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TP3 AR1.

Consigna: Analizar en clave comparativa las intervenciones políticas llevadas adelante por los
sectores subalternos luego de la crisis del orden colonial.

La colocación de los sectores de subalternidad en el foco de atención, obedece a una inquietud


planteada por los análisis historiográficos con el objetivo de hacer visible y completar el cuadro de
los actores sociales. En el proceso y periodo que nos llama a interés, el revolucionario
independentista del principio del siglo XIX, suficiente se ha escrito ya desde la mirada de la elites,
Positivistas, Revisionistas y otras adscripciones intelectuales con coherencia regular a los intereses
del momento político, nos aporta relieve y contraste, pero la decisión de sumar actores y sus
implicancias, enriquece la construcción y tonifica el interés al humanizar las historias.

Los sectores subalternos son actores activos en el proceso revolucionario, en tanto


elaboración del tejido social, por ello éste trabajo será organizado en función de categorías distintivas
necesarias, como lo son el ámbito rural del urbano y, completando el cuadro, la imprescindible
mirada a las comunidades originarias, muy activas y vinculadas con el devenir de los dos escenarios,
en simultaneo y autónomamente.

Los casos propuestos por Di Meglio y Bragoni, nos lleva a agrupar a la plebe en términos de
Halperin, dentro del ámbito urbano y con dos actores diferentes en sus prerrogativas, la plebe porteña
como participe visibilizado desde el inicio del proceso revolucionario y un suceso ejemplar ocurrido
en el contexto de una rebelión de esclavos ocurrida en Mendoza en 1812.El punto de unión de ambos
es que suceden en el ámbito urbano con sus particularidades y los une el interés de ser parte activa,
con diferentes motivaciones en el proceso revolucionario independentista. Es en este tono que resalta
Di Meglio la participación de los mismos en las fiestas mayas de Buenos Aires, que desde inicio
fueron motivo de reunión y canal de vinculación y expresión que les fue propia, mientras que los
esclavos mendocinos socializaban en “los cuartos de sus casas aprovechando los días festivos o los
encuentros después de la oración” (BRAGONI, 2008: 117).

Sabido es que la base de los sectores subalternos se caracteriza por su heterogeneidad y,


componen el mismo de modo inclusivo desde integrantes de especialidades de oficios, artesanos y
esclavos; aunados bajo un criterio en tanto a desposeídos y de distancia de los resortes de decisión
política, siendo un emergente común las expectativas de movilidad social ascendente que podía verse
alcanzada, por ejemplo con la inclusión en las milicias; y es en este contexto que se pueden
visualizar particularidades en el grupo como las que se evidenciaron en Buenos Aires en dos
situaciones de conflicto como la asonada Morenista de los días 5 y 6 de Abril de 1811, donde la
plebe es movilizada para actuar de soporte militar de la facción Saavedrista para que su fuerza en
tanto tumulto de turba de un marco de legitimidad a la defensa de la Junta, y, por otro lado,
observamos los eventos ocurridos en Plaza de la Victoria en 1820, donde el apoyo concreto a Manuel
Dorrego pone en relieve la relación de la masa respondiendo a un liderazgo carismático, ilustrando
un entramado de relaciones fluidas entre los plebeyos y los referentes revolucionarios, utilizados
como soporte estructural y cuña de fuerza a objetivos políticos de distinto rango de importancia, y en
distintos momentos del proceso independentista, la intervención por ejemplo en contexto de un
reclamo de sueldos adeudados es muestra de la amplitud en el criterio de intervención y la fuerza de
su protagonismo.Al producirse la desarticulación de las milicias urbanas y su profesionalización el
papel de los plebeyos siguió siendo activo, formando ahora “un elemento constitutivo de la política
porteña” (DI MEGLIO, 2001:42), demostrando que ocupaban ya un sitio en la sociedad
revolucionaria de importancia real, alejada de la concepción antigua del relato histórico.

La rebelión de esclavos de 1812 en Mendoza tiene un matiz diferente en el desempeño en


