Pero no olvidemos que pese a ello, aún hoy en día, en ámbitos de
nefastas condiciones socio-sanitarias, siguen existiendo casos en los
que la sociedad deja de hacerse cargo de estas personas sin siquiera llegar a cuestionarse cuáles son las causas de su trastorno y si este podría tener solución.
(2) Consideremos que ciertas patologías, como el hoy en día tan en
boga TRASTORNO BIPOLAR (hace años conocido como psicosis maníaco-depresiva), permiten a quien lo padece, en la mayoría de los casos, llevar una vida relativamente normal mientras tenga la “suerte” de vivir en un ámbito social que se haga cargo de su enfermedad ofreciéndole acceso a un adecuado tratamiento así como apoyo a sus familiares para que éstos estén atentos a cualquier manifestación que se escape de lo “normal” y pueda ser indicativa de un período maníaco o depresivo del proceso.
Si bien en los períodos de crisis un bipolar puede precisar, aún en la
actualidad, un ingreso hospitalario, consideremos que en un pasado no muy remoto, quien sufría esta enfermedad era estigmatizado por la sociedad y encasillado en el excluyente estereotipo que en cada época ha definido a la locura.
EL FACTOR SOCIAL
Muchas deficiencias y patologías psiquiátricas tienen su origen en
factores genéticos, pero también los factores ambientales pueden ser causantes o desencadenantes de dichas “anomalías”. Familias disfuncionales, ambientes carenciados o muy conflictivos pueden configurarse como causas que activen la puesta en marcha de un trastorno mental.
Es posible que las causas de muchos trastornos psiquiátricos se
encuentren en el seno de la familia o en la matriz de una sociedad que no está siendo capaz de sostener la “realidad” para algunas personas; por ello, en ocasiones, puede que una persona altere su realidad cuando ésta le resulta insatisfactoria e intolerable.
LOS FACTORES AMBIENTALES PUEDEN
SER CAUSANTES O DESENCADENANTES DE DICHAS “ANOMALÍAS” A lo largo de la historia de la humanidad, la sociedad (autoconsiderada mentalmente sana) casi nunca se ha hecho cargo de su responsabilidad en estos temas y ha culpado a los “enfermos mentales” de su propio trastorno sin tener en cuenta la influencia nefasta que los individuos ‘sanos’ y la sociedad en sí puedan haber ejercido sobre ellos en la puesta en marcha de su enajenación.
Esto es debido, en buena parte, a que los enfermos mentales siempre
han molestado y/o asustado a quienes se consideraban “normales” y su tendencia natural era siempre apartarlos y relegarlos a consumirse en una vida sin sentido alguno.
LA LOCURA SEGÚN GUILLERMO BORJA
Desde la mirada del psiquiatra mexicano Guillermo Borja, “La locura es tratar de ser antes de morir. La locura es la búsqueda de la salud y requiere mucha valentía por parte del sujeto. Recordemos que uno de los terrores más grandes es perder el control”.
Esto implica que, el camino hacia la locura se transita
probablemente en la forma de una búsqueda de estar bien, cuando la situación o las condiciones no son las adecuadas. Es así como, en el caso de la esquizofrenia, por ejemplo, se llega, probablemente a través de un camino de búsqueda de soluciones, a una disociación que implica un quiebre y la pérdida del juicio de realidad. Probablemente si tuviéramos la posibilidad de reconstruir el camino de las personas hacia la locura, nos daríamos cuenta de que hubiese sido posible encauzarlo de un modo más amable y adecuado para la persona en alguna de las etapas transitadas.
LA “SANACIÓN” NO DEBE SER
CONSIDERADA EN TÉRMINOS DE “NORMALIZACIÓN” O “ADAPTACIÓN” Borja opina que la salud va más allá de la funcionalidad estética, es decir, de lo que se ve bien en términos de comportamientos adecuados y formas de ser socialmente deseables. Esto implica que la “sanación” no debe ser considerada en términos de “normalización” o “adaptación”, sino de bienestar para la persona y para quienes se encuentren a su alrededor. Preguntémonos entonces si es válido sentenciar al aislamiento, a la reclusión y a la desesperanza a quienes han perdido el lazo con la realidad a la que nosotros continuamos aferrándonos y, si no hacer nada por sanarlos no implica también una forma pasiva de violencia que puede ser más grave aún que la perpetrada por los cuidadores que maltratan física y psicológicamente a los que, sin tener culpa alguna, perdieron en algún momento la “capacidad de ser en el mundo” que nosotros compartimos.
