible por
impedirlo elementales principios de derecho procesal, que frente a esa
resolución judicial se pudiese proponer dos veces el recurso de reposición, como
lo dijo esta Corporación en la ya citada providencia de 13 de diciembre de 1983
(G.J. CLXXII, pág. 255)' [autos de 15 de mayo de 1985, 12 de julio de 1990, 9 de
octubre de 1991 y 9 de junio de 1992].

ASUNTO : Recurso de súplica contra auto mediante el


cual se dispuso la devolución del expediente.
PONENTE : Manuel Isidro Ardila Velásquez
AUTO 296
FECHA : 18/11/2003
DECISION : Rechaza reurso de súplica
PROCESO : 14138-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

=============================================================
* CONFLICTO DE COMPETENCIA - Violencia intrafamiliar / VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR - Competencia / COMPETENCIA DEL COMISARIO DE
FAMILIA - Violencia intrafamiliar

“la ley 575 de 2000 atribuyó a los Comisarios de Familia, de manera preferente,
la competencia para conocer de los asuntos propios de la violencia intrafamiliar
previstos en la ley 294 de 1996, y como en este distrito capital, hace varios años,
tales funcionarios cumplen sus labores, no hay manera de anidar la
competencia para resolver el presente asunto en los Jueces Civiles Municipales
o Promiscuos Municipales, quienes por mandato del legislador sólo pueden
conocer de tales asuntos a falta de los referidos Comisarios de Familia, que a
partir de la vigencia de la ley 575 antes citada, son ‘fundamentos de carrera
Administrativa’ (art.30 parágrafo).
F.F.: art.30 Ley 575 de 2000; ley 294 de 1996.

ASUNTO : Conflicto de competencia. Violencia


intrafamiliar.
PONENTE : Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo
AUTO 299
FECHA : 18/11/2003
DECISION : No admite trámite conflicto de competencia
PROCEDENCIA : Jdo. Promiscuo Municipal de Buenavista y 46
Civil Municipal de Bogotá.
DEMANDANTE : Rodríguez, Mónica Gladys
DEMANDADO : William Humberto González
PROCESO : 11001-02-03-000-2003-00230
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___
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Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

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* SIMULACION - Prueba / INDICIO - Simulación / ERROR DE HECHO -
Evidencia y trascendencia / ERROR DE HECHO - Evidencia y trascendencia
/ INDICIO - Prueba / PRUEBAS - Grupo / ERROR DE HECHO - Confesión /
DECLARACION DE RENTA / HECHOS - Clasificación

1) SIMULACION - Prueba: “‘en el ejercicio de la acción de simulación, pueden


las partes o los terceros, acudir a toda clase de medios de prueba, dado el sigilo
y la audacia con que los contratantes suelen actuar para disfrazar el acto urdido
en la penumbra. Cuando la prueba sea indiciaria, los indicios y las conjeturas
deben tener el suficiente mérito para fundar en el juez la firme convicción de que
el negocio es ficticio; lo cual solo ocurrirá cuando las inferencias o deducciones
sean graves, precisas y convergentes’ (cas. civ. 17 de octubre de 2000 exp.
5727).

2) ERROR DE HECHO - Evidencia y trascendencia: “ también es sabido que


cuando el censor endereza su ataque casacional por la senda de la violación
indirecta de las normas sustanciales aducidas como quebrantadas, el éxito de su
demanda estará supeditado, privativamente, a que se establezca que el
sentenciador de instancia incurrió en yerro de hecho manifiesto -o de derecho-
en materia de apreciación probatoria, con trascendencia en la decisión
censurada. Por ello, se ha puntualizado que, si de error en la contemplación
objetiva del medio de prueba se trata, será necesario -aunado al aducido vicio de
valoración de los medios de convicción- verificar su evidencia y trascendencia,
esto es, "que la conclusión sobre la cuestión fáctica es manifiestamente contraria
a la realidad que exponen las pruebas recaudadas -defecto que, además, debe
aflorar de una simple labor de contraste, sin necesidad de mayores esfuerzos
racionales o intelectuales-, amén de guardar relación directa de causalidad con
la sentencia que se combate, al punto que, de no haber incurrido en ellos, la
decisión habría sido diametralmente opuesta’ (cas civ. 23 de junio de 2000, Exp.
5464).

3) TESTIMONIO – Grupo. PRUEBAS - Grupo: “cada vez que en un asunto


específico existe una multiplicidad de testimonios que guarden contradicción o
divergencia entre sí, y que, por lo mismo, conduzcan a apreciaciones probatorias
contrarias, excluyentes o disímiles, corresponderá ‘al juzgador, dentro de su
restringida libertad y soberanía probatoria y en ejercicio de las facultades propias
de la sana crítica establecer su mayor o menor credibilidad, pudiendo escoger a
un grupo como fundamento de la decisión y desechando otro, lo que quedará en
firme si se armoniza con su contenido y resulta razonable y lógico, pues sólo
sería atacable en casación por error de hecho evidente cuando la conclusión sea
contraevidente o absurda, porque la única lógica y conducente sea la que se
apoye en los demás testimonios’ (cas. civ. 27 de octubre de 2000, Exp. 5395).

“..ante la presencia de dos grupos de pruebas que tiendan a reflejar


circunstancias contrapuestas, no incumbe a la Corte, sino al juzgador de
instancia -en legítimo ejercicio de su discreta autonomía en la tarea de apreciar
el acervo probatorio- definir a cuál de ellos atiende, sin que tal potestad lo
habilite, claro está, para concebir conclusiones probatorias manifiestamente
absurdas o contraevidentes, las que, en el asunto bajo examen, según lo
acotado, no son factibles de atribuir al Tribunal”.

4) INDICIO - Error de hecho: “Esta discreta autonomía en materia de valoración


de las pruebas, no es ajena a la apreciación de las inferencias o conclusiones
que extrae el juzgador de los hechos indicadores, debidamente probados en el
proceso, pero ‘En esa libertad apreciativa -inherente a la función jurisdiccional
comoquiera que para decidir debe obtener el poder de convicción que le
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proporcionó cada medio probatorio y todos ellos juntos, dando a cada cual el
valor que a ellos les corresponde-, entran en juego las reglas de la lógica y de la
experiencia, herramientas adicionales para dictar sus fallos. De modo, entonces,
que si la Corte como tribunal de casación entra a disentir de esas inferencias del
juez de instancia estaría inmiscuyéndose en una órbita ajena. De allí se
concluye que la calificación del juez en materia de indicios resulte intocable,
salvo que esa operación lógica que lo condujo a fallar resultare contraevidente’
(cas. civ. 15 de marzo de 2000, Exp. 5400). En otras palabras, tal autonomía del
Tribunal en la valoración de las pruebas no es absoluta, pues decaerá si "esa
labor se cumple en forma que desatiende las líneas trazadas por la ley y de ello
fluye su quebranto, bien porque el entendimiento de los hechos se apoyó en
premisas falsas, ora porque se fundó en hechos inexactos’ (cas. civ. 29 de
septiembre de 2000, Exp. 5609).

“Ya con relación al error de derecho, ha sostenido esta Corporación que no


solamente es susceptible de originarse en la apreciación individual de un
elemento de juicio, cuando su producción, práctica y apreciación valorativa no se
ha ajustado a las reglas procesales de disciplina probatoria, sino que también
puede tener configuración cuando el juzgador, separándose de las previsiones
del artículo 187 del C. de P. C., no aprecia las pruebas en conjunto, de acuerdo
con las reglas de la sana crítica, o deja de observar las solemnidades prescritas
en la ley sustancial para la prueba de la existencia de ciertos actos, o no expone
razonadamente el mérito que le asigna a cada una de ellas.

“Frente a esta hipótesis, también habrá de destacarse que -como la sentencia


atacada en casación llega a conocimiento de la Corte revestida de la precitada y
arraigada presunción de acierto-, se ha de suponer que en la apreciación
jurídica de los medios de convicción el fallador le dio aplicación al mencionado
artículo 187, aunque no lo haya hecho ostensible o visible en la factura del fallo,
siempre que se pueda deducir de la exposición concerniente a la valoración
global de las pruebas en que fincó su decisión. Por ello, constituye carga del
recurrente demostrar que "la tarea evaluativa de las distintas probanzas
cumplida por el sentenciador se llevó a cabo al margen del análisis de conjunto
pedido en el artículo 187, o sea, poniendo de manifiesto cómo la apreciación de
los diversos medios lo fue de manera separada o aislada, sin buscar sus puntos
de enlace o de coincidencia. Este y no otro debe ser el criterio a seguirse
cuando de individualizar este tipo de yerro se trata. En consecuencia, si, con
prescindencia de las conclusiones obtenidas en el campo de los resultados de la
prueba, pues es asunto que cae en el terreno rigurosamente fáctico, la referida
tarea valorativa se ciñó a la norma citada, no será admisible la prédica del error
cuando bajo el pretexto de su demostración, lo que persigue es la sustitución del
examen de conjunto realizado por el sentenciador por el que proponga el
recurrente’ (cas. civ. 4 de marzo de 1991)”.
F.F.: art.187 del C.de P.C.

5) INDICIO - Prueba: “la mera existencia de nexos de sangre entre aquellos que
de alguna manera intervienen en la negociaciones tildadas de simuladas, no
impone, sin más, deducir la presencia de ese vicio, ‘como si el vínculo
emergente de la consanguinidad se erigiera en patente de corso para eclipsar,
invariablemente, la seriedad y la sinceridad de las convenciones, sin que medie
para ello ningún examen o fórmula de juicio individual y, lo que es más decisivo,
su integración armónica y concatenada con otras probanzas, aún de raigambre
indiciaria’ (cas. civ. 15 de febrero de 2000). Sin embargo, en el sub lite, como ya
se explicó, al lado del aducido parentesco sanguíneo fueron acreditados
múltiples hechos, clara y convergentemente indicativos de la simulación
demandada”.

6) ERROR DE DERECHO - Confesión: “si en el sentir del impugnante el


Tribunal se equivocó al encontrar en la declaración del señor Prada Ramírez una
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confesión y no un testimonio, tal inconsistencia debió plantearse como error de


derecho, en la medida en que es indiferente a la materialidad de la prueba (no
presupone que ésta se haya ignorado, supuesto o alterado), por lo que
concierne, propiamente, al alcance o eficacia de la misma, dependiendo de la
verdadera naturaleza jurídica de la aludida declaración”.

7) DECLARACION DE RENTA: Según el “artículo 746 del Estatuto Tributario al


tenor del cual ‘Se consideran ciertos los hechos consignados en las
declaraciones tributarias…siempre y cuando que sobre tales hechos, no se haya
solicitado una comprobación especial, ni la ley la exija”

8) HECHOS - Clasificación: “en asuntos como el presente ‘…surgen hechos de


todas las especies, que refuerzan unos la apariencia demandada, que la develan
los otros; y es entonces cuando el fallador, sopesando esas circunstancias,
haciendo uso de la autonomía que le asiste, opta por alguna de las soluciones
que se le ofrecen; de allí que, una vez tomada la decisión, queden entonces, por
lo general, algunos cabos sueltos, algunas circunstancias que se contraponen a
lo decidido, pero sin que tales aspectos puedan constituir por sí mismos motivo
bastante para quebrantar la conclusión del juzgador, el cual, precisamente,
elaborando un juicio lógico- crítico desprecia las señales que le envían algunos
hechos, para rendirse ante la evidencia que en su criterio arroja la contundencia
de los hechos’ (cas. civ. 26 de febrero de 2001, Exp. 6048, se subraya)”.

ASUNTO : Casación. Simulación de contrato de


compraventa
PONENTE : Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo
SENTENCIA 133
FECHA : 24/11/2003
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Cúcuta
DEMANDANTE : Peñaranda Lozano, María Teresa en nombre
suyo y de las menores catalina y Tatiana Peñaranda Peñaranda
DEMANDADO : Judith Beatríz Peñaranda Peñaranda
PROCESO : 7458
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* CASACION - Causal 2 / INCONSONANCIA / ACUMULACION DE
PRETENSIONES / PRETENSIONES - Acumulación / INCONSONANCIA -
Improcedencia / SENTENCIA - Unidad / DEMANDA DE CASACION /
CASACION - Cargos / TECNICA DE CASACION - Causales / CASACION -
Causales - Autonomía / ERROR DE HECHO - Demostración / TECNICA DE
CASACION - Ataque todos los fundamentos

1) INCONSONANCIA - Modalidades: “Como quiera que las sentencias dictadas


por los jueces deben ‘estar en consonancia con los hechos y pretensiones
aducidas en la demanda y en las demás oportunidades que este código
contempla’ (art. 305, inc. 1º, C. de P. C.), el incumplimiento del citado mandato
puede originar yerro de procedimiento, el que tendrá lugar cuando el fallador no
resuelve, debiendo hacerlo, sobre la totalidad de las pretensiones (mínima
petita), o falla más allá de lo pedido (ultra petita), o decide sobre pretensiones no
formuladas (extra petita), casos en los cuales, el afectado podrá acusar esa
sentencia por incongruencia, con apoyo en la causal segunda de casación’
(CXLVI, 255; cas. civ. de 6 de marzo de 1990).
F.F.: art.305 inc.1 del C.P.C.
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2) ACUMULACION DE PRETENSIONES: “con relación a la acumulación de


pretensiones autorizada por los artículos 75 y 82 del Código de Procedimiento
Civil, que se predican varias modalidades, entre ellas la conocida como eventual
o subsidiaria, en cuya virtud el libelista propone una o más pretensiones para
que el juez la (s) estudie y decida sólo en el caso de que no acoja una anterior,
propuesta como principal. Por tal razón, se tiene que, en línea de principio rector,
en la acumulación subsidiaria de pretensiones, como la gradación de éstas
depende exclusivamente de la voluntad del demandante, ‘ese orden no puede
ser variado por el fallador, pues al hacerlo estaría modificando los extremos de la
demanda, lo que no le está permitido. Entonces, el juez solamente puede entrar
a estudiar la pretensión subsidiaria, para resolverla, en el único evento en que,
previamente, haya desestimado la principal’ (CXLVIII, pág. 37).

“Con todo, se precisa que dado que un pronunciamiento adverso respecto de las
pretensiones principales, habilita al fallador –a modo de posterius- para decidir
las subsidiarias, el principio de la congruencia así observado, no podrá asumirse
como infringido, por la sola circunstancia de que la desestimación de las
reclamaciones iniciales haya sido dispuesta sin que ello se hubiera hecho
constar, en forma expresa –o explicita-, en la parte resolutiva de su decisión,
siempre y cuando, claro está, no quepa duda de su verificación.

“En efecto, ‘es posible que no obstante haberse considerado determinado tema
en la parte motiva del fallo, éste sea omitido en la que formalmente se entiende
como parte resolutiva, sin que tal circunstancia comporte una ausencia de
decisión’, pues es ‘claro que si la sentencia es un todo constituido por la parte
motiva y la resolutiva, las cuales conforman una unidad inescindible, la ratio
decidendi y por ende la fuerza vinculante de la misma, debe verificarse en lo que
lógicamente, no formalmente, se identifica como parte dispositiva, determinando
su sentido y alcance a partir de los elementos racionales que ofrece la parte
motiva o considerativa’ (cas. civ. 25 de agosto de 2000, Exp. 5377)”.
F.F.: arts.75 y 82 del C.de P.C.

3) INCONSONANCIA - Improcedencia. SENTENCIA - Unidad: “dado que un


pronunciamiento adverso respecto de las pretensiones principales, habilita al
fallador –a modo de posterius- para decidir las subsidiarias, el principio de la
congruencia así observado, no podrá asumirse como infringido, por la sola
circunstancia de que la desestimación de las reclamaciones iniciales haya sido
dispuesta sin que ello se hubiera hecho constar, en forma expresa –o explicita-,
en la parte resolutiva de su decisión, siempre y cuando, claro está, no quepa
duda de su verificación.

“En efecto, ‘es posible que no obstante haberse considerado determinado tema
en la parte motiva del fallo, éste sea omitido en la que formalmente se entiende
como parte resolutiva, sin que tal circunstancia comporte una ausencia de
decisión’, pues es ‘claro que si la sentencia es un todo constituido por la parte
motiva y la resolutiva, las cuales conforman una unidad inescindible, la ratio
decidendi y por ende la fuerza vinculante de la misma, debe verificarse en lo que
lógicamente, no formalmente, se identifica como parte dispositiva, determinando
su sentido y alcance a partir de los elementos racionales que ofrece la parte
motiva o considerativa’ (cas. civ. 25 de agosto de 2000, Exp. 5377)”.
F.F.: art.368 num.2 del C.P.C.

4) DEMANDA DE CASACION - Cargos: “dado el carácter extraordinario, a la par


que formal y dispositivo que estereotipa el recurso de casación, la demanda por
la cual éste sea sustentado, ‘debe contener, entre otros requisitos, la formulación
por separado de los cargos contra la sentencia recurrida, expresando la causal
que se alegue, los fundamentos de cada acusación en forma precisa y clara, las
normas que se estimen violadas y el concepto de la violación, si se trata de la
causal primera. Lo cual quiere decir que el recurrente, como acusador que es de
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la sentencia, está obligado a proponer en forma concreta, completa y exacta


para que la Corte, situada dentro de los límites que le demarca la censura,
pueda decidir el recurso sin tener que moverse oficiosamente a completar la
acusación planteada” (cas. civ. de 28 de agosto de 1974), o “para hacer una
revisión o nuevo estudio de todos los puntos debatidos en los grados anteriores
del proceso, por cuanto su objeto no es propiamente el litigio suscitado entre las
partes, sino la sentencia de instancia’ (CCXXVIII, 159, reiterada posteriormente
en CCXLIX, 432)”.

5) TECNICA DE CASACION - Causales - Autonomía: “la parte que decida


impugnar una sentencia en casación no puede lanzarse a invocar
promiscuamente las diversas causales, sino que ha de saber con exactitud, en
primer lugar, qué tipo de yerro se cometió y luego, aducir la causal que para ello
se tiene prevista’ (cas. civ. de 14 de septiembre de 2000, Exp. 5736), dado que
se trata de un ‘hibridismo que choca con el elemental postulado de la técnica
del recurso extraordinario, conforme al cual se atribuye autonomía e
individualidad propia a cada una de las causales de casación, cuyo
desconocimiento al formular la respectiva demanda es razón suficiente para
desechar el cargo así propuesto’ (cas. civ. de 17 de junio de 1975 no publicada,
Vid. CCLV, 723 y CCLVIII, 657 y 658)”.