tanto sector sometido. Su carácter de no libres, moviliza una revuelta con el objetivo de lograr un
“decreto que diera libertad a todos” (BRAGONI, 2008: 118). Esta clara demanda ponen en relieve la
necesidad de observar varios hechos: el sentido de construcción comunitaria, con pretensión de
beneficios como sector, direccionando esa Libertad para poder ser parte del Ejercito Revolucionario,
tomando así ya una identidad como sujeto político consciente; también, dentro de un contexto de
disputas de autoridad acerca de la incorporación de los cabildos del interior y sus posibilidades de
influencia respecto a las nuevas autoridades revolucionarias y el conflictivo punto de la de la
relajación de los vínculos de subordinación con la Intendencia de Córdoba del Tucumán a favor de la
autoridad de Buenos Aires; estos pensamientos dividen aguas en la sociedad cuyana, y sus esclavos
de servicio los trascienden y ven en ello un canal de oportunidad para hacer progresar su reclamo
como sector; el ingreso a las nuevas milicias era el camino presentado a la Libertad; las fluidas y
normalizadas estrechas relaciones con Santiago de Chile, propició la llegada y ascenso de influencia
del liberto Joaquín Fretes, quien fusiona en su discurso el ideal libertario con un sesgo patriótico.
Vemos entonces que la similitud en los grupos referenciados se unifica en pos de un interés respecto
al desarrollo de derechos civiles modernos de corte liberal, y protagonismo político; la visión de
alistarse en el Ejército como una doble vía de interés, en tanto ascenso social y fines patrióticos.
Saliendo ahora de la comparación entre sectores subalternos urbanos, pasamos a observar la
zona rural donde el común denominador observado en los casos trabajados es la disputa por las
formas de propiedad y aprovechamiento de la Tierra. Unión de tendencias tanto en las montoneras
guerrilleras de Güemes en la frontera defendida del Alto Perú, como en las milicias de Artigas en la
Banda Oriental. La primera observación es la diferencia en el origen de la captación de las tropas,
mientras Güemes recluta sus gauchos entre los mestizos y peones, Artigas los reúne, además de los
mencionados y suma esclavos y miembros de las comunidades originarias. Si bien el emergente es la
diferencia en la convocatoria y que su amplitud está fundamentada en cuestiones estratégicas
respecto al territorio en disputa y sus particularidades; Mata ilumina sobre especificidades en los
liderazgos que colaboraron en la captación de esas poblaciones, por ejemplo las milicias salteñas
eran excepcionadas de ser sometidas a juicio civil por los cabildos locales ya que pasaba a depender
del fuero militar y, más importante, habilitaban la posibilidad de defenderse de las apropiaciones de
ganado por parte del Ejercito español a los pequeños productores y sumaba prerrogativas de
beneficio económico, como la posibilidad por la cual “dejaron de pagar arriendos y de prestar
servicios personales, sino que, también se instalaron en las tierras sin autorización de los
propietarios” (MATA, 2010:13);que se traduce concretamente en movilidad social ascendente, ya
que ser propietario de una pequeña parcela ahora no es más que el premio ganado al buen combate
por la defensa de la patria.

Por esta razón es diferenciado el comportamiento de los criollos del Valle de Lerma respecto
al de los valles calchaquíes o zona fronteriza, la toma de posición de los primeros y la notable
resistencia a colaborar con el proyecto que la autora menciona respecto a otras zonas obedece a la
ausencia de los actores intermediarios que actuaron como movilizadores de sentimientos e intereses
de la población rural. El cierre de esta articulación nos ubica, por el carácter amplio de su
convocatoria en el papel desempeñado por el reclutamiento de las tropas Artiguistas, compuesta por
grupos procedentes de la campaña, los de areas urbanas, fundamentalmente esclavos y comunidades
originarias, quien fue inclusivo en un proyecto de carácter revolucionario, democrático y
participativo, encarnado en la figura fuerte del general oriental. Expuesto por la autora Ana Frega
bajo el lineamiento de “radicalismo popular” y su objeto: “el reconocimiento de derechos ancestrales
y consuetudinarios, la aspiración a un mundo más justo o el retorno a una igualdad primigenia”(
FREGA,2008: 154), con el reclamo por los derecho de la tierra como un derecho natural, donde los
mas infelices reclamaban sus posesiones y ganados confiscados por las elites tanto del Rio de la
Plata como del Imperio del Brasil, de los esclavos y su camino hacia la Libertad a través de la
incorporación al Ejercito o la expectativa de los originarios de que fueran respetadas sus
autonomías. Desde diferentes lugares de interés convergieron estos actores disimiles en las filas
artiguistas y fue luego su ausencia la que los relegó a una incertidumbre y merced de los poderes
hegemónicos y sus intereses.

El actor con que finaliza este análisis es el del papel desempeñado por los pueblos originarios
por el mérito de ser estos quienes atraviesan todo el proceso de revolución y guerras de
Independencia y los trascienden, ya que su convivencia primero con españoles luego criollo
americanos, inicia con el choque cultural y continua con las adaptaciones obligadas, propias de dicha
interacción; los diferentes grupos tuvieron asimismo comportamientos diferenciados en los términos
de relación, sea con la postura de los realistas como la de los patriotas, de la misma manera que los
líderes revolucionarios asumieron diferentes posturas en relación a los originales; pero es preciso
conceptualizar una generalidad observada en los vínculos propuestos, que es en relación a la
intención de sumarlos de manera activa a los cuadros del Ejercito por parte de la mayoría de los
líderes militares con poder de decisión, claramente como última opción, o bien por temor a no saber
cómo asimilarlos al régimen marcial o por algún limite de los no escritos respecto a sus límites en las
autonomías como pueblos. Situación observable en los ejércitos del Norte, donde se decidió
prescindir de dicho recurso, a diferencia de la actitud tomada por Artigas y ejemplificado en la
propia doxa del protector de los pueblos libres “es preciso que a los indios se los trate con mas
consideración” (RATTO, 2008:161), hecho que manifiesta una coherencia teniendo en cuenta que
Artigas integro sus tropas con miembros provenientes de areas rurales y de originarios , mostrando
respeto y vías de integración de los pueblos a su proyecto confederal, sin mella de su posición de
liderazgo frente a los mismos.

