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Antecedente- historia

El hidrógeno diatómico gaseoso, H2, fue el primero producido artificialmente y formalmente descrito por T. von
Hohenheim (más conocido como Paracelso), que lo obtuvo artificialmente mezclando metales con ácidos fuertes.
Paracelso no era consciente de que el gas inflamable generado en estas reacciones químicas estaba compuesto por
un nuevo elemento químico. En 1671, Robert Boyle redescubrió y describió la reacción que se producía entre
limaduras de hierro y ácidos diluidos, lo que resulta en la producción de gas hidrógeno.13 En 1766, Henry
Cavendish fue el primero en reconocer el hidrógeno gaseoso como una sustancia discreta, identificando el gas
producido en la reacción metal-ácido como "aire inflamable" y descubriendo más profundamente, en 1781, que
el gas produce agua cuando se quema. Generalmente, se le da el crédito por su descubrimiento como un elemento
químico.1415 En 1783, Antoine Lavoisier dio al elemento el nombre de hidrógeno (del griego υδρώ (hydro), agua
y γένος-ου (genes) generar, es decir, "productor de agua")1617 cuando él y Laplace reprodujeron el
descubrimiento de Cavendish, donde se produce agua cuando se quema hidrógeno.15 El descubrimiento del gas
hidrógeno surgió de las dudas planteadas por las observaciones de científicos y filósofos. No creían que el agua
y el oxígeno fueran elementos básicos. El hidrógeno fue identificado por primera vez por el científico británico
Henry Cavendish, quien demostró ante la Royal Society de Londres en 1766 que había dos tipos diferentes de
aire: "aire fijo" o dióxido de carbono y "aire inflamable" o hidrógeno. El Sr. Cavendish también demostró que el
hidrógeno era mucho más liviano que el aire, y fue el primero en producir agua a partir de hidrógeno y oxígeno
con la ayuda de una chispa eléctrica.

El químico francés Antoine Laurent Lavoisier repitió los experimentos de Cavendish. Después de varios intentos,
también logró combinar el hidrógeno y el oxígeno para producir agua. Los experimentos de Lavoisier de 1785,
realizados frente a numerosos científicos, se consideraron definitivos. El francés también fue el primer científico
en asignar nombres al hidrógeno y al oxígeno. Durante el siglo XIX, las características y usos potenciales del
hidrógeno fueron discutidos por clérigos, científicos y escritores de ciencia ficción. En la novela de Julio Verne
"La isla misteriosa", de 1874, un ingeniero informa a sus colegas que: El interés práctico en el hidrógeno como
combustible creció en Europa después de la Primera Guerra Mundial, impulsado en parte por un mayor interés
en la autosuficiencia energética. El científico escocés JBS Haldane defendió la derivación del hidrógeno de la
energía eólica a través de la división del agua.

La Segunda Guerra Mundial impulsó aún más la búsqueda de combustible de hidrógeno. El ingeniero alemán
Rudolf Erren convirtió los camiones, autobuses, submarinos y motores de combustión interna al hidrógeno. La
mayor demanda de combustible y los riesgos de cortes de suministro llevaron al gobierno de Australia a considerar
el hidrógeno industrial, hasta que la victoria de los Aliados puso nuevamente a disposición petróleo y gasolina
baratos. El ejército estadounidense también exploró el uso de hidrógeno para su Fuerza Aérea, Ejército y Marina
durante la guerra. Esos esfuerzos finalmente llevaron al uso de hidrógeno líquido en el programa espacial de los
Estados Unidos. La década de 1950 vio el uso del desarrollo para el hidrógeno en el espacio exterior, una celda
de combustible que combinaba hidrógeno y oxígeno para producir electricidad y agua. En la década de 1960,
varios científicos propusieron el uso de la energía solar para dividir el agua en hidrógeno y oxígeno, que luego se
recombinaría en células de combustible. El año 1970 marcó el primer uso de la frase "economía del hidrógeno",
por General Motors (GM). Los ingenieros de ese fabricante de automóviles previeron al hidrógeno como "el
combustible para todo tipo de transporte". La crisis del combustible de 1973 también impulsó el interés científico
en el hidrógeno. El impacto sugirió que la era del petróleo barato había terminado, y que se necesitaban
alternativas. Muchos investigadores abogaron por la producción de hidrógeno a través de la electrólisis de los
reactores de energía nuclear. Los gobiernos de los Estados Unidos, Europa y Japón comenzaron a financiar la
investigación del hidrógeno, aunque en sumas mucho más pequeñas que las dedicadas a las singas y la energía
nuclear. A principios de la década de 1980, muchos pensaron que la economía del hidrógeno estaba "en camino".
En las dos décadas siguientes, los precios del petróleo volvieron a caer a mínimos históricos. La marea del petróleo
barato provocó que el interés por el hidrógeno y el apoyo a la investigación disminuyera. Pero los desarrollos
paralelos han mantenido viva la noción de un mundo posterior a los combustibles fósiles. Los avances en la
tecnología de celdas de combustible, el debate sobre el futuro del petróleo y la preocupación por el medio
ambiente mantuvieron las exploraciones a flote.

