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Ciertamente, el concepto de oración ha sido uno de los que ha sufrido más variaciones, en
particular desde la aparición de la gramática generativista de Noam Chomsky en 1986. Al respecto
los autores Bartolo García Molina, Julio de los Santos y Rafael Núñez (2006) en su obra
Morfología funcional del español, aseguran que la oración es una de las nociones lingüísticas que
ofrecen más dificultad para su definición, pues ésta no se presta a una formulación conceptual
aceptada por todos, o por la mayoría de los lingüistas, debido a los múltiples aspectos que hay
que tomar en cuenta.
La oración representa una predicación en tanto que expresa algo de alguien.
Muchos están de acuerdo en destacar que la oración por sí misma expresa un mensaje con sentido
completo, ya palabra por palabra, ya por el soporte contextual. En este último caso, un simple “sí”
tiene sentido completo, si quien lo emplea responde a la pregunta: ¿Te gustaría tomar una taza de
té? Otros privilegian no el sentido completo, sino la independencia sintáctica, esto es, el hecho de
que no forme parte de una entidad lingüística superior. Y algunos estudiosos enfatizan la
estructura: es la palabra o conjunto de palabras que expresan un mensaje, en el cual los elementos
nucleares son el sujeto y el predicado.
• Desde el punto de vista semántico, la oración transmite un mensaje con sentido completo literal
o contextualmente.
• Desde el punto de vista sintáctico, la oración es independiente; es decir, no forma parte de otra
unidad gramatical.
• Toda oración posee un verbo conjugado que es el núcleo del predicado verbal, haya o no un
sujeto que realice o reciba la acción.
Desde esta perspectiva, no se hace una definición tajante de la oración, que en cualquier momento
podría ser refutada por dejar de lado una circunstancia de interés; sino que se verifica si comparte,
en mayor o menor grado, las características que se contemplan entre dichos aspectos.
Con frecuencia la oración consta de un sintagma nominal y un sintagma verbal que representan
al sujeto y al predicado, respectivamente.
• El tonto de mi amigo creyó todo al pie de la letra. (Sintagma nominal, también denominado
sujeto: El tonto de mi amigo. Sintagma verbal o predicado: creyó todo al pie de la letra.)
Para los académicos de la Nueva gramática básica de la lengua española (2011) las categorías
gramaticales – cita Orlando Muñoz (2012 p.175) en la segunda edición de su libro La lengua en
movimiento – constituyen “los paradigmas o los conjuntos en los que se agrupan las palabras de
acuerdo con sus propiedades morfológicas, sintácticas y semánticas”. Y “en tal sentido – continúa
Muñoz – se habla de que existen nueve categorías gramaticales o tipos de palabras, a saber:
nombres o sustantivos, adjetivos, determinantes, pronombres, verbos, adverbios, preposiciones,
conjunciones e interjecciones”.
Observa:
El perro guardián de mi hijo pequeño corre velozmente. (En este mensaje encontramos artículo,
sustantivo, adjetivo, preposición, determinante, otro sustantivo más otro adjetivo en el sintagma
nominal; un verbo y adverbio en el sintagma verbal. No hay conjunción ni interjección.)
Pan y agua fue nuestra comida durante el viaje. (Aquí tenemos un sintagma nominal formado
por dos sustantivos unidos por una conjunción; y un sintagma verbal constituido por verbo,
adjetivo posesivo, sustantivo, adverbio, artículo y otro sustantivo.)
Ah, claro, seré discreta. (En esta encontramos dos interjecciones: una propia -Ah- y otra
impropia – claro - además de un verbo y un adjetivo que constituyen entre ambos un predicativo).
La interjección es una categoría muy particular, “no desempeña ningún papel en la oración, pero
está agregada a ella y le añade sus contenidos expresivos, según afirma Manuel Seco (2011,
p.310). Como el adverbio, no concuerda con ningún otro elemento, pero por sí misma puede
constituir un mensaje completo en la forma de oración unimembre.
• ¡Adiós!
• ¡Ojalá!
• ¡Diablos!
Es válido destacar una vez más que la oración puede ser gramaticalmente completa o
contextualmente completa.
En esta oración cualquier hablante entiende que la hija expresó el siguiente mensaje: “Por
supuesto que puedo pasarte esas flores, querida mamá”, excepto si ha llegado tarde a la
conversación, y no escuchó el pedido de la madre.
Cuando la oración tiene sujeto y predicado, se denomina bimembre; si solo tiene uno de los dos,
es unimembre. Particularmente en la comunicación oral, se emplean con profusión las oraciones
unimembres, a diferencia de la forma escrita donde predominan las bimembres.
