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Noviembre

3
Lección

05

Ofrenda Especial de Escuela Sabática para


la Universidad de la Unión Filipina ¡Dios
 Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 89
bendiga tu sacrificio de amor por Él!
1
1 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si
alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo.
Y llamando a la gente y a sus discípulos,
les dijo: Si alguno quiere venir en pos
de mí, niéguese a sí mismo.
“Hay muchos en la iglesia que con el
corazón pertenecen al mundo, pero
Dios llama a aquellos que profesan
creer la verdad creciente, que se eleven
por encima de la actitud presente de
las iglesias populares de hoy. ¿Dónde
esta la abnegación, llevar la cruz que
Cristo indicó debía caracterizar a sus
PÉRDIDA QUE ES GANANCIA

seguidores? La razón por la que hemos


tenido tan poca influencia sobre los
familiares incrédulos y amistades es
por haber manifestado poca diferencia
decisiva en nuestras prácticas de
aquellas del mundo. Los padres deben
despertar y purificar sus almas por la
práctica de la verdad en la vida del
hogar…. ‘Somos espectáculos ante el
mundo, los ángeles y los hombres.

Mateo 16:24 p.p., Marcos 8:34 p.p.; Fundamentals of Christian Education, pág. 289
2
Porque todo el que quiera salvar su vida, la
2 perderá.
Los que abandonan a Dios para salvar sus
vidas serán abandonados por él. Al tratar de
salvar la vida cediendo al error, perderán la
vida eterna.
“¿Qué puede compararse con la pérdida del
alma humana? Es algo que cada uno debe
decidir por su cuenta: si ganar los tesoros de la
vida eterna o perderlo todo a causa de su
descuido de hacer que Dios y su justicia
ocupen el primer lugar en su vida. Jesús, el
Redentor del mundo, que dio su vida preciosa
para que cada hijo e hija de Adán pudieran
vivir, vivir eternamente en el reino de Dios,
observa con pesar al gran número de
cristianos profesos que no le sirven a él sino a
sí mismos. Difícilmente piensen en las
realidades eternas, a pesar de que él les llama
la atención a la preciosa recompensa que
aguarda a los fieles que quieran servirle con sus
afectos indivisos. Les muestra las realidades
eternas. Les ruega que calculen el costo de ser
un seguidor obediente y fiel de Cristo, y dice:
‘No podéis servir a Dios y a las riquezas.

Mateo 16:25 p.p.; Mensajes Selectos, tomo 3, pág. 458, A Fin de Conocerle, pág. 320
3
Y todo el que pierda su vida por causa de mí, la
3 hallará.3
Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y
todo el que pierda su vida por causa de mí y del
evangelio, la salvará.
La eficiencia que el Señor desearía ver en su pueblo
lamentablemente ha faltado en la iglesia. ¿Cómo
podemos asumir esto? ¿Han estado realmente
convertidos aquellos que profesan el nombre de
Cristo? ¿Han consagrado a Dios su razón,
conocimiento, afectos y pensamientos? ¿Han utilizado
sus talentos de medios y habilidades en el servicio al
Maestro? O ¿han dedicado todas sus energías de
mente y cuerpo al levantamiento de empresas
terrenales? ... Aquel que es un hijo de Dios, de aquí en
PÉRDIDA QUE ES GANANCIA

adelante debe considerarse a sí mismo como parte de


la cruz de Cristo, un eslabón en la cadena para salvar
al mundo, ser uno con Cristo en su plan de miseri-
cordia, llevando con Él para buscar y salvar al perdido.
Siempre debe ser consciente que debe consagrarse a
Dios y que en carácter debe revelar a Cristo al mundo.
La abnegación, sacrificio propio, simpatía y el amor
que se manifestó en la vida de Cristo debe reaparecer
en la vida de los obreros de Dios… Manifestarán la
más tierna solicitud por el errante,… y serán
conocidos como los discípulos de Cristo.

Mateo 16:25, última parte, Marcos 8:35; Australian Union Gleaner, 12 de Julio 1905
4
Porque ¿qué aprovechará al hombre, si
4 ganare todo el mundo, y perdiere su alma?
¿O qué recompensa dará el hombre por su
alma?
Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana
todo el mundo, y se destruye o se pierde a
sí mismo?
El Salvador vio que los hombres estaban
absortos en conseguir ganancias y perdían
de vista las realidades eternas. Intentó
corregir este mal. Trató de romper el
hechizo infatuador que paralizaba el alma.
Elevando su voz clamó: ‘¿De qué aprovecha
al hombre, si granjeare todo el mundo, y
perdiere su alma? O ¿qué recompensa dará
PÉRDIDA QUE ES GANANCIA

el hombre por su alma?’ Mateo 16:26.