6) DEMANDA DE CASACION - Norma sustacial: “al establecer los requisitos


formales a los cuales debe ceñirse la demanda de casación, el artículo 374 del
Código de Procedimiento Civil previó, entre otros más, que ‘si se trata de la
causal primera, se señalarán las normas de derecho sustancial que el recurrente
estime violadas’, y en caso de omitirse tal exigencia, ‘…quedaría trunca la
acusación, en la medida en que no podría la Corte, al analizar el cargo
propuesto, suplir las falencias en que incurra el casacionista en la formulación de
los cargos y, establecer, oficiosamente, cuáles disposiciones materiales habrían
sido quebrantadas a consecuencia de los yerros alegados’ (auto de 18 de julio
de 2002, Exp. 1999-0154-01”.

7) CASACION - Fundamentos de la acusación: “la demanda de casación se


traduce para la Corte en su carta de navegación, y, por tal razón, sin comprobar
de qué manera la sentencia acusada violó los preceptos sustanciales
denunciados, ‘…la censura se queda en el pórtico casacional, y sabido es, que
en sede de casación, ‘si impugnar es refutar, contradecir, controvertir, lo cual
exige como mínimo, explicar qué es aquello que se enfrenta, fundar una
acusación, es entonces asunto mucho más elaborado, como quiera que no se
logra con un simple alegar que el juzgador de instancia carece de razón,’ (cas.
civ de 27 de febrero de 2001, Exp. 5839), laborío éste, sin duda más exigente. Al
fin y al cabo, como tantas veces se ha explicitado, la casación dista de una mera
instancia, al punto que no lo es. De allí que la tarea impugnaticia en torno al
juicio del Tribunal, sea cualificada, a la par que sujeta a precisas y puntuales
exigencias’ (cas. civ. 11 de marzo de 2003, Exp. 7322)’.

8) ERROR DE HECHO - Demostración: “no basta simplemente la enunciación


de que el fallador dejó de apreciar una prueba […], para que se entienda
debidamente demostrado un error fáctico: en tal momento de su discurso se
halla el censor apenas comenzando su camino, porque a él -no al Tribunal de
casación- incumbe además acreditar en qué forma ese medio probatorio
supuestamente olvidado sí acredita el hecho cuya presencia en autos se
reclama” (cas. civ. 26 de febrero de 2001, Exp. 6048).

9) TECNICA DE CASACION - Ataque todos los fundamentos: La acusación “no


resulta admisible si ‘se basa en un supuesto que nunca ha sido considerado por
el sentenciador, puesto que en tales eventos se mantienen intactos los pilares de
la sentencia recurrida, los que, en esa medida, no sólo siguen en pie sino
excluidos de cualquier examen’ (cas. civ. 29 de marzo de 2001, Exp. 6541)”.
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ASUNTO : Casación. Resolución del contrato de


compraventa.
PONENTE : Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo
SENTENCI 134
FECHA : 24/11/2003
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Medellín
DEMANDANTE : Molina Acosta, Virgelina
DEMANDADO : María Silvia Molina López
PROCESO : 7497
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* ACCION DE REPARACION DIRECTA / RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL
DEL ESTADO / RESPONSABILIDAD DEL JUEZ

“no existe norma alguna en el ordenamiento positivo colombiano que le


atribuya a la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia la
competencia para conocer una demanda contra la Nación, apuntalada en error
jurisdiccional cometido por el Consejo de Estado o por una de sus Secciones.

“En punto al tema de la demanda que ha dado origen a esta actuación, observa
la Corte que el artículo 90 de la Constitución Política consagró la
responsabilidad patrimonial del Estado ‘por los daños antijurídicos que le sean
imputables, por la acción o la omisión de las autoridades públicas’. En
desarrollo de este postulado, la 270 de 1996, Estatutaria de la Administración de
Justicia, reglamentó específicamente dicha responsabilidad respecto de los
‘agentes judiciales’ del artículo 65 al artículo 74.

“En otro aspecto, la Corte Constitucional en la sentencia 244-A de 1996 se


declaró inhibida para conocer la demanda que se presentó contra el artículo 40
del Código de Procedimiento Civil, relativo a la responsabilidad personal del
juez porque, en su concepto, este precepto fue subsumido íntegramente por los
artículos 65 a 74 de la citada ley estatutaria de la administración de justicia.

“Se lee en la motivación de la aludida sentencia que ‘como puede observarse, la


normatividad estatutaria recoge todas las disposiciones anteriores referentes a la
responsabilidad patrimonial de los jueces, en cuanto plasma de manera integral
la pertinente regulación del tema, con unas determinadas causales y bajo ciertos
criterios, que no en todos los aspectos coinciden con las normas precedentes,
pues el estatuto en nada depende de las disposiciones que venían rigiendo, a la
vez que concentra en el Consejo de Estado y en los tribunales administrativos la
competencia para definir lo relativo a tal responsabilidad, reiterando la
procedencia de la acción civil de repetición de la que es titular el Estado cuando
se le hubiere condenado, sin perjuicio de las sanciones que se deriven de
aquéllas conductas que puedan configurar hechos punibles.

“Ello significa que los particulares afectados por perjuicios que hayan tenido
origen en el dolo o en la culpa grave de quienes administran justicia deben
actuar ante la jurisdicción de lo Contenicoso Administrativo por el mecanismo de
la reparación directa, con base en cualquiera de las causales señaladas en el
nuevo ordenamiento. Tan sólo después, como consecuencia del fallo adverso,
el sistema que el legislador estatutario consagró hace posible la acción de
repetición a favor del estado, salvo e caso del llamamiento en garantía’
(subrayas de la Sala).
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“Lo anterior significa, ni más ni menos, que actualmente la responsabilidad


originada en el error jurisdiccional ya no es personal como en el subrogado
artículo 40 del Código de Procedimiento Civil, sino institucional, según se
desprende de lo ordenado tanto en la Constitución Política como en la ley
Estatutaria de la Administración de Justicia.

“El artículo 73 de la ley 270 de 1996, reglamentario de la competencia de las


demandas encaminadas a obtener la indemnización de perjuicios por errores
jurisdcionales, preceptúa que ‘de las acciones de reparación directa y de
repetición de que tratan los artículos anteriores, conocerá de modo privativo la
jurisdicción contencioso-administrativa conforme al procedimiento ordinario y de
acuerdo con las reglas comunes de distribución de competencia entre el
Consejo de Estado y los tribunales administrativos’ (dstaca la Sala).

“La Corte Constitucional en la sentencia C-037 de 1996, al hacer el examen de


la constitucionalidad previo de la ley Estatutaria de la administración de Justicia,
declaró la exequibilidad condicionada del artículo 66 de la misma referente al
error jurisdicional bajo el argumento de que las altas Cortes, por no tener
superior funcional, no lo cometen y, en consecuencia, respecto de ellas no es
posible pretender la indemnización de los perjuicios sustentado en él;
pronunciamiento que reiteró en la sentencia C-285 de 2002.

“Sobre este punto específico dijo que ‘(...)la Corte juzga que la exequibilidad del
presente artículo debe condicionarse a que no es posible reclamar por la
actuación de las altas corporaciones de la rama judicial, una responsabilidad del
Estado a propósito del error jurisdicional, pues ello equivaldría a reconocer que
por encima de los órganos límite se encuentran otros órganos superiores, con lo
cual, se insiste, se comprometería en forma grave uno de los pilares esenciales
de todo Estado de derecho, cual es la seguridad jurídica. Por lo demás, cabe
anotar que es materia de ley ordinaria la definición del órgano competente y del
procedimiento a seguir respecto de la responsabilidad proveniente del error en
que incurran las demás autoridades judiciales pertenecientes a esta rama del
poder público’.

“El Consejo de Estado ha asumido el conocimeinto y ha fallado de fondo


demandas instauradas contra la nación por la vía de la reparación directa
originada en error jurisdiccional cometido por las altas corporacioones, tal como
lo hizo en la demanda por .. contra la Nación –Ministerio de Justicia porr error de
la Sala Jurisiccional Disciplinaria del Consejo superior de la Judicatura y dictó
sentencia estimatoria de las pretensiones del demandante el 4 de septiembre de
1997, expediente 10285. Explicó en esa ocasión su proceder manifestando que
‘la exequibilidad condicionada de la Corte Constitucional debe entenderse,
entonces, desde la misma perspectiva que ha manejado esa Corporación
respecto de la procedencia de la tutela contra providencias judiciales cuando la
autoridad pública investida de la potestad de administrar justicia ha incurrido en
vía de hecho; es decir, que sólo excepcionalmente será admisible la
responsabilidad patrimonial del Estado derivada del error judicial cometido por
las altas corporaciones de justicia y demás tribunales y juzgados en los eventos
en que éste sea absolutamente evidente y no se requiera realizar ninguna labor
hermenéutica para hallarlo configurado.

“De todo lo acabado de analizar se puede concluir que ni a la Sala de Casación


Civil ni a la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia les está asignada por el
legislador la competencia para conocer una demanda contra la Nación por
reparación directa generada por error jurisdiccional denunciado contra el
Consejo de Estado.
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Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

“Tampoco, teniendo en cuenta que hoy la responsabilidad por los errores


jurisdiccionales es institucional, esto es, del Estado y no personal, tiene
competencia esta Sala, como equivocadamente lo dijo en su auto remisorio el
Tribunal Contencioso Administrativo de Bolívar para avocar el conocimiento de
una demanda de esta naturaleza bajo el supuesto de la competencia funcional a
que se refería el artículo 25-6 del Código de Procedimiento Civil, toda vez que el
asunto allí previsto estaba condicionado a las eventualidades del desaparecido
artículo 40 de la misma obra. En este caso el despacho remitente no se
preocupó por entender la legislación aplicable, pues, en primer lugar, sustentó su
decisión en una forma subsumida por otras y, en segundo lugar, aún en el
evento de que estuviera vigente, solo se refería a la responsabilidad patrimonial
de jueces y magistrados de la jurisdicción ordinaria”.
F.F.: art. 73 de la ley 270 de 1996; art.25-6 del C.P.C.

ASUNTO : Demanda de reparación directa.


PONENTE : Silvio Fernando Trejos Bueno
AUTO 303
FECHA : 24/11/2003
DECISION : No avoca el conocimiento de la presente
demanda de reparación directa
PROCEDENCIA : Tribunal Contencioso Administrativo
CIUDAD : Bolívar
DEMANDANTE : Cruz Farud, Jairo Elías
DEMANDADO : La Nación
PROCESO : 00217
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* CONFLICTO DE COMPETENCIA / COMPETENCIA TERRITORIAL -– Acción
reivindicatoria / COMPETENCIA TERRITORIAL – Fuero real / INMUEBLE -
Ubicación

“en los procesos reivindicatorios son competentes, de forma concurrente, el juez


del domicilio del demandado (numeral 1º del artículo 23 del c.p.c.) y “también el del
lugar donde se hallen ubicados los bienes” cuando se ejerciten derechos reales, y
el derecho de persecución inherente a la acción reivindicatoria lo es.

“...A efectos de corroborar dónde esta ubicado el bien, acuden dos probanzas:
en primer lugar, del certificado de la Oficina de Registro de Instrumentos
Públicos de Cali, acompañado con la demanda, y correspondiente al bien objeto
de litigio, se desprende que el mismo se encuentra ubicado en Restrepo. Y si
bien en la escritura No. 18 del 21 de febrero de 1977, otorgada en la Notaría de
la Cumbre, se dice que el bien está ubicado en la vereda “El Silencio,
corregimiento de San Salvador, jurisdicción del municipio de la Cumbre”, es lo
cierto que este corregimiento no fue incluido en la certificación del jefe de
Planeación de ese municipio, que da cuenta de la composición urbana y rural de
La Cumbre, segunda probanza que despeja toda duda en torno a que el
inmueble no está situado en este municipio”.
F.F.: art.23 num.1 y 9 del C.P.C.

ASUNTO : Conflicto de competencia. Acción


reivindicatoria.
PONENTE : Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo
AUTO 304
FECHA : 26/11/2003
DECISION : Jdo.Promiscuo Municipal de Restrepo
competente
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SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

PROCEDENCIA : Jdo.Promiscuo Municipal de Restrepo y


Jdo.Promiscuo Municipal de la Cumbre
DEMANDANTE : Vivas Holguín, Roberto Arturo
DEMANDADO : Luis Alfonso Collazos
PROCESO : 11001-02-03-000-2003-00209-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* TECNICA DE CASACION - Ataque todos los fundamentos /
RESPONSABILIDAD - Daño / PERJUICIO - Prueba

1) TECNICA DE CASACION - Ataque todos los fundamentos: “las dos censuras


son incompletas, toda vez que excluyen el ataque a uno de los argumentos
basilares de la sentencia del tribunal, en tanto para éste la parte demandante no
demostró los perjuicios causados. Recuérdese que el Tribunal, en su sentencia,
reiteradamente expresó que ‘la prueba del perjuicio es lamentablemente
deficiente’, porque no se acreditó la fecha a partir de la cual ‘empezó a
producirse la disminución de la clientela’"

“uno de los pilares fundamentales de la sentencia fue la falta de acreditación del


daño, el cual no fue debidamente atacado por el demandante en casación, quien
se limitó a enunciar marginalmente un alegato, sin entidad suficiente para
tomarlo como demostración del cargo, pues tan sólo destaca que en el fallo del
tribunal "hay discrepancia en lo relativo al quantum de los perjuicios, pero no en
cuanto a su existencia", agregando que ‘la cuantificación que se hizo en el fallo
de primer grado es incuestionable, ya que ambas partes se conformaron con
ella…, razón por la cual dicho quantum resulta incólume en la segunda instancia’

“Como se aprecia, la censura que la parte demandante le hace a la sentencia


del tribunal en punto de los perjuicios, no solo es un simple alegato de instancia,
sino que carece totalmente de razón”.

2) PERJUICIO - Prueba: “la responsabilidad civil, cualquiera que ella sea, tiene
su manantial en la afectación injusta de un interés jurídicamente tutelado. Con
otras palabras, el llamado que hace la ley a una persona para que le resarza a
otra los perjuicios ocasionados (art. 2341 C.C.), tiene como presupuesto
indispensable la existencia de un daño, de modo que si la conducta del agente
no ha tenido repercusión en el patrimonio del demandante, o en su propia
persona, o en su esfera síquica, no tiene caso adentrarse en los demás
elementos que configuran la responsabilidad civil.

“En este sentido, ha expresado la Corte de tiempo atrás, que ‘dentro del
concepto y la configuración de la responsabilidad civil, es el daño un elemento
primordial y el único común a todas las circunstancias, cuya trascendencia fija el
ordenamiento. De ahí que no se de responsabilidad sin daño demostrado, y que
el punto de partida de toda consideración en la materia, tanto teórica como
empírica, sea la enunciación, establecimiento y determinación de aquel, ante
cuya falta resulta inoficiosa cualquier acción indemnizatoria’ (G.J. CXXIV, pág.
62).
F.F.: art.2341 del C.C.

ASUNTO : Casación. Contrato de arrendamiento


PONENTE : Edgardo Villamil Portilla
SENTENCIA 138
FECHA : 26/11/2003
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
60
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

CIUDAD : Buga
DEMANDANTE : García Suescún, Francisco Javier
DEMANDADO : Ernesto Trespalacios Caballero
PROCESO : 7326
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___
61
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

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* EXEQUATUR / PAIS DE ESTADOS UNIDOS / TESTIMONIO
DE ABOGADO

“en materia de exequátur, quien propugna por obtenerlo debe demostrar


que se cumplen todas y cada una de las condiciones requeridas para el
efecto, y, por consiguiente, una actitud pasiva o una actividad deficiente
en ese sentido genera, sin más, la negación de la solicitud, sin perjuicio,
claro está, de que se pueda acudir mediante nueva demanda que sea
plenamente satisfactoria a provocar el reconocimiento de la sentencia
extranjera.

“En el presente asunto quedó demostrado que no existe ningún tratado


internacional que vincule a Colombia con los Estados Unidos de América en
materia de reconocimiento recíproco de los fallos que profieran sus jueces, folio
67.

“A petición conjunta de la solicitante y del Ministerio Público, se exhortó al


Cónsul de Colombia en esa Nación para que allegase la legislación de
aquél país sobre el particular, remitiendo éste un escrito en el que
manifiesta que no es posible cumplir la comisión “por cuanto esta materia
no se encuentra codificada en un texto legal (“statute”) ni en el ámbito
federal de los Estados Unidos ni en el caso particular del Estado de
Maryland” y agregando que el tema hace parte del “derecho común
(common Law”), es decir fundada sobre la base de decisiones judiciales
emitidas por los tribunales de cada Estado”, motivo por el cual “este
concepto se limitará a exponer las reglas que han desarrollado los
tribunales de Maryland en los casos en los cuales esta cuestión se ha
planteado”, folios 68 a 72.

“Téngase en cuenta que por mandato del artículo 188 del Código de
Procedimiento Civil la forma de probar la ley extranjera no escrita es a
través del testimonio calificados de abogados del respectivo país, puesto
que son dichas personas quienes por conocimientos, preparación y
especialidad están en condiciones intelectuales de dar cuenta de ella para
un caso determinado.

“La exigencia de que la versión sobre la ley extranjera la suministre un


testigo calificado la acogió la jurisprudencia de la Sala en la sentencia N°
90 de 19 de julio de 1994, expediente 3894 cuando dijo que “estas
disposiciones en ningún momento se refieren a los testimonios por
abogados en el exterior para dar fe del contenido de la ley extranjera,
testimonios que por la materia sobre la cual versan difieren de la simple
declaración de un tercero sobre hechos que le constan. Así, en la forma
en que ya se expresó, en el caso del que al que se refiere el artículo 188
es preferible que el deponente se presente con una información
preparada y completa y no que declare a la ligera, sin esa necesaria
preparación previa; a su vez, debe tenerse presente que, generalmente,
es indispensable pagar los honorarios de quien dedica su tiempo a
investigar el punto que requiere conocerse y a informar sobre él con
seriedad ante la autoridad correspondiente, -al no estar cobijado por la
obligación de rendir testimonio que consagra el artículo 213 ib.-,
características que reiteran la índole especial del testimonio al que se
refiere el artículo 188 citado”.
62
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

ASUNTO : Exequatur. Proceso de divorcio.