Las oraciones unimembres expresan un mensaje tan pleno como las bimembres. No obstante, su
plenitud no depende de un conjunto de ideas alrededor de un núcleo verbal que expresa la acción
que el sujeto realiza o recibe; sino que se desprende del contexto físico o psicológico.
• ¡Buenos días!
• ¡Silencio!
• ¡Lindo paisaje!
• ¡Qué belleza!
Las oraciones impersonales suelen considerarse unimembres; esto así, debido a que no tienen
sujeto. “No todo lo que ocurre se lo achacamos a alguien - bromea Alex Grijelmo (2006) en La
gramática descomplicada - a veces porque no queremos y otras porque nadie podría asumir la
responsabilidad”. Acertada forma de decirlo, porque en las oraciones impersonales nadie se hace
responsable de la acción.
Por ejemplo:
• Llueve a cántaros.
Como se puede observar, las oraciones unimembres no necesariamente constan de una sola
palabra, sino de un solo miembro. Este tipo de oración suele tener como núcleo un verbo
impersonal como aquellos que se refieren a fenómenos de la naturaleza - tronar, relampaguear,
llover, amanecer, atardecer, anochecer-. Pero hay otros verbos impersonales, vale decir que solo
se conjugan en tercera persona de singular. Entre ellos tenemos, en ciertas circunstancias, al verbo
haber. Este verbo es completo cuando se desempeña como auxiliar en la conjugación compuesta
de otros verbos; sin embargo, cuando aparece en forma independiente es impersonal. Otros verbos
que, sin serlo, se usan en oraciones impersonales son hacer, soler, ser, parecer, entre otros.
Por ejemplo:
En este punto, es válido recalcar que el verbo haber en su forma impersonal, como los demás
verbos impersonales, no es un verbo de conjugación completa; sólo acepta la tercera persona de
singular, nunca el plural.
Observa que sin importar el número de complementos, el verbo aparece en singular. Luego, su
adecuación con el resto de los elementos exige una concordancia especial.
Las oraciones -en su aparición simple o compleja- pueden ser enunciativas, desiderativas,
interrogativas, admirativas e imperativas, de acuerdo con la actitud del hablante.
Son oraciones enunciativas aquellas que dan a conocer una información de manera objetiva,
tanto en su versión afirmativa como en la negativa. Debido a su objetividad, constituyen la esencia
de la función referencial de la lengua.
Por ejemplo:
Por ejemplo:
Se denominan oraciones desiderativas las que manifiestan los deseos del hablante.
Por ejemplo:
Observa:
• Convéncete. No es eso lo mejor para ti, aunque en este momento así te lo parezca.
En el más amplio sentido, la oración puede clasificarse en dos grandes grupos: simples y
compuestas. Simples, si transmiten un solo mensaje; compuestas si contienen dos o más. En este
curso vamos a estudiar la oración simple y las diferentes formas en que puede aparecer, sus
componentes básicos y las posibles maneras de modificarlos a través del uso de estructuras
complementarias como el vocativo, el inciso y los nombres en aposición. Analizaremos la oración
compuesta y sus respectivas formas de coordinación y subordinación en el próximo.
La oración simple es una estructura sintáctica que contiene un solo mensaje, lo que se manifiesta
en la presencia de un solo verbo conjugado o personalizado. Esto significa que tienen un solo
predicado, sin importar el número de sujetos que realicen las acciones. La estructura oracional
simple es independiente por su sentido y por su forma; en consecuencia, comienza con letra inicial
mayúscula y termina en un punto, el cual a veces es sustituido por un signo de interrogación o de
admiración. Nunca terminará en dos puntos o en punto y coma, lo que supondría que el mensaje
no concluye aún.
• Elena y su hermano estudian leyes; nosotros, arte. (Observa que en este caso se trata de una
oración compuesta yuxtapuesta. No termina en el punto y coma.)
• Esta sinfonía ha sido la favorita de muchos directores famosos. (Hay un solo verbo conjugado
en la forma compuesta: ser, que aparece con el auxiliar haber.)
Son todas oraciones simples; tienen un solo predicado, y, por tanto, un solo núcleo verbal. El
número de sujetos que realiza la acción es irrelevante a la hora de determinar la simplicidad o
complejidad de una oración. El criterio medular para clasificar una oración como simple es la
presencia de un solo núcleo verbal.
Cualquiera que sea el número de palabras que conformen la oración, es bueno anotar que algunas
de ellas desempeñan una función que les permite modificarse a sí mismas a través de morfemas
de género y número en uno o en los dos aspectos; son estas las partes variables. Otras palabras
permanecen inmutables, no pueden variar; son las partes invariables de la oración. Ahora bien,
¿cuáles palabras admiten variaciones de género o de número o ambas? ¿Cuáles no admiten
variaciones?
Veamos:
Algunos sustantivos aceptan modificaciones de género y de número: niño- niña- niños- niñas.
