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Historia de la Filosofía

Filosofía Medieval
Santo Tomás de Aquino

1. Contenidos para la EBAU:............................................................................................................................................. 2

2. Introducción.................................................................................................................................................................... 2

2.1 Breve biografía de Santo Tomás..................................................................................................................... 2

2.2 Principales obras de Santo Tomás ................................................................................................................. 3

2.3 Contexto histórico-filosófico ........................................................................................................................... 3

2.4 Ideas generales sobre la filosofía de Santo Tomás ...................................................................................... 5

3. Texto de Santo Tomás................................................................................................................................................... 6

3.1 Texto para la selectividad ................................................................................................................................ 6

3.2 Ejemplos de textos de exámenes de selectividad y ejemplos de resumen............................................... 8

4. TEMA: Las vías y su estructura lógica ...................................................................................................................... 10

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1. Contenidos para la EBAU:

1. Resumen
2. Tema (síntesis teórica o doctrinal): Las vías y su estructura
lógica

2. Introducción

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2.1 Breve biografía de Santo Tomás

Tomás de Aquino nació en el castillo de Roccasecca, cerca de


Aquino, en el año 1225, en el seno de una numerosa y noble familia
italiana. Recibió su primera educación, a partir de los cinco años, en la
abadía de Montecasino, de la que era abad su tío, permaneciendo en el
monasterio hasta 1239, cuando el emperador Federico II decretó la
expulsión de los monjes. Allí realizó los estudios ordinarios de
gramática, latín, música, moral y religión.
A finales de 1239 se dirigió a la universidad de Nápoles para
continuar sus estudios, permaneciendo en dicha ciudad hasta 1244, año
en que, sintiéndose atraído por la vida de los frailes dominicos que
había conocido en un convento de Nápoles, ingresó en la orden como novicio. La decisión no fue del agrado de su familia,
que hubiera preferido que Santo Tomás sucediera a su tío al frente de la abadía de Montecasino. Enterada de que Tomás
se iba a dirigir a Bolonia para participar en un capítulo general de la orden, y que posteriormente sería enviado a París
para continuar sus estudios, fue raptado por sus hermanos y retenido por ellos durante más de un año en el castillo de
Roccasecca, con la intención de disuadirlo de su ingreso definitivo en la orden,
cosa que no consiguieron dejándole, finalmente, cumplir su voluntad. Se dirigió
posteriormente a París, probablemente en el verano de 1245.
En París permaneció hasta 1248, como estudiante, ganándose
rápidamente la confianza de San Alberto Magno quien se sintió atraído por las
grandes posibilidades intelectuales de su discípulo. En 1248 se dirigió a
Colonia, con San Alberto, quien iba a fundar una casa de estudios para la
orden. En Colonia permaneció con él hasta 1252, regresando a París para
continuar sus estudios, recibiendo su
licenciatura (licencia para enseñar en la
Facultad de Teología) en 1256, siendo
nombrado Magister ese mismo año,
ocupando su cátedra hasta el 1259.
En 1259 se trasladó a Italia, donde
permaneció hasta 1268, con el encargo de
enseñar teología en la Corte pontificia. A lo
largo de estos años residió en varias ciudades italianas, siendo invitado a dar
conferencias en las universidades de Nápoles y Bolonia. En esta época conoce, entre
otros personajes ilustres, a Guillermo de Moerbeke, el famoso traductor de las obras de
Aristóteles, quien puso a su disposición varias de sus traducciones, entre ellas algunas
que se encontraba prohibidas en la época (De Anima, De Sensu et Sensato y De
Memoria et Reminiscentia) y que Santo Tomás comentará, junto con otras obras de Aristóteles como la Física y la
Metafísica. En 1268 regresa a París, impartiendo su magisterio hasta 1272, en medio de numerosas polémicas
provocadas tanto por los ataques contra y entre las órdenes religiosas, como por las controversias suscitadas por los
averroistas latinos, quienes, encabezados por Siger de Brabante, habían copado la facultad de Artes modificando
sustancialmente las enseñanzas aristotélicas que San Alberto y el mismo Santo Tomás habían anteriormente introducido
en dicho facultad.
Después de una polémica actividad regresa a Nápoles el año 1272, con el encargo de establecer una casa de
estudios (studium generale), donde abandona totalmente su actividad docente y de autor, encontrándose frecuentemente
arrebatado por experiencias místicas que le absorben por completo. Permanecerá allí hasta 1274, muriendo en el
transcurso del viaje iniciado ese año para dirigirse de Nápoles a Lyon, donde iba a celebrarse un concilio convocado por
el papa Gregorio X.

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2.2 Principales obras de Santo Tomás

Santo Tomás escribe su obra entre 1252 y 1272. En esos veinte años desarrolla una ingente actividad productiva
cuya máxima expresión es la "Suma Teológica", pero que está plagada de numerosas y pequeñas obras en forma de
comentarios, "cuestiones libres" y "cuestiones disputadas".

