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Introducción
Este es un tema tan común hoy en día, donde se hace real la verdad de que no
podemos servir a dos señores, porque siempre uno va a querer lo que quiere el
otro. (Lucas 16.13)
Antes de comenzar, tenemos que entender que no está mal agradar a los demás,
más bien la Biblia enseña en Romanos 12:18 “Si es posible, en cuanto dependa
de vosotros, estad en paz con todos los hombres.”
Para estar en paz tengo que caerle bien a la agente, claro está; a veces
exageramos, y hacemos cualquier cosa, sin evaluar el propósito, con tal de
agradar a los demás, con tal de caerle bien a la gente, o ganar admiración de los
demás.
Gálatas 1.10: “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato
de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería
siervo de Cristo.”
¡Que contraste más grande! ¿Por qué será entonces que nos cuesta tanto valorar
el agrado de Dios y buscamos más el de los hombres?
Nosotros somos literalmente siervos del mundo cuando queremos todo lo que dice
el mundo que deberíamos tener para ser aceptos dentro de este mismo mundo. O
cuando buscamos hacer lo que sea para que una chica nos dé su “aprobación”. O
cuando estamos dispuestos hacer bromas que duelen a los demás solo para todos
los demás se rían y nos alaben. O cuando estamos dispuestos a fallarles a
nuestros amigos para conseguir un poco mas de fama en algún otro circulo social.
Otra situación es cuando y tratamos de usar a Dios como una excusa para tener la
aprobación de otros como lo hacían los fariseos en Lucas 11:43. Que ridículo que
piensan ser “tan santos que son dignos de respeto y admiración”.
En esta noche analiza: ¿por qué haces lo que haces? Y esto te va a llevar a
decidir a quién vas a buscar agradar en tu vida. Si buscas el agrado de hombres
esto te va a alejar de Dios. Y buscar agradar te va a alejar de muchas personas
¿Qué vas a elegir?