Otros sólo admite cambios de género y de número: hombre- hombres. Lo mismo ocurre con los
adjetivos.
El verbo no admite modificaciones de género. Pero acepta morfemas que modifican el número y
la persona gramatical que realiza la acción: Yo canté- tú cantaste- ellos (ellas) cantaron- ellas
cantarán.
• Él escribe ágilmente.
Observa el adverbio en las dos primeras oraciones; permanece invariable tanto cuando se refiere
a una forma verbal en singular como en plural. Lo mismo ocurre con velozmente, permanece
invariable en ambos casos.
También son invariables las preposiciones, conjunciones e interjecciones; ninguna de ellas
aceptan morfemas modificadores.
En la estructura de la oración hay dos partes fundamentales- sujeto y predicado- cada una de las
cuales está formada por un número indeterminado de palabras con diferentes funciones y
características.
Por ejemplo:
Sin embargo, no siempre es tan simple; son muchos los factores a tomar en consideración a la
hora de determinar la presencia del sujeto en una oración, y entonces podría resultar más fácil o
más difícil. Fácil es ubicarlo en las oraciones con verbo intransitivo, las cuales exigen un sujeto.
En otras ocasiones puede resultar algo más difícil, ya que no aparece explícito, sino tácito, en
cuyo caso hay que inferirlo a través del número y la persona de la forma verbal. Es bien sabido
que, incluso apareciendo explícitamente, pueden surgir dudas con respecto a su ubicación, y las
mismas tienen que ser resueltas recurriendo a método de analizar el núcleo del predicado con el
cual debe concordar.
• Adoro el verde oscuro entre todos los colores. (Sujeto explícito, pero no demasiado obvio, por
lo cual hay que detenerse a examinar con quién concuerda el verbo en número y persona, y así se
descubre que es con el verde oscuro.)
• Me deleitan las sinfonías de Mozart. (Sujeto explícito: las sinfonías de Mozart. Noto que tiene
el mismo número y persona que la forma verbal.)
Concordancia entre sus elementos El sujeto está constituido por un sustantivo como elemento
fundamental. A veces el sustantivo aparece delimitado por modificadores directos: el artículo y
el adjetivo. Cuando éste es el caso, los modificadores concuerdan con el sustantivo en género y
número.
En caso de que el núcleo del sujeto aparezca acompañado por modificadores indirectos – como
son otros sustantivos- entonces la concordancia no tiene la obligación de abarcar género y número.
Nótese que carro es masculino, mientras hermana no lo es; de manera que la concordancia se
hace con el núcleo que es carro. Asimismo, en la oración siguiente la palabra clase es femenina y
singular, en tanto que floreros es masculino y plural; la concordancia se hace con la clase “de
floreros” en general. Es preciso recalcar que el núcleo del sujeto concuerda con el núcleo de
predicado en número y persona. Este principio, como ya dijimos, permite determinar cuál es el
sujeto cuando el mismo aparece omitido en la estructura superficial de la oración o cuando ocupa
un lugar que no es el que le asigna la sintaxis regular.
• Estuvimos paseando toda la tarde. (¿Quiénes estuvieron paseando? Nosotros… Pedro y yo…) •
No la perdió de vista ni un instante. (¿Quién no la perdió d vista? Él… Ella… Juan…Su abuela…)
El sustantivo suele ser el núcleo del sujeto. No obstante, esta función puede ser desempeñada por
un adjetivo, un verbo, o cualquier otra categoría gramatical que haya sido sustantivada.
En el sujeto encontramos por lo menos un sustantivo como núcleo rodeado por adjetivos y otros
determinantes.
En el predicado aparece un verbo cuando menos, aunque es usual que aparezcan, además, uno
que otro adverbio, así como preposiciones y conjunciones enlazando los complementos verbales.
6.10 El predicado
Veamos:
• Casi todos los estudiantes disfrutan analizando una obra de García Márquez.
En la primera oración es obvio que el núcleo del predicado es viven. En la segunda el núcleo es
disfrutan, no analizando; en tanto que en la tercera, es encanta, no cantar ni reír.
Fíjate que el núcleo del predicado concuerda con el sujeto en número y persona. Vale decir que
si el núcleo del sujeto está en plural, en plural estará el núcleo verbal; y si el elemento principal
del sujeto es la primera persona, en primera persona irá el núcleo del predicado.
Ahora observa:
• Nos hemos divertido un paquetón en estas vacaciones. (¿Quiénes se han divertido? Nosotros.
Nosotros nos hemos divertido: primera persona de plural en el sujeto, y primera persona de plural
en el núcleo de predicado. Concordancia perfecta.)
El predicado puede estar modificado por uno o varios complementos que le confieren un sentido
más amplio o más concreto, según el caso. Estos complementos pueden ser directos, indirectos o
circunstanciales. En algunas situaciones aparecen dos o tres tipos al mismo tiempo.