1) Obras escritas o iniciadas durante su estancia en París (1252-1259):

- "De ente et essentia". (Sobre el ente y la esencia) . Escrito en París antes de ser maestro en Teología. Una pequeña
obra fundamental para conocer la teoría del ser de Sto. Tomás.
- "De principiis naturae". (Sobre los principios de la naturaleza). Consideraciones sobre la naturaleza basadas en los
libros I y II de la Física de Aristóteles.
- "De Veritate". (Cuestión disputada sobre la verdad).
- "Suma Contra Gentiles". (Comenzada en París)

2) Obras escritas durante su estancia en Italia entre los años 1259-1268:

- "De Potentia". Cuestión disputada sobre la potencia.


- "De Malo". Cuestiones disputadas sobre el mal.
- Comienza la "Suma Teológica".
- "De Spiritualibus Creaturis". (Sobre las criaturas espirituales).
- "Sententia super De Anima". (Comentario al "De Anima" de Aristóteles).

3) Obras escritas en París, entre los años 1269-1272:

- "Sententia libri Politicorum". (Comentario a la "Política" de Aristóteles).


- "Sententia super Metaphysicam". (Comentario a la "Metafísica" de Aristóteles).
- "Sententia super Meteora". (Comentario a los "Meteoros" de Aristóteles".
- "Compendium theologiae". (Compendio de teología). (París o Nápoles).
-"De unitate intellectus contra Averroistas". (Sobre la unidad del intelecto contra los averroístas).
- "Quodlibet" 3, 4, 5, 6 y 12.
- "Sententia super Physicam". (Comentario a la "Física" de Aristóteles).
- "Sententia super Peri hermenias". (Comentario a la obra de Aristóteles "Sobre la interpretación").
- "Sententia libri Ethicorum". (Comentario a la "Ética Nicomáquea" de Aristóteles).
- "De aeternitate mundi contra murmurantes". (Sobre la eternidad del mundo contra los murmurantes).
- "Epistola ad comitissam Flandriae (de regimine judaeorum)". (Sobre cómo los príncipes cristianos deben tratar a los
judíos).
- "De sortibus". (Sobre el azar).
- "De substantiis separatis (o De angelis)".( Acerca de las sustancias separadas, o Acerca de los ángeles).
- Comienza la 3ª Pars de la Suma Teológica.

4) Obras escritas en Nápoles entre los años 1272-1274:

- Santo Tomás escribe la parte restante de la 3ª parte de la Suma teológica.


- "Sententia de caelo et mundo". (Comentario al "De Caelo et Mundo" de Aristóteles).
- "Sententia super libros De generatione et corruptione". (Comentario al "De generatione et corruptione" de Aristóteles).

2.3 Contexto histórico-filosófico

Contexto histórico, sociocultural y filosófico de Tomás de Aquino: La Edad Media

Llamamos Edad Media al periodo de la historia que comienza con la caída del imperio romano de occidente, el
año 476, y termina en el siglo XV (para unos, tomando como referencia la conquista de Constantinopla por los turcos en
1453; para otros, el descubrimiento de América en 1492). La Edad
Media se suele dividir, a su vez, en dos periodos: la llamada Alta
Edad Media, entre los siglos V y X, y la Baja Edad Media, de los
siglos XI a XV.
Tras la caída del Imperio Romano occidental, se produce
una lenta evolución que conducirá a Europa hacia el feudalismo. La
práctica desaparición de la actividad comercial provocará la
ruralización y el empobrecimiento de la población, así como su
disminución. En este cambio adquiere una especial relevancia el
desarrollo del islamismo ya que, a partir del siglo VIII, el control de las

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rutas comerciales del mediterráneo queda bajo su hegemonía, lo que provocará el desplome de la actividad comercial de
los países cristianos, con el consiguiente abandono de las ciudades costeras, reduciéndose la actividad económica a la
propia de una agricultura de subsistencia.
El feudalismo se caracterizará por el desarrollo de una actividad económica centrada en la explotación agrícola
de subsistencia y la organización social en tres clases: "laboratores", "oratores" y "bellatores" (trabajadores, clérigos y
guerreros). El poder político se disputa entre el clero y los señores de la guerra, lo que constituirá una de las
características de la Edad Media: las luchas entre el papado y los poderes civiles por el ejercicio y control del poder
político.