Procesos de obtención y propiedades físico-quimicas

Rodrigo Vásquez, asesor del Programa Energías Renovables y Eficiencia Energética 4e, de GIZ Chile, señala que
el hidrógeno como combustible “puede ser quemado directamente como gas o en mezcla con otro combustible fósil
en un motor de combustión. Sin embargo el uso más sustentable es a través de un dispositivo llamado celda de
combustible que convierte el hidrógeno en electricidad para, por ejemplo, hacer funcionar motores eléctricos,
obteniéndose como residuo agua y calor”.

De acuerdo al especialista, el 96% del hidrógeno en el mundo “se extrae a partir de combustibles fósiles, emitiendo
en este proceso gases efecto invernadero”, mientras que el resto se realiza a través de la electrólisis, que es el
proceso de generación de hidrógeno a partir de agua y electricidad.

“Actualmente esta es la tecnología más madura y utilizada cuando se tiene una fuente renovable, y es aquí donde la
energía solar entra a jugar un rol clave. Una planta solar fotovoltaica o una planta de concentración solar (CSP)
pueden proveer energía eléctrica limpia, necesaria para generar hidrógeno mediante electrólisis del agua. En este
proceso se hace circular corriente continua a través de dos electrodos (ánodo y cátodo) que están en contacto con
agua, permitiendo separar sus moléculas en hidrógeno y oxígeno”, agrega.

Rodrigo Vásquez explica, además, que existen otros métodos para producir hidrógeno con la energía del sol, “como
el reformado y gasificación solar, donde el calor para estos procesos proviene de energía solar; además, están los
ciclos termoquímicos, donde la radiación solar concentrada de alta temperatura produce reacciones químicas,
transformando energía térmica en energía química”.

Procesos industriales
Aunque el H2 puede producirse mediante el proceso de reformado del gas natural, nafta, fuel pesado o carbón, la relación
atómica H/C (hidrógeno/carbono) más elevada de la molécula CH 4 con respecto a otros combustibles indica que el gas
natural, cuyo componente mayoritario es el CH 4, sea el precursor más idóneo para producir hidrógeno.

Reformado de hidrocarburos y metanol


El reformado de metano (CH4) con vapor es un proceso utilizado a lo largo de varias décadas para producir H2. Por tratarse
de la tecnología más económica, este proceso es el que se utiliza en la actualidad en la producción industrial del hidrógeno.
La reacción es:

CH4 + H2O → CO + 3H2

El gas natural reacciona con vapor de agua sobre un catalizador de níquel colocado en el reformador primario a
temperaturas de 1.200 ºK y presión total de 20-30 bar. Puesto que el gas natural contiene impurezas de azufre, se requiere
una etapa previa de eliminación de este contaminante para evitar el deterioro de la actividad catalítica. La corriente limpia
de metano se hace reaccionar después en un reactor al que se incorpora un catalizador de níquel. El gas de salida es rico
en hidrógeno pero contiene una cierta proporción de monóxido de carbono, que a su vez se transforma en otro reactor, o
incluso en dos, en hidrogeno adicional mediante reacción con vapor de
Puesto que no se producen gases de efecto invernadero durante su combustión, el

hidrógeno ofrece un gran potencial para reducir las emisiones de CO2

agua. El gas resultante tiene un contenido elevado de hidrógeno, junto a dióxido de carbono y cantidades mucho más bajas
de metano no convertido y monóxido de carbono remanente, usualmente 1% en volumen. En las plantas modernas de
producción de H2 se incorporan unidades de purificación mediante compresión/adsorción/desorción que permiten alcanzar
un hidrógeno muy puro (99,999% volumen).

Como el gas natural contiene una pequeña proporción de otros hidrocarburos tales como etano, propano y butano, que se
descomponen con facilidad y generan residuos carbonosos en las condiciones de reformado del metano, componente
mayoritario, se requiere una etapa previa de reformado (pre-reformado) para transformar una parte de los hidrocarburos
presentes en el gas natural en una mezcla de CO/H2. Este proceso se incorpora antes de la unidad de reformado y permite
operar con una variedad de alimentaciones asegurando que la alimentación es constante en todas las unidades de
reformado. El pre-reformado tiene un fuerte efecto sobre la composición gaseosa que alimenta la unidad de reformado con
vapor. Así, los hidrocarburos de cadena más larga se eliminan completamente al mismo tiempo que se convierte una
fracción del metano. Dado que estos hidrocarburos de cadena larga tienen tendencia a formar carbono, este proceso de
pre-reformado minimiza la formación de residuos de carbón durante el propio proceso de reformado del metano, lo que
redunda en un tiempo de vida largo de los sistemas catalíticos utilizados.

El vapor de agua, utilizado en la reacción de reformado con vapor, puede reemplazarse por dióxido de carbono, por oxígeno
o por una mezcla de ambos. Estos conceptos avanzados de la tecnología de reformado son similares a la clásica de
reformado con vapor pero solamente se utilizan en casos muy concretos. Específicamente, se aplican cuando se requiere
utilizar la mezcla CO/H2 para fabricar hidrocarburos o metanol en vez de producir exclusivamente hidrógeno.

En lugar de metano, se puede utilizar igualmente metanol para la producción industrial de hidrógeno. En este proceso, el
metanol se hace reaccionar con vapor de agua sobre un catalizador para producir H 2. Esta es una reacción endotérmica
en la que el calor requerido se obtiene de la combustión del gas de cola junto a otra pequeña fracción de metanol. La
corriente de hidrógeno se purifica en una unidad de adsorción/deserción, tal como se hace en el reformado de metano.
Esta reacción es simple ya que no tiene en cuenta la formación de compuestos oxigenados intermedios, si bien por razones
económicas solo se utiliza allí donde hay un exceso de metanol.

La disponibilidad y buena red de distribución de gases licuados de petróleo (LPG) y de destilados medios hacen de estas
fracciones candidatos idóneos para producción de H2. Sin embargo, se ha dedicado muy poca atención al desarrollo de un
proceso basado en estos combustibles. La razón principal del escaso cuerpo de trabajo existente es que se deposita carbón
en la superficie catalítica con relativa facilidad. El proceso implica básicamente oxidación parcial de estos hidrocarburos.
El reactor está rodeado de un horno eléctrico con el que se calienta la mezcla de hidrocarburo-aire. A la salida del reactor
se elimina como H2S y a continuación se inyecta vapor de agua antes de incorporar el reactor de desplazamiento del gas
de agua. Para las celdas de combustible de membrana polimérica los niveles de CO se mantienen por debajo de 10 ppm
lo que se consigue pasando la corriente sobre catalizadores altamente activos y selectivos, capaces de oxidar las
impurezas de CO a CO2 a temperatura ambiente. El reformador opera satisfactoriamente con varios tipos de combustible;
sin embargo, los problemas derivados de la presencia de compuestos de azufre así como el depósito de coque sobre los
catalizadores no están totalmente resueltos. Teniendo en cuenta el impacto de esta tecnología en el medio ambiente, los
fabricantes de automóviles la consideran como una de las opciones posibles de generar el H 2 a bordo para alimentar la
celda de combustible que genera la electricidad requerida por el motor eléctrico.