PONENTE : Silvio Fernando Trejos Bueno
SENTENCIA 137
FECHA : 03/12/2003
DECISION : Exequatur
PROCEDENCIA : Jdo. Cicuito del Condado de Montgomery del
Estado de Maryland de los Estados Unidos de América
PROCESO : 0139-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* REVISION - Finalidad / REVISION – Improcedencia / REVISION -
Documento nuevo / DOCUMENTO NUEVO

1) El propósito del recurso de revisión “no es otro que quebrar los efectos de la
cosa juzgada y, por ende, la inmutabilidad y definitividad que por ella se predican
de la sentencia, lo que en aras de proteger la certeza y la seguridad jurídicas,
sólo puede ocurrir en los específicos y taxativos casos previstos en el artículo
380 del Código de Procedimiento Civil, motivo por el cual, cumple afirmarlo una
vez más, este recurso no se puede instrumentar para enmendar ‘situaciones
adversas a las partes que hubiesen podido conjurarse dentro del proceso mismo
en el que emergió la sentencia objeto de revisión con la oportuna o adecuada
intervención de aquellas’ (CCXLIX, pág. 132)’ [sentencia 21 de julio de 2000,
Exp. 6864]”.

“..la revisión ‘…no franquea la puerta para tornar el replanteamiento de temas ya


litigados y decididos en proceso anterior, ni es la vía normal para corregir los
yerros jurídicos o probatorios que hayan cometido las partes en litigio
precedente, ni es camino para mejorar la prueba mal aducida o dejada de
aportar, ni sirva para encontrar una nueva oportunidad para proponer
excepciones o para alegar hechos no expuestos en la causa petendi. Como ya
se dijo por la Corte, el recurso de revisión no se instituyó para que los litigantes
vencidos remedien los errores cometidos en el proceso en que dictó la sentencia
que se impugna’ (sentencia de 24 de abril de 1980, reiterada en sentencia de 1
de julio de 1988 CXCII, pag. 9)”

2) En el ámbito de la causal primera de revisión, “ ‘…el recurrente corre con la


carga de acreditar los siguientes requisitos: a) que después de pronunciada la
sentencia objeto de revisión halló prueba documental. b) que el referido medio
de prueba, per se, tiene eficacia para modificar significativamente la
determinación tomada. C) que no se pudo allegar oportunamente al proceso, por
fuerza mayor o caso fortuito o por obra de la contraparte’ ( sentencia de 22 de
junio de 1994, G.J. CCXXVIII, pág. 1493)”.
F.F.: art.380 num.1 del C.P.C.

ASUNTO : Revisión. Proceso abreviado.


PONENTE : Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo
SENTENCIA 132
FECHA : 03/12/2003
DECISION : Infundado recurso de revisión
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Buga
DEMANDANTE : Pulido Matallana Guillermo
DEMANDADO : Club Campestre el Rancho
PROCESO : 11001-02-03-000-2002-00041-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___
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Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

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* EXEQUATUR - Divorcio / PAIS DE FRANCIA / DIVORCIO - Exequatur

“Por oficio suscrito por el Jefe de la Oficina Asesora Jurídica del Ministerio de
Relaciones Exteriores de Colombia (..) se sabe que no existe tratado entre
Colombia y Francia que regule el reconocimiento recíproco del valor de las
sentencias proferidas por las autoridades judiciales de ambos países, ‘en causas
matrimoniales’.

“Ahora bien, sí está demostrado con la prueba documental remitida por la


Embajada de Colombia en Francia (fls 134 a 143) que en este Estado se le
reconoce fuerza a los fallos extranjeros, según certificación que el Ministerio de
Asuntos Exteriores de Francia expidió al efecto, en la que se hace constar que
según jurisprudencia constante, las decisiones judiciales extranjeras producen
sus efectos en Francia independientemente de todo exequátur.

Los requisitos del art.694 del C.P.C., “se hallan reunidos en este evento, en
cuanto que la copia de la sentencia extranjera adjuntada (..) viene revestida de
las formalidades que permiten establecer su autenticidad, incluida la constancia
de su ejecutoria (..) y la concurrencia personal de la parte opositora en este
exequátur (..); por lo demás, la documentación viene ajustada a las exigencias
del artículo 259 del Código de Procedimiento Civil”.
F.F.: art.259 del C.de P.C.

ASUNTO : Exequatur. Divorcio de matrimonio civil


celebrado en París
PONENTE : Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo
SENTENCIA 139
FECHA : 03/12/2003
DECISION : Se concede el exequatur
PROCEDENCIA : Tribunal de Primera Instancia de la
Circunscripción Judicial de París (Francia)
PROCESO : 0048
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* REVISION - Dictámen de peritos penalmente condenados / DICTAMEN
PERICIAL - Peritos condenados penalmente

“La causal cuarta supone, como su texto lo indica sin dubitación, que la
sentencia se profirió con base en un dictámen rendido por un perito condenado
penalmente en virtud de la producción ilícita de dicha prueba, lo que explica la
razón por la cual el presente proceso se suspendió hasta obtener el resultado de
la justicia penal encargada de llevar adelante la referida investigación”

“frente a la justicia civil no existe el motivo determinante que configura la referida


causal cuarta de revisión, lo que deja por fuera la posibilidad de quebrar la
ejecutoria de la sentencia revisada; desde luego que la Corte no se halla
habilitada para apartarse de la hipótesis legal prevista en dicha causal, la que,
sine qua non, exige que se haya dictado fallo penal condenatorio contra el perito
por ilícitos cometidos en la producción de la prueba en que participó el último,
incidente en la declaración de paternidad, lo que definitivamente no sucedió;
todo sin contar con que tal prueba, la practicada a la sazón, no fue la definitiva
para hacer dicha declaración, incluso porque no podía deducirse de ella
únicamente la existencia de la causal de paternidad deprecada. Y dado lo
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RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

extraordinario de la impugnación de que aquí se trata, no hay manera de actuar


de oficio en sentido contrario”.
F.F.: art.380 num.4 del C.P.C.

ASUNTO : Revisión. Filiación


PONENTE : Silvio fernando Trejos Bueno
SENTENCIA 140
FECHA : 03/12/2003
DECISION : Infundado reciurso revisión
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Tunja
INTERPUESTO POR : Garavito Palacios, Benedicto
DEMANDANTE : Menor Laura Vanessa Flórez Chiquillo
DEMANDADO : El recurrente
PROCESO : 7586
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* INCONSONANCIA / CASACION - Inconsonancia / VIOLACION NORMA
SUSTANCIAL - Vía directa e indirecta / ERROR DE HECHO Y DE DERECHO /
TECNICA DE CASACION - Entremezclamiento de errores / TECNICA DE
CASACION - Errores respecto de la misma prueba / PATERNIDAD
EXTRAMATRIMONIAL - Posesión notoria - No requiere prueba de
maternidad / PATERNIDAD EXTRAMATRIMONIAL - Relaciones sexuales -
Prueba / TECNICA DE CASACION - Ataque todos los fundamentos /
REFORMATIO IN PEJUS

1) INCONSONANCIA: “los artículos 305 y 306 del Código de Procedimiento Civil le


imponen al juez el deber de pronunciarse simétricamente sobre los distintos
aspectos del litigio que constituyen los cotos de su actividad jurisdiccional, o sea,
respecto de los extremos que las partes, adecuada y oportunamente le proponen, o
aquellos que oficiosamente deba aprehender, factores todos estos que debe
atender de manera armónica e integral, sin rebasarlos ni cercenarlos, a riesgo de
incurrir en un singular yerro de actividad objetable en casación a través de la causal
segunda del artículo 368 del Código de Procedimiento Civil.

“Y justamente en ese sentido debe encaminar su actividad dialéctica el recurrente,


esto es, a poner de presente, mediante la confrontación de rigor, que el juzgador se
pronunció sobre más, o menos, o algo distinto de lo pedido, aspectos que,
cabalmente, caracterizan los fallos inconsonantes”.
F.F.: art.132 del C.P.C.; art.305 y 306 ibídem.

2) VIOLACION NORMA SUSTANCIAL - Vía directa e indirecta. ERROR DE


HECHO Y DE DERECHO. TECNICA DE CASACION - Entremezclamiento de
errores: “el recurrente puede estar de acuerdo con ese trazado fáctico o
discrepar de él. ‘Si lo primero, deberá encauzar su acusación por la vía directa,
lo que le representa tener que moverse en el exclusivo campo de la norma legal,
estableciendo que el juzgador se equivocó en el tratamiento jurídico dado a esos
hechos (error juris in iudicando). Y si lo segundo, deberá demostrar los errores
de hecho o de derecho que hubiere cometido en la estimación de las pruebas, y
de la demanda cuando fuere del caso, para derivar de esos yerros la violación
de la regla sustancial (error facti in iudicando). En este mismo orden de ideas, es
preciso recordar, igualmente, que la escogencia de una u otra vía para el
planteamiento del ataque, no es punto que quede librado al capricho del
recurrente, como que todo dependerá de la forma como supuestamente se
hubiere presentado la violación de la ley en la sentencia. Y si opta por la vía
directa, no le será dable separar la parte resolutiva para prescindir del análisis
probatorio cumplido por el juzgador y, valiéndose de semejante pretexto,
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RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

proponer su propia versión de los hechos, pues con tan peculiar manera de
configurar el cargo no hará otra cosa que exhibir su discrepancia con la
fundamentación fáctica de la sentencia.’ (Casación del 25 de noviembre de
1997).

“Colígese, pues, de lo dicho, que por tratarse de dos especies de violación de la ley
sustancial de muy distinto temperamento, resulta antitético acudir indistintamente a
una u otra para acusar en casación una sentencia, o amalgamarlas en un mismo
cargo, desde luego que la elección no queda al arbitrio del recurrente sino que la
imponen las particularidades de cada caso, de modo que, imperiosamente, habrá
de perfilarse la acusación por la vía directa cuando la discrepancia por la que se
duele la censura se anide exclusivamente en un ‘plano de estricta juridicidad”,
desligado, por consiguiente, de cualquier equivocación en el ámbito probatorio. En
cambio, cuando esa desavenencia se funda en la cuestión fáctica del pleito,
incumbe al impugnante enderezar la censura por la vía indirecta, acatando, claro
está, las distintas exigencias previstas en la ley, entre las cuales conviene destacar
aquí, la que gravita sobre él la carga de determinar con claridad y precisión, si el
error denunciado es de hecho o de derecho.

“Para distinguir una especie de yerro de la otra, debe reparar el recurrente en que
el de facto se origina en una incorrecta contemplación objetiva de las pruebas que
desemboca en la suposición, adición, preterición o ablación de las mismas,
mientras que el de derecho, por el contrario, surge de una equivocada
contemplación jurídica de ellas, lo que presupone el quebrantamiento conexo de
las respectivas normas de disciplina probatoria, desde luego que el juzgador estima
o desestima una prueba de cuya existencia en el proceso es consciente de modo
disonante con las reglas que gobiernan su producción y eficacia.

“Tiénese, entonces, que resulta desatinada la censura en la que no pueda inferirse


con la debida precisión y claridad, la clase de error que el recurrente le atribuye al
fallador, si de hecho o de derecho; o cuando hace tal señalamiento, calificándolo
como de hecho, pero sustentándolo como si fuese de derecho, o viceversa; o
cuando en el cargo le enrostra al fallador la comisión de las dos formas de error
predicadas con respecto a una misma prueba; o, en fin, cuando se omite la
demostración de uno y otro en la forma anotada, hipótesis todas estas en las que
no le corresponde a la Corte dilucidar el proceder irresoluto de la censura, ni puede
suplir las deficiencias que se adviertan en su formulación”.
F.F.: art.368 num.1 del C.P.C.

3) PATERNIDAD EXTRAMATRIMONIAL - Posesión notoria - No requiere prueba


de maternidad: “ha reiterado la jurisprudencia de la Corte, la pretensión fundada
en la posesión de estado civil no requiere la demostración de ‘quien es la madre
y, algo más, ni siquiera identificarla, porque en tal evento la paternidad se infiere
del hecho de que el presunto padre haya dado al pretendido hijo el tratamiento
de tal y, por ende, no se advierta en que sentido podría tener importancia aportar
la demostración de la maternidad” (Casación del 6 de julio de 1987), mucho
menos deberán probarse las relaciones sexuales entre ésta y el presunto padre.

4) TECNICA DE CASACION - Ataque todos los fundamentos: “(..) la demanda de


casación debe comprender una confutación íntegra y simétrica de la sentencia
rebatida, es decir, que debe contener la réplica de todos sus fundamentos
medulares, pues es lo cierto que los argumentos que no sean adecuadamente
atacados por el recurrente se tornan invulnerables y amparados por la
presunción de acierto que la cobija, tanto en lo relativo a la aplicación del
derecho sustancial como en lo que atañe a la estimación y valoración de las
pruebas. Para tal efecto, el censor deberá llevar a cabo un discurso
argumentativo que guarde rigurosa coherencia lógica y jurídica con las razones
expuestas por el juzgador, es decir, una “crítica simétrica” del fallo cuestionado, y
‘de consistencia tal que, por mérito de la tesis expuesta por el recurrente de
66
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

manera precisa, y no por intuición oficiosa de la Corte, forzoso sea en términos


de legalidad aceptar dicha tesis en vez de las apreciaciones decisorias en que el
fallo se apoya’ (Casación del 14 de julio de 1998).

“De vana y estéril habrá que tildar, entonces, aquella censura en la que el
recurrente se abstenga de refutar las razones o motivos que constituyen el
puntal de las determinaciones del fallador, pues por descaminadas que éstas
puedan parecer, se mantendrán indemnes mientras permanezcan incólumes los
argumentos que las cimientan”.

5) REFORMATIO IN PEJUS: La causal cuarta de casación faculta al recurrente


para denunciar el quebrantamiento de la regla que le impide al juzgador ad-
quem agravar la situación jurídica del único apelante, rancio principio que, si
bien encontraba sólido fundamento en el artículo 357 del Código de
Procedimiento Civil, fue erigido por el constituyente, dada su singular
trascendencia, en precepto constitucional (inciso 2o. del artículo 31 de la
Constitución Política de 1991), cuya infracción acontece, entonces, cuando el
superior enmienda la providencia apelada en detrimento de quien fuera el único
apelante, imponiéndole una agravación de las obligaciones a las que ya fue
condenado”.
F.F.: art.368 num.4 del C.P.C.; art.357 ibídem.

ASUNTO : Casación. Paternidad extramatrimonial.


PONENTE : Pedro Octavio Munar Cadena
SENTENCIA 141
FECHA : 04/12/2003
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Bogotá
DEMANDANTE : Correa, Efrén
DEMANDADO : Blanca Elsy Vergara Gutiérrez y Rubiela
Vergara Valderrama
PROCESO : 6908
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* DOCUMENTO NUEVO / REVISION - Finalidad / REVISION -
Improcedencia / REVISION - Causal 1 / DOCUMENTO NUEVO

1) REVISION - Finalidad; Improcedencia: “Está decantado en la jurisprudencia


de esta Corte, que el recurso de revisión, por su naturaleza extraordinaria, no es
útil al propósito de resucitar el debate probatorio que precedió a la sentencia
cuya invalidez se reclama, ni es, por consiguiente, momento propicio para
mejorar la prueba, pues dicho medio de impugnación fue concebido con la única
finalidad de aniquilar los efectos de la cosa juzgada material que se predique de
una sentencia, cuando ella ha sido proferida con violación del derecho de
defensa, o con respaldo en medios probatorios irregulares y en otros casos por
causas supervenidas al fallo.

“No se trata, pues, de autorizar un análisis panorámico del debate procesal, sino
de establecer, por las precisas y taxativas causales que previó estrictamente el
legislador (art. 380 C. de P.C.), si el fallo, desde esa perspectiva, fue expedido
con fundamento en situaciones que afrentan el debido proceso. De allí,
entonces, que ‘los errores de apreciación probatoria en que haya podido incurrir
el juez al proferirlo, son aspectos ajenos al recurso de revisión’ (CXLVIII,187) ,
pues éste ‘no constituye una tercera instancia en la que pueda replantearse el
litigio’, ni es "medio conducente para reparar cualquier irregularidad de la
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Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

sentencia, o su indebida fundamentación’ (Sentencia 076 de 11 de marzo de


1991)"

2) DOCUMENTO NUEVO: “Ahora bien, tratándose de la causal primera de


revisión, que como se sabe consiste en "haberse encontrado después de
pronunciada la sentencia documentos que habrían variado la decisión contenida
en ella, y que el recurrente no pudo aportarlos al proceso por fuerza mayor o
caso fortuito o por obra de la parte contraria" (num. 1, art. 380 C.P.C.), resulta
claro que su configuración demanda la presencia de varios requisitos, a saber:

“a) Que se trate de prueba documental, lo que excluye cualquiera otro medio
probatorio, así ese otro instrumento demostrativo se juzgue determinante de la
decisión.

“b) Que el documento o documentos respectivos, no obstante su


preexistencia, no hayan podido aportarse al proceso por una de dos razones:
fuerza mayor, caso fortuito u obra de la parte contraria. Por tanto, queda excluida
la posibilidad de soportar esta causal en documentos producidos con
posterioridad a la sentencia, pues el recurso de revisión no es un escenario para
mejorar la prueba que el juez tuvo a la vista. De igual forma, es menester que la
ausencia de la prueba que aparece tardíamente sea ajena al demandante en
revisión, pues tal circunstancia debe obedecer a la ocurrencia de un hecho
imprevisible e irresistible (art. 1º, Ley 95 de 1890), o a una conducta dolosa de la
parte contraria.

“c) El documento debe ser decisivo, esto es, que si el sentenciador hubiere
podido apreciar el documento, el sentido de la decisión hubiera sido
radicalmente diferente.