A lo largo del siglo XI los burgos (fortalezas militares) y las ciudades (sedes episcopales) se irán perfilando como
centros administrativos y políticos sobre los que se irá asentando de nuevo el desarrollo del comercio. Así, a las
tradicionales clases de los monjes, caballeros y campesinos se irán sumando los artesanos y los burgueses, afincados en
las ciudades. Las ciudades se revitalizan y los comerciantes se agrupan en los burgos y las zonas marítimas donde se
encontraban los enclaves de las antiguas rutas comerciales.
Por otra parte, esta nueva clase de burgueses expresará su religiosidad creando cofradías adheridas a una
parroquia o convento, lo que se plasmará tanto en la buena acogida que las nuevas órdenes mendicantes, franciscanos y
dominicos, (afincadas en la ciudad y no en el campo) obtienen en las ciudades, como en la construcción de las catedrales
góticas del siglo XIII. El arte gótico, que se irradia al resto de Europa desde Francia, queda reflejado principalmente en la
arquitectura. Las catedrales de Chartres, Reims, Amiens, París y Beauvais son un claro exponente del gótico de la época
clásica.
Igualmente, el desarrollo de la cultura optará por cauces ajenos a
la formación clerical anterior, y se crearán las Escuelas municipales y las
Universidades. Entre las universidades, será la de París la que alcance
mayor prestigio, seguida por las de Bolonia y Oxford. En ellas, estudiantes
procedentes de toda Europa seguirán las enseñanzas de los profesores
más reputados de la época, en disciplinas como teología, derecho o
ciencias naturales. Otro aspecto destacable es la actividad de la
universidad de Oxford, de carácter científico-empirista, con Roberto
Grosseteste y Roger Bacon como destacados representantes. La actividad
cultural, por lo demás, a través de las escuelas de traductores, amplía su
campo de intereses y conocimientos, al rescatar una gran parte de la
producción grecolatina y árabe que había permanecido desconocida para
los europeos a lo largo de la Alta Edad Media. Serán, precisamente, por
ejemplo, las traducciones de la obra de Aristóteles de Guillermo de
Moerbeke, directamente del griego al latín, las que utilice Santo Tomás
para acceder al conocimiento del pensamiento de su maestro e inspirador
en filosofía.

La actividad
filosófica, con el auge de
las universidades,
abandona definitivamente
el entorno eclesiástico y
los problemas que les ocupan empiezan a trascender el marco teológico
para ir dejando paso a la autonomía de una razón que se reclama capaz
de tratar las cuestiones filosóficas. Una muestra de ello será el declive de
las posiciones agustinianas en el mismo seno de la Iglesia, sustituidas
rápidamente por las nuevas posiciones de Alberto Magno y Santo Tomás
de Aquino, inspiradas en la filosofía aristotélica, cuyo avance es una de
las características de la filosofía en el siglo XIII. Entre los defensores de
posiciones aristotélicas
radicales destacarán los
llamados averroístas
latinos. Será precisamente
en la universidad de París
en donde tengan lugar los más acerbos enfrentamientos entre las
posiciones defendidas por unos y otros.
En la difusión y aceptación del pensamiento de Aristóteles habría
que destacar la actividad de los filósofos cordobeses Averroes y
Maimónides. Averroes, con sus comentarios a las obras de Aristóteles se
convertirá en el filósofo de referencia de los aristotélicos, incluido santo
Tomás. Por su parte, Maimónides, con la Guía de descarriados, en la que
se propone asentar las creencias judías sobre bases aristotélicas,
adoptará posiciones sobre la relación entre la razón y la fe similares a las
de Santo Tomás.

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La relación entre la razón y la fe:

La relación del cristianismo con la filosofía viene determinada por el


predominio de la fe sobre la razón. Sin embargo, esa relación de dependencia
será modificada por santo Tomás de Aquino. A lo largo del siglo XIII, el
desarrollo de la averroísmo en la teoría de la "doble verdad", según la cual
habría una verdad para la teología y una verdad para la filosofía,
independientes una de otra, y cada una con su propio ámbito de aplicación y
de conocimiento. La verdad de la razón puede coincidir con la verdad de la fe,
o no. Santo Tomás rechazará esta teoría, insistiendo en la existencia de una
única verdad, que puede ser conocida desde la razón y desde la fe. Sin
embargo, reconoce la particularidad y la independencia de esos dos campos,
por lo que cada una de ellas tendrá su objeto y método propio de conocimiento.
La filosofía se ocupará del conocimiento de las verdades naturales, que
pueden ser alcanzadas por la luz natural de la razón; y la teología se ocupará
del conocimiento de las verdades reveladas, de las verdades que sólo puede
ser conocidas mediante la luz de la revelación divina. Ello supone una
modificación sustancial de la concepción tradicional (agustiniana) de las
relaciones entre la razón y la fe. La filosofía, el ámbito propio de aplicación de
la razón deja, en cierto sentido, de ser la "sierva" de la teología, al reconocerle
un objeto y un método propio de conocimiento.

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2.4 Ideas generales sobre la filosofía de Santo Tomás

La metafísica tomista

Los elementos aristotélicos:

La "Suma Teológica" se considera la obra cumbre de santo


Tomás, quien comienza en ella su discurso planteando el problema
teológico de la existencia de Dios. No obstante, la demostración de la
existencia de Dios y otras cuestiones teológicas están sometidas a
determinados presupuestos metafísicos que es necesario conocer. La
mayor parte de la metafísica tomista procede de Aristóteles, aunque
también hay elementos procedentes del platonismo agustiniano y de la
filosofía árabe.
Al igual que para Aristóteles, para Santo Tomás la metafísica es
la ciencia del "ente en cuanto ente" y, como tal, la ciencia de las primeras
causas y principios del ser. Al igual que Aristóteles aceptará, pues, la
teoría de las cuatro causas, la teoría de la sustancia y la teoría del acto y
la potencia

La teoría de las cuatro causas:

En el libro I de la Metafísica, después de haber identificado el verdadero


saber con el conocimiento de las causas del ser, Aristóteles nos
presentaba las cuatro causas de las que ya nos había hablado en la
Física. Santo Tomás de Aquino aceptará y adoptará la formulación
aristotélica de la teoría de las cuatro causas: la causa material, aquello de
que está hecha una cosa; la causa formal, lo que es una cosa; la causa
eficiente, el agente que la produce; y la causa final, el para qué de una
cosa.