La opción de los precursores renovables


Biomasa celulósica
El hidrógeno puede obtenerse a partir de una fuente renovable como es la biomasa celulósica. La celulosa puede
convertirse en H2 mediante varios procesos termoquímicos tales como combustión, licuefacción, pirólisis y gasificación. El
material lignocelulósico se oxida parcialmente a temperaturas superiores a 1.000 ºK, se produce una fracción gaseosa
junto a un residuo carbonoso que se reduce posteriormente para formar posteriormente H2, CO, CO2 y CH4. La gasificación
de la biomasa en presencia de O2 genera una corriente gaseosa rica en hidrógeno que se reforma con vapor de agua a la
salida del gasificador con el objetivo de producir hidrógeno adicional. El inconveniente principal de la gasificación de
biomasa es la formación de alquitrán. Los residuos pesados polimerizan y forman estructuras más complejas que no
resultan apropiadas para producción de hidrógeno mediante reformado con vapor. La formación de alquitrán puede
minimizarse mediante diseño apropiado del gasificador, incorporación de aditivos catalíticos y también mediante el control
de las variables de operación. Los catalizadores reducen el contenido de alquitrán pero son particularmente efectivos para
mejorar la calidad y conversión de la fracción gaseosa producida. Otro problema inherente de la gasificación de biomasa
es la formación de ceniza, que puede producir acumulación de sólido, taponamiento y desactivación. Estos problemas se
han reducido mediante extracción y fraccionamiento.

EMISIONES CONTAMINANTES

La combustión del hidrógeno con oxígeno únicamente produce agua como producto resultante:
2H2 + O2 = 2H2O
Sin embargo, la combustión del hidrógeno con el aire también puede producir óxidos de nitrógeno (NOx):
H2 + O2 + N2 = H2O + N2 + NOx
Los óxidos de nitrógeno se crean debido a las altas temperaturas generadas dentro de la cámara de combustión durante la
misma. Estas altas temperaturas provocan que una parte del nitrógeno del aire se combine con el oxígeno.
La cantidad de NOx generado depende de:
• La relación aire/combustible.
• La relación de compresión del motor.
• Velocidad del motor.
• Regulación del encendido.
• Disolución térmica utilizada.
Además de los óxidos de nitrógeno, puede haber restos de monóxido de carbono y de bióxido de carbono en los gases de
escape, debido al filtrado de aceite dentro de la cámara de combustión.
Dependiendo de la condición del motor (quemado de aceite) y de la operación estratégica utilizada (una mezcla
aire/combustible rica frente a una pobre), un motor de hidrógeno puede pasar de producir emisiones casi cero (tan bajas
como alguna ppm), a llegar a producir emisiones significativas de NOx y monóxido de carbono.
VENTAJAS
• Alta disponibilidad a lo largo del planeta, no obstante, no lo encontraremos aislado.
Una ventaja favorable del hidrógeno es su alta disponibilidad a lo largo del planeta, no obstante, no lo encontraremos aislado,
como ya se ha comentado con anterioridad, sino combinado con otros elementos (agua por ejemplo). Esta alta disponibilidad
ayudará además a frenar el monopolio de las actuales empresas exportadoras de petróleo, con lo que supondrá una
diversificación de las fuentes de energía.
• Su combustión produce solo agua, lo que significa que no emite gases de efecto invernadero.
El principal aspecto positivo de este combustible es el hecho de que produce energía sin emisión de dióxido de carbono
(CO2) como ocurre con los combustibles fósiles e incluso con la biomasa. De acuerdo al medio empleado, la producción
de energía está libre de cualquier contaminante. Por ejemplo. Si la combustión de hidrógeno se produce utilizando aire de
la atmósfera, producirá NOx. Sin embargo, si es utilizado celdas de combustible de baja temperatura (PEMFC, por ejemplo),
la producción de electricidad tendría como subproductos : energía térmica y agua
• Es un buen vector para transportar energía. La posibilidad de su almacenamiento le hacen competir favorablemente
con la electricidad en algunos casos.
Es un buen vector para transportar energía. La posibilidad de su almacenamiento le hacen competir favorablemente con la
electricidad en algunos casos.
Una de sus propiedades importantes es la energía específica de su combustión. Su valor es de 120 megajulios por kg en
comparación con 50 MJ/kg del gas natural o con 44,6 MJ/kg del petróleo.