Artículo previamente publicado y en Gestalt Terapia y cedido para
su publicación en Psyciencia por sus autores: Clotilde Sarrió – Terapia Gestalt Valencia y Dr. Alberto Soler Montagud – Psiquiatría Privada
Pero no olvidemos que pese a ello, aún hoy en día, en ámbitos de
nefastas condiciones socio-sanitarias, siguen existiendo casos en los que la sociedad deja de hacerse cargo de estas personas sin siquiera llegar a cuestionarse cuáles son las causas de su trastorno y si este podría tener solución.
(2) Consideremos que ciertas patologías, como el hoy en día tan en
boga TRASTORNO BIPOLAR (hace años conocido como psicosis maníaco-depresiva), permiten a quien lo padece, en la mayoría de los casos, llevar una vida relativamente normal mientras tenga la “suerte” de vivir en un ámbito social que se haga cargo de su enfermedad ofreciéndole acceso a un adecuado tratamiento así como apoyo a sus familiares para que éstos estén atentos a cualquier manifestación que se escape de lo “normal” y pueda ser indicativa de un período maníaco o depresivo del proceso. Si bien en los períodos de crisis un bipolar puede precisar, aún en la actualidad, un ingreso hospitalario, consideremos que en un pasado no muy remoto, quien sufría esta enfermedad era estigmatizado por la sociedad y encasillado en el excluyente estereotipo que en cada época ha definido a la locura.
EL FACTOR SOCIAL
Muchas deficiencias y patologías psiquiátricas tienen su origen en
factores genéticos, pero también los factores ambientales pueden ser causantes o desencadenantes de dichas “anomalías”. Familias disfuncionales, ambientes carenciados o muy conflictivos pueden configurarse como causas que activen la puesta en marcha de un trastorno mental.
Es posible que las causas de muchos trastornos psiquiátricos se
encuentren en el seno de la familia o en la matriz de una sociedad que no está siendo capaz de sostener la “realidad” para algunas personas; por ello, en ocasiones, puede que una persona altere su realidad cuando ésta le resulta insatisfactoria e intolerable.
LOS FACTORES AMBIENTALES PUEDEN
SER CAUSANTES O DESENCADENANTES DE DICHAS “ANOMALÍAS” A lo largo de la historia de la humanidad, la sociedad (autoconsiderada mentalmente sana) casi nunca se ha hecho cargo de su responsabilidad en estos temas y ha culpado a los “enfermos mentales” de su propio trastorno sin tener en cuenta la influencia nefasta que los individuos ‘sanos’ y la sociedad en sí puedan haber ejercido sobre ellos en la puesta en marcha de su enajenación.
Esto es debido, en buena parte, a que los enfermos mentales siempre
han molestado y/o asustado a quienes se consideraban “normales” y su tendencia natural era siempre apartarlos y relegarlos a consumirse en una vida sin sentido alguno.
LA LOCURA SEGÚN GUILLERMO BORJA
Desde la mirada del psiquiatra mexicano Guillermo Borja, “La locura
es tratar de ser antes de morir. La locura es la búsqueda de la salud y requiere mucha valentía por parte del sujeto. Recordemos que uno de los terrores más grandes es perder el control”.
Esto implica que, el camino hacia la locura se transita
probablemente en la forma de una búsqueda de estar bien, cuando la situación o las condiciones no son las adecuadas. Es así como, en el caso de la esquizofrenia, por ejemplo, se llega, probablemente a través de un camino de búsqueda de soluciones, a una disociación que implica un quiebre y la pérdida del juicio de realidad. Probablemente si tuviéramos la posibilidad de reconstruir el camino de las personas hacia la locura, nos daríamos cuenta de que hubiese sido posible encauzarlo de un modo más amable y adecuado para la persona en alguna de
en un ámbito social que se haga cargo de su enfermedad ofreciéndole
acceso a un adecuado tratamiento así como apoyo a sus familiares para que éstos estén atentos a cualquier manifestación que se escape de lo “normal” y pueda ser indicativa de un período maníaco o depresivo del proceso.