La teoría de la sustancia:

Igualmente la sustancia es identificada con la entidad concreta y particular, constituida por un compuesto indisoluble de
materia y forma. En cuanto tal, es el modo privilegiado de ser, el sujeto en el que se dan los accidentes, las formas de ser
que no son sujeto sino que se dan en un sujeto. Acepta, por lo tanto, la misma ordenación de las categorías accidentales
que Aristóteles: cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, estado, acción y pasión.

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La teoría del acto y la potencia:

También con Aristóteles compartirá la distinción entre ser en acto y ser en potencia. Por ser en acto se refiere,
con Aristóteles, a la sustancia tal como en un momento determinado se nos presenta y la conocemos; por ser en potencia
entiende el conjunto de capacidades o posibilidades de la sustancia para llegar a ser algo distinto de lo que actualmente
es. Un niño tiene la capacidad de ser hombre: es, por lo tanto, un niño en acto, pero un hombre en potencia. Es decir, no
es un hombre, pero puede llegar a serlo.

Los elementos platónicos:

Santo Tomás recurre a la teoría neoplatónica de los grados del ser, estableciendo una jerarquía que va de los
seres inanimados a Dios, pasando por los seres vegetativos, los sensitivos y los racionales, en el mundo material, y por
los ángeles en las esferas celestes. Recurre también a las teorías platónicas de la participación y la causalidad ejemplar:
los seres contingentes reciben la existencia de Dios, por lo que su existencia participa de alguna manera de la existencia
de Dios, el único ser necesario, lo que conduce a Sto. Tomás a similares dificultades a las que la teoría de la participación
había conducido a Platón, aunque ahora en un plano más estrictamente teológico.

La tradición teológica y el tomismo:

Santo Tomás se encontrará con un amplio desarrollo del pensamiento


filosófico (aún al servicio de la fe) y con una nueva explicación de la realidad (el
aristotelismo) conocida como "averroísmo latino". Hasta entonces la filosofía se
había mantenido en el marco de la tradición platónica, en un intento de fusión
del platonismo con el cristianismo por San Agustín. Santo Tomás romperá
parcialmente con dicha tradición adoptando el aristotelismo como base de su
pensamiento filosófico.
Romperá también con la tradición al adoptar una nueva postura
respecto a las relaciones entre razón y fe. La filosofía no será concebida ya
como la "criada de la teología". Para Santo Tomás la razón tiene su propio
ámbito de aplicación,
al igual que ocurre con
la fe. Y, cada una en
su dominio, es
soberana. Establece, pues, una distinción clara entre razón y fe,
entre filosofía (dominio de la razón) y teología (dominio de la fe)
tanto en virtud de su método, como por su objeto de estudio y su
ámbito de aplicación. Pero tampoco excluye la colaboración
entre ambas, y aún una cierta sumisión de la razón a la fe en las
cuestiones en que la razón no pueda definirse.
Por lo que respecta la existencia de Dios Santo Tomás
afirma que no es una verdad evidente por lo que, quienes la
afirmen, deberán probarla. Pero, ¿qué tipo de
demostración hemos de elegir? Para santo Tomás debemos
partir del conocimiento que proporciona la experiencia y
remontarnos a su causa. Por ello desarrollará sus cinco pruebas
de la existencia de Dios a partir siempre de la experiencia
sensible, la primera, pero no la única, forma de experiencia que
el hombre conoce.

3. Texto de Santo Tomás

3.1 Texto para la selectividad

“¿Existe o no existe Dios?

Objeciones por las que parece que Dios no existe:

1. Si uno de los contrarios es infinito, el otro queda totalmente anulado. Esto es lo que sucede con el nombre
Dios al darle el significado de bien absoluto. Pues si existiese Dios, no existiría ningún mal. Pero el mal se da
en el mundo. Por lo tanto, Dios no existe.

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2. Más aún. Lo que encuentra su razón de ser en pocos principios, no se busca en muchos. Parece que todo
lo que existe en el mundo, y supuesto que Dios no existe, encuentra su razón de ser en otros principios; pues
lo que es natural encuentra su principio en la naturaleza; lo que es intencionado lo encuentra en la razón y
voluntad humanas. Así, pues, no hay necesidad alguna de acudir a la existencia de Dios.

En cambio está lo que se dice en Éxodo 3,14 de la persona de Dios. Yo existo.

Solución. Hay que decir: La existencia de Dios puede ser probada de cinco maneras distintas.