“Precisamente la Corte, fincada en estos requisitos de orden legal, ha


determinado que "Dada la finalidad propia del recurso, no se trata, en el evento
de esta causal de revisión, de mejorar la prueba aducida deficientemente al
proceso en el que se dictó la sentencia cuyo aniquilamiento se busca, o de
producir otra después de pronunciado el fallo; se contrae el supuesto indicado a
demostrar que la justicia, por absoluto desconocimiento de un documento que a
pesar de su preexistencia fue imposible de oportuna aducción por el litigante
interesado, profirió un fallo que resulta a la postre paladinamente contrario a la
realidad de los hechos y por ende palmariamente injusto’ (G.J.CXLVIII,
pág.184)”.
F.F.: art.380 num.1 C.P.C.

ASUNTO : Revisión. Responsabilidad extracontractual.


PONENTE : Edgardo Villamil Portilla
SENTENCIA 142
FECHA : 05/12/2003
DECISION : Infundado recurso de revisión
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Valledupar
DEMANDANTE : Matute Bolaño, Máximo
DEMANDADO : Carlos Mattos Cuello
PROCESO : 11001-02-03000-2002-00184-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* DEMANDA DE CASACION / NORMA SUSTANCIAL - Pretensión y réplica
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Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

1) “La sala ha atemperado el rigor técnico que exige que la demanda de


casación debe relacionar la norma sustancial base esencial del fallo o la que
debió servirle de sustento, al permitir que, en casos como la reivindicación o la
simulación, no sea necesario indicar como infringidos los artículo 946, 1766 del
Código Civil y 267 del Código de Procedimiento Civil, respectivamente, siendo
suficiente, en su concepto, que se mencionen normas de similar propapia, esto
es,sustanciales, que regulen los aspectos en que se sustentan las pretensiones
o se apoyan las excepciones o la defensa del demandado.

“..la norma sustancial a ser citada por el casacionista como infringida no tiene
por qué estar necesaria y directamente ligada con el exclusivo tema jurídico de
la pretensión, pues la réplica y la normatividad sustancial vinculada con ella en
tanto son igualmente soporte ineludible de la litis también pueden determinar la
satisfacción de ese requisito formal, esto último en la medida en que el
impugnante sea la parte opositora y que a su juicio cite como quebrantada
alguna de las disposiciones que regulan el aspecto cardinal de su defensa, no
tenido en cuenta por el sentenciador”.
F.F.: artículo 946, 1766 del Código Civil y 267 del Código de Procedimiento Civil.

2) NORMA SUSTANCIAL:

a) El art.1603 del C.C. no es de linaje sustancial.


Igual sentido: Auto 149 de 8 de mayo de 1997, expediente 6460.

b) El art. 74 num.2 del C. de P.C. no es de alcance sustancial.


Igual sentido: Auto 91 de 25 de abril de 1995.

c) El art.95 del C. de P.C. no es de perfil sustancial.


Igual sentido: Auto 209 de 9 de agosto de 2000.

d) Los artículos 1618 y 1622 del Código Civil y el art.1048 del Código de
Comercio son de linaje sustancial.

e) El art.187 del C.de P.C. tampoco es de rango sustancial.


Igual sentido: Auto 198 de 1999.
F.F.: arts.1603,1618,1622 C.C.; art.1048 del C.Co.; art.187 del C.P.C.

ASUNTO : Admisibilidad demanda de casación


PONENTE : Silvio Fernando Tejos Bueno
AUTO 307 B
FECHA : 09/12/2003
DECISION : Se admite parcialmente demanda de casación
PROCESO : 18101-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

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* QUEJA / MINISTERIO PUBLICO - Casación / PROCURADURIA GENERAL
DE LA NACION - Casación / CASACION - Legitimación del ministerio
público

“la Procuraduría General de la Nación se encuentra facultada para


intervenir en los procesos judiciales, para la defensa del orden jurídico,
del patrimonio público, o de los derechos y garantías fundamentales, pues
así lo establece la Constitución Política (num. 7º, art. 277). Sin embargo,
también es claro que dicha intervención puede ser opcional o potestativa,
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esto es, cuando la importancia o trascendencia del asunto lo requiera


(num. 17, art. 7º; num. 5º, art. 24; arts. 45 y 46, Dec. 262 de 2000), u
obligatoria e imperativa, como en los procesos de pertenencia de predio
rural (arts. 30 y 62, Dec. 2303 de 1989), desde luego que en tales eventos
‘Los procuradores delegados tienen la condición de agentes del Ministerio
Público’ (art. 28, Dec. 262 de 2000) y, en tal calidad, pueden ‘Presentar
recursos de casación y revisión ante la Sala de Casación Civil y Agraria
de la Corte Suprema de Justicia e intervenir en su trámite, cuando lo
consideren procedente’ (num. 3, art. 31, ib.).

“Ahora bien, en uno u otro caso, sea que el ministerio público haya participado
en el proceso por voluntad propia o por convocatoria forzada de la ley, su
intervención está sujeta a las reglas que sobre la respectiva materia haya
trazado el legislador, como acontece con el recurso de casación, el cual, entre
varias exigencias, tiene condicionada su procedencia a que el recurrente hubiere
apelado de la sentencia de primer grado, cuando la del Tribunal es
exclusivamente confirmatoria de aquella (inc. 2 art. 369 C.P.C.).

“Al fin y al cabo, quien no impugna una decisión, evidencia con su silencio que
acepta el pronunciamiento del juez; y si el superior funcional, al resolver el
recurso de apelación que hubiere interpuesto la otra parte, no hace más que
avalarlo, sería ilógico habilitar a la parte silente para que, por vía de un recurso
extraordinaria como la casación, cuestione el fallo que tácitamente había
consentido.

“De allí, entonces, que el Ministerio Público, cuando ha sido parte en un proceso
judicial, sólo puede legitimarse para recurrir en casación la sentencia del Tribunal
que confirmó íntegramente la de primera instancia, si ésta, en su momento, fue
objeto de recurso de apelación interpuesto por el respectivo Procurador
delegado, pues así lo impone el artículo 369 del C. de P.C., norma que, dicho
sea de paso, no distingue entre las partes, sin que la Corte pueda hacerlo en
atención a los motivos especiales que tenga cada una de ellas -entre las que se
cuenta el Ministerio Público-, por diversos o de distinta naturaleza que sean.

“Sobre este particular ha precisado la Corte que, ‘salvo disposición en contrario,


son condiciones especiales para que el Ministerio Público …pueda recurrir en
casación las siguientes: De un lado, que, por intervención forzosa o potestativa,
se haya hecho parte principal, coadyuvante o de otra clase en el proceso en que
posteriormente se dicta la providencia recurrible en casación, salvo los casos
que autorice la Constitución y la ley; y, del otro, que tenga el interés jurídico…
pertinente…que lo legitime en el caso concreto, para interponer o no
autónomamente, el recurso extraordinario de casación’ (CXXXVIII, pág. 84 y
CCXL, pág. 266), agregando que si dicha institución no apeló el fallo del juez a
quo, carece de legitimación, ‘por cuanto si algún agravio se le pudo inferir a las
partes o al Ministerio Público con las determinaciones adoptadas en el proceso
antes referido, dicho agravio surgió con el proferimiento de la sentencia de
primer grado y no con la de segundo, que resultó a la postre 'exclusivamente
confirmatoria' de la de primera instancia…’ (CCXXVIII, pág. 924)”.
F.F.: num. 7º, art. 277 de la C.Nal., num. 17, art. 7º; num. 5º, art. 24; arts. 45 y
46, Dec. 262 de 2000, arts. 30 y 62, Dec. 2303 de 1989, art. 28, Dec. 262 de
2000; art,369 del C.de P.C.

ASUNTO : Queja contra auto denegatorio de la casación


PONENTE : Edgardo Villa mil Portilla
AUTO 310
FECHA : 10/12/2003
DECISION : Bien denegado recurso de casación
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
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CIUDAD : Ibagué
DEMANDANTE : Toro González, Arcesio y Miryam Silva
Buitrago
DEMANDADO : Ministerio de Defensa Nacional y personas
indeterminadas
PROCESO : 110010203000-2003-00237-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

===============================================================
* COSA JUZGADA - Causal 1 y 5 / VIOLACION NORMA SUSTANCIAL Y
NULIDAD PROCESAL - Cosa juzgada / NULIDAD PROCESAL Y VIOLACION
NORMA SUSTANCIAL - Cosa juzgada / DERECHO A SABER QUIEN ES SU
PADRE / PATERNIDAD EXTRAMATRIMONIAL - Causales en procesos
diferentes / TECNICA DE CASACION / ERROR DE HECHO Y DE DERECHO /
ERROR DE HECHO - Demostración / POSESION NOTORIA - Testimonio /
TESTIMONIO - Posesión notoria / TECNICA DE CASACION -
Entremezclamiento de errores

1) COSA JUZGADA - Causal 1 y 5: “De tiempo atrás esta Corporación ha venido


precisando, que el desconocimiento de la cosa juzgada constituye, en línea de
principio, una violación de la ley sustancial que debe ser denunciada ante la
Corte al amparo de la causal primera consagrada en el artículo 368 del Código
de Procedimiento Civil, sin perjuicio de que, en ciertos casos, ella le sirva de
soporte al motivo de nulidad contemplado en el numeral 3º del artículo 140 de
ese estatuto, consistente en revivir un proceso legalmente concluido, invocable
en casación por la causal quinta.

“El encauzamiento de la acusación por uno u otro motivo de casación dependerá


de la naturaleza del error cometido por el juzgador, porque si éste omite o
desatiende los efectos propios de la cosa juzgada predicable de una decisión
adoptada en otro proceso y, en tal virtud, pasa por alto que esa determinación es
inmutable y definitiva, no cabe duda que con tal proceder habrá vulnerado el
derecho material, específicamente el artículo 332 del Código de Procedimiento
Civil, como resultado de un yerro iuris in judicando. Pero si el Juez desobedece
las normas procesales que regulan la manera como terminan los procesos y,
pese a ellas, le da continuidad a una actuación judicial fenecida para brindar una
nueva solución al litigio, su equivocación, stricto sensu, será de índole procesal y
el yerro, entonces, in procedendo, todo lo cual pone de presente que mientras en
el primer caso la vulneración del principio en cuestión tiene su origen en una
actuación exógena al pleito en donde ella se produce, en el segundo evento esa
situación es endógena porque fluye del proceso mismo.

“Sobre este particular ha señalado la Sala que el motivo de nulidad aludido “está
tutelando, sin duda, el principio de la cosa juzgada, cuya violación permite
ciertamente que en un momento dado pueda alegarse en casación. Pero no
siempre por la misma causal; lo cual depende de si la transgresión al postulado
en mención se produjo dentro del mismo proceso, o como consecuencia de
haberse tramitado con anterioridad otro juicio igual; sólo en el primer evento es
dable alegar que se estructuró la nulidad del num. 3 del artículo 140 del C. de
P.C., vicio estructurado dentro del mismo y único trámite invocándose por tanto
la causal quinta de casación; en el segundo supuesto, por contraste, la violación
resultante del trámite de dos procesos hiere al artículo 332 del C. de P.C. que ha
sido considerado norma sustancial, y por consiguiente el yerro es denunciable
por la causal primera’ (CCXXVIII, pág. 1415; Vid: XLIII, págs. 711 y 712; CXLVI,
pág. 50; CCXXV, págs. 68 y 69 y cas. civ. 12 de agosto de 2003, Exp. 7325).
F.F.: art.140 num.3 C.de P.C.; art.332 ibídem.
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2) DERECHO DE SABER QUIEN ES SU PADRE. PATERNIDAD


EXTRAMATRIMONIAL - Causales en procesos diferentes: Si es derecho
fundamental de toda persona saber quien es su padre, ‘se le privaría
injustamente (de él) si fracasado un primer proceso en el cual se al si es derecho
fundamental de toda persona saber quien es su padre, “se le privaría
injustamente (de él) si fracasado un primer proceso en el cual se alegaron
hechos demostrativos de una causal, se le impidiera luego iniciar otro, tendiente
a demostrar que el demandado sí es su progenitor, esta vez con apoyo en
hechos y causales distintas…’ (CC, pág. 246). Al fin y al cabo, las causas que
permiten presumir la paternidad “se encuentran revestidas de características
especiales, de tal manera que, para fundar sus pretensiones, ‘puede el actor
optar por una de ellas, por varias o por todas, delimitando el campo en que ha
de desarrollarse la controversia’ (CCXL, pág 29. Vid; CLXXXVIII, pág 27).

3) TRIBUNAL DE CASACION. AUTONOMIA DEL JUZGADOR. ERROR DE


HECHO Y DE DERECHO: “ha sostenido esta Sala que la función de la Corte,
como tribunal de casación que es, no consiste en revisar, una vez más, la
totalidad del acervo probatorio para efectuar una nueva aproximación al litigio
(juzgamiento ex novo), sino en establecer, dentro de los precisos términos que
señale la demanda sustentatoria del recurso, la conformidad de la sentencia con
el ordenamiento jurídico. No en vano, la labor de juzgar, propiamente dicha, se
agota en las instancias, de modo que, en línea de principio, la apreciación que
hizo el juzgador en torno a las pruebas recaudadas, es materia ajena al
escrutinio de la Sala, salvo que se denuncie y demuestre por el impugnante, que
el sentenciador incurrió en evidente error de hecho o de derecho al valorar los
diferentes medios probatorios.

“De allí que esta Corporación haya precisado que a menos que el Juez haya
incurrido en errores de hecho manifiestos, esto es, ‘los que al conjuro de su sola
enunciación se presentan al entendimiento con toda claridad’ (cas. civ. de 21 de
noviembre de 1971) y que, por ello mismo, ‘pueden detectarse a simple golpe de
vista, tanto que para descubrirlos no se exigen mayores esfuerzos o
razonamientos’ (cas. civ. de 14 de febrero de 2001, Exp. 6347), o en errores de
derecho, en tanto, unos y otros, sean trascendentes, es decir, que incidan en el
sentido de la determinación adoptada, no puede la Corte desconocer la discreta
autonomía de que goza el fallador de instancia en la tarea de formarse el
convencimiento sobre los hechos discutidos, para, por esa vía, quitarle validez a
la sentencia, la que arriba al juicio de casación, prevalida de la arraigada
presunción de legalidad y de acierto.

“En otro orden de ideas, no se puede soslayar que al recurrente en casación le


compete derribar la totalidad de los cimientos del fallo, pues si alguno de ellos
permanece en pie y, en sí mismo considerado, resulta suficiente para preservar
las conclusiones a las que llegó el juzgador, no podrá abrirse paso la censura,
así se demuestre que con relación a otros soportes se incurrió en yerros de la
naturaleza referida, pues ‘lo que está al margen de la acusación es intangible
para la Corte’ (cas. civ. de 27 de febrero de 2001, Exp. 5987). Más aún, como en
el caso específico del error de hecho, es necesario descartar la presencia de
una duda razonable, es indispensable que el recurrente, puesto en la tarea de
infirmar los distintos fundamentos de la decisión cuestionada, dirija contra ellos
verdaderos anatemas, carga que lo obliga a demostrar, previo cotejo entre el
medio de prueba objetivamente considerado y las apreciaciones del juzgador,
que éste fue desatinado en la percepción extrínseca de aquel, ‘siempre en el
bien entendido de que no basta relacionarla ni con ofrecer la visión del
recurrente, a la manera de un alegato de instancia, sino se confronta en sus
términos con la sentencia acusada’ (cas. civ. de 14 de mayo de 2001, Exp.
6752)”.
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4) TECNICA DE CASACION - Ataque todos los fundamentos: “no se puede


soslayar que al recurrente en casación le compete derribar la totalidad de los
cimientos del fallo, pues si alguno de ellos permanece en pie y, en sí mismo
considerado, resulta suficiente para preservar las conclusiones a las que llegó el
juzgador, no podrá abrirse paso la censura, así se demuestre que con relación a
otros soportes se incurrió en yerros de la naturaleza referida, pues “lo que está
al margen de la acusación es intangible para la Corte” (cas. civ. de 27 de febrero
de 2001, Exp. 5987). Más aún, como en el caso específico del error de hecho,
es necesario descartar la presencia de una duda razonable, es indispensable
que el recurrente, puesto en la tarea de infirmar los distintos fundamentos de la
decisión cuestionada, dirija contra ellos verdaderos anatemas, carga que lo
obliga a demostrar, previo cotejo entre el medio de prueba objetivamente
considerado y las apreciaciones del juzgador, que éste fue desatinado en la
percepción extrínseca de aquel, ‘siempre en el bien entendido de que no basta
relacionarla ni con ofrecer la visión del recurrente, a la manera de un alegato de
instancia, sino se confronta en sus términos con la sentencia acusada’ (cas. civ.
de 14 de mayo de 2001, Exp. 6752)”.

5) ERROR DE HECHO - Demostración: “la queja casacional quedó huérfana de


demostración, labor ésta que exigía ‘poner de presente, por un lado, lo que dice,
o dejó de decir, la sentencia respecto del medio probatorio, y por el otro, el texto
concreto del medio, y establecido el paralelo, denotar que existe paridad o
divergencia entre ambos y que esa disparidad es evidente’ (CCXXV, pag. 229,
reiterada en sentencia de junio 28 de 2000, Exp. 5430), pues como lo ha
precisado esta Sala ‘demuestra quien prueba, no quien enuncia, no quien envía
a otro a buscar la prueba’ (cas. civ. 14 de mayo de 2001, Exp. 6752)”.

6) POSESION NOTORIA - Testimonio: “en materia de la ponderación de los


testimonios que se rindan para acreditar la posesión notoria, no puede actuarse
con arreglo a un criterio en extremo riguroso o acentuadamente vertical, ya que
esta Sala ha señalado que en este laborío ‘…no debe mediar un análisis tan
exagerado en su rigor, muchas veces draconiano, hasta el extremo de exigir
cuestiones que, sin ser absolutamente necesarias o que estando subentendidas,
lleve a privar a las partes de tan importante como frecuente medio de convicción’
(CCXXII, 452), lo que permite afirmar que aún en este terreno, no puede
exigírsele al testigo una declaración exacta o precisa en todas y cada una de las
circunstancias de tiempo, modo y lugar por él relatadas, de manera tal que
cualquier imprecisión de al traste con la convicción que pueda aflorar de tal
medio probatorio, toda vez que el testimonio, ‘no puede ser en manera alguna
de precisión matemática, estereotipada y precisa en todos sus mínimos detalles.
Ello sería contrario a la naturaleza humana, y si tal apreciación objetiva hubiera
de exigirse al testigo, ninguna declaración podría ser utilizada por la justicia’
(LXXXVIII, pág. 121)”.