Si bien en los períodos de crisis un bipolar puede precisar, aún en la
actualidad, un ingreso hospitalario, consideremos que en un pasado no muy remoto, quien sufría esta enfermedad era estigmatizado por la sociedad y encasillado en el excluyente estereotipo que en cada época ha definido a la locura.
EL FACTOR SOCIAL
Muchas deficiencias y patologías psiquiátricas tienen su origen en
factores genéticos, pero también los factores ambientales pueden ser causantes o desencadenantes de dichas “anomalías”. Familias disfuncionales, ambientes carenciados o muy conflictivos pueden configurarse como causas que activen la puesta en marcha de un trastorno mental.
Es posible que las causas de muchos trastornos psiquiátricos se
encuentren en el seno de la familia o en la matriz de una sociedad que no está siendo capaz de sostener la “realidad” para algunas personas; por ello, en ocasiones, puede que una persona altere su realidad cuando ésta le resulta insatisfactoria e intolerable.
LOS FACTORES AMBIENTALES PUEDEN
SER CAUSANTES O DESENCADENANTES DE DICHAS “ANOMALÍAS” A lo largo de la historia de la humanidad, la sociedad (autoconsiderada mentalmente sana) casi nunca se ha hecho cargo de su responsabilidad en estos temas y ha culpado a los “enfermos mentales” de su propio trastorno sin tener en cuenta la influencia nefasta que los individuos ‘sanos’ y la sociedad en sí puedan haber ejercido sobre ellos en la puesta en marcha de su enajenación.
Esto es debido, en buena parte, a que los enfermos mentales siempre
han molestado y/o asustado a quienes se consideraban “normales” y su tendencia natural era siempre apartarlos y relegarlos a consumirse en una vida sin sentido alguno.
LA LOCURA SEGÚN GUILLERMO BORJA
Desde la mirada del psiquiatra mexicano Guillermo Borja, “La locura
es tratar de ser antes de morir. La locura es la búsqueda de la salud y requiere mucha valentía por parte del sujeto. Recordemos que uno
Es posible que las causas de muchos trastornos psiquiátricos se
encuentren en el seno de la familia o en la matriz de una sociedad que no está siendo capaz de sostener la “realidad” para algunas personas; por ello, en ocasiones, puede que una persona altere su realidad cuando ésta le resulta insatisfactoria e intolerable.
LOS FACTORES AMBIENTALES PUEDEN
SER CAUSANTES O DESENCADENANTES DE DICHAS “ANOMALÍAS” A lo largo de la historia de la humanidad, la sociedad (autoconsiderada mentalmente sana) casi nunca se ha hecho cargo de su responsabilidad en estos temas y ha culpado a los “enfermos mentales” de su propio trastorno sin tener en cuenta la influencia nefasta que los individuos ‘sanos’ y la sociedad en sí puedan haber ejercido sobre ellos en la puesta en marcha de su enajenación.
Esto es debido, en buena parte, a que los enfermos mentales siempre
han molestado y/o asustado a quienes se consideraban “normales” y su tendencia natural era siempre apartarlos y relegarlos a consumirse en una vida sin sentido alguno.
LA LOCURA SEGÚN GUILLERMO BORJA
Desde la mirada del psiquiatra mexicano Guillermo Borja, “La locura
es tratar de ser antes de morir. La locura es la búsqueda de la salud y requiere mucha valentía por parte del sujeto. Recordemos que uno de los terrores más grandes es perder el control”.
Esto implica que, el camino hacia la locura se transita
probablemente en la forma de una búsqueda de estar bien, cuando la situación o las condiciones no son las adecuadas. Es así como, en el caso de la esquizofrenia, por ejemplo, se llega, probablemente a través de un camino de búsqueda de soluciones, a una disociación que implica un quiebre y la pérdida del juicio de realidad. Probablemente si tuviéramos la posibilidad de reconstruir el camino de las personas hacia la locura, nos daríamos cuenta de que hubiese sido posible encauzarlo de un modo más amable y adecuado para la persona en alguna de las etapas transitadas. LA “SANACIÓN” NO DEBE SER CONSIDE que la sociedad deja de hacerse cargo de estas personas sin siquiera llegar a cuestionarse cuáles son las causas de su trastorno y si este podría tener solución.