1) La primera y más clara es la que se deduce del movimiento. Pues es cierto, y lo perciben los sentidos, que
en este mundo hay movimiento. Y todo lo que se mueve es movido por otro. De hecho nada se mueve a no
ser que, en cuanto potencia, esté orientado a aquello por lo que se mueve. Por su parte, quien mueve está en
acto. Pues mover no es más que pasar de la potencia al acto. La potencia no puede pasar a acto más que por
quien está en acto. Ejemplo: El fuego, en acto caliente, hace que la madera, en potencia caliente, pase a
caliente en acto. De este modo la mueve y cambia. Pero no es posible que una cosa sea lo mismo
simultáneamente en potencia y en acto; sólo lo puede ser respecto a algo distinto. Ejemplo: Lo que es
caliente en acto, no puede ser al mismo tiempo caliente en potencia, pero sí puede ser en potencia frío.
Igualmente, es imposible que algo mueva y sea movido al mismo tiempo, o que se mueva a sí mismo. Todo lo
que se mueve, necesita ser movido por otro. Pero si lo que es movido por otro se mueve, necesita ser movido
por otro, y éste por otro. Este proceder no se puede llevar indefinidamente, porque no se llegaría al primero
que mueve, y así no habría motor alguno pues los motores intermedios no mueven más que por ser movidos
por el primer motor. Ejemplo: un bastón no mueve nada si no es movido por la mano. Por lo tanto, es
necesario llegar a aquel primer motor al que nadie mueve. En éste, todos reconocen a Dios.

2) La segunda es la que se deduce de la causa eficiente. Pues nos encontramos que en el mundo sensible
hay un orden de causas eficientes. Sin embargo, no encontramos, ni es posible, que algo sea causa eficiente
de sí mismo, pues sería anterior a sí mismo, cosa imposible. En las causas eficientes no es posible proceder
indefinidamente porque en todas las causas eficientes hay orden: la primera es causa de la intermedia; y
ésta, sea una o múltiple, lo es de la última. Puesto que, si se quita la causa, desaparece el efecto, si en el
orden de las causas eficientes no existiera la primera, no se daría tampoco ni la última ni la intermedia. Si en
las causas eficientes llevásemos hasta el infinito este proceder, no existiría la primera causa eficiente; en
consecuencia no habría efecto último ni causa intermedia; y esto es algo absolutamente falso. Por lo tanto, es
necesario admitir una causa eficiente primera. Todos la llaman Dios.

3) La tercera es la que se deduce a partir de lo posible y de lo necesario. Y dice: Encontramos que las cosas
pueden existir o no existir, que pueden ser producidas o destruidas, y consecuentemente es posible que
existan o que no existan. Es imposible que las cosas sometidas a tal posibilidad existan siempre, pues lo que
lleva en sí mismo la posibilidad de no existir, en un tiempo no existió. Si, pues, todas las cosas llevan en sí
mismas la posibilidad de no existir, hubo un tiempo en que nada existió. Pero si esto es verdad, tampoco
ahora existiría nada, puesto que lo que no existe no empieza a existir más que por algo que ya existe. Si,
pues, nada existía, es imposible que algo empezara a existir; en consecuencia, nada existiría; y esto es
absolutamente falso. Luego no todos los seres son sólo posibilidad; sino que es preciso algún ser necesario.
Todo ser necesario encuentra su necesidad en otro, o
no la tiene. Por otra parte, no es posible que en los seres necesarios se busque la causa de su necesidad
llevando este proceder indefinidamente, como quedó probado al tratar las causas eficientes (núm. 2). Por lo
tanto, es preciso admitir algo que sea absolutamente necesario, cuya causa de su necesidad no esté en otro,
sino que él sea causa de la necesidad de los demás. Todos le dicen Dios.

4) La cuarta se deduce de la jerarquía de valores que encontramos en las cosas. Pues nos encontramos que
la bondad, la veracidad, la nobleza y otros valores se dan en las cosas. En unas más y en otras menos. Pero
este más y este menos se dice de las cosas en cuanto que se aproximan más o menos a lo máximo. Así,
caliente se dice de aquello que se aproxima más al máximo calor. Hay algo, por tanto, que es muy veraz, muy
bueno, muy noble; y, en consecuencia, es el máximo ser; pues las cosas que son sumamente verdaderas,
son seres máximos, como se dice en II Metaphys. Como quiera que en cualquier género, lo máximo se
convierte en causa de lo que pertenece a tal género -así el fuego, que es el máximo calor, es causa de todos
los calores, como se explica en el mismo libro-, del mismo modo hay algo que en todos los seres es causa de
su existir, de su bondad, de cualquier otra perfección. Le llamamos Dios.

5) La quinta se deduce a partir del ordenamiento de las cosas. Pues vemos que hay cosas que no tienen
conocimiento, como son los cuerpos naturales, y que obran por un fin. Esto se puede comprobar observando
cómo siempre o a menudo obran igual para conseguir lo mejor. De donde se deduce que, para alcanzar su
objetivo, no obran al azar, sino intencionadamente. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin sin
ser dirigidas por alguien con conocimiento e inteligencia, como la flecha por el arquero. Por lo tanto, hay
alguien inteligente por el que todas las cosas son dirigidas al fin. Lo llamamos Dios.