7) TECNICA DE CASACION - Entremezclamiento de errores: “si la objeción


radica en que ‘a tales documentos (se les otorgó) un valor probatorio que no
tienen’, por ‘no estar suscritos por la persona a quien se oponen’, entonces la
denuncia debió perfilarse –en puridad- como error de derecho, es decir, por
haberse infringido las normas probatorias que gobiernan su producción y
eficacia, ya que tales probanzas sí fueron estimadas en su justa dimensión
objetiva (Vid: CCLII, pág. 683).

ASUNTO : Casación. Paternidad extramatrimonial.


PONENTE : Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo
SENTENCIA 145
FECHA : 11/12/2003
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Cali
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DEMANDANTE : Marín, Marisol


DEMANDADO : Nelly Borrero de Velásquez, Silvio José, Luz
Carime, Gilberto Hernando y Nelly Velásquez Borrero y herederos inde
PROCESO : 7520
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

===============================================================
* PRESUNCION DE DOMINIO / ACCION REIVINDICATORIA - Títulos /
ACCION REIVINDICATORIA - Posesión / ACCION REIVINDICATORIA -
Confesión / ACCION REIVINDICATORIA - Restituciones mutuas / CONDENA
- En concreto / RESTITUCIONES MUTUAS - Acción reivindicatoria /
MEJORAS - Trámite Incidental / INCIDENTE - Mejoras / SENTENCIA
SUSTITUTIVA - Acción reivindicatoria

1) “gravita sobre el demandante, en virtud del ya citado artículo 177 del C. de P.


C., desvirtuar la presunción, de carácter meramente legal, que consagra el
artículo 762 del Código Civil. Con el señalado propósito, el actor habrá de
aportar la prueba concerniente al título del cual obtuvo su derecho de dominio,
por cuanto “solo con dicha demostración pierde su vigencia la presunción legal
que protege a quien posee” (sent. oct. 23 de 1992), teniendo en cuenta,
adicionalmente, que la acción reivindicatoria dará al traste si el demandado
-prevaliéndose de la aludida presunción- acredita que su posesión fue anterior al
título de propiedad invocado por su contraparte, dado que, cuando “se da la
necesidad de enfrentar títulos con la mera posesión, se debe partir de la base de
que esta última exista realmente en forma ininterrumpida por un periodo mayor
al que cubre el título de dominio que aduzca el demandante, respecto de la cosa
que reivindica” (sent. del 23 de oct. de 1992, recién citada).

“Conviene resaltar, además, ‘que aún en el supuesto de que quien ejercita


la acción de dominio haya obtenido -ex post- la propiedad sobre la cosa
después de iniciada la posesión de su contraparte, no se podría sostener
tampoco -de manera absoluta y categórica- que la pretensión
reivindicatoria estaría condenada fatalmente al fracaso, puesto que, en
todo caso, el reivindicante tendría a salvo la posibilidad de acudir a las
titulaciones anteriores del mismo derecho real, pudiendo ‘sacar avante su
pretensión si demuestra que el derecho que adquirió lo obtuvo su tradente
a través de un título registrado, y que éste a su turno lo hubo de un
causante que adquirió en idénticas condiciones; derecho que así
concebido es anterior al inicio de la posesión del demandado’ (sent. del 25
de mayo de 1990)’ (sent. del 15 de agosto de 2001, exp. 6219)”.

“’cuando el demandado en acción de dominio confiesa ser el poseedor del


inmueble en litigio, tanto más si en su gestión defensiva esgrime la prescripción,
esa confesión tiene virtualidad suficiente para demostrar a la vez la posesión del
demandado y la identidad del bien que es materia del pleito’ (sent. del 1° de abril
de 2003, exp. 7514)”.
F.F.: art.177 del C.P.de C.; art.946 D.C.

2) “razón de la prosperidad de la pretensión reivindicatoria, se torna ineludible


proveer sobre las prestaciones mutuas, lo que entre otras cosas entraña, de un
lado, calificar la conducta del poseedor como de buena o mala fe y, de otro, decir si
se ha probado el establecimiento de mejoras, al igual que su clase, labor esta que
en los procesos de esta especie solamente puede hacerse en la sentencia. Sin
embargo cuando ello no es posible subsiste la posibilidad de tasarlas por la vía
incidental, como excepcionalmente lo autoriza el artículo 339 (inc. 2º) del C. de P.
C., y sin que ello involucre la vulneración del mandato contenido en el artículo 307,
74
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ibidem, pues es lo cierto que “el legislador tuvo presente que existen hipótesis
como la que en este caso se examina, en que, por fuerza de la naturaleza del
derecho previsto en las normas de índole sustancial, no es posible darle en la
sentencia una dimensión dineraria al crédito del que se viene hablando” (sent. del 2
de diciembre de 1993, exp. 3774, retomada en sents. de sustitución del 26 de julio
de 1995, exp. 3881 y del 7 de marzo de 1996, exp. 3992). Quierese poner de
presente entonces que aún cuando lo ideal sería que en la sentencia se concretase
el monto de las mejoras, es preciso admitir que existen hipótesis francamente
excepcionales que imponen acudir al aludido tramite incidental previsto el artículo
339 ejusdem, sin que ello comporte, como ya se dijera, un quebrantamiento del
referido artículo 307 ibidem.
F.F.: art.966 del C.C.; art.339 del C.P.C.

3) “(...) en armonía con las pautas jurisprudenciales anteladamente invocadas,


colígese que la parte vencida está habilitada para promover el incidente de que da
cuenta el inciso tercero del artículo 339 del C. de P. C. (modificado por el art. 1º, m.
161, D. 2282 de 1989), oportunidad dentro de la cual cabe reclamar que mediante
dictamen pericial se cuantifique el precio, ‘al tiempo de la restitución”, de las
mejoras útiles efectuadas por la poseedor antes de que se le notificara de la
demanda reivindicatoria y el sobreprecio que, con prescindencia de esas mejoras,
pero en razón de ellas, haya adquirido el predio, calculado para la misma época.
Establecidos estos valores, la reivindicante podrá proceder según la autoriza el
inciso tercero del artículo 966 del Código Civil, en concordancia con la regulación
atinente a las obligaciones de tipo alternativo (arts. 1556 a 1561, ib).

“en lo que interesa a los frutos que habrá de restituir la poseedora a la


reivindicante, cabe puntualizar primeramente, que si bien el juzgador a-
quo no dispuso las restituciones pertinentes en la materia, no es menos
cierto que ellas se imponen no solo porque ambas partes recurrieron en
apelación el fallo de primer grado sino que, además, esa es materia
gobernada por el principio de la oficiosidad, razón por la cual, incumbe al
juez, a riesgo de prohijar el enriquecimiento injusto de una de las partes
adoptar la decisiones pertinentes. De otro lado la Corte atenderá lo
calculado por los expertos en cumplimiento de la orden dada en la
sentencia de casación, como quiera que, finalmente, el total que arrojó
este rubro ($901’455.059.oo) fue justificado por los peritos en la
naturaleza, ubicación, área, posible destinación o explotación del predio a
reivindicar, al igual que su avalúo catastral y comercial, al que se le aplicó
un porcentaje, como estimación de las rentas que normalmente se
hubieran podido obtener del referido inmueble, teniendo en cuenta que
“estos lotes desprovistos de las mejoras podrían ser alquilados para
parqueaderos de vehículos, lanchas, etc., por eso se dice que es lo que
se pudo haber producido con mediana inteligencia’ (ver fls. 135 a 153 y
191 a 192, C. 9). Entonces, en aplicación del artículo 964 (inc. 3) del
Código Civil, se ordenará a (..) restituir los frutos que pudo producir el
inmueble, únicamente a partir de la contestación de la demanda,
considerando la buena fe que se dedujo de la posesión por ella ejercitada.

“De acuerdo con el inciso segundo del artículo 307 del C. de P. C., la Sala
extenderá el aludido reconocimiento de frutos, a la fecha de esta
providencia, observando los mismos parámetros que se siguieron para la
elaboración de la mencionada experticia, labor que implica aplicar, al
monto de los frutos calculados pericialmente -a febrero de 2002 y con
relación a los distintos lotes que integran el disputado inmueble- la
variación del IPC para los años de 2001 (7.65%) y 2002 (6.99%),
indicadores de tipo económico que, en razón de lo previsto en el artículo
75
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191 del C. de P. C., hoy son considerados hechos notorios, lo que hace
innecesario oficiar a cualquiera de las entidades encargadas de
certificarlos. En otras palabras (..)

“Por ausencia de prueba de su existencia y magnitud económica, la Corte no


reconocerá a la reconvenida suma alguna por concepto de expensas para la
producción de los deducidos frutos civiles, pero sí autorizará el derecho de
retención sobre el predio poseído, pues si bien no lo solicitó así al contestar la
demanda de reivindicación, como se exige en la actualidad (art. 92 del C. de P. C.),
tal medida procedía “en el acto de cumplimiento de la condena a entregar el
inmueble’, esto a la luz de la legislación vigente a la fecha en que se surtió ese acto
procesal, 5 de febrero de 1990 (..), porque, ‘a diferencia de lo que ocurre en la
actualidad por mandato de la reforma introducida por el D. 2282 de 1989 al
artículo 92 del C. de P. C., este último estatuto ninguna exigencia imponía al
demandado en orden a solicitar en la contestación de la demanda
pronunciamiento relativo al derecho de retención, y por esa razón dicho
reconocimiento debía efectuarlo oficiosamente el juzgador en la sentencia, al
pronunciarse sobre las restituciones mutuas” (sent. del 28 de agosto de 1995,
exp. 4127). De todos modos, es palmario que conforme a la regla contenida en
el tercer inciso del artículo 339 del estatuto procesal, la entrega del bien
solamente podrá verificarse una vez terminado el incidente allí previsto, a
menos, claro está, que el interesado no lo promueva oportunamente”
F.F.: arts.92, 307 y 339 del C.P.C.; arts.964 inc.3 , 966 C.C.

ASUNTO : Casación. Pertenencia


PONENTE : Pedro Octavio Munar Cadena
SENTENCIA 146
FECHA : 12/12/2003
DECISION : Confirma sentencia parcialmente
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Barranquilla
DEMANDANTE : Roa Gamboa, Magdalena
DEMANDADO : Anita Matarazzo de García
PROCESO : 5881
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

===============================================================
* REVISION - Procedencia contra sentencia de casación / REVISION - Falso
testimonio / TESTIMONIO - Falso - Revisión / LESION ENORME -
Legitimación

1) REVISION - Procedencia contra sentencia de casación: “conviene observar


que, como ya lo ha dicho la Sala, es ‘procedente este recurso contra ‘las
sentencias ejecutoriadas de la Corte Suprema’ (art. 379 C. P. C.), dentro de las
cuales se encuentran las que deciden desestimativamente el recurso
extraordinario de casación’, porque, conforme allí mismo lo dejó explicado, si
bien con ella ‘no se juzga directamente el litigio, lo cual corresponde a las
instancias, no es menos cierto que se hace un juzgamiento definitivo de la
legalidad y efectos de cosa juzgada de la sentencia atacada’ (Sent. del 4 de
agosto de 1995, expediente No. 5066)”.

2) REVISION - Falso testimonio: Respecto de la causal 3 de revisión, “ha


destacado la doctrina de la Sala que la estructura de dicha causal de revisión
presupone que lo deducido en el fallo no estuvo ceñido a la realidad, por haber
sido esta desfigurada, en lo fundamental, no por obra del juzgador, sino como
secuela de haber sido estimadas por él, para sustentar lo decidido, justo
aquellas declaraciones que después llevaron a la condena penal de las personas
76
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que las rindieron, por haber sido falso lo atestado por ellas. En este supuesto
normativo, ha dicho la Corte, la “discrepancia entre la verdad real y la que el
proceso muestra, tiene origen en esa declaración determinante de la decisión
adoptada que luego es plenamente desvirtuada tras la investigación penal
correspondiente, motivo por el cual vale precisar que no todo falso testimonio,
previamente declarado como tal por la justicia penal, tiene la fuerza suficiente
para invalidar lo decidido dentro del proceso civil en el que se recaudó, toda vez
que como es apenas natural apreciarlo es indispensable que la declaración así
emitida sea el soporte de la decisión cuya revisión se intenta, porque si la
sentencia mantiene su eficacia con base en otras pruebas la existencia del falso
testimonio se torna intrascendente frente a la misma y como tal insuficiente para
considerar su invalidez’ (Sent. 051 de 22 de septiembre de 1999, G. J. Número
2500, página 366 y ss).

“Es requerido, por tanto, para la estructuración de la citada causal, que lo


resuelto en la sentencia impugnada en revisión, se haya basado en declaración
de índole testimonial, sea esta única o múltiple, porque la redacción plural de la
norma ninguna limitación establece al efecto; que después de haberse expedido
dicha sentencia, la justicia penal dicte condena de esta naturaleza contra
quienes declararon en el proceso civil donde aquella fue proferida; por último,
que la sanción penal haya sobrevenido justamente por la falsía de lo declarado
por los agentes de la conducta punible en el proceso civil donde esas versiones
prestaron base a la sentencia atacada en revisión”.
F.F.: art.380 num.3 del C.P.C.

3) LESION ENORME - Legitimación: “La rescisión por lesión enorme, según la


forma como ella quedó concebida en los artículos 1946 y siguientes del C. Civil,
tiene que ser vista como institución que puede ser ejercida respecto de los
contratos de compraventa de inmuebles, y solo por el comprador y el vendedor
que hayan podido ser afectados al realizar una tal negociación; traduce esa idea
que los ajenos al negocio no están legitimados para ejercitar la respectiva
acción, lo cual armoniza, además, con el principio de la relatividad de los
contratos, en virtud del cual, quienes no concurran a su celebración, mal podrían
ser vistos como perjudicados por su efecto. Los contratos, por regla general, ni
aprovechan ni perjudican a los que no han concurrido a celebrarlos.

“Al respecto ha dicho la Corte que, ‘teniendo como objeto la acción de rescisión
por lesión enorme el restablecimiento en lo posible del equilibrio contractual, son
las partes intervinientes en el negocio jurídico en que se pregona la lesión, en
términos generales, las legitimadas para incoar la acción, vale decir, el
comprador o el vendedor, según el extremo que haya sido la víctima (Sent. del 5
de mayo de 1998, expediente No. 5075).

“Desde esa perspectiva, y sin considerar, por no venir al caso, que los terceros
perjudicados por la disposición de bienes cumplida por uno de sus deudores
pueden acudir a las vías legales establecidas para la protección de sus
derechos”.
F.F.: art.1946 del C.C.

ASUNTO : Revisión contra sentencia de la Corte


PONENTE : Pedro Ocatvio Munar Cadena
SENTENCIA 147
FECHA : 12/12/2003
DECISION : Fundado recurso de revisión
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Bucaramanga
INTERPUESTO POR : Suarez Agudelo, Luz Stella
DEMANDANTE : Rosalba Niño Lamus
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Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

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SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

DEMANDADO : Lilia Amanda Arenas de Barrios y Luz Stella


Suarez Agudelo
PROCESO : 1100102030002002-0039-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

===============================================================
* SIMULACION Y RESERVA MENTAL - Distinción / RESERVA MENTAL Y
SUMULACION - Distincion / SIMULACION - Requisitos / SOCIEDAD
CONYUGAL - Simulación - Legitimación / SOCIEDAD CONYUGAL - Frutos /
FRUTOS - Sociedad conyugal

1) SIMULACION Y RESERVA MENTAL: “menester es memorar que, como de


antiguo lo tienen establecido la jurisprudencia y la doctrina, la simulación, amén
de exigir para su estructuración una divergencia entre la manifestación real y la
declaración que se hace pública, requiere insoslayablemente del concierto
simulatorio entre los partícipes, esto es, de la colaboración de las partes
contratantes para la creación del acto aparente.

“Esta última exigencia no es de difícil comprensión si se considera que un


contrato no puede ser simultáneamente simulado para una de las partes y
verdadero para la otra, de manera que si uno de los partícipes oculta al otro que
al negociar tiene un propósito diferente del expresado, esto es, si su oculta
intención no trasciende su fuero interno, no existe otra cosa que una reserva
mental por parte suya (propósito in mente retenti), insuficiente desde luego para
afectar la validez de la convención, o para endilgar a la misma efectos diferentes
de los acordados con el otro contratante que de buena fe se atuvo a la
declaración que se le hizo.

“En el punto, ha expresado la Corte cómo ‘no ofrece duda que el proceso
simulatorio exige, entonces, la participación conjunta de los contratantes y que,
si así no ocurre, se presentaría otra figura, como la reserva mental. Que no tiene
ninguna trascendencia sobre la validez y fuerza vinculante del negocio jurídico
celebrado en esas condiciones.

"Poco interesa que la simulación sea absoluta o relativa, pues en una y otra se
requiere del mencionado acuerdo, comoquiera que la creación de una situación
jurídica aparente, distinta de la real, supone necesariamente un concurso de
voluntades para el logro de tal fin. De suerte que si no hay acuerdo para simular,
no hay simulación. El deseo de una de las partes, sin el concurso de la otra de
emitir una declaración que no corresponde a la verdad, no pasa de ser, como
antes se afirmó, una simple reserva mental, fenómeno distinto a la simulación’
(G.J. t. CLXXX, Cas. Civ., sent. de enero 29 de 1985, pág. 25).

“De esta suerte, no hay duda de que -para arrimar un ejemplo cercano al caso
en estudio-, celebrado un contrato de compraventa, las relaciones entre
vendedor y comprador se regirán por esa convención sin sufrir mengua o
modificación alguna por el hecho de que la oculta y nunca expresada intención
del adquirente haya sido la de comprar el bien no para sí sino para un tercero;
de manera que, sin perjuicio, naturalmente, de que las relaciones entre el
interpósito comprador y el tercero se rijan por el contrato formalizado entre ellos
a ese respecto, no podría en eventos tales predicarse simulación alguna.