Las comunidades originarias se ubicaban por extensiones delimitadas en regiones y, aun


compartiendo territorios con otros pueblos, sostenían rivalidades y luchas entre propios y con el
europeo, no obstante lo que se impone es un fuerte interés en los beneficios plausibles de ser
obtenidos en los intercambios económicos, sociales o políticos en tanto a adscripción a marcos
regulatorios de derechos y reconocimientos, y esta premisa se sostiene inconmovible antes y después
del proceso revolucionario. Podía cambiar el interlocutor, pero no así el interés de negociación. Esta
posición sostenida podía derivar en situaciones diferentes; la toma de posición y medidas de facto
contrarrevolucionarias, apoyando la postura española, como ocurrió en el caso de la Araucanía,
basado en la posibilidad de perder el status de equilibrio alcanzado en los tratados. O bien la vía
diplomática que continuaba sin cambio de relaciones antes y después del proceso de Mayo, debido a
la baja intensidad de contacto en su territorio de y con los actores, subordinando la vinculación a
alianzas por coyunturas puntuales de necesidad, tal cual lo ocurrido con los Pehuenches y el Ejercito
de los Andes, además, podían ser incorporados como fuerza de trabajo en los fuertes de la frontera
tucumano-salteña, los lule-vilela, y en los espacios otrora de las misiones jesuíticas, situación que
permitió una asimilación de las comunidades del espacio chaqueño litoral como los abipones y
guaycurúes; para completar este concepto cabe destacar que las interrelaciones eran más cordiales en
la zona de Salta y Tucumán, en tanto que en la zona del litoral fluvial, eran más frecuentes los
malones en busca de ganado marcado, generando conflictividad, y debían ser resueltas con la
intervención del liderazgo de Artigas, como se explica en párrafos anteriores.

Concluyendo: como se ha ejemplificado con los casos expuestos por la selección de autores,
los sectores de la plebe analizados eran heterogéneos tanto en intereses como en medios planteados
para lograr sus objetivos, actores sociales de presión urbana como los plebeyos porteños, con
rebeliones de motivación tanto sectorizada como altruista como la de los esclavos mendocinos,
siendo parte de las montoneras defensoras de la frontera Norte, los gauchos de Güemes o integrando
el inclusivo Ejercito Artiguista, están todos unidos en su carácter de desposeídos, infelices y su
distancia con los estamentos de toma de decisiones, pero la cohesión y prístino del planteo de sus
necesidades los aglutina en una fuerza decisiva y protagónica en los escenarios de los primeros años
de la Revolución.

Bibliografía.

BRAGONI, Beatriz, “Esclavos, libertos y soldados: la cultura política plebeya en Cuyo durante la
revolución”, en Fradkin, Raúl, edit., ¿y el pueblo donde está? Contribuciones para una historia
popular de la revolución de independencia en el Rio de la Plata, Buenos Aires, Prometeo, 2008 pp.
107-150.

DI MEGLIO, Gabriel, “Un nuevo actor para un nuevo escenario: la participación política de la plebe
urbana en Buenos Aires en la década de la revolución (1810-1820)”, en Revista del instituto
Ravignani, N°24, 2001.

FREGA, Ana, “Los infelices y el carácter popular de la revolución Artiguista”, en Fradkin, Raúl,
edit., ¿y el pueblo donde está? Contribuciones para una historia popular de la revolución de
independencia en el Rio de la Plata, Buenos Aires, Prometeo, 2008 pp.151-174.
MATA, Sara, “Movilización rural y liderazgos. Salta en la guerra de independencia”, en Paginas,
Revista digital de la Escuela de Historia, Año 2, N°3, Universidad Nacional de Rosario, 2010.

RATTO, Silvia.”Los indios y la revolución en el Rio de la Plata. El proceso independentista entre los
indígenas soberanos de Pampa y Chaco”, en Bragoni, B. y Mata, S., Entre la colonia y la republica.
Insurgencias, rebeliones y cultura política en América del Sur, Buenos Aires, Prometeo, 2008,
pp.143-168.

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