Respuesta a las objeciones:


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1. A la primera hay que decir: Escribe Agustín en el Enchiridio: Dios, por ser el bien sumo, de ninguna manera
permitiría que hubiera algún tipo de mal en sus obras, a no ser que, por ser omnipotente y bueno, del mal
sacara un bien. Esto pertenece a la infinita bondad de Dios, que puede permitir el mal para sacar de él un
bien.

2. A la segunda hay que decir: Como la naturaleza obra por un determinado fin a partir de la dirección de
alguien superior, es necesario que las obras de la naturaleza también se reduzcan a Dios como a su primera
causa. De la misma manera también, lo hecho a propósito es necesario reducirlo a alguna causa superior que
no sea la razón y voluntad humanas; puesto que éstas son mudables y perfectibles. Es preciso que todo lo
sometido a cambio y posibilidad sea reducido a algún primer principio inmutable y absolutamente necesario,
tal como ha sido demostrado (sol.)” (Tomás de Aquino, Suma de Teología, I, q. 2, artículo 3, trad. J. Martorell
Capó, Madrid, B.A.C., 1994, pp. 110-113).

3.2 Ejemplos de textos de exámenes de selectividad y ejemplos de resumen

Texto 1 selectividad junio 2013

“4) La cuarta se deduce de la jerarquía de valores que encontramos en las cosas (...). Como quiera que en cualquier
género, lo máximo se convierte en causa de lo que pertenece a tal género - así el fuego, que es el máximo calor, es causa
de todos los calores, como se explica en el mismo libro-, del mismo modo hay algo que en todos los seres es causa de su
existir, de su bondad, de cualquier otra perfección. Le llamamos Dios.
5) La quinta se deduce a partir del ordenamiento de las cosas. Pues vemos que hay cosas que no tienen conocimiento,
como son los cuerpos naturales, y que obran por un fin. Esto se puede comprobar observando cómo siempre o a menudo
obran igual para conseguir lo mejor. De donde se deduce que, para alcanzar su objetivo, no obran al azar, sino
intencionadamente. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin sin ser dirigidas por alguien con conocimiento
e inteligencia, como la flecha por el arquero. Por lo tanto, hay alguien inteligente por el que todas las cosas son dirigidas al
fin. Le llamamos Dios” (Santo Tomás de Aquino, Suma de Teología).
Texto 3 selectividad septiembre 2011

“Si en las causas eficientes llevásemos hasta el infinito este proceder, no existiría la primera causa eficiente; en
consecuencia no habría efecto último ni causa intermedia; y esto es algo absolutamente falso. Por lo tanto, es necesario
admitir una causa eficiente primera. Todos la llaman Dios.
La tercera es la que se deduce a partir de lo posible y de lo necesario. Y dice: Encontramos que las cosas pueden existir o
no existir, que pueden ser producidas o destruidas, y consecuentemente es posible que existan o que no existan. Es
imposible que las cosas sometidas a tal posibilidad existan siempre, pues lo que lleva en sí mismo la posibilidad de no
existir, en un tiempo no existió. Si, pues, todas las cosas llevan en sí mismas la posibilidad de no existir, hubo un tiempo
en que nada existió. Pero si esto es verdad, tampoco ahora existiría nada, puesto que lo que no existe no empieza a
existir más que por algo que ya existe. Si, pues, nada existiría, es imposible que algo empezara a existir; en
consecuencia, nada existiría; y esto es absolutamente falso. Luego no todos los seres son sólo posibilidad; sino que es
preciso algún ser necesario. Todo ser necesario encuentra su necesidad
en otro, o no la tiene. Por otra parte, no es posible que en los seres necesarios se busque la causa de su necesidad
llevando este proceder indefinidamente, como quedó probado al tratar las causas eficientes (núm. 2). Por lo tanto, es
preciso admitir algo que sea absolutamente necesario, cuya causa de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa
de la necesidad de los demás. Todos le dicen Dios.” (STO. TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología ).

Texto 4 selectividad septiembre 2010

“ARTICULO 3. ¿Existe o no existe Dios?


Objeciones por las que parece que Dios no existe:
1. Si uno de los contrarios es infinito, el otro queda totalmente anulado. Esto es lo que sucede con el nombre Dios al darle
el significado de bien absoluto. Pues si existiese Dios, no existiría ningún mal. Pero el mal se da en el mundo. Por lo tanto,
Dios no existe.
2. Más aún. Lo que encuentra su razón de ser en pocos principios, no se busca en muchos. Parece que todo lo que existe
en el mundo, y supuesto que Dios no existe, encuentra su razón de ser en otros principios; pues lo que es natural
encuentra su principio en la naturaleza; lo que es intencionado lo encuentra en la razón y voluntad humanas. Así, pues, no
hay necesidad alguna de acudir a la existencia de Dios.
En cambio está lo que se dice en Éxodo 3,14 de la persona de Dios. Yo existo” (SANTO TOMÁS DE AQUINO, Suma de
Teología).