“En este orden de ideas, para los efectos probatorios los precedentes conceptos
imponen como corolario el que la labor de quien alega la simulación no puede
detenerse en la sola comprobación de que uno de los contratantes plasmó una
declaración pública opuesta a su voluntad real, puesto que si esa nada más
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Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

constituye su mira, habrá extraviado el camino; para complementar


exitosamente su esfuerzo, para que surja el fenómeno jurídico de la simulación
menester le será acreditar además que el otro contratante participó en el
fingimiento, cooperando en la creación del acto aparente”.

2) Tratándose del acuerdo simulatorio, la Corte ha sido constante en reiterar que


“cuando en casación se acusa al tribunal por haberse atenido a la voluntad
declarada, ‘le espera -al interesado- una doble y las más veces ardua tarea de
aniquilación: de un lado derruir la presunción de seriedad que rodea el acto
jurídico controvertido y de otro arruinar aquella que, a su turno, protege la
sentencia. Es, pues, una doble barrera la que el acusador se ve forzado a
traspasar. Lo cual se intentó en este caso, mas sin éxito según se vio’ (G.J. t.
CCLXXIII, sent. de 16 de julio de 2001, expediente 6362)”.

3) NULIDAD ABSOLUTA - Donación: “El decreto 1712 de 1989, que modificó el


precepto 1458 del código civil, estatuye en su primer inciso, en lo pertinente, que
‘corresponde al Notario autorizar mediante escritura pública, las donaciones
cuyo valor exceda la suma de cincuenta (50) salarios mínimos mensuales (...) ".

“Y aferrado a la letra del precedente inciso, estima el censor que la donación no


insinuada que sobrepase el aludido tope es absolutamente nula en su totalidad y
no, como se decretó, nula tan sólo en cuanto exceda de ese límite, aduciendo
que, a diferencia del precepto 1458, la norma vigente no estatuye la validez
parcial del contrato en eventos semejantes, de manera que han de aplicarse los
artículos 1740 y 1741 de esa codificación que consagran la nulidad de todo el
acto o contrato.

“Pero tal parece que en su labor hermenéutica no paró mientes el impugnante en


el inciso 2º del referido decreto, conforme al cual ‘las donaciones cuyo valor sea
igual o inferior a cincuenta (50) salarios mínimos mensuales, no requieren
insinuación’. Y atendidos los términos de este segundo inciso, forzoso es
concluir que la nulidad por carencia de autorización sólo operará en tanto la
donación exceda de esa suma, ya que lo demás sería exigir insinuación también
para la cantidad menor, contrariando, ahí sí, la expresa disposición legal.

“Y, contra lo opinado por el censor, la interpretación en comento en ninguna


forma se opone a lo dispuesto por el artículo 1740 del código civil, según el cual
"es nulo todo acto o contrato al que falta alguno de los requisitos que la ley
prescribe para el valor del mismo acto o contrato según su especie y la calidad o
estado de las partes"; pues la insinuación y la nulidad que su carencia acarrea
están referidas nada más que a la cuantía de la donación, por lo que nada se
opone que el contrato sea valido hasta la mencionada suma en la medida en que
la ley no prescribe para ello la aludida autorización.

“Es que, bien mirado el asunto, en lo fundamental la modificación al artículo


1458 no consistió más que en aumentar, por razones obvias, de dos mil pesos a
cincuenta salarios mínimos el valor a partir del cual la donación ha de ser
insinuada y de otro lado, en facultar al notario para otorgar la correspondiente
autorización en los eventos "en que donante y donatario sean plenamente
capaces, lo soliciten de común acuerdo y no se contravenga ninguna disposición
legal".

“Por lo demás, vistas las cosas desde la perspectiva que viene de


analizarse, no podría concluirse más que la finalidad de la insinuación,
que obedece a "intereses de orden superior", no es en el fondo otra que la
de proteger al donante, quien en tal virtud, antes como ahora deberá
demostrar para obtener esa autorización que conserva lo necesario para
su congrua subsistencia (artículo 3º decreto 1712 de 1989), lo cual explica
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Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

que el comentado requisito sea en lo esencial meramente cuantitativo. Al


fin y al cabo, hay que decirlo, donar no es de ninguna manera un acto
ilícito; jamás lo ha sido y muy seguramente jamás lo será; y al punto
resulta ser así que la ley nunca ha mirado con malos ojos,
desconfiadamente, a quien es magnánimo, bienhechor con sus
congéneres. Antes bien, aceptando la filantropía y el altruismo de algunos,
adopta medidas, como de hecho lo es la insinuación, para precaver que
esa generosidad no llegue a extremos tales que pueda comprometer su
propia subsistencia o la de los suyos.

4) SOCIEDAD CONYUGAL- Simulación - Legitimación; Sanción:


“Pasando así a la negativa del tribunal a ordenar, de un lado la restitución
a la sociedad conyugal de los frutos producidos por la cosa sobre la cual
recayó la declaración de simulación y de otro a dar aplicación a la sanción
prevista en el artículo 1824 del código civil, recuérdese que su decisión se
basó fundamentalmente en el contenido del artículo 1º de la ley 28 de
1932, conforme al cual ‘durante el matrimonio cada uno de los cónyuges
tiene la libre administración de los bienes que le pertenezcan al momento
de contraer matrimonio o que hubiere aportado a él como de los demás
que por cualquier causa hubiere adquirido o adquiera; pero a la disolución
del matrimonio o en cualquier otro evento en que conforme al código civil
deba liquidarse la sociedad conyugal, se considerará que los cónyuges
han tenido esa sociedad desde la celebración del matrimonio, y en
consecuencia se procederá a su liquidación’ ".

“(..) conforme a la citada disposición y como desde hace mucho tiempo lo han
entendido la doctrina y la jurisprudencia, la sociedad conyugal se encuentra en
un estado potencial o de latencia que sólo a la disolución del matrimonio o
cuando deba ella liquidarse, se convierte en una realidad jurídica
incontrovertible; criterio que para los efectos litigiosos llama a preguntarse
acerca del momento en que surge un interés válido y tutelable para que los
cónyuges se cuestionen entre sí la libre administración y disposición de sus
bienes.

“Ahora, concretamente en punto a la simulación, que es el tema que aquí


interesa, se entendió inicialmente que era con la disolución de la sociedad
cuando en el cónyuge surgía un interés actual y real para atacar los actos
simulados; posteriormente la doctrina jurisprudencial consideró al cónyuge con
suficiente interés jurídico para atacar un acto de simulado con sólo haber
demandado la separación de bienes, solicitando algunas medidas preventivas
(CLXV, pág. 215), asunto sobre el cual se expresó la Corte así:

"Si cada cónyuge administra y dispone libremente de los bienes que adquiere
durante el matrimonio, y si sólo cuando se disuelva la sociedad conyugal se
considera que ésta ha existido desde la celebración de aquél, síguese que por
regla general mientras no se disuelva dicha sociedad ninguno de los dos
cónyuges puede atacar los actos celebrados por el otro, pues si fuera permitido
hacerlo antes esto conduciría en el fondo a anular la facultad que la misma le
concede a cada uno de ellos para disponer libremente de los bienes que
adquiera durante la unión matrimonial.

"Y se dice por regla general porque la jurisprudencia ha aceptado que aun antes
de la disolución, puede surgir el interés del cónyuge para demandar la
simulación cuando con anterioridad a la presentación de esta demanda, ha
pedido la separación de bienes, a objeto que al decretarse, queden sometidos al
régimen de la liquidación de los gananciales todos los bienes que hayan sido
real y legítimamente del haber de la sociedad conyugal’. (G.J. LXXIX, sent. de 8
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de junio de 1967 -que reiteró el criterio fijado en el de 17 de marzo de 1955-,


pág. 757).

“De modo que es excepcionalmente, ante todo para impedir que ‘el cónyuge
avieso se empeñe en que la disolución decretada se haga ilusoria en sus
efectos’, como se admite, cual en el sub lite aconteció, que el interés jurídico del
cónyuge brote aunque la sociedad no esté disuelta, en tanto se atisba
fundadamente ‘la posibilidad de que ello se cristalice, sujeta en todo caso al
ejercicio airoso de la respectiva pretensión, por cuanto ya se cuenta de por
medio con actos que inequívocamente han convertido la mera potencialidad en
acto cumplido, palmariamente orientado a obtener esa consecuencia jurídica’
(G.J. t. CCXXV, sent. de 15 de septiembre 1993, pág. 514).

“Y precisamente fue en este último fallo en que la Corte puntualizó aún más en
qué momento se entiende que efunde la legitimación averiguada, exigiéndose
algo más que la simple formulación de la demanda: que ella esté notificada,
pues que es menester que el hecho de la disolución de la sociedad conyugal
tenga algún viso de inminencia siquiera; que haya ‘un motivo fundado que haga
verosímil ese hecho; es decir, no un motivo frágil y deleznable, sino tan
concluyente, que cuando menos ya sea imperiosa la resolución judicial en el
sentido de declarar si en definitiva se disuelve, o no, tal sociedad. Vale decir,
cuando se sabe que en condiciones normales ha de sobrevenir la definición del
punto", entendiéndose que así habrá de acontecer ‘cuando la demanda con que
se promueve el proceso en donde se debate cosa semejante, sea notificada al
otro cónyuge, porque sólo a partir de esto es dable asegurar que, si nada
anormal acontece, tiene que haber un pronunciamiento que desate la litis; antes
no, porque el demandante, no obstante el acto de postulación que realiza
cuando presenta la demanda, con eso sólo no se hace inminente la
determinación del asunto, desde luego que sin consecuencia de mayor
consideración bien pude retirar la demanda. La definición del punto se garantiza
cuando ya no es cosa de su exclusivo resorte, sino que también incumbe a quien
ha sido convocado a afrontar la controversia’ (sublíneas ajenas al texto)”.

“Pero, naturalmente, que dicha situación contenciosa, ese tan comentado interés
para demandar la simulación pueda aflorar antelada y excepcionalmente para
los esposos, como mera situación potencial que es, de ninguna manera
comporta la formación de una como sub-especie de sociedad relativa a la
administración de los bienes materia de la declaración simulatoria, desde luego
que tan solo una vez disuelto el matrimonio o llegado alguno de los eventos que
dan lugar a la liquidación definitiva de la sociedad, pasa ella a convertirse en una
realidad y con ello a adquirir aptitud para recibir en su patrimonio bienes que
serán objeto de distribución y adjudicación entre los cónyuges; o, para decirlo en
forma más llana y mirado el asunto desde otro ángulo, la prosperidad de la
acción de prevalencia no empece por sí la facultad que tiene el cónyuge
perdidoso para continuar administrando y disponiendo de los bienes que
estuvieron involucrados en el litigio”.

“De lo anterior es sencillo concluir cómo es improcedente pretender que en virtud


de la declaratoria de simulación se restituyan a la sociedad conyugal, que es aún
latente, los frutos de determinados bienes; pues, se insiste, en el entretanto no
existe propiamente una sociedad a la que pueda restituirse y que esté en
condiciones de recibir en su patrimonios tales valores, a lo que se suma como
argumento adicional y subsecuente el de que si el cónyuge demandado
conserva la libre administración y disposición de sus bienes, así hayan sido
estos materia de un acto simulado, entonces a él compete el manejo de sus
frutos, de donde, sobra decirlo, de cara a esa situación resulta absurdo ordenarle
que se los restituya a sí mismo.
81
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

“Otro tanto puede decirse de la aplicación para el caso del artículo 1824 del
código civil, conforme al cual ‘aquel de los dos cónyuges o sus herederos, que
dolosamente hubiere ocultado o distraído alguna cosa de la sociedad, perderá
su porción en la misma cosa y será obligado a restituirla doblada". Por cuanto,
en razón de la multicitada autonomía que para el manejo económico de sus
bienes tienen los cónyuges, mal podría hablarse de que "durante el matrimonio"
puedan éstos en estricto sentido ocultar o distraer cosa alguna de la sociedad; o,
para mejor decirlo, tales ocultación o distracción resultarían inanes en tanto la
sociedad no sea más que potencial, desde luego que es a su disolución cuando
cada cónyuge pierde la facultad de administrar y disponer de los bienes y sería
entonces y no antes cuando surgiría eventualmente su obligación de restituirlos
a la masa social, de suerte que apenas en ese momento se concretaría respecto
de ella esa pretendida sustracción.

“De allí que la Corte haya enfatizado que la facultad de administrar y disponer
libremente sólo se ve recortada al disolverse la sociedad, que es por este hecho
que ‘emerge la indivisión o comunidad de gananciales, y mientras perdure ese
estado, o sea, entretanto se liquide y se realicen la partición y adjudicación de
bienes, cada cónyuge pierde la facultad que tenía de administrar y disponer
libremente de los bienes sociales. El desconocimiento de esta situación, o sea,
el que por uno de los cónyuges se venda un bien que tiene la condición de social
(…), puede desencadenar la sanción contemplada por el artículo 1824 del
código civil ...’ (Cas. de 25 de abril de 1991). Antes, pues, de dicha disolución no
cabe la sanción que se comenta, la que, como tal, como sanción, es de
aplicación restrictiva”.
F.F.: Arst. 1740, 1458, 1824 del C.C.; Decreto 1712 de 1989.; artículo 1º de la ley
28 de 1932

ASUNTO : Casación. Simulación


PONENTE : Manuel Isidro Ardila Velásquez
SENTENCIA 149
FECHA : 16/12/2003
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Medellín
DEMANDANTE : Misas Bravo, Jesús
DEMANDADO : Otilia restrepo de Mesas, John Jairo, Marha
Luz y Beatríz lena Misas Resrepo
PROCESO : 7593
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág

===============================================================
* NULIDAD PROCESAL - Falta de jurisdicción / FALTA DE JURISDICCION /
JURISDICCION CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO / CONTRATO
ADMINISTRATIVO - Empréstito / ENDEUDAMIENTO Y CAPITALIZACION /
CAPITALIZACION / REFORMATIO IN PEJUS - Prespuesto procesal /
PRESUPUESTO PROCESAL - Reformatio in pejus / PRESUPUESTO
PROCESAL – Oficiosidad / INTERPRETACION CONTRACTUAL - Error de
hecho / CONTRATOS - Requisitos de validéz / CONTRATOS - Solemnidades
ad substantian actus / NULIDAD SUSTANCIAL - Objeto ilícito / OBJETO
ILICITO / PRESTACIONES MUTUAS - Nulidad de contrato / NORMA
SUSTANCIAL - Condena en concreto

1) JURISDICCION CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO: “es poca la analogía


que pudiera extraerse de la confrontación entre ese particular efecto de los
contratos de capitalización a que se contrae la demanda, y los eventos a que el
artículo en cuestión refiere –art.235 Decreto-Ley 222 de 1983- ; pues lo cierto es
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Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

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SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

que cada una de las operaciones que la dicha norma enumera como asimilables
al empréstito, acusa una serie de actuaciones de la administración que con sólo
verlas justifican la especial precaución que la ley da en tomar allí, cuyo designio,
a ojos vistas, es extremar los cuidados a la hora de adquirir compromisos que
impongan erogaciones del patrimonio público. Nótese que todos son casos
concernientes a operaciones típicas de crédito, donde la constante es que la
entidad contratante adquiere a la postre un pasivo frente a un tercero;
eventualidad que no es exactamente la que se concibe cuando, como ocurre en
el caso sub-examen, la administración ha pretendido realizar una inversión
financiera con la adquisición de los títulos de capitalización, cual repetidamente
lo relievó en las instancias la propia demandada, independientemente de los
propósitos con que esta adquisición se verificó.

“En efecto, eran seis los eventos que el legislador de 1983 consideró asimilables
al empréstito, a saber: a) Cuando el contratante quedaba obligado porque un
proveedor le otorgaba plazo para el pago de los bienes o servicios
proporcionados; b) En razón del otorgamiento de garantías respecto de créditos
de otras entidades; c) A cuenta de créditos documentarios en que el banco
emisor otorgaba plazo para cubrir su monto; d) Por la novación de obligaciones
cuando la nueva deba satisfacerse a plazo; e) A causa de la emisión, colocación,
otorgamiento y suscripción de bonos, demás títulos valores y otros documentos
pagaderos a plazo; y f) Las demás operaciones análogas a las anteriores y en
general el contraer obligaciones de pago a plazo”.

“Pues bien. Nada más aproximar el caso de hoy a lo que así queda expuesto,
y, más prestamente de lo que parece, repudia la comparación, por supuesto
que si el negocio celebrado por el municipio de Arauca fue básicamente de
capitalización, ahí se echa de ver que, cuando menos en lo que respecta a la
entrega de las cuotas no está comprometiendo su patrimonio en favor de
otro, pues no hay dos patrimonios en contacto sino uno solo. Las cuotas que
pudieren pactarse sobre el particular, pues, no son, en puridad, pagos que
impliquen un desplazamiento hacia patrimonio diferente de quien los realiza,
sino una manera paulatina de capitalizar. Desde esta óptica, entre
endeudarse y capitalizar es sustancial la diferencia. No es desconocido para
la Sala la complejidad que asume un negocio de capitalización como es el
examinado, donde se dan cita diversos intereses económicos de quienes lo
celebran, pero es indiscutible que una de las fases más salientes es la que
viene de ponerse de resalto, vale decir, el aspecto de la capitalización, cuya
nota esencial, que, también quedó dicha permite una clara diferencia en los
eventos legales objeto de comparación, que impide a su vez el fácil acomodo
de la analogía.

“..” Si la suscripción de las cédulas de capitalización por parte del actor no


implica necesariamente la celebración de una operación asimilable al
empréstito, salta palpable el hecho de que, bajo esa estricta perspectiva, no
es predicable el vicio de nulidad alegado en el cargo (falta de jurisdicción por
ser la contenciosa la competente) .
F.F.: art.235 Decreto-Ley 222 de 1983; art.140 num.1 del C.P.C.