PROBLEMAS
• Tiene el grave inconveniente de no ser un combustible primario. Hay que producirlo con otros y se utiliza enegia.
El hidrógeno no es un combustible primario. Esto significa que no está disponible para ser utilizado directamente. El
problema es que hay impactos ambientales más o menos severos, de acuerdo al método utilizado para obtenerlo. La emisión
de CO2 es uno de ellos. Otra es que este proceso consume energía. “La energía ni se crea ni se destruye, sólo se transfiere
o se trasformada” predicaba James Prescott Joule, inspirado por Antoine Lavoisier. Esto significa que, incluso con la alta
eficiencia energética de las celdas de combustible, vamos a tener que gastar más energía de la que genera esta forma de
combustible que recuperaremos en su combustión.
• Ignición prematura los motores que operan con hidrógeno
El principal problema que ha surgido con el desarrollo de los motores que operan con hidrógeno es la ignición prematura
del mismo. La ignición prematura es un problema mucho mayor en motores de hidrógeno que en cualquier otro tipo de
motores de combustión interna, debido a la menor energía de ignición del hidrógeno, un mayor rango de inflamabilidad y
una menor distancia de apagado.
Tanto en los motores alimentados por gasolina como en los que funcionan a base de hidrógeno, el mecanismo por el cual
se produce el preencendido es el mismo. En cualquiera de los dos casos, los gases de entrada encuentran una fuente de calor
con la suficiente intensidad como para iniciar el proceso de combustión de la mezcla mientras la válvula de admisión se
encuentra todavía abierta, y cuando todavía no se ha producido el salto de la chispa de la bujía. Las posibles fuentes de calor
pueden ser una zona de alta temperatura en la cámara de combustión, como por ejemplo la propia bujía, algún defecto en la
cámara de combustión, sustancias depositadas incandescentes, o los propios gases de escape, los cuales podrían conservar
todavía una temperatura suficiente para producir la ignición de la mezcla entrante.
• la problemática de la escasez de infraestructuras
aunque muchos fabricantes de automóviles se encuentren ya totalmente involucrados en el desarrollo de vehículos
propulsados por motor de combustión interna de hidrógeno, existe la problemática de la escasez de infraestructuras
(tengamos en cuenta que actualmente sólo existen tres estaciones de hidrógeno ó hidrogeneras en España). No es posible
pensar en una difusión rápida de esta tecnología a nivel comercial, ya que para ello deberían cambiarse los distribuidores
de gasolina y diesel o adaptarlos a una distribución en masa de hidrógeno, lo que supondría unos costes enormes que, por
ahora, nadie es capaz de afrontar. (Fabrega RAamos, 2009)
• problema para su amplio uso se relaciona con su logística (transporte, almacenamiento y distribución)
Quien vio algún video o película de un lanzamiento de un cohete, o el destino del dirigible ‘Hindemburg’ saben cómo puede
ser peligroso en una reacción descontrolada. Evidentemente, los códigos de seguridad del transporte y almacenamiento, así
como el sistema receptor adecuado tienden a minimizar este aspecto.

Bibliografía
Fabrega RAamos, M. (2009). EL HIDROGENO- Aplicaciones en motores de combustion interna. Barcelona.

JODRA, L. G. (2005). EL HIDRÓGENO, COMBUSTIBLE DEL FUTURO. V Programa de Promoción de la Cultura Científica y
Tecnológica, 49-67.

Aguer, H. M., & Miranda, B. Á. L. (2012). El hidrógeno: fundamento de un futuro equilibrado (2a. ed.). Madrid, ESPAÑA:
Ediciones Díaz de Santos.

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