Ejemplo de resumen:
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Texto:
“4) La cuarta se deduce de la jerarquía de valores que encontramos en las cosas (...). Como quiera que en cualquier
género, lo máximo se convierte en causa de lo que pertenece a tal género - así el fuego, que es el máximo calor, es causa
de todos los calores, como se explica en el mismo libro-, del mismo modo hay algo que en todos los seres es causa de su
existir, de su bondad, de cualquier otra perfección. Le llamamos Dios.
5) La quinta se deduce a partir del ordenamiento de las cosas. Pues vemos que hay cosas que no tienen conocimiento,
como son los cuerpos naturales, y que obran por un fin. Esto se puede comprobar observando cómo siempre o a menudo
obran igual para conseguir lo mejor. De donde se deduce que, para alcanzar su objetivo, no obran al azar, sino
intencionadamente. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin sin ser dirigidas por alguien con conocimiento
e inteligencia, como la flecha por el arquero. Por lo tanto, hay alguien inteligente por el que todas las cosas son dirigidas al
fin. Le llamamos Dios” (Santo Tomás de Aquino, Suma de Teología).

Resumen (mío)

En este fragmento, que pertenece al artículo tercero de la segunda cuestión de la primera parte
de su obra Suma de teología, Santo Tomás de Aquino aborda el problema de la existencia de Dios, en Tema
particular, a través de dos de sus demostraciones, a saber, la cuarta y la quinta vía.
En primer lugar tenemos la cuarta vía en la que Santo Tomás deduce la existencia de Dios como
ser perfectísimo. Para ello el autor argumenta que podemos observar distintos grados de perfección en
todo lo que existe y que estos grados se determinan en función de un máximo que los causa. A este
máximo lo identifica con Dios. En segundo lugar encontramos la quinta vía en la que Santo Tomás Ideas
deduce la existencia de Dios en tanto que inteligencia ordenadora del universo. Para ello el autor parte de
del hecho de que la naturaleza actúa como si estuviera dirigida hacia el cumplimiento de un determinado
fin. Dado que no podemos atribuir a la naturaleza inteligencia en sentido estricto, Santo Tomás considera
que es Dios el que imprime a la naturaleza la capacidad de realizar dicho comportamiento teleológico.
Mediante estas ideas Santo Tomás pretende contribuir a la solución de uno de los problemas
más importantes que se debatían en la Edad Media, a saber, si Dios existe o no. Para ello, desarrolla una Relación
argumentación filosófica racional que parte de la observación de los fenómenos sensibles hasta llegar a de ideas
explicar su último fundamento en Dios, como vemos en las dos vías que recoge el texto.

Texto:

“Objeciones por las que parece que Dios no existe:


1. Si uno de los contrarios es infinito, el otro queda totalmente anulado. Esto es lo que sucede con el nombre Dios al darle
el significado de bien absoluto. Pues si existiese Dios, no existiría ningún mal. Pero el mal se da en el mundo. Por lo tanto,
Dios no existe (...)
En cambio está lo que se dice en Éxodo 3,14 de la persona de Dios. Yo existo.
Solución. Hay que decir: La existencia de Dios puede ser probada de cinco maneras distintas (...)
La quinta se deduce a partir del ordenamiento de las cosas. Pues vemos que hay cosas que no tienen conocimiento,
como son los cuerpos naturales, y que obran por un fin. Esto se puede comprobar observando cómo siempre o a menudo
obran igual para conseguir lo mejor. De donde se deduce que, para alcanzar su objetivo, no obran al azar, sino
intencionadamente. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin sin ser dirigidas por alguien con conocimiento
e inteligencia, como la flecha por el arquero. Por lo tanto, hay alguien inteligente por el que todas las cosas son dirigidas al
fin. Lo llamamos Dios.
Respuesta a las objeciones:
1. A la primera hay que decir: Escribe Agustín en el Enchiridio: Dios, por ser el bien sumo, de ninguna manera permitiría
que hubiera algún tipo de mal en sus obras, a no ser que, por ser omnipotente y bueno, del mal sacara un bien. Esto
pertenece a la infinita bondad de Dios, que puede permitir el mal para sacar de él un bien” (Santo Tomás de Aquino,
Suma de Teología)

Resumen (de la guía):

El problema que el texto plantea es si existe o no Dios, pues se parte de una seria objeción, que
no es de Santo Tomás, sino que podrían plantar razonablemente muchas personas. Tema
El autor afirma después que la existencia de Dios se puede probar de cinco modos y se expone
aquí el quinto, basado en la finalidad y orden que hay en el mundo. Hay seres carentes de inteligencia Ideas
que obran persiguiendo un fin y eso sólo puede explicarse por una causa inteligente que las dirija; a ésta
llamamos Dios.
Pero el texto comienza como decíamos, con una dificultad: la existencia del mal parece
contradecir la de Dios (Bien absoluto), pues un contario infinito anularía al otro. La respuesta de Santo Relación
Tomás a esa objeción se apoya en San Agustín y considera que el mal no se opone radicalmente al bien de ideas
y que Dios lo permite para sacar de él un bien mayor.
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4. TEMA: Las vías y su estructura lógica