2) REFORMATIO INPEJUS. ORDEN PUBLICO. PRESUPUESTO PROCESAL -


Oficiosidad: “si bien es verdad que el evocado principio prohibitivo comporta
para el ad-quem una limitante, en tanto que por virtud de la apelación no
adquiere competencia panorámica para resolver sobre todas las aristas del
litigio, conforme lo ha puntualizado en muy numerosas oportunidades esta
Corporación, también lo es que esa misma establece que dicha regla de
construcción procesal, en la que ceñido se halla el juzgador a las trazas que le
demarque quien ha sido apelante único, no resulta ser absoluta; pues casos hay,
83
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

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SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

precisamente como el de acá, que le imponen desbordarlo sin que ello traduzca
su infracción.

“Así, conforme a lo expresado, puede el superior, sin quebrantamiento del


principio, introducir modificaciones ligadas íntimamente a una porción de la
decisión que ha sido reformada, cual expresamente lo autoriza el precepto 357
aludido, o bien resolver sin atenuantes en el caso de la apelación adhesiva , ora
pronunciarse sin atender ese valladar cuando de por medio se halla una materia
que de modo ineluctable requiere examen previo del superior, tal como sucede
en lo relativo a los llamados presupuestos procesales, asunto en el cual se
impone por éste, en caso de establecer la ausencia de alguno de ellos, la
declaración de que la relación jurídico procesal no ha sido cabalmente integrada,
lo que apareja no sólo la infirmación de la sentencia, sino como secuela la
inhibición.

“Justamente lo que en el evento examinado aconteció; como puede


comprobarse de la sinopsis que del fallo impugnado se consignó en el aparte
correspondiente, la revocación de la resolución favorable a la apelante fue
producto, precisamente, del análisis que adelantó el tribunal en punto de uno
de los presupuestos procesales que debía estudiar en relación con la
reconvención, labor de la que estableció que la jurisdicción ordinaria no podía
conocer de la disputa sobre un contrato de empréstito, cuyo conocimiento
asignaba la ley a la contencioso-administrativa; de modo de concluir que si a
ese análisis previo que en torno a dicha temática verificó el juzgador ha de
atribuirse la revocatoria del punto en cuestión, y de allí mismo se generó la
inhibición, no puede achacársele a éste la infracción del nombrado principio.

“Y es que, como de manera constante lo ha dicho la Sala, tratándose de los


presupuestos procesales, siendo asunto de orden público, resulta obligatorio para
el juez efectuar un pronunciamiento expreso en ese sentido, pues "entendidos
como los requisitos exigidos por la ley para la regular formación y el perfecto
desarrollo del proceso, deben hallarse presentes para que el juez pueda proferir
sentencia de mérito; que su ausencia (en excepcionales casos) lo conduce a un
fallo inhibitorio, con fuerza de cosa juzgada formal y no material; y que como estos
requisitos implican supuestos previos a un fin pretendido, se impone al fallador,
dado el carácter jurídico público de la relación procesal, el deber de declarar
oficiosamente, antes de entrar a conocer y decidir sobre las pretensiones y
excepciones deducidas por los litigantes y si existen o no los presupuestos del
proceso..." (G.J. t. CCVII, pág. 212, reiterada en Cas. Civ. de 20 de octubre de
2000, exp. 5682, G.J. t. CCLXVII) [sublíneas ajenas al texto].

3) INTERPRETACION CONTRACTUAL - Error de hecho: “si el juzgador, en la


labor de hermenéutica de las cláusulas de un contrato les asigna una inteligencia o
interpretación razonable o posible, no se configura en tal evento un yerro con las
características de evidente, porque como bien lo tiene sentado la jurisprudencia de
la Corte 'cuando una cláusula se presta a dos interpretaciones razonables o
siquiera posibles, la adopción de una cualquiera de ellas por el sentenciador no
genera error evidente, puesto que donde hay duda no puede haber manifiesto en
la interpretación' (Cas. Civ. de 3 de julio de 1969, CXXXI, 14). Y es apenas obvio
que el yerro de facto, cuya característica fundamental es el de que sea evidente, o
como lo observa la doctrina de la Corporación, que 'salte de bulto' o 'brille al ojo',
sólo se presenta "cuando la única estimación aceptada sea la sustitutiva que se
propone. Por manera que la demostración del cargo ha de conducir al
convencimiento de la contraevidencia, inconcebible cuando el resultado que
censura es producto de sopesar distintas posibilidades que termina con la
escogencia de la más probable, 'sin que ninguna de ellas esté plenamente
contradicha por otras pruebas del proceso'" (Cas. Civ. de 30 de enero de 1962 ,
XCVIII, 4 de mayo de 1970, CXXXIV, 146 y 147; 6 de septiembre de 1983, aún
84
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no publicada, y sentencia de 10 de mayo de 1989, citada en Cas. Civ. sent. 229 de


25 de julio de 1992).

4) CONTRATOS - Requisitos de validez; solemnidades. NULIDAD SUSTANCIAL


- Objeto ilítico: “parece lógico que en el examen de legalidad y validez de un
acto jurídico, y dadas las omisiones del contrato por las que se entabló el
presente juicio -las cuales se produjeron en concepto del tribunal y nadie lo
discute en el recurso-, termine aceptando el juzgador que ellas dan al traste con
el proceso formativo del contrato, puntualmente en la etapa inicial en la que se
procura darle vida mediante la concordancia de las voluntades intervinientes, y
que, por eso mismo, lo que se echa de ver es la ausencia de requisitos
indispensables para su validez, exigidos en consideración a la naturaleza de la
convención, que es la causa específica que la ley consagró para esa situación,
y no otra.

“no puede asegurarse que la fuente anulatoria se produjo en este caso por la
ilicitud en el objeto; precisamente, porque una cosa son los requisitos que para
la formación y nacimiento de ciertos contratos exige la ley, y otra muy diversa es
que el contrato padezca de objeto ilícito, llevó a la Corte a afirmar en caso muy
similar a éste, ‘que el objeto ilícito, como causa de nulidad, tiene su propia
entidad y de ordinario ausculta es el acto que encarna la obligación, vale decir, la
conducta que el sujeto se obliga a realizar, ya de dar, ora de hacer o, en fin, no
hacer una cosa. Y es natural que el objeto de la negociación aquí debatida (que
lo sería el cumplimiento de obligaciones pecuniarias surgidas de un contrato), no
es en sí mismo ilícito; ni puede resultar contaminado de rebote por el hecho de
que en el camino que se ha de recorrer para formar el convenio, se inobserven
algunos requisitos que comprometen la sanidad del contrato en tanto que la ley,
en clara protección del interés colectivo, ha puesto en ellos un especial acento.
Así que cada causa anulatoria tiene su propio radio de acción, y parece
inconveniente andar buscándoles moradas indistintas’ (Cas. Civ. sent. de 24 de
agosto de 2000, exp. 5636)”.

“En relación con lo cual apuntóse todavía en la citada decisión:

"Por lo demás, es el criterio que va envuelto en las decisiones que en casos


similares ha sentado la jurisprudencia de esta Corporación frente al tema de
las pretermisión de requisitos encaminados al nacimiento mismo del acto o
contrato. Así, cuando examinó la compraventa de una heredad municipal, en
la que expresó que, amén de la escritura pública como formalidad propia de
tal convención, existían las adicionales que establecía el art. 204 de la ley 4
de 1913, alusivas a unos requisitos previos al que tenía que sujetarse dicho
tipo de acto, tales como avalúo pericial y publicación en diario oficial.

"Textualmente dijo:

'Puede pues sentarse esta regla: si no se acredita que el inmueble municipal


vendido tenía al momento de celebrarse el contrato, una especial calidad que lo
somete a un tratamiento diferente, entonces las solemnidades que se deban
llenar en su enajenación, a más de la escritura pública, son las detalladas en
las ocho reglas que da el artículo 204 del Código de Régimen Político y
Municipal’ (CLXVI, p. 203 a 209).

"Del mismo parecer fue cuando encaró el estudio frente a los requisitos que
como previos al contrato de compraventa consagran los artículos 12 a 14 de la
ley 9 de 1989. En efecto, en decisión más fresca explicó:
85
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

'En otras palabras, siguiendo las directrices de las normas citadas, la


voluntad de las partes contratantes por sí sola resulta insuficiente para la
formación del contrato. Sólo y en tanto ésta se exprese con el lleno de los
requisitos y formalidades indicadas, puede dar margen al acuerdo (…). De
manera que esas formalidades, dado el interés general que en ellas
concurre, no se pueden mirar de manera aislada, sino como un proceso
administrativo previo (…) y por supuesto, ligado e incorporado, como parte
integrante del contrato de promesa de compraventa o del de compraventa
específicamente, pues, se reitera, sólo mediando ellas se puede concluir
que la voluntad negocial está debidamente expresada, sin que acerca de
esas condiciones se pueda predicar discreción en su aplicación para dejar a
salvo el acto final, porque sin duda alguna, las normas que se encargan de
establecer ese procedimiento son de derecho público y por ende de
imperativo cumplimiento en los términos de los arts. 16 y 1519 del Código
Civil.

“Y agregó:

'En fin, las formalidades consagradas por los artículos 11, 12, 13 y 14 de la ley
9 de 1989, como procedimiento administrativo ‘previo’ o ‘etapa de la adquisición
por enajenación voluntaria directa’ según la calificación de la propia ley, a las
claras constituyen solemnidades ad sustantiam actus, o sea prescritas por la
ley para el valor del acto (…), de las cuales no se puede sustraer la
administración, porque como ya quedó expresado, se trata de normas de
derecho público en cuya validez y eficacia está comprometido el interés general,
pues al fin de cuentas se está frente a una negociación reglada en consideración
a los fines sociales que informan la legislación en comentario, no sólo porque se
trata de la adquisición de inmuebles para adelantar programas de vivienda de
interés social, sino llevarlos a cabo en condiciones de dignidad y seguridad
como lo garantiza el ‘requisito previo’ de la certificación de planeación o de la
oficina correspondiente, previsto por el art. 12, acerca de la incorporación del
lote a la regulación urbanística del municipio” (Cas. Civ. 24 de mayo de 2000,
expediente número 5267)'".

5) PRESTACIONES MUTUAS. FRUTOS: “las prestaciones a que da lugar la


nulidad declarada de un contrato, reglamentadas por el artículo 1746 del código
civil, comprende entre otras, para aludir sólo la que al caso concierne, la de
pagar los intereses y frutos causados sobre las especies a restituir; ello con
sujeción a las pautas contempladas en el capítulo 4º título 12 del libro 2º del
código civil, que gobiernan las prestaciones mutuas en materia de reivindicación.
En relación con ello previó el legislador que en tal propósito, hácese indispensable
determinar la buena o mala fe referente al sujeto obligado a la restitución
respectiva, pues sólo la primera, como lo reconoce la doctrina y lo ha recordado
esta Sala, “hace cambiar las cosas, pero en virtud del efecto creador de derecho
que a tal situación se le reconoce” (se subraya, G.J. t. XCVI, págs. 318 y 319).

Ello explica que en materia de frutos, por regla general, se disponga que mientras
el poseedor de mala fe se encuentra obligado a restituir los naturales y civiles de la
cosa, incluyendo los percibidos y “los que el dueño hubiera podido percibir con
mediana diligencia y actividad", o, en su caso, "el valor que tenían o hubieran
tenido al tiempo de la percepción", el poseedor de buena fe, por su parte, no está
obligado a la restitución de los frutos percibidos “antes de la contestación de la
demanda”, sino únicamente de los que se perciban a partir del pronunciamiento
que realice al libelo incoativo, como expresamente se consagra en el inciso 3o. del
artículo 964 del código civil.
F.F.: art.964 C.C.
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Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

Sentencia sustitutiva: “si el error jurídico del tribunal estuvo en haber dispuesto
que los mismos se pagasen no desde la contestación de la demanda, cual lo
ordena el precepto 964 del código civil para el caso del poseedor de buena fe,
sino a partir del momento mismo en que los dineros fueron entregados a la
capitalizadora, la enmienda que acá se haga no tendrá más alcances que,
justamente, modificar la dicha determinación, ajustándola a lo que prevé la
normatividad”.

6) NORMA SUSTANCIAL: : “el aludido artículo 307 no es norma de derecho


sustancial de acuerdo con el criterio vigente de esta Corporación. En efecto,
después de haber considerado en varias ocasiones que la dicha norma
participaba de ese carácter, principalmente antes de la reforma procesal de
1989, lo cierto es que criterio tal fue recogido en fallo de 18 de mayo de 1993
(G.J. t. CCXXII, pag. 544), reiterado recientemente en sentencia de 8 de
agosto de 2001, expediente 5814, donde, tras un examen más
concienzudo de su contenido y de cara, precisamente, al texto
reformado, se concluyó que la previsión legal “es, en verdad, una
disposición que disciplina la actividad in procedendo del juez, desde que
le marca una pauta de cómo debe en el punto tomar las resoluciones
atinentes a las condenas".
F.F.: art.307 del C.P.C.

ASUNTO : Casación. Nulidad del contrato.


PONENTE : Manuel Isidro Ardila Velásquez
SENTENCIA 150
FECHA : 16/12/2003
DECISION : Casa
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Bogotá
DEMANDANTE : Municipio de Arauca
DEMANDADO : Capitalozadora Grancolombiana S.A.
PROCESO : 7714-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág

===============================================================
* REPOSICION - Contra auto admisorio de la demanda de casación /
NORMA SUSTANCIAL - Descripción no excluye esta indole

“a definición, lato sensu, contenida en el artículo 1317 no es, en estrictez, una


simple descripción de un fenómeno jurídico, porque en esa descripción,
parejamente, se indican las obligaciones –en sentido muy amplio- que adquiere
el agente y las modalidades del encargo, constituyéndose, por tanto, en norma
de estirpe sustancial, tanto más cuanto que por norma sustancial se ha
entendido que son aquellas que "en razón de una situación fáctica concreta,
declaran, crean, modifican o extinguen relaciones jurídicas también concretas
entre las personas implicadas en tal situación…’ determinándose que de esa
naturaleza no gozan entonces los preceptos que "se limitan a definir fenómenos
jurídicos o a descubrir los elementos de éstos o a hacer enumeraciones o
enunciaciones, como tampoco las tienen las disposiciones ordinativas o
reguladoras de la actividad in procedendo’(G.J. CLI, pág., 241)”.

“determinar cuáles de las normas citadas en el cargo constituyen base esencial


del fallo acusado, es asunto más propio de la resolución de fondo del recurso
extraordinario y no propiamente de la admisión la demanda, en la que se debe
constatar el señalamiento de las normas sustanciales que el casacionista
considera infringidas o desconocidas por el Tribunal, una de ellas, como se
87
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

acotó, de linaje sustancial, desde el ángulo señalado: el art. 1317 del Código de
Comercio”.
F.F.: art.1317 del C.C.

ASUNTO : reposición contra auto que admitió demanda


de casación
PONENTE : Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo
AUTO 317
FECHA : 16/12/2003
ECISION : Se confirma auto impugnado
PROCESO : 25286-3103-000-1998-02432-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___

===============================================================
* PERJUICIOS - Liquidación / INCIDENTE DE REGULACION DE
PERJUICIOS / COSTAS - Perjuicios / PERJUICIOS - Costas / AGENCIAS EN
DERECHO / VIATICOS / COSTAS - Viáticos

“no se puede identificar, como tampoco confundir, los conceptos de costas y


perjuicios, con el fin de obtener la liquidación de una y otra condena, impuesta
como consecuencia de haberse declarado infundado el recurso de revisión.

“El concepto de perjuicios cobija el menoscabo patrimonial que por factores


externos al proceso en sí mismo considerado, pero con ocasión de él, sufrió o
padeció la parte que se vio obligada a comparecer a su trámite.

“En cambio, factores internos es la característica del concepto de costas, pues


los gastos tienen en el proceso su fuente inmediata y directa, como las ‘agencias
en derecho’ y los ‘demás gastos judiciales hechos por la parte beneficiada con la
condena, siempre que aparezcan comprobados, hayan sido útiles y
correspondan a actuaciones autorizadas por la ley”, entre otros, tal como lo
consagra el artículo 393, numeral 2º del Código de Procedimiento Civil, antes y
después de las reformas de la ley 794 de 2003.

“Frente a esa distinción, la Sala tiene explicado que el beneficiado con la


condena no puede involucrar en la liquidación de perjuicios, aspectos
relacionados con las costas, ‘como ocurre con el reconocimiento de gastos de
abogado o ‘agencias en derecho’”, por ser un emolumento que ‘atañe con la
realización del proceso’.

“Lo mismo cabe decirse de los costos de pasajes y viáticos ocasionados en la


vigilancia del proceso. Precisamente, refiriéndose a esa especie de
emolumentos, la Corte tiene explicado, reiterando jurisprudencia, que en
‘situaciones con estas características, era en el momento de liquidar las costas
causadas durante la tramitación del proceso (…), cuando este gasto ha podido
quedar relacionado para, por esta vía, exigir su reintegro al litigante responsable
del pago de las susodichas costas "
F.F.: art.393 num.2 del C.P.C.; Ley 794 de 2003

ASUNTO : Incidente de regulación de perjuicios.