(2) Consideremos que ciertas patologías, como el hoy en día tan en
boga TRASTORNO BIPOLAR (hace años conocido como psicosis maníaco-depresiva), permiten a quien lo padece, en la mayoría de los casos, llevar una vida relativamente normal mientras tenga la “suerte” de vivir en un ámbito social que se haga cargo de su enfermedad ofreciéndole acceso a un adecuado tratamiento así como apoyo a sus familiares para que éstos estén atentos a cualquier manifestación que se escape de lo “normal” y pueda ser indicativa de un período maníaco o depresivo del proceso.
Si bien en los períodos de crisis un bipolar puede precisar, aún en la
actualidad, un ingreso hospitalario, consideremos que en un pasado no muy remoto, quien sufría esta enfermedad era estigmatizado por la sociedad y encasillado en el excluyente estereotipo que en cada época ha definido a la locura.
EL FACTOR SOCIAL
Muchas deficiencias y patologías psiquiátricas tienen su origen en
factores genéticos, pero también los factores ambientales pueden ser causantes o desencadenantes de dichas “anomalías”. Familias disfuncionales, ambientes carenciados o muy conflictivos pueden configurarse como causas que activen la puesta en marcha de un trastorno mental. Es posible que las causas de muchos trastornos psiquiátricos se encuentren en el seno de la familia o en la matriz de una sociedad que no está siendo capaz de sostener la “realidad” para algunas personas; por ello, en ocasiones, puede que una persona altere su realidad cuando ésta le resulta insatisfactoria e intolerable.
LOS FACTORES AMBIENTALES PUEDEN
SER CAUSANTES O DESENCADENANTES DE DICHAS “ANOMALÍAS” A lo largo de la historia de la humanidad, la sociedad (autoconsiderada mentalmente sana) casi nunca se ha hecho cargo de su responsabilidad en estos temas y ha culpado a los “enfermos mentales” de su propio trastorno sin tener en cuenta la influencia nefasta que los individuos ‘sanos’ y la sociedad en sí puedan haber ejercido sobre ellos en la puesta en marcha de su enajenación.
Esto es debido, en buena parte, a que los enfermos mentales siempre
han molestado y/o asustado a quienes se consideraban “normales” y su tendencia natural era siempre apartarlos y relegarlos a consumirse en una vida sin sentido alguno.
LA LOCURA SEGÚN GUILLERMO BORJA
Desde la mirada del psiquiatra mexicano Guillermo Borja, “La locura
es tratar de ser antes de morir. La locura es la búsqueda de la salud y requiere mucha valentía por parte del sujeto. Recordemos que uno de los terrores más grandes es perder el control”. Esto implica que, el camino hacia la locura se transita probablemente en la forma de una búsqueda de estar bien, cuando la situación o las condiciones no son las adecuadas. Es así como, en el caso de la esquizofrenia, por ejemplo, se llega, probablemente a través de un camino de búsqueda de soluciones, a una disociación que implica un quiebre y la pérdida del juicio de realidad. Probablemente si tuviéramos la posibilidad de reconstruir el camino de las personas hacia la locura, nos daríamos cuenta de que hubiese sido posible encauzarlo de un modo más amable y adecuado para la persona en alguna de las etapas transitadas.
LA “SANACIÓN” NO DEBE SER
CONSIDERADA EN TÉRMINOS DE “NORMALIZACIÓN” O “ADAPTACIÓN” Borja opina que la salud va más allá de la funcionalidad estética, es decir, de lo que se ve bien en términos de comportamientos adecuados y formas de ser socialmente deseables. Esto implica que la “sanación” no debe ser considerada en términos de “normalización” o “adaptación”, sino de bienestar para la persona y para quienes se encuentren a su alrededor.
Preguntémonos entonces si es válido sentenciar al aislamiento, a la
Pero no olvidemos que pese a ello, aún hoy en día, en ámbitos de
nefastas condiciones socio-sanitarias, siguen existiendo casos en los que la sociedad deja de hacerse cargo de estas personas sin siquiera llegar a cuestionarse cuáles son las causas de su trastorno y si este podría tener solución.