Las cinco vías de Santo Tomás son cinco argumentos para demostrar que Dios existe. A lo largo de su vida,
Santo Tomás trató muchas veces este el problema, por ejemplo, en el libro 1º de la Suma contra gentiles, pero el texto
más famoso, que ahora comentamos, pertenece a la Suma teológica. La cuestión de la existencia de Dios pertenece a la
primera parte de esta obra. En la cuestión primera de esta parte Santo Tomás comienza explicando qué es la teología. En
la cuestión segunda trata el problema fundamental de la teología: si hay Dios. Esta cuestión se desarrolla en tres
artículos. En el artículo primero, Santo Tomás se pregunta si la existencia de Dios es o no evidente y concluye que no lo
es y que puede ser objeto de demostración. En el artículo argumenta que tal existencia es demostrable racionalmente. En
el artículo tercero, al que pertenece el texto, expone cinco argumentos a favor de que Dios existe, llamadas habitualmente
vías para la demostración de la existencia de Dios.
Respecto a los dos artículos anteriores al tercero lo más importante es la distinción que Santo Tomás introduce
entre demostración quia (del efecto a la causa) y demostración propter quid (deducción a partir de la esencia o concepto
de algo). Para este segundo tipo de demostración es necesario conocer qué es algo, su esencia, para derivar otro
conocimiento sobre ese algo. Para Santo Tomás este tipo de demostración no es posible acerca de la existencia de Dios
porque no tenemos un conocimiento suficiente de su esencia. Así, Santo Tomás rechaza el argumento ontológico de San
Anselmo de Canterbury, en se concluye que Dios existe partiendo de su definición de como ser perfecto: Si Dios es
perfecto tiene que existir, porque si no, no sería perfecto. Sólo queda, pues, la demostración quia. Este tipo de
demostración tiene como presupuesto que existe el mundo, el cual tiene que tener una causa. De esta manera aparece la
cuestión de la causa última, que será identificada con Dios.
La Suma Teológica fue elaborada por Santo Tomás como un libro de texto para sus estudiantes de teología. Se
trata de un texto de 1266, cuando Santo Tomás se encuentra en un periodo de transición desde un agustinismo
avicenizado hacia un aristotelismo averroísta. Esto explica la presencia de elementos aristotélicos y platónicos en las vías.
Por ejemplo, la primera vía es aristotélica, ya que se basa la teoría del movimiento de Aristóteles, según la cual el
movimiento es el paso de la potencia al acto. La cuarta vía es platónica, ya que se basa en la idea causa tal como la
concibió Platón: lo máximamente perfecto es causa de los distintos grados de perfección que observamos en las cosas.
Asimismo en la tercera vía, encontramos conceptos de la filosofía de Avicena, como los de posible y necesario. A pesar
de estas influencias distintas, las cinco vías tienen una estructura lógica común que se resume en cuatro pasos:

1º Parten de la observación de un fenómeno sensible


2º afirman que el fenómeno tiene que tener una causa
3º niegan que la cadena de las causas pueda ser infinita
4º concluyen la existencia de una causa primera que se identifica con Dios

El primer paso es siempre algo que se constata por los sentidos. Dado que se trata de una argumentación quia
(del efecto a la causa), hay que partir de los efectos y luego buscar su causa. Los cinco fenómenos sensibles que Tomás
considera en cada una de las cinco vías son:
1ª vía: hay cosas que se mueven
2ª vía: hay orden en las causas
3ª vía: hay seres que nacen y mueren
4ª vía: hay grados de perfección en las cosas
5ª vía: hay orden en la naturaleza

En el segundo paso Santo Tomas observa que los fenómenos sensibles exigen una causa:
1ª vía: si hay algo en movimiento, tiene que haber algo que lo mueva
2ª vía: nada puede ser causa de sí mismo, sino que depende de otra causa
3ª vía: todo lo que comienza a existir necesita un agente que lo haga
4ª vía: los grados de perfección en las cosas remiten al grado máximo de perfección
5ª vía: el orden de la naturaleza tiene su causa en una inteligencia ordenadora

En el tercer paso afirma que la cadena de las causas no ser infinita, ya que si un efecto dependiera de infinitas
causas nunca llegaría a producirse. En el cuarto y último paso se llega a la conclusión de que debe existir un causa
primera. Esta causa es lo que llamamos Dios y en cada vía se concluye su existencia de distintos modos: en la primera
como causa del movimiento, en la segunda como causa eficiente, en la tercera como ser necesario, en la cuarta como ser
perfecto y en la quinta vía como inteligencia ordenadora del universo.
En conclusión podemos decir que, a pesar de las discusiones que puedan existir sobre si las vías son
argumentos válidos para la demostración de la existencia de Dios, son dignas de consideración, porque constituyen un
ejemplo del esfuerzo humano por transcender lo puramente empírico y justificar un principio suprasensible de todo lo real.

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