PONENTE : José Fernando Ramírez Gómez
AUTO 320
FECHA : 16/12/2003
DECISION : Se niega peticiones del incidente de regulación
de perjuicios
PROCEDENCIA : T.S.D.J.
CIUDAD : Bucaramanga
88
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RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

DEMANDANTE : Castro Solano, Arnolfo


DEMANDADO : Abelardo Porras Manosalva
PROCESO : R-1100102030002002-0072-01
PUBLICADA : Sí, G.J. CCLXXXIV, No.2524, pág.___
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SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

Código de Magistrado Dr.


magi
strad
o
1 Silvio Fernando Trejos Bueno
2 Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo
3 Jorge Castillo Rugeles-Pedro Octavio Munar
Cadena (Desde 1 e noviembre de 2003)
4 Cesar Julio Valencia Copete
5 José Fernando Ramírez Gómez
6 Manuel Ardila Velásquez
7 Edgardo Villamil Portilla –desde 21.08.2003-

No.Providencia Expediente Cód.mag P/N Págs


Fecha . Prov,.
S-063-26.06.2003 R-1100102030002002-0072-01 5 P 12
S-064-26.06.2003 C-5906 5 P 28
S-065-26.06.2003 7058 7 P 54
A-124.26.06.2003 1100102030002001012701 7 N 11
A-125-27.06.2003 1100102030002003-00044-01 2 N 7
A-126-27.06.2003 1100102030002003-00067-01 2 N 7
A-127-27.06.2003 11001-02-03-000-2003-00118-01 5 P 10
A-128-27.06.2003 11001 02 03 000 2003 00084 01 7 N 3
A-129-27.06.2003 11001020300020030011101 7 P 5
A-130-27.06.2003 11001-02-03-000-2003-00121-01 7 N 7
A-131-27.06.2003 11001020300020030012501 7 P 5
A-132-26.06.2003 1100102030002003-00081-01 2s N 2
A-133-26.06.2003 C-110013103321998-13220-01 5s N 2
A-134-26.06.2003 2003-00132-01 6s N 2
S-066-27.06.2003 6779 3 N 20
S-067-27.06.2003 E-0148 5 P 11
A-135-27.06.2003 6389 4 P 8
A-136-01.07.3003 2003-00114-01 6 N 6
A-137-01.07.2003 11001-02-03-000-2003-00109-01 2s N 2
A-138-02.07.2003 70001-3103-003-1997-04438-01 2 P 3
A-139-02.07.2003 11001-02-03-000-2003-00124-01 4 P 7
A-140-02-07-2003 11001-3110-010-1999-11287-01 4 P 9
A-141-03-07-2003 68001-3110-001-1998-00685-01 2 P 7
A-142-03.07.2003 1100102030002003-00055-01 2 N 5
A-143-04.07.2003 0160 2s N 1
A-144-09.07.2003 00119-01 3 N 3
A-145-10.07.2003 00110 1 N 6
A-146-10.07.2003 00123 1 N 6
A-147-10.07.2003 00070-01 1 P 7
A-148-10.07.2003 2003-00143-01 6s N 3
A-149-10.07.2003 00163-01 6s N 2
A-150-11.07.2003 00139 1s N 4
A-151-11.07.2003 11001-02-03-000-2003-00147-01 3s N 2
A-152-11.07.2003 05001-3110-005-1993-27351-01 2 N 5
S-068-14.07.2003 6820 4 P 29
A-153-14.07.2003 CC-1100102030002003-00120-01 5 6
A-154-14.07.2003 11001-02-03-000-2003-00135-01 8 N 8
S-069-14.07.2003 6894 6 P 12
S-070-14.07.2003 7506 6 N 13
A-155-15.07.2003 1100131030151994-23434-01 3 P 6
A-156-15.07.20031 1100102030002003-00103-01 3 P 8
S-071-16.07.2003 6772 4 P 49
S-072-16.07.2003 C-6729 5 P 19
S-073-16.07.2003 6650 6 P 13
A-157-16.07.2003 11001-02-03-000-2003-00148-01 4s 3
A-157A-16.07.2003 2003-00126-01 6 N 5
S-074-21.07.2003 6995 5 P 44
S-075-22.07.2003 7790 1 P 13
A-158-22.07.2003 00084 1s N 2
A-159-22.07.2003 00127 1 P 10
90
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

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SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

A-160-22.07.2003 4100131030041996-09616-01 2s N 5
A-161-22.07.2003 41298-3103-002-1998-00308-01 0 N 8
A-162-23.07.2003 11001-02-03-000-2003-00141-01 4s N 2
A-163-23.07.2003 2003-00144-01 6 N 4
A-164-23.07.2003 1991-04333-01-01 6s N 2
A-165-25.07.2003 00150-01 6 N 3
S-076-30.07.2003 C-7103 5 P 18
S-077-31.07.2003 6615 3 N 19
S-078-01.08.2003 7769 1 P 32
S-079-01.08.2003 7907 1 P 16
A-166 -01.08.2003 00045 1 P 9
A-167 -01.08.2003 25843-3184-001-1995-00871-01 2 P 2
S-080 -01.08.2003 6866 4 N 29
S-081 -01.08.2003 7531 6 N 14
A- 168 -01.08.2003 CC-1100102030002003-00151-01 5 P 6
A-169 -01.08.2003 2003-00073-01 6 N 4
A-170 -04.08.2003 1100102030002001-00187-01 3 N 8
A-171 -06.08.2003 1999-02195-01 6 P 5
A-172 -06.08.2003 00157-01 6 N 5
A-173 -12-08.2003 11001-02-03-000-2003-00154-01 4 N 11
A-174 -08.08.2003 0403-01 6 N 11
S-082 -12.08.2003 7325 2 P 37
S-083 -12.08.2003 7350 2 P 25
S-084 -12.08.2003 7304 2 P 32
S-085 -12.08.2003 7346 5 P 30
A-175 -12.08.2003 11001-02-03-000-2003-00116-01 2 N 6
A- 176 -12.08.2003 11001-02-03-000-2003-00146-01 2 N 6
S-086 -13.08.2003 7667 1 P 26
A-177 -13.08.2003 00152 1 N 6
A-178 -13.08.2003 1989-02594-01 6 N 8
S-087 -13.08.2003 c-7010 5 P 21
A-179 -13.08.2003 2003-00161-01 6 N 3
S-088 -14.08.2003 7891 1 P 18
A-180 -14.08.2003 2003-00180-01 1s N 2
A- 181 14.08.2003 1100102030003-2003-00163-01 1 P 6
S-089 14.08.2003 6899 4 P 33
A-182 14.08.2003 110010203000200300177-01 5 N 3
A- 183 -14.08.2003 2003-00165-01 6 N 5
S-090 -15.08.2003 7840 1 N 29
A- 184 15.08.2003 1100102030002003-00128-01 3 N 5
A- 185 15.08.2003 00168-01 6 N 5
A-186 -19.08.2003 00090-01 1 N 7
A-187-19.08.2003 11001-02-03-000-2003-00099-01 2 P 4
S-091 -25.08.2003 C-7228 5 P 20
A-188- 26.08.2003 11001-3103-004-1998-00027-01 2 N 7
A-189 -26.08.2003 11001-02-03-000-2003-00106-01 2 N 7
A –190 -26.08.2003 11001-02-03-000-2003-00133-01 2 N 7
S-092 -27.08.2003 6900 3 N 17
A-191 -27.08.2003 68001-3103-001-1998-00011-01 4 P 6
S-093 -01.09.2003 6943 5 P 30
A-195-01.09.2003 00070 1 P 7
A-196 –01.09.2003 6650-01 6 P 3
A-197-01.09.2003 2003-00183-01 6s N 2
A-198 -01.09.2003 11001-02-03-000-2003-00167-01 4 N 6
A-199 -02.09.2003 11001-02-03-000-2003-00137-01 5 N 7
A200- -04.09.2003 54001 3103 003 1999 00407 01 2 N 1
A-201-04.09.2003 00065 2 N 1
A-202 -04.09.2003 11001-02-03-000-2002-00197-01 2 N 1
A-203 -04.09.2003 2966 2 N 1
A-204 -04.09.2003 8939 2 N 1
A-205 -04.09.2003 11001-02-03-000-2003-00153-01 2 N 1
A-206 -04.09.2003 11001-02-03-000-202-00202-01 2 N 1
A-207-05.09.2003 05001-3103-015-1999-00949-01 4 N 1
91
Corte Suprema de Justicia - Relatoría Sala de Casación Civil

RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

A-208 -05.09.2003 11001-02-03-000-2003-00162-01 5 N 8


A-209-05.09.2003 CC-1100102030002003-00174-01 5 N 6
A-210-05.09.2003 110010203000-2003-00134 01 5 N 2
S-094 -08.09.2003 6909 5 P 44
S-095-08.09.2003 6881 6 P 28
S-096 -10.09.2003 C-7502 5 N 12
S-097 -10.09.2003 7603 6 P 23
A-212 -10.09.2003 05001-3101-015-1997-01841-01 2 N 1
A-213 -10.09.2003 11001-02-03-000-2002-0041-01 2 N 1
A-214 -10.09.2003 25286-3103-000-1998-02432-01 2 N 1
A-215 -10.09.2003 54001-3103-002-2000-00217-01 2 N 1
A-216 -10.09.2003 54001-3103-002-2000-00217-01 2 N 1
A-217 -10.09.2003 0048 2 N 1
A-218-11.09.2003 2003-00178-01 1 N 7
A-219-11.09.2003 110010203000-2003-00199-01 5 N 1
A-220 -11.09.2003 CC-1100102030002003-00091-01 5 N 10
S-098-16.09.2003 6704 2 P 29
S-099-16.09.2003 7609 5 P 15
A-221 -16.09.2003 173803103001 1997 06618 01 2 8
A-222-16.09.2003 733193103002200100021-01 4s P 6
A-223 -17.09.2003 7458 2 N 1
A-224 -17.09.2003 0160 2 N 1
A-225-17.09.2003 7304 2 N 1
A225A-17.09.2003 7350 2 N 1
A-226-17.09.2003 00196-01 2 N 1
S-100 -18.09.2003 7519 6 P 23
A-227-18.09.2003 68001-3110-001-1998-00685-01 2 N 1
A-228 18.09.2003 00088 1 P 8
A-229-18.09.2003 68001-3110-001-1998-00685-01 2 P 6
A-230-19.09.2003 11001-02-03-000-2003-00156-01 5 P 10
A-231-19.09.2003 120 5 N 2
A-232-19.09.2003 C-1100131030231994-19431-01 5 N 8
A-233-19.09.2003 Q-1100102030002003-00184-01 5 P 8
A-234-20.08.2003 2003-00143-01 6 N 2
A-235-20.08.2003 1994-14420-01 6 N 2
S-101-22.09.2003 7877 1 N 14
A-236-22.09.2003 68001 3110 004 1998 00366 01 2 N 1
A-237 -22.09.2003 00138 1 N 7
A-238 -22.09.2003 11001-02-03-000-2003-00142-01 5 N 7
Reserv
A-239-22.09.2003 12276-01 2 N 1
S-102-24.09.2003 6896 3 P 36
A-240-24.09.2003 110010203003-00199-01 4s N 1
A-241-24.09.2003 110010203000-2003-00213-01 4 N 2
A-242-24.09.2003 23001-3110-001-1997-08992-01 4 N 8
A-243-24.09.2003 110010203000-2003-00194-01 4 P 6
A-244 -24.09.2003 00189 1 P 6
A-245-25.09.2003 7325 2 N 1
A-246-25.09.2003 7325 2 N 1
A-247-25.09.2003 11001-02-03-000-2003-00186-01 4 N 7
A-248-25.09.2003 11001-02-03-000-2003-00187-01 4 N 6
A-249-25.09.2003 11001-02-03-000-2003-00192-01 4 N 6
A-250-25.09.2003 7325 2 N 3
A-251-25.09.2003 7325 2 N 4
A-252-25.09.2003 7458 ? N 2
A-253-25.09.2003 7325 2 N 1
A-254-30.09.2003 11001 02 03 000 2003 00196 01 2 N 1
A-255-26.09.2003 2003-00201-01 1 N 7
A-256-30.09.2003 00175-01 2 N 1
A-257-30.09.2003 11001-02-03-000-2003-00190-01 4 P 7
A-258-30.09.2003 18216-01 2 N 1
A-259-30.09.2003 00685 2 N 1
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RADICADOR CRONOLOGICO
SEGUNDO SEMESTRE DE 2003

A-260-30.09.2003 00209 2 N 1
A-261-30.09.2003 00216-01 2 N 1
A-262-02.09.2003 7625 3 N 1
A-263-30.09.2003 00811-01 6 P 9
S-103 -01.10.2003 7615 6 P 28
A-264 -01.10.2003 1100102030002003-00210-01 2 N 1
A-265-02.10.2003 2003-00198-01 6 N 5
S-104- 03.10.2003 6861 4 P 46
S-105-03.10.2003 6973 4 P 30
A-266--03.10.2003 05308-3103-001-1999-00185-01 4 P 5
A-267-03.10.2003 11001-02-03-000-2003-00203-01 4 P 9
A-268-03.10.2003 05001-31-03-011-2000-00375-01 2 P 1
A-269-03.10.2003 1100102030002003-00122-01 2 N 1
S-106--03.10.2003 7368 5 P 26
A-270 -03.10.2003 11001-02-03-000-2003-00197-01 5 P 8
A-271-03.10.2003 6900 3 P 5
A-272-06.10.2003 1100102030002003-00179-01 2 N 2
A-273 -06.10.2003 11001-02-03-000-2003-00164-01 4 P 7
S-107-06.10.2003 C-7318 5 N 20
A-274 -06.10.2003 11001-02-03-000-2003-00204-01 7 P 7
A-275-06.10.2003 11001-3103-026-1994-14138-01 7 P 5
A-276 -06.10.2003 03872 1 N 5
S-108 -07.10.2003 6928 4 P 31
S-109-10.10.2003 6833 3 N 28
A-277-14.10.2003 6913 6 N 30
S-110-15.10.2003 7088 7 N 19
S-111-15.10.2003 7625 6 P 30
A-278-15.10.2003 1994-20665-01 6 P 3
A-279-15.10.2003 00149-01 1 N 8
A-280-20.10.2003 2003-00207-01 6 N 6
S-112-21.10.2003 7486 2 P 50
S-113.10.2003 7174 2 P 20
S-114 -21.10.2003 6931 3 N 23
S-115-21.10.2003 6982 4 P 22
S-116-22.10.2003 7451 2 P 36
A-281.22.2003 11001020300020030015301 2 N 2
S-117-23.10.2003 9657-97 1 P 40
S-118 -23.10.2003 7467 1 P 32
S-119.23.10.2003 7213 7 N 30
S-120.23.10.2003 7397 6 P 39
S-121-27.10.2003 7552 6 P 27
A-282 -28.10.2003 01026-01 6 N 5
S-122 -28.10.2003 7007 4 P 28
A-283-29.10.2003 11001-02-03-000-2003-00086-01 2 N 9
A-284-30.10.2003 11001-02-03-000-2003-00196-01 2 N 6
S123 -31.10.2003 7933 AC.V.:2,4 y 6 1 P 38
A-285-31.10.2003 11001-02-03-000-2003-00220-01 4 N 6
A-286.11.2003 2003-00004-01 1 P 5
S-124 –05.11.2003 7052 4 P 25
S-125 –05.11.2003 3395 1 P 20
S-126-05.11.2003 6988 4 P 27
S-127-05.11.2003 7182 7 P 21
A-287.11.2003 11001-3103-012-1995-18739-01 3 N 4
S-128-07.11.2003 7386 2 P 22
S-129-10.11.2003 7285 7 N 13
A-288-10.11.2003 2003-00223-01 6 N 6
S-130-11-11-2003 6956 6 N 20
A-289-12.11.2003 11001-02-03-000-2003-00208-01 3 N 7
A-290-12.11.2003 11001-02-03-000-2003-000226-01 3 N 8
A-291-12.11.2003 11001-02-03-000-2003-00218-01 3 P 8
A-292-13.11.2003 2003-00236-01 6 P 3
A 293 -13.11.2003 00219 1 P 8
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A-294-13.11.2003. 1100102030002003-00073-01 4 P 7
A-295-14.11.2003 11001-31-03-029-1991-15478-01 3 P 6
S-131-18.11.2003 7561-01 6 N 32
A296 -18.11.2003 14138-01 6 P 4
A-297-18.11.2003 9050-01 6 N 7
A-298-18.11.2003 11001-02-03-000-2003-00233-01 7 N 6
A-299-18.11.2003 11001-02-03-000-20023-00230 2 P 4
A-299A2-19.11.2003 11001-3103-040-1998-00645-01 3 N 5
A-300-24.11.2003 2003-30242-01 1 N 3
A-301-24.11.2003 20001-3103-005-2001-00236-01 2 N 4
S-133-24.11.2003 7458 2 P 52
S-134-24.11.2003 7497 2 P 28
A-302-25.11.2003 11001-02-03-000-2003-00209-01 2 N 5
A-303-24.11.2003 00217 1 P 11
S-136-25.11.2003 0049 1 N 18
A-304-25.11.2003 11001-02-03-000-2003-00209-01 2 P 5
S-138-26.11.2003 7326 7 P 19
S-135-28.11.2003 13641 1 N 32
S-137 - 03.12.2003 0139-01 1 P 7
S-132-3.12.2003 11001-02-03-000-2003-00041-01 2 P 14
S-139-312.2003 0048 2 P 9
A-306-03.12.2003 11001-02-03-000-2003-00009-01 2 N 14
A-307-03.12.2003 11001-02-03-000-2003-00129-01 3 N 1
A-306A-03.12.2003 00171-01 6 N 1
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A-307A-04.12.2003 73411-3104-001-2000-00039-01 3 N 8
A-306-04.12.2003 07001-31-84-001-2002-00082-01 3 N 5
S-141-04.12.2003 6908 3 P 23
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S-143 -09.12.2003 7249 7 N 23
A-309 -10.12.2003 00149-01 1 N 6
S-144 -10.12.2003 7067 4 N 41
A-308 -10.12.2003 11001-3110-001-1995-00252-01 7 N 8
A-310-10.12.2003 110010203000-2003-00237-01 7 P 7
A-311-10.12.2003 110010203000-2003-00250-01 7 N 1
S-145-11.12.2003 7520 2 P 33
S-146 -12.12.2003 5881 3 P 21
S-147-12.12.2003 1100102030002002-0039-01 3 P 16
S-148-15.12.2003 7565 2 N 21
A-312-15.12.2003 11001-02-03-000-2003-00246-01 7 N 6
S-149-16.12.2003 7593 6 P 26
S-150 -16.12.2003 7714-01 6 P 48
A-314-16.12.2003 00265 1 N 4
A-315-16.12.2003 11001-02-03-000-2003-000173-01 2 N 6
A-314A -16.12.2003 00241 1 N 3
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A-317-16.12.2003 25286-3103-000-1998-02432-01 2 P 6
A-318-16.12.2003 15001-3103-004-1998-00118--01 4 N 7
A-319-16.12.2003 110010203000200300227-01 4 N
A-320-16.12.2003 R-1100102030002002-0072-01 5 P 5
A-321-16.12.2003 C-1100131030031999-08833-01 5 N 4
A-322-16.12.2003 11001-3103-040-1999-01101-01 7 N 6
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