(2) Consideremos que ciertas patologías, como el hoy en día tan en
boga TRASTORNO BIPOLAR (hace años conocido como psicosis maníaco-depresiva), permiten a quien lo padece, en la mayoría de los casos, llevar una vida relativamente normal mientras tenga la “suerte” de vivir en un ámbito social que se haga cargo de su enfermedad ofreciéndole acceso a un adecuado tratamiento así como apoyo a sus familiares para que éstos estén atentos a cualquier manifestación que se escape de lo “normal” y pueda ser indicativa de un período maníaco o depresivo del proceso.
Si bien en los períodos de crisis un bipolar puede precisar, aún en la
actualidad, un ingreso hospitalario, consideremos que en un pasado no muy remoto, quien sufría esta enfermedad era estigmatizado por la sociedad y encasillado en el excluyente estereotipo que en cada época ha definido a la locura.
EL FACTOR SOCIAL
Muchas deficiencias y patologías psiquiátricas tienen su origen en
factores genéticos, pero también los factores ambientales pueden ser causantes o desencadenantes de dichas “anomalías”. Familias disfuncionales, ambientes carenciados o muy conflictivos pueden configurarse como causas que activen la puesta en marcha de un trastorno mental. Es posible que las causas de muchos trastornos psiquiátricos se encuentren en el seno de la familia o en la matriz de una sociedad que no está siendo capaz de sostener la “realidad” para algunas personas; por ello, en ocasiones, puede que una persona altere su realidad cuando ésta le resulta insatisfactoria e intolerable.
LOS FACTORES AMBIENTALES PUEDEN
SER CAUSANTES O DESENCADENANTES DE DICHAS “ANOMALÍAS” A lo largo de la historia de la humanidad, la sociedad (autoconsiderada mentalmente sana) casi nunca se ha hecho cargo de su responsabilidad en estos temas y ha culpado a los “enfermos mentales” de su propio trastorno sin tener en cuenta la influencia nefasta que los individuos ‘sanos’ y la sociedad en sí puedan haber ejercido sobre ellos en la puesta en marcha de su enajenación.
Esto es debido, en buena parte, a que los enfermos mentales siempre
han molestado y/o asustado a quienes se consideraban “normales” y su tendencia natural era siempre apartarlos y relegarlos a consumirse en una vida sin sentido alguno.
LA LOCURA SEGÚN GUILLERMO BORJA
Desde la mirada del psiquiatra mexicano Guillermo Borja, “La locura
es tratar de ser antes de morir. La locura es la búsqueda de la salud y requiere mucha valentía por parte del sujeto. Recordemos que uno de los terrores más grandes es perder el control”. Esto implica que, el camino hacia la locura se transita probablemente en la forma de una búsqueda de estar bien, cuando la situación o las condiciones no son las adecuadas. Es así como, en el caso de la esquizofrenia, por ejemplo, se llega, probablemente a través de un camino de búsqueda de soluciones, a una disociación que implica un quiebre y la pérdida del juicio de realidad. Probablemente si tuviéramos la posibilidad de reconstruir el camino de las personas hacia la locura, nos daríamos cuenta de que hubiese sido posible encauzarlo de un modo más amable y adecuado para la persona en alguna de las etapas transitadas.
LA “SANACIÓN” NO DEBE SER
CONSIDERADA EN TÉRMINOS DE “NORMALIZACIÓN” O “ADAPTACIÓN” Borja opina que la salud va más allá de la funcionalidad estética, es decir, de lo que se ve bien en términos de comportamientos adecuados y formas de ser socialmente deseables. Esto implica que la “sanación” no debe ser considerada en términos de “normalización” o “adaptación”, sino de bienestar para la persona y para quienes se encuentren a su alrededor.
Preguntémonos entonces si es válido sentenciar al aislamiento, a la
reclusión y a la desesperanza a quienes han perdido el lazo con la realidad a la que nosotros continuamos aferrándonos y, si no hacer nada por sanarlos no implica también una forma pasiva de violencia que puede ser más grave aún que la perpetrada por los cuidadores que maltratan física y psicológicamente a los que, sin tener culpa alguna, perdieron en algún momento la “capacidad de ser en el mundo” que nosotros compartimos.
Artículo previamente publicado y en Gestalt Terapia y cedido para
su publicación en Psyciencia por sus autores: Clotilde Sarrió – Terapia Gestalt Valencia y Dr. Alberto Soler Montagud – Psiquiatría Privada