• Brenda escribe hermosas poesías. (Complemento directo.)
• Mari Paz escribió una novela para niños en el año 2000 (C. directo + C. indirecto + C.
circunstancial).
El complemento directo indica lo que hace el verbo; el complemento indirecto señala quién se
beneficia o perjudica con la acción del verbo, mientras el circunstancial especifica el modo, lugar
o tiempo en que ocurre la acción. El complemento circunstancial, por tanto, tiene función
adverbial.
Todos los complementos determinan al verbo de tal forma que no hay lugar a dudas respecto a
cómo ocurre la acción.
¿Cómo reconocer el complemento directo? Muy fácil. Observa que el complemento directo se
puede convertir en el sujeto de una oración pasiva. Esto no ocurre cuando el complemento es
indirecto o circunstancial.
Por ejemplo:
La oración Una característica del complemento indirecto es que puede sustituirse por le o les, de
acuerdo a si incluye a uno o varios beneficiarios.
El complemento circunstancial indica siempre de qué manera se realiza la acción del núcleo
del predicado. Las circunstancias pueden ser de lugar, de tiempo, de modo, de finalidad, de causa,
etc. Por razones de estilo, este tipo de complemento puede aparecer al principio de la oración:
6.12 El predicativo
El predicativo es un sintagma nominal que tiene doble función: modifica tanto su propio núcleo
(por lo general formas verbales que manifiestan esencia o estado) como al núcleo del sujeto.
Las expresiones subrayadas constituyen predicativos de esas oraciones; y modifican por igual al
núcleo verbal en negrita, como al núcleo del sujeto. Es decir, el complemento predicativo una
princesa modifica la forma verbal parece y al sujeto tu hermana. Lo mismo ocurre con el
complemento predicativo tranquilo: como adverbio modifica y agrega matices desconocidos a la
forma durmió, y como adjetivo añade nuevo significado al sujeto Juan Miguel.
Estas tres estructuras tan diferentes entre sí, comparten la característica de que no forman parte
del mensaje principal de la oración; se pueden eliminar cuando aparecen sin que el acto
comunicativo sufra un gran revés. Sin embargo, el inciso y los nombres en aposición, contribuyen
a matizar el significado del nombre a que se refieren; mientras el vocativo, de función apelativa,
tiene el propósito de atraer la atención del interlocutor. Las tres imprimen un dejo de elegancia a
la oración simple, aunque no son, ni mucho menos, exclusivas de ella.
El inciso. Es una palabra o frase que aparece de manera casi fortuita en algunas oraciones.
También se conoce como frase incidental o frase intercalada. Siempre va precedido y seguido por
comas, y exige una entonación especial en el discurso. Si el inciso se elimina, el mensaje pierde
matices, pero no el sentido.
Nombres en aposición. Los nombres en aposición constituyen un sintagma nominal que añade
un matiz nuevo al sujeto o al objeto directo o indirecto del verbo. Cuando se refiere al sujeto,
tiene la particularidad de que puede intercambiar su función con aquel, de manera que el sujeto
pasa a ser aposición, y ésta se convierte en sujeto.
Ejemplo:
Resumen de la Unidad VI
Para definir la oración hay que tomar en cuenta diferentes factores y diferentes puntos
de vista. Se puede decir, sin embargo, que la oración es la unidad comunicativa
fundamental, formada por un conjunto de palabras que expresan un mensaje completo,
que siempre comienza con letra mayúscula y termina en un punto y seguido o cualquier
otro signo de puntuación que sirva para cerrar el período.
En el más amplio sentido, la oración puede clasificarse en dos grandes grupos: simples
y compuestas. Simples, si transmiten un solo mensaje; compuestas si contienen dos o
más. Tanto la oración simple como la compleja, puede ser enunciativa, desiderativa,
interrogativa, admirativa e imperativa, de acuerdo con la actitud del hablante.
Las oraciones enunciativas son aquellas que dan a conocer una información de
manera objetiva, por lo cual constituyen la esencia de la función referencial de la lengua,
tanto en su versión afirmativa como en la negativa.
Son oraciones desiderativas las que ponen de manifiesto los deseos del hablante.
¿Qué es una oración simple? Es una estructura sintáctica que contiene un solo
mensaje, lo que se aprecia en el hecho de que solo aparece un verbo conjugado o
personalizado. Esto significa que tienen 164 | la oración un solo predicado, sin importar
el número de sujetos que realicen las acciones. Esta estructura es absolutamente
independiente por su sentido y por su forma, y, en consecuencia, comienza con letra
inicial mayúscula y termina en un punto, un signo de interrogación o de admiración;
nunca en dos puntos o en punto y coma.