Cristo presenta ante la humanidad caída el
mundo más noble que ha perdido de vista,
a fin de que contemplen las realidades
eternas. Los transporta hasta los umbrales
del Infinito, resplandeciente con la
indescriptible gloria de Dios, y les muestra
allí el tesoro.
El valor de este tesoro es superior al oro o
la plata. Las riquezas de las minas de la
tierra no pueden compararse con él.
Mateo 16:26, Lucas 9:25; Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 78
5 1
Porque el Hijo del Hombre vendrá
5 en la gloria de su Padre con sus
ángeles, y entonces pagará a cada
uno conforme a sus obras.
Levántate, resplandece; que ha
venido tu lumbre, y la gloria de
Jehová ha nacido sobre ti’ Isaías
60:1. Cristo viene con poder y
grande gloria. Viene con su propia
gloria, y con la del Padre. Y le
acompañarán los santos ángeles.
Mientras todo el mundo esté
sumido en tinieblas, habrá luz en
toda morada de los santos.
LA RECOMPENSA EN EL CIELO

Percibirán la primera vislumbre de


su segunda aparición. Una luz sin
sombra brillará de su resplandor, y
Cristo el Redentor será admirado
por todos los que le sirvieron.
Mientras huyan los impíos, los que
siguieron a Cristo se regocijarán en
su presencia. Entonces los
redimidos de entre los hombres
recibirán la herencia que se les
prometió.

Mateo 16:27; Profetas y Reyes, pág. 531


6
Porque el que se avergonzare de mí y de mis
6 palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre
cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los
santos ángeles.
Porque el que se avergonzare de mí y de mis
palabras en esta generación adúltera y pecadora, el
Hijo del Hombre se avergonzará también de él,
cuando venga en la gloria de su Padre con los santos
ángeles.
Cristo es la verdad y todos aquellos que vacilan en
obedecer la verdad niegan a Cristo. Demuestran que
se avergüenzan de encontrarse bajo su estandarte
ensangrentado, avergonzados de mostrar que son
hacedores de la Palabra, avergonzados de colocarse
de parte de Cristo como observadores de su ley.
LA RECOMPENSA EN EL CIELO

Sienten que es una deshonra para ellos amar sus


mandamientos, respetar el memorial de la obra crea-
dora de Dios. Cristo declara: ‘Aquel que se
avergüenza de mí y mis palabras, de él se
avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su
gloria y en su Padre y con sus santos ángeles.
Este es el resultado seguro. ¿Te arriesgarás? ¿Serás
desleal a Dios porque tus vecinos lo son? ¿Serás
encontrado entre los transgresores porque tus
vecinos están allí? ¿Estás contento con estar fuera
de la ciudad de Dios, para perecer con los com-
pañeros que has elegido en el mundo?.
Lucas 9:26, Marcos 8:38; Signs of the Times, 28 de Julio 1898
7
De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí,
7 que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo
del Hombre viniendo en su reino.
Pero os digo en verdad, que hay algunos de los que están
aquí, que no gustarán la muerte hasta que vean el reino
de Dios. Aconteció como ocho días después de estas
palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al
monte a orar. Y entre tanto que oraba, la apariencia de su
rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente. Y
he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran
Moisés y Elías; quienes aparecieron rodeados de gloria, y
hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en
Jerusalén.
Jesús había dicho a sus discípulos que algunos de los que
con él estaban no gustarían la muerte antes de ver llegar el
reino de Dios con poder. En ocasión de la transfiguración,
esta promesa se cumplió. El semblante de Jesús mudóse
allí de modo que brillaba como el sol. Sus vestiduras eran
blancas y relucientes. Moisés representaba a los que
resucitarán de entre los muertos al producirse el segundo
GLORIA FUTURA

advenimiento de Jesús. Y Elías, que fué trasladado sin


conocer la muerte, representaba a los que, cuando vuelva
Cristo, serán transformados en inmortales y trasladados al
cielo sin ver la muerte. Los discípulos contemplaban con
temeroso asombro la excelsa majestad de Jesús y la nube
que los cobijaba, y oían la voz de Dios diciendo con terrible
majestad: ‘Este es mi Hijo amado,... a él oíd’.
Mateo 16:28, Lucas 9:27-31; Primeros Escritos